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El señor VALLESPÍN (Presidente en ejercicio).-
Corresponde continuar la discusión del proyecto de ley, en primer trámite constitucional, iniciado en moción, que modifica la Ley de Tránsito con el objeto de aumentar las sanciones por el no uso de dispositivos de seguridad para menores de edad en vehículos particulares.
Antecedentes:
-El informe de la Comisión de Obras Públicas, Transportes y Telecomunicaciones se rindió en la sesión 10ª de la presente legislatura, en 8 de abril de 2015.
El señor VALLESPÍN (Presidente en ejercicio).-
Hago presente a la Sala que el informe de este proyecto se rindió en la sesión 10ª, de 8 de abril del año en curso, y que para los efectos del debate se seguirá el orden de los diputados que estaban inscritos y que no hicieron uso de la palabra en esa oportunidad.
Tiene la palabra el diputado señor Fernando Meza .
El señor MEZA.-
Señor Presidente, estamos debatiendo un proyecto de ley que aumenta las sanciones por el no uso de dispositivos de seguridad para menores de edad en vehículos particulares.
Hoy enfrentamos un problema complejo. Todo lo relacionado con el transporte en Chile y los más de mil fallecidos que tenemos todos los años es relevante.
Lo he dicho muchas veces: en el universo no hay nada más importante que la vida del ser humano.
Como humanistas laicos, como humanistas cristianos, abrazamos sobre todo la defensa del ser humano, entre otras concepciones, como la tolerancia, el respeto, la búsqueda de la igualdad de derechos y de oportunidades.
Sin embargo, en Chile se cometen irresponsabilidades en materia de transporte de niños en vehículos livianos, vehículos menores, buses.
En 2013 fallecieron en accidentes de tránsito 50 menores de entre 0 y 14 años de edad. De esa manera, se hace necesario abrazar iniciativas de ley como la que hoy discutimos.
Y, de nuevo: a través de la educación en todos los niveles y no solo del aumento de multas, como lo propone el proyecto, podremos disminuir, y ojalá eliminar, las muertes por las irresponsabilidades a las que me refiero.
Más del 80 por ciento de los automovilistas chilenos que transportan a niños menores de 8 años de edad en vehículos no utilizan ningún sistema de retención, ni alzadores ni sillas de seguridad; y si lo emplean, lo hacen mal. El niño tiene que ir absolutamente ajustado en la silla, la cual debe estar colocada firmemente en el asiento, como corresponde. Los menores jamás deben usar cinturón de seguridad, porque en caso de accidente ocasionará más lesiones, y menos aún, como sucede, debe un adulto sentarse con un menor y utilizar el mismo cinturón de seguridad para ambos. Algunos padres incluso permiten que otros adultos lleven a los niños en sus rodillas, o que los menores saquen sus manos por las ventanas o se sienten en la parte delantera de los vehículos, etcétera.
Por tanto, es necesario que la Cámara de Diputados incorpore dentro de sus deberes -lo está haciendo- la educación a la ciudadanía para, ojalá, terminar con las inútiles muertes de niños en Chile por culpa de la ausencia de mecanismos de retención al momento de trasladarlos. Ello, tomando en cuenta además que hoy más que nunca los accidentes ocurren en tramos cortos, cuando los vehículos se van acercando a su destino. En ese instante es cuando más cuidado hay que tener.
¡Al 9 por ciento de los padres eso les da lo mismo! Dicen que no va a pasar nada, según señalan las encuestas.
Por eso, creo que hay que combatir la irresponsabilidad con proyectos de ley, pero también con educación en todos los niveles.
En otros países, los menores de hasta 13 años deben ir sentados en los asientos traseros del medio de los vehículos, lejos de los airbags, que también son un peligro cuando los niños son muy pequeños.
Con todo, aquí se está solicitando que se haga respetar la ley. De cero a un año de edad, los menores deben ir sentados en los asientos traseros del medio del vehículo y de espaldas al conductor, es decir, mirando hacia atrás para evitar lesiones cervicales y a la médula espinal cuando se frena bruscamente o se choca el vehículo.
Si tomamos en cuenta las medidas que se proponen, disminuirá en 70 por ciento la posibilidad de lesiones graves, lesiones menos graves o muerte de menores.
Por lo tanto, naturalmente, la bancada del Partido Radical votará a favor el proyecto, siempre en la búsqueda de que a los niños de entre 4 y 8 años se les transporte con un alzador en los vehículos, que los menores de 4 años viajen en sillas de seguridad, que no se comparta el cinturón de seguridad con los niños.
No esperemos que ocurran casos como el de la pequeña Emilia para despertar en la ciudadanía la necesidad de educar, de regular y de sancionar el no uso de dispositivos de seguridad para menores de edad en vehículos particulares.
He dicho.
El señor VALLESPIN (Presidente en ejercicio).-
Tiene la palabra la diputada señorita Jenny Álvarez .
La señorita ÁLVAREZ (doña Jenny) .- Señor Presidente, este proyecto, que la Comisión de Obras Públicas, Transportes y Telecomunicaciones aprobó hace una semana, después de casi siete meses de tramitación, y que es fruto de una moción de la diputada señora Carvajal y de los diputados señores Farcas , García , Kort , Letelier , Meza , Paulsen , Silber , Ward y de quien habla, como se señaló en el informe entregado por el diputado Sabag en sesión anterior, busca promover el uso de sistemas de retención infantil y del cinturón de seguridad para menores de edad en vehículos particulares, aumentando la sanción por su no empleo. Ello, con la finalidad de disminuir los accidentes de tránsito, que han causado lesiones y muerte, principalmente a numerosos niños y niñas de nuestro país.
El objetivo planteado en la moción no es antojadizo. Las estadísticas de la Conaset muestran que solo en 2013, 2.983 menores de entre 0 y 10 años resultaron con diversos grados de lesiones en su calidad de pasajeros de vehículos participantes en accidentes. De ese total, por desgracia, 24 fallecieron.
Lamentablemente, en materia de seguridad en transporte hemos tenido una política legislativa reactiva: hacemos leyes luego de conocer hechos trágicos que violentan nuestra conciencia como personas, conductores, peatones, pasajeros, padres y legisladores. La “ley Emilia”, iniciativa que aprobamos el año pasado, es un ejemplo claro de ello.
Por eso hace un par de días estuvimos apoyando a la Fundación Emilia en el lanzamiento de la campaña #CÓMOMECUIDAS?, referida a la responsabilidad que todos tenemos de cuidar a nuestros niños en materia de seguridad vial, pero además a la responsabilidad de educarlos en cuanto a su autocuidado cuando viajan en vehículo.
En este caso, con las medidas propuestas que perfeccionan la normativa vigente buscamos no tener que seguir lamentando el enorme número de niños lesionados de diversa consideración y, sobre todo, evitar que en un país como el nuestro, donde cada vez nacen menos niños, estos sigan muriendo por situaciones absolutamente previsibles y evitables.
Este proyecto realiza importantes modificaciones a la Ley de Tránsito. Entre las más importantes se cuentan el aumento de la sanción de grave a gravísima por el traslado de menores de hasta 12 años en asientos delanteros de los vehículos que indica y por el no uso de dispositivos de seguridad para menores de ocho años, ya sean -las conocemos- sillas de seguridad o alzadores.
Los argumentos entregados por quienes expusieron ante la comisión son elocuentes al momento de respaldar esta propuesta. No se entiende que mientras está probado que el correcto uso de una silla de seguridad disminuye el riesgo de lesiones mortales en 71 por ciento y de lesiones graves en 67 por ciento, y que la utilización de alzadores reduce el riesgo de lesiones en 57 por ciento, sigamos teniendo estadísticas como las exhibidas por el representante de Automóvil Club de Chile en dicha instancia. Por ejemplo, él señaló que en España, en 2013, el 20 por ciento de los menores de 12 años fallecidos que viajaban en automóvil no llevaban ningún dispositivo de seguridad en el momento del accidente.
Comparto la opinión de que el argumento de los costos aducido para intentar explicar esta falta de medidas de seguridad no tiene comparación cuando hablamos de salvar la vida de tantos niños.
No puedo dejar de mencionar que el exceso de velocidad es otro factor que lleva a tener graves accidentes, como asimismo, que las señales de tránsito en las carreteras muchas veces no son las adecuadas para que se circule correctamente en ellas.
No existen razones de peso para oponerse a cambios que apuntan a generar mayores condiciones de seguridad para los menores al interior de los vehículos. No queremos seguir siendo testigos de lesiones y muertes innecesarias.
Ciertamente, sigue siendo una tarea pendiente y paralela a esta iniciativa el lograr mejorar los grados de conciencia, de cultura y de autocuidado en seguridad vial. La seguridad nunca es un tema resuelto definitivamente. Eso debemos tenerlo claro. Pero en este momento, el conjunto de medidas propuestas constituye un paso adelante en la materia, pensando también en el derecho de los niños a que se les brinde seguridad.
Por lo expuesto, anuncio mi voto favorable al proyecto e invito a todos los diputados a apoyarlo.
He dicho.
El señor VALLESPÍN (Presidente en ejercicio).-
Tiene la palabra la diputada señora Alejandra Sepúlveda .
La señora SEPÚLVEDA (doña Alejandra).-
Señor Presidente, como dijo la diputada Jenny Álvarez , en la Comisión de Obras Públicas, Transportes y Telecomunicaciones en varias oportunidades hemos intentado legislar sobre seguridad vial, tanto respecto de quienes conducen vehículos como de los peatones que transitan por la vía pública.
Al respecto hemos celebrado varias sesiones en la materia para mejorar los caminos, para poder entender los procesos del tránsito a los efectos de que haya un presupuesto más alto para incorporar, a través del Ministerio de Obras Públicas, específicamente de la Dirección de Vialidad, más medidas de seguridad en las rutas, que cada vez son más complejas, pues hoy la congestión vehicular es mayor.
Pero, por otra parte, años atrás aumentamos de 100 a 120 kilómetros por hora el límite de velocidad en algunas carreteras.
Por eso, una iniciativa respecto de la cual costó motivar al Congreso en su minuto fue la de la “ley de tolerancia cero al alcohol”. Muchas veces sostuvimos que era incompatible beber alcohol y manejar. Asimismo, aprobamos el aumento de las sanciones y penas a los conductores que manejen en estado de ebriedad y que sean responsables de accidentes con resultados de muerte o lesiones, lo que hoy se conoce como “ley Emilia”.
A través de esas medidas, lo que ha intentando hacer el Congreso Nacional es ir colocando diversos puntos en su discusión, y con mayor énfasis en la sociedad, para que se entienda que hoy se requiere autocuidado y lo que significan los accidentes de tránsito y las complicaciones que acarrean.
Esta iniciativa parlamentaria -iniciamos su discusión en la Sala en la sesión del 8 de abril pasado-, que aumenta las sanciones por el no uso de dispositivos de seguridad para menores de edad en vehículos particulares, nos permitió recibir en la comisión varios antecedentes que nos motivaron a acelerar su trámite en esa instancia.
En España, en 2013, el 20 por ciento de los menores de doce años que fallecieron viajando en un vehículo no llevaba ningún dispositivo de seguridad al momento del accidente.
Otra estadística sin duda muy preocupante para la comisión es que en Chile, el 46,8 por ciento de los padres no sabe cómo instalar la silla de seguridad en su vehículo. Es decir, ellos no tienen ninguna preparación respecto de dicha medida de seguridad.
Asimismo, el 85 por ciento de las sillas están mal instaladas en los vehículos.
De igual modo, dentro de la OCDE -respecto de esta información hay una amplia gama de referencia-, Chile tiene la mayor tasa de fallecimientos en accidentes del tránsito por vehículo, lo que se relaciona con los datos que mencioné sobre el desconocimiento en cuanto a la instalación de las sillas de seguridad y la mala instalación de las mismas.
Según la Organización Mundial de la Salud, en Chile los accidentes de tránsito son la primera causa de muerte de niños de 0 a 14 años de edad. En 2013 fallecieron 63 menores de 12 años en accidentes de tránsito, y 5.130 quedaron lesionados.
Los sistemas de retención infantil, cuyo uso buscamos promover mediante este proyecto, previenen entre el 50 y el 80 por ciento de las lesiones mortales y graves en accidentes de tránsito. Por ejemplo, desde 1993 su utilización en Europa es obligatoria para niños de hasta 12 años; en Estados Unidos de América lo es desde 1985. En Chile, con esta ley en proyecto, la exigencia comenzará a aplicarse para niños de hasta 8 años.
Todo ello formó parte del análisis efectuado en la comisión. Las cifras tan duras que recibimos sobre los resultados a consecuencia de la falta de utilización de esos dispositivos de seguridad corresponden a estudios realizados no solo a nivel de América Latina, sino también mundial, y nos comparan además con los países de la OCDE.
Por esa razón nos permitimos acelerar la aprobación de la iniciativa en la comisión. Espero que los colegas la voten favorablemente en la Sala, a pesar de que, sin duda, su aplicación como ley de la república va a complicar a algunas familias por los costos que implicará la incorporación de los dispositivos de seguridad de que se trata. Sin embargo, ello es absolutamente necesario, porque -insisto en la cifra; para mí es muy importante- podremos disminuir entre 50 y 80 por ciento la probabilidad de muerte de niños en accidentes de tránsito.
He dicho.
El señor VALLESPÍN (Presidente en ejercicio).-
Tiene la palabra el diputado señor Matías Walker .
El señor WALKER.-
Señor Presidente, anuncio que votaremos positivamente el proyecto de ley que establece la obligatoriedad del uso de sillas especiales para transportar niños de hasta ocho años y la prohibición de transportar en asientos delanteros a menores de doce años. Pero quiero agregar que tal disposición regirá respecto de vehículos livianos.
El 6 de octubre de 2011, junto con el diputado Víctor Torres presentamos un proyecto de ley (boletín N° 7985-15), que propone la misma obligación, es decir, la incorporación de sillas de seguridad para niños, pero respecto de los buses interurbanos, precisamente porque gran porcentaje de los accidentes en carreteras es producido por ese tipo de vehículos.
En numerosas ocasiones -lo reitero en esta Sala- le pedimos al ministro de Transportes que calificara la urgencia a nuestra iniciativa.
El decreto N° 212, del Ministerio de Transportes y Telecomunicaciones, permite algo absolutamente criminal e irresponsable: que hasta 10 pasajeros puedan viajar de pie en los buses interurbanos.
Por ejemplo, en la ruta D-43, la tristemente denominada “ruta de la muerte”, que une las ciudades de Coquimbo y Ovalle, semana a semana somos testigos de accidentes fatales. Además, en un gobierno anterior, una resolución de la Seremi de Transportes de Coquimbo amplió ese número a 20, porque el mismo decreto faculta a los secretarios regionales ministeriales para ello. Eso es criminal. Eso es una irresponsabilidad.
En la Región de Coquimbo, a través de un plan piloto que incorporó a los operadores, logramos que en la ruta 5 Norte, en el sector que une Tongoy y Guanaqueros con Coquimbo y La Serena, voluntariamente restringieran a 10 el número máximo de pasajeros que pueden viajar de pie.
Hemos conversado este asunto con distintos ministros de Transportes y me consta que cada vez que alguno de ellos ha pretendido modificar el referido decreto y prohibir que pasajeros viajen de pie en buses interurbanos, los operadores de esa líneas amenazan con un alza en el precio de los pasajes.
Entonces, parece que la vida de los pasajeros, incluidos los niños, tiene un precio: el valor de los pasajes, en un mercado absolutamente desregulado.
Avanzamos con la “ley Emilia”, hemos aumentado las penas en materia de accidentes de tránsito; pero en la actualidad estamos permitiendo, irresponsablemente, que pasajeros viajen de pie en buses interurbanos.
Espero que algún día tengamos un ministro de Transportes con los pantalones bien puestos para modificar el mencionado decreto, a fin de impedir que pasajeros de buses interurbanos viajen de pie, incluidos los menores de edad -y pasajeros en la falda, como muy bien me dice la diputada Yasna Provoste -, porque es una irresponsabilidad.
Por ahora espero que, al menos con relación a los niños menores de ocho años, el Ejecutivo califique la urgencia del proyecto ley que presentamos con el diputado Víctor Torres en octubre de 2011 para que tanto los colegas de la Comisión de Obras Públicas, Transportes y Telecomunicaciones como la Sala le den su aprobación.
He dicho.
El señor VALLESPÍN (Presidente en ejercicio).-
Tiene la palabra la diputada señorita Karol Cariola .
La señorita CARIOLA (doña Karol) .-
Señor Presidente, me sumo a gran parte de las palabras aquí expresadas, y saludo particularmente a los colegas autores de la moción.
Hoy debemos tomar medidas adicionales en la materia que nos ocupa, pues claramente hay elementos que tienen que ver con los cambios culturales, la educación, la formación, pero también con la toma de conciencia frente a una realidad preocupante. En ese sentido, no podemos obviar que los datos de la Organización Mundial de la Salud nos muestran, por ejemplo, que 1,24 millones de personas mueren anualmente en el mundo a causa de siniestros viales, y que esta es la primera causa de muerte de niños de entre cero y 15 años.
En Chile, los accidentes de tránsito son la primera causa de muerte de niños de cero a 14 años. En 2013, fallecieron 63 menores de 12 años en ese tipo de accidentes y 5.130 quedaron lesionados. El 54 por ciento de los niños fallecidos y el 70 por ciento de los lesionados eran pasajeros.
Hoy queremos manifestarnos en favor de este proyecto de ley que aumenta las sanciones por el no uso de dispositivos de seguridad para menores de edad en vehículos particulares. Creemos que es necesario implementar normas en nuestro país que obliguen a los ciudadanos no solo a hacerse cargo de sus propios niños, sino también a tomar conciencia de que los menores desprotegidos no pueden ser víctimas de la irresponsabilidad de los adultos, de padres que no tomaron las medidas de seguridad correspondientes. Un menor de ocho años no tiene la misma estructura física que un adulto, por ejemplo, para hacer uso del cinturón de seguridad de un vehículo; para su protección se requieren sillas especiales, tomar las medidas que corresponden. Los niños tampoco deben ser transportados en los brazos de sus padres en el asiento delantero.
Esos son aspectos que tenemos que plantear, de los que debemos tomar conciencia; pero, lamentablemente, parece ser que aumentar las sanciones es “la” alternativa que tenemos para empezar a construir esa conciencia en los ciudadanos que, por desgracia, hoy siguen cometiendo esas irresponsabilidades.
Quiero comunicarle a la Sala que varios diputados -ello, además de que daremos nuestro voto favorable al proyecto- nos hemos sumado a la campaña que ha iniciado la Fundación Emilia, institución que nació de una triste tragedia, quizás la más brutal que hemos conocido públicamente: la muerte de Emilia Silva Figueroa , una niña de ocho meses, a consecuencia de un accidente vial.
Con esa campaña, que se inserta en el marco de la Semana de la Seguridad Vial Infantil y cuyo hashtag es #CÓMOMECUIDAS, la Fundación Emilia busca evitar el aumento de muertes de niños en accidentes viales.
Hago un llamado a las familias chilenas, a los adultos responsables a que comencemos a tomar conciencia en esta materia. Nuestros niños no deben morir de ninguna manera -por eso tenemos que protegerlos-, menos aún en accidentes de tránsito que es posible evitar si tomamos las medidas de seguridad correspondientes.
Por último, anuncio que la bancada del Partido Comunista e Izquierda Ciudadana votará a favor el proyecto.
He dicho.
El señor VALLESPÍN (Presidente en ejercicio).-
Cerrado el debate.
Ha terminado el Orden del Día.
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