. . . . . " \nLa se\u00F1ora SAA, do\u00F1a Mar\u00EDa Antonieta (de pie).- Se\u00F1or Presidente , en primer lugar, entrego mis condolencias a toda la familia y a los amigos y amigas de Mar\u00EDa que nos acompa\u00F1an; a sus camaradas y a las y a los integrantes de la bancada de diputados de la Democracia Cristiana; a sus compa\u00F1eros de la ANEF y de la CUT.\n \nSaludo en este momento tan solemne en que honramos su nombre y su recuerdo al interior del Congreso Nacional, al cual tambi\u00E9n perteneci\u00F3 en una etapa de su vida.\n \nDebo decir que el pasado 6 de mayo, al conocer el fallecimiento de Mar\u00EDa , me embarg\u00F3 una gran nostalgia y, a su vez, una gran pena y dolor. Nostalgia, porque con ella compartimos muchas cosas: el nombre, la profesi\u00F3n de maestras y el ser mujeres pol\u00EDticas en un mundo mayoritariamente masculino; tambi\u00E9n el estar permanentemente luchando por los m\u00E1s discriminados y discriminadas de nuestra sociedad.\n \nNostalgia de la d\u00E9cada de los 80, cuando compartimos la lucha contra la dictadura y por la libertad y la democracia en nuestro pa\u00EDs, en la Coordinadora Nacional Sindical y en las Mujeres por la Vida. \nRecuerdo a\u00FAn una reuni\u00F3n de mujeres de la Coordinadora Nacional Sindical dirigida por Mar\u00EDa Rozas , en la casa de retiro de los jesuitas, en Padre Hurtado, donde nos rodearon agentes de la CNI; sin embargo, las 200 mujeres que est\u00E1bamos ah\u00ED seguimos adelante con nuestra reuni\u00F3n, con el coraje de la Mar\u00EDa.\n \nAdem\u00E1s, nos uni\u00F3 con Mar\u00EDa el haber compartido la representaci\u00F3n del mismo distrito, el N\u00B0 17, a fines de la d\u00E9cada de los noventa. Quiz\u00E1s, \u00E9sa fue la primera oportunidad en que dos mujeres compartimos un mismo territorio de representaci\u00F3n parlamentaria. \nSin embargo, el dolor y la pena tambi\u00E9n formaron parte del sentimiento inicial al enterarme de su deceso. Dolor y pena, porque Mar\u00EDa, bajo esa aparente coraza de dureza con que muchos han intentado caracterizarla, era una persona muy sensible y afectiva. \nTransmit\u00EDa, sinceramente, la calidez de las almas verdaderas, la cual en m\u00E1s de una oportunidad me correspondi\u00F3 conocer en tantas manifestaciones y actuaciones de su vida pol\u00EDtica y gremial. \nDe ah\u00ED, la pena; porque sent\u00EDa que hab\u00EDamos perdido a una gran mujer, con consecuencia y convicciones profundas y con un testimonio de vida que s\u00F3lo entregan los que honran con su ejemplo la acci\u00F3n que predican con la palabra. \nAlgunos colegas han se\u00F1alado que Mar\u00EDa era en\u00E9rgica y peleadora. Pero \u00A1c\u00F3mo no iba a serlo, si ten\u00EDa que abrirse camino en un mundo pol\u00EDtico y sindical, donde el factor masculino era mayoritario, donde la mujer dirigente no siempre era bien vista ni respetada! Por ello, ten\u00EDa que alzar la voz para ser escuchada y confrontarse con aquellos cuya opini\u00F3n cre\u00EDan m\u00E1s valedera y respetable que la suya. Ella lo lograba, corriendo siempre el riesgo de ser juzgada con adjetivos calificativos no necesariamente agradables, y con un alto compromiso personal, de consecuencias profundas y f\u00E9rreas a favor de las causas que abrazaba. \nEl mundo que le toc\u00F3 vivir no fue sencillo. Parte de su adolescencia y juventud la desarroll\u00F3 en un pa\u00EDs en el que no exist\u00EDan libertades p\u00FAblicas, en el que cualquier disidencia con el pensamiento oficial era castigada con el repudio p\u00FAblico o la c\u00E1rcel, en el mejor de los casos, como lo sufrieron cientos de dirigentes pol\u00EDticos y sindicales, con la tortura y, en algunos casos, con la muerte o desaparici\u00F3n. \nMar\u00EDa, con el compromiso que la caracterizaba, abraz\u00F3 fuertemente la lucha por la recuperaci\u00F3n democr\u00E1tica. Lo hizo desde un lugar en que las mujeres en Chile reci\u00E9n comenzaban a dar sus primeros pasos: el gremio y el sindicato.\n \nAs\u00ED, desde sus primeros momentos en Santiago, la joven profesora Rozas se incorpor\u00F3 a la naciente Coordinadora Nacional Sindical y como dirigente de la Asociaci\u00F3n Gremial de Educadores de Chile (Agech). \nSeguramente, fueron los primeros espacios de organizaci\u00F3n de trabajadores que se dieron en la dictadura militar. Con posterioridad, trabaj\u00F3 como dirigente nacional del Colegio de Profesores y en la fundaci\u00F3n de la Central Unitaria de Trabajadores. \nEn esa etapa, no logr\u00F3 f\u00E1cilmente ganar sus espacios. Debi\u00F3 competir con dirigentes que no forzosamente confiaban en ella. Pero eso era el mal menor, pues tambi\u00E9n debi\u00F3 lidiar con la persecuci\u00F3n, con el soplonaje y con los aparatos represivos de la dictadura, que buscaban abortar cualquier posibilidad de articulaci\u00F3n en el mundo pol\u00EDtico, social o laboral. Sin embargo, triunf\u00F3, y de tanto empecinarse y entregarse a su misi\u00F3n, junto a otros luchadores logr\u00F3 rearticular el movimiento de trabajadores, llegar a la democracia y hacer surgir la esperanza de un nuevo pa\u00EDs en el horizonte de los chilenos y chilenas. \nEntonces, Mar\u00EDa de nuevo tuvo que reinventarse, pues ya la misi\u00F3n no era la democracia, sino la recuperaci\u00F3n de los derechos de los trabajadores arrebatados durante el per\u00EDodo dictatorial. El movimiento sindical deb\u00EDa fortalecerse y enfrentar los grandes desaf\u00EDos que el pa\u00EDs deb\u00EDa realizar para entregar mayor igualdad y participaci\u00F3n. \nPor eso, desde su espacio gremial sigui\u00F3 participando en comisiones, consejos, organismos e instancias internacionales, levantando su voz y desplegando su esp\u00EDritu para que la labor no decayera y el trabajo fuera fruct\u00EDfero. \nEn eso estaba, cuando falleci\u00F3 su gran amigo en el movimiento sindical, el entonces diputado Manuel Bustos, con quien yo compart\u00EDa distrito, y deb\u00EDa ser reemplazado. \nA mi juicio, para su partido, la Democracia Cristiana, la elecci\u00F3n para designar a qui\u00E9n ocupar\u00EDa ese cargo no fue dif\u00EDcil. Despu\u00E9s de Manuel, la gran figura del mundo sindical era Mar\u00EDa Rozas . Nadie como ella merec\u00EDa el honor de reemplazar a quien fue su compa\u00F1ero en innumerables jornadas sindicales. As\u00ED se hizo; y un d\u00EDa de primavera, en octubre de 1999, Mar\u00EDa asum\u00EDa como nueva diputada del distrito 17, integrado por las comunas de Conchal\u00ED, Renca y Huechuraba .\n \nMar\u00EDa fue de esas personas que dejan huella. Por ejemplo, en la C\u00E1mara de Diputados, en las Comisiones de Trabajo y Educaci\u00F3n, con conocimiento de las materias, aport\u00F3 su sabidur\u00EDa y experiencia en la discusi\u00F3n de cada proyecto.\n \nMantener el doblaje en el distrito era una tarea dif\u00EDcil y, lamentablemente, Mar\u00EDa no fue reelecta. Pero eso no la amilan\u00F3. Volvi\u00F3 a sus tareas en el mundo sindical y a su por-f\u00EDa por levantar las causas que cre\u00EDa valederas.\n \nEstaba en eso en el \u00FAltimo tiempo, la misma de siempre, cuando el c\u00E1ncer, que tambi\u00E9n nos llev\u00F3 a Manuel, la detuvo para siempre. \u00A1A ella, a quien la adversidad parec\u00EDa acompa\u00F1arla para derrotarla, a quien se repuso ante el desaf\u00EDo mayor, a quien la vida le entreg\u00F3 por misi\u00F3n la lucha permanente, con s\u00F3lo 55 a\u00F1os, muri\u00F3 de pie y desafiante el pasado 6 de mayo!\n \nNos queda su gran recuerdo, su imagen de mujer luchadora, su ejemplo y consecuencia, su convicci\u00F3n de que las cosas pueden cambiar, por sobre todo, el ejemplo de una mujer buena, que permanecer\u00E1 en la memoria de todos y todas de quienes la quisimos bien. \nHe dicho. \n \n-Aplausos. \n " . . . .