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- rdf:value = " El señor ARAYA ( Vicepresidente ).- Tiene la palabra el diputado señor Miodrag Marinovic.
El señor MARINOVIC.- Señor Presidente , si hay alguien que ha defendido la importancia de que la minería y los hidrocarburos tengan un plan de cierre para que durante su vida activa se vayan resguardando los recursos necesarios y así evitar compensar o mejorar los pasivos ambientales que se generan, esa persona es quien habla. Por eso soy partidario de que el proyecto se apruebe.
En ese sentido, pediré a los colegas que rechacen la indicación de la Comisión de Hacienda al artículo 48, por los motivos que explicaré. En la práctica, eso significa que el proyecto que hoy vamos a aprobar sirva para la minería metálica, pero no para la industria de hidrocarburos.
El objetivo del plan de cierre de faenas e instalaciones mineras es resguardar, mediante garantías, un programa, una planificación ordenada, que hoy no existe, que al final del proceso minero o de explotación de hidrocarburos se realice una correcta ejecución de obras que permita resguardar el medio ambiente o mitigar el daño.
Por eso, después de la discusión que tuvimos hace unos días, el tema se debatió en la Comisión de Recursos Naturales, Bienes Nacionales y Medio Ambiente.
Me quiero centrar en la indicación que aprobó la Comisión de Hacienda, que solicito sea rechazada, en relación con el artículo 48, que pone un límite, un piso, una barrera para que los distintos proyectos de hidrocarburos ingresen al plan de cierre de faenas. En el caso de la minería metálica, eso tiene una justificación objetiva. Mostraré el mismo gráfico que presentamos en la Comisión de Recursos Naturales, Bienes Nacionales y Medio Ambiente, y que fue muy bien comprendido por los colegas que la integran.
Para extraer 10 mil metros cúbicos de petróleo o de gas, la industria de hidrocarburos necesita un pozo, un estanque y un oleoducto, con una intervención de aproximadamente tres hectáreas en el área de explotación. Para sacar 100 mil metros cúbicos, se necesita el mismo pozo, el mismo estanque y el mismo oleoducto.
Por lo tanto, no tiene justificación alguna establecer que las empresas que extraen menos de 600 metros cúbicos de petróleo por día quedan excluidas de la regulación del cierre de faenas. Quienes vivimos en regiones de las que se extraen hidrocarburos podemos hablar con propiedad sobre el tema, porque sabemos que, de cada diez pozos, en seis se extrae petróleo, pero en los otros cuatro no se saca ni una gota. No obstante, ambos producen la misma intervención, sin importar si uno produce cientos de miles de metros cúbicos de petróleo y el otro ni una gota.
Por lo tanto, si decimos que lo importante es recuperar el pasivo, debemos considerar que en ambos casos es el mismo.
Distinta es la situación en la minería metálica, ya que para extraer 100 mil metros cúbicos, se tiene que hacer un rajo o un hoyo de cierta magnitud; pero para obtener un millón de metros cúbicos, es necesario hacer un rajo o un hoyo diez veces mayor, lo que incrementa el impacto y la intervención en el medio ambiente.
Por lo tanto, resulta lógico establecer un límite en el caso de la minería metálica, pero no en el de la extracción de hidrocarburos, porque el impacto ambiental que se produce es el mismo, independientemente del volumen de producción.
Debemos ir un poco más allá sobre el tema. Se habló de la defensa de la Empresa Nacional del Petróleo. El parlamentario que habla no está para defender el bolsillo de ninguna empresa, ni pública ni privada. Por ello, pretendo aclarar los verdaderos inte-reses que hay detrás de esa indicación, que solicito sea rechazada por los colegas diputados.
Con la norma que aprobó la Comisión de Hacienda no se defiende el bolsillo público, sino el de empresas privadas. Por ejemplo, una empresa petrolera privada que ha invertido 300 millones de dólares y que tiene treinta y dos pozos en producción no estará obligada a presentar un plan de cierre de faenas si extrae menos del límite que fijo esa norma en dicha Comisión, lo que le permitirá ahorrarse la garantía y guardarse ese dinero en el bolsillo, lo que no garantizará una adecuada restitución del medio ambiente.
Ese límite está orientado a dejar fuera de los planes de cierre a los pequeños, porque no es conveniente que ingresen a ellos y es preferible que se acojan a un plan de cierre simplificado.
En la página del Sistema de Evaluación del Impacto Ambiental (SEIA), figuran empresas que han invertido 84 millones de dólares en perforación de pozos, 71 millones de dólares, 74 millones de dólares, etcétera. Me pregunto, ¿se trata de inversiones pequeñas para que queden fuera del plan de cierre de faenas como corresponde? ¿O estamos legislando para que empresas que hacen inversiones millonarias se puedan acoger a planes de cierre simplificado, con lo que les evitaríamos que deban hacer las inversiones necesarias? Realmente, me parece un despropósito.
Considero que hay un error conceptual en esa indicación que aprobó la Comisión de Hacienda; hay un error profundo, ya que, como muy bien señaló el colega Vilches , existe un grado de duda respecto de su aplicación. Ese límite permitirá que las empresas que explotan hidrocarburos en nuestra región no entren en los planes de cierre de faenas. Lo que necesitamos en nuestra región son normas claras, que incentiven este tema.
Además, se establece el límite de extracción de un millón de metros cúbicos de gas al día, en circunstancias de que, en la actualidad, toda la empresa privada produce diariamente 800 mil metros cúbicos. La planta Posesión de la Enap y todos los otros pozos están produciendo otro tanto.
Por lo tanto, ninguna faena de extracción de hidrocarburos ingresará a un plan de cierre y, por lo tanto, esta futura ley será letra muerta. Eso es inaceptable para mi región y para el país.
Algunas empresas tendrán que hacer su plan de cierre de faenas y pagar la garantía como corresponde, especialmente esas empresas que han hecho inversiones “pequeñas” de 70 millones de dólares, de 80 millones de dólares o de 100 millones de dólares, mientras que otras privilegiadas se ahorrarán esa platita y se la guardarán en sus bolsillos.
Considero que la norma contiene una discriminación odiosa, por lo que, desde ya, me reservo el derecho, como parlamentario, de recurrir al Tribunal Constitucional respecto del plan de cierre de faena minera en la medida en que la Sala apruebe esa indicación de la Comisión de Hacienda. En la Comisión de Recursos Naturales, Bienes Nacionales y Medio Ambiente se aprobó el proyecto por mayoría, pero se presenta un problema administrativo.
El día de la sesión, nos fuimos con el convencimiento de que la Comisión de Recursos Naturales, Bienes Nacionales y Medio Ambiente había rechazado mayoritariamente esa franquicia, este beneficio que se intenta entregar a las empresas de hidrocarburos y que habíamos reintegrado el imperio de una norma general para todos.
Sin embargo, el informe elaborado por la Secretaría de la Comisión expresa claramente: “No obstante que la indicación tiene por objeto rechazar la modificación aprobada por la Comisión de Hacienda, y no tiene mayores efectos respecto del texto sobre el cual la Comisión debía pronunciarse,…”. Por esa razón no figura en el comparado. La mayoría de los miembros de la comisión rechazaron esa norma y otros se abstuvieron, ya que entendieron las razones de fondo.
Considero que debemos legislar para el país, para los intereses de todos. Por cierto, soy un defensor en materia de exploración de la Empresa Nacional del Petróleo y debemos ayudarla para que el Estado le entregue los recursos para realizar las inversiones necesarias.
Ayer, con los trabajadores, nos preguntábamos por qué los bloques se han licitado nuevamente en forma privada y directa, en lugar de hacerlo mediante licitaciones públicas abiertas e internacionales. No existe una política de Estado respecto de esta materia, lo que ha impedido avanzar al respecto.
Con la colega Carolina Goic, pediremos una sesión especial para analizar el tema de la ENAP y de los hidrocarburos, para evitar que este tipo de normas, metidas a la maleta, sirva para que algunas empresas lucren en este país a costa del sacrificio de la gran mayoría de los chilenos.
He dicho.
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