REP�BLICA DE CHILE DIARIO DE SESIONES DEL SENADO PUBLICACI�N OFICIAL LEGISLATURA 360� Sesi�n 7�, en mi�rcoles 4 de abril de 2012 Ordinaria (De 16:20 a 20:49) PRESIDENCIA DEL SE�OR CAMILO ESCALONA MEDINA, PRESIDENTE SECRETARIO, EL SE�OR MARIO LABB� ARANEDA, TITULAR ____________________ � N D I C E Versi�n Taquigr�fica P�g. I. ASISTENCIA......................................................................................................... II. APERTURA DE LA SESI�N............................................................................... III. TRAMITACI�N DE ACTAS..........................................................................�. IV. CUENTA............................................................................................................... V. F�CIL DESPACHO: Proyectos de acuerdo, en segundo tr�mite constitucional, sobre Servicios A�reos con Emiratos �rabes Unidos, Kuwait, Rep�blica Popular China y Malasia (7884-10, 7885-10, 7919-10 y 7920-10) (se aprueban en general y particular)................................................................................................................... Proyecto de ley, en segundo tr�mite constitucional, que crea el Registro Nacional de Pr�fugos de la Justicia (7408-07) (se aprueba en general)........................................ VI. ORDEN DEL D�A: Proyectos de ley, en primer tr�mite constitucional, que despenalizan la interrupci�n del embarazo (7373-07, 6522-11 y 6591-11) (se rechaza la idea de legislar)....................................................................................................................... Peticiones de oficios (se anuncia su env�o)�������������.. VERSI�N TAQUIGR�FICA I. ASISTENCIA Asistieron los se�ores: --Allende Bussi, Isabel --Alvear Valenzuela, Soledad --Bianchi Chelech, Carlos --Cantero Ojeda, Carlos --Chahu�n Chahu�n, Francisco --Coloma Correa, Juan Antonio --Escalona Medina, Camilo --Espina Otero, Alberto --Frei Ruiz-Tagle, Eduardo --Garc�a Ruminot, Jos� --Garc�a-Huidobro Sanfuentes, Alejandro --Girardi Lav�n, Guido --G�mez Urrutia, Jos� Antonio --Lagos Weber, Ricardo --Larra�n Fern�ndez, Hern�n --Larra�n Pe�a, Carlos --Mu�oz Aburto, Pedro --Navarro Brain, Alejandro --Novoa V�squez, Jovino --Orpis Bouch�n, Jaime --P�rez San Mart�n, Lily --P�rez Varela, V�ctor --Pizarro Soto, Jorge --Prokurica Prokurica, Baldo --Quintana Leal, Jaime --Rinc�n Gonz�lez, Ximena --Rossi Ciocca, Fulvio --Ruiz-Esquide Jara, Mariano --Sabag Castillo, Hosa�n --Uriarte Herrera, Gonzalo --Von Baer Jahn, Ena --Walker Prieto, Ignacio --Walker Prieto, Patricio --Zald�var Larra�n, Andr�s Concurrieron, adem�s, los Ministros Secretario General de la Presidencia, se�or Cristi�n Larroulet Vignau; de Desarrollo Social, se�or Joaqu�n Lav�n Infante y de Salud, se�or Jaime Ma�alich Muxi. Actu� de Secretario el se�or Mario Labb� Araneda, y de Prosecretario, el se�or Jos� Luis Alliende Leiva. II. APERTURA DE LA SESI�N --Se abri� la sesi�n a las 16:20, en presencia de 23 se�ores Senadores. El se�or ESCALONA (Presidente).- En el nombre de Dios y de la Patria, se abre la sesi�n. III. TRAMITACI�N DE ACTAS El se�or ESCALONA (Presidente).- Se dan por aprobadas las actas de las sesiones 3�, ordinaria, en 20 de marzo del a�o en curso; 4�, extraordinaria, y 5�, ordinaria, ambas en 21 del mismo mes y a�o, respectivamente, que no han sido observadas. IV. CUENTA El se�or ESCALONA (Presidente).- Se va a dar cuenta de los asuntos que han llegado a Secretar�a. El se�or ALLIENDE (Prosecretario).- Las siguientes son las comunicaciones recibidas: Mensajes Cinco de Su Excelencia el Presidente de la Rep�blica: Con el primero retira y hace presente la urgencia, calificada de "suma", para el despacho de los siguientes asuntos: 1.- Proyecto de ley que establece el sistema de elecciones primarias para la nominaci�n de candidatos a Presidente de la Rep�blica, Parlamentario y Alcalde (bolet�n N� 7.911-06). 2.- Proyecto de ley que fortalece la regionalizaci�n del pa�s (bolet�n N� 7.963-06). 3.- Proyecto de ley que crea inhabilidades para condenados por delitos sexuales contra menores y establece registro de ellas (bolet�n N� 6.952-07). 4.- Proyecto de ley sobre responsabilidad por da�os ocasionados por animales potencialmente peligrosos (bolet�n N� 6.499-11). 5.- Proyecto de ley que otorga al personal de la atenci�n primaria de salud que indica una bonificaci�n por retiro voluntario y una bonificaci�n adicional (bolet�n N� 8.140-11). 6.- Proyecto de ley que crea la Intendencia de Seguridad y Salud en el Trabajo y fortalece el rol de la Superintendencia de Seguridad Social actualizando sus atribuciones y funciones (bolet�n N� 7.829-13). 7.- Proyecto de ley que permite la introducci�n de la televisi�n digital terrestre (bolet�n N� 6.190-19). Asimismo, el referido documento hace presente la urgencia, con el car�cter de "suma", al proyecto de ley que crea el Servicio Nacional Forestal "CONAF" (bolet�n N� 7.486-01). Con los dos siguientes hace presente la urgencia, calificada de "suma", para los siguientes asuntos: 1.- Proyecto de ley sobre composici�n nutricional de los alimentos y su publicidad (bolet�n N� 4.921-11). 2.- Proyecto de ley que modifica el C�digo Sanitario en materia de regulaci�n referente a farmacias (bolet�n N� 6.523-11). Con el cuarto retira y hace presente la urgencia, calificada de "simple", para la tramitaci�n de las siguientes iniciativas: 1.- Proyecto de ley que mejora la fiscalizaci�n para la prevenci�n del delito de abigeato (bolet�n N� 7.411-01). 2.- Proyecto de ley que aumenta las penas del delito de robo de cajeros autom�ticos (bolet�n N� 7.689-07). 3.- Proyecto de ley que crea el Consejo Parlamentario de Futuro en Ciencia y Tecnolog�a (bolet�n N� 7.906-07). 4.- Proyecto de ley sobre procedimiento para otorgar concesiones el�ctricas (bolet�n N� 7.240-08). 5.- Proyecto de acuerdo que aprueba el "Acuerdo de Asunci�n sobre Restituci�n de Veh�culos Automotores Terrestres y/o Embarcaciones que Trasponen Ilegalmente las Fronteras entre los Estados Partes del MERCOSUR, la Rep�blica de Bolivia y la Rep�blica de Chile" (bolet�n N� 8.058-10). 6.- Proyecto que modifica la ley N� 19.419 en materia de ambientes libres de humo de tabaco (bolet�n N� 7.914-11). 7.- Proyecto de ley sobre sanciones a veh�culos impedidos de efectuar transporte p�blico y de escolares (bolet�n N� 7.815-15). Con el �ltimo hace presente la urgencia, calificada de "simple", para el proyecto que crea la Subsecretar�a de Derechos Humanos y hace adecuaciones a la Ley Org�nica del Ministerio de Justicia (bolet�n N� 8.207-07). --Se tienen presentes las calificaciones y se manda agregar los documentos a sus antecedentes. Oficios Tres de la Honorable C�mara de Diputados, con los que comunica que prest� su aprobaci�n a los siguientes asuntos: 1.- Proyecto de ley que regula el plazo de vigencia de las tarjetas de prepago de las empresas de telefon�a m�vil (bolet�n N� 7.738-03). --Pasa a la Comisi�n de Econom�a. 2.- Proyecto de ley que modifica el C�digo Laboral en materia de contrato de trabajo por obra o faena (bolet�n N� 7.691-13). --Pasa a la Comisi�n de Trabajo y Previsi�n Social. 3.- Proyecto de acuerdo que aprueba el "Acuerdo sobre Tr�nsito Vecinal Fronterizo entre la Rep�blica de Chile y Argentina", suscrito en Buenos Aires el 6 de agosto de 2009 (bolet�n N� 8.154-10). --Pasa a la Comisi�n de Relaciones Exteriores. Del se�or Ministro de Salud: Da respuesta a un acuerdo de la C�mara Alta, adoptado a proposici�n de los Senadores se�or Navarro, se�ora Rinc�n y se�ores G�mez, Quintana, Sabag y Tuma, relativo a medidas a favor de los ni�os prematuros (bolet�n N� S 1.404-12). Del se�or Director Ejecutivo de la Corporaci�n Nacional Forestal: Remite informaci�n, solicitada en nombre del Senador se�or Navarro, sobre la superficie forestal de cada Regi�n del pa�s, con especificaci�n de las extensiones correspondientes a bosque nativo, plantaciones forestales y bosque mixto, y de las disponibles para forestaci�n. --Quedan a disposici�n de Sus Se�or�as. Comunicaci�n De la Comisi�n de Desaf�os del Futuro, con la que informa que en sesi�n de ayer eligi� Presidente al Senador se�or Guido Girardi Lav�n. --Se toma conocimiento. El se�or ESCALONA (Presidente).- Terminada la Cuenta. V. F�CIL DESPACHO ACUERDOS SOBRE SERVICIOS A�REOS CON EMIRATOS �RABES UNIDOS, KUWAIT, REP�BLICA POPULAR CHINA Y MALASIA El se�or ESCALONA (Presidente).- En el primer lugar de la tabla de F�cil despacho figura el proyecto de acuerdo, en segundo tr�mite constitucional, que aprueba el "Acuerdo entre el Gobierno de la Rep�blica de Chile y el Gobierno de los Emiratos �rabes Unidos sobre Servicios A�reos", suscrito en Santiago el 13 de diciembre de 2010, con informe de las Comisiones de Relaciones Exteriores y de Hacienda. --Los antecedentes sobre el proyecto (7884-10) figuran en los Diarios de Sesiones que se indican: Proyecto de acuerdo: En segundo tr�mite, sesi�n 82�, en 20 de diciembre de 2011. Informes de Comisi�n: Relaciones Exteriores: sesi�n 2�, en 14 de marzo de 2012. Hacienda: sesi�n 2�, en 14 de marzo de 2012. El se�or ESCALONA (Presidente).- Tiene la palabra el se�or Secretario. El se�or LABB� (Secretario General).- El objetivo principal del Acuerdo es conseguir la mayor apertura de cielos con los Emiratos �rabes Unidos y as� lograr el libre ingreso a los mercados, la libertad tarifaria y la m�nima intervenci�n de la autoridad. La Comisi�n de Relaciones Exteriores discuti� el proyecto de acuerdo en general y en particular, y lo aprob� por la unanimidad de sus miembros presentes, Senadores se�ores Hern�n Larra�n, Letelier, Pizarro y Tuma. Por su parte, la Comisi�n de Hacienda adopt� igual resoluci�n, por la unanimidad de sus miembros, Senadores se�ores Escalona, Frei, Garc�a, Lagos y Novoa. Debo advertirles a Sus Se�or�as que en la tabla de F�cil Despacho figuran tres proyectos que aprueban acuerdos sobre servicios a�reos similares a aquel en que recae la relaci�n reci�n hecha. Fueron suscritos con Kuwait, Rep�blica Popular China y Malasia, y persiguen los mismos objetivos que acabo de explicitar. Todos tienen informes de las Comisiones de Relaciones Exteriores y de Hacienda. El se�or ESCALONA (Presidente).- �Le parece a la Sala hacer un solo debate y una votaci�n �nica? --As� se acuerda. )----------------( --Los antecedentes sobre el proyecto de acuerdo relativo a Kuwait (bolet�n N� 7885-10) figuran en los Diarios de Sesiones que se indican: Proyecto de acuerdo: En segundo tr�mite, sesi�n 82�, en 20 de diciembre de 2011. Informes de Comisi�n: Relaciones Exteriores: sesi�n 2�, en 14 de marzo de 2012. Hacienda: sesi�n 2�, en 14 de marzo de 2012. )--------------( --Los antecedentes sobre el proyecto atinente a la Rep�blica Popular China (bolet�n N� 7919-10) figuran en los Diarios de Sesiones que se indican: Proyecto de acuerdo: En segundo tr�mite, sesi�n 82�, en 20 de diciembre de 2012. Informes de Comisi�n: Relaciones Exteriores: sesi�n 2�, en 14 de marzo de 2012. Hacienda: sesi�n 2�, en 14 de marzo de 2012. )----------------( --Los antecedentes sobre el proyecto de acuerdo concerniente a Malasia (bolet�n N� 7920-10) figuran en los Diarios de Sesiones que se indican: Proyecto de acuerdo: En segundo tr�mite, sesi�n 82�, en 20 de diciembre de 2012. Informes de Comisi�n: Relaciones Exteriores: sesi�n 2�, en 14 de marzo de 2012. Hacienda: sesi�n 2�, en 14 de marzo de 2012. El se�or ESCALONA (Presidente).- En discusi�n general y particular los cuatro proyectos de acuerdo. Ofrezco la palabra. Ofrezco la palabra. Cerrado el debate. En votaci�n �nica los cuatro proyectos de acuerdo. El se�or LABB� (Secretario General).- �Alg�n se�or Senador no ha emitido su voto? El se�or ESCALONA (Presidente).- Terminada la votaci�n. --Se aprueban los proyectos de acuerdo suscritos con Emiratos �rabes Unidos, Kuwait, Rep�blica Popular China y Malasia (22 votos a favor y un pareo). Votaron por la afirmativa las se�oras Allende, Alvear, P�rez (do�a Lily) y Rinc�n y los se�ores Bianchi, Coloma, Escalona, Espina, Frei (don Eduardo), Garc�a, G�mez, Lagos, Larra�n (don Hern�n), Larra�n (don Carlos), Navarro, Novoa, Orpis, P�rez Varela, Prokurica, Rossi, Walker (don Patricio) y Zald�var (don Andr�s). No vot�, por estar pareado, el se�or Quintana. )------------( El se�or ESCALONA (Presidente).- Debo informar a la Sala que al tratar los cuatro proyectos de acuerdo que acabamos de despachar y la iniciativa que debatiremos en seguida estaremos cumpliendo el acuerdo adoptado ayer por los Comit�s y ratificado por la Sala en el sentido de situar esos cinco asuntos en la tabla de F�cil Despacho de esta sesi�n. CREACI�N DE REGISTRO NACIONAL DE PR�FUGOS DE LA JUSTICIA El se�or ESCALONA (Presidente).- Por �ltimo, corresponde ocuparse en el proyecto de ley, en segundo tr�mite constitucional, que crea el Registro Nacional de Pr�fugos de la Justicia, con informe de la Comisi�n de Constituci�n, Legislaci�n, Justicia y Reglamento y urgencia calificada de "suma". --Los antecedentes sobre el proyecto (7408-07) figuran en los Diarios de Sesiones que se indican: Proyecto de ley: En segundo tr�mite, sesi�n 65�, en 11 de octubre de 2011. Informe de Comisi�n: Constituci�n, Legislaci�n, Justicia y Reglamento: sesi�n 3�, en 20 de marzo de 2012. El se�or ESCALONA (Presidente).- Tiene la palabra el se�or Secretario. El se�or LABB� (Secretario General).- El objetivo de esta iniciativa es establecer un Registro Nacional de Pr�fugos de la Justicia, a cargo del Servicio de Registro Civil e Identificaci�n, con la finalidad de facilitar la persecuci�n coordinada y eficaz de imputados y condenados pr�fugos. La Comisi�n de Constituci�n discuti� este proyecto solamente en general y aprob� la idea de legislar por la unanimidad de sus miembros presentes, Senadores se�ora Alvear y se�ores Espina, Hern�n Larra�n y Patricio Walker. El texto que se propone aprobar se transcribe en las p�ginas 31 a 35 del primer informe. Cabe tener presente que esta iniciativa contiene una disposici�n org�nica constitucional (art�culo 11) y dos de qu�rum calificado (art�culos 7� y 8�), por lo que para su aprobaci�n se requieren 21 y 19 votos favorables, respectivamente. El se�or ESCALONA (Presidente).- En discusi�n general el proyecto. Tiene la palabra el Senador se�or Hern�n Larra�n. El se�or LARRA�N.- Se�or Presidente, en mi calidad de Presidente de la Comisi�n de Constituci�n, Legislaci�n y Justicia, quiero informar del acuerdo un�nime que alcanzamos los miembros que participamos en el debate habido en ella (Senadores se�ora Alvear y se�ores Espina y Patricio Walker, m�s el que habla), quienes aprobamos la idea de legislar y acordamos sugerirle a la Sala hacer lo propio con respecto a la iniciativa que crea el Registro Nacional de Pr�fugos de la Justicia. Hoy d�a en Chile existe solo un Catastro de �rdenes de Aprehensi�n -lo lleva el Servicio de Registro Civil e Identificaci�n desde 2002-, el cual, a decir verdad, no contiene la informaci�n adecuada ni opera en forma f�cil y simple para asegurar que quienes figuran en �l respondan ante la justicia. De hecho, hay un n�mero creciente de �rdenes de detenci�n vigentes -en 2009 llegaban a 13 mil 892-, as� como una considerable cantidad de personas en rebeld�a o que han quebrantado condenas a penas privativas de libertad y que llevan una vida pr�cticamente normal porque no es posible perseguirlas, en raz�n del c�mulo de gente que estar�a involucrada en la materia. En vista de la situaci�n expuesta, el Ejecutivo propuso crear un Registro Nacional de Pr�fugos de la Justicia, a cargo del Servicio de Registro Civil e Identificaci�n, y plante� el establecimiento de diversas normas que permitir�an asegurar el cumplimiento de la ley en proyecto. Aparte definir qui�nes estar�an incorporados al Registro, de qu� �rdenes de detenci�n se tratar�a, qu� situaciones se cubrir�an y, al mismo tiempo, c�mo se podr�a salir de �l, habr�a otras posibilidades para dar seguridades en cuanto al cumplimiento de la normativa pertinente. Por ejemplo, regulando la factibilidad de suspender a los pr�fugos la obtenci�n de licencia para conducir o difiri�ndoles el otorgamiento de ciertas prestaciones econ�micas de cargo del Estado. Se contienen en esta iniciativa disposiciones que durante el debate fueron representadas por distintos miembros de la Comisi�n. Por ejemplo, las vinculadas con el car�cter p�blico del Registro y con los recursos que se requerir�n para la implementaci�n de este. Tambi�n fueron objeto de debate otras medidas, como la relacionada con la factibilidad de que determinadas instituciones implementen sistemas de control para verificar, e incluso detener, cuando en su �mbito existan personas que se hallen con �rdenes de detenci�n. Se�or Presidente, la unanimidad de la Comisi�n de Constituci�n estima indispensable que Chile tenga un Registro Nacional de Pr�fugos de la Justicia moderno, efectivo, que permita la debida persecuci�n penal. En tal sentido, considera que, de aprobarse la idea de legislar, durante el estudio del segundo informe se podr�n corregir -ya conversamos sobre el particular con el Ejecutivo- diversos aspectos representados por sus integrantes. Por lo tanto, pedimos la aprobaci�n de la Sala, en los t�rminos que se�al�. He dicho. El se�or ESCALONA (Presidente).- Ofrezco la palabra. Ofrezco la palabra. Cerrado el debate. En votaci�n la idea de legislar. El se�or LABB� (Secretario General).- �Alg�n se�or Senador no ha emitido su voto? El se�or ESCALONA (Presidente).- Terminada la votaci�n. --Se aprueba la idea de legislar (23 votos afirmativos). Votaron las se�oras Allende, Alvear, P�rez (do�a Lily), Rinc�n y Von Baer y los se�ores Bianchi, Chahu�n, Coloma, Escalona, Espina, Frei (don Eduardo), Garc�a, Garc�a-Huidobro, Lagos, Larra�n (don Hern�n), Novoa, Orpis, P�rez Varela, Pizarro, Prokurica, Rossi, Uriarte y Walker (don Patricio). El se�or ESCALONA (Presidente).- Se dejar� constancia de la intenci�n de voto favorable del Senador se�or Carlos Larra�n. Corresponde fijar plazo para formular indicaciones. �Le parece a la Sala el 16 de abril, a las 13? --As� se acuerda. VI. ORDEN DEL D�A DESPENALIZACI�N DE INTERRUPCI�N DEL EMBARAZO El se�or ESCALONA (Presidente).- Corresponde proseguir la discusi�n general de los tres proyectos sobre despenalizaci�n de la interrupci�n del embarazo, iniciados en mociones del Honorable se�or Rossi y de la entonces Senadora se�ora Matthei; del Honorable se�or Girardi y del entonces Senador se�or Ominami, y de quien habla, con informe de la Comisi�n de Salud. 7373-07, 6522-11 y 6591-11 --Los antecedentes sobre los proyectos (7373-07, 6522-11 y 6591-11) figuran en los Diarios de Sesiones que se indican: Proyectos de ley en primer tr�mite (mociones de los Senadores se�ores Rossi, Escalona y Girardi y de los entonces Senadores se�ora Matthei y se�or Ominami): 1) Del primero se da cuenta en la sesi�n 77�, en 15 de diciembre de 2010. 2) El segundo ingresa en la sesi�n 19�, en 19 de mayo de 2009. 3) Del tercero se da cuenta en la sesi�n 31�, en 7 de julio de 2009. Informe de Comisi�n: Salud: sesi�n 56�, en 27 de septiembre de 2011. Discusi�n: Sesiones 95�, en 7 de marzo de 2012 (quedan para segunda discusi�n); 4� y 5�, ambas en 21 de marzo de 2012, y 6�, en 3 de abril de 2012 (queda pendiente la discusi�n general). El se�or ESCALONA (Presidente).- Tiene la palabra el se�or Secretario. El se�or LABB� (Secretario General).- Les informo a los se�ores Senadores que, concluida la sesi�n de ayer, quedaron inscritos para hacer uso de la palabra los Senadores se�ores Hern�n Larra�n, Carlos Larra�n y Horvath, en este orden. Adem�s, se acerc� a la Mesa para inscribirse el Honorable se�or Frei. Entiendo que lo propio est�n pidiendo los Senadores se�ores V�ctor P�rez y Garc�a. El se�or ESCALONA (Presidente).- Reiter�ndoles a Sus Se�or�as que estamos en la discusi�n general, les recuerdo que, para los efectos de las intervenciones, la Sala resolvi� destinar 15 minutos a cada orador, por una vez. Como algunos Senadores usaron completamente ese tiempo, solicitaron tambi�n que durante la votaci�n se les otorguen los 5 minutos reglamentarios, situaci�n que tendr� presente la Secretar�a. Digo esto pensando que es obligaci�n reglamentaria de la Mesa asegurar el cumplimiento del derecho a intervenir que les asiste a todos los Senadores que soliciten hacerlo. En consecuencia, no corresponde ninguna aseveraci�n en el sentido de que esta Mesa solicit� postergar la discusi�n de los proyectos en debate. Esta Mesa no ha pedido postergaci�n alguna: solo ha cumplido el Reglamento, que otorga a cada miembro de esta Corporaci�n el derecho a intervenir en los debates. Quedan los inscritos que se�al� el se�or Secretario hace algunos momentos. El se�or LAGOS.- �Incluidos los que andaban de viaje...! El se�or ESCALONA (Presidente).- En consecuencia, tiene la palabra el Senador se�or Hern�n Larra�n. El se�or LARRA�N.- Se�or Presidente, en primer lugar, agradezco el trabajo que ha venido haciendo el Senado en t�rminos de discutir ampliamente una materia de indudable inter�s nacional e internacional y sobre la cual esta Corporaci�n tambi�n tiene algo que decir. Debo, s�, aclarar que debatir no es sin�nimo de aprobar; que cuando se discute los intervinientes intercambian opiniones, sin que necesariamente todos est�n en la misma idea, y que, por lo tanto, una vez que se zanjan las definiciones puede ponerse t�rmino al debate o continuarse de otra manera. Digo lo anterior porque, aparentemente, algunos estiman que existe el imperativo moral de acoger la idea planteada, por la necesidad de continuar discutiendo y as� aprobar algo para lo cual probablemente quienes no lo aceptamos no estamos disponibles. Considero importante partir de esa base. Porque, en materias de esta naturaleza, es esencial el respeto a las ideas ajenas, sobre todo trat�ndose de cuestiones particularmente complejas, como en este caso, en que colisionan bienes jur�dicos protegidos por nuestro ordenamiento. Muchas veces ocurre aquello. Por ejemplo, cuando hay una informaci�n de prensa que puede ser agraviante para alguien, se cuestiona si prima la libertad de expresi�n o el honor de la persona eventualmente afectada por ella. Existen muchas situaciones de esa �ndole en nuestro ordenamiento jur�dico. En el �ltimo tiempo, el debate sobre la transparencia y el acceso a la informaci�n p�blica ha planteado tambi�n la necesidad de tener un espacio para los datos personales, para la privacidad, para la intimidad. Eso genera conflicto. Aqu� hay asimismo bienes jur�dicos en conflicto, y seg�n los �nfasis que se ponen son las definiciones que se tienen. Por eso es importante el respeto, ya que median cuestiones muy relevantes. Por una parte, observo que se pone �nfasis -y es algo que resulta muy explicable, sobre todo por razones hist�ricas y culturales- en la defensa de derechos de la mujer: sobre su cuerpo, a la reproducci�n, en fin. Es un �mbito de estos del cual hace treinta a�os no se hablaba y en donde se ha ido viendo una evoluci�n del rol que a ella le cabe, m�s pleno que aquel que obedec�a a distintas razones culturales vigentes en ese minuto, expresadas en t�rminos jur�dicos, y que seguramente rigen todav�a en muchos pa�ses y culturas del mundo. Pero aqu� hemos avanzado muy favorablemente, a mi juicio, aunque no todo lo que se plantea puede ser simplemente tomado tal como algunos quisieran, y en particular en el caso que nos ocupa, el cual dice relaci�n con los derechos reproductivos, con el embarazo. En cierto sentido, puede tener lugar una colisi�n con los derechos de quien se halla en el vientre materno, en el evento de que para la mujer se tratara de una situaci�n no deseada y quisiese interrumpirla. Ah� los derechos de ella se contraponen con el derecho a la vida del embri�n o feto. Claro que si alguien considera que este �ltimo no es un ser humano, sino un conjunto de c�lulas, un tejido biol�gico cualquiera, puede operar con mucha libertad sobre la base de que ello no es vida y, por lo tanto, constituye algo prescindible. Otros pensamos, sin embargo, que existe un nuevo ser humano, con un desarrollo propio y espec�fico, desde el momento de la concepci�n -el precisarlo podr� dar lugar a horas de discusi�n, seg�n concepciones biol�gicas que no nos corresponde zanjar- y que para nosotros es una persona, por lo mismo, con derecho a vivir. Ah� se registra la diferencia de puntos de vista y se tiene que optar para poner el acento. Este �ltimo se halla, para el Senador que habla, sin lugar a dudas y en forma irrenunciable, en el derecho a la vida del embri�n en el vientre materno. Y es m�s: la sociedad, precisamente por tratarse de una criatura inocente, de un ser indefenso, tiene la obligaci�n de cuidarlo. La que expongo es la cuesti�n central y donde se genera el debate, porque hay quienes no comparten la idea que acabo de se�alar y consideran el problema desde la perspectiva de la madre. Y discrepo muy profundamente al respecto, pero, claro, en estas ocasiones es preciso respetar a quienes mantienen esa posici�n, mas sin transar en ning�n caso respecto de algo que, para m�, en particular, resulta vital, por tratarse de algunas cuestiones esenciales en la sociedad y en mi visi�n de lo que es la persona humana. Nos asiste, adem�s, el ordenamiento jur�dico vigente. En Chile, las fuentes del derecho aplicables en la materia son los tratados internacionales. Ya han sido referidos, as� que voy a mencionarlos simplemente de paso. Tanto en el Pacto Internacional de Derechos Civiles y Pol�ticos como en la Convenci�n Americana sobre Derechos Humanos "Pacto de San Jos� de Costa Rica" se reconoce que la persona existe desde el momento de la concepci�n. Y, por eso, este �ltimo se�ala, en el n�mero 2 del Art�culo 1, que "persona es todo ser humano", para luego precisar, en el n�mero 1 del Art�culo 4, que la vida se respeta "a partir del momento de la concepci�n". En virtud del art�culo 5� de la Constituci�n, el instrumento anterior, referente a una materia de derechos humanos, se encuentra vigente y es aplicable en nuestro ordenamiento jur�dico, construido de esa manera. Refuerza dicha perspectiva la misma Carta, la cual dispone, en el art�culo 19, n�mero 1�, p�rrafo segundo, que "La ley protege la vida del que est� por nacer". Por lo tanto, cualquier situaci�n de conflicto en la aplicaci�n de una norma deber�a orientarse siempre a preferir que se salve o defienda la vida de quien se halla en el vientre materno. Y, finalmente, el C�digo Penal dispone, en forma bastante contundente, que configura un il�cito -es decir, una acci�n injusta, contraria a nuestro ordenamiento- el dar muerte intencionadamente al ni�o por nacer, mediante cualquier clase de manipulaci�n; el interrumpir un embarazo con la intenci�n de quitarle la vida al ser humano en el vientre materno. Este es el cuadro normativo. En consecuencia, los proyectos que hoy d�a discutimos deben ser analizados desde esa perspectiva. Uno de ellos plantea el aborto terap�utico. Como ya ha sido expuesto por muchos, no puede ser terap�utica, obviamente -o sea, algo que propone remedios, soluciones o sanaciones-, la interrupci�n de la vida de alguien por nacer. Pero, en realidad, lo que se quiere decir es que, cuando se trata de salvar la vida de la madre, ante una enfermedad grave o delicada que requiere la intervenci�n m�dica, no deber�a considerarse aborto el que en esa situaci�n se provoque una lamentable p�rdida del embri�n en su seno. Y, por lo tanto, reuni�ndose los requisitos que se se�alan, se salvar�a un eventual conflicto. El origen del asunto, seg�n se expresa, se halla en la supresi�n de un art�culo en el C�digo Sanitario, efectuada en 1989, que establec�a precisamente que, con algunas prescripciones m�dicas, se pod�a proceder a un aborto de esa �ndole, por lo que no cab�a entender que se comet�a un delito si alguien, por salvar a la madre, causaba la muerte del feto. La verdad es que el punto me parece absolutamente improcedente. Aqu� han expresado algunos se�ores Senadores que "ello fue hecho en la dictadura". Las normas tienen valor en s� mismas, independiente del origen. Ese es un argumento ideol�gico que no apunta al fondo. El fondo de la cuesti�n radica en si acaso se ha registrado efectivamente, desde la supresi�n de la norma, alguna situaci�n en que un m�dico o un equipo m�dico hayan intervenido para salvar la vida de una madre enferma y se haya causado la p�rdida del feto o embri�n en su seno, con consecuencias penales. Y, por m�s que hemos buscado, no hemos encontrado ninguno. Por lo tanto, quienes impulsan la iniciativa no han podido acreditar que es necesaria. Porque no lo es. Lo que constituye el delito es el acto intencional de un tercero de manipular la vida en el vientre materno. Cuando ello se hace para salvar a la madre, ciertamente no es el caso. Por lo dem�s, ah� se da un sentido pr�ctico: si ella no se salva, de todas maneras va a morir el hijo. En consecuencia, el intento, si lamentablemente trae como consecuencia la p�rdida del feto, no es un aborto. No existe, entonces, el concepto de aborto terap�utico y el proyecto resulta completamente innecesario. Pero se observa tambi�n un aspecto de gravedad: puede permitirse un concierto de m�dicos para lograr, por esa v�a, validar y legitimar un aborto. Trat�ndose del proyecto que autoriza la medida cuando se presenten graves malformaciones f�sicas o ps�quicas, me parece que estamos entrando en una situaci�n much�simo m�s grave. Porque, �cu�l es la malformaci�n f�sica? �El que una persona carezca de pies, de manos? �El que no cuente con algunos �rganos, sin perjuicio de poder subsistir? O bien, en el �mbito de lo ps�quico, �el que no re�na condiciones de intelectualidad o mentalidad normales? �Qu� es lo normal? �Presenta esa caracter�stica alguien con el s�ndrome de Down, para estos efectos? �Esa es una malformaci�n ps�quica o no? A mi juicio, empezamos a transitar por un camino que permite eliminar realmente a aquellos que no pertenezcan a la raza pura, al modelo ideal de ser humano. Es algo que ha ocurrido, por desgracia, en distintos per�odos de la historia, pero que no vamos a validar, porque resulta por completo inaceptable. El otro concepto que se propicia es el de la inviabilidad del feto, en circunstancias de que cuando este se encuentra en esa condici�n se registran abortos espont�neos. Aparentemente, cerca de un tercio de los embarazos terminan en esa forma, porque el cuerpo y la naturaleza operan por s� mismos. Y en otros casos tiene lugar la muerte fetal, cuando ya han transcurrido m�s de 20 semanas. Ah� tampoco hay un ser vivo, y, por lo tanto, no media un aborto, sino que simplemente es preciso resolver la situaci�n. Luego, el concepto de inviabilidad es bastante complejo, incluso cuando se presenta un feto anencef�lico, porque la evidencia muestra, como se ha dicho, que un 70 por ciento de ellos nacen vivos y que cerca de un 30 por ciento sobrevive m�s de 24 horas, llegando un 3 a 4 por ciento hasta a superar una semana, sin apoyos especiales. Por lo tanto, creo que aqu� -de nuevo- no es posible contemplar un espacio que puede derivar en consecuencias fatales y dejar, por esta v�a, la puerta abierta a los abortos. Finalmente, se hace referencia a la violaci�n. Aqu� no hay ning�n problema ni con la madre ni con el feto: existe una tragedia humana, una acci�n brutal repudiable y sancionada penalmente en forma indiscutida y universal. Sin embargo, una persona es inocente en el episodio: la que se encuentra en el vientre materno. Por lo tanto, el Estado podr� acompa�ar o apoyar a la madre, pero no legitimar, como consecuencia de un acto b�rbaro, la sanci�n de quitarle el derecho a vivir a quien no tiene arte ni parte en el problema: el feto. En consecuencia, tampoco se justifica esa proposici�n. Creo que aprobar cualquiera de los proyectos demuestra un desconocimiento, no solo de nuestro ordenamiento jur�dico, constitucional o internacional, sino tambi�n del principio �tico que lo funda, que es el respeto irrestricto del derecho a la vida. Por eso, se�or Presidente, independiente de las intenciones o los objetivos que se persigan en la materia, considero que no cabe m�s que rechazar en forma clara y contundente las iniciativas en debate, porque la vida se halla por encima de cualquier otro beneficio y, ante la duda, siempre se tiene que estar por ese derecho. He dicho. --(Aplausos en tribunas). El se�or ESCALONA (Presidente).- Tiene la palabra al Senador se�or Carlos Larra�n. --(Aplausos en tribunas). El se�or LARRA�N (don Carlos).- Se�or Presidente, referirse al aborto exige buscar las palabras con la mayor atenci�n posible y dejar de lado la ret�rica, los juicios apresurados, las descalificaciones, para as� tratar de incluir al mayor n�mero de personas de buena voluntad precisamente en lo que es una preocupaci�n central: la defensa de la vida humana, su protecci�n en todas sus manifestaciones. Los proyectos de ley sometidos a la consideraci�n del Senado han sido analizados por varios Honorables colegas desde distintos �ngulos: el del orden jur�dico interno; el del orden positivo internacional, al cual se aboc� el Senador se�or Espina; el de la tutela de los derechos constitucionales. En todas esas pruebas o criterios no han pasado la barrera del an�lisis cr�tico, es decir, han fracasado en cumplir con los est�ndares m�nimos que rigen nuestra convivencia. Por eso, formulo desde ya reserva de constitucionalidad sobre cualquiera de ellos en caso de que llegara a ser aprobado por una mayor�a circunstancial. Es necesario hacer presente que, aun cuando se admitiera la buena fe de sus promotores -y la admito respecto de varios de ellos-, me llam� mucho la atenci�n haber escuchado ayer de boca de un Senador que quienes nos opon�amos al aborto �ramos mentirosos, enga�osos, todo ello dicho con una voz estent�rea, muy dura. Al fin y al cabo, es preciso aceptar que se puede querer servir a la verdad a los dos lados de la barrera. Ahora, aun cuando se reconociera -repito- dicha buena fe, no podr�a negarse que las iniciativas implican efectos no deseados, los cuales exceden bastante los invocados al plantearlas. Se sostiene formalmente que lo que se procura con mucha intensidad es la protecci�n de la vida de la mujer en determinadas circunstancias. Y no lo dudo. Pero, curiosamente, en esta misma Sala se observa que de ese simple enunciado se llega a conclusiones mucho m�s amplias, tanto por los opositores al aborto, quienes comprueban, con un buen sentido normal, que los proyectos abren las puertas para algo que sobrepasa considerablemente los casos l�mites invocados, como tambi�n por los que est�n a favor, que piden aqu� que sea universal, gratuito, seguro y libre, provisto por el Estado. No hay que cerrar los ojos a la realidad de que una disposici�n enunciada de manera restringida puede provocar efectos que vayan mucho m�s all� de los esgrimidos inicialmente para justificar una legislaci�n. La experiencia internacional en la materia -se encuentra ah� para que todo el mundo la vea- es absolutamente siniestra. En los Estados Unidos se registran anualmente m�s de un mill�n 200 mil abortos legales. Es decir, las cifras acumuladas causan un verdadero v�rtigo. Algunas de las consecuencias no buscadas est�n ah�, sin embargo, para que se comprueben de buena fe. Se llevan a cabo formas de selecci�n eugen�sica, lo que resulta evidente. Se destruyen ni�os seg�n su sexo. En muchas culturas, el femenino, en particular, es discriminado. Ello tambi�n se extiende a ciertas razas o combinaciones raciales. En algunos pa�ses pr�speros existe el prurito de impedir que golpeen las puertas de sus territorios personas provenientes de culturas supuestamente inferiores: ni�os m�s oscuros de piel, menos arios, menos buenosmozos. Creo que ninguno de los promotores de los proyectos quiere eso. En numerosos lugares han desaparecido virtualmente los peque�os con s�ndrome de Down o que presentan alguna forma de limitaci�n f�sica, como la falta de una extremidad. Eso se diagnostica hoy d�a en el vientre materno y se procede a eliminarlos, porque pueden echarle a perder la vida a la mujer de alg�n modo. Sin embargo, si bien ella enfrentar�a mayores dificultades, su existencia podr�a ser mucho m�s rica, como lo prueban tantos cientos de miles de madres con ni�os enfermos o con s�ndrome de Down, si bien estos �ltimos no corresponden propiamente a esa otra condici�n. Algunos peque�os enfermos constituyen el centro de la vida de su familia. Y conozco casos cercanos. Todo eso ocurre cuando se abre la puerta al aborto, aunque sea con estas justificaciones tan afiligranadas y trazadas con tanto cuidado. Por ello, se debe mantener un cierto escepticismo ante disposiciones que lo permiten, incluso en sus acepciones m�s restrictivas. Nosotros, afortunadamente, tenemos el art�culo 19, N� 1�, de la Carta Fundamental, que es rotundo en la materia. No hay donde equivocarse. Dispone: "La Constituci�n asegura a todas las personas: "1�. El derecho a la vida y a la integridad f�sica y ps�quica de la persona. "La ley protege la vida del que est� por nacer.". De ah�, entonces, que estos proyectos obliguen a hacer una reserva de constitucionalidad. Ahora, en el curso del debate les he o�do decir a varios Senadores que quienes nos oponemos al aborto lo hacemos, sobre todo, por razones religiosas. Por lo pronto, tener alg�n predicamento religioso no es una cosa que exija disculparse; hay muchos millones de personas que adhieren a alguna forma de religi�n. Yo discrepo de aquello. Hay muchos millones de personas que no profesan religi�n alguna y que tambi�n defienden la vida. Pero se ha se�alado, con majader�a, que esto ser�a una especie de prejuicio causado por la religi�n. Creo que eso es una capitis diminutio muy dolorosa que se autoinflige la mentalidad simplemente racionalista. La gente que no tiene creencia religiosa, �para qu� nos entrega a nosotros, los que s� tenemos alguna o tratamos de servirla, el privilegio de ser los que defendamos la vida por razones religiosas? Yo disiento por completo de eso. Se ha afirmado que los Estados laicos son los que protegen la existencia humana. Ayer, un Senador expresaba, con mucho �nfasis, que el Estado laico asegura la vida de todos sus hijos. Bueno, aunque hay muchas personas de orientaci�n laica que s� defienden la vida, �los Estados laicos, formal y potentemente laicos, han sido los que menos han protegido la vida humana...! �Qu� menos religiosos, qu� m�s laicos o qu� m�s antirreligiosos que los Estados organizados en torno al nacionalsocialismo o al comunismo sovi�tico! �D�nde y cu�ndo la vida humana ha sido m�s precaria antes y despu�s de nacer? Ya en 1935 y 1936, alrededor de 70 mil personas hab�an sido eliminadas en la Alemania nazi porque no correspond�an al modelito ario. --(Manifestaciones en tribunas). �Cu�ndo se persigui� m�s a los que pertenec�an a cierta raza, etnia o religi�n, as� fueran jud�os, checos, polacos, gitanos, lituanos, croatas, musulmanes, hebreos, cristianos evang�licos, ortodoxos o cat�licos, animistas o simplemente no creyentes? �Cu�ndo ocurri� aquello? Cuando los Estados se proclamaron abiertamente enemigos de la religi�n. Sin embargo, pienso que, a pesar de esos ejemplos dram�ticos, hay mucha gente que no adhiere al nazismo o al comunismo y que defiende la vida. Por tanto, el papel de defender la vida nos incumbe a todos, cualquiera que sea la definici�n en cuanto a los temas centrales de la existencia. Repito: mucha gente de bien, sin definici�n religiosa, afirma la sacralidad de la vida humana en toda circunstancia. Afortunadamente es as�. Y para ello, basta con seguir los dictados de la raz�n natural. No es necesario ser fil�sofo ni te�logo, ni haber tenido una gran formaci�n en torno a la religi�n. Basta con seguir la tradici�n griega de respeto por la raz�n. La raz�n es una gu�a para la conducta humana, tema que retom� la Ilustraci�n europea, la cual tuvo mucho que ver con la expansi�n de la teor�a de los derechos del hombre, de la persona. Por lo tanto, existe una antiqu�sima tradici�n de tipo no religioso que s� protege la vida humana. Por ende, todos los hombres estamos llamados e invitados a proteger la vida humana en cualquier circunstancia. Ahora, �por qu�, finalmente, y en un plano ya lo m�s general posible, todos estos proyectos, cuyos detalles han sido puestos en evidencia, terminan en una derogaci�n de la garant�a de la vida que impera en la comunidad nacional? Para nosotros, el aborto es una especie de sentencia de muerte abierta, sin juicio, sin pruebas, sin intervenci�n de un juez, sin defensa, sin que haya un promotor, sin que haya culpa. Y la primera v�ctima del aborto es el ser inocente que est� all� donde debe sentirse m�s seguro: en el seno materno. �Qui�n protege al m�s d�bil de los seres humanos? Cuando rige la ley de aborto, queda absolutamente desprotegido. Dicho raciocinio, decantado por algunos de los proponentes de estas ideolog�as, conduce, muchas veces sin quererlo, a posturas de aborto universal: sin impedimentos, sin limitaciones, hasta el noveno mes, como ocurre en los Estados Unidos, donde se extrae una guagua por presas desde el vientre materno, luego de reventarle el cr�neo con una pinza. --(Manifestaciones en tribunas). �Porque eso es el aborto: un crimen cometido con impunidad! �Que la ley contemplaba tal disposici�n desde el a�o 1931 y que rigi� en nuestro ordenamiento por m�s de 50 a�os? Afortunadamente, podemos partir de la base de que los sistemas legislativos mejoren con el tiempo, a menos que tengamos una visi�n retro completa. Porque, si hace falta, podemos tambi�n retrotraernos a la ley del tali�n. Es decir, hay maneras de hacer progresar el ordenamiento jur�dico. Para nosotros, el aborto es sin�nimo de dolor, de pena, de padecimiento del ser que es eliminado; pero, asimismo, de la madre que consiente, cualesquiera que sean las circunstancias, pues a menudo ella consiente bajo presiones psicol�gicas intolerables. Siempre duele, aun en el caso de tratarse de un ser inviable, porque la carga que asume la mujer que tolera o acepta el aborto es excesiva para las espaldas de una persona en particular. Concluyo manifestando que el aborto, cuando se hace com�n, cuando se expande, cuando se multiplica, pasa a ser una herida en el cuerpo de la sociedad completa. Hacer posible el aborto, as� sea en un marco restringido como el que hoy d�a se est� m�s o menos proponiendo, constituye un fracaso absoluto para la sociedad entera. Eso es lo que nosotros queremos evitar. Y, as� como yo part� diciendo que en muchas ocasiones quienes proponen el aborto lo hacen de buena fe, debo precisar que los que nos oponemos a �l tambi�n procedemos de buena fe, lo cual ha de sernos reconocido. Quienes votamos contra el aborto -y desde ya anuncio mi rechazo a estos proyectos-, lo hacemos porque deseamos el bien de nuestra patria. He dicho. --(Aplausos y manifestaciones en tribunas). El se�or ESCALONA (Presidente).- Ruego al p�blico asistente a las tribunas no efectuar ning�n tipo de manifestaci�n, ni a favor ni en contra de las distintas intervenciones. Tiene la palabra el Honorable se�or Frei. El se�or FREI (don Eduardo).- Se�or Presidente, primero har� una rese�a de la trayectoria de este tema en Chile. En 1874 aparece la primera legislaci�n punitiva acerca del aborto. El C�digo Penal establece la sanci�n, indicando grados de culpabilidad y de pena, seg�n si la mujer es forzada a abortar o lo hace por decisi�n propia, y los m�dicos que lo practican se exponen a condenas. Posteriormente, en 1931 -tal como se ha se�alado reiteradamente- se contempla en el C�digo Sanitario, que al efecto dispone que el procedimiento pueda realizarse con autorizaci�n de tres m�dicos cuando haya riesgo para la salud de la mujer. Desde esa �poca el n�mero de abortos en Chile fue en crecimiento y, al mismo tiempo, comenz� a aumentar fuertemente la natalidad. Pero, dado que los procedimientos m�dicos de entonces eran bastante menos desarrollados que los actuales, la cifra de mujeres hospitalizadas por complicaciones derivadas de aborto se elev� en forma significativa, llegando a su punto m�ximo en 1960, con m�s de 57 mil casos. Por eso, en 1967, el Gobierno del Presidente Frei Montalva reforz� la protecci�n oficial del aborto terap�utico modificando el C�digo Sanitario, a fin de permitir que aquel se pudiera realizar con la opini�n documentada de dos m�dicos cirujanos y no de tres, como lo dispon�a la ley promulgada en 1931. Dado el aumento de los abortos en mujeres en edad f�rtil, que subi� de 34,9 por ciento, en 1940, a 50,9, en 1964, el Gobierno de la �poca impuls� el Programa Nacional de Planificaci�n Familiar, en virtud del cual los hospitales y las cl�nicas del Servicio de Salud comenzaron a distribuir anticonceptivos a las mujeres que lo solicitaban. Esa iniciativa fue clave en la disminuci�n de las tasas de aborto en el pa�s. Conocemos la historia posterior, que va de 1973 a 1990. En el art�culo 19 de la Constituci�n de 1980 se estableci� que la ley protege la vida del que est� por nacer. Ese mandato del constituyente al legislador se materializ� en 1989 con la sustituci�n del art�culo 119 del C�digo Sanitario. Este pr�cticamente rigi� desde los a�os treinta a los noventa; es decir, por m�s de 60 a�os, con las enmiendas introducidas en 1967. Por �ltimo, tambi�n me gustar�a se�alar que en 2009 se asegur� la confidencialidad. En ese sentido, el Ministerio de Salud adopt� un protocolo mediante el cual el personal sanitario queda obligado a no extraer confesiones a mujeres con signos de aborto inducido. Esto, para asegurar el secreto m�dico-paciente y cumplir con las observaciones formuladas al Estado de Chile por el Comit� contra la Tortura de la Organizaci�n de las Naciones Unidas. Por lo tanto, para ser preciso, el aborto terap�utico fue permitido por el C�digo Sanitario desde 1931 hasta 1989. En ese per�odo, toda mujer embarazada cuya vida estuviera en peligro pod�a practicarse un aborto si contaba con la aprobaci�n de tres m�dicos, en primera instancia, y de dos, a partir de 1967. Los Gobiernos de aquellos a�os protegieron la vida de muchas mujeres, haci�ndose cargo de este grave problema de salud p�blica, tal como lo reconoce en diversas opiniones la Organizaci�n Mundial de la Salud. Sin embargo, en 1989 se termin� con esa pr�ctica. O sea, se us� durante muchos a�os sin mayores inconvenientes, como lo hemos escuchado en varias oportunidades. Desde entonces, en Chile el aborto est� prohibido en todas sus formas. No existen excepciones legales. Las disposiciones contrarias al aborto se encuentran en el C�digo Penal bajo el t�tulo "Cr�menes y Delitos contra el Orden Familiar y la Moralidad P�blica". Esta legislaci�n es de las m�s restrictivas del mundo, y nuestro pa�s es uno de los 17 que se han negado sistem�ticamente a su despenalizaci�n. Se ha pretendido defender la penalizaci�n del aborto terap�utico argumentando que este atenta contra el derecho a la vida. Pero el verdadero atentado a este derecho es el que comete el Estado de Chile contra miles de mujeres a quienes se les niega la posibilidad de practicarse un aborto cuando el feto presenta malformaciones incompatibles con la vida, y que se ven expuestas a la posibilidad de morir y a sufrimientos innecesarios, tanto f�sicos como psicol�gicos. A pesar de los avances en la medicina, seguir�n existiendo embarazos de alto riesgo para las mujeres y malformaciones fetales serias. Esta realidad constituye una grave vulneraci�n a los derechos humanos, que afecta a miles de chilenas obligadas a pasar por una experiencia traum�tica que puede terminar con su vida o condicionar peligrosamente su futuro. Adem�s, esto constituye una demostraci�n m�s de la desigualdad a�n existente en nuestra sociedad entre hombres y mujeres. Reconocer y proteger los derechos de quienes se hallan marginadas del derecho a la salud y a la vida no puede ser visto como una amenaza, sino m�s bien como una oportunidad para construir un pa�s m�s justo y con derechos y oportunidades para todos. Quiero se�alar que siempre he estado por el derecho a la vida. �Soy total y absolutamente pro vida! Pero estimo que en circunstancias excepcionales se debe velar por la existencia de la madre, en vez de la de un feto sin ninguna posibilidad de vivir. Tampoco pretendo destruir a la familia. Mi Gobierno promulg� m�s de catorce normativas para proteger a la familia, a la mujer y a los ni�os. Podr�a darme el tiempo de leer cada una de ellas, pero solo voy a mencionar algunas. La ley que consagra la igualdad jur�dica entre mujeres y hombres (junio de 1999). La ley sobre filiaci�n (1998). La que penaliza la violencia intrafamiliar (1994). La ley sobre adopci�n de menores (1999). La que penaliza el maltrato a menores (1994). La ratificaci�n de los Convenios de la OIT sobre protecci�n a la maternidad y respecto a la igualdad de oportunidades y de trato para trabajadoras y trabajadores sin responsabilidades familiares (1995). La que tipifica los delitos sexuales, incluyendo violaci�n, violaci�n conyugal, estupro, incesto, abuso sexual a menores y pornograf�a con menores (julio de 1999). La ley sobre trata de mujeres (1995). La ley de descanso dominical, que facilita compartirlo en familia (1996). El dictamen de la Direcci�n del Trabajo que otorga el derecho a sala cuna (1996). La ley N� 19.505, que consagra un permiso especial a los trabajadores en caso de enfermedad grave de sus hijos, aplicable al padre o a la madre (1997). La que modifica las normas del C�digo del Trabajo en materia de protecci�n a la maternidad (1998). La ratificaci�n de los Convenios para Prevenir, Sancionar y Erradicar la Violencia contra la Mujer (1998). Y, por �ltimo, se envi� el proyecto que creaba los Tribunales de Familia. Se trata de una extensa legislaci�n, que desarrollamos cuando la Senadora Soledad Alvear era Ministra de Justicia. En consecuencia, me llama la atenci�n que hoy, cuando discutimos esta iniciativa que busca proteger la vida de muchas mujeres, quienes se oponen a ella no digan nada respecto a los miles de abortos clandestinos que se practican en nuestro pa�s. �Ese es el verdadero esc�ndalo en nuestra sociedad! Quisiera agregar una �ltima consideraci�n. Miles de mujeres, muchas de ellas menores de edad, compran por Internet el llamado "Misotrol", medicamento destinado al control de �lceras g�stricas, que debe ser suministrado mediante receta y bajo la supervisi�n de un medico porque tiene efectos abortivos. De modo que hay un mercado ilegal de este f�rmaco usado con fines abortivos, que opera en la red con total impunidad. No s� qu� medidas ha tomado el Ministerio de Salud al respecto, ni menos he escuchado a los defensores del derecho a la vida opinar sobre esta realidad. Por tales razones, y por la forma y contenidos del debate, voy a dar mi aprobaci�n al proyecto de ley presentado por el Honorable se�or Escalona y a la indicaci�n que presentaremos los Senadores de la Democracia Cristiana. En caso de que esa iniciativa no sea aprobada, insistiremos en que la Comisi�n de Salud y, luego, la Sala del Senado se pronuncien sobre otro proyecto que tambi�n envi� nuestra bancada. �Estamos por proteger la vida en todas sus instancias! --(Aplausos en tribunas). El se�or ESCALONA (Presidente).- Solicito a los asistentes a las tribunas que no realicen manifestaciones ni a favor ni en contra de alg�n Senador o Senadora. Tiene la palabra al Honorable se�or P�rez Varela. El se�or P�REZ VARELA.- Se�or Presidente, sin duda, hemos tenido un largo debate. Durante cuatro sesiones todos han dado a conocer sus opiniones, sus ideas, sobre una materia en que tenemos un consenso respecto a que es extraordinariamente sensible. Se ponen sobre la mesa convicciones e ideas relativas a algo tan especial como la vida y, particularmente, la del que est� por nacer. Me gustar�a hacerme cargo de algunas de las apreciaciones de forma y de fondo que hemos escuchado durante estas cuatro sesiones. En primer lugar, ciertos Senadores que se hallan a favor de la aprobaci�n de los proyectos que hoy d�a se someten a nuestra consideraci�n, han expresado que rechazar la idea de legislar implica evitar el debate. A mi juicio, esa afirmaci�n es absolutamente injustificada. Considero que est� impl�cito en los derechos y los deberes de cualquier Senador el expresar con claridad sus convicciones. Y, por eso, nuestro ordenamiento y, en particular, el Reglamento del Senado, establecen como una de las opciones posibles el rechazo en general de una iniciativa o una norma. Si ello no fuera correcto o l�gico, nuestro propio ordenamiento institucional no lo considerar�a. Por lo tanto, cuando se entra a debatir determinado proyecto, no hay duda de que el rechazo a la idea de legislar es un derecho leg�timo y democr�tico de cada uno de los Senadores que fueron elegidos por la ciudadan�a. �Y por qu� nos podemos pronunciar en contra de la idea de legislar? Porque no es admisible, por ninguna consideraci�n, imponer a un Senador o a un Diputado la aprobaci�n de iniciativas que transgredan sus propias convicciones. Es tan simple como eso: nadie puede ser obligado a votar algo en lo que no cree. Lo anterior no significa de manera alguna que ciertas materias dejen de discutirse. Y aqu� ha habido un ejemplo evidente: cuatro sesiones y, adem�s, un debate p�blico, abierto, amplio sobre las posiciones de unos y de otros, y sobre las convicciones que tienen tanto los que presentan estas iniciativas como quienes las rechazamos. �Y por qu�, en lo personal, rechazar� la idea de legislar respecto de estos proyectos? --(Manifestaciones en tribunas). En primer lugar, porque ha quedado claro que en el debate se ha omitido una parte fundamental de un tema como el aborto. No lo olvidemos nunca: en el embarazo son dos las partes involucradas. Y hasta ahora, por lo que hemos escuchado, los impulsores de la idea de despenalizar el aborto han invocado �nicamente el impacto del embarazo en una de ellas, la madre, omitiendo los efectos de una decisi�n en la otra parte, que es el hijo por nacer. Nuestra Constituci�n asume que aquella parte de la que no se habla ni nada se dice y que no ha sido mencionada pr�cticamente en el debate p�blico, es una persona, un ciudadano en pleno desarrollo. La Carta Fundamental asume esa condici�n desde el punto de vista jur�dico, toda vez que reafirma que la ley protege al que est� por nacer y, por ende, consagra la protecci�n de sus derechos. Aqu� tambi�n se ha dicho por algunos de mis colegas de bancada que el Estado de Chile suscribi� el Pacto de San Jos� de Costa Rica, que contiene la Convenci�n Americana sobre Derechos Humanos, donde se establece con absoluta claridad y se reconoce como derecho humano la defensa de la vida desde la concepci�n. Por lo tanto, a partir de la concepci�n, la madre, ciudadana con derechos, alberga en su vientre a otro ciudadano en potencia, tambi�n con derechos. La cuesti�n fundamental que plantean las mociones en debate es que, en virtud de los derechos de aquella, deben conculcarse los del hijo. Y, desde el punto de vista cient�fico, lo parad�jico es que los especialistas han confirmado que en el escenario que plantea la ciencia hoy es pr�cticamente inexistente la posibilidad de que la vida de la madre dependa de la interrupci�n de su embarazo. Aun as�, son perfectamente legales los procedimientos m�dicos -de hecho, se practican en Chile- que permiten resguardar la vida de la madre. Y si a ra�z de ellos se afecta la existencia del ser en gestaci�n, eso no puede ser considerado en la categor�a de aborto, porque aquel procedimiento no ten�a como prop�sito interrumpir un embarazo. Por eso, el C�digo Penal, en su art�culo 342, exige que el aborto sea hecho "maliciosamente". Ese es un concepto que la jurisprudencia ha consagrado -o sea, la existencia del dolo- y ha sancionado, no a quienes a trav�s de procedimientos m�dicos y procurando salvar la vida a la madre pueden generar la p�rdida de la vida de un ser en formaci�n, sino a los que buscan derechamente interrumpir el embarazo. Y en nuestro pa�s, desde hace a�os casi no se registran casos de muerte por aborto provocado. Por lo tanto, debemos sincerar los prop�sitos centrales de este debate. Si quienes defienden la opci�n de abortar lo hacen a partir de la autonom�a de la mujer sobre su cuerpo, como lo hemos escuchado aqu� en reiteradas oportunidades, entonces deben reconocer que el mismo argumento servir� para legalizar la interrupci�n del embarazo por las razones que se estimen pertinentes. Si el argumento se basa en la autonom�a de la mujer sobre su cuerpo, entonces cualesquiera pueden ser las razones que se estimen atendibles para interrumpir el embarazo. No nos parece adecuado insistir en esta estrategia de centrar una legislaci�n a partir de excepciones que se exponen ante la opini�n p�blica con mucha publicidad. Creemos que resulta m�s honesto y conveniente sincerar los motivos por los cuales un sector entiende que debe legislarse sobre la materia. Hasta ahora, quienes han defendido la opci�n de interrumpir el embarazo, incluyendo a los m�dicos que est�n en esa posici�n, lo han hecho a partir de dos argumentos: la autonom�a de la mujer sobre su propio cuerpo, como ya hemos expresado, y la existencia en la pr�ctica de abortos provocados que pondr�an en riesgo la vida de la madre, pues se realizan al margen de los est�ndares sanitarios. De ambas razones se desprende que no se reconoce la existencia de otro ser humano, la cual est� supeditada a la autonom�a de la madre y que, dada la realidad, debe legalizarse. A m� me parece que ese es el centro del debate de hoy d�a. Hemos escuchado aqu� decir a algunos Senadores, con mucha elocuencia, que est�n a favor de despenalizar el aborto, que es la libre elecci�n de la mujer la que debe primar en la mayor�a de los casos. Desconoce esa concepci�n que el ser en gestaci�n es un ser humano potencial, un ciudadano potencial, y que el Estado debe intervenir, porque siempre tiene que proteger al m�s d�bil. Y en este caso el m�s d�bil, sin duda, es aquel que est� por nacer. Y no puede el Estado, en raz�n de una suerte de autonom�a de la voluntad de una determinada persona, dejar de cumplir, a nuestro juicio, un rol que es fundamental. Esas son, muy someramente -el debate ha sido extraordinariamente largo-, las razones que nos llevan a rechazar los proyectos en debate. Pero no puedo dejar de referirme a la afirmaci�n de algunos de los Senadores que me han antecedido recientemente en el uso de la palabra: que la derogaci�n de una norma del C�digo Sanitario en 1989 ha puesto en riesgo la vida de las mujeres en los �ltimos 23 o 24 a�os. Conforme a la evidencia emp�rica, ello no es as�. Aqu� Gobiernos de distinto signo jam�s habr�an permitido que la vida de la mujer hubiera estado en riesgo. Por lo tanto, no me parece un argumento que pudiera hacer fuerza. Por el contrario, creo que el avance de la medicina ha permitido resolver los problemas de la mujer en riesgo. Y tambi�n debemos asumir lo relativo a los abortos clandestinos. Ser�a bueno poder saber y discutir sobre las razones de su pr�ctica. Muchas veces nos vamos a encontrar con la sorpresa de que no se realizan para proteger la vida de la madre ni tampoco por existir un feto inviable. Las causas son otras: condiciones sociales que sin duda es preciso atender y respecto de las cuales debemos trabajar en�rgicamente para superarlas. Pero no vamos a bajar el n�mero de abortos en el pa�s abriendo la posibilidad de realizarlos sobre la base de argumentos como la autonom�a de la voluntad de la mujer sobre su cuerpo. Sin duda, eso podr�a ser absolutamente contraproducente. El Estado debe resguardar la vida del que est� por nacer. Y esto lo debemos proteger siempre. Por eso, votar� en contra de la idea de legislar sobre estos proyectos. --(Aplausos y manifestaciones en tribunas). El se�or ESCALONA (Presidente).- Se reitera al p�blico de tribunas que no corresponde hacer manifestaciones ni a favor ni en contra de las intervenciones de los se�ores Senadores. Tiene la palabra el Honorable se�or Garc�a. El se�or GARC�A.- Se�or Presidente, en primer t�rmino, deseo recordar a la Sala la opini�n del doctor Julio Montt Momberg, Presidente del Departamento de �tica del Colegio M�dico de Chile, entregada en la Comisi�n de Salud durante el an�lisis de los proyectos de ley que hoy nos ocupan. �Qu� dijo el doctor Julio Montt en esa oportunidad? Expres� que el organismo que dirige se ve enfrentado permanentemente a problemas derivados de las situaciones planteadas en los proyectos de ley en estudio. En primer lugar, abord� lo expuesto en el considerando N� 3 del proyecto de ley que despenaliza la interrupci�n del embarazo, iniciado por moci�n del Honorable Senador se�or Rossi y la ex Senadora se�ora Matthei, precisando que "el actual C�digo de �tica del Colegio, modificado en el a�o 2004, no contempla entre sus disposiciones alg�n art�culo referido al aborto. El art�culo 8� del citado C�digo establece el respeto a la vida, desde su inicio hasta su t�rmino. Sin embargo, estima que nadie est� en condiciones de definir con certeza cu�ndo se inicia la vida.". En relaci�n con el aborto terap�utico, se�al� que "es preferible no usar esos t�rminos, por cuanto la primera palabra se relaciona con el fin de la vida y la segunda se relaciona con hacer los esfuerzos necesarios para sanar a alguien. Tienen sentidos contrapuestos.". Estim� que es m�s propio hablar simplemente de interrupci�n del embarazo. Luego, manifest�: "En la pr�ctica, cuando est� en riesgo la vida de la madre y no hay seguridad de que el feto vaya a sobrevivir, se debe realizar un �acto m�dico` y no arriesgar la vida de la madre. En ese caso, lo fundamental es salvar a la madre y si, por esa acci�n muere el feto, es producto de un acto m�dico beneficioso para la madre. Antiguamente, frente a una patolog�a de la madre se recomendaba el aborto, pero en la actualidad, dado el desarrollo de la medicina, la mayor�a de esas patolog�as pueden ser tratadas sin da�ar al feto.". En relaci�n con el aborto eugen�sico, que se practica cuando el feto presenta graves problemas gen�ticos, se�al� que "es una situaci�n que se produce en muy pocos casos y por lo general se interrumpe el embarazo, como en el caso de la anencefalia.". El referido facultativo termin� se�alando que "hoy en d�a existen en la pr�ctica m�dica y en la legislaci�n nacional suficientes medios para resolver los problemas que se presentan, sin necesidad de una nueva ley". Resalt� la labor de los comit�s de �tica en la soluci�n de este tipo de problemas, ya que la bio�tica proporciona metodolog�a y herramientas para reflexionar sobre estos temas, y otro tanto puede decirse del control que podr�a ejercer el Colegio M�dico. Hasta ah� la opini�n del m�dico Julio Montt Momberg. Adem�s, se�or Presidente, las palabras del referido profesional adquieren todav�a mucha m�s fuerza, porque fue Diputado democratacristiano durante dos per�odos y se desempe�� como Ministro de Salud en el Gobierno del entonces Presidente Patricio Aylwin entre 1992 y 1994. Por lo tanto, no se trata solamente de la opini�n de un m�dico de gran prestigio, sino tambi�n de una persona que ha ocupado altos cargos en la Administraci�n del Estado, particularmente en el sistema p�blico de salud. Por otra parte, quiero referirme a los argumentos de algunos se�ores Senadores en sus intervenciones. A mi juicio, los tres proyectos presentados son inconstitucionales. Nuestra Carta Fundamental, en su art�culo 19, asegura a todas las personas "El derecho a la vida y a la integridad f�sica y ps�quica de la persona". Adem�s, establece que "La ley protege la vida del que est� por nacer". En consecuencia, aun cuando estas iniciativas legales se llegaran a aprobar, la interrupci�n del embarazo ser� siempre un acto contrario a la Constituci�n. Podr� decirse que uno usa estos argumentos para evitar el debate. �No es as�, se�or Presidente! Yo creo que ac� las cosas se han hecho al rev�s. Lo primero que debieron haber hecho los autores de las distintas iniciativas era presentar un proyecto de reforma constitucional para eliminar la norma que expresa: "La ley protege la vida del que est� por nacer". Una vez suprimido ese precepto de rango superior, podr�amos haber entrado a debatir las normativas ahora en discusi�n. Pienso que la tramitaci�n de estos proyectos en el Senado, manifiestamente inconstitucionales, obedece a interpretar de manera equivocada nuestro ordenamiento jur�dico. Por lo tanto, tambi�n formulo reserva de constitucionalidad respecto de las tres iniciativas. Finalmente, para m� la vida, especialmente la humana, tiene un valor superior y es fruto de una decisi�n excelsa que los hombres no podemos cambiar. Estimados colegas, perm�tanme referirme al joven Nick Vujicic, conocido por todos nosotros, porque ha visitado Chile. �l naci� sin brazos ni piernas. Si durante el embarazo a su madre se le hubiese hecho una ecograf�a, a lo mejor alg�n m�dico podr�a haber dicho: "Este feto no es viable. Practiquemos el aborto". �Y vean el talento que es hoy este muchacho! �Veamos las cosas que es capaz de hacer y c�mo recorre el mundo, dando testimonio de su amor por la vida y de su agradecimiento a Dios por haberle permitido vivir pese a las circunstancias dif�ciles en que naci�! Por eso, resulta inevitable que, frente a este tipo de iniciativas legales, uno deba pronunciarse sobre la base de sus convicciones religiosas y, en mi caso, de mis creencias cristianas. Yo creo que Dios nos da la vida y solo �l puede quitarla. En consecuencia, se�or Presidente, voto en contra de los proyectos presentados. --(Aplausos en tribunas). El se�or ESCALONA (Presidente).- Ruego a la tribuna mantener la calma. Corresponde aplicar el art�culo 133 del Reglamento en el sentido de que los se�ores Senadores que no hayan hecho uso de los quince minutos correspondientes en la ocasi�n en que intervinieron puedan utilizar, en un segundo discurso, los que les restan. �Va a hacer uso de ese derecho el Honorable se�or Quintana? El se�or QUINTANA.- As� es, se�or Presidente. El se�or ESCALONA (Presidente).- Tiene la palabra Su Se�or�a por cinco minutos. El se�or QUINTANA.- Se�or Presidente, en los minutos que dej� para esta ocasi�n quiero reiterar algo que se�al� en mi intervenci�n anterior acerca de lo que esta discusi�n representa. Siento que aqu� estamos haciendo un debate sobre el debate y no entrando verdaderamente al fondo del asunto. De hecho, las �ltimas exposiciones claramente le dan un portazo a esa discusi�n. Siento que el Senado corre el riesgo de ponerse finalmente una venda en los ojos ante una realidad que todo el mundo ha visto. Siento que las posiciones conservadoras expresadas en este debate, siguiendo la cronolog�a expuesta por el Senador Frei, son incluso m�s conservadoras que las que hab�a en Chile en 1874. No me refiero solo a 1931 o a la legislaci�n del Gobierno del Presidente Frei Montalva, sino a una realidad existente con mucha antelaci�n. Eso implica no ver el riesgo vital que el tema representa para muchas mujeres. No son circunstancias ni casos aislados: 4 mil mujeres, a lo menos, corren ese tipo de riesgo todos los a�os y alrededor de 970 tienen un embarazo con inviabilidad fetal. A esto debe agregarse la cifra de embarazos a causa de violaci�n. Por lo tanto, lo que se hace finalmente al no aprobar la idea de legislar respecto de estos proyectos es pedirle una condici�n de hero�smo a la mujer que ya ha sido victimizada. En definitiva, se le revictimiza. Eso, se�or Presidente, es lo que est� en juego en este debate. A lo anterior, cabe agregar la necesidad de legislar para adecuar nuestra normativa a la realidad cl�nica, a la realidad sanitaria, a la realidad hospitalaria, en manos de la cual hoy se deja una riesgosa decisi�n, por los vac�os legales que existen. En lo que no los hay, como muchos han se�alado, es en lo relativo a la penalizaci�n del aborto a todo evento. Pero s� existen vac�os en la forma de llevar adelante los procedimientos: cada equipo m�dico, sea en un hospital o en una cl�nica, tiene que proceder frente a situaciones sumamente riesgosas. El Senador Rossi en una sesi�n anterior se refiri� al planteamiento que hizo el Hospital Cl�nico de la Universidad de Chile respecto de un caso en el que, como no estaba claro el protocolo y la manera de actuar, se ligaron arterias uterinas para evitar una hemorragia. Y eso -me lo han se�alado varios doctores- implica un riesgo mucho mayor que la interrupci�n del embarazo. Se�or Presidente, siento que hoy d�a estamos dando una muestra de desconfianza no solo con relaci�n a las mujeres de nuestro pa�s, sino tambi�n respecto de nosotros mismos, cuando le cerramos la puerta al debate en particular. Porque aclaro a quienes est�n siguiendo esta discusi�n que ac� se trata solo de pronunciarse acerca de la idea de legislar vinculada a tres hip�tesis, fundamentalmente: inviabilidad fetal, violaci�n, riesgo vital materno. Por consiguiente, cerrar la puerta al debate significa que las mujeres en Chile no podr�n decidir. Al mismo tiempo -insisto-, pienso que estamos evidenciando una desconfianza hacia nosotros al expresar el temor de que en la discusi�n en particular qui�n sabe qu� cosa pueda suceder. Si estos proyectos son rechazados, la sociedad chilena en su conjunto volver� a instalarnos el tema. En un a�o m�s los candidatos presidenciales van a estar obligados a pronunciarse sobre la materia, porque ser�n emplazados a ello por la sociedad, no solo por las mujeres y el mundo cient�fico. El otro d�a dije que votar�a a favor de estas iniciativas y en contra de la hipocres�a. Aqu� muchos se�ores Senadores lo han se�alado. En este mismo instante se est�n vendiendo -y se ofrece en distintos sitios web- Cytotec, Misotrol, Mifeprex y varios otros productos. �Basta llamar a ciertos n�meros telef�nicos! Se los puedo dar. Repito lo que expres� en la sesi�n anterior: no porque algunos se�ores Senadores impongan sus convicciones �ticas y religiosas -respetables, por supuesto- van a dejar de sonar esos tel�fonos. �Abortos van a seguir habiendo en Chile! En definitiva, este debate tiene mucho que ver con la hipocres�a y con posiciones muy conservadoras, las que -insisto- no se ve�an en nuestro pa�s desde hac�a harto tiempo. Se�or Presidente, votar� a favor del derecho de las mujeres a decidir respecto de un �mbito tan propio de ellas. --(Aplausos en tribunas). El se�or ESCALONA (Presidente).- A quienes est�n en las tribunas les hago presente que queda poco tiempo; as� que les solicito no hacer manifestaciones. Tiene la palabra el Honorable se�or G�mez. El se�or COLOMA.- �Pero ya hablamos...! El se�or G�MEZ.- Gracias, se�or Presidente. A pesar de que mi amigo el Senador Coloma dice que ya hablamos, creo que no hemos expresado lo suficiente en un tema tan de fondo como el que nos ocupa. El se�or COLOMA.- �Todo de nuevo! El se�or G�MEZ.- Me ha tocado discutir en este Parlamento materias importantes, como la pena de muerte, el divorcio, la discriminaci�n. Hoy d�a estamos debatiendo acerca de la interrupci�n del embarazo, aborto terap�utico o como se lo quiera llamar. Ello, en funci�n de tres circunstancias relevantes. Pero aqu� se tiende a confundir la situaci�n. Cuando hablamos del aborto terap�utico, se debe tener claro que nos referimos a casos en que corre peligro la vida de la madre. Muchos han dicho que esto est� resuelto en la ley y que no es necesario legislar. Se incluyen tambi�n los embarazos donde los fetos son inviables. Se entiende que se trata de hechos m�dicos plenamente establecidos como tales. Es decir, el ni�o va a nacer, pero no sobrevivir�. La tercera situaci�n tiene que ver con la violaci�n a una mujer. Al respecto, he escuchado diversas declaraciones. Algunos sostienen que son defensores de la vida y que hay fundamentos �ticos para oponerse a los proyectos. Pregunto: �qui�n nos dio la facultad para votar? Nuestros electores. Estoy seguro de que estos, representados por todos los que estamos ac�, se hallan divididos. Muchos deben estar a favor; otros, en contra. Sin embargo, nosotros tomaremos una decisi�n por sobre la decisi�n de las personas que realmente debieran adoptarla: las mujeres. Ninguno de los hombres que hemos hablado aqu� tendr� que tomar tal decisi�n, a menos que la ciencia nos embarace. Y eso no es posible. La �nica persona que podr�a decidir algo as� es una mujer embarazada que se encuentre en uno de los caminos descritos. Anoche, dado que el proceso de esta discusi�n ha sido interesante para el pa�s, escuch� una entrevista a las hermanas Noguera, una de las cuales se encuentra embarazada... La se�ora RINC�N.- �Embarazada? El se�or G�MEZ.- S�. �Est� "gorda" y muy bonita! Ella dec�a: "Nadie puede pensar que alguno de nosotros est� a favor del aborto. Yo no lo estoy. Pero no es posible que se me obligue, a trav�s de la ley, a decidir si puedo o no tener a mi hijo". En las circunstancias que he se�alado, nadie podr�a obligarla. La �nica persona que cuenta con la facultad para tomar tal decisi�n debe ser la mujer. Y la ley no puede decirle que ir� presa si en tales casos interrumpe su embarazo. El Senador Hern�n Larra�n manifest� algo con lo cual estoy de acuerdo. En verdad, la interrupci�n del embarazo, sea o no maliciosa, est� penada. Si una mujer que espera guagua producto de una violaci�n se genera un aborto, ser� sancionada penalmente. En esa circunstancia, no tenemos derecho a determinar que ella, adem�s del dolor sufrido, termine siendo encarcelada. Hay casos clar�simos de esto hoy d�a en nuestra legislaci�n. Sin ninguna duda -�ninguna duda!-, todos los que estamos ac� tenemos convicciones, y todas ellas son respetables. Yo no me pronuncio ni a favor ni en contra de que se respete la decisi�n personal. Lo �nico que planteo es que estamos obligados, como pa�s, a discutir en profundidad estos temas. �Por qu� digo esto, se�or Presidente? Porque aqu� he escuchado a algunos parlamentarios argumentar lo siguiente: "Yo no estoy de acuerdo con estos proyectos, pero presentar� otra iniciativa sobre la materia". Les aclaro que -y esto ser� materia de debate- el hecho de que se vote en contra provoca el efecto de que la idea de legislar sobre el aborto queda rechazada en esta Sala. Entonces, se va a discutir si es posible o no tratar otros proyectos. Pongo de manifiesto el problema, aunque tengo mi opini�n al respecto. Pero el punto es si despu�s ser� factible o no debatir nuevas iniciativas. Seg�n lo se�alado ac�, algunos dir�n: "Ya se resolvi� esto; por tanto, no cabe seguir debatiendo el asunto hasta en un a�o m�s". �Es posible suspender esta discusi�n por un a�o? �Es posible que nosotros no abordemos hoy el tema? Si hay desacuerdos, durante la discusi�n particular se podr� presentar indicaciones, y cada uno votar� como estime necesario. No podemos dejar de escuchar a los miles de mujeres que probablemente hoy d�a est�n interesadas en opinar. Debemos escuchar tambi�n a quienes est�n a favor o en contra y hacer un debate nacional como corresponde. Responder de la manera en que lo har� el Parlamento, si se rechaza la idea de legislar, es esconder la discusi�n y dejar para m�s adelante algo que el pa�s tiene que tratar ahora. As� ocurri� cuando vimos el tema del divorcio; as� ocurri� con la pena de muerte; as� ocurri� con lo relativo a la discriminaci�n. En este �ltimo caso, dada la desgracia que se produjo con el ni�o Zamudio, hoy algunos parlamentarios van a votar a favor. �Vamos a seguir esperando que ocurran desgracias para legislar? �No pues! �Tenemos que discutir ahora! Y si no hay consenso, porque no somos capaces de llegar a acuerdos o porque existen diferencias profundas entre nosotros, entonces se votar� en contra en particular. �Pero rechazar la idea de legislar es rechazar el di�logo, es rechazar la discusi�n, es rechazar lo que este pa�s necesita: hablar, decirse las cosas, votar en conciencia y con conocimiento! Por eso, se�or Presidente -lo se�al� anteriormente y lo reitero ahora-, voy a votar a favor de estos proyectos con convicci�n. Es necesario debatirlos y tomar una decisi�n informada, de fondo. Gracias. --(Aplausos y manifestaciones en tribunas). El se�or ESCALONA (Presidente).- Tiene la palabra el Senador se�or Espina por tres minutos. El se�or ESPINA.- Se�or Presidente, no pensaba intervenir, pero, despu�s de escuchar a nuestro distinguido colega el Senador G�mez, tengo la obligaci�n de refutar tajantemente lo que ha se�alado respecto de qu� es lo que estamos votando. Aqu� se ha realizado un debate largo, prolongado. Se han expuesto argumentos a favor y en contra, en forma respetuosa, por parte de quienes son partidarios del aborto y de quienes somos contrarios a que se legisle en estos proyectos puntualmente, porque, en nuestra opini�n -lo decimos con respeto-, estos afectan un principio que el Pacto de San Jos� de Costa Rica, suscrito por nuestro pa�s, ha consagrado como defensa al derecho a la vida de quien est� por nacer. Pero ese debate ya lo efectuamos, y se ha transmitido por los medios de comunicaci�n. Sin embargo, no puedo aceptar el chantaje que se pretende hacer -y uso esa palabra fuerte- al se�alar que quienes votamos en contra de estos proyectos estamos impidiendo la discusi�n. �No le faltemos a la verdad a la opini�n p�blica! Las iniciativas legales se abordan respecto del contenido de sus textos. Por tanto, aqu� no se vota cualquier cosa en el aire, sino proyectos con contenido. Leg�timamente, habr� se�ores Senadores que est�n de acuerdo con esos textos y, leg�timamente, habr� quienes en democracia pensemos distinto. No les hemos entregado ninguna autoridad moral para venir a sostener que quienes estamos en contra de estos proyectos no queremos enfrentar un debate. Lo hemos hecho abiertamente, de cara a la gente, en el Senado de la Rep�blica y en representaci�n de lo que son nuestros valores y convicciones. Por lo tanto, se�or Presidente, diferencias podemos tener. Pero no podemos enga�ar a la opini�n p�blica. Los que votan a favor son partidarios del aborto, y est�n en su derecho. Los que rechazamos la idea de legislar somos contrarios al aborto, porque lo creemos innecesario y absolutamente insuficientes las normas que se proponen. Como hemos dicho hasta el cansancio con relaci�n al llamado "aborto terap�utico", en caso de riesgo vital para la madre la legislaci�n ya resolvi� el punto. A ning�n m�dico en nuestro pa�s se le ha dicho que cometi� un delito cuando ha tenido que intervenir a una mujer embarazada para salvarle la vida, a consecuencia de lo cual, lamentablemente, muri� el feto o la guag�ita que estaba en su vientre. Se�or Presidente, hago esta aclaraci�n simplemente para que la opini�n p�blica no se enga�e con lo que se ha dicho precedentemente. El se�or ESCALONA (Presidente).- Tiene la palabra el Honorable se�or Bianchi, por un minuto y medio. El se�or BIANCHI.- Se�or Presidente, con relaci�n a lo que se�al� el Senador se�or G�mez, quiero referirme al art�culo 68 de la Carta Fundamental, que dice: "El proyecto que fuere desechado en general en la C�mara de su origen no podr� renovarse sino despu�s de un a�o. Sin embargo, el Presidente de la Rep�blica, en caso de un proyecto de su iniciativa, podr� solicitar que el mensaje pase a la otra C�mara", etc�tera. O sea, no se podr� tratar en un a�o estas iniciativas espec�ficas. Yo fui quien le manifest� al se�or Senador la intenci�n de propiciar un gran debate, en el que me encantar�a contar con la opini�n ciudadana para que se d� una apertura mucho mayor que la habida hasta ahora. Si bien hoy no aprobar� los tres proyectos de ley que nos ocupan, no me niego a debatir sobre este importante tema. Pero ser�a bueno hacerlo con una opini�n de la gente mucho m�s vinculante. Por eso, pese al rechazo de estas iniciativas, es factible continuar la discusi�n de la materia a prop�sito de otras propuestas legislativas. De hecho, existe un cuarto proyecto, de la Democracia Cristiana, que est� en tr�mite de Comisi�n. Y nadie impedir� que avance y llegue a la Sala. En consecuencia, considero que la situaci�n se�alada por el querido y respetado Senador G�mez no se ajusta a la verdad. He dicho. El se�or CANTERO.- �Me permite, se�or Presidente? El se�or ESCALONA (Presidente).- Tiene la palabra Su Se�or�a. El se�or CANTERO.- Se�or Presidente, aqu� se trata de votar la idea de legislar respecto de un tema que parece del todo razonable que sea analizado y discutido en el seno del Parlamento. Me llama la atenci�n que se argumente que se van a rechazar algunos proyectos porque no representar�an adecuadamente la diversidad, o la especificidad que se requiere, seg�n sea la posici�n desde donde se mire. Es cierto que el debate general tiene que ver con ideas matrices. Y ahora estamos hablando del aborto terap�utico, no de cualquier aborto. Sabemos que hay cinco proyectos sobre la materia en tr�mite en este minuto. Hoy, por casualidad, tres de ellos han llegado a la Sala, pero perfectamente pudieron incluirse los cinco. No entiendo por qu� los otros no se incorporaron en esta discusi�n. Como si eso fuera poco, ayer se me acerc� un grupo de parlamentarios de distintas bancadas para pedirme que patrocine una iniciativa que avanza en esta misma l�nea: regula el aborto terap�utico. En definitiva, considerando que existen seis eventuales proyectos en tramitaci�n en el Senado, es evidente que urge abordar la materia, discutirla, regularla y despacharla, de acuerdo con los criterios de la mayor�a. A m� me parece que la idea de legislar no puede ser negada cuando hay una realidad tan evidente como esta. Uno podr�, en el debate en particular, votar en contra si finalmente un proyecto no le satisface, pero no puede oponerse a intentar buscar entendimientos y acuerdos cuando es tan clara la necesidad de abordar esta tem�tica. Tales iniciativas, por lo dem�s, tienen bastante transversalidad. No provienen de una sola corriente, sino que consideran elementos comunes en ese sentido. Por lo tanto, siendo esa la situaci�n, m�s que discutir sobre el fondo de la especificidad de cada proyecto, mi voluntad es votar a favor de la idea de legislar. �Para qu�? Para abrir el debate en este Parlamento. Y, por cierto, claramente digo que me reservo el derecho a rechazarlos en particular si no siento que me representan plenamente, o si no recogen mis indicaciones, o si no puedo intervenir para tratar de llevarlos en la senda que me parece razonable. Ese es el sentido de la discusi�n en general: abrir debate sobre determinado asunto. Lo que me sorprende -y con esto termino- es que, existiendo cinco iniciativas en tr�mite, m�s otra que se presentar�, seg�n se ha anunciado, en los pr�ximos d�as, el Parlamento, en un estilo muy precario en materia de relaciones, de di�logos y conversaciones y de b�squeda de acuerdos y entendimientos, no sea capaz de formular una que sea de consenso. Me llama la atenci�n que no se quiera abrir debate para tratar de perfeccionar lo que hay. Algunos dir�n: "Es que se hallan muy distantes de mi forma de ver la vida". S�, pero la tem�tica es el aborto terap�utico. Esa es la idea matriz. Y, en consecuencia, se acepta cualquier tipo de indicaciones desde cualquier sector que quiera plantearlas. Yo anuncio mi voto favorable a la idea de legislar y me reservo el derecho a rechazar en particular alguna norma si no siento que interpreta adecuadamente mi sensibilidad. Sin embargo, me parece del todo necesario abrirnos con pluralidad, con diversidad, a desarrollar este tipo de discusiones. El Senador Ruiz-Esquide me ha pedido un minuto, se�or Presidente, para hacer una aclaraci�n, el que yo concedo con el mayor gusto. El se�or ESCALONA (Presidente).- Entonces, el Senador se�or Ruiz-Esquide dispone de un minuto para, seg�n le ha hecho saber a la Mesa, aclarar el pareo que tiene con el Honorable se�or Horvath. El se�or RUIZ-ESQUIDE.- Se�or Presidente, primero que nada, deseo agradecer al Senador se�or Cantero que me dispense esta posibilidad de precisar la raz�n por la cual me he pareado con mi Honorable colega. El d�a de ayer, el Senador Horvath me indic� que deb�a viajar a su zona, por las razones personales que todos conocemos, y me pidi� un pareo, que yo le conced�, como corresponde a la reciprocidad y a la caballerosidad entre nosotros. Pero quiero dejar constancia, para todos los efectos posteriores, de que, de haber podido pronunciarme, mi voto habr�a sido favorable al proyecto presentado por el Senador Escalona, con las indicaciones que yo mismo firm�. Lo dejo establecido as�, en un momento en el cual pareciera que todo se hace con desconfianza. Finalmente, quiero aprovechar los 30 segundos que me quedan para decir que lo se�alado por el Honorable se�or Cantero es lo que venimos pidiendo desde las sesiones anteriores. La Sala no pudo conocer otros dos proyectos que a�n est�n en Comisi�n y que llegaron despu�s de los tres primeros. Hubo un incordio, de modo que no se trataron. Yo ped� ver ambos, que se diera tiempo para que alcanzaran a llegar y as� poder discutir los cinco o seis que hubiera, pero fue imposible, por lo que fuere. Mi pareo, entonces, para todos los efectos de la historia de la ley, va en la l�nea de lo que he se�alado. He dicho. El se�or ESCALONA (Presidente).- Quedan 8 minutos al Senador se�or Cantero. El se�or CANTERO.- No har� uso de ellos, se�or Presidente. Ya termin� mi argumentaci�n. Gracias. El se�or ESCALONA (Presidente).- Entonces, la Mesa pondr� en votaci�n, por estricto orden de presentaci�n, los tres proyectos que han sido sometidos a la consideraci�n de la Sala. En primer lugar, corresponde pronunciarse sobre el bolet�n N� 6.522-11. El se�or WALKER (don Patricio).- �Cu�l es? El se�or ESCALONA (Presidente).- En el debate, es el que ha sido conocido, en diferentes intervenciones, con el nombre de "proyecto del Senador Escalona". La se�ora ALLENDE.- �Hay pareos? �Me pueden informar al respecto? El se�or ESCALONA (Presidente).- Tiene la palabra el se�or Secretario. El se�or LABB� (Secretario General).- Se han registrado los siguientes pareos: el del Senador se�or Ruiz-Esquide con el Senador se�or Horvath, y el del Senador se�or Pizarro con el Senador se�or Espina. El se�or ESPINA.- �No! �Estamos los dos! El se�or ESCALONA (Presidente).- Bien. En consecuencia, la Mesa toma nota de que los Honorables se�ores Pizarro y Espina participar�n en la votaci�n. En votaci�n el proyecto ya individualizado. --(Durante la votaci�n). El se�or ESCALONA (Presidente).- Se han inscrito varios parlamentarios para hacer uso de su derecho reglamentario a fundamentar su posici�n por hasta 5 minutos. El se�or COLOMA.- �Tratemos de votar al final! El se�or ESCALONA (Presidente).- Hasta este instante, se han inscrito 9 Senadores y Senadoras. La Mesa cumple con... El se�or COLOMA.- �Por qu� no fundamentamos al �ltimo? El se�or ESCALONA (Presidente).- Estamos en votaci�n y, por consiguiente, corresponde cederles la palabra a los Senadores inscritos. En primer lugar, al Honorable se�or P�rez Varela. No har� uso de ella. Contin�a el Senador se�or Quintana. Tampoco ejercer� su derecho. En seguida, figura la Honorable se�ora Allende, quien puede intervenir por 5 minutos. La se�ora ALLENDE.- Ser� muy breve, se�or Presidente. Quiero fundamentar mi voto a favor, pero tambi�n, a pesar de que ya habl� la otra vez, no dejar de referirme a algunos comentarios de lo que he tenido que escuchar en estas sesiones. Voy a partir expresando que, digan lo que digan, no estar�amos discutiendo el tema en estas cuatro oportunidades si no hubiese sido por las mociones presentadas, porque durante m�s de 20 a�os ha habido silencio. Aqu� se ha omitido un debate fundamental, que les interesa a much�simos ciudadanos. No en vano en las encuestas altos porcentajes de la poblaci�n se manifiestan a favor de la interrupci�n del embarazo: 70 por ciento, por razones terap�uticas; 70 por ciento, a causa de la inviabilidad absoluta del feto, y 60 por ciento, en caso de violaci�n. Si esas cifras no est�n indicando lo que les importa a los ciudadanos, yo no s� qu� otra cosa pueda hacerlo, pero s� s� que durante 20 a�os hemos silenciado el asunto. En segundo lugar -lo dije la otra vez y lo repetir� ahora, brevemente-, tambi�n quiero hacerme cargo del doble est�ndar que hemos tenido cuando nos oponemos a los spots televisivos tendientes a la prevenci�n del embarazo; cuando nos oponemos a la "pastilla del d�a despu�s"; cuando presentamos recursos constitucionales; cuando aparece un abogado como el se�or Reyes, que incluso denost� a parlamentarios que hab�an aprobado, en la C�mara de Diputados, la p�ldora anticonceptiva de emergencia, y que hoy vemos proferir unas muy desagradables, por no decir impertinentes y desgraciadas, declaraciones respecto de Daniel Zamudio. �Imag�nense ustedes, entonces, lo que uno siente! Asimismo, voy a citar, igual que la otra vez -lo quiero repetir, para que no lo olvidemos- las palabras de Jaime Guzm�n, cuando manifest� (comillas): "La madre debe tener al hijo aunque �ste salga anormal, aunque no lo haya deseado, aunque sea producto de una violaci�n, o aunque de tenerlo, derive en su muerte (...) cualquiera sea el dolor que ello acarree, pues constituye, precisamente lo que Dios ha impuesto al ser humano". Lo cito, no para que nos denostemos entre nosotros -a m� me parece positivo este debate-, sino porque creo que ese es el error que aqu� se est� cometiendo. M�s all� de nuestras leg�timas convicciones, nosotros no estamos legislando ac� por una creencia religiosa, porque Dios haya impuesto al ser humano esta carga. En mi opini�n, hay tres casos en los cuales debe interrumpirse el embarazo: cuando est� en peligro la vida de la madre -aunque se diga que hoy los m�dicos lo hacen, es mejor tener certeza y no dejar ning�n grado de discrecionalidad-; en segundo lugar, cuando existe absoluta inviabilidad del feto con la vida extrauterina. Me parece francamente un tormento que impidamos a esa mujer interrumpir su embarazo. Si ella desea continuarlo, es otro tema, pero uno distinto es que la obliguemos a llegar a los nueve meses sabiendo que la guagua que va a nacer puede durar cinco minutos o una hora, no tenemos certeza. El tercer caso, se�or Presidente, es el de la violaci�n. Aqu� tambi�n estimo perfectamente justificado interrumpir el embarazo. Porque, �sabe?, las mujeres somos sujetos de derecho y ciudadanas plenas no un recipiente, como a lo mejor alguien cree. Y yo considero, se�or Presidente,... --(Aplausos y manifestaciones en tribunas). ... que la violaci�n es uno de los hechos m�s dram�ticos, m�s desgraciados y m�s infelices que pueda ocurrirle a una mujer. Y si a ra�z de ello se produjera un embarazo, me parecer�a incre�ble que a la v�ctima, si supuestamente lo quisiera, le impidi�ramos interrumpirlo. Porque, desde el punto de vista legal, no tiene esa opci�n. Deseo dejar a esa mujer, que ha sido violada, en libertad para que decida en conciencia. A lo mejor va a querer tener a ese hijo. Pero, �saben qu�?, habr� muchas mujeres violadas que no lo desear�n, porque ese hijo deber�a ser fruto de un amor consentido, no de una violaci�n. Por eso, me parece leg�tima la posibilidad de interrumpir el embarazo en el caso de la violaci�n. Porque -repito- no somos recipientes, sino seres humanos. Somos mujeres; tenemos derechos, y hay que respetarlos. He dicho. --(Aplausos y manifestaciones en tribunas). El se�or ESCALONA (Presidente).- Advierto al p�blico que se halla en tribunas que, si bien es cierto que hemos tenido una amplia comprensi�n respecto de la necesidad de expresi�n que sienten algunos, el Reglamento es sumamente estricto. Por lo tanto, si no existe moderaci�n en la etapa final de este largo proceso -la votaci�n- y se repiten las manifestaciones, que empiezan ya claramente a perturbar el normal desarrollo de la sesi�n, la Mesa tendr� que aplicar el Reglamento de manera estricta. Entonces, les ruego no efectuar manifestaciones ni a favor ni en contra de las diferentes intervenciones. Adem�s, ser�a absurdo que ahora se produjera una situaci�n de descontrol, dado que en las sucesivas sesiones en que se ha abordado la materia objeto de debate ha imperado, afortunadamente, un correcto comportamiento. Son varios los se�ores Senadores que han pedido hacer uso de la palabra para fundar el voto. Debo puntualizar que, reglamentariamente, una vez abierta la votaci�n la sesi�n no se puede levantar mientras no se haya completado el ejercicio del derecho a voto de cada uno de Sus Se�or�as y de su atribuci�n de intervenir por hasta cinco minutos para fundamentar su posici�n. En consecuencia, la votaci�n concluir� con un resultado cierto una vez completado el n�mero de oradores inscritos. Tiene la palabra el Honorable se�or Rossi. El se�or ROSSI.- Se�or Presidente, en estos cinco minutos solo quiero referirme a ciertos temas que me parecen relevantes en esta hora. Hay que ser muy franco y se�alar que, si hoy d�a no se aprueba la idea de legislar, el debate termina. Nuestro Reglamento establece claramente que no se puede discutir durante un a�o ning�n proyecto de ley no id�ntico -ser�a algo absurdo-, sino que tenga que ver justamente con la idea matriz. Por lo tanto, tendremos que esperar doce meses. Para que la ciudadan�a lo sepa: si hoy d�a se rechaza la idea de legislar la iniciativa no podr� discutirse hasta un a�o m�s. Y la sociedad civil, las mujeres, deber�n seguir esperando todo ese per�odo para que este Congreso sintonice con la ciudadan�a. Y probablemente -Dios no lo quiera- tendr� que ocurrir otra desgracia. Porque -seamos claros- en esta misma Sala muchos parlamentarios votaron en contra del art�culo 2� del proyecto de ley que establece medidas contra la discriminaci�n. No obstante, hoy d�a, en otro contexto social, con una ciudadan�a empoderada, donde efectivamente se est� escrutando y fiscalizando c�mo nos comportamos, porque la sociedad se conmovi� por un hecho atroz de discriminaci�n, muchos parlamentarios cambian su voto. Y el Gobierno, que antes no quer�a que se aprobara la iniciativa, ahora le pone urgencia. �Enhorabuena! Ojal� no se repita en este caso. �Es necesario legislar? Deseo expresarle al Ministro de Salud, a quien respeto mucho, que �l no es la �ltima palabra en medicina. La decana de la Facultad de Medicina de la Universidad de Chile, doctora Cecilia Sep�lveda, as� como los obstetras y acad�micos de dicha Facultad, dicen que es necesario legislar sobre el particular. Porque, efectivamente, se realizan abortos directos todos los d�as. Se habla del aborto indirecto. Al respecto, debo se�alar que esa argumentaci�n puede servir para ciertos casos: por ejemplo, cuando a una mujer con c�ncer se le aplica quimioterapia e indirectamente, como efecto no deseado, se le interrumpe el embarazo. En cambio, cuando se tiene un embarazo tubario el objetivo de la acci�n m�dica terap�utica es destruir el embri�n, porque este provoca justamente el riesgo vital materno. Por lo tanto -y ah� estoy de acuerdo con el Ministro-, digamos las cosas por su nombre: eso es aborto y en la actualidad se realiza. Pero en un estado de Derecho la lex artis no est� por sobre la Constituci�n y las leyes. Por eso, debemos adecuar nuestra legislaci�n. Y hay otro asunto que me llama bastante la atenci�n. Mucha gente dice -se lo he escuchado a numerosos colegas- que est� de acuerdo con legislar respecto de la interrupci�n en caso de embarazo inviable o feto inviable. Por ende, es preciso votar a favor. �Qu� les decimos a esas 972 mujeres que presentan embarazos inviables? Al momento de votar, tengamos claro esa realidad. Son datos del Ministerio de Salud. Y cuando digo "embarazos inviables", para quienes act�an de mala fe -porque he escuchado muchas declaraciones-, no me refiero al s�ndrome de Down, sino a malformaciones incompatibles con la vida, a alteraciones cromos�micas como las siguientes: displasia tanatof�rica, agenesia renal bilateral, anencefalia, encefalocele, holoproscencefalia alobar, trisom�a 13, trisom�a 18 (no la 21). Entonces, se dice: "Es muy relativo; �qui�n va a determinar qu� es un embarazo inviable o un feto inviable?". �Los mismos criterios cl�nicos, cient�ficos y m�dicos que se aplican a fin de establecer cu�ndo es factible donar un �rgano! �Los mismos criterios cient�ficos, m�dicos y cl�nicos que se emplean cuando se prescribe determinada quimioterapia! �Es perfectamente posible diagnosticar cu�ndo existe un embarazo inviable! Como sucede en cualquier orden de cosas, siempre habr� alguna duda. Pero eso es parte de la medicina, en todos sus �mbitos. Por lo tanto, considero fundamental que hoy legislemos. Se se�ala que hay un proyecto de ley mediante el cual se prestar� ayuda a la mujer que presente un embarazo inviable. �Le vamos a contratar a ella un sic�logo? �Le entregaremos recursos econ�micos? A mi juicio, la mujer chilena hoy d�a quiere tener libertad. Y la libertad no tiene precio, no se compra. La mujer chilena desea ejercer el derecho a decidir, porque la autonom�a y su libertad tienen que ver con su dignidad. Por eso, si esta tarde votamos en contra estaremos atropellando los derechos humanos de todas las mujeres y ser�a un d�a muy negro para la democracia chilena. He dicho. --(Manifestaciones en tribunas). El se�or ESCALONA (Presidente).- Ruego guardar silencio a quienes se hallan en tribunas. Muchas gracias. Tiene la palabra el Honorable se�or Girardi. El se�or GIRARDI.- Se�or Presidente, me parece importante siempre poner en contexto este debate, en un Parlamento con una larga tradici�n republicana, en un pa�s que ha sido se�ero en tal sentido y en una sociedad avanzada en muchos temas. Pero en este caso estamos en tiempos de las catacumbas; en tiempos del medioevo, del oscurantismo. Porque somos uno de los cinco Estados en el planeta que penalizan el aborto. Evidentemente, entre ellos hay algunos pa�ses latinoamericanos, como Nicaragua o Rep�blica Dominicana. Sin embargo, tambi�n est�n Malta y El Vaticano, en donde tal vez es muy comprensible que se tenga esa visi�n. Esa legislaci�n no condice con la sociedad chilena, con un pa�s que en 1931 legisl� sobre el particular, y que ratific� la normativa en 1965, cuando hab�a un gobierno democratacristiano. Soy autor de uno de los proyectos, as� como lo fui de otras iniciativas, pues busco que en Chile las personas puedan expresar su derecho a decidir, sin que el Estado intervenga, en distintas materias: el m�todo anticonceptivo que van a usar, si quieren o no divorciarse, si desean usar la "p�ldora del d�as despu�s". Pero aqu� existe una visi�n que considero retardataria para la sociedad. Y no quiero descalificar. Pero cuando treinta y tantos Diputados recurrieron ante el Tribunal Constitucional contra la distribuci�n de la p�ldora del d�a despu�s, contra la "te" de cobre y contra los anticonceptivos orales, estaban menoscabando derechos fundamentales. Yo pienso que la raz�n de todo esto radica en que algunos est�n convencidos de que tienen superioridad moral sobre el resto; de que lo que piensan los dem�s est� equivocado, y de que su visi�n es la que debe prevalecer. Es tan as� que, cuando hemos discutido esta materia, incluso dentro de la Concertaci�n, algunos dicen: "�Que no nos discriminen a nosotros por pensar distinto!". �No, Senadores y Senadoras! �Yo reconozco su derecho a pensar diferente! �Pero recon�zcanle tambi�n al resto de la sociedad el derecho a pensar distinto de ustedes! Enfrentado a estas disyuntivas, el resto de la comunidad tiene el mismo derecho que ustedes a decir, en el caso de la violaci�n a una hija: "Quiero que prosiga ese embarazo y que el ni�o en gestaci�n nazca de todas maneras"; o, trat�ndose de un ni�o que viene con una malformaci�n grave, "Que la madre d� a luz a su hijo, aunque nazca y muera". Pero creo que igual derecho les asiste a todas las mujeres a decidir soberanamente algo distinto. Aqu� existe un problema de discriminaci�n, porque piensan que los valores de los dem�s son inferiores. Eso es muy grave, se�or Presidente. �Por qu� se ataca a una persona como Daniel? Porque algunos autores intelectuales de la discriminaci�n alimentan a fan�ticos que aprietan el gatillo. Cuando hay gente que sostiene que los homosexuales son depravados, est�n pose�dos por el demonio, son inferiores, practican la zoofilia, algunos fan�ticos que escuchan eso dicen: "Entonces, a estos hay que matarlos, hay que perseguirlos, porque personas pose�das por el demonio, depravadas, anormales, inferiores no pueden pasear libremente por las calles". Por lo tanto, hay responsables de hechos como aquel. Lo mismo ocurre ac�: est�n discriminando a la mujer; la est�n transformando en una cosa que no puede decidir, que carece de capacidad para determinar en cuestiones fundamentales y de la propia vida. Yo les digo que a los ciudadanos de este pa�s les asiste el derecho que tienen ustedes a reflexionar en torno de esta materia y decidir sobre ella. Por eso, me parece muy dram�tico que en nuestro pa�s la ni�a violada, quien ya sufri� uno de los mayores atentados que pueden cometerse contra su vida, est� obligada a tener a su hijo y m�s encima, si decide interrumpir el embarazo, deba ir a la c�rcel. �Eso -se lo aseguro, se�ores Senadores- es un atentado contra los derechos humanos fundamentales, aqu� y en cualquier parte del mundo! Nos ha tocado ver el caso de la mujer cuyo hijo viene con anencefalia. Como carece de cerebro, ya est� muerto. En este caso la muerte se establece cuando hay un encefalograma plano y no existe actividad cerebral. Entonces, el ni�o, producto de una malformaci�n cong�nita, no tiene cerebro, pero su madre est� obligada a tenerlo aunque no quiera. Yo felicit� a un parlamentario que se�al� que en su familia hab�a nacido un hijo con una malformaci�n cong�nita grave. Y lo hice porque hubo la posibilidad de discernir y decidir lo que era mejor para su vida. Yo les pido a los Senadores de este pa�s que permitan a cada chileno y chilena decidir as� como ellos lo est�n haciendo. Eso es lo importante, se�or Presidente. Por eso, le solicito a la Sala aprobar la idea de legislar sobre este proyecto. El se�or ESCALONA (Presidente).- Tiene la palabra el Senador se�or Zald�var. El se�or ZALD�VAR (don Andr�s).- Se�or Presidente, quiero puntualizar que voy a votar en general a favor del proyecto que usted present�, no porque vaya a proponer la autorizaci�n del aborto, sino porque dijimos que a esa iniciativa le �bamos a presentar una indicaci�n para precisar que la interrupci�n del embarazo hall�ndose en riesgo la vida de la madre no implica la comisi�n de tal il�cito. Es necesaria dicha clarificaci�n -pese a que aqu� se ha sostenido que no hay ning�n caso en que aquella interrupci�n se haya considerado aborto, con la consiguiente condena para un m�dico- porque la sola discusi�n del punto abre la posibilidad de una interpretaci�n distinta, en un sentido u otro. As�, el d�a de ma�ana un juez podr�a interpretar la modificaci�n que hizo la Junta de Gobierno, en 1989, en el sentido de que no se permite ninguna interrupci�n del embarazo, pues en ella se se�ala que "No podr� ejecutarse ninguna acci�n cuyo fin sea provocar un aborto". Eso basta para que un magistrado pueda decir que es aborto una interrupci�n por razones terap�uticas para salvar la vida de la madre. Ante tal eventualidad, yo prefiero que quede establecido en la ley que la interrupci�n del embarazo cuando se halla en peligro la vida de la madre no es aborto. Tal es la primera raz�n por la que voy a aprobar la idea de legislar sobre el proyecto que nos ocupa. En segundo t�rmino, voy a aprobarla porque considero -y el propio Ministro lo reconoci� despu�s de una intervenci�n que hice antes- que en el caso del feto inviable perfectamente podemos legislar para que sea factible inducir el parto anticipadamente, cuando se hayan cumplido 22 semanas. El Ministro de Salud nos se�al� ac� que m�dicamente, despu�s de 22 semanas, el feto puede sobrevivir si se produce la inducci�n del parto. Y nos expres� que eso podr�a concretarse mediante una modificaci�n al C�digo Penal. En mi concepto, aquello ayudar�a a la madre cuyo feto fuera inviable, ya que no deber�a esperar el t�rmino del embarazo. O sea, transcurrido un plazo razonable y no registr�ndose la muerte del feto, podr�a intervenirse anticipadamente. Por otra parte, quiero se�alar -y voy a establecer mi criterio- que no les encuentro raz�n a los Senadores que dicen que si se rechaza en general este proyecto -espero que se apruebe la idea de legislar- no se podr� volver a discutir esta materia antes de que transcurra un a�o, en virtud de lo dispuesto en el art�culo 68 de la Constituci�n Pol�tica. En mi concepto, la Carta Fundamental es de interpretaci�n restrictiva. El art�culo 68 expresa: "El proyecto que fuere desechado en general en la C�mara de su origen no podr� renovarse sino despu�s de un a�o.". Pero si hay otro proyecto -no este, el cual quiz� se rechazar� en general-, perfectamente puede tramitarse. Yo espero que, si se rechaza la idea de legislar sobre esta iniciativa, podamos darle inicio a la que presentamos en la Comisi�n de Salud, que se halla en la misma l�nea de la indicaci�n que anunciamos para el proyecto presentado por el Senador Escalona. Esa es la raz�n por la cual apruebo ahora la idea de legislar: no porque est� de acuerdo con el aborto, sino porque considero indispensable dejar las cosas claras, para evitar confusiones innecesarias. El se�or ESCALONA (Presidente).- Tiene la palabra el Senador se�or Pizarro. El se�or PIZARRO.- Se�or Presidente, estamos fundando el voto sobre la idea de legislar en una materia extraordinariamente sensible y que, sin duda -tal como lo hemos escuchado ac�-, despierta pasiones y genera discrepancias que a veces no nos dejan reflexionar bien. A m� no me gusta la exageraci�n en el debate. Por ejemplo, que aqu� se diga: "Si se rechazan estas iniciativas, no se discutir� m�s el tema". Primero, porque eso no es cierto. Esta materia se va a seguir debatiendo se aprueben o no los proyectos que ahora estamos votando. Y ello, debido a que este asunto se encuentra asentado en la opini�n p�blica y a que la gente que ha venido ac� ha dado testimonio de que este es un debate que interesa a muchos sectores de la sociedad, aspecto en que los parlamentarios hemos hecho hincapi� cada vez que hemos intervenido. Segundo, porque en el Congreso hay otros proyectos que van a seguir formando parte de la discusi�n. Entonces, deber�amos pedirle al colega Uriarte, Presidente de la Comisi�n de Salud, que en uso de sus facultades, de rechazarse las iniciativas que estamos votando esta tarde, colocara en primer lugar las que sobre esta misma materia se hallan pendientes en ese �rgano t�cnico. El Senador Uriarte tiene su postura sobre la materia. Pero s� que, como hombre abierto y democr�tico, entender� que se trata de un asunto que se debe seguir debatiendo. Se�or Presidente, ahora voy a aprobar la idea de legislar. Lo dije en mi primera intervenci�n, incluso antes de que algunos de mis colegas plantearan la indicaci�n a que se ha hecho referencia, que tambi�n suscrib�, dirigida a enriquecer la discusi�n del denominado "proyecto Escalona". La cuesti�n es muy sencilla: est�n en debate tres situaciones de excepci�n para los efectos de posibilitar la interrupci�n del embarazo. La primera -y creo que no hay discusi�n sobre el hecho en s�- se relaciona con la interrupci�n del embarazo cuando est� en riesgo la vida de la madre. Ah� el problema estriba en determinar si es necesario legislar o no. Pero nadie est� discutiendo la existencia de interrupci�n del embarazo. La hay. Se practica hoy d�a. Algunos creemos necesario clarificar la situaci�n, para evitar cualquier posibilidad de penalizaci�n; otros lo consideran innecesario. En consecuencia, esta Sala, por lo que les he escuchado a todos los se�ores Senadores, entiende que existe esa situaci�n excepcional para interrumpir el embarazo. Las otras dos situaciones son m�s sensibles y complejas. Me referir� primero a la inviabilidad del feto. Soy de los que consideran necesario -comparto lo que dijo el Senador Zald�var en la fundamentaci�n de su voto-, muy importante, casi imprescindible, que la madre decida si completa el embarazo en el per�odo natural o si en determinado momento le inducen el parto, cumpli�ndose ciertas condiciones. Me parece razonable que lo analicemos, lo discutamos, lo dialoguemos, porque corresponde a una situaci�n muy excepcional, que, en todo caso, se da con bastante m�s regularidad que lo que uno piensa. Y en seguida est� la violaci�n. Reconozco que el debate me ha ido llevando a la conclusi�n de que es la madre quien debe decidir lo que ha de hacerse en una situaci�n tan traum�tica como esa. Nadie m�s que ella puede saber del trauma que eso significa. Se trata de una aberraci�n absoluta, donde el violador demuestra un desprecio total por la vida, por la dignidad de la v�ctima. Y ese argumento -lo reconozco- me ha ido haciendo cada d�a m�s fuerza. Por tanto, he conversado con las propias afectadas. Algunas mujeres resuelven que el hijo as� concebido nazca. Y bienvenido sea. Las felicito. Es un gesto admirable. Disponer de la posibilidad de decidirlo y tener la entereza para asumirlo constituyen algo extraordinario. Pero otras no se hallan en condiciones de tener ese mismo gesto y actuar con igual fortaleza. Por ende, en el caso de la violaci�n, creo que la posibilidad de que decida la madre es lo m�s razonable. Esas son las razones por las cuales quiero que se siga debatiendo. Voto a favor de la idea de legislar. El se�or ESCALONA (Presidente).- Tiene la palabra el Senador se�or G�mez. El se�or G�MEZ.- Se�or Presidente, siempre que intervengo trato de hacerlo con ideas y de no insultar ni utilizar palabras que considero inaceptables en Senadores. Podemos tener opiniones distintas frente a un asunto, pero eso no significa que uno carezca de la posibilidad cierta de discutirlo. El Tratado de Derecho Constitucional de don Alejandro Silva Bascu��n, a prop�sito del art�culo 68 de la Carta, dice: "La prohibici�n constitucional se explica en raz�n de que no conviene mantener en permanente inquietud a la colectividad nacional con el temor incesante de que se renueve una tentativa de legislaci�n que repugne la mayor�a del pa�s, de lo cual es indicio el rechazo de su idea matriz en la C�mara de origen; impidi�ndose se evita tambi�n que la labor de las C�maras se distraiga en el debate de proposiciones que ya se sabe no cuentan con amplio eco en su seno.". "El rechazo que provoca el efecto indicado es el que se produce al votarse el proyecto en general, es decir, su idea fundamental o matriz.". "Lo que no puede renovarse es el proyecto, entendido no exclusivamente como su redacci�n sino la idea matriz o fundamental en que descansa la preceptiva rechazada.". Est� claro lo que se�ala ese Tratado de Derecho Constitucional. Yo hago la observaci�n. Y me alegra que algunos Senadores hayan saltado tan duramente para decir "No es cierto", porque significa que al llegar el o los proyectos que se presenten estar�n obligados a discutirlos en esta Sala y no podr�n alegar que se rechaz� la idea matriz. En tal sentido, podemos tener diferencias, derivadas por ejemplo de textos constitucionales. Pero, contrariamente a lo que hizo un Senador que se encuentra enfrente, yo nunca he usado palabras -y jam�s lo har�- dirigidas a insultar a otro parlamentario para sostener mi opini�n discrepante. Siempre he tratado en esta Alta C�mara de buscar las mejores posibilidades desde el punto de vista del debate. Yo tengo una opini�n. Respeto, sin duda, la del resto, que puede estar de acuerdo o en desacuerdo con la m�a. Pero en este caso les pido a los Senadores que se informen. Porque no es primera vez que se plantea esta cuesti�n. Entre par�ntesis, el �nico que tiene la facultad de insistir en la otra C�mara por dos tercios de sus miembros presentes es el Presidente de la Rep�blica, trat�ndose de proyectos de su iniciativa. Sucedi� hace poco. Y en el Parlamento se ha utilizado dos veces este mecanismo: ante el rechazo habido en el Senado, el Primer Mandatario pidi� que las iniciativas pertinentes pasaran la C�mara de Diputados, donde por dos tercios de los miembros presentes se reanud� su discusi�n. De no ser as�, los Senadores de enfrente, defensores a muerte de la Carta Fundamental por muchas razones, estar�an incumpliendo una norma constitucional. Entonces, se�or Senador, me alegro de que haya reconocido que, si ahora hay rechazo en esta Sala, se podr� seguir discutiendo esta materia en otros proyectos. Si es as�, habremos logrado un gran objetivo: evitar que no se discuta una materia tan relevante como esta. Voto que s�. El se�or ESCALONA (Presidente).- Tiene la palabra el Senador se�or Cantero. El se�or CANTERO.- Se�or Presidente, hay una pr�ctica comunicacional que no deja de llamarme la atenci�n: siempre se intenta conocer anticipadamente el resultado de las votaciones. Ello me despierta ciertas sospechas. En algunos casos podr� ser en pro de la libertad de informaci�n. Pero en otros no s� por qu� inter�s: porque se quiere informaci�n privilegiada y preferente, o porque se busca tr�fico de influencias. No tengo idea. Hoy, en un medio de circulaci�n nacional, en procura de anticipar el conocimiento del resultado de la votaci�n en esta Sala, se dice que el Senador Carlos Cantero tiene la intenci�n de votar a favor de la idea de legislar y que su argumentaci�n ser�a la de que hay que abrir el debate porque es la �nica v�a que permite introducir indicaciones. Hasta ah�, todo perfecto. Es exactamente lo que pienso. Pero sepa Dios de d�nde sale una informaci�n adicional que se�ala que altas esferas del Gobierno habr�an conversado con el Senador Cantero y que este habr�a cambiado de opini�n. Se�or Presidente, lo primero que quiero se�alar es que aquello no es pr�ctica del Gobierno. Yo por lo menos no he recibido ninguna llamada; no he tenido ninguna conversaci�n con Ministro alguno que pretenda hacer cambiar la decisi�n que he temado a base de mi propia convicci�n. De tal manera que libero al Gobierno de esa responsabilidad. Tal informaci�n carece de fundamento. Terminado ese punto, anuncio indicaciones en el marco de este proyecto. Voto a favor. El se�or ESCALONA (Presidente).- Tiene la palabra el Senador se�or Lagos. El se�or LAGOS.- Se�or Presidente, creo que no utilizar� completamente los cinco minutos que me corresponden. Hemos discutido con largueza la materia que nos ocupa. Se ha tratado de hacerlo desde la �ptica de cada cual, aunque, a mi juicio, sin generar la posibilidad de convencer a quienes discrepan de uno. Yo no he escuchado ning�n argumento que me haga cambiar mi convicci�n, y no s� si lo dicho por m� -o por algunos de mis colegas de este lado- provocar� que alguien de la vereda de enfrente exprese: "Me parece razonable lo que est� sosteniendo el Senador Lagos Weber, as� que voy a reconsiderar mi voto". Pero este debate reviste importancia, no porque permita que nos convenzamos entre nosotros, sino -y por eso quiero que no muera- porque posibilita hablarles a los chilenos. Se supone que representamos a buena parte de la ciudadan�a (y digo "buena parte" porque muchos todav�a no votan, no creen en lo que hacemos ac�, reparan en nuestro desprestigio), y por eso me preocupa que la discusi�n pueda morir hoy al rechazarse estos proyectos. No soy tan leso. S� que si aquellos son rechazados podr� discutirse la materia en un seminario. Quienes abogan por la idea planteada seguir�n con sus actividades; los que se oponen, tambi�n. Pero no es lo mismo debatir en ese entorno que hacerlo ac�. �Por qu� digo aquello? Hoy, a las siete y cuarto de la ma�ana, me toc� en suerte (�aunque habl� menos...!) participar con el Senador Uriarte en una entrevista de Televisi�n Nacional sobre este asunto. Y en un instante de la conversaci�n Su Se�or�a me manifest�: "Es que ese argumento es pol�tico". Yo quiero reivindicar que esta discusi�n es eminentemente, esencialmente, completamente pol�tica, por donde se la mire, ya que dice relaci�n con el tipo de sociedad que queremos conformar en Chile. Por eso genera pasiones. Por eso da lugar a interrupciones desde las tribunas. Por eso son tan fuertes las convicciones que ac� se manifiestan. Pero lo sano se halla en que es -repito- cien por ciento pol�tica. Y no podr�a ser de otra forma, porque estamos definiendo qu� valores le atribuimos al derecho de una mujer a decidir si prosigue o no con un embarazo no viable. No voy a repetir en cinco minutos toda la intervenci�n del Senador se�or Rossi, que fue clar�sima y concreta al respecto. Alguien me dir�: "No es suficiente para m�". Entonces, tenemos que decidirlo, y ese es un debate pol�tico. �Qu� somos los que estamos aqu�? Pol�ticos, pues. Me parece -y eso es lo que quiero decir- que no es sano cercenar hoy d�a la discusi�n con el rechazo de las iniciativas. Ello no va a permitir que la sociedad se informe cabalmente de lo que pensamos. Entonces, no repetir� los argumentos. Estoy a favor del proyecto de ley que nos ocupa, el cual simplemente pretende retrotraernos -y nada menos- a una disposici�n que tuvimos en vigencia durante 60 a�os, desde 1931 hasta 1989. Y no es cierto, como expres� un se�or Senador -o no comparto su opini�n, mejor dicho, para ser m�s moderado-, que sea indiferente el que la derogaci�n se haya verificado durante el Gobierno militar, porque mediaba una cuesti�n de fondo, cual es que en una democracia no se hubiera aprobado la iniciativa de rechazar el art�culo 119 del C�digo Sanitario o de modificarlo en la forma como qued�. Jam�s habr�a ocurrido eso. Y menos en un r�gimen democr�tico como el que tuvimos antes, sin sistema binominal ni los qu�rums actuales. Al contrario, hubi�ramos avanzado en otros aspectos. Termino, se�or Presidente, insistiendo en que ac� sostenemos un debate pol�tico y que retrotrae a todos los temas que le importan a la sociedad chilena. �Divorcio? Los de enfrente no lo quisieron nunca, y se impuso, sin embargo. �Hijos ileg�timos y guachos? Se opusieron a legislar al respecto, pero ello se hizo. �P�ldora del d�a despu�s? Ocurri� otro tanto, aunque no la deseaban. �Qu� m�s? El se�or ROSSI.- Antidiscriminaci�n. El se�or LAGOS.- As� es. Y pena de muerte. En consecuencia, pol�ticamente, no s� si vamos a ganar hoy d�a la votaci�n; pero, m�s temprano que tarde, Chile va a dejar de encontrarse entre los cinco pa�ses del mundo, incluido El Vaticano, que no cuentan con una legislaci�n decente para la mujer. Voto a favor. El se�or ESCALONA (Presidente).- Tiene la palabra la Honorable se�ora Rinc�n. La se�ora RINC�N.- Se�or Presidente, tal como lo manifest� en mi intervenci�n en la Sala con motivo de la discusi�n general, no podemos permanecer indiferentes frente al dolor tan profundo de hombres y mujeres en relaci�n con el asunto de que se trata y evitar el debate. Por ello, mi primera definici�n en torno a este �ltimo es que no solo tenemos que abordarlo, sino tambi�n resolverlo aqu� y ahora. Lo expres� mi Honorable colega Lagos: probablemente vamos a perder la votaci�n. Y ello obedece a que concepciones y puntos de vista particulares en la materia se enfrentan y apasionan, y a que se trata de imponer conductas a la sociedad por la v�a de la ley. Esta no es una controversia entre los que est�n a favor de la vida y los que se hallan en contra. Nos abocamos a un intercambio de pareceres sumamente profundo. Y, producto del asunto en examen, y tanto por el dolor de hombres y mujeres que han tenido que enfrentar la situaci�n m�s de una vez como por la protecci�n de la vida misma, creo que es necesario evitar la indiferencia y abrirnos a dialogar, a escuchar y a decidir. Por mi parte, estoy de acuerdo con legislar en torno al que se ha conocido como "proyecto de ley Escalona". Estimo que tambi�n tenemos que abrirnos a debatir, y votar�, por lo tanto, a favor de la iniciativa legal del Honorable se�or Rossi y de la entonces Senadora se�ora Matthei. Pero tambi�n quiero anunciar que rechazar� el proyecto del Honorable se�or Girardi y del entonces Senador se�or Ominami, ya que contempla algunas hip�tesis de interrupci�n del embarazo que no comparto, ni �tica ni jur�dicamente. Invito a mis colegas a la discusi�n y a abrirnos a la posibilidad de legislar a fin de permitir que las mujeres, pero tambi�n los hombres, decidan frente a la vida. Voto a favor. El se�or ESCALONA (Presidente).- Tiene la palabra el Honorable se�or Espina. El se�or ESPINA.- Se�or Presidente, valoro el tono del debate en las �ltimas tres o cuatro intervenciones y lamento el car�cter a veces descalificador y estigmatizador que se pretendi� emplear en otras anteriores. Por su intermedio, le hago presente a mi distinguido colega Lagos que soy de los que aprobaron el proyecto de ley contra la discriminaci�n. Y no hice eso �nicamente: particip� en la redacci�n de todos sus art�culos, no solo, sino en conjunto con los Senadores se�ora Alvear y se�ores Patricio Walker y Hern�n Larra�n. En consecuencia, no me opongan como argumento que somos de los que queremos rechazar cualquiera de las normativas que importan, a mi juicio, un gran beneficio para el pa�s. Soy de los que votaron a favor del divorcio. Soy de los que votaron para terminar la injusta divisi�n entre hijos leg�timos e ileg�timos. Soy partidario de la "p�ldora del d�a despu�s". Pero quiero expresarlo derechamente: soy contrario a los proyectos en examen, porque, a mi juicio -y esas son mis convicciones, respetando las dem�s-, lo que aqu� est� en juego es la protecci�n de la vida. Y esa fue una decisi�n que la sociedad tom�, cuando recuper� la democracia, frente a casos en que se hab�a violado brutalmente ese derecho en el pasado. �Por qu� digo que se halla en juego una concepci�n de este �ltimo? Porque nuestra legislaci�n establece que se protege la vida del que est� por nacer. Y la pregunta es a partir de cu�ndo ello tiene lugar, porque es preciso se�alarlo. El Pacto de San Jos� de Costa Rica determina que el derecho surge desde el momento de la concepci�n, al unirse un espermio con un �vulo. Efectivamente, no es un ser humano, pero s�, potencialmente, una vida. Por lo tanto, en el caso dram�tico y horroroso de que una mujer sea abusada sexualmente y quede embarazada, as� como tambi�n en el de presumirse que un ni�o presenta muerte cerebral y puede no sobrevivir al parto, cabe tener presente que en ese instante hay una vida. Y los pap�s no somos due�os de la de nuestros hijos. Podemos educarlos, cuidarlos, quererlos, regalonearlos, retarlos, pero no nos pertenecen, porque son seres humanos. En esas situaciones, entonces, por doloroso y dram�tico que sea, entre el derecho que pueda tener una madre de disponer de una guag�ita en su vientre y el derecho de proteger a la guag�ita, que tiene vida, opto por este �ltimo, en lo personal, porque no soy due�o de esa vida. Y en cuanto a si en alguna eventualidad una mujer, leg�timamente y en forma angustiada, desesperada, incurre en un aborto, ello lo resolvimos hace poco tiempo legislando en el C�digo Penal, al establecer en forma expresa, como eximente de responsabilidad, la reacci�n en estado de necesidad. Porque se ve caso a caso si en esas hip�tesis realmente no hubo una respuesta producto de esos sentimientos, motivada por una fuerza moral irresistible, como lo dice la ley, que deja a la persona sin ning�n tipo de sanci�n, la cual no podr�a aplicarse por haber sido m�s fuerte el estado de necesidad. Pero aqu� media una cuesti�n de convicciones. Y, finalmente, respecto al aborto terap�utico, insisto en que este no se encuentra sancionado, por exigirse un dolo directo a un m�dico que tiene que salvar la vida de una madre, a costa de lo cual se sacrifica a la guag�ita en el vientre. Eso no es delito en nuestro pa�s, de manera que resulta innecesario legislar al respecto. Por esa raz�n, rechazo las tres iniciativas. El se�or ESCALONA (Presidente).-Tiene la palabra el Honorable se�or Garc�a-Huidobro. El se�or GARC�A-HUIDOBRO.- Se�or Presidente, en la primera sesi�n dedicada a estos proyectos di a conocer mi opini�n y tambi�n mis vivencias personales. Sin duda, las experiencias de esta naturaleza hacen ver la vida de una manera distinta. Cuando se hace referencia, te�ricamente, a la vida de un ni�o en el vientre materno que es producto de una violaci�n o que presenta malformaciones, ello dice relaci�n con un ser que no tiene ninguna posibilidad de defenderse, de dar a conocer su opini�n, a diferencia de nosotros hoy d�a. Por eso, creo que hay iniciativas que siguen el camino correcto, como la presentada por el Senador se�or Patricio Walker. Le pido al Ministro se�or Larroulet que ojal� la patrocine, a fin de acompa�ar a las madres que han sido violadas y llevan a su hijo en el vientre, y tambi�n a aquellas que son informadas de que su hijo viene con malformaciones, sean f�sicas o ps�quicas. �Eso es lo que espero de mi sociedad! �Eso es lo que necesitamos los chilenos, a mi juicio: m�s humanidad! Al expresarse hoy d�a que la mujer tiene derecho a decidir incluso si nace o no un hijo producto de una violaci�n, �qu� atentado m�s grande se comete contra los derechos de ese ni�o, quien no tiene responsabilidad alguna en ese hecho! Lo que debemos hacer, como sociedad, es protegerlo. Porque ya se caus� el da�o a la mujer, quien sufri� una situaci�n lamentable, condenable, pero �por qu� deber�a pagar los costos un inocente que se halla imposibilitado de decir: "Quiero vivir"? Me parece que este debate saca desde el fondo de nosotros, sin duda, nuestros principios m�s importantes. Por eso, votar� orgullosamente en contra de las tres iniciativas, ya que nuestra sociedad tiene que seguir avanzando en el apoyo a la mujer, a las v�ctimas de violaciones, pero sin atacar lo m�s sagrado e indefenso: el ni�o en el vientre materno. Resulta indiscutible que la madre es quien m�s sufre la situaci�n. Insisto en que resulta fundamental -ha llegado justamente a la Sala mi Honorable colega Patricio Walker- orientar bien el debate hacia el apoyo de las personas que lo necesiten, espiritual, con acompa�amiento. Y el d�a en que la mujer d� a luz podr� optar por dar a su hijo en adopci�n. Pero no sigamos tratando de asesinar a ni�os inocentes, porque, en definitiva, lo �nico que se lograr� ser� destruir nuestra sociedad. He dicho. El se�or ESCALONA (Presidente).- Tiene la palabra la Honorable se�ora Lily P�rez. La se�ora P�REZ (do�a Lily).- Se�or Presidente, pienso que es preciso dejar en claro dos cosas. En primer lugar, hay quienes creen que si estos proyectos se rechazan hoy nunca m�s se podr� abordar la materia como cuesti�n de fondo. Eso se halla por completo despejado, no por la interpretaci�n dada por un abogado constitucionalista, sino, tal como lo record� el Senador se�or Zald�var, ante lo dispuesto por la Carta Fundamental en su art�culo 68. Esta �ltima norma se refiere a iniciativas espec�ficas. Por lo tanto, el rechazo de una, de dos o de las tres que nos han ocupado no significa que no seguir� discuti�ndose el asunto de fondo, relativo a la vida, la maternidad, la mujer, la familia y la sociedad. Eso es lo primero que me parece importante despejar. En segundo t�rmino, no estamos votando la idea de legislar, sino proyectos concretos, proyectos en su m�rito. Y considero leg�timo que algunos est�n a favor y otros en contra de cada uno de ellos. Quiero sumarme a lo expresado por el Senador se�or Bianchi en el sentido de que las tres iniciativas, a juicio de algunos de nosotros, no resuelven bien, en su redacci�n, el problema de fondo. En lo personal, no coincido con quienes votar�n en contra por creer que aqu� muere la discusi�n. Quiero que esta contin�e, y espero que llegue a la Sala lo antes posible -as� se lo he planteado al Senador se�or Uriarte, Presidente de la Comisi�n de Salud- el proyecto de autor�a de los Honorables se�ores Zald�var, Ruiz-Esquide y otros. Ese texto me parece importante para quienes somos partidarios de que la interrupci�n del embarazo, cuando se trate de proteger la vida de la madre, no pueda ser considerada un aborto. Respecto de esa iniciativa, cuyo contenido difiere de la que estamos votando, me pronunciar� a favor, porque lo que hace es transparentar y sincerar una situaci�n que tal vez algunos m�dicos pueden se�alar que se halla resuelta, pero que, legalmente -a mi juicio, al menos-, no lo est� del todo. Quisiera agregar que con los Senadores se�ores Horvath y Cantero presentamos una indicaci�n que, si se aprueba la idea de legislar, ser� vista en particular. Si la idea de legislar se rechaza, la convertiremos en una moci�n, para que, en el caso de anencefalia -es la ausencia de cerebro en un ser en gestaci�n-, no sea penalizada la decisi�n de la madre de interrumpir el embarazo. Deseo recordar que el propio Tribunal Constitucional determin�, cuando aprobamos la ley sobre donaci�n de �rganos, que la muerte cerebral equivale a la de un ser humano. Es completamente id�ntica. Por lo tanto, estoy convencida de que tenemos que abordar y enfrentar esa situaci�n. Como es preciso decir las cosas como son, cabe consignar que, m�s all� de la aprobaci�n o del rechazo de los tres proyectos que se votan en su m�rito, proseguir� la discusi�n. Y vamos a avanzar al cuarto, que ya se halla en la Comisi�n de Salud y que espero que llegue pr�ximamente. Porque no es real aquello de que se tiene que esperar un a�o m�s, en la medida en que nos estamos pronunciando sobre cada iniciativa conforme a su propia redacci�n. He dicho. El se�or ESCALONA (Presidente).- Puede intervenir el Honorable se�or Bianchi. El se�or BIANCHI.- En primer lugar, se�or Presidente, me alegro sinceramente de que hayamos podido realizar este debate, que encuentro sumamente necesario. No se interrumpir� por el hecho de votarse hoy los tres proyectos de ley, mas no la idea de legislar sobre el aborto terap�utico. Si el pronunciamiento es por el rechazo, tendremos la opci�n, afortunadamente, de ver otras iniciativas o las mismas, las cuales, en su momento, podr�n ser repuestas. Pero me quedo con la sensaci�n positiva, se�or Presidente. Y reitero que siento que resulta absolutamente necesaria la existencia de mayor participaci�n ciudadana en las discusiones de temas val�ricos tan importantes como este y otros que se suscitan en nuestro pa�s. Dejo en claro que, si bien votar� en contra de la idea de legislar respecto a las iniciativas que nos ocupan, estoy del todo dispuesto a abrirme a la posibilidad de analizar otros proyectos, entre los cuales se encuentra uno que, a mi juicio, centra todo el debate: el que le da a la madre, sabi�ndose que su hijo no tiene posibilidad alguna de vivir, la opci�n de interrumpir su embarazo. En el fondo, esa es la gran discusi�n, en la que sin duda participar� cuando el texto llegue a la Sala, lo que imagino tendr� lugar en las pr�ximas semanas. Otra situaci�n que estimo imprescindible considerar es la que se�al� ayer la Senadora Lily P�rez: la atinente a la violaci�n de una ni�a menor de 15 a�os. En esta materia voy a dar una opini�n distinta de la que expres� ayer. En la eventualidad de la violaci�n de una joven o de cualquier mujer, por supuesto que uno espera la m�xima sanci�n, el castigo m�s riguroso para el individuo que la comete. Pero en el caso particular de una ni�a menor de 15 a�os, debemos tener una visi�n diferente: soy partidario de otorgar la posibilidad de interrumpir el embarazo. Estoy dispuesto tambi�n a enfrentar esa discusi�n. Tanto es as� que espero poder concretar, en esa l�nea, una iniciativa legal en el tiempo m�s pr�ximo que se pueda. Y en esa materia por lo menos algo hemos avanzado. Por �ltimo, quiero dejarle en claro al pa�s un punto que, sinceramente, hay que decir: el hecho de que hoy d�a se rechacen estos tres proyectos de ley no significa, por ning�n motivo, que no sea factible analizar el tema hasta un a�o m�s. No es as�. Y va a quedar demostrado, con toda seguridad, cuando llegue a la Sala el proyecto de autor�a del Comit� Dem�crata Cristiano, y tal vez muchos otros m�s. He dicho. El se�or ESCALONA (Presidente).- Tiene la palabra el Honorable se�or Patricio Walker. El se�or WALKER (don Patricio).- Se�or Presidente, ac� se ha dicho que est� en duda si hay discusi�n o no. Yo, al menos, llevo tres sesiones escuchando las diversas intervenciones y no he o�do a nadie censurar el debate. Ahora, si un Senador pretende reponer la pena de muerte, no va a contar con mi voto a favor; pero s�, con mi disposici�n a debatir. Y en cuanto a estos proyectos, obviamente rige lo mismo. Eso me ha hecho recordar ac� la discusi�n que se llev� a cabo con motivo del proyecto que restring�a a las personas la posibilidad de fumar, o el que aprobamos hace poco, que impide conducir veh�culos bajo los efectos del alcohol. Probablemente, alguien pudo argumentar que con ello se afectaba la libertad o la autonom�a de los fumadores o de los conductores. Sin embargo, en esa discusi�n se ten�a en consideraci�n que aquello involucraba otros derechos: derechos de terceros a la vida, a la integridad f�sica, a la salud. En esta oportunidad estamos hablando de lo mismo. Por eso, me sorprende que aquellos que defend�an con tanta fuerza tales iniciativas de ley, hoy d�a, en un tema que puede afectar derechos de terceros, la vida de terceros, no sustenten el mismo criterio. Fundamento lo anterior en lo que hizo una persona que, como dije la vez pasada, fue Presidente de Uruguay, y es m�dico, socialista, agn�stico: el se�or Tabar� V�zquez. �l, en el veto al proyecto de ley sobre aborto, expres�: "El verdadero grado de civilizaci�n de una naci�n se mide por c�mo se protege a los m�s necesitados. Por eso se debe proteger m�s a los m�s d�biles. Porque el criterio no es ya el valor del sujeto en funci�n de los afectos que suscita en los dem�s, o de la utilidad que presta, sino el valor que resulta de su mera existencia". Esto me inspira a m�. Lo se�alado por Tabar� V�squez, ex Presidente de Uruguay, m�dico, socialista, agn�stico. Y no es un tema religioso. Pienso que si reconocemos que hay una vida desde el momento de la fecundaci�n; que hay un tercero, una persona, particularmente si se trata de un ser inocente, indefenso, nosotros, m�s all� de nuestras convicciones y sobre todo por lo que establecen nuestra Constituci�n y el Pacto de San Jos� de Costa Rica, tenemos el deber de protegerlo. Por ello, no comparto el proyecto de ley que permite el aborto cuando hay malformaciones o taras graves, f�sicas o ps�quicas. Porque -no digo que sea la intenci�n de los Senadores autores de la moci�n- el d�a de ma�ana puede afectar a ni�os con s�ndrome de Down, como ocurre en Espa�a, donde ya no nacen, o a ni�os sin extremidades. Tampoco comparto el texto que estamos votando ahora. Porque la frase "fines terap�uticos" es muy amplia. Puede abarcar la salud psicol�gica de la madre. Y, en Espa�a, el 90 por ciento de los abortos que se practicaban con esta figura eran para proteger -entre comillas- la salud psicol�gica de las madres. Es indudable que, si se aprueba la indicaci�n que han presentado Senadores democratacristianos, esa redacci�n va a cambiar y ser� algo muy distinto. Y en el caso de inviabilidad fetal, me han llegado correos electr�nicos de mam�s que relatan que sus ni�os, pese a existir un diagn�stico de inviabilidad, nacieron. Entonces, �d�nde ponemos el l�mite? �En si la persona va a vivir minutos, horas, d�as, meses... El se�or CHAHU�N.- �A�os! El se�or WALKER (don Patricio).-... o a�os? �Qu� pasa si hacemos la analog�a con las personas nacidas vivas? Cuando se trate de alguien en estado vegetativo persistente, �dejaremos que muera naturalmente -pensemos en Gustavo Cerati, en Buenos Aires- o le quitaremos la vida antes? En aquellos casos, el dolor de la madre debe ser horroroso, espantoso. Y no creo que el aborto le permita terminar con ese dolor. Por eso, los Senadores democratacristianos presentamos un proyecto de ley para que el Estado se haga cargo del tratamiento de esas mujeres. Porque uno de los mayores reclamos es que nadie se hace cargo del aspecto psicol�gico, m�dico, de ellas y de sus familias durante todo el proceso. Adem�s, es preciso contemplar lo que se�alaba el Senador Andr�s Zald�var: que, una vez que se compruebe que hay vida despu�s de las 22 semanas, se pueda inducir el parto cuando haya anencefalia, etc�tera. Eso es perfectamente �tico. Y muchos m�dicos lo hacen. En consecuencia, se�or Presidente, as� como existi� una Vicar�a de la Solidaridad, que fue "la voz de los sin voz", me parece que nosotros, en este tema, en especial con relaci�n a quienes son partidarios de un aborto amplio, de libre petici�n, tenemos el deber moral de defender a los que no tienen voz, a los seres indefensos. He dicho. El se�or ESCALONA (Presidente).- Tiene la palabra el Honorable se�or Hern�n Larra�n. El se�or LARRA�N.- Se�or Presidente, ya hice uso de la palabra, pero no puedo dejar ciertas consideraciones en el aire, como si no tuviesen respuesta. El Senador Girardi hizo una apasionada defensa del respeto a las ideas de los dem�s. Y creo que eso es esencial. Coincido con �l al respecto. Pero a ratos siento que en algunas expresiones que se han utilizado aqu� en la Sala no hay tal respeto, y que quienes est�n en posiciones o trincheras diferentes son mirados en menos, como si existiera cierta superioridad moral en el que profesa una idea. Yo, por ejemplo, lament� mucho las expresiones de alguien a quien respeto, como el Senador Quintana, cuando dijo que nuestra votaci�n era un acto de hipocres�a. Eso no es justo. Uno no puede utilizar tal palabra para referirse, con respeto, a una idea distinta. La Senadora Allende planteaba la necesidad de respetar el derecho de la mujer y el derecho a elegir. Nadie puede estar m�s de acuerdo con ella en lo esencial de ese concepto. Sin embargo, se�or Presidente, aqu� nosotros olvidamos que hay un ser vivo en el vientre materno, y toda la discusi�n gira en torno a si valoramos ese hecho; a si existe o no un ser vivo en el vientre materno. Porque si existe, ning�n derecho de una persona puede ser superior al de respetar aquella vida. �Ese es el debate! �Esa es nuestra opini�n! Y algunos de ustedes podr�n estar en desacuerdo con ella. Pero, por favor, resp�tenla, porque no es producto de un acto de hipocres�a, sino de una convicci�n de lo que es la vida, desde cu�ndo ella empieza y, por lo tanto, de que se requiere preservarla. �Eso se halla en discusi�n! Y si sostenemos que este proyecto sobre aborto terap�utico no es necesario, no es por imaginaci�n. Ocurre que ninguno de los que lo defienden ha podido probar que alg�n m�dico que lo haya practicado tuviera un problema legal o una consecuencia penal. �Ni uno solo, en 23 a�os! En consecuencia, no se est� legislando por aquello que justifica una ley: una necesidad. En tal sentido, me parece que tras estas iniciativas, por distintas razones, se abren espacios para la oportunidad de que se instale el aborto, sin m�s. Para que �ah�, s�! act�en muchas personas, y bajo el pretexto de un aborto terap�utico, por malformaci�n, por inviabilidad o por violaci�n, se cuelen muertes de seres humanos por motivos falsos. �Y eso no lo podemos aceptar! Yo s� que existe gran sufrimiento en las mujeres que llevan en su vientre un hijo producto de violaci�n o uno probablemente inviable. Pero igual ese ser tiene derecho a vivir y, en caso de dudas, tenemos el deber de abstenernos para respetar ese derecho. Eso se halla en juego. Por consiguiente, as� como se pide respeto por quienes sustentan una posici�n, nosotros tambi�n lo solicitamos por el producto de una convicci�n, de una mirada de la vida. Lo que ocurra de aqu� en adelante con otros proyectos se tendr� que discutir. Y si a otras iniciativas les corresponde o no lo prescrito en el art�culo 68 de la Constituci�n, es otro debate, y no el que nos ocupa hoy. Finalmente, el Senador Cantero habl� de aprobar la idea de legislar para que se siga discutiendo el tema. �No! Yo la apruebo cuando comparto la noci�n que hay detr�s de ella. Pero si su contenido no me satisface, no puedo hacerlo, porque no tengo ninguna seguridad de que voy a poder cambiar su trasfondo. Por eso, las ideas de legislar se deben aprobar o rechazar. Eso es lo democr�tico. Hay que aceptar el veredicto de la mayor�a. Quienes pierden tienen que ser humildes y reconocer que no juntaron los votos. Punto. Y seguir caminando, porque la vida contin�a. As� que, se�or Presidente, �respeto para todos! Nosotros tambi�n lo reclamamos, pues actuamos por nociones de conciencia. El se�or ESCALONA (Presidente).- Tiene la palabra la Senadora se�ora Von Baer. --(Manifestaciones en tribunas). El se�or ESCALONA (Presidente).- �Silencio, por favor! La se�ora VON BAER.- Se�or Presidente, el debate que hemos tenido ha demostrado que la problem�tica planteada en torno al aborto terap�utico est� zanjada tanto desde el punto de vista legal como de la pr�ctica m�dica. En Chile, cuando la vida de la madre se halla en peligro, los m�dicos aplican el tratamiento necesario incluso si pone en peligro la vida del feto. As� lo ha manifestado ac�, claramente, el Ministro de Salud. Entonces, sincerando la discusi�n, hoy estamos votando si aprobamos o rechazamos que exista el aborto en Chile. �El aborto, se�or Presidente, sin apellidos! Como se ha dicho, en esta Sala se enfrentan efectivamente dos formas de ver la sociedad. Me llama la atenci�n -como dijo el Senador Hern�n Larra�n- la descalificaci�n que se hace, a veces, frente a una opini�n distinta de la propia. Se habla tanto respecto a la democracia; pero cuando se trata de respetar democr�ticamente puntos de vista diversos, se oyen descalificaciones. A mi juicio, en democracia, especialmente nosotros, debi�ramos tener la capacidad de realizar debates profundos, en ocasiones incluso duros, donde se manifestaran nuestras diferencias. Pero siempre -�siempre, se�or Presidente!- con altura de miras y con respeto a la opini�n distinta. �Eso es democracia! Si se plantea que debemos darles a las mujeres el derecho a decidir, entonces, me pregunto �somos nosotras omnipotentes? �D�nde queda el derecho del ni�o, de aquel ser humano completamente indefenso? Porque los derechos humanos tenemos que respetarlos siempre, sin excepci�n. Y tambi�n los de los ni�os que a�n no han nacido. Al votar en contra de estos proyectos no le estamos cerrando la puerta al debate, como se ha dicho ac�. Hemos llevado a cabo una larga discusi�n, y estoy segura de que lo seguiremos haciendo. Al votar que no a estas iniciativas estamos -�s�, es verdad!- imponiendo una conducta a las mujeres. De hecho, nos estamos limitando la libertad. Eso es verdad. Pero lo hacemos -y lo se�al� tambi�n el Senador Patricio Walker- para salvaguardar la libertad y el derecho del ni�o que est� por nacer. Porque la libertad de uno siempre termina donde comienza la libertad y los derechos del otro. Por lo tanto, se�or Presidente, con una profunda humildad frente al milagro de la vida, voto en contra de estos proyectos. El se�or ESCALONA (Presidente).- Tiene la palabra el Honorable se�or Coloma. El se�or COLOMA.- Se�or Presidente, entiendo -puedo estar equivocado- que todos los Senadores hemos intervenido. O sea, si alguien se�ala que aqu� no hubo debate o que hay que realizarlo, ser�a preciso decir que este ha sido un ejemplo de c�mo se han podido intercambiar puntos de vista distintos. A lo que no nos puede obligar la discusi�n es a coincidir. Pero s� a que cada uno exprese su opini�n. Y si alguien quer�a que se analizara este tema, entonces puede sentirse contento. Tambi�n me parece igualmente leg�timo que las mayor�as se manifiesten. Sin perjuicio de que el asunto de fondo ya est� expuesto -por lo menos el planteamiento de cada uno-, deseo fundamentar mi voto por dos razones espec�ficas. Primero, me preocupa profundamente lo expresado varias veces durante el debate, en cuanto a que nosotros deber�amos aprobar el proyecto porque la mayor�a de los pa�ses han legislado sobre el particular. Perd�nenme que lo diga, pero ese argumento -por lo menos desde mi punto de vista- es profundamente falaz. No espero que Chile realice lo mismo que hacen otros pa�ses conforme a su criterio, a su historia, a su cultura. Yo reclamo el derecho a escribir nuestra propia historia, y a que resolvamos nuestros problemas como creemos que debemos hacerlo. Por lo tanto, cada vez que se plantea que son pocas las naciones en que no se ha legislado al respecto, a m� no me importa si son pocas o muchas. Lo que me interesa es saber si estamos bien o mal. Porque, si el d�a de ma�ana alguien me dice que hay que legislar sobre la eutanasia pues muchos pa�ses ya lo han hecho; o que debemos aprobar el aborto a las 22 semanas, a las 36, a los 9 meses, no me convencer� de hacerlo. Es decir, si una mayor�a de naciones consagran el aborto, ya no terap�utico sino total, simplemente por voluntad de la madre, �querr� decir que nosotros deberemos operar con esa misma l�gica? O si, en el futuro, otros Estados siguen legalizando la droga, �nos sentiremos moralmente obligados a actuar igual? Yo, por lo menos, se�or Presidente, pienso que ese tipo de argumentos van en una l�nea de reflexi�n completamente distinta de como entiendo que deben ser las convicciones. En segundo lugar, aqu� hay diferentes visiones respecto a qu� tipo de debate realizamos. Desde mi perspectiva, este dice relaci�n a si el derecho a la vida del que est� por nacer admite o no excepciones. Ese es el tema de fondo. Y lo que hemos planteado un grupo de parlamentarios, transversalmente, es que el derecho a la vida no puede tener excepciones, en particular respecto del que est� por nacer. Otros afirman que s�. Algunos lo hacen en funci�n de la vida de la madre cuando ambos derechos se contraponen. Afortunadamente, esa situaci�n hoy d�a no se da. E insisto: si como efecto indeseado de un tratamiento a la madre se produce la muerte del que est� por nacer, eso nadie jam�s ha podido considerarlo aborto. Hay quienes sostienen que la salud de la madre lo justificar�a. Pero ese concepto est� definido -lo dije ayer- como "el pleno bienestar f�sico, psicol�gico y social". Algunos pa�ses aceptan el aborto por esa causa. Yo, por lo menos, no creo que esa sea una forma de defender el derecho a la vida. Otros lo plantean en el caso de violaci�n, y es dif�cil. Yo no quiero decir que estos son temas en que uno tenga nitidez total, porque involucran problemas complejos, especialmente para quienes somos padres y, con mucho mayor raz�n -imagino-, para las mujeres. Pero no puede tratar de confundirse el derecho a la vida de esa persona que es inocente con las responsabilidades de quienes abusan. Felizmente, est� siempre el recurso de la adopci�n, que sin duda ayuda a superar un drama de esta naturaleza. Se habla tambi�n de la malformaci�n de determinadas personas. Pero, �por qu� si uno es partidario del aborto en esos casos no va a opinar igual respecto de los ni�os que nacieron con esas condiciones? �D�nde est� la coherencia? Ese es el tipo de problemas que genera esta cuesti�n. Por �ltimo, se�or Presidente, me parece muy importante considerar los efectos. Lo dije ayer y lo quiero repetir hoy: pa�ses que han abierto el espacio al aborto terap�utico han generado una segmentaci�n respecto del sexo de los ni�os que nacen. En Nueva Delhi, de 8.000 abortos, 7.999 corresponden a mujeres. �Esos son los efectos que produce este drama! Se�or Presidente, con humildad, voy a votar en contra de los tres proyectos. --(Manifestaciones en tribunas). El se�or ESCALONA (Presidente).- Tiene la palabra el Senador se�or Uriarte. El se�or URIARTE.- Se�or Presidente, despu�s de cinco sesiones de Sala y, en mi caso, como miembro de la Comisi�n de Salud, de cinco sesiones de Comisi�n con m�s de 14 horas en total -seg�n me dice Secretar�a- de intensa discusi�n, ya podemos al menos concluir algunas cosas. La primera es que todos, sin excepci�n, han tenido la oportunidad de argumentar a favor o en contra. No ha habido nadie que se haya visto privado del leg�timo derecho a defender su postura. La segunda es que, a medida que se va acercando la votaci�n, empieza a aumentar la temperatura y, con ello, las descalificaciones. Empezamos a repetir los mismos argumentos y comienzan a aflorar las razones por las cuales la opini�n p�blica se distancia tanto del debate legislativo y de la acci�n Pol�tica (con may�scula). �Y por qu�? Bueno, porque en un asunto tan importante como este usamos -n�tese que hablo en plural- los mismos argumentos, como si estuvi�ramos discutiendo sobre la inscripci�n autom�tica, el sistema binominal o una ley pol�tica, temas todos que encienden pasiones. Pero, la verdad es que todo eso nos aleja de la cuesti�n de fondo: la vida, que es un valor superior. La vida de la mujer, s�, pero tambi�n la de una criatura inocente, distinta a la identidad de quienes la crearon. Y eso es lo que, al menos a m�, me mueve a volver a hacer uso de la palabra para decir que esto que yo tengo ac� en la mano es la r�plica de un feto de 10 semanas. Es lo que debi�ramos observar con mucha detenci�n a la hora de discutir estos proyectos de ley. �Este es el fondo de lo que nosotros tendr�amos que tratar de debatir: c�mo proteger la vida de una persona en formaci�n que, con solo 10 semanas de vida, tiene los mismos derechos de aquellos que rasgan vestiduras por el mundo entero defendiendo un cat�logo de derechos, que a la hora de defenderlos bien sabemos en qu� terminan! Eso es lo que finalmente pasa: empezamos a quedarnos con incoherencias. En efecto, por una parte se argumenta en contra de la pena de muerte y, de nuevo, se rasgan vestiduras. Se pregunta que c�mo es posible que esa pena se aplique a cualquier persona, incluido un violador. Pero nada se dice respecto de la "pena de muerte" que se aplica o se puede aplicar a la v�ctima de un violador, como esta r�plica de un feto que tengo en mis manos. Esa incoherencia es la que, de nuevo, nos aleja del tema de fondo. Nos decimos garantes de los derechos humanos y nos comportamos como entes superiores a la hora de defenderlos, pero nos olvidamos de proteger los derechos de aquellos seres inocentes. Eso es lo que desnaturaliza un debate como este y lo que reduce algo muy noble como la Pol�tica (con may�scula) a categor�as simplonas, propias de una pol�tica con min�scula. No porque seamos pol�ticos y estemos en una sede pol�tica vamos a reducir todo a categor�as pol�ticas. �No! Quiero aprovechar el tiempo que me resta para decir que yo, consecuente con lo que he argumentado en la Comisi�n y en la Sala, estimo que si hay un proyecto de ley que vale la pena efectivamente discutir es el patrocinado por el Senador se�or Patricio Walker, entre otros, porque de verdad se hace cargo del dolor de la mujer que lo ha pasado mal, dolor que nunca antes el Estado de Chile tom� en cuenta. Y, por esa raz�n, he pedido al Ministro de Salud, aqu� presente, que el Ejecutivo lo patrocine, ya que, dicho sea de paso, es de iniciativa exclusiva del Gobierno, porque supone gasto. Y ciertamente me comprometo, como Presidente de la Comisi�n de Salud, a enfrentar el problema que hace mucho tiempo el Estado de Chile debi� abordar. Se�or Presidente, por todo lo dicho, voto que no. El se�or ESCALONA (Presidente).- Tiene la palabra el Senador se�or Novoa. El se�or NOVOA.- Se�or Presidente, yo no he participado en este debate. No voy a reiterar ac� todos los argumentos que se han dado, pero tampoco quiero votar en silencio. Me pronunciar� en contra de estos proyectos. Como se refieren al aborto terap�utico, yo, como abogado y Senador, tengo el pleno convencimiento de que no es necesario legislar sobre el particular, ya que incluso puede ser m�s perjudicial para las mujeres y para los m�dicos el entrar a regular una materia que hasta el momento no ha generado dificultades. En segundo t�rmino, cuando uno vota en contra la idea de legislar no se est� oponiendo al debate. Lo que ocurre es que tenemos la obligaci�n de pronunciarnos sobre un contenido determinado. Y yo creo que es ileg�timo el argumento de que el votar en contra est� impidiendo el debate. Porque este lo hemos tenido, pero tambi�n nos asiste la obligaci�n de emitir nuestro pronunciamiento. Y en este momento hay que hacerlo respecto de la idea o contenido de los proyectos; y es leg�timo que algunos quieran votar a favor y tambi�n lo es que otros deseen hacerlo en contra. En tercer lugar, el debate ha sido, en el fondo, sobre el aborto, del cual soy contrario. No tengo problema ni temor en decirlo. Vot� a favor del proyecto de ley antidiscriminaci�n. Soy partidario de la "p�ldora del d�a despu�s", pero no del aborto. Tengo mis razones para ello. Yo respeto profundamente a todas las personas, como igualmente a los se�ores Senadores, aun cuando discrepe de sus ideas. Y pido que cuando sean contrarios a las m�as, respeten mi derecho a votar como leg�timamente lo estimo. Voto que no, se�or Presidente. El se�or LABB� (Secretario General).- �Alg�n se�or Senador no ha emitido su voto? El se�or ESCALONA (Presidente).- Terminada la votaci�n. El se�or LABB� (Secretario General).- Resultado de la votaci�n: 18 votos en contra, 14 a favor y 2 pareos. La se�ora ALLENDE.- Hay un error en la votaci�n, se�or Secretario. El se�or LABB� (Secretario General).- Efectivamente. Por alguna raz�n que desconozco, el sistema cambi� el voto de la Senadora se�ora Allende. La se�ora ALLENDE.- El que fue claramente explicitado. El se�or LABB� (Secretario General).- As� es, Su Se�or�a. Yo solamente me limito a leer el resultado que registra el sistema, pero veo que la situaci�n ya se aclar�. El resultado definitivo de la votaci�n es 18 votos en contra, 15 a favor y un pareo. --Queda rechazado el proyecto del Senador se�or Escalona, correspondiente al bolet�n N� 6.522-11 (18 votos en contra, 15 a favor y un pareo). Votaron por la negativa las se�oras Alvear, P�rez (do�a Lily) y Von Baer y los se�ores Bianchi, Chahu�n, Coloma, Espina, Garc�a, Garc�a-Huidobro, Larra�n (don Hern�n), Larra�n (don Carlos), Novoa, Orpis, P�rez Varela, Prokurica, Sabag, Uriarte y Walker (don Patricio). Votaron por la afirmativa las se�oras Allende y Rinc�n y los se�ores Cantero, Escalona, Frei (don Eduardo), Girardi, G�mez, Lagos, Mu�oz Aburto, Navarro, Pizarro, Quintana, Rossi, Walker (don Ignacio) y Zald�var (don Andr�s). No vot�, por estar pareado, el se�or Ruiz-Esquide. El se�or ESCALONA (Presidente).- En votaci�n el segundo proyecto (correspondiente al bolet�n N� 6.591-11), del Honorable se�or Girardi y del ex Senador Carlos Ominami. El se�or PIZARRO.- �Me permite, se�or Presidente? El se�or ESCALONA (Presidente).- Estamos en votaci�n, se�or Senador. Ya se abri� la votaci�n. Tiene la palabra el Se�or Secretario. El se�or LABB� (Secretario General).- �Alg�n se�or Senador no ha emitido su voto? El se�or GIRARDI.- Ped� la palabra, se�or Presidente, para fundamentar mi voto. El se�or ESCALONA (Presidente).- Se�or Secretario, resultado de la votaci�n. El se�or GIRARDI.- No, un momento. Quiero fundar el voto. El se�or ESCALONA (Presidente).- Ya se ofreci� la palabra, se�or Senador. El se�or GIRARDI.- Yo apret� el bot�n en mi pupitre. Estaba anotado. El se�or LAGOS.- Y yo tambi�n, se�or Presidente. El se�or ESCALONA (Presidente).- Se�or Secretario, resultado de la votaci�n. El se�or GIRARDI.- �Pero yo me hab�a inscrito, se�or Presidente! El se�or ESCALONA (Presidente).- Ya se ofreci� la palabra, se�or Senador. Prosiga, se�or Secretario. El se�or LABB� (Secretario General).- Resultado de la votaci�n: 22 votos en contra, 4 votos a favor y un pareo... El se�or GIRARDI.- �Se�or Presidente, reitero que quiero fundamentar mi voto! El se�or LAGOS.- �Yo tambi�n, se�or Presidente! El se�or ESCALONA (Presidente).- Se�or Senador, el Secretario General no me inform� que se hab�a pedido la palabra. El se�or GIRARDI.- �Pero yo apret� el bot�n en mi pupitre! El se�or LARRA�N.- Funde su voto en el tercer proyecto, se�or Senador. El se�or COLOMA.- H�galo en la tercera iniciativa. El se�or ESCALONA (Presidente).- El Secretario General, que es el ministro de fe, no inform� al Presidente que estaba pedida la palabra. El se�or GIRARDI.- �Pero yo la hab�a pedido antes, se�or Presidente! El se�or LAGOS.- Yo tambi�n. El se�or ESCALONA (Presidente).- Se�ores Senadores, pregunt� dos veces al Secretario que me informara. El se�or GIRARDI.- �Solicit� la palabra desde el principio! �Yo tengo derecho a hablar! El se�or LARRA�N.- H�galo en el tercer proyecto, se�or Senador. El se�or GIRARDI.- �No! �Voy a hacerlo ahora! El se�or ESCALONA (Presidente).- Muy bien. Ofrezco la palabra al Senador se�or Girardi. Reitero que el Secretario no inform� al Presidente que se hab�a pedido la palabra. --(Durante el fundamento de voto). El se�or GIRARDI.- Se�or Presidente, solo deseo hacer resaltar que lo ocurrido es un error -as� lo entiendo- que no responde a algo intencionado. Me referir� a dos aspectos planteados en la Sala y que me parecen muy importantes: uno tiene que ver con la defensa de la vida, y el otro, con las convicciones. En primer t�rmino, yo relativizo la defensa de la vida que se ha hecho en este debate. Porque lo que se ha defendido ac� es m�s bien una visi�n ideol�gica -que es leg�tima- inspirada en una amalgama religiosa en relaci�n con el derecho a la vida. Y quiero plantearlo de la siguiente manera: sostengo que la visi�n que hemos observado ac� forma parte de un enfoque restringido de la sexualidad que se plantea, m�s bien, como objetivo fundamental de la reproducci�n. Todo aquello que va m�s all� de la sexualidad como acto reproductivo queda cuestionado. Porque los mismos que sustentan esa posici�n se han opuesto sistem�ticamente a que las personas puedan vivir su sexualidad en forma libre, m�s all� del acto reproductivo, como un hecho de amor, de v�nculo. Y se ha rechazado -por ejemplo, para que la sexualidad sea responsable- la educaci�n sexual. �D�nde est� la dimensi�n abortista de la educaci�n sexual? �Por qu� se oponen a que los j�venes de nuestro pa�s puedan buscar su sexualidad con valores? �Por qu� han sido contrarios a las JOCAS? �Por qu� han rechazado el cond�n, en circunstancias de que su uso puede, justamente, evitar el aborto? Incluso hubo programas de televisi�n y campa�as en los medios de comunicaci�n que dec�an "no use el cond�n, porque no es cien por ciento seguro". �Ser� porque tal elemento est� asociado a un cierto libertinaje, donde la sexualidad se usa como un hecho trascendente que va m�s all� de lo reproductivo y que, entonces, hay que aceptar todos los hijos que vengan por una concepci�n religiosa? �Por qu� los mismos que defienden estos puntos de vista recurrieron al Tribunal Constitucional en contra de la "te" de cobre, en contra de la "p�ldora del d�a despu�s" y en contra de los anticonceptivos orales, cuando el objetivo de estos m�todos de control es que las personas puedan vivir su sexualidad no solo como una dimensi�n reproductiva, sino tambi�n como algo m�s trascendente? Los seres humanos se diferencian de los animales en que para estos la sexualidad solo existe como una herramienta reproductiva. Entonces, a mi juicio, hay una reducci�n detr�s de la cual subyace una visi�n confesional. �Claro, no se manifiesta abiertamente! Pero, cuando uno mira, sistem�ticamente ve una oposici�n a la educaci�n sexual, al cond�n, a la "p�ldora del d�a despu�s", a la "te" de cobre. De hecho, treinta y tantos Diputados recurrieron al Tribunal Constitucional para prohibir no solo la "te" de cobre y la "p�ldora del d�a despu�s", sino tambi�n el anticonceptivo oral. �No se puede hablar de sexualidad libre y tranquilamente en nuestro pa�s! Por lo tanto, yo relativizo el problema. Y lo relativizo tambi�n en el caso de un aborto por malformaci�n cong�nita grave. Porque cuando se presenta una anencefalia -me toc� vivirlo- las chilenas no pueden interrumpir el embarazo. Y en medicina, cuando un ser humano carece de actividad cerebral, se decreta su muerte y lo desconectan. En tal caso no se est� atentando contra la vida. Sin embargo, de la misma manera aqu� se oponen al aborto. Y esto no tiene que ver con la vida, porque en el ejemplo que di no hay vida legal, pues para ello debe haber cerebro cuyo funcionamiento tiene que ser comprobado a trav�s de un electroencefalograma y de otros ex�menes que muestren la actividad del metabolismo cerebral. �Y sin cerebro no hay metabolismo cerebral! Por otra parte, el �ltimo tema al cual deseo referirme dice relaci�n a las convicciones. El Honorable se�or Hern�n Larra�n -a quien yo respeto mucho porque lo encuentro un gran Senador- ha defendido el derecho a que se le respete su convicci�n. Pero le quiero decir que todos los chilenos y chilenas poseen convicciones y que les asiste igual derecho y la misma profundidad de Su Se�or�a al respecto, y que yo respeto. Evidentemente, nunca voy a objetar la decisi�n que tome. Pero ustedes tambi�n deben considerar que cada compatriota tiene una convicci�n profunda -�profunda!- en estas materias y, enfrentados al mismo caso, pueden actuar de manera distinta. Y eso no los transforma en anormales ni en personas que est�n mal. �Tienen valores distintos solamente! En consecuencia, yo los llamo a que permitan que cada chileno pueda formarse su propia convicci�n cuando se presenta una violaci�n, cuando se detecta una malformaci�n o cuando corre riesgo la vida de la madre. �Eso habla de una sociedad democr�tica! --(Aplausos en tribunas). El se�or ESCALONA (Presidente).- Tiene la palabra el Honorable se�or Lagos. El se�or LAGOS.- Se�or Presidente, s� que se hace tarde, pero va a costar tener nuevamente este debate en el corto plazo. Despu�s de haber escuchado atentamente a buena parte de mis colegas, me quiero hacer cargo de lo que se ha dicho, porque depende de c�mo uno lo hable y del tono que le ponga. Algunos Senadores de las bancas de enfrente sostienen que hay mucha descalificaci�n y que quieren respeto. Yo, de la misma forma y con la mayor tranquilidad, hago saber que, cuando se habla de descalificar, cuando miramos las encuestas que se han realizado en Chile, cuando vemos la realidad social del pa�s y, sobre todo, la de las mujeres chilenas, puedo responder muy lentamente que tambi�n se descalifica al negarse a abordar el problema del aborto en muchos casos l�mites, especiales. Porque aqu� estamos hablando de una interrupci�n del embarazo en situaciones l�mites. Hoy hemos escuchado diversos argumentos. Hay varias encuestas en Chile sobre la materia: en 1999, la del grupo Iniciativa; la Quinta Encuesta del INJUV, en 2006; la Encuesta Humana FLACSO, en 2006. En ninguna de ellas hubo menos de 50 y tantos por ciento de chilenos que fueran partidarios de legislar sobre la interrupci�n del embarazo cuando la vida de la mujer est� en peligro. Est� claro de que eso se descart�, porque ocurre que los m�dicos se ponen de acuerdo y trabajan. Lo hacen siempre. El se�or ESPINA.- �Pero si eso no es delito! El se�or LAGOS.- O sea, los m�dicos chilenos optan, sin haber un marco legal. Y ninguno de ellos fue procesado por pronunciarse a favor de la vida de la madre. �Es as�! Si est� en peligro la vida de la madre y la salvan, fallece el feto. Entonces, cuando se nos dice que no descalifiquemos, en mi concepto, se procede a hacerlo cuando el sistema electoral que tenemos -lo voy a vincular, porque esto es pol�tica- no permite satisfacer a ese 50, 60 o 70 por ciento de chilenos y chilenas que desean que legislemos sobre la materia. Eso no se puede hacer porque con el sistema electoral vigente valemos lo mismo. --(Aplausos en tribunas). �Esa es la importancia de la pol�tica! Entonces, cuando se dice -y voy a mantener el tono que me gust� o�r de enfrente- "no nos falten el respeto", yo pido que no ninguneemos la pol�tica. Porque cada vez que se habla de reformar el sistema electoral se se�ala: "Ese no es un problema que le importe a la gente. �A qui�n le interesa eso?". Yo s� que es dif�cil llegar a San Antonio o a Playa Ancha, y tratar de explicar la relaci�n existente entre un sistema electoral injusto, que hace que el 40 por ciento sea igual al 60 por ciento, y el aborto, y el rol del Estado, y el tipo de Constituci�n. Por lo tanto, en este debate siento que estamos violentando a demasiados chilenos, falt�ndoles mucho el respeto y siendo descalificadores. No est� el Senador Coloma en la Sala en este momento. �l pregunt� por qu� nos guiamos por lo que hacen otros pa�ses. Yo le quiero aclarar que, cuando se observa una diferencia tan notoria con el resto de las naciones similares a Chile, cabe preguntarse si ello es porque se est� a la vanguardia del proceso o en el �ltimo vag�n de cola. Se trata de democracias decentes, consolidadas, en las cuales los ciudadanos gozan de una mejor calidad de vida y de m�s oportunidades, donde las autoridades son mucho m�s transparentes que las nuestras e infinitamente mejores que nosotros, que por alguna raz�n -�por alguna raz�n!- ya resolvieron estos temas en cierta direcci�n. Me parece demasiado pedante sostener que, junto a cuatro pa�ses latinoamericanos y el Estado Vaticano, estamos haciendo lo correcto. El tema de fondo -perd�nenme, no quiero parecer odioso, pero es importante explicitar esto porque la gente est� viendo el debate- es que hay un sector... --(Manifestaciones en tribunas). �Y esas risas? �Pido que se queden callados! Como dec�a, hay un sector en nuestro pa�s que hist�ricamente ha visto ciertos temas de una manera distinta de como los apreciamos nosotros. Divorcio. Esto lo hemos mencionado muchas veces, pero hay que remacharlo: algunos no lo quer�an, pero al final se impuso porque el peso de la realidad fue muy grande. Termino mencionando otro caso: el de las adolescentes embarazadas. Antes se les dec�a: "Abandonen la escuela". Para no dejarla, �qu� deb�an hacer? Abortar. De lo contrario, ten�an que irse del colegio. Y terminaban en la escuela nocturna. Pues bien, ese doble est�ndar sigue presente en esta discusi�n. Como dijo un colega -y se lo agradezco; creo que fue el Senador Hern�n Larra�n-, el problema de fondo es si aqu� se abre la puerta para el aborto a todo evento. Entonces, digamos que esa es la discusi�n real y no nos quedemos en que si son 22 semanas o si el feto es viable o no. Considero que hay razones m�s que suficientes para abordar el tema. Por eso voto a favor de los tres proyectos de ley. --(Aplausos en tribunas). El se�or ESCALONA (Presidente).- Tiene la palabra el Senador se�or Pizarro. El se�or PIZARRO.- Se�or Presidente, me alegro de que, aunque haya sobrepasado el Reglamento, le haya dado la palabra al Senador Girardi, porque creo que empezamos a discutir en serio -�en serio!- si lo que queremos es legislar, como ha dicho el Senador Lagos, sobre el aborto a todo evento o establecer claramente cu�les ser�n las excepciones bajo las cuales se permitir� la interrupci�n del embarazo. He solicitado intervenir porque ah� tenemos una diferencia profunda -yo, al menos, la tengo- con el Senador Girardi. Yo no estoy a favor del aborto a todo evento -�nunca lo estar�!-, por cuanto creo -y he cre�do siempre- en el valor de la vida. Y lo digo con todas sus letras: si bien estoy disponible para analizar las excepciones de las que hemos hablado (la inviabilidad del feto y la situaci�n l�mite, extrema, que implica una violaci�n), no estoy dispuesto a legislar sobre un proyecto que estipula que se puede interrumpir el embarazo "Cuando el feto presente o se establezca cl�nicamente que presentar� graves taras o malformaciones f�sicas o ps�quicas". Se�or Presidente, que a un feto le falten sus deditos o que venga con problemas en su manito es una malformaci�n f�sica. Y con esta iniciativa legal se podr�a abortar. Adem�s, se habla de razones "�tico-sociales", seg�n se lee en el texto propuesto para el art�culo 119 del C�digo Sanitario. �Qu� son los fines �tico-sociales? �Es la discriminaci�n de una madre o de una familia cuando la hija queda embarazada de alguien que es de otro color, de otra raza; o de una condici�n social y econ�mica diferente; o de una persona perteneciente a un pueblo originario? �O esa causal opera cuando se crea que el embarazo le generar� un trauma a la joven? �O -dig�moslo derechamente- porque quiz�s ella no supo en qu� momento ni de qui�n qued� embarazada producto del "carrete" o de otra circunstancia? --(Manifestaciones en tribunas). Entonces, se�or Presidente, creo que hay l�mites en los cuales tenemos diferencias. Y es bueno expresarlas. Yo no estoy de acuerdo con el aborto a todo evento. Y este proyecto, en mi opini�n, implica abrir esa posibilidad. Como dije, es bueno explicitar las diferencias entre nosotros, cada cual de acuerdo a sus puntos de vista y a sus convicciones. Repito: estoy disponible para legislar sobre la interrupci�n del embarazo en las situaciones de excepci�n referidas (la inviabilidad total y absoluta del feto y lo relativo a la violaci�n de una mujer), pero no estoy de acuerdo con este proyecto por los t�rminos en que est� planteado. Y agradezco al Senador Girardi que haya argumentado realmente lo que quiere. Por esa raz�n, si bien vot� a favor de su iniciativa, se�or Presidente, me pronuncio en contra de la que nos ocupa. El se�or ESCALONA (Presidente).- Tiene la palabra el Honorable se�or Navarro. El se�or NAVARRO.- Se�or Presidente, hace mucho que no surg�a un debate donde los tres tercios de la pol�tica chilena se expresaran con tanta nitidez. Ha pasado mucho tiempo. Algunos niegan la existencia de esos tres tercios, pero se expresan, y lo hacen de manera tal que el resultado puede ser el inmovilismo. Se observa aqu� una Derecha conservadora, que alega leg�timamente una visi�n particular sobre el aborto. Y la plantea en la discusi�n. Hay un Centro pol�tico, que es m�s conciliador y evidencia diversas opciones en su seno. Y tambi�n hace observaciones y muestra acercamientos distintos a la materia. Y existe una Izquierda, m�s progresista, m�s radical, que cuenta con definiciones m�s armadas, m�s concretas. �Se ha debatido, pero no avanzamos! Entonces, �esos tres tercios interpretan hoy d�a lo que Chile quiere? �Esa es la pregunta! Cuando observamos que el 80 por ciento de la sociedad chilena ped�a cambios en educaci�n, este Congreso se inmoviliz� con el 50-50. Y, por ende, no oper� ni actu�. Es m�s: ah� est�n las leyes que van en contra de lo quer�a ese 80 por ciento. Hoy d�a el 94 por ciento de los chilenos, seg�n encuestas de la FLACSO, piensa que se debe revisar la legislaci�n sobre aborto terap�utico. Sin embargo, el Parlamento se inmoviliza. �No estamos respondiendo, entonces, al sentir ciudadano ni cumpliendo el rol de representaci�n de la soberan�a popular! Algo pasa que el deseo de la ciudadan�a no se expresa en quienes esta ha elegido. Hay una falla en el sistema institucional-democr�tico. Se�or Presidente, cuando el 80 por ciento de la ciudadan�a quiere discutir sobre gratuidad, no sobre becas o cr�ditos; cuando la inmensa mayor�a critica a las isapres y exige reformas en ese �mbito; cuando se pide modificar la legislaci�n sobre las AFP, todo ello con car�cter mayoritario, pero no se expresa tal anhelo porque en el Congreso se bloquean esas iniciativas ciudadanas, significa que tenemos un Parlamento que, en definitiva, no cumple las expectativas de la gente. O sea, hay una crisis institucional: deber-legitimidad. La monarqu�a presidencial, de manera irreversible, se ha agotado. Y nos encaminamos, por cierto, hacia el desprestigio de las instituciones. Esta monarqu�a es incapaz de gobernar en las Regiones y le surge una contradicci�n fundamental: regionalismo versus centralismo. As� se observa en los casos de Ays�n y de Punta Arenas; as� se ver� en Calama y Arauco, y as� se expresa hoy d�a en el tema del aborto. Porque la inmensa mayor�a de los chilenos s� quiere que se debata y se reforme la actual legislaci�n. Se�or Presidente, no voy a argumentar sobre los temas de fondo. Eso ya lo hicimos. Solo quiero decir que este asunto se va a saldar en un plebiscito. En todo caso, no existe en Chile la posibilidad de uno con car�cter vinculante porque no lo permite la Constituci�n de Pinochet. Si bien la Concertaci�n la reform�, no fue capaz de establecer algo en lo que yo creo: �una nueva Constituci�n! Entonces, �cu�ndo se va a resolver el problema? En el "plebiscito" del 11 de noviembre del 2013. Entonces estar�n en juego los programas de gobierno de los candidatos presidenciales. Espero al menos un programa de Oposici�n y otro de continuidad del Gobierno. Conf�o en que en esa instancia se incorpore en cada programa una propuesta de reforma constitucional. Si con las votaciones de hoy se rechaza la idea de legislar en esta materia, teniendo presente que la mayor�a del pa�s s� quiere cambios, espero que esa mayor�a se exprese cuando se defina qui�n asumir� el pr�ximo Gobierno. Espero que la coalici�n de Oposici�n entonces sea capaz de definir una propuesta concreta para resolver un asunto que este Congreso no es capaz de solucionar. Porque, en definitiva, ha paralizado los debates que la sociedad nos exige. Se�or Presidente, me asiste la convicci�n de que esta discusi�n no se agotar� aqu�. Vamos a tener la posibilidad -cada chileno la tendr�- de votar en el "plebiscito" del 11 de noviembre del 2013, que implicar� definir un conjunto de temas; entre ellos, el aborto terap�utico. Si en el Congreso hoy d�a la Derecha y las divisiones de la Oposici�n lo impiden, espero que la sabidur�a popular opere para que tengamos un Parlamento que sea capaz de legislar a partir del 11 de noviembre del pr�ximo a�o. Solo as� cumpliremos el mandato que se nos ha dado: representar los intereses de las mayor�as. En estos momentos, lamentablemente, no lo estamos haciendo. Voto a favor. El se�or ESCALONA (Presidente).- Tiene la palabra el Senador se�or Rossi. El se�or ROSSI.- Se�or Presidente, en su momento fui un decidido promotor de la inscripci�n autom�tica y del voto voluntario, precisamente porque estoy convencido de que ser�n los j�venes los que van a cambiar la historia de Chile; ser�n los j�venes los que van a generar un cambio cultural tendiente a que la clase pol�tica no pierda tanto la sinton�a con la sociedad. Hoy d�a m�s del 80 por ciento de los menores de 30 a�os apoya la idea de legislar respecto del aborto terap�utico. �Sobre el 80 por ciento! De hecho, la mayor�a de quienes nos acompa�an en las tribunas son j�venes. Por ello, creo que el remez�n que provocar�n la inscripci�n autom�tica y el voto voluntario le har� bien a Chile, le har� bien a la pol�tica y le har� bien a la democracia. Sinceramente, siento que hoy d�a algunos est�n votando de espaldas a la ciudadan�a. La inmensa mayor�a de los hombres y las mujeres chilenos est� a favor de aprobar la idea de legislar. �Y qu� hemos hecho? Ir en la direcci�n contraria. Sin embargo, como aqu� dijo el Senador Lagos Weber, la historia nos va a dar la raz�n. Hubo quienes apoyaron un r�gimen dictatorial; quienes negaron las violaciones a los derechos humanos; quienes estuvieron en contra de que existiera una ley sobre violencia intrafamiliar. En este �ltimo caso, dec�an que ello era parte de la vida privada de las personas. Por tanto, un marido pod�a pegarle a su mujer. �Pero hoy d�a eso cambi�! Los delitos se persiguen; existe legislaci�n al respecto; el femicidio est� tipificado. Recuerdo tambi�n cuando Monse�or Oviedo manifest� en una carta apost�lica en 1993 -entonces yo era Presidente de la FEUC- lo siguiente: "La mujer deber� cuidar su vestuario, de manera tal de no ser ocasi�n de pecado para el hombre". �La mujer era ocasi�n de pecado para el hombre seg�n su vestuario! Y as�, hay m�s ejemplos. Hubo quienes recurrieron al Tribunal Constitucional para evitar no solo la anticoncepci�n de emergencia, sino tambi�n el dispositivo intrauterino. Pero resulta que gracias a este hoy tenemos tan pocos abortos y tan poca mortalidad por esta causa. �Chile cambi� y lo hizo para mejor, pero parece que muchos de nosotros no nos hemos dado cuenta en el Congreso! Decidimos presentar este proyecto motivados por un caso particular. Seguramente, esa persona est� viendo la sesi�n, pero no le estamos dando una respuesta a su problema, sino un portazo en la cara, a su dignidad. Esta mujer, de oficio peluquera, fue a mi oficina en el ex Congreso y me dijo: "Tengo un embarazo de casi cuatro meses y me detectaron una pentalog�a de Cantrell". �Qu� es pentalog�a de Cantrell? Cinco malformaciones incompatibles con la vida. No se trata de una manito menos ni de un dedo menos, Senador Pizarro -por su intermedio, se�or Presidente-, sino de malformaciones m�dicamente consideradas incompatibles con la vida. El se�or PIZARRO.- �Lea bien el proyecto, se�or Senador! El se�or ROSSI.- Y esta mujer agreg�: "Cada vez que voy a la peluquer�a las personas que vuelven en una o dos semanas me dicen que me est� creciendo la guatita". �Eso le genera un tremendo sufrimiento y, a mi juicio, no tenemos derecho a provocarle tal dolor! As� como respeto el derecho leg�timo de una mujer que ve en ese padecimiento una ocasi�n de redenci�n, de crecimiento humano y personal, le pido hoy d�a a la Sala que se respete el derecho de la mujer que siente que tal sufrimiento es innecesario. El se�or PIZARRO.- �Estamos en el otro proyecto, Senador! El se�or ROSSI.- �No quiero que se imponga mi voluntad! �Quiero que se respete la voluntad y la convicci�n de cada persona, de cada ser humano! Aqu� se apela al valor de la vida. Pero este no es un principio absoluto. �Y la leg�tima defensa, por ejemplo? Cuando se interrumpe un embarazo tubario, �el embri�n, que presenta latidos cardiacos, no tiene el mismo derecho y dignidad que el feto con anencefalia? �Por qu� ustedes aceptan que se pueda interrumpir el embarazo tubario y no el otro? �No tiene sentido lo que estamos haciendo! El se�or PIZARRO.- �Lea el texto del proyecto! El se�or ROSSI.- Finalmente, quiero ser muy claro y categ�rico. Al legislar sobre esta materia, sostenemos que hay un conjunto de patolog�as claramente establecidas. No se trata de malformaciones menores absolutamente compatibles con la vida. Eugenesia no significa matar a una persona por ser alta, baja o por tener diabetes. �No! Estamos hablando de displasia tanatof�rica, agenesia renal bilateral, anencefalia, holoprosencefalia, trisom�a 13, trisom�a 18. El se�or PIZARRO.- �A�n no vemos ese proyecto! El se�or ROSSI.- �Basta ya de generar una sensaci�n de confusi�n en la ciudadan�a! �Estamos hablando de un grupo de patolog�as claramente incompatibles con la vida! �Y la mujer tiene derecho a decidir en esto, no este Congreso! He dicho. --(Aplausos y manifestaciones en tribunas). El se�or PIZARRO.- �Estamos viendo la iniciativa de Girardi, no la suya! El se�or ESCALONA (Presidente).- Llamo al orden a los se�ores Senadores. Tiene la palabra el Honorable se�or Orpis. El se�or ORPIS.- Se�or Presidente, a lo largo del debate se han entregado todos los argumentos. A estas alturas, lo �nico que estamos haciendo es repetirlos. Quiero mencionar un elemento adicional. Aqu� se ha hecho referencia a diversas encuestas: que tantos porcentajes, que cifras m�s, que cifras menos. Pero ocurre que el tema es distinto. Cuando me present� como candidato a Senador, en forma categ�rica se�al� a la ciudadan�a cu�les eran mis convicciones. Y dentro de ellas, estaba no legislar sobre el aborto. Y me eligieron teniendo eso claro, se�or Presidente. El se�or P�REZ VARELA.- Y por mayor�a. El se�or ORPIS.- Y obtuve primera mayor�a en la circunscripci�n senatorial en que me present�. �Con esas convicciones! Por lo tanto, siento absoluta legitimidad -�absoluta legitimidad!- al plantear mi punto de vista, e imagino que cada uno de los se�ores parlamentarios la siente igual. Distinto ser�a si ocult�ramos nuestras convicciones, nuestros pensamientos. Pero hemos sido transparentes en las campa�as electorales. Mostramos coherencia y honestidad como parlamentarios, pues explicitamos nuestra postura siendo candidatos. En consecuencia, se�or Presidente, no me siento enga�ando a nadie. Al rev�s, he sido plenamente consecuente con lo que dije en su momento al electorado que me eligi� por este per�odo. Por lo tanto, no estoy de espaldas al pa�s, sino de frente, como lo plante� en la campa�a senatorial. He dicho. --(Aplausos y manifestaciones en tribunas). El se�or ESCALONA (Presidente).- Tiene la palabra la Senadora se�ora Rinc�n. La se�ora RINC�N.- Se�or Presidente, creo necesario intervenir porque hoy estamos votando tres proyectos de ley distintos. Lo dije durante el largo debate en general; lo reiter� luego al fundamentar mi voto favorable en la iniciativa anterior, conocida como "proyecto de ley Escalona" -lamento que se haya rechazado la idea de legislar en ese caso-, y lo vuelvo a sostener respecto del que ahora nos ocupa: no apoyar� el aborto -leo textual- "Cuando el feto presente o se establezca cl�nicamente que presentar� graves taras o malformaciones f�sicas o ps�quicas.". Hay muchos ni�os con malformaciones f�sicas y ps�quicas. Con este proyecto podr�an ser abortados. A mi juicio, se�or Presidente, no nos corresponde decidir en tales casos. Es importante hacer esta distinci�n cuando intervenimos en la Sala. Porque, si no, generamos falsas impresiones en quienes nos escuchan. Estoy a favor de legislar en caso de inviabilidad total del feto y cuanto est� en riesgo la vida de la madre. Sin embargo, no estoy dispuesta a legislar cuando se trate de graves taras, o malformaciones f�sicas o ps�quicas. Quiero hacer una precisi�n m�s, se�or Presidente. Algunos de mis colegas han se�alado que est�n dispuestos a legislar cuando otro proyecto, luego de pasar por la Comisi�n de Salud, llegue a la Sala. Pues bien, tampoco estar�n los votos para aprobar esa iniciativa. �No nos enga�emos! Se lo digo a mi colega Lily P�rez: no estar�n los votos necesarios para acoger esa propuesta. Es cosa de sumar y restar. Y lo lamento, porque se deja la falsa impresi�n en quienes nos escuchan de que, con ese proyecto, s� vamos a abordar el tema. El se�or ESCALONA (Presidente).- Tiene la palabra el Senador se�or Andr�s Zald�var. El se�or ZALD�VAR (don Andr�s).- Se�or Presidente, ser� muy breve. Quiero referirme al tema de c�mo votamos. Hago presente, con toda franqueza, que yo no voto por encuestas, sino por convicciones realmente personales. Y respeto las de los otros. Adem�s, no estoy de acuerdo con el proyecto presentado por el Senador Girardi, porque habla de la posibilidad de abortar por razones eugen�sicas o �tico-sociales, y porque, a su vez, dispone que podr� practicarse cuando se presenten graves taras o malformaciones f�sicas o s�quicas. No estoy de acuerdo con eso. Y, como no estoy de acuerdo con eso, aunque el cien por ciento de las encuestas dijera lo contrario, votar�a en contra de este proyecto. El se�or LABB� (Secretario General).- �Alg�n se�or Senador no ha emitido su voto? El se�or ESCALONA (Presidente).- Terminada la votaci�n. --Se rechaza el proyecto signado con el bolet�n N� 6.591-11 (22 votos en contra, 9 a favor y un pareo). Votaron por la negativa las se�oras Alvear, P�rez (do�a Lily), Rinc�n y Von Baer y los se�ores Bianchi, Chahu�n, Coloma, Espina, Garc�a, Garc�a-Huidobro, Larra�n (don Hern�n), Larra�n (don Carlos), Novoa, Orpis, P�rez Varela, Pizarro, Prokurica, Sabag, Uriarte, Walker (don Ignacio), Walker (don Patricio) y Zald�var (don Andr�s). Votaron por la afirmativa la se�ora Allende y los se�ores Escalona, Girardi, G�mez, Lagos, Mu�oz Aburto, Navarro, Quintana y Rossi. No vot�, por estar pareado, el se�or Ruiz-Esquide. --(Aplausos y manifestaciones en tribunas). El se�or ESCALONA (Presidente).- En votaci�n el tercer proyecto, bolet�n N� 7.373-07. --(Durante la votaci�n). El se�or ESCALONA (Presidente).- Tiene la palabra el Senador se�or Girardi. El se�or GIRARDI.- Se�or Presidente, creo que aqu� est� en juego una gran discusi�n para nuestros compatriotas: si este Parlamento va a tratar a los chilenos y, particularmente, a las chilenas como discapacitados, como minusv�lidos y como seres humanos que, gozando de autonom�a, no tienen el derecho a decidir, como s� lo tienen los Senadores y las Senadoras. Yo insisto: me parece leg�timo que cada parlamentario abrigue una convicci�n. Pero el mismo derecho le asiste a cada chileno y a cada chilena para poder decidir en materias tan relevantes. A veces se quiere alivianar este debate. Es cierto, yo present� un proyecto de ley y lo seguir� presentando, pues considero que va en la direcci�n de que las personas tengan autonom�a para resolver problemas como este, relacionado con la interrupci�n del embarazo, fundamentalmente cuando est� en riesgo la vida de la madre, cuando el feto presenta una malformaci�n grave que lo hace inviable, y cuando es producto de una violaci�n. A mi juicio, esa es una decisi�n que le compete a cada persona. Pero deseo ir m�s all�. Quiero argumentar en el sentido de que, mientras mis posturas son verdaderamente contrarias al aborto, hay otras que, de manera liviana -aun cuando, en mi opini�n, sin voluntad, sin intenci�n-, lo favorecen o finalmente determinan resultados abortistas. Yo estoy contra la despenalizaci�n del aborto. Y lo que nosotros planteamos busca justamente evitarlo. Sin embargo, aqu� parece que estamos en un mundo al rev�s. En efecto, est� claramente demostrado en todo el planeta que para que en una sociedad no haya aborto se debe propiciar la educaci�n sexual. Pero mis colegas de enfrente, cuando se dio ese debate, se opusieron a ella. �Se opusieron a las JOCAS, a pesar de que se deb�a contar con la autorizaci�n de los padres en los colegios! Igual se refut�: "No, este es un problema de la vida privada". Yo les digo: no es un problema de la vida privada, sino una consecuencia social de que el pa�s no tenga pol�ticas sobre la materia y abandone a los j�venes en la b�squeda de su sexualidad. Yo tuve la suerte de participar el 2006 en una de las primeras encuestas nacionales que se efectuaron acerca del punto. Y se comprob� -y esto no ha cambiado- que los ni�os se informan, no a trav�s de sus padres, no en su colegio, sino a trav�s de revistas y amigos. �Por qu�? Porque este tema se ha satanizado. No se puede discutir, no se debate, por cuanto se ha transformado en un asunto privado, cuando es un asunto p�blico y de una pol�tica nacional que oriente a los j�venes, quienes hoy se hallan abandonados en la b�squeda de sus valores. Y al rev�s: se usa la sexualidad en forma erotizada en la publicidad, en las teleseries. �Y ah� nadie dice nada! �Por qu�? Porque tiene que ver con el mercado, con las ganancias. O sea, si la sexualidad es para ganar plata, �muy bien! Pero, si es tratada como un valor fundamental para construir vida, para construir afecto, para hacerla un elemento esencial del vivir humano, de la salud sexual, �ah� es un problema! En una oportunidad -quiero reiterarlo- se plante� la pol�tica del cond�n, que no es abortivo. Sin embargo, los mismos de siempre se opusieron tenazmente a �l, para que la sexualidad no sea vivida de modo pleno, de modo normal. Y para m� lo bueno es la sexualidad. �Ojal� que las parejas chilenas tengan muchas relaciones sexuales, de manera permanente, y si nos las pueden tener, actuemos como el Alcalde de Lo Prado, que le da Viagra a la tercera edad! Porque la sexualidad empieza cuando uno nace y termina cuando uno muere. Hay distintas formas de sexualidad que no tienen que ver con el coito. La sexualidad es parte de la vida. Pero -repito- los mismos de siempre se opusieron al cond�n, los mismos de siempre se opusieron a la "te", los mismos de siempre se oponen a la p�ldora del d�a despu�s. Entonces, yo le digo a la sociedad: saque conclusiones acerca de qui�nes son los que promueven el aborto en Chile. Yo al menos he planteado toda la vida pol�ticas concretas, demostradas en numerosos foros internacionales, en la Organizaci�n Mundial de la Salud, para ir contra el aborto. Y me parece parad�jico que otros que tambi�n desean evitarlo tengan las posturas que tienen. �Saben cu�l es la diferencia? Un problema social. Y lo quiero repetir. En Vitacura, de todas las ni�as menores de 18 a�os y en edad f�rtil, el 2,5 por ciento queda embarazada. En las comunas pobres de Chile, ellas alcanzan hasta el 25, 30 por ciento. �Saben por qu�? Porque unas tienen acceso a salir al extranjero a practicarse un aborto, a la p�ldora del d�a despu�s, y otras no. �Eso es lo que debemos cambiar en nuestro pa�s! --(Aplausos en tribunas). El se�or ESCALONA (Presidente).- Informo a la Sala que se hallan inscritos para intervenir los Senadores se�ores G�mez, Lagos, Rossi, se�ora Rinc�n y se�ores Ruiz-Esquide, Pizarro y Chahu�n. Como ya se inici� la votaci�n, esta sesi�n se prolonga hasta su cierre y, en consecuencia, hasta el total despacho del proyecto que nos ocupa. Tiene la palabra el Honorable se�or G�mez. El se�or G�MEZ.- Se�or Presidente, como tengo la convicci�n de que este debate va a llegar hasta aqu� y de que con este Parlamento y estos parlamentarios no vamos a lograr legislar sobre la materia, me parece importante que queden en la historia las opiniones de cada cual. Lo primero que quiero resaltar es que aqu�, no es que haya proyectos que sean m�s o menos abortistas, como se ha dicho, sino que algunos hemos participado porque tenemos la convicci�n de que es necesario resolver tres situaciones. Las repito: el caso de peligro de vida de la madre; dos, el caso del feto inviable, y tres, el caso de la violaci�n. Aqu� se dice "Voto a favor de uno u otro porque soy menos abortista o m�s abortista", pero me parece que ese no es el debate ni ha sido lo que hemos planteado. Sin embargo, cualquiera que sea el resultado final de nuestras largas horas de discusi�n en este Senado, la situaci�n ser� exactamente la misma que existe hoy d�a, pese a las expectativas que hab�a en la ciudadan�a en cuanto a que este Parlamento tomara la decisi�n de abrir el debate, el cual muchos han sostenido que no termina ahora, lo que no es cierto. Al rechazar la idea de legislar, los proyectos llegan hasta aqu�. Por lo tanto, los pr�ximos que se presenten no van a pasar esta etapa. Hablemos las cosas con la verdad. Y por eso es necesario dejar claro que nuestra postura es que, de una vez por todas, en Chile se resuelvan problemas que est�n escondidos debajo de la alfombra. Conocidas periodistas han manifestado su imposibilidad sicol�gica de dar a luz al ni�o que llevan en su vientre. Sin embargo, se han topado con que no pueden evitarlo, por ser un delito. Y eso es de dominio p�blico. No estoy diciendo nada que no conozcamos. Estoy hablando de ni�as, �ni�as!, violadas por individuos que las han dejado embarazadas, que no tienen recursos y que, en definitiva, deber�n vivir su vida entera con un hijo que ha surgido de aquello. Y eso no va a cambiar, porque nosotros hemos sido incapaces de votar favorablemente un proyecto que nos permita ir al debate de fondo. A m� no me vengan con cuentos. �Aqu� se ha rechazado la idea de legislar! Y rechazar la idea de legislar significa que el proyecto llega hasta ac�, lo cual, desde nuestro punto de vista, resulta inaceptable. Porque nosotros tenemos una representaci�n y la obligaci�n de debatir. No se trata de que unos sean buenos y otros sean malos, que unos aprueben la vida y otros est�n en contra de ella. Se trata de debatir, de que la sociedad entienda que en este Parlamento hay diversidad. Pero esta no puede ser reprimida o cortada simplemente por la existencia de mayor�as que hoy d�a representan una forma de enfrentar los valores en esta sociedad. Muchos miles de mujeres habr�an esperado que se avanzara en esta materia, que se debatiera. Por �ltimo, se�or Presidente -lo he dicho y lo repetir�-, aqu� hay un problema de fondo, que es la autonom�a de la voluntad de la afectada por ese problema: la mujer. �A ninguno de los del frente los van a embarazar nunca! �Nunca van a tener la obligaci�n de tomar una determinaci�n de esa magnitud! Sin embargo, ellos disponen que a una mujer no le sea posible decidir frente a un tema que afecta sicol�gicamente a su familia y a ella. Y hoy d�a resolvimos, a partir de esta discusi�n y del rechazo a este proyecto, que la situaci�n siga igual. Es decir, una v�ctima de violaci�n que interrumpe su embarazo puede terminar presa. Porque eso es aborto, sea o no culposo, sea o no con intenci�n, ya que se interrumpe la vida de un individuo cuyo futuro en este caso se considera m�s importante que lo que pueda pasarle a esa mujer m�s adelante. Por eso, se�or Presidente, lamento que ello ocurra y quiero dejarlo registrado. Nos habr�a gustado que esta discusi�n continuara. --(Manifestaciones en tribunas). El se�or ESCALONA (Presidente).- Tiene la palabra el Senador se�or Lagos. El se�or LAGOS.- Se�or Presidente, como siempre estoy haciendo un esfuerzo por capturar lo que ac� se debate, debo decir que, tras escuchar algunas intervenciones de mis colegas y entender que fueron hechas de buena fe, a veces nos desviamos. Porque estamos hablando de la necesidad de dar un giro en 180 grados, de realizar un cambio brutal a la forma como enfrentamos hoy d�a la legislaci�n sobre interrupci�n del embarazo. En consecuencia, aunque entiendo que los tres proyectos de ley que hemos discutido pueden tener imperfecciones o ser laxos en sus definiciones, no es menos cierto que el debate de fondo es: �hay o no espacio en este Congreso para abrirse a legislar sobre una realidad social? Ese es el tema. Comprendo el argumento del Senador Pizarro, quien se�al� que una de las mociones prescribe que se podr� interrumpir el embarazo cuando haya taras mentales o f�sicas. �Claro! Eso se podr�a interpretar de manera amplia. Pero la pregunta es otra -con todo respeto y cari�o-: �No podr�amos pensar entonces en un proyecto de ley que considerara espec�ficamente aquellos casos en que el feto es inviable, como la displasia tanatof�rica, la agenesia renal bilateral, los ri�ones poliqu�sticos, la anencefalia, la trisom�a 13, la trisom�a 18, etc�tera, digo yo? En ese caso, �desaparecer� la dificultad de que es abierta la descripci�n del tipo de aborto de que estamos hablando? No obstante, �hay voluntad para legislar al respecto? Quiero decirles que no la noto. Entonces, no nos enga�emos: no recurramos al literal de cada proyecto de ley para decir que lo vamos a rechazar, porque no existe voluntad para legislar sobre el particular. Segundo tema. Uno de los se�ores Senadores que me antecedieron en el uso de la palabra expres�: "No voto por encuestas". Yo tambi�n voto por convicciones, pero agrego algo: No voto por encuestas; s�, por mis convicciones, pero haciendo un esfuerzo gigantesco por interpretar la realidad nacional y no solamente considerar mi inter�s y mi convicci�n individual. Eso es lo que est� detr�s de este debate. Tercer punto: la importancia de esta discusi�n. No es por porf�a que uno usa de la palabra en todas las oportunidades que puede. �Saben por qu�? Porque, tanto se ha dicho que hay que hacer autocr�ticas del pasado, que yo tambi�n me las hago. Y una de ellas es que en 22 a�os no hemos sido capaces de marcar la diferencia en algunas materias. Cuando uno no la marca, pasa a ser igual a los dem�s. Y, si somos todos iguales entre nosotros, quienes est�n afuera dicen: "Son todos iguales. Entonces, me da lo mismo. Y como son todos iguales y me da lo mismo, para qu� voy a votar". Y eso no es cierto, porque yo no soy igual a ustedes y ustedes no son iguales a m�. Tenemos diferencias. Y por eso hay que marcarlas en este tema tan crucial. En cuanto a mi coalici�n, la autocr�tica que me formulo cada domingo a la hora del almuerzo familiar -pueden imaginar con qui�n converso- es que no se dieron ciertas batallas. Y el que no se hubiesen podido ganar no es justificaci�n suficiente para no haberlas dado, porque la se�al que les entrego a los ciudadanos que nos siguen los lleva a preguntar: "�Por qu� no la diste? �Porque ibas a perder la votaci�n en el Congreso? No me parece". Creo que lo anterior va a quedar plasmado en este debate. Por �ltimo, se va a rechazar tambi�n este proyecto de ley. No obstante, la realidad indica que las menores que est�n siendo abusadas permanentemente por familiares cercanos y que quedan embarazadas van a tener que sobrellevar esa carga o practicarse un aborto, lo cual se encuentra penalizado. Y no me vengan con el cuento de que existir� un sistema en Chile que se har� cargo de las adopciones de los hijos de mujeres violadas, porque el SENAME funciona apenas como para cumplir adem�s esa tarea. Eso es mentirles por completo a las chilenas, aqu� y en la quebrada del aj�. Como existen enfermedades en que est� demostrado cl�nicamente que el feto es inviable, legislemos y no nos hagamos los lesos se�alando: "Yo quiero ver si viene con down, porque no voy a tener hijos con ese s�ndrome". No nos enga�emos. Pongamos en la normativa: "No se podr� discriminar por efecto del s�ndrome de Down, sino por las 5, 6 u 8 patolog�as claras que hacen inviable al feto y cuando est� en peligro la vida de la madre". Cortemos el cinismo -lo expreso con todo respeto, sin descalificar a nadie-: en el embarazo tubario existe tanta vida como la que se observa en el caso de anencefalia, como bien expres� el Senador Rossi. Entonces, hay todo un discurso a favor de la vida. Pero parece que, llegado el minuto, se hace tabla rasa, vista gorda: "Total, si ning�n m�dico se va preso, para qu� legislo". Pero ese doctor est� optando por algo que se supone que algunos ac� dicen que debe defender a ultranza. Ante eso me rebelo profundamente, porque considero que de nuevo no estamos representando a Chile. Y cuando la pol�tica no representa a los ciudadanos, se hace en la calle; y cuando se hace en la calle, se llega al populismo y al desorden m�s completo de un pa�s. Por eso, voto a favor del proyecto. El se�or ESCALONA (Presidente).- Tiene la palabra la Honorable se�ora Rinc�n. La se�ora RINC�N.- Se�or Presidente, tal como se�al� el colega Ricardo Lagos, es importante para la historia de la ley que quede explicitado por qu� votamos a favor o en contra de estas iniciativas. Para quienes creemos que la vida no se limita solo a la parte f�sica, sino que tambi�n abarca la trascendencia espiritual, resulta importante entender que su defensa implica ambos componentes y que en el transitar de nuestra historia la defensa de la vida f�sica no debe ser un todo en s� misma, m�s a�n cuando se entra en contradicci�n con otro valor fundamental: la dignidad humana. Se�alo lo anterior porque se trata de legislar no solo cuando est� en riesgo la vida de la madre, sino tambi�n cuando esta se enfrenta a la gestaci�n y desarrollo de un embri�n durante nueve meses, a sabiendas de que este es absolutamente inviable y de que, con nuestra actual legislaci�n, estamos oblig�ndola a llevar a t�rmino ese embarazo, aun cuando ese ni�o carece de toda posibilidad de sobrevida. Eso causa efectos en su calidad de vida, la afecta en su vida s�quica. Considero injusto no entregarle a esa mujer la facultad de elegir. Como dije en mi intervenci�n hace un par de semanas, Elisa Walker tuvo la posibilidad de elegir porque no viv�a en un pa�s en que se le imped�a optar. Y escogi� desarrollar ese embarazo. En Chile no es posible elegir, lo cual no me parece justo. A mi juicio, no es justo obligar a una mujer a mantener un embarazo cuando este le causa da�o y afecta su vida. En mi opini�n, tenemos que aprobar la idea de legislar. Lamento que no tengamos los votos para ello y que no seamos capaces de enfrentar este debate reconociendo que hay personas que piensan distinto a nosotros a las cuales les imponemos -por la v�a de la ley- una forma de pensar que no comparten. Lamento, se�or Presidente, que el Senado de la Rep�blica no d� los votos para legislar en los casos de inviabilidad total del feto y de riesgo vital de la madre. Voto a favor. --(Aplausos en tribunas). El se�or ESCALONA (Presidente).- Tiene la palabra el Honorable se�or Ruiz-Esquide. El se�or RUIZ-ESQUIDE.- Se�or Presidente, perm�tame formular algunas observaciones sobre lo que est� pasando en este debate. En primer t�rmino, siempre ocurre que cuando analizamos un proyecto de larga discusi�n los Senadores se comienzan a ir. Por lo tanto, vamos a presenciar un espect�culo m�s triste que cualquiera de los que hayamos experimentado hasta ahora: esta materia ha sido objeto de un largo debate -tres a cuatro meses-, donde ha opinado medio mundo -los que saben y los que no saben-, y terminaremos analiz�ndola la mitad o la tercera parte de los Senadores. Entonces, se�or Presidente, le pido que, en uso de sus atribuciones, haga sonar los timbres a fin de que tengamos un qu�rum m�nimo para proseguir nuestra discusi�n. Ahora bien, yo manifest� que iba a aprobar el proyecto del Senador que hoy nos preside si resolv�a mi pareo con el colega Horvath. Asimismo, anunci� mi rechazo a las dos iniciativas restantes, por estimar que ambas adolecen de errores bastante gruesos. Y lamento profundamente verme obligado a votar as�, por la amistad y por la unidad de criterios que en muchos aspectos he tenido con sus autores, salvo... El se�or PIZARRO.- �Sobre todo con la se�ora Matthei...! El se�or RUIZ-ESQUIDE.- No. Con respecto a la ex Senadora Matthei tambi�n quiero hacer una observaci�n. Varios colegas de la Derecha han sido muy duros con la Concertaci�n y con algunos de nosotros. Pero deben tener cuidado, porque fue coautora del peor de los proyectos presentados sobre esta materia una integrante de la bancada de ese sector, quien ahora es una persona importante en el Gobierno. Entonces, cuidado con hacer notificaciones a la bandada. Ahora, yo entiendo el argumento dado aqu� en el sentido de que estamos imponiendo determinadas obligaciones a personas que piensan distinto y de que no tenemos derecho a hacerlo. Se�or Presidente, en esta materia deseo ser muy claro. En una sociedad democr�tica rige la ley, la que es hecha por las autoridades competentes. Si empezamos a sostener que nuestras leyes carecen de legitimidad porque fuerzan a alguien, estaremos poniendo fin de hecho al Estado de Derecho y vamos a terminar con argumentaciones similares a las que hace treinta o m�s a�os derivaron en la dictadura militar. Siento decirlo de esa manera, pero as� es. Yo rescato el derecho del Congreso a expresar lo que piensa. Y rescato tambi�n el derecho a que la gente entienda que en estas materias tenemos opini�n porque fuimos elegidos clara y directamente por personas que confiaron en nosotros y nos entregaron su voto. Aqu� no est� en discusi�n si uno dijo o no lo que pensaba hacer. Y supongo que a todos nos ocurri� lo mismo. Insisto: por ese camino vamos a terminar siendo nosotros los primeros en desacreditar el valor de la pol�tica y el rol del Parlamento. Se�or Presidente, hay una cuesti�n que se ha discutido permanentemente. Y lamento que algunos de los Senadores que han insistido en ella no se encuentren en la Sala. Porque considero atroz eso de que si rechazamos estos proyectos todo seguir� igual y por lo tanto se acabar� el mundo pues nunca m�s tendremos debate sobre esta materia. Parecen m�s bien palabras de los mayas: "Se acaba el mundo, y nunca m�s habr� discusi�n". Se�or Presidente, vuelvo a repetirlo: hubo un error en la Comisi�n y en la Mesa cuando no acordamos tratar todos los proyectos existentes sobre esta materia, aunque algunos se hubieran presentado en forma tard�a, porque una decisi�n en tal sentido habr�a permitido disponer de una relaci�n completa y de opciones diversas. Por �ltimo... El se�or ESCALONA (Presidente).- Perd�n, se�or Senador, pero concluy� su tiempo. Tiene la palabra el Honorable se�or Pizarro. El se�or RUIZ-ESQUIDE.- Se�or Presidente, deme un minuto m�s, para terminar. El se�or ESCALONA (Presidente).- No. Ning�n Senador ha tenido tiempo adicional. Hemos discutido tres proyectos,... El se�or RUIZ-ESQUIDE.- �No me lo grite como si fuera Pinochet sentado ah�! El se�or PIZARRO.- Calma, don Mariano. El se�or ESCALONA (Presidente).-... se ha fundamentado en torno de ellos y en ninguna ocasi�n ni un Senador ha tenido privilegio alguno. El se�or RUIZ-ESQUIDE.- Pero no me lo grite as�. El se�or ESCALONA (Presidente).- No: es por el micr�fono. El se�or RUIZ-ESQUIDE.- Somos muy amigos, pero las cosas claras: sea respetuoso tambi�n con sus amigos. El se�or ESCALONA (Presidente).- Tiene la palabra el Senador se�or Pizarro. El se�or PIZARRO.- Se�or Presidente, lo que pido en este debate, y sobre todo en la fundamentaci�n de las posiciones, es que seamos coherentes, pues estamos ante proyectos distintos y debemos votarlos en su m�rito. No se trata de un paquete, de una cuesti�n al voleo, en que la idea de legislar es para cualquier cosa como lo dijo un colega. Estamos, pues, pronunci�ndonos sobre iniciativas distintas. La que rechazamos reci�n, del Honorable se�or Girardi y del entonces Senador Ominami, es muy diferente de la que estamos votando ahora. Y yo manifest� con toda claridad que no estaba de acuerdo con lo que planteaba aquella al disponer que "Solo con los fines terap�uticos, eugen�sicos o �tico-sociales que a continuaci�n se expresan se podr� interrumpir un embarazo.", para agregar despu�s lo siguiente: "Cuando el feto presente o se establezca cl�nicamente que presentar� graves taras o malformaciones f�sicas o ps�quicas.". Con ese proyecto no estoy de acuerdo: aquello significa aborto a todo evento, como dijo el Senador Lagos. La iniciativa que estamos votando ahora, de la entonces Senadora Matthei -Ministra del Gobierno del Presidente Pi�era, m�xima dirigenta de la UDI en materias econ�micas, de salud y otras- y del colega Rossi, propone en su articulado dos cosas. Primero, establecer que "No se considerar� aborto cuando se produzca la muerte del feto como consecuencia de una intervenci�n, tratamiento o administraci�n de alg�n f�rmaco que sea indispensable para salvar la vida de la madre...". Con eso yo estoy de acuerdo, se�or Presidente, y por eso vot� a favor de su proyecto, porque es casi lo mismo que se propone ac�. La segunda idea que plantea dicha iniciativa dice relaci�n con la posibilidad de interrumpir el embarazo frente a una situaci�n l�mite, excepcional: cuando se determina la inviabilidad del feto; y se se�alan las condiciones para establecerla. Tambi�n he dicho que concuerdo en que se debe legislar respecto a tal excepci�n. S� que es complejo, dif�cil. Por esa raz�n me pronunci� a favor del primer proyecto y por lo mismo voy a votar afirmativamente el que nos ocupa ahora. Porque, aun cuando en alguna de sus normas no es suficientemente claro o no contiene lo que a m� me gustar�a, entiendo que ello se puede mejorar en la discusi�n particular. Ese es el debate que tenemos. Eso es lo que estamos votando ahora. Entonces, les pido a los colegas un poco m�s de coherencia y cuidado, y no hacer demagogia ni confundir las cosas. Porque algunos colegas argumentan que se debe respetar la voluntad de las personas -en este caso, la de la madre- frente a cualquier circunstancia, pero ellos mismos andan diciendo despu�s que no se puede fumar; que tomar un trago conlleva las penas del infierno. Son los mismos que quieren obligarnos a alimentarnos de determinada manera. Y es curioso, porque para eso s� se le puede imponer un criterio al Estado, sin darle a la persona posibilidad alguna de optar por consumir algo si quiere hacerlo, aun cuando da�e su salud. Porque aqu� estamos hablando tambi�n de que en situaciones l�mites -al menos yo lo creo as�- la madre debe determinar si se interrumpe o no el embarazo tras una violaci�n o cuando se sabe que el feto es inviable. Entonces, pido un m�nimo de coherencia, se�or Presidente. Es lo menos que uno puede solicitar. Si no, con estos fundamentalismos, con estas pol�ticas talibanas muchas veces no llegamos a ninguna conclusi�n. Vuelvo a insistir en que me pronunciar� a favor de este proyecto porque me parece necesario legislar en cuanto a sus dos ideas fundamentales. Se trata de situaciones l�mites en que, de manera muy excepcional y bajo ciertas condiciones, se puede interrumpir el embarazo. En el caso de la inviabilidad fetal, la madre debe tener derecho a decidir si se adelanta el parto. Voto que s�. El se�or ESCALONA (Presidente).- Tiene la palabra el Senador se�or Chahu�n. El se�or CHAHU�N.- Se�or Presidente, Honorable Sala, dedicamos muchas sesiones de la Comisi�n de Salud justamente al tratamiento de estas tres iniciativas. Hubo all� un debate intenso, que se vio nutrido por informes m�dicos y por exposiciones de especialistas invitados. Tambi�n hemos destinado varias sesiones de Sala a discutir los tres proyectos, que intentan introducir, uno, el mal llamado "aborto "terap�utico"; otro, el tambi�n mal llamado "aborto eugen�sico", el aborto libre, y el �ltimo, el asimismo mal llamado "aborto por raz�n de honor" en caso de violaci�n. En nuestra democracia representativa, hemos sido elegidos por nuestras convicciones, por nuestra historia, por nuestra visi�n sobre la vida. Entre los argumentos de fondo que expusimos ayer se�alamos las razones por las cuales nos oponemos a estos tres proyectos de ley. Desde la perspectiva gen�tica-biol�gica, sostuvimos que desde el momento mismo de la concepci�n hay un ser �nico, irrepetible, trascendente, con dignidad e igualdad en derechos, que se potencia y desarrolla, que debe ser respetado y que, por tanto, a partir de ese instante es digno de protecci�n legal. Dijimos adem�s que, desde la �ptica de los tratados internacionales suscritos por Chile y que se encuentran vigentes -son, adem�s, leyes de la Rep�blica en virtud del art�culo 5� de la Constituci�n-, debemos propender a la defensa de la vida en general desde el momento mismo de la concepci�n, como lo precept�a el art�culo 4, n�mero 1, del Pacto de San Jos� de Costa Rica. Expresamos asimismo que, desde el punto de vista constitucional, la ley protege la vida del que est� por nacer. Argumentamos desde la �ptica penal, �mbito donde se sanciona al que maliciosamente, al que dolosamente quiere provocar un aborto. Se�or Presidente, frente a la contradicci�n entre los derechos reproductivos y los del que est� por nacer, s�, yo estoy por los de este, sobre cuya base se construyen todos los dem�s derechos. Tal como se�alaba Tabar� V�squez, a quien citamos en la exposici�n de ayer -tambi�n lo hizo el Senador Patricio Walker-, el progresismo de las sociedades est� dado por la forma como se acoge a los m�s vulnerables. Por ello, abogo por una legislaci�n progresista, liberal, que respete los derechos del otro. Porque, claramente, la autonom�a de la voluntad -y le quiero responder al Senador y amigo Jos� Antonio G�mez- y los derechos de uno terminan donde comienzan los del otro. Entonces, en la medida en que desde el momento mismo de la concepci�n hay un ser �nico e irrepetible, los derechos de los dem�s tienen una limitaci�n. En cuanto a este proyecto en particular, hemos dicho -es parte de la argumentaci�n contenida en el informe, que recoge las opiniones de m�dicos y cient�ficos- que la diagnosis perinatal puede adolecer de errores. �Y qui�n se hace cargo de ellos? He conocido muchos testimonios de personas que manifiestan: "Pude ser abortado, porque los doctores se lo recomendaron a mi madre, pues, aparentemente, yo era una persona inviable". Eso est� en el fondo de la cuesti�n. Ahora, �qui�n se hace cargo -hay que mencionarlo tambi�n- del derecho de los m�dicos a la objeci�n de conciencia? Tales son, se�or Presidente, los problemas que se hallan en el fondo del debate. Por supuesto, todos entendemos que en esta materia hay cuestiones complejas, desdorosas. Y por eso hemos dicho que debemos hacernos cargo del dolor, de la situaci�n de abandono por parte del Estado con respecto a las madres que sufren ante la posibilidad de tener un hijo con vulnerabilidad. Por ello, como expresamos, vamos a apoyar el proyecto del Senador Patricio Walker, precisamente para que el Estado cumpla el deber de acompa�ar a esas mujeres. Se�or Presidente, quiero connotar que ac� sinceramos la discusi�n y hemos encontrado a aquellos que quieren debatir respecto.. . El se�or ESCALONA (Presidente).- Perd�n, se�or Senador, pero termin� su tiempo. --(Aplausos en tribunas). El se�or ESCALONA (Presidente).- Tiene la palabra la Senadora se�ora Allende. La se�ora ALLENDE.- Se�or Presidente, han sido largas horas de un debate necesario. Ya dije que llevamos 20 a�os de silencio, lo que considero casi una falta de respeto en t�rminos de la posibilidad siquiera de reflexionar, discutir, en fin. A lo mejor no se trata necesariamente de convencernos entre nosotros, pero s� de brindarle la oportunidad de este debate a una ciudadan�a que se halla bastante restringida: no hay mecanismos de consulta popular; todav�a tenemos un sistema binominal que no permite la existencia de un Parlamento ampliamente representativo, etc�tera. Por lo mismo, as� como ha habido 20 a�os de silencio, tambi�n pido m�s coherencia. Porque le encuentro raz�n al Senador G�mez cuando, citando a Alejandro Silva Bascu��n, con relaci�n al art�culo 68 de nuestra Carta Fundamental, dice que, rechazado en general un proyecto en la C�mara de origen, debe transcurrir un a�o para renovarlo. Pero no solo eso. Expresa textualmente el Tratado de Derecho Constitucional de Silva Bascu��n: "Lo que no puede renovarse es el proyecto, entendido no exclusivamente como su redacci�n sino la idea matriz o fundamental en que descansa la preceptiva rechazada". Por lo tanto, si pedimos coherencia, seamos coherentes; no nos enga�emos, y no enga�emos a la opini�n p�blica: vamos a rechazar tres mociones, y esto significa que deber� pasar un a�o antes de que podamos instalar de nuevo el tema. Pero no solo eso, se�or Presidente: algunos parlamentarios declararon aqu� mismo que, de aprobarse los proyectos respectivos, inmediatamente acudir�an al Tribunal Constitucional. No les niego ese derecho. Pero despu�s no desconozcan haber asumido dicha actitud. Porque ahora todos est�n de acuerdo con la p�ldora del d�a despu�s. �Parece que hubo 36 fantasmas y que nunca se acudi� al Tribunal Constitucional...! Es curioso, por decir lo menos. Por otra parte, ocurre que "todos estuvieron de acuerdo con el divorcio". �No es cierto, se�ores! Muchos a�os luchamos nosotros para que lo hubiera. Y se nos acus� de todo: de estar contra la familia, de ser divorcistas, de carecer de valores. Se�ores: eso lo hemos escuchado una y otra vez. As� que me parece extra�o que se sostenga que todos concordaron con el divorcio, con la p�ldora del d�a despu�s. �Qu� cambio m�s raro...! Pero no solo eso: incluso, le hemos escuchado al Ministro decir que, si hubiera aprobaci�n, el Gobierno presentar�a un veto. En consecuencia, simplemente, quiero que no se enga�e m�s a la ciudadan�a. Aqu� est� claro que entre los parlamentarios -lamentablemente, nosotros debemos decidir- no hay suficiente capacidad de convencimiento para no cerrarles la puerta a los casos se�alados como necesarios o, en mi concepto, absolutamente leg�timos en cuanto a la interrupci�n del embarazo. En este momento nos hallamos abocados al proyecto del colega Rossi y de la entonces Senadora Matthei. Convengo cuando se dice "Ojal� tuviesen m�s cuidado" y se nos exige respeto. Pero tambi�n se nos descalifica. Se nos ha acusado de todo -de que no estamos por la vida, en fin- y se nos ha distorsionado bastante. Se han citado aqu� casos dram�ticos de personas que nacieron, desgraciadamente, con malformaciones cong�nitas, como si impedir una decisi�n sobre el particular hubiera sido nuestro objetivo al hablar de inviabilidad del feto. La iniciativa del colega Rossi y de la entonces Senadora Matthei claramente habla de absoluta inviabilidad del feto de tener vida extrauterina. Lo que estamos planteando, entonces, es con qu� derecho podemos arrogarnos la facultad de exigirle a la madre que espere los nueve meses, pase lo que pase, si despu�s el feto, por carecer de cerebro, por ejemplo, no va a vivir. A lo anterior yo agregu� -ven�a en el proyecto del Senador Girardi- la violaci�n. A la hora de decir las verdades, se�or Presidente, me parece importante expresar aquello en lo que creo profundamente. Estoy convencida de que en caso de violaci�n tambi�n debe darse la interrupci�n del embarazo. Y no creo en el cuento de que se va a acompa�ar a la mujer violentada. �D�mosle esa opci�n a la v�ctima! Conozco situaciones extremas. S� de detenidas que fueron violadas en medio de torturas y que tuvieron embarazos que llegaron a t�rmino. Pero tambi�n conozco casos de menores que no desean dar a luz, a quienes en mi concepto les asiste leg�timo derecho de tomar esa opci�n, con su familia, sin ser denostadas por la sociedad, sin ser acusadas de nada. Sin embargo, hoy d�a se lo estamos negando. Al rechazar los tres proyectos se est�n negando las tres opciones que plantean y la continuidad del debate en torno a ellas. Porque esto no va a seguir. Y no nos enga�emos: salvo que ahora quieran violar el art�culo 68 de la Constituci�n, de aqu� a un a�o m�s no podr� volver a discutirse la materia. --(Aplausos en tribunas). El se�or ESCALONA (Presidente).- Tiene la palabra el Senador se�or Navarro. El se�or NAVARRO.- Se�or Presidente, en la filosof�a econ�mica de quienes nos acompa�an al frente, uno puede elegir de manera individual todo: la AFP, la isapre, el banco, la universidad, y el Estado no tiene que meterse. �Libertad para elegir! Y cada vez que planteamos una situaci�n con rol regulador del Estado nos dicen: "�No! �El individuo por sobre el Estado!". Y la verdad es que este �ltimo le proh�be decidir a la mujer que hoy d�a quiere hacerlo. Cuando hay concordancia con esos principios, la persona tiene el derecho inalienable de poder elegir. Entonces, creo que negar el rol del Estado en la materia es una contradicci�n que no se salva en todos los discursos que hemos escuchado. La libertad de elegir le corresponde a la mujer en las situaciones que hemos se�alado. No estamos haciendo referencia a un asesinato, sino a casos espec�ficos: riesgo de vida de la madre, inviabilidad fetal, violaci�n. Y, por cierto, se�or Presidente, hay quienes creen que es algo que puede operar cuando media una ganancia econ�mica, pero no cuando se haya involucrada una de las libertades propias del individuo. En el caso particular del aborto, el debate no salva la contradicci�n. Se es capitalista para las ganancias, socialista para las p�rdidas, y en cierto tipo de libertades el Estado no puede meterse, pero en otras s�. Me parece que constituye una incoherencia que hoy d�a ha quedado a la vista. No estamos sino recuperando lo que nos arrebat� la dictadura. �Si entre 1931 y 1989 rigi� una disposici�n legal sobre el aborto terap�utico! �Y qu� pas�? Los que apoyaron a ese r�gimen perdieron el Gobierno en octubre de 1988, y en 1989, en las "leyes de amarre", revisaron todo lo que ten�an que hacer antes de irse. Entre medio descubrieron el art�culo 119 del C�digo Sanitario y lo echaron abajo. No estamos creando algo nuevo. Reitero que exist�a una norma legal en la materia. En consecuencia, los que gobernaron entre 1931 y 1989, incluida la dictadura, eran todos asesinos, por permitir y tolerar esa disposici�n... Aqu� tuvo lugar un aprovechamiento pol�tico de un sector que, ideol�gicamente, cuando abandon� el Gobierno, quiso hacer tabula rasa, aplicar una pol�tica de arrasar. Y, por eso, tenemos cientos de "leyes de amarre". No somos asesinos, se�or Presidente. No voy a aceptar tal calificaci�n. Porque en el mundo entero hay leyes sobre el aborto terap�utico: en todos los pa�ses neoliberales, en todos los pa�ses socialistas. La excepci�n la constituyen solo cinco. Entonces, �todos son asesinos y Chile no quiere entrar en esa categor�a? No es as�. Por cierto, nuestros colegas de las bancadas de enfrente ejercen hoy d�a una leg�tima opci�n, pero quiero decirles que no se trata de proyectos distintos. Y cuando se rechaza en general, los que han votado y expresan que el debate puede proseguir deben recordar que se trata de la idea matriz. En los tres textos ella es una sola, consistente en reponer el aborto terap�utico. Una iniciativa entra al Senado con un art�culo y sale con cien, o bien, entra con cien art�culos y sale con uno: se debate, se presentan indicaciones, hay un juego de mayor�a y de minor�a. Pero se ha decidido terminar la discusi�n. Se�or Presidente, esto es algo que me manifest� mi colega el se�or Lagos: �cu�nto extra�amos a la Senadora se�ora Matthei! �Porque nos trajeron al Senador se�or Uriarte,... El se�or LAGOS.- Pero es una buena persona. El se�or NAVARRO.-... que es una buena persona,... El se�or LAGOS.- Pero vota distinto. El se�or NAVARRO.-... que es simp�tico, pero que va a votar distinto! El se�or LAGOS.- �Perdimos dos votos...! El se�or NAVARRO.- Entonces, estimo que el debate sobre el aborto terap�utico va a continuar. �Habr� aborto terap�utico en Chile, tarde o temprano, porque la vida as� lo exige; porque la sociedad as� lo exige! Despu�s van a pensar en nosotros como en relaci�n con la �poca de la esclavitud: "�C�mo la soportaban hace 200 a�os! �C�mo era posible que hubiera esclavos!". Tarde o temprano dir�n: "�C�mo Chile pudo haber soportado la carencia de una ley sobre el aborto terap�utico! �Qu� pasaba por las mentes de esos legisladores, que se intentaban diferenciar del mundo entero?". Vamos a luchar por que haya aborto terap�utico, ya que abrigamos la certeza acerca de su conveniencia. Y le expreso al Senador se�or Orpis, por quien tengo la mayor consideraci�n, que acepto que vote por sus ideas. Espero que las pr�ximas elecciones parlamentarias se verifiquen con este debate mediante y que la gente pueda designar a representantes que est�n por la aplicaci�n de la medida que nos ocupa en las condiciones que hemos se�alado: cuando se halla en riesgo la vida de la madre; cuando existen malformaciones cong�nitas que hacen inviable la vida; cuando se han cometido violaciones. Esa es la discusi�n. Y que sea posible elegir para contar con un Congreso que legisle a favor de la mujer, de la vida, del aborto terap�utico en la forma que estamos se�alando. Este �ltimo se conseguir� por existir una convicci�n al respecto, se�or Presidente, y vamos a seguir luchando hasta conseguir la dictaci�n de esa ley, ya que creemos que es luchar a favor de la vida. Gracias. --(Aplausos en tribunas). El se�or ESCALONA (Presidente).- Tiene la palabra el Honorable se�or Quintana. El se�or QUINTANA.- Se�or Presidente, algunos se molestaron hace un rato porque hice referencia a la hipocres�a. Y se ha manifestado que quienes estamos a este lado representamos a la muerte. No s� qu� es peor. Utilic� ese t�rmino porque, durante las tres sesiones de debate del asunto y las horas de trabajo de Comisi�n que alguien contabilizaba, probablemente se ha registrado en Chile m�s de alg�n aborto: en alguna poblaci�n modesta, en alguna cl�nica, en dependencias en que se puede contar con alg�n m�dico amigo de la familia. Incluso habr� sido posible viajar al extranjero para tal efecto. Y todos sabemos que asimismo se procede por la v�a de una intervenci�n o de pastillas que varios hemos se�alado que se ofrecen en distintos sitios web. Tambi�n podemos manifestar que eso no es hipocres�a... La palabra da lo mismo. Y seguramente algunos consideran aceptable el debate, m�s all� de la votaci�n, porque estiman que se ha llevado a cabo. �De qu� estamos hablando? �A qui�n hemos escuchado? La esencia del intercambio de puntos de vista es poder compartir opiniones con el mundo cient�fico. Por supuesto, algunos se han quedado conformes con los aplausos de las autodenominadas "agrupaciones pro vida". Y eso ser�a suficiente. A mi juicio, estamos cerrando la puerta a la discusi�n. Y, como lo hicieron presente los Honorables se�ora Allende y se�or G�mez, lo estamos haciendo por un a�o. Va a coincidir con la elecci�n presidencial. En ese momento recordar� algunas opiniones y expresiones que he escuchado hoy d�a. Vamos a ver si todos los que est�n aqu� y los Ministros presidenciables pensar�n lo mismo el pr�ximo a�o respecto del tema, situaci�n que tambi�n se plante� con la p�ldora del d�a despu�s, con la educaci�n sexual en los colegios y tantas otras cosas. Simplemente quiero consignar que aqu� se est� instalando una visi�n machista, de supremac�a, que se le quiere imponer al resto de la sociedad. Y, finalmente, es preciso referirse a los proyectos, como dec�a el Senador se�or Pizarro. A prop�sito, Su Se�or�a ha criticado mucho el del Honorable se�or Girardi y del entonces Senador se�or Ominami. Sin embargo, es el �nico, de los tres que hemos estado discutiendo -para quienes siguen el debate-, que incorpora la violaci�n. Cuando uno conversa con gente que ha vivido tal hecho, nos dicen que es preciso encontrarse en el lugar del padre de una hija ultrajada por un drogadicto o pensar en que a la hija de cualquiera de nosotros le puede ocurrir otro tanto con un delincuente. Vamos a ver si queremos pedirle una carga de hero�smo doble. Porque es un doble dolor el que se le plantea. Claro, tenemos que referirnos a la iniciativa de mi Honorable colega Rossi y de la entonces Senadora se�ora Matthei. Pero pongamos las cosas en su justa medida: estamos haciendo referencia a un embarazo inviable, a un feto -para quienes siguen el debate- sin cerebro. Como a algunos les gusta llevar la discusi�n al �mbito de la vida, no s� si es el de la vida o de la muerte, porque, como lo dec�a hace algunos d�as el columnista Carlos Pe�a en un matutino, ah� la naturaleza ya se pronunci� y no hay vida. Efectivamente, cada proyecto se tiene que ver en su m�rito. Y, por eso, al igual que mi Honorable colega Rinc�n, no comprendo las razones de algunos para cerrarle la puerta tambi�n a aquel que nos ocupa. Pienso que vamos a cercenar un debate. Algunos han hecho presente que vienen otras iniciativas. �Por favor! Considero que la sociedad chilena se halla lo suficientemente madura para distinguir los proyectos que efectivamente apuntan a las hip�tesis que hemos discutido: violaci�n, embarazo inviable, riesgo de muerte de la mujer, y que va a rechazar por entero el intento de buscar una soluci�n por la v�a de otras f�rmulas sem�nticas, del gatopardismo. Y vamos a tener un Senado encapsulado, con una venda en los ojos, que no quiere ver lo que se espera de nosotros. Finalmente, se�or Presidente, reitero mi aprobaci�n a la moci�n, porque creo que en ning�n caso se encuentra aqu� en juego la vida frente a la muerte. La naturaleza se pronuncia en dos tercios de los abortos "naturales" que se registran en los primeros d�as de gestaci�n. He dicho. --(Aplausos en tribunas). El se�or LABB� (Secretario General).- �Alg�n se�or Senador no ha emitido su voto? El se�or ESCALONA (Presidente).- Terminada la votaci�n. --Por 19 votos contra 12, se rechaza el proyecto de ley del Honorable se�or Rossi y de la entonces Senadora se�ora Matthei. Votaron en contra las se�oras Alvear y Von Baer y los se�ores Bianchi, Chahu�n, Coloma, Espina, Garc�a, Garc�a-Huidobro, Larra�n (don Hern�n), Larra�n (don Carlos), Novoa, Orpis, P�rez Varela, Prokurica, Sabag, Uriarte, Walker (don Ignacio), Walker (don Patricio) y Zald�var (don Andr�s). Votaron a favor las se�oras Allende y Rinc�n y los se�ores Cantero, Escalona, Girardi, G�mez, Lagos, Mu�oz Aburto, Navarro, Pizarro, Quintana y Rossi. El se�or LABB� (Secretario General).- La Honorable se�ora Lily P�rez hace constar su intenci�n de voto por el rechazo. --(Aplausos y manifestaciones en tribunas). El se�or ESCALONA (Presidente).- Se va a levantar la sesi�n, sin perjuicio de darse curso a las peticiones de oficios que han llegado a Secretar�a. PETICIONES DE OFICIOS --Los oficios cuyo env�o se anunci� son los siguientes: De la se�ora ALLENDE: Al se�or Ministro de Salud, urgiendo DICTACI�N DE DECRETO MODIFICATORIO DE REGLAMENTO REGULADOR DE HIPOBARIA INTERMITENTE CR�NICA, y al se�or Presidente del Banco Central, a fin de que informe sobre REMESAS DE CHILENOS EN OTROS PA�SES. De la se�ora ALVEAR: A la se�ora Ministra de Bienes Nacionales y al se�or Subsecretario de Deportes, para que se proporcionen antecedentes acerca de PROPIEDAD DE TERRENO EN POBLACI�N SANTA OLGA, COMUNA DE LO ESPEJO, Y PLANES DE INVERSI�N EN TAL SUPERFICIE. Del se�or BIANCHI: Al se�or Ministro de Desarrollo Social, solicitando PENSI�N DE INVALIDEZ PARA SE�ORITA YESSENIA MAKARENA LARA NAVARRO; al se�or Ministro de Obras P�blicas, pidi�ndole antecedentes sobre ESTADO DE PROYECTOS DE INFRAESTRUCTURA PORTUARIA Y TERRESTRE EN DUOD�CIMA REGI�N; al se�or Ministro de Salud, para que informe sobre PROYECTO "CENTRO DE SALUD FAMILIAR PUERTO WILLIAMS"; al se�or Ministro de Transportes y Telecomunicaciones, solicitando MEJORAMIENTO DE COMUNICACIONES EN REGI�N DE MAGALLANES Y DE ANT�RTICA CHILENA; al se�or Ministro de Vivienda y Urbanismo, requiriendo EJECUCI�N DE PROYECTOS DE INFRAESTRUCTURA Y VIVIENDA EN PUERTO WILLIAMS, y al se�or Director de Planificaci�n del Ministerio de Relaciones Exteriores, pidiendo antecedentes acerca de PROYECTOS SOBRE CONECTIVIDAD EN DUOD�CIMA REGI�N. Del se�or ORPIS: Al se�or Director Nacional del Servicio de Impuestos Internos, solicit�ndole informe sobre GASTO TRIBUTARIO ANUAL EN FRANQUICIAS PARA DONACIONES. )-----------( El se�or ESCALONA (Presidente).- Habi�ndose cumplido su objetivo, se levanta la sesi�n. --Se levant� a las 20:49. Manuel Oca�a Vergara, Jefe de la Redacci�n