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El señor LAGOS.-
Señor Presidente , estimados colegas, este es uno de esos proyectos a los cuales uno les da el apoyo de manera entusiasta, pues se tiene la convicción de que provocará cambios en la forma en que opera la sociedad chilena y en los valores que uno considera deben desarrollarse en Chile.
El problema del cuidado de los hijos y las realidades matrimoniales y de pareja presentan diversas aristas y se abordan de distintos modos: desde los derechos de la mujer, desde los derechos de los cónyuges, desde los derechos de los hijos.
Esta iniciativa viene a hacerse cargo de una realidad: durante mucho tiempo en nuestro país, por razones culturales, se ha establecido que el cuidado de los hijos debe radicarse principal, prioritaria y casi exclusivamente en la madre.
Entre las propuestas, se encuentra la de introducir un concepto nuevo en lo jurídico: el cuidado personal compartido que -como se define en el texto del proyecto- es "un régimen de vida que procura estimular la corresponsabilidad de ambos padres que viven separados, en la crianza y educación de los hijos comunes, mediante un sistema de residencia que asegure su adecuada estabilidad y continuidad.".
Asimismo, se introducen modificaciones a la patria potestad, como la entendemos hoy, la que actualmente se halla radicada en el padre. Ahora se propone que pertenezca a ambos padres en conjunto.
Señor Presidente , nos encontramos en la discusión general del proyecto. Como creo que aprobaremos por amplia mayoría la idea de legislar, quiero resaltar que acá hay una materia muy delicada.
Es cierto que, como sociedad, nos preocupamos tal vez de abordar la nulidad, el divorcio, el régimen patrimonial entre hombre y mujer, el sistema de gananciales, etcétera. Pero se nos ha ido quedando atrás qué hacer con el cuidado de los hijos.
La realidad de la vida es que hay matrimonios, o parejas, que no funcionan. Y debemos ocuparnos en establecer quién tiene derecho a administrar los bienes de los hijos; a disfrutar la tenencia y pertenencia de ellos y a determinar que la distribución sea entre padre y madre.
Entonces, cuando hablamos de corresponsabilidad, eso debe quedar plasmado legalmente.
Acá hay diversas innovaciones importantes.
Y hablo de este tema desde la experiencia propia. No se trata de legislar en función de intereses particulares, pues dejé de ser joven hace mucho tiempo. Pero yo fui objeto de un juicio de tuición. Y ello por cuanto no tuve la suerte de otros de que ambos padres estuviesen en condiciones de sobrellevarlo a uno, educarlo y darle la protección y los requerimientos que hacían falta para desarrollarse.
Como niño, tuve que enfrentar una legislación injusta, incorrecta, la cual claramente, en el caso de los padres (me refiero a los hombres), era francamente limitadora en cuanto a las posibilidades de desarrollo del menor. ¿Por qué? Por establecer casi de pleno derecho que la tuición era de la madre.
A mi entender, hay circunstancias -como dijo bien el Senador Letelier- que hacen excepciones a esa regla. No está dispuesto en parte alguna que los amores filiales son mejores o superiores en un género que en el otro. Otra cosa es que culturalmente se piense así.
Como sociedad, me parece que debemos ponernos en aquel caso en que la mejor forma de garantizar el desarrollo integral de un niño que debe enfrentar a sus padres separados, es dándoles igualdad de oportunidad a ambos.
En mi concepto, nuestra legislación está atrasada en ello. Hasta no hace muchos años, para que un padre pudiera salir del país con su hijo lo tomaba del brazo y solo requería el carné de identidad y la libreta de familia. Pero, si la madre deseaba hacer lo mismo, tenía que pedir permiso al padre.
¿Qué razón había para eso? Ninguna, jurídicamente razonable. Simplemente era un criterio cultural, un machismo endémico, en que el papá es el "dueño" del cabro chico. O sea, "Como le administro los bienes, tengo la patria potestad y me lo llevo cuando quiero".
Eso ha cambiado en Chile en forma radical con las leyes de tolerancia y de la no discriminación. Pero debe cambiarse también lo de la familia.
Creo que la legislación en proyecto significará una contribución importante. Voy a presentar indicaciones que espero puedan enriquecer lo que aquí se persigue.
Solo me resta felicitar a quienes aprobaron esta iniciativa en la Cámara de Diputados; al Gobierno, que la ha empujado, no obstante tener algunos traspiés en la otra rama legislativa, donde fue mejorado sustantivamente. De modo que pido a Sus Señorías que acá hagamos lo propio.
Esta sesión está siendo seguida por varias organizaciones de padres que tienen deseos de contar con mayor reconocimiento y con un espacio más amplio para contribuir al desarrollo de sus hijos, cuestión que hoy día la legislación chilena les deniega.
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