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El señor RECONDO (Vicepresidente).- Tiene la palabra el diputado señor Felipe Ward.
El señor WARD.- Señor Presidente, entiendo que este proyecto, iniciado en mensaje, fue aprobado ayer en el Senado. Hoy, estamos conociendo las diversas modificaciones introducidas por los honorables senadores.
En reunión de Comités hemos planteado -quiero señalarlo públicamente en la Sala- que hoy estamos participando en un procedimiento acelerado. Me gustaría que alguno de los diputados que están haciendo gestos con las manos me explicara, en profundidad, cuáles son las modificaciones del Senado. Aquí hay treinta diputados, hoy es jueves y este es un proyecto de mucha relevancia que ha causado mucha polémica en los medios de comunicación y que tiene implicancias muy profundas. Garantizo que hay un porcentaje importante de parlamentarios que no conocemos las modificaciones del Senado que fueron aprobadas ayer. Digamos las cosas por su nombre.
En segundo lugar, la urgencia vence el 2 de enero del próximo año. Es decir, si nos tomamos el tiempo suficiente para analizar el proyecto -usualmente, alegamos, y con razón, que no tenemos el tiempo necesario para hacerlo debido a las urgencias que impone este Gobierno, y en su momento, los anteriores-, sobre todo considerando su implicancia pública, tendríamos la posibilidad de votarlo el martes 2 de enero o el miércoles 3 de enero.
Aquí no hay un interés por dilatar el proyecto, para votarlo más adelante, o por no aprobarlo hoy por capricho. Lo que hay es interés en conocerlo en profundidad, porque creo que es necesario. Se trata de una materia en la que, como Cámara de Diputados, nos hemos equivocado anteriormente. En efecto, con antelación nos hemos pronunciado sobre proyectos que tienen implicancias públicas, que luego generan debate en los medios de comunicación y que, incluso, han generado reacciones de los parlamentarios del tipo “no sabía en profundidad lo que estaba votando.” Obviamente, eso no es común en la Cámara de Diputados. Acá tenemos buenas bancadas y parlamentarios informados.
El proyecto es de relevancia. Se votó ayer en el Senado y se nos pide hacer lo propio hoy en la Cámara de Diputados. Obviamente, no es culpa de ningún parlamentario no estar en conocimiento pleno de todos los detalles del proyecto. Por eso, señor Presidente , por su intermedio, agradezco al ministro la información que ha entregado, la que entiendo que está a disposición de los diputados y que tiene que ver muy posiblemente con la idea original de la iniciativa. No creo que tenga que ver con las modificaciones introducidas ayer, porque la calidad del documento indica que no se elaboró en doce horas. Probablemente, fue preparado para el inicio del debate del proyecto. Ha sido muy útil, toda vez que da cuenta de realidades tremendamente graves y alarmantes, como que en el país se fuma mucho y que las chilenas son las que más fuman en el mundo. Me parece adecuado que el Estado se haga cargo de esas realidades.
Respecto de los puntos de fondo, un destacado diputado , de quien tengo la mejor opinión, señaló que habría cierta incoherencia entre el proceder de quienes hemos defendido públicamente el derecho a la vida y manifestarnos en contra del proyecto. Quien habla lo votará en contra, porque no veo que sea inconsecuente defender el derecho a la vida y, a la vez, proteger las libertades individuales. Distinguir entre respeto por las libertades individuales y respeto por las garantías fundamentales establecidas en la Constitución es difícil, porque ambas se encuentran separadas por una línea muy delgada.
No es justo señalar que hay incoherencia -creo que esta fue la palabra que se utilizó- en los parlamentarios que hemos defendido el derecho a la vida por querer votar en contra el proyecto. No sé si pone en juego el derecho a la vida una votación en contra. Lo que sí sé es que aquí hay libertades individuales que se pueden estar vulnerando. De parte del Ejecutivo existe la idea de poner freno total, un freno de mano fuerte, a cualquier posibilidad de difundir, a través de los medios de comunicación, algún incentivo o alguna publicidad dirigida a los ciudadanos, para no caer en algo que afecta a la salud. De eso no hay ninguna duda.
Algunos creemos que ese freno de mano es demasiado violento, que esa intención no se logra de forma efectiva con una intervención tan potente del Estado. Hay que buscar el justo equilibrio entre las facultades del Estado y las libertades individuales. En mi opinión, el proyecto se pasa de ese justo equilibrio y afecta profundamente las libertades individuales.
También quiero despejar otro punto, que espero que no salga con mucha frecuencia en los debates.
No sé cómo se habrá ventilado el tema en el Senado, pero aquí se ha sostenido que algunos parlamentarios pueden haber sido presa o víctimas del lobby de las tabacaleras o de haber señalado una opinión en contra con el propósito de favorecerlas. Se trata de algo que hay que señalar con fundamento o con pruebas. Una acusación así no es gratis, no es barata y la rechazo en el plano personal. Nunca he tenido relación con una tabacalera, y mi decisión de votar en contra se basa en principios y no en el bolsillo. Esta es la opinión de la gran mayoría, si no de todos quienes nos manifestamos públicamente en contra del proyecto.
Insisto en que la intención del Ejecutivo es la adecuada; entiendo los argumentos del ministro de Salud y del Presidente de la República , pero las iniciativas deben ser juzgadas por su contenido y no por su origen. No por el hecho de votar en contra un proyecto de ley, que nace del Ejecutivo, que nace del gobierno que uno apoyó, va a ser desleal. Al contrario, si somos capaces de decir con firmeza y respeto que tal o cual proyecto de ley o que tal o cual política pública nos parecen inadecuados, entonces estamos siendo leales con el Gobierno, pero también con la ciudadanía, porque si el Gobierno se equivoca, es nuestro deber decirlo y expresar con respeto, con fundamento y en público, cuando sea necesario, nuestra opinión.
No existe interés en dilatar por dilatar el proyecto; no se trata de un capricho; se trata, simplemente, de contar con información útil para los diputados. No creo que exista conocimiento profundo y cabal de lo que ocurrió ayer en el Senado. Nosotros tenemos nuestra propia agenda legislativa. Ayer en la tarde debimos asistir a Comisiones; hoy en la mañana debemos abocarnos al estudio de proyectos muy importantes que inciden en materias laborales, por lo cual agradecemos la presencia de nuestra querida ministra del Trabajo . Esperamos tener tiempo para debatirlos. El que haya diputados interesados en debatir tiene que ver con esto, con entregar argumentos a la Sala y, ojalá, conocer, de parte de los diputados que conozcan de memoria el proyecto -no conozco las modificaciones del Senado- qué ocurrió, porque luego nos vamos a ver enfrentados al debate público.
Insisto en el argumento que di hace algunos minutos: hay diputados que, luego de votar, advierten no haberse dado cuenta de lo que estaban votando, o que habrían votado en forma distinta. Se argumentó que hubo un lobby de parte de las tabacaleras. Así se dijo cuando este proyecto fue despachado por la Sala, antes de ir al Senado, y de ningún diputado me gustaría volver escuchar este argumento.
Desconozco si hubo lobby de las tabacaleras. Por lo menos, apelo a las garantías fundamentales consagradas en la Constitución, algunas de las cuales se están vulnerando. El proyecto, iniciado en mensaje, sobrepasa el rol del Estado y afecta las libertades individuales; no creo que sea justo hacer el punto en torno al derecho a la vida, entendiendo que una de las ideas matrices que intenta defender el proyecto tiene que ver, justamente, con esto, porque quienes hemos defendido públicamente el derecho a la vida también hemos sido defensores de las libertades individuales. A mi juicio, ambos conceptos no están en conflicto, sino que tienen que vivir en un acuerdo de vida en pareja, en un matrimonio indisoluble -díganlo como quieran-, en un justo equilibrio, que este proyecto sobrepasa.
Señor Presidente , por su intermedio, pido a mis estimados colegas que en sus intervenciones consideren los puntos que hemos intentado poner en discusión. Entendamos que no hay intención de favorecer a una industria, sino que, simplemente, de defender libertades individuales y de conocer en detalle un proyecto sumamente importante. Insisto, el plazo de la urgencia nos permite votar el proyecto de vuelta de la semana distrital, el miércoles 2 de enero del próximo año, a partir de las 17.30, en la sesión que ya está citada.
Las urgencias que nos impone el Gobierno, esto es legislar para aprobar o rechazar, en forma acelerada, un determinado proyecto -creo que eso es lo que estamos haciendo-, desde hace tiempo forman parte del debate de todas las bancadas. Espero que esta circunstancia nos una para tener un debate de fondo, habida consideración de que el proyecto puede perfectamente votarse el próximo 2 de enero. Por lo menos, eso es lo que pido para interiorizarme, en profundidad, de la las modificaciones del Senado, que quien habla desconoce.
He dicho.
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