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El señor MONCKEBERG, don Nicolás ( Presidente ).- Tiene la palabra el diputado señor Rodrigo González.
El señor GONZÁLEZ .- Señor Presidente , es lamentable y vergonzoso lo que ha ocurrido con la reforma constitucional que el país ha estado esperando durante tanto tiempo para nuestro sistema de organización territorial y de descentralización del país.
El Gobierno ha demorado dos años en enviar los proyectos de ley orgánica que permitirían aplicar la reforma constitucional que se aprobó durante el período de la Presidenta Bachelet y que establecía la elección directa de los cores. Además, determinaba que debían establecerse claramente las competencias y facultades de los gobiernos regionales en el sentido de darle mayor entidad, poder, facultades y recursos para encaminarnos a un proceso de descentralización y regionalización avanzado, cumpliendo con un mandato contraído por los últimos tres candidatos a la Primera Magistratura y que no se había materializado ni se había ejecutado en los períodos anteriores.
Entonces, resulta lamentable que a última hora, en el último minuto, tengamos que estar obligados a aprobar una reforma constitucional que sin duda tiene debilidades, pero que, al menos, recoge el mandato ciudadano y constitucional que hoy tenemos que cumplir responsablemente como Cámara de Diputados.
Como decía muy bien el diputado Chahín , hay un compromiso político clarísimo con la ciudadanía, que suscribimos mayoritariamente los parlamentarios en distintas campañas políticas durante más de dos períodos.
Hay una espera de las regiones, porque la institucionalidad ha sido incapaz de resolver los graves problemas que se viven en Calama, los que afectaron a la Región de Aysén y también los que vimos en la Región de Magallanes. Allí la institucionalidad ha hecho crisis justamente porque no había gobiernos regionales fuertes; en general en las regiones no había capacidad para resolver los problemas, ni las autoridades tenían facultades para enfrentarlos. Se produjeron explosiones que, sin duda, podrían continuar y extenderse a varias regiones, porque ya están cansadas de que las decisiones que les competen -que podrían tomarse en ellas- sean adoptadas en forma extremadamente centralizada en el país, con grandes desaciertos y consecuencias nefastas para nuestras comunidades.
Más aún, la elección directa de los consejeros regionales resulta una necesidad para darles más poder y fuerza, lo que significaría que la gente conozca a sus mandatarios que toman decisiones tan importantes como aquellas sobre el presupuesto regional, sobre las obras fundamentales que se construirán en las regiones y sobre dar también mayor identidad y fuerza a las comunidades y culturas regionales.
Por eso, sería absolutamente impresentable ante el país que hoy la Cámara de Diputados resolviera no dar continuidad a este compromiso político y mandato constitucional que tenemos frente a frente y la obligación de cumplir. Si algunos o algunas parlamentarias no están disponibles para cumplir con este mandato, van a tener que responder al país, y va a ser especialmente responsable el gobierno, que actuó con lentitud en la presentación de estos proyectos. Además, cometió la torpeza de iniciarlos en dos Cámaras distintas, separando la función política de los consejeros regionales y su elección directa de las competencias que deben tener sus gobiernos, que son absolutamente esenciales para incentivar y motivar el hecho de que los consejeros regionales sean elegidos por sufragio universal en votación directa, puesto que lo lógico es que en un camino descentralizador y regionalizador, a dichos consejeros y gobiernos regionales se les otorguen más competencias y poder.
Entonces, hoy estamos en un dilema y tenemos una responsabilidad inmensa ante el país. No quisiera que -el diputado Chahín se refirió a la ausencia en la Sala del ministro responsable de esta materia- tomáramos una decisión que contraríe la voluntad, la aspiración y el anhelo de las regiones, y dejáramos de cumplir un mandato constitucional, un compromiso político de los últimos presidentes de Chile, especialmente del actual. La descentralización no puede seguir siendo una pura promesa, una palabrería vacía frente a la gente; tenemos que ser capaces de cumplir con ese mandato.
Si bien el proyecto de reforma constitucional sobre prórroga del mandato de los consejeros regionales puede ser objeto de algunas observaciones, o quizá existir la opción más democrática, por el resultado inmediato de las elecciones municipales, de que no se prorrogue el mandato a los consejeros regionales, sino que sean elegidos con el mecanismo indirecto por el año que les correspondería ejercer hasta que se ejecute el aspecto principal de esta reforma: el cumplimiento del mandato de la elección directa de los cores junto con las elecciones parlamentarias el 2013, no sería bueno que hoy, por tomar esa opción no continuáramos con la tramitación de este proyecto y llegue a tiempo al Senado, de manera que antes de que venza el plazo para elegir a los consejeros regionales, tengamos a disposición la ley orgánica constitucional respectiva y los consejeros regionales puedan ser elegidos en forma directa en 2013.
Por esta razón, estimo que, desde el punto de vista práctico y, consecuentemente con la necesidad de regionalizar y descentralizar el país; de dar poder a las regiones para resolver sus problemas; de democratizar y desconcentrar el país; de desafixiar Santiago , que se encuentra abrumado por la concentración tanto económica como ambiental, y de acuerdo con la discusión habida en la Comisión correspondiente, es indispensable aprobar este proyecto que prorroga el mandato de los actuales consejeros regionales y permite adelantar la elección directa de los consejeros regionales al 2013, haciéndolas coincidir con la próxima elección parlamentaria. Ésa es la solución más práctica.
Es cierto que las competencias de los consejeros regionales todavía no se encuentran claramente definidas, pero el tiempo que resta de tramitación permitirá diseñarlas de la manera más adecuada. Ojalá que también avancemos en la definición de competencias en relación con la elección directa de los presidentes de los gobiernos regionales; de otro modo, la reforma va a quedar trunca. La idea es contar con gobiernos regionales con competencias, facultades y representativos de nuestras regiones.
Por lo señalado, soy partidario de aprobar la reforma constitucional en debate, tal como ha sido presentada. De ese modo, cumpliremos con el mandato político y constitucional que nos ha entregado la ciudadanía.
He dicho.
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