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El señor MELERO ( Presidente ).- Corresponde considerar la observación sustitutiva formulada por su excelencia el Presidente de la República al proyecto de ley, iniciado en mensaje, que reajusta el monto del ingreso mínimo mensual, con urgencia calificada de discusión inmediata.
Diputado informante de la Comisión de Hacienda es el señor Joaquín Godoy.
Antecedentes:
-Observaciones del Presidente de la República , boletín N° 7737-05, sesión 53ª, en 7 de julio de 2011. Documentos de la Cuenta N° 2.
-Informe de la Comisión de Hacienda. Documentos de la Cuenta N° 5, de esta sesión.
El señor MELERO (Presidente).- Tiene la palabra el diputado informante.
El señor GODOY (de pie).- Señor Presidente , en nombre de la Comisión de Hacienda, paso a informar el veto de su excelencia el Presidente de la República formulado al proyecto de ley que reajusta el monto del ingreso mínimo mensual.
Para hacer un poco de memoria, daré a conocer algunos antecedentes de la tramitación del proyecto y luego me referiré a su texto final.
En sesión de fecha 21 de junio pasado, la Cámara aprobó la idea de legislar del proyecto en informe, como también sus artículos 1º, 2º, 3º y 4º, elevando en 4,7 por ciento el ingreso mínimo mensual para los trabajadores del sector privado, las asignaciones familiares y maternal del Sistema Único de Prestaciones Familiares y el subsidio familiar para personas de escasos recursos establecido en el artículo 1º de la ley Nº 18.020.
Por su parte, el honorable Senado, en sesión de 22 de junio de 2011, también aprobó la idea de legislar y los artículos 3º y 4º -que pasaron a ser 1º y 2º, respectivamente- del proyecto aprobado por la Cámara de origen, enmiendas que a su turno fueron rechazadas por ésta en sesión de igual fecha.
Constituida el 5 de julio, la Comisión Mixta, encargada de resolver las divergencias suscitadas entre ambas Cámaras, se abocó al conocimiento de una proposición del Ejecutivo destinada a tal objeto, similar en contenido a las observaciones de que trata el presente informe, sin alcanzar acuerdo sobre la forma y modo de resolver las dificultades. Esta circunstancia fue comunicada al Presidente de la República con fecha 6 de julio, para los efectos del inciso segundo del artículo 71 de la Constitución Política.
Finalmente, habiendo informado el Presidente de la República a la honorable Cámara su decisión de no hacer uso de la facultad que le confiere el mencionado artículo 71 de la Carta Fundamental, el mismo día 6 de julio le fue remitido para su promulgación el proyecto de ley parcialmente aprobado por el Congreso Nacional, en lugar de lo cual el Primer Mandatario , en virtud de lo dispuesto en el artículo 73 de la Constitución, devolvió el citado proyecto a la Cámara de origen, con la siguiente propuesta de veto:
Artículos 1°, 2°, 3° y 4°
Para sustituir los actuales artículos 1° y 2° del proyecto de ley, por los siguientes artículos 1°, 2°, 3° y 4°:
“Artículo 1°.- Elévase, a contar del 1° de julio de 2011, de $ 172.000 a $ 182.000 el monto del ingreso mínimo mensual para los trabajadores mayores de 18 años de edad y hasta de 65 años de edad.
Elévase, a contar del 1 de julio de 2011, de $ 128.402 a $ 135.867 el monto del ingreso mínimo mensual para los trabajadores mayores de 65 años de edad y para los trabajadores menores de 18 años de edad.
Elévase, a contar del 1 de julio de 2011, el monto del ingreso mínimo mensual que se emplea para fines no remuneracionales, de $ 110.950 a $ 117.401.
Artículo 2°.- Reemplázase, a contar del 1 de julio del año 2011, los incisos primero y segundo del artículo 1º de la ley Nº 18.987, por el siguiente:
“Artículo 1º.- A contar del 1 de julio del año 2011, las asignaciones familiar y maternal del Sistema Único de Prestaciones Familiares, reguladas por el decreto con fuerza de ley Nº 150, de 1982, del Ministerio del Trabajo y Previsión Social, tendrán los siguientes valores, según el ingreso mensual del beneficiario:
1) De $ 7.170 por carga, para aquellos beneficiarios cuyo ingreso mensual no exceda de $ 187.515;
2) De $ 5.064 por carga, para aquellos beneficiarios cuyo ingreso mensual supere los $ 187.515 y no exceda los $ 307.863;
3) De $ 1.600 por carga, para aquellos beneficiarios cuyo ingreso mensual supere los $ 307.863 y no exceda los $ 480.162.
4) Las personas que tengan acreditadas o que acrediten cargas familiares y cuyo ingreso mensual sea superior a $ 480.162 no tendrán derecho a las asignaciones aludidas en este artículo.”.
Artículo 3°.- Fijase en $ 7.170 a contar del 1 de julio del año 2011, el valor del subsidio familiar establecido en el artículo 1º de la ley Nº 18.020.
Artículo 4°.- El mayor gasto que represente durante el año 2011 la aplicación de los artículos 2º y 3° de la presente ley, se financiará con cargo a los recursos del Tesoro Público.”.
Finalmente, en sesión de la Comisión de Hacienda, el veto sustitutivo fue rechazado.
Votaron por la afirmativa los diputados señores Godoy, Macaya , Monckeberg, don Nicolás ; Recondo , Silva y Von Mühlenbrock . Votaron por la negativa los diputados señores Marinovic , Ortiz y Rincón. Se abstuvieron los diputados señores Andrade , Auth y Jiménez .
El informe financiero contiene un cambio en relación con el costo del proyecto, el cual durante el segundo semestre del presente año asciende a 9.005 millones de pesos. Para el 2012, los recursos serán provistos en la respectiva Ley de Presupuestos.
Es todo cuanto puedo informar.
He dicho.
El señor MELERO (Presidente).- En discusión general el veto.
Hago presente a los señores diputados que en forma simultánea a la presente sesión la Comisión de Salud está votando el proyecto de ley que exime, total o parcialmente, de la obligación de cotizar para salud a los pensionados que indica. El señor ministro de Hacienda fue autorizado para ausentarse unos minutos de esta instancia a fin de participar en dicha Comisión, luego de lo cual se reincorporará a la Sala.
Tiene la palabra el diputado señor José Miguel Ortiz.
El señor ORTIZ.- Señor presidente , ha-cía muchísimos años que el Presidente de la República no debía enviar un veto sustitutivo al Congreso. Ello se debe a un aspecto muy específico.
Cuando fue candidato, el actual Presidente de la República habló de sueldos dignos, y el año pasado hizo un planteamiento a través de su ministro de Hacienda , vocero del Gobierno en materia económica, que nos gustó. Expresó que había disposición y voluntad para conformar una comisión técnica con el objeto de poner término al debate sobre el salario mínimo y de estudiar un procedimiento permanente en la materia.
Se formó la comisión, a cuyas primeras dos reuniones asistieron dos representantes de la Central Unitaria de Trabajadores. Pero este año, cuando en función de tres variables planteadas por dichos representantes debía darse a conocer la proposición al Ejecutivo , éstos no estuvieron presentes en la instancia respectiva. Esa comisión pensaba que el salario mínimo, que al 30 de junio del presente año se planteaba en 172 mil pesos, debía aumentarse en 4,4 por ciento.
¿Qué hizo el Ejecutivo? Ingresó un proyecto de ley mediante el cual se aumentaba el monto a 180 mil pesos.
Comenzamos la discusión en la Comisión de Hacienda. Debatimos con argumentos. Escuchamos la posición del ministro de Hacienda , quien planteó algo que quiero rebatir por cuarta vez durante la tramitación constitucional de este proyecto. No es verdad que si se aumenta mucho el salario mínimo se generará cesantía, por algo muy específico: el rendimiento de la Operación Renta, proceso que culminó hace aproximadamente 40 días, significó un aumento de casi el 26 por ciento de los ingresos en el país, lo cual da una señal potente en el sentido de que los empresarios medianos y pequeños, en general los que producen empleo, están pasando por un buen momento económico, situación de la que nos alegramos infinitamente.
Más aún, 30 días atrás, el Banco Central cambió la proyección del crecimiento del país para 2011 a casi el 7 por ciento. Y cuando se anunció el 7,1 por ciento, el empresariado expresó que sus expectativas eran que a diciembre del presente año se llegara al 8 por ciento.
Se trata de cifras espectaculares. Lo ha reiterado el Ejecutivo , porque en realidad son logros que durante el año cuatro meses de gobierno alcanzó gracias a la seriedad con que se condujo la política económica del país durante los 20 años de la Concertación.
¿Pero cuál es el problema?
Por un lado, se expresa que este momento económico es el más espectacular, pero, por otro, no se avanza en lo que para nosotros es un asunto de equidad social.
Después de rechazar los 180 mil pesos en la Comisión de Hacienda, por 7 votos en contra y 6 a favor, durante el primer trámite constitucional, el Ejecutivo ofreció en esta Sala 181.500 pesos, lo cual se aprobó con una diferencia de 4 votos.
El proyecto se despachó al Senado, que le introdujo modificaciones, las que fueron rechazadas posteriormente por la Cámara de Diputados, lo cual llevó a la formación de una comisión mixta.
Nosotros siempre planteamos al Gobierno, luego de escuchar al Presidente llamar a una gran unidad nacional, que más que nunca se necesitaba llegar a un acuerdo debido al nivel de desaprobación de que era objeto toda la clase política.
Sin embargo, en la comisión mixta prácticamente no se conversó.
El señor MELERO ( Presidente ).- Señor diputado , ha terminado el tiempo de cinco minutos de su primer discurso.
Puede continuar en el tiempo de cinco minutos de su segundo discurso.
El señor ORTIZ.- Sí, señor Presidente.
Reitero, no se conversó, en circunstancias de que deseábamos lograr un acuerdo.
Planteamos una indicación para llegar a 190 mil pesos. Como no tenemos facultad constitucional para presentar ese tipo de propuestas, obviamente, la declararon inadmisible. Esperábamos que el monto se aumentara a 185 mil pesos, lo que representaba un aumento real de 7 por ciento.
En la comisión mixta, el Gobierno propuso un aumento de 500 pesos, vale decir, una cifra total de 182 mil pesos, con lo cual ascendió a 5,8 el porcentaje del ingreso mínimo mensual.
¿Con qué realidad nos encontramos?
Ocurrió algo que ha sido poco habitual: no se logró resolver la divergencia entre la Cámara y el Senado; no hubo proposición de la Comisión Mixta. Sólo quedaba el veto sustitutivo, mediante el cual, en este régimen presidencialista, esperábamos que el Presidente dispusiera un monto de a lo menos 183 mil pesos. Pero no fue así.
Ayer, en la Comisión de Hacienda, nuevamente rechazamos la propuesta del Ejecutivo de establecer un monto de 182 mil pesos. ¿De qué se nos acusa? De que seremos los responsables de que no haya aumento del ingreso mínimo. Pero nosotros no gobernamos el país. El país lo gobierna una coalición encabezada por el Presidente de la República , que tiene la facultad para mejorar esa cifra. No se puede desconocer algo fundamental. Es cierto que el IPC de mayo de 2010 a mayo de 2011 es de un 3,3 por ciento; es una realidad. Pero no se sabe cuál va a ser la inflación en los próximos doce meses.
En una exposición que hizo ante un grupo de empresarios, el señor Roberto Méndez , presidente de Adimark , reconoció que el país está pesimista porque ve expectativas de inflación. Señaló el aumento del precio de los limones, en 52 por ciento; del pasaje en Metro, en 32 por ciento; de la palta, en 32 por ciento; de la carne de vacuno, en 23 por ciento; del pan, en 17 por ciento; del azúcar, en 17 por ciento; de las verduras, en 16 por ciento; del cerdo, en 14 por ciento; del pescado, en 14 por ciento; de la carne de cordero, en 13 por ciento. Además, dio a conocer la cifra en que se ha incrementado el costo del transporte y de la calefacción en estos últimos doce meses.
En Chile hay alrededor de 600 mil personas cuyos ingresos son de 1 a 1,2 salarios mínimos. No se puede decir que con esto se pone un bajón a las posibles negociaciones colectivas de los próximos meses, porque quienes reciben el salario mínimo no tienen ninguna posibilidad de conformar sindicatos y llevar a cabo una negociación colectiva. La inmensa mayoría de esas 600 mil personas tampoco tiene la posibilidad de capacitarse ni de proyectarse hacia arriba, como corresponde a todo ser humano.
Por eso, en función de los antecedentes que hemos entregado en todos los trámites constitucionales, aviso, notifico y doy a conocer que no vamos a ser responsables si se rechazan los 182 mil pesos del salario mínimo propuesto por el Gobierno, porque siempre está la parte creativa desde el punto de vista legislativo, a la cual se puede recurrir cuando de verdad se quiere buscar una salida.
Por eso, anuncio que los diputados democratacristianos vamos a votar en contra de los 182 mil pesos como salario mínimo propuesto por el Ejecutivo para un grupo tan importante de trabajadores.
He dicho.
El señor MELERO (Presidente).- Tiene la palabra el diputado señor Pepe Auth.
El señor AUTH.- Señor Presidente , el Gobierno, a través del ministro de Hacienda , propuso hace unas semanas un reajuste que llevaba el salario mínimo de 172 mil pesos a 180 mil pesos. Ese proyecto fue aprobado en general en la Comisión de Hacienda de la Cámara de Diputados, pero fue rechazado en particular, porque a la mayoría de los miembros de dicha Comisión le parecía insuficiente que el salario mínimo aumentara menos que lo que estaba creciendo el país, en el entendido de que el salario mínimo es el piso a partir del cual se constituye la arquitectura salarial chilena y, en el contexto de la discusión sobre el ingreso ético familiar, es el piso a partir del cual se constituye dicho ingreso. Mientras más pequeño sea el salario mínimo, más grande tendrá que ser el subsidio estatal para llegar al ingreso ético. Evidentemente, quien piense que el mayor objetivo del ingreso ético debe ser la retribución digna al trabajador por su aporte al desarrollo, debe creer que hay que incrementar el salario mínimo en todo lo que sea posible.
La defensa vigorosa del ministro de Hacienda en la Comisión se reblandeció luego, cuando necesitó un puñado de votos de independientes y del PRI para conseguir la mayoría en la Cámara de Diputados. Y ascendió el monto del ingreso mínimo en 1.500 pesos, para llegar de 180 mil pesos a 181.500 pesos, con lo cual consiguió una leve mayoría en este Hemiciclo.
Luego, en la Comisión Mixta, el Gobierno hizo un gesto: incrementó en 500 pesos la oferta anterior, lo que, naturalmente, aún dejaba por debajo el incremento del salario mínimo respecto del crecimiento esperado de Chile. Pero el gesto de elevar en 500 pesos más el salario mínimo para conseguir la mayoría de los senadores parecía mínimo, considerando que había hecho un incremento de 1.500 pesos para conseguir la mayoría en la Cámara de Diputados.
Probablemente, esta es la principal de las negociaciones salariales que se hacen en Chile, donde las tasas de sindicación y de negociación colectiva son extremadamente bajas. Por ello, la negociación del salario mínimo se constituye en una referencia no sólo para aquellos que directamente reciben dicho salario, sino para prácticamente la gran mayoría de los asalariados. No por nada el salario mínimo representa el 64 por ciento de la mayor parte de los salarios de los chilenos en los tiempos presentes.
En la Comisión Mixta rechazamos el incremento propuesto por el Gobierno, con lo cual se produjo un empate que llevó al rechazo del proyecto, porque quisimos trasladar la responsabilidad de entregar un salario mínimo inferior al crecimiento esperado de Chile al propio Presidente de la República y a su Gobierno.
Sinceramente, pensamos que en el veto sustitutivo el Gobierno iba a incorporar el gesto que esperábamos, en orden a pasar de 5,8 por ciento a sobre el crecimiento esperado del país. Pero, lamentablemente, la tozudez del Gobierno o la voluntad de no aparecer haciendo concesiones para conseguir el acuerdo mayoritario, hizo que en el veto se mantuviera exactamente la misma cifra rechazada en la Comisión Mixta.
Por esa razón, porque el Gobierno ha insistido en un incremento del salario mínimo inferior al crecimiento de Chile y porque este incremento hará que el próximo año el país sea un poco más desigual que éste, no podemos concurrir a su aprobación. Lamentamos la falta de disposición a llegar a acuerdos del Presidente de la República y su Gobierno, ya que si el veto hubiera contenido una cifra significativa, probablemente se habría conseguido la unanimidad para aprobar este reajuste tan esperado por los chilenos.
Por las razones señaladas, no vamos a concurrir a su aprobación. Naturalmente, no podemos votar en contra porque hay cientos de miles de chilenos que esperan un incremento de su salario, por mínimo que sea. Sin embargo, reitero, no vamos a concurrir a aprobarlo y le diremos al país: “Éste es el reajuste al salario mínimo que quiso el Gobierno del Presidente Piñera, que es inferior al que se necesita y al que hoy Chile puede entregar, en consideración a las buenas condiciones de empleo, de crecimiento y de salud económica existentes.”. Chile puede más y el Presidente Piñera pudo haber reajustado bastante más el salario mínimo.
Por eso, entregamos toda la responsabilidad sobre este incremento del salario mínimo al Presidente de la República , y los diputados de la bancada del Partido por la Democracia no concurriremos con nuestros votos a aprobarlo, pero tampoco a rechazarlo, porque no pretendemos impedir que los trabajadores de Chile reciban un reajuste, por mínimo que éste sea. Por lo tanto, nos vamos a abstener masivamente en la votación.
He dicho.
El señor MELERO (Presidente).- Tiene la palabra el diputado señor Carlos Recondo.
El señor RECONDO.- Señor Presidente , lamentablemente, estamos repitiendo por tercera vez consecutiva el mismo debate que hemos tenido en el último mes en la Cámara.
Siempre hemos reclamado porque es un debate que se repite año tras año. Pero, no sólo reclamamos porque tenemos que hacer la misma discusión, sino porque los argumentos utilizados cambian, de acuerdo con la conveniencia y la posición política que se tenga en determinado momento. En verdad, esto es muy lamentable porque habla muy mal de la Cámara y del debate político que llevamos a cabo en nuestro país.
Algunos diputados plantean que el reajuste que ofrece el Ejecutivo y que estamos discutiendo es mezquino y muy inferior al que se podría otorgar. Es obvio que todos quisiéramos que el reajuste del salario mínimo fuera mucho más alto que el que se está ofreciendo aquí. Pero también es cierto que, con un mínimo de responsabilidad, debemos reconocer que los reajustes del salario mínimo tienen efectos especialmente negativos para lo que pretendemos hacer con nuestra sociedad, en particular, con los trabajadores.
Nosotros planteamos la hipótesis de que un salario mínimo del nivel que se plantea no produce desempleo o no representa una amenaza para quienes buscan trabajo, en particular, para quienes pertenecen a los estratos más jóvenes; pero, el diputado señor Ortiz ha afirmado con mucha propiedad que el incremento del salario mínimo muy por sobre la productividad del país no afectaría el empleo y que sería falsa una argumentación en el sentido contrario. En realidad, no se trata de una hipótesis, sino de hechos bastante comprobados, al punto de que todos los economistas serios del país y del mundo afirman que un ingreso mínimo muy por sobre la productividad de la mano de obra, evidentemente, afecta el empleo. Si no fuera así, no habría un tratamiento diferenciado, por ejemplo, para los menores de 18 años; si no existiera tal diferenciación, tendríamos un salario mínimo único, caso en el cual no estaríamos reconociendo que la mano de obra de los menores de 18 años es de baja productividad. Por lo tanto, si mantenemos un salario mínimo único para todos los trabajadores, los menores no tendrían posibilidad alguna de acceder al mundo laboral.
En esta misma línea, recojo un planteamiento formulado durante la discusión anterior, en cuanto a debatir más a fondo, tal vez, el próximo año, la posibilidad de establecer un salario mínimo diferenciado, de manera que los trabajadores menores de 24 años recibieran un monto equivalente, por ejemplo, al 70 ó 75 por ciento del que estamos fijando para los trabajadores, en general. Esto porque, de acuerdo con todas las cifras que conocemos, también es evidente que a quienes más golpea el alto nivel de desempleo es a los jóvenes menores de 24 años, en particular, a los que pertenecen a los quintiles 1 y 2, es decir, a los más vulnerables, a aquellos que tienen menos capacitación y, por lo tanto, constituyen mano de obra menos productiva. Este sector está siendo afectado con tasas de desempleo por sobre el 40 por ciento.
Por lo tanto, ¿qué estamos reconociendo implícitamente? Que si fijamos un salario mínimo muy alto, la mano de obra menos productiva tendrá menos posibilidades de acceder al sector laboral. Entonces, lo que estamos haciendo es establecer un reajuste de 10 mil pesos: de 172 mil a 182 mil pesos, que significa un porcentaje de 5,8 por ciento.
Quienes sostienen que este reajuste es mezquino, no decían lo mismo en años anteriores, cuando estuvieron en el gobierno y siempre propusieron reajustes inferiores o muy cercanos al que se está planteando hoy. ¿Por qué actuaron así cuando eran gobierno? Ellos daban los mismos argumentos que estamos dando nosotros ahora, es decir, que existe una relación directa entre la productividad y el nivel del salario mínimo que se está estableciendo. Si no fuera así -quiero insistir en esto-, durante el debate que llevamos a cabo en 2009, el diputado Ortiz no habría dicho que se llegó a ese acuerdo -en ese momento se había llegado a un acuerdo sobre la base de un porcentaje muy similar o inferior al que se está proponiendo ahora-, con el objeto de mantener el empleo. Es decir, sostuvo una tesis exactamente contraria a la que mantiene en esta oportunidad.
Lo lamentable de todo esto no es que tengamos que repetir permanentemente el mismo debate y que utilicemos los mismos argumentos, sino que, dependiendo de la posición política que tengamos en determinado momento, los cambiemos. Creo que con esto le hacemos un daño al debate político que efectuamos en la Cámara.
Por último, este reajuste toma en consideración algo que estoy seguro de que es muy importante para todos: la situación de la pequeña y la mediana empresa. Todos estamos conscientes de que este sector sufre y ha sufrido grandes dificultades para mantener su viabilidad, porque le estamos incorporando, permanentemente, nuevos costos y, por esta vía, las estamos empujando hacia la informalidad. Así, si quieren mantenerse en la formalidad, es muy difícil que puedan conservar su viabilidad. De acuerdo con cifras que todos hemos tenido en nuestros escritorios durante los debates, son las pymes las que concentran el mayor número de trabajadores: el 70 por ciento, que reciben el salario mínimo.
De manera que cuando planteamos que es posible aumentar el salario mínimo a los niveles que, probablemente, todos desearíamos, estamos poniendo en serio riesgo la viabilidad de una cantidad muy relevante de micro, pequeñas y medianas empresas que pagan a sus trabajadores el salario mínimo y que, de lo contrario, no serían viables en nuestra economía, en circunstancias de que su viabilidad es fundamental, si queremos mantener y acrecentar los actuales niveles de empleo.
Para el Gobierno del Presidente Piñera, es decir, nuestro Gobierno, seguirá siendo una prioridad mantener el crecimiento económico y las posibilidades de generación de empleo en los niveles que hemos conocido durante los últimos 15 meses. Por lo tanto, para avanzar en esto, tenemos que evitar poner impedimentos a las pymes y nuevos costos a la generación de empleo.
Por eso, me parece extraordinariamente razonable que podamos coincidir en el reajuste que está planteando el Gobierno, que en términos reales, en promedio, es mayor a los que conocimos en años anteriores.
En consecuencia, en esta tercera oportunidad concurriremos con nuestra aprobación al reajuste del ingreso mínimo.
He dicho.
El señor MELERO (Presidente).- Tiene la palabra el diputado señor Pedro Velásquez.
El señor VELÁSQUEZ .- Señor Presidente , al final del día, lo que está ocurriendo no es lo mejor para el país.
El hecho de que hoy votemos el veto a un proyecto de tanta importancia como el de reajuste del salario mínimo mensual con una Cámara de Diputados dividida, no es bueno para el país y no le hace bien a la Corporación.
En ese sentido, solicito encarecidamente al Gobierno y, en particular, por su intermedio, señor Presidente , al ministro de Hacienda , que situaciones como ésta ojalá en el futuro no vuelvan a ocurrir y que no estiren tanto el elástico como para que estemos enfrentados a una situación como la que hoy vivimos, en la que, para algunos, el salario mínimo es lo real, pero, para otros, es insuficiente.
La percepción de la comunidad hacia la labor parlamentaria, al igual como ocurre respecto de la Oposición y del Gobierno, es cada vez menos valorada.
Por eso, es responsabilidad del Gobierno y también del ministro de Hacienda llegar a acuerdos, en lo posible, con todos los sectores; no bastan los acuerdos minoritarios que, finalmente, ponen en peligro cualquier decisión.
En el mismo sentido, por su intermedio, señor Presidente , insto al ministro a que en el próximo reajuste de remuneraciones del sector público se llegue a acuerdo con todos los sectores, porque ésa es la única forma en que el país verá una Cámara de Diputados unida y no dividida, ni en la que se descalifican unos a otros.
La responsabilidad de dirigir el país y de hacer propuestas es del Gobierno, y éste descansa en sus ministros, quienes deben ser capaces de hacer todos los esfuerzos necesarios para alcanzar acuerdos y de ese modo -reitero- evitar un espectáculo que pone en jaque a millones de chilenos, en orden a si habrá o no reajuste del salario mínimo.
Por su intermedio, señor Presidente , pido al ministro que en el caso específico del reajuste de remuneraciones del sector público que abordaremos a futuro se alcance un acuerdo entre todos y para todos, de modo que a última hora no debamos enfrentar situaciones como la que ahora estamos viviendo.
He dicho.
El señor MELERO (Presidente).- Tiene la palabra el diputado señor Osvaldo Andrade.
El señor ANDRADE .- Señor Presidente , no quiero repetir los argumentos esgrimidos en las distintas sesiones en que hemos tratado el proyecto que reajusta el ingreso mínimo. En consecuencia, quiero emplear un enfoque distinto en esta oportunidad, sobre la base de qué nos interesa proteger o desarrollar en esta discusión.
Se nos ha dicho que el reajuste tiene mucho que ver con preservar las condiciones para el empleo, ya sea respecto de los 600 y tantos mil trabajadores que reciben el ingreso mínimo, o de los jóvenes cesantes que, si el salario mínimo fuese muy alto, no podrían acceder a un empleo.
Quiero reiterar algo que he dicho en otras ocasiones: ellos ya tienen resuelto su problema. En Chile existen instituciones que se hacen cargo de ello: los subsidios de contratación a la mano de obra, que permiten al empleador, en estricto rigor, pagar un monto inferior al salario mínimo desde su bolsillo.
En la Región de Magallanes se aplica el decreto N° 669 -el diputado Marinovic me puede corregir si me equivoco-, que permite que el empleador que contrata a un trabajador de Magallanes, no sólo tenga acceso al subsidio ordinario para la contratación de mano de obra, sino que, además, al subsidio especial consagrado en el decreto N° 669. Si me equivoco en el número, me excuso.
En consecuencia, en Magallanes, un empleador paga menos del 40 por ciento del salario mínimo de su peculio, porque el resto lo subsidia el Estado.
Entonces, excúsenme, cuando se habla de cosas como ésta, hagámonos cargo de instituciones que la propia administración ha establecido en reiteradas ocasiones. De hecho, el propio Gobierno ha incrementado los montos destinados al subsidio a la contratación de mano de obra de los jóvenes, porque en su opinión y en la de otras administraciones, un incremento, un subsidio por esta vía, facilita su contratación.
Entonces, si queremos evitar la situación de que con un eventual incremento se genere cesantía, digo que ya hay instrumentos al respecto.
Digámoslo francamente: ¿qué se pretende proteger con esto? Permítanme una afirmación: se pretende proteger a las empresas grandes, que tienen un base constituido por el salario mínimo y que pagan el resto con variables. Ése es el punto: son las empresas del retail, las de los supermercados, empresas como La Polar, las que tienen un salario mínimo y que el resto lo enteran con variables. ¿A ellos se pretende proteger? ¿Ése es el centro de la discusión?
Lo digo con toda franqueza: el Congreso Nacional aprobó durante la administración anterior un proyecto que estableció que el sueldo base no podía ser inferior al ingreso mínimo, porque se producía la atrocidad de que había sueldos base de cinco mil pesos. Se resolvió aquello. Y lo que sucede ahora
es que por primera vez habrá un reajuste real de los sueldos de los trabajadores del retail, porque sobre ese sueldo base, que es igual al salario mínimo, se calculan las variables.
Entonces, para ellos, claro que importa el reajuste, pero importa para el empleador, porque a él le va a doler esta vez.
Entonces, ¿a quién se pretende proteger con esta discusión?
Dicen que a las pymes. Pero, ¿de qué pymes estamos hablando? Muchas de ellas no son sino expresión de empresas principales que se han ido dividiendo artificialmente. Por ello existe un compromiso del Gobierno de resolver los problemas de los multirut, porque existe una cantidad de pymes que no son sino artilugios para dividir artificialmente las empresas. ¿De esas pymes estamos hablando? ¿De los trabajadores de esas pymes estamos hablando?
¿Saben a quién más se intenta proteger? A los subcontratistas, puesto que pagan el mínimo. ¿Por qué? Porque se trata de una cantidad de pymes fuleras, que emanan de las empresas principales, que se han constituido sólo para abaratar los costos salariales. ¿Y a quiénes contratan en ellas? No a trabajadores jóvenes, sino a trabajadores a los que se les complementa el sueldo mediante las variables.
Entonces, insisto: ¿a quiénes queremos proteger con esta discusión? Sincerémonos de una vez por todas; de eso se trata.
Perdónenme por haber hecho un enfoque distinto. He insistido en que esto se resolve-ría y no necesitaríamos estar discutiendo sobre la materia si en el país existiera una auténtica negociación colectiva. No hay salario mínimo en los países desarrollados en que ella existe, se conviene entre los trabajadores, con sus sindicatos, y los empleadores.
Espero que esta administración cumpla un compromiso en esa dirección, porque en alguno de los discursos del 21 de mayo el
Presidente de la República lo dijo. Espero que no lo reitere en el último 21 de mayo de su mandato.
Por de pronto, mientras tengamos esta discusión, habrá un punto político que aclarar: a quién se pretende proteger. Discúlpenme, pero tengo serias dudas de que la protección apunte a los trabajadores jóvenes y a los cesantes. Ellos no tienen este problema, lo tienen las grandes empresas que pagan el mínimo y utilizan el subterfugio de complementarlo con variables.
He dicho.
El señor MELERO (Presidente).- Tiene la palabra el diputado señor Joaquín Godoy.
El señor GODOY.- Señor Presidente , después de escuchar la discusión, por todos los medios he intentado entender los argumentos, pero la conclusión es lamentable. Creo que ella se refleja mucho en algunas palabras del diputado Ortiz , en cuanto a que la responsabilidad es del Gobierno y que, por tanto, a él le corresponde arreglar este problema.
Sin embargo, debo recordar que estamos en democracia, lo cual significa que los proyectos importantes, como éste, deben pasar por el Congreso Nacional.
Nosotros estamos gobernando, pero no somos mayoría en este Poder del Estado. Por ende, la Oposición tiene la opción de ser constructiva u obstructiva. Ésa es la decisión que deben tomar nuestros colegas.
Las encuestas muestran qué tipo de Oposición han sido: una Oposición que está en el suelo con 21 puntos.
-Hablan varios señores diputados a la vez.
El señor MELERO ( Presidente ).- Ruego guardar silencio a los señores diputados para que el señor Godoy continúe con su exposición.
El señor GODOY.- Señor Presidente , no hay problema. Algunos muchachos están acostumbrados a gritar entremedio. Pero ése no es el ambiente que se debe generar en la Cámara. Lo aprendí muy bien del diputado León , quien me lo planteó hace algunos momentos.
Cuando uno los escucha y empieza a analizar sus razonamientos, llega a lo siguiente. Algunos dicen que por intermedio del salario mínimo vamos a derrotar la desigualdad, en circunstancias de que ningún país del mundo lo hace. Luego, uno se da cuenta de que ése no es el argumento de fondo.
Uno los oye referirse a la tasa de crecimiento del 7 por ciento que ha experimentado el país, que en la práctica es la misma que se alcanzó cuando gobernaba el Presidente Aylwin . Pero ellos entregaron un reajuste real del 2,2 por ciento, y este Gobierno ofrece un reajuste real del 2,5 por ciento. Entonces, uno no entiende la lógica de su argumentación. No tiene ningún sentido.
Ellos plantean que aquí hay mezquindad. Entonces, ¿qué calificativo les ponemos si durante veinte años no reajustaron el salario mínimo en mayor medida que lo que propone este Gobierno?
El diputado Andrade expuso un nuevo eje en esta discusión: la situación de los trabajadores que ganan el mínimo en estas pymes fuleras, que vienen de grandes empresas, lo cual tiene que ver con el sueldo base. Cuando él fue ministro del Trabajo ocurría exactamente lo mismo y nunca enarboló esta bandera.
Traté de transmitir esto desde el principio. Con este tema no deberíamos hacer política, sino lograr consensos potentes.
Cuando algunos parlamentarios expresan que el problema está en el precio de los alimentos y, en el fondo, dejan entrever que se debe cambiar la forma de calcular la inflación, uno se da cuenta de que están dispuestos a agotar todos los medios para logar su objetivo. Eso me parece muy negativo, porque la inflación no sólo incluye el precio de los alimentos, sino, también, el del transporte, el del vestuario y el de todas las cosas que contempla en la canasta la gente que gana el sueldo mínimo.
Un ex presidente de la Comisión de Hacienda del Senado sostuvo que las cifras sobre el desempleo eran falsas. ¡Pretendió desmentir al Instituto Nacional de Estadísticas, INE, institución totalmente independiente, que entrega cifras que desde siempre hemos aceptado como fidedignas!
Este Gobierno ha hecho un esfuerzo muy importante, a partir del crecimiento económico, para generar muchas más oportunidades de trabajo.
Es muy difícil discutir de esta manera. El asunto de fondo es que logremos sobrepasar la idea de que el único que pierde es el Gobierno y que se debe obstruir todo para que le vaya mal, porque, al final, los que dejarán de recibir estos diez mil pesos en sus hogares son las personas que los necesitan. Lo dramático es que son ellos los que pierden, no el Gobierno.
Por eso, invito a los colegas de la Oposición a cambiar de actitud. Reconocemos que hemos cometido errores en el manejo del Gobierno. Muchas veces hemos pecado de soberbia. Creíamos que podríamos solucionar todo durante los primeros dos años, en circunstancias de que no ha sucedido así. Eso generó grandes expectativas en la ciudadanía y demoraremos mucho más en satisfacer sus necesidades.
De ahí mi invitación a cambiar de disposición y a contribuir en la construcción de un país mejor. Si eso ocurre, ganarán los trabajadores. Espero que de verdad tengan un cambio de fondo. De esa forma, estos diez mil pesos llegarán a los hogares de los chilenos que más los necesitan.
He dicho.
El señor MELERO (Presidente).- Tiene la palabra el diputado señor Roberto León.
El señor LEÓN.- Señor Presidente , si el diputado Ortiz dijo que las cifras no alteran la economía ni la cesantía, lo hizo porque, como bancada, nos preocupamos de estudiar el tema y de informarnos.
En su momento invitamos al doctor en Economía y profesor universitario Antonino Parisi , quien planteó que nuestra economía perfectamente permite un ingreso mínimo de 200 mil pesos sin producir cesantía.
Podríamos argumentar que dentro de los economistas hay visiones distintas, estamos de acuerdo; que algunos tienen una posición y otros, una distinta, es posible; pero como Congreso Nacional estamos llamados a lograr acuerdos, lo que no ha querido este Gobierno.
Me llamó mucho la atención cuando el ministro de Hacienda manifestó que con este veto sustitutivo se buscaba producir acuerdos en el Congreso. Pensé que era una buena noticia, pero ¿qué pasó? En vez del acuerdo, el veto de nuevo plantea un ingreso mínimo mensual de 182 mil pesos.
Por eso, vemos que el Gobierno no está preocupado de una razón técnica ni de producir acuerdos, sino de dos elementos, en mi opinión. Uno, es la teoría de que este “gallito” hay que ganárselo a la Oposición.
No hay razones técnicas que le permitan sostener que la economía se cae a pedazos si aumenta el valor de la cifra en discusión.
El segundo elemento, el más importante, tiene que ver un poco con lo que dijo el diputado Andrade , en cuanto a que este Gobierno defiende y protege a los empresarios. No lo digo sólo yo, ya que según la última encuesta CERC, más del 60 por ciento de los chilenos cree que éste es el Gobierno de los empresarios.
Ahí está la razón. Este Gobierno defiende a sus amigos empresarios, porque el ingreso mínimo no sólo afectará a quienes señaló el diputado Andrade , sino también a quienes pueden negociar colectivamente, en particular a la gente del agro, quienes también ganan el ingreso mínimo. La gente del agro nos dijo que, por favor, nos pusiéramos duros, porque forman parte de los indignados que hay en Chile. La gente está aburrida.
A mi juicio, el diputado Godoy está equivocado, porque no es lo mismo un rechazo de 60 por ciento a quien gobierna, pues en un minuto determinado se puede producir una crisis política, a una mala evaluación de la Oposición, porque eso el día de mañana puede dar lugar al nacimiento del liderazgo de un caudillo. Pero no tiene que ver con esto.
Queremos lograr acuerdos con el Gobierno en favor de los trabajadores y de la gente que demanda un mejor nivel de vida.
Este es un tema político, en el que el Gobierno no ha sido capaz de escuchar a la gente de la calle, que se encuentra molesta no sólo por los problemas de la educación, sino también por los abusos y por haberse legislado sólo en favor de las minorías privilegiadas.
Los democratacristianos no nos vamos a prestar para tal juego. La Concertación, en su momento, votó en contra de estos guarismos. No podemos dar la espalda a los trabajadores.
Por lo tanto, los democratacristianos vamos a insistir en nuestra posición y vamos a rechazar el veto al proyecto.
He dicho.
El señor MELERO (Presidente).- Tiene la palabra el diputado Guillermo Teillier.
El señor TEILLIER.- Señor Presidente , el Gobierno insiste, una vez más, con su política restrictiva hacia los trabajadores, manteniendo una propuesta de salario mínimo de 182 mil pesos, que fue rechazada por el Senado y por la Comisión Mixta. Pero esa cifra llega de nuevo a la Cámara.
Nos parece que la propuesta representa una política de mezquindad ante el mundo laboral y explica, en gran medida, el rechazo que hoy está obteniendo el propio Presidente de la República y el Gobierno en las últimas encuestas de opinión.
Claramente, la oferta del Ejecutivo está por debajo de las expectativas de los trabajadores, porque no da cuenta de la realidad económica que el propio Gobierno exhibe como un gran logro, cual es el aumento del crecimiento de la economía por sobre el 6 por ciento.
Cabe tener presente que, de acuerdo con la información de la base de datos del seguro de cesantía, 2 millones de trabajadores perciben, en promedio, remuneraciones equivalentes a 1 ó 1,5 salarios mínimos mensuales. Por lo tanto, quienes se ven afectados por el aumento o no del salario mínimo son varios millones de compatriotas.
Dada la magnitud de trabajadores que perciben una remuneración igual o en torno al salario mínimo, su aumento contribuiría enormemente a reducir desigualdades, mejorando la distribución de los ingresos de los trabajadores, tanto en el sector formal como informal.
No se trata de que con esto se pretenda terminar con las desigualdades, como se ha dicho acá, lo que es poco menos que imposible, sino que, sencillamente, de acortar la enorme desigualdad que persiste en nuestro país desde hace ya tantos años, que prácticamente se ha mantenido inalterable.
En definitiva, un alza en el monto del salario mínimo implica una mejora en la equidad y un alza del poder adquisitivo, que debe incidir en el aumento de la producción y favorecer a la pequeña empresa, cuyos principales clientes son los trabajadores.
En conversaciones con directivos de las organizaciones de las pequeñas empresas, me han hecho ver que apoyan, incluso, a la Central Unitaria de Trabajadores en sus pretensiones de que el salario mínimo sobrepase los 190 mil pesos.
Se ha hablado de un crecimiento económico por sobre un 6,5 por ciento; de una tasa de desempleo que alcanza a un 7 por ciento; de una inflación proyectada para 2012 de 4,3 por ciento, y de un alza en los alimentos de 6,8 por ciento, en el período comprendido entre julio de 2010 y abril de 2011. Todos esos índices, que son los oficiales y que el Gobierno plantea como muy positivos para el país, no responden a las expectativas de los trabajadores.
La economía aparece creciendo a un buen ritmo, como lo demuestra la última cifra del Imacec; se están creando empleos -esto ha sido ampliamente celebrado por el Gobierno al dar a conocer la última cifra de desempleo, ocasión en la que, además, se destacó el aumento del empleo asalariado-, por lo que el fantasma de la cesantía no debiera constituir una amenaza creíble que impida realizar un esfuerzo encaminado a mejorar la distribución del ingreso en el país, mejorando las condiciones de vida de los trabajadores que perciben un salario en torno al ingreso mínimo.
Por otro lado, la economía ha registrado un aumento sostenido en el nivel de precios, especialmente de bienes y servicios de primera necesidad, alimentos y transportes, y las proyecciones dan cuenta de que este incremento se mantendrá en los próximos meses, afectando severamente el poder adquisitivo de los trabajadores asalariados.
Desde esa perspectiva y dado el entorno señalado, la propuesta de reajuste del salario mínimo que formularon los trabajadores, especialmente los organizados en la CUT, es razonable y atendible. Nosotros agregamos que el crecimiento económico no se puede seguir sosteniendo ni afianzando sobre la base de la precarización del empleo y a costa de los trabajadores.
Por ello, la bancada comunista votará en contra de la observación del Presidente de la República , porque está lejos de la solicitud de los trabajadores.
Si el Gobierno manifestara una voluntad distinta y una actitud más constructiva respecto de los trabajadores, que se llevan todo el esfuerzo del desarrollo del país, pero que reciben tan poco a cambio, estaríamos en posición de votar a favor, pero vemos que no hay una mejor disposición de su parte. Por eso, votaremos en contra.
Los trabajadores sabrán distinguir quiénes son los responsables de que no exista un salario mejor para ellos; no es la Cámara de Diputados, porque, en verdad, no puede incidir en el aumento del reajuste. Es sencillamente el Gobierno, y éste tendrá que explicar por qué no quiere subir el salario mínimo si las condiciones del país son tan buenas.
He dicho.
El señor MELERO ( Presidente ).- Tiene la palabra el diputado señor Ramón Farías.
El señor FARÍAS.- Señor Presidente , el proyecto aprobado por el Congreso Nacional carece actualmente de normas de reajuste del salario mínimo y de reajuste del monto de asignación familiar. Por esta razón, el Ejecutivo repone dichas normas e introduce, entre otras, las siguientes modificaciones:
Se establece el monto del ingreso mínimo mensual en 182 mil pesos para los trabajadores mayores de 18 años de edad y hasta de 65 años. Será de 135.867 pesos para los trabajadores mayores de 65 años y para los menores de 18 años. El monto del ingreso mínimo mensual que se emplea para fines no remuneracionales se eleva de 110.950 a 117.401.
En definitiva, la nueva propuesta del Gobierno de incremento del ingreso mínimo mensual para el período junio de 2010 a junio de 2011 es de 5,8 por ciento nominal, lo que representa un aumento real de 2,5 por ciento.
La pregunta que se debe resolver es si tal incremento responde a la situación actual del país.
Sólo apuntaré a que el crecimiento del país se proyecta en una cifra que bordea el 7,0 por ciento, de manera que era posible que el Ejecutivo hubiera hecho un esfuerzo que se acercara más a la mencionada cifra, por lo menos para el período que se está discutiendo.
Como señalé en la oportunidad anterior, y vuelvo a reiterar ahora, se quiere instalar a nivel de la opinión pública, como un criterio técnico, el hecho irrefutable de que una excesiva alza del salario mínimo -lo dijo el diputado Godoy y otros parlamentarios de Derecha- generaría desempleo y, por lo tanto, jugaría en contra de quienes se pretende beneficiar, los trabajadores y sectores vulnerables de la sociedad. Sin embargo, de ninguna forma esto puede ser un elemento determinante, ya que no existen estudios que corroboren en forma absoluta este criterio “técnico”.
Por otra parte, ese criterio “técnico” proponía una cifra cercana a 180 mil pesos, que hoy alcanza a los 182 mil pesos. De manera que es el propio Ejecutivo el que no se ha ceñido a él; luego, es posible solicitar al Gobierno un nuevo esfuerzo para beneficiar a los trabajadores más vulnerables del país.
Las verdaderas trabas y dificultades de las micro, pequeñas y medianas empresas no es el ingreso mínimo como el que se discute, que en definitiva no producirá un costo que no puedan absorber, sino el hecho de que se ven obligadas a pagar altos costos energéticos a las grandes empresas oligopólicas de servicios que, por medio de tarifas excesivas, alimentan sus propias ganancias y constituyen una limitante importante en materia de costos, sin dejar de lado el encadenamiento productivo al cual están sujetas las microempresas, que les significa estar bajo la subordinación de las demandas de las grandes, asumiendo los riesgos de competitividad y los ciclos económicos recesivos.
Tampoco se aborda seriamente el tema principal, que es una política económica a largo plazo que verdaderamente apoye a las pequeñas y medianas empresas con miras a aumentar, por medio de una serie de instrumentos, la baja productividad de las mismas, mediante inyecciones de subsidios, accesos reales a nuevas tecnologías, para asumir, sobre todo, los altos costos energéticos.
En definitiva, mi voto será de abstención, aunque, como viene redactado el proyecto, hubiese sido mejor rechazarlo. Además, el Gobierno pudo y debió hacer un esfuerzo adicional, y no postergar las aspiraciones de un gran número de trabajadores cuyos únicos ingresos lo constituyen el salario mínimo, cuyo monto hoy se discute, más aún si se considera que los alimentos, el transporte y el combustible han sufrido considerables alzas, de forma que hoy es un imperativo moral, necesario y urgente garantizar una existencia básica a nuestros trabajadores.
Por ello, a los menos, deberíamos haber aprobado la propuesta de 190 mil pesos mensuales presentada por la CUT. Hoy vemos las grandes ganancias de las mineras y de todas las grandes empresas; pero, por otra parte, se escatiman esfuerzos para aumentar de manera más significativa el monto del sueldo mínimo.
¡ Presidente Piñera , usted pudo y no quiso! ¡ Presidente Piñera , una vez más, usted no escuchó a la gente! ¡ Presidente Piñera , por esto se está quedando tremendamente solo; las encuestas así lo demuestran y los trabajadores así lo entienden! ¡ Presidente Piñera , usted pudo y no quiso!
He dicho.
El señor MELERO (Presidente).- Tiene la palabra el diputado Ernesto Silva.
El señor SILVA .- Señor Presidente , en primer lugar, si la Concertación quiere buscar acuerdos, no se nota, porque lo único que se ha hecho a lo largo de la discusión de este proyecto es hacer esfuerzos, pero la Concertación no quiere acuerdos.
En beneficio del país y, especialmente, de los trabajadores, eso tiene que cambiar, porque o se aprueba el salario mínimo propuesto o la Concertación deja sin aumento a los trabajadores. Ésta es una propuesta importante, que aumenta en 10 mil pesos el salario mínimo, que significan 120 mil pesos en un año.
Hoy he escuchado distintos argumentos, pero me preocupa que la Concertación no quiera llegar a acuerdos. Se dijo que nos pusiéramos de acuerdo en ciertos criterios. Pues bien, lo intentamos, y llegamos a acuerdo en esos criterios en una comisión de expertos; pero no le gustan esos criterios. Después, el Gobierno hizo un esfuerzo adicional, pero tampoco les gusta.
El problema es la equidad, que se quiere resolver con el salario mínimo. Pero, en el fondo, ése nunca ha sido el mecanismo, y las personas que observan esta sesión en sus casas saben que la política social que se ha ido implementando, tanto por los gobiernos de la Concertación como por éste, busca enfrentar la problemática de las personas más pobres de distinta manera, así como la realidad del trabajo con otros instrumentos.
Hoy ha salido una nueva veta de argumentación relacionada con las pymes. Pero la Concertación fue gobierno durante veinte años, y ahora está tratando de ser Oposición. Ojalá lo haga con espíritu de colaboración.
El 80 por ciento de los trabajadores que reciben salario mínimo están en empresas de menos de cincuenta personas. Entonces, será muy difícil ponerse de acuerdo, a pesar de los esfuerzos que ha hecho el Gobierno.
En segundo término, es necesario recordar qué efectos produce el salario mínimo. El primero es en quienes lo reciben. Algunos dicen que la propuesta de aumento del salario mínimo del Gobierno es miserable. Después quizás vamos a discutir cuán miserable puede considerarse lo que se ha hecho en la historia de Chile en los últimos veinte años, pero 120 mil pesos al año es un aumento que muchos trabajadores necesitan.
Obviamente, todos quisiéramos que el aumento fuera mayor; pero el efecto en el salario mínimo también se produce también respecto de quienes lo pagan. Y en este punto se genera nuevamente una discusión. Hoy, quienes pagan salarios mínimos en Chile son, principalmente, pequeños empresarios, emprendedores, como, por ejemplo, una persona que tiene un taller con dos o tres trabajadores y que realiza un gran esfuerzo. Además, a partir del 1 de julio, como consecuencia de la implantación de la reforma previsional en su siguiente etapa, tendrá que pagar 1,5 por ciento más en el costo del seguro de invalidez; por lo tanto, también están aumentando sus costos. Pues bien, esa persona que tiene tres trabajadores deberá asumir un costo adicional de 360 mil pesos al año. ¡Y queremos que en Chile haya más emprendimiento!
En tercer lugar, me referiré a quienes hoy no están trabajando, pero tienen ganas de hacerlo.
Aquí se ha dicho de todo, pero la evidencia existente en Chile señala que los reajustes del salario mínimo, en algunos momentos de los últimos veinte años, han aumentado el desempleo entre los más jóvenes, especialmente entre 18 y 24 años. Alguno podría decir que quería que eso pasara, para promover mayores ingresos en otros grupos de la sociedad, como en mayores de 25 años y sus familias, pero las cifras son muy claras al respecto.
Quiero ilustrar lo que digo con un ejemplo. Entre los jóvenes entre 18 y 24 años, el desempleo supera el 19 por ciento; fluctúa entre el 18 y el 20 por ciento. Es decir, uno de cada cinco jóvenes que quieren trabajar no puede hacerlo, en parte debido al salario mínimo. Además, se ha generado un nivel de informalidad salvaje. Y entre los 25 y 50 años, el desempleo sólo alcanza a 6,5 por ciento. En ese sentido, debemos tomar la decisión correcta.
La Concertación crítica muy fuertemente a este Gobierno; pero es bueno revisar lo que se hizo antes. Estuvo bien en mucho de lo que realizó en materia de salario mínimo. Ahora se plantea un nuevo estándar: aumentar el salario mínimo de acuerdo con lo que ha crecido el país. Durante el período de gobierno de la Presidenta Bachelet , el país creció 2,8 por ciento, pero el salario mínimo subió en 1,98 por ciento real. Entonces, hay que ser consistentes en los argumentos.
Durante el gobierno del Presidente Aylwin, la economía tuvo un crecimiento de 7 por ciento, pero el aumento del salario mínimo fue de 2,25 por ciento.
Ahora, sin duda, a todos nos gustaría que el aumento fuera mayor. Pero, aun así, es mayor que los entregados por la Concertación en los últimos años; es un aumento real de 10 mil pesos para los trabajadores, después de una discusión que ha permitido recoger distintas visiones.
Por lo tanto, lo razonable es votar favorablemente las observaciones del Presidente de la República, para evitar que se repita lo que ha pasado en el último mes: tener pendientes a los trabajadores de un reajuste del ingreso mínimo.
He dicho.
El señor MELERO (Presidente).- Tiene la palabra la diputada señora Adriana Muñoz.
La señora MUÑOZ (doña Adriana).- Señor Presidente , considero muy preocupante que en la Cámara de Diputados y en el Senado no logremos ponernos de acuerdo sobre el monto del reajuste del ingreso mínimo. Y es más preocupante aun al escuchar que el Presidente de la República y personeros de su Gobierno apelan y llaman, de manera insistente, a un gran acuerdo nacional para enfrentar la movilización compleja, radical y profunda que están llevando a cabo en el país distintos sectores sociales.
El Presidente de la República ha señalado que la forma de enfrentar y de resolver estos problemas es a través del diálogo y del acuerdo. Pero surge de inmediato una pregunta obvia: ¿qué entienden el Gobierno y el Presidente Piñera por acuerdo, atendido lo que cultural y conceptualmente se entiende por tal, sobre todo si consideramos las situaciones bochornosas -ésta es una de ellas- que se han producido en el Congreso Nacional?
Para nosotros, llegar a acuerdo no significa que el Gobierno formule grandes propuestas y que las anuncie con grandes titulares, para después sentarse a la mesa sólo para imponerlas. El acuerdo es diálogo para llegar a un compromiso.
En educación, escuchamos la propuesta que denominaron GANE, el Gran Acuerdo Nacional por la Educación, y si nos gusta, bien, y si no, nos tratan de obstruccionistas y violentistas. Lo mismo ocurre respecto del debate sobre el salario mínimo. Para el Gobierno la Concertación, la Oposición, es la responsable de que los trabajadores no reciban un aumento de 10 mil pesos.
Hemos insistido, en forma majadera, en un criterio, sobre la base de una cifra que hemos puesto en la mesa de discusión, para el reajuste del salario mínimo. Y ese criterio está basado en el crecimiento del país. Esa aspiración no la inventamos nosotros; fue el propio Gobierno, a través de todos los medios de comunicación que controla y domina, cual monopolio, excluyendo a la Oposición de cualquier expresión pública, el que instaló el exitismo en el país al decir: “Estamos creciendo a una tasa de entre 6 y 7 por ciento, lo que es inédito en la historia. Estamos teniendo pleno empleo, lo que también es inédito en la historia”. En año y medio de gobierno de la Alianza, el crecimiento y el pleno empleo aparecen como por arte de magia. Y la ciudadanía los escucha, los observa y, como es lógico, entiende que merece más.
Y aquí también, majaderamente, nos dicen que los reajustes durante los gobiernos de la Concertación fueron mínimos. En ese afán casi extremista del Gobierno de querer compararse permanentemente con los gobiernos de la Concertación, se olvidan de que los procesos sociales, económicos y políticos se dan en contextos históricos, y que es imposible hacer comparaciones mecánicas. ¡Es imposible!
Recordemos que los reajustes del ingreso mínimo que otorgó la Presidenta Bachelet durante su gobierno, de los niveles que ahora se critican, se debieron a que en Chile, en América Latina y en el mundo entero el capitalismo mundial sufría una de las mayores crisis que se han conocido en las últimas décadas. Por eso, no es posible comparar ese momento histórico, preciso, concreto, del desarrollo mundial con el que se está viviendo actualmente en el mundo y en nuestro país. Esa actitud es majadera. ¿Hasta cuándo la tendremos que tolerar?
Hoy gobierna la Alianza por Chile con el señor Sebastián Piñera , que ofrecieron una nueva forma de gobernar y cambios profundos en el país. Y Chile les creyó y los eligió. Por eso hoy el país se moviliza y les exige. Es necesario tener consistencia y coherencia con lo que dijeron y prometieron, porque por esa alternativa apostó el país. Pero ahí tenemos las movilizaciones de los estudiantes, de los ambientalistas y de los trabajadores.
El 6 por ciento de reajuste que la oposición propone para el salario mínimo está en concordancia con el desarrollo del país, realidad que reflejan todas las cifras que se muestran. Sobre la base de ese monto, estamos disponibles para llegar a un acuerdo. No nos rehusamos al acuerdo, pero de rodillas no podemos representar al país en esta Corporación. No somos obstruccionistas, ni “vendepatrias” ni perros del hortelano. ¡Nunca he visto, en la historia reciente de nuestra democracia, a un gobierno tratar a la Oposición de la manera en que nos ha tratado este gobierno! Nos han calificado de esa forma, en circunstancias de que les hemos aprobado más del 95 por ciento de las iniciativas que han ingresado a tramitación al Congreso Nacional. Por ejemplo, con el proyecto sobre el postnatal, han hecho una pirueta a fin de burlar la decisión mayoritaria del Senado y de las mujeres de Chile al recurrir al Tribunal Constitucional para objetar la votación del Senado relativa al universo de mujeres que va a recibir el beneficio. ¡Y ahora nos tratan de obstruccionistas porque luchamos por un reajuste digno para los trabajadores!
Hoy, la gente lucha por igualdad y un mecanismo de redistribución de riqueza, para igualar las condiciones en que viven las chilenas y los chilenos, es la redistribución del ingreso a través del salario mínimo. Pero cuando hablamos de aumentarlo, los colegas de la Derecha repiten, en forma majadera: “Es que está en riesgo el empleo”. Cada vez que discutimos temas que benefician a los trabajadores, se recurre al cuco de la pérdida del empleo.
En la Comisión de Trabajo hemos discutido temas tan sutiles, que nadie podría pensar que van a impactar en el empleo, como, por ejemplo, modificar los procedimientos en los tribunales del trabajo, para hacerlos más expeditos y beneficiosos para los trabajadores. ¡Pero no! También se amenaza con que eso va a afectar el empleo. Ése fue el gran debate de la época. Cuando hablamos de sindicación, también se recurre a ese argumento. Lo mismo sucede cuando hablamos de negociación colectiva.
Hace más de tres años, el diputado Tucapel Jiménez presentó un proyecto de ley para la sindicación automática. En la Comisión de Trabajo y Seguridad Social, en cuatro oportunidades ha estado listo para ser puesto en Tabla; pero, al final, nunca se incluye. Tenemos tres o cuatro proyectos sobre negociación colectiva, pero tampoco se debaten en la Comisión.
Pongamos las cartas sobre la mesa. Es el Gobierno y no la Oposición el que está obstruyendo la posibilidad de que los trabajadores y las trabajadoras tengan un salario mínimo justo, que permita reducir la vergonzosa brecha salarial en Chile. Repito: No es la Oposición quien está obstruyendo.
Estamos ante un Gobierno que entiende los acuerdos como una imposición, que está obstaculizando la clara voluntad del país de mejorar sus condiciones de vida.
Por lo anteriormente expresado, me abstendré en la votación.
He dicho.
El señor BERTOLINO (Vicepresidente).- Tiene la palabra el diputado señor Leopoldo Pérez.
El señor PÉREZ (don Leopoldo).- Señor Presidente, en esta Sala se ha usado mucho el concepto de imperativo moral.
Por su intermedio, señor Presidente , quiero recordar a los representantes de los gobiernos de Izquierda que gobernaron durante veinte años nuestro país que no fueron capaces de aplicar el concepto de imperativo moral cuando tuvieron que legislar sobre el salario mínimo. Incluso, a mi colega Osvaldo Andrade , ministro del Trabajo del gobierno anterior durante tres años, tampoco le vimos una actitud o una disposición para aplicar este supuesto imperativo moral de mejorar la distribución, en un país que es tremendamente desigual, cuestión en la que todos estamos de acuerdo.
En cuanto a los nuevos parámetros para fijar el salario mínimo, que estaría basado en el crecimiento proyectado de la economía, en este año y tres meses del actual Gobierno el país recuperó la senda del crecimiento, dada la confianza de los inversionistas y de quienes emprenden en Chile, en comparación al período, con crisis internacional incluida, en que tuvimos bajas tasas de inversión y de crecimiento.
El Presidente Piñera ha enfrentado los problemas -cuestión que nadie puede discutir- y llama a lograr acuerdos. Por eso, apelo a la memoria de mis colegas diputados y les recuerdo que, durante veinte años, quienes hoy estamos en el Gobierno y que ayer estábamos en la Oposición, les dimos los votos y comprendimos las razones que esgrimían las autoridades de turno, porque entendíamos que estábamos ante un tema país, sin pensar en ventajas políticas pequeñas y mezquinas, con calculadora en la mano, para efectos electorales.
Por último, quiero entregarles un mensaje: No se sigan vistiendo con ropa ajena.
He dicho.
El señor BERTOLINO (Vicepresidente).- Tiene la palabra el diputado señor Fidel Espinoza.
El señor ESPINOZA (don Fidel).- Señor Presidente , en la discusión sobre el reajuste del ingreso mínimo puede haber, legítimamente -es parte de la democracia-, diversas posiciones. Pero cuando diputados, como el señor Pérez , que me antecedió en el uso de la palabra, hablan de imperativos morales y de otro tipo de conceptos, simplemente uno debe sacar la voz por los temas que siempre ha defendido desde esta posición en la Cámara de Diputados: los derechos de los trabajadores y la defensa de ciertos principios, que nunca han estado en la vereda del frente como parte de su agenda.
Señor Presidente, por su intermedio, quiero decirle al diputado Pérez que, si se trata de imperativos morales, quienes estamos sentados en este lado siempre hemos defendido los derechos de los trabajadores, que muchas veces han sido vilipendiados y humillados en el diario quehacer. Cuando ustedes han estado en el otro lado de la vereda, nosotros hemos estado realizando esa defensa, con nuestras virtudes y errores, pero siempre hemos estado en esa línea y hemos actuado en consecuencia.
Digo esto porque me parecen paradójicas algunas afirmaciones realizadas en la Sala, entre ellas las planteadas por el diputado Silva, que dijo que había que valorar la importancia de la propuesta de 10 mil pesos de aumento del ingreso mínimo que hizo el Gobierno.
Señor Presidente , por su intermedio, quiero decirle al diputado Silva , con el mayor respeto, que los 120 mil pesos que él planteó y que constituyen el aumento del ingreso mínimo al año para un trabajador, seguramente, son los mismos que el diputado Silva paga mensualmente en el Club de Golf de Las Condes o que otros parlamentarios cancelan en el Club de Rodeo. Eso es lo que cobran mensualmente. Incluso, me puedo equivocar y, quizás, el monto es mucho mayor. Algunos diputados me corrigen y hablan de alrededor de 300 mil pesos, es decir, el equivalente al aumento anual de tres salarios mínimos.
Entonces, hablemos con claridad. El ingreso mínimo pudo haberse acercado, si hubiese existido voluntad política del Gobierno, a la cifra que la CUT estaba planteando, lo que habría permitido llegar en 2012, por lo menos, a un ingreso de 200 mil pesos, que es lo mínimo que puede recibir un trabajador chileno.
En la discusión anterior, entregué bastantes ejemplos, que hoy quiero reiterar a los colegas parlamentarios que, con su voto, van a aprobar un monto de aumento tan bajo. En gran parte del país, las cuentas de la energía eléctrica fluctúan entre los 20 mil y 40 mil pesos o, incluso, más en los hogares más humildes, que van desde la clase media hacia abajo.
Como dije también en la anterior ocasión, en muy pocos hogares las cuentas de agua están bajo los 10 mil pesos. Todas están, por lo menos, entre 10 mil y 30 mil pesos.
Asimismo, los costos de alimentación de una familia con cuatro miembros, que compra día a día, no bajan de 100 mil pesos, porque ni siquiera tienen la posibilidad de comprar en el supermercado. La gente que gana el ingreso mínimo vive así y compra todos los días en el almacén de la esquina.
En mi pasada intervención planteé al señor ministro que, generalmente, la gente en el sur no compra el pan, sino que lo hace la dueña de casa. Por consiguiente, allá el quintal de harina es un elemento fundamental y, dependiendo de la zona del país, cuesta entre 16 mil y 24 mil pesos.
Por un lado, el costo de la vida ha ido en aumento sostenido y, por otro, se dice que el país crece de manera increíble. El propio Presidente de la República lo ha repetido en sus discursos dentro y fuera de Chile. Hace unos días, en México, volvió a plantear los grandes índices de crecimiento que ha tenido Chile y que, bajo su administración, el país prospera de manera inusitada.
Cuando el Presidente plantea ese discurso dentro y fuera del país, lo mínimo que debería existir es una cierta correlación con lo señalado y decir. “Si estamos tan bien en esta vuelta, porque le está yendo bien al país, a los trabajadores también les irá un poquito mejor”, lo que no se cumple en la propuesta del Gobierno, por eso algunos colegas van a abstenerse y otros la vamos a rechazar, porque no se condice con lo que el país está creciendo, según lo que ha dicho el propio Presidente .
Con toda honestidad, quiero decir que da lata escuchar en las intervenciones las comparaciones con los gobiernos pasados, en todo. Yo juraba que hoy la ministra vocera de Gobierno iba a salir diciendo que, a diferencia de lo que ocurrió en los gobiernos de la Concertación, esta vez Chile sí clasificó a la segunda etapa de la Copa América. Es lo único que faltó decir, porque nos comparan en todo.
En este momento existen las condiciones económicas para otorgar un ingreso mínimo un poquito mejor. Los 500 pesos que subió el Gobierno son absolutamente insuficientes para lo que ha planteado el propio discurso del Presidente de la República . Por eso, más allá de las legítimas diferencias que puedan existir en esta Sala, que en democracia son absolutamente legítimas, lo importante es que seamos capaces de reconocer, como lo hizo el diputado Godoy , quien dijo: “Hemos sido arrogantes como Gobierno. Hemos creído y prometido tantas cosas”. Es cierto; prometieron muchas cosas y los chilenos creyeron en esas promesas.
Cuando se dijo que iba a haber un cambio, los chilenos creyeron que el cambio también iba en función de mejoras sustanciales en el ingreso mínimo. Incluso, muchos se confundieron cuando se hablaba del famoso sueldo ético de 250 mil pesos, que hoy se ha visto traducido en otros elementos.
El propio Presidente de la República reconoció ayer, en un discurso, que es imposible que un gobierno pueda terminar con la delincuencia. Pero lo dice ahora, cuando ya captó la adhesión de miles de personas que votaron por él, porque dijo que iba a terminar con la delincuencia.
Entonces, en los temas relacionados con los trabajadores también hay que mostrar cierta consecuencia.
Si un Presidente de la República se vanagloria de que al país le va bien y recorre el mundo diciendo lo bonito que viven los chilenos, a ese mismo Presidente le pido consecuencia y que entregue una propuesta de ingreso mínimo mucho mejor, más atractiva y justa para los trabajadores, que vaya en concordancia con el crecimiento, desarrollo y economía pujante que el mismo Presidente se ha encargado de destacar.
El monto del reajuste del ingreso mínimo que se propone no va en esa línea; por esa razón, algunos parlamentarios van abstenerse y otros lo vamos a rechazar, porque no concordamos con la forma en que este Gobierno ha planteado el tema. Los trabajadores chilenos deberían obtener hoy un ingreso mínimo que se acercara a los 190 mil pesos que estaba pidiendo la CUT, para que en 2012 llegara a los 200 mil pesos, que es lo mínimo que los trabajadores deben recibir.
He dicho.
El señor MELERO ( Presidente ).- Señores diputados, como resta un minuto para el término del Orden del Día, pido el asentimiento de la Sala para darle la palabra, hasta por cinco minutos, al diputado señor Robles, pues su bancada es la única que no ha podido hacer uso de la palabra.
¿Habría acuerdo?
Acordado.
Tiene la palabra, hasta por cinco minutos, el diputado señor Alberto Robles.
El señor ROBLES.- Señor Presidente , hace poco tiempo, a esta misma Sala llegó el proyecto de reajuste del ingreso mínimo mensual que envió el Ejecutivo . En esa oportunidad, dijimos que el reajuste que proponía el Gobierno no tenía relación con las expectativas de los trabajadores, pero tampoco con el crecimiento que el país ha experimentado en los últimos meses ni con las expectativas de crecimiento para los próximos meses.
Por lo tanto, es evidente que cuando hablamos del ingreso mínimo mensual, lo que decimos es cuánto incorpora el trabajador chileno al desarrollo productivo del país. En el pasado nos acostumbramos a que recibiera mucho menos de lo que la productividad del país entrega a los demás actores de la economía.
El problema más importante que existe en el país es la desigualdad, sobre todo la desigualdad de ingresos que tienen las familias y los trabajadores. La cantidad de personas que ganan el salario mínimo en Chile y que se benefician con este aumento es muy importante. De hecho, gran parte de las empresas contratistas, del mercado informal y de quienes desarrollan actividades productivas en Chile pagan el sueldo mínimo a sus trabajadores. No hablo de las grandes empresas ni de la minería, sino de quienes laboran en el retail, en las faenas agrarias o en pequeñas empresas que pagan el sueldo mínimo a sus trabajadores.
Por eso, cuando rechazamos el proyecto del Ejecutivo en el Congreso Nacional, pasó a Comisión Mixta, instancia en que el Gobierno no fue capaz de aumentar el monto del reajuste del ingreso mínimo mensual a un nivel racional y acorde con la productividad del país. El Parlamento le dijo al Ejecutivo que el aumento del salario mínimo debía ser mayor. Lamentamos mucho que el Ejecutivo no haya escuchado su voz, la de la gente ni la de los trabajadores, y envíe un veto que propone un reajuste del ingreso mínimo mensual del mismo monto del que ya rechazó el Congreso Nacional.
Por eso, nuestra bancada votará en contra del proyecto y del reajuste por la misma razón que dimos en el pasado y que ahora reiteramos. No vamos a cambiar ahora el criterio, porque el Ejecutivo no ha tomado en cuenta lo que el Parlamento le planteó en las últimas sesiones que celebramos en relación con este mismo proyecto.
Hemos señalado con claridad que Chile debe tener un nuevo trato con sus trabajadores, con el objeto de lograr una mayor equidad respecto de sus ingresos. Si no partimos por el salario mínimo, ¿por dónde vamos a comenzar? La teoría del chorreo que plantean algunos economistas no se da en la realidad; en la práctica, esa fórmula no existe y, por lo tanto, es necesaria una regulación firme del Estado para entregar un mínimo de dignidad a los trabajadores de nuestro país.
Finalmente, anuncio que votaremos en contra de este reajuste propuesto, tal como lo hicimos en la oportunidad anterior.
He dicho.
El señor MELERO (Presidente).- Tiene la palabra el señor Felipe Larraín.
El señor LARRAÍN ( ministro de Hacienda ).- Señor Presidente , quiero contestar algunos de los puntos planteados y hacer una reflexión sobre este proceso.
Éste es el segundo año que me corresponde representar al Gobierno en el debate del reajuste del ingreso mínimo.
Cuando se terminó la tramitación del reajuste del salario mínimo durante el año pasado, muchos parlamentarios de Oposición y de Gobierno solicitaron que llegásemos a un acuerdo y elaboráramos criterios técnicos para determinar el reajuste del ingreso mínimo.
Me tomé en serio ese planteamiento, por lo que formamos una comisión con ese objetivo. En consecuencia, no corresponde a la realidad que se afirme que no hemos escuchado a los interesados en esta materia, ya que estuvimos reunidos con representantes de los trabajadores, de los sindicatos, del mundo académico, de los empresarios, tanto de las grandes empresas como de las pymes y, finalmente, logramos consensuar un documento que fue firmado por todos sus integrantes y que arrojó un aumento de 4,4 por ciento para el salario mínimo, que daba una cifra en torno a 179.500 pesos. Nosotros propusimos subir ese monto a 180 mil inicialmente y ahora lo hemos aumentado a 182 mil pesos, lo que implica 10 mil pesos adicionales al ingreso mínimo mensual para los trabajadores que tienen menos. Por lo tanto, el proceso de conversar, de escuchar y de dialogar se produjo.
Aquí también se ha dicho que las buenas cifras económicas tienen que significar un mayor reajuste del salario mínimo. Efectivamente, esas cifras económicas permiten otorgar un reajuste de 2,5 por ciento real, que es lo que se logra con el 5,8 por ciento de reajuste nominal que se propone.
Aunque algunos expresan que no les gustan las comparaciones, debo señalar que no es correcto el criterio de otorgar reajustes superiores al crecimiento del producto. Nunca se aplicó ese sistema, ni siquiera cuando se produjo el mayor crecimiento de los últimos veinte años, que fue durante el gobierno de don Patricio Aylwin, época en que el incremento promedio del salario mínimo fue de 2,25 por ciento, en circunstancias de que el crecimiento del producto fue superior al 7 por ciento.
Por lo tanto, uno tiene que ser consistente en el tiempo respecto de los criterios. Y los criterios establecidos por la comisión, que me parecen correctos y adecuados, son la productividad y la inflación.
También se ha dicho que el crecimiento del salario mínimo es una forma de disminuir la desigualdad en el país. ¡Qué más querríamos nosotros que ésa fuera la forma de disminuir la desigualdad en Chile, tema que nos preocupa! ¡Pero lamentablemente no es así!
Además, se ha planteado aquí que el salario mínimo no tiene efectos sobre el empleo. Eso es incorrecto. Todas las investigaciones serias sobre la materia, con la excepción de un caso muy puntual que se produjo en un lugar de Nueva Jersey, Estados Unidos, tema que me ha tocado trabajar en detalle, plantean que realmente el salario tiene un efecto sobre el empleo, cuando pasa de cierto nivel.
Por lo tanto, en nombre del Gobierno, hago presente nuestra disposición a conversar y a dialogar siempre. No obstante, la posibilidad de construir acuerdos depende también de la racionalidad de la propuesta alternativa.
Nos gustaría entregar un reajuste mucho mayor. Esperamos que el país continúe creciendo y se siga desarrollando, como lo está haciendo ahora, para seguir mejorando los salarios de los trabajadores, particularmente de los que tienen menos.
He dicho.
El señor MELERO (Presidente).- Cerrado el debate.
Corresponde votar la observación sustitutiva de su excelencia el Presidente de la República al proyecto, iniciado en mensaje, con urgencia de discusión inmediata, que reajusta el monto del ingreso mínimo mensual.
La observación tiene por objeto sustituir los actuales artículos 1° y 2° del proyecto de ley por cuatro artículos signados con los números 1°, 2°, 3° y 4°.
Por tratarse de una sola observación, debe ser aprobada o rechazada en su totalidad. En consecuencia, no procede dividir la votación.
Hago presente a la Sala que todas las disposiciones del proyecto son propias de ley simple o común.
En votación.
-Efectuada la votación en forma económica, por el sistema electrónico, dio el siguiente resultado: por la afirmativa, 57 votos; por la negativa, 23 votos. Hubo 24 abstenciones.
El señor MELERO ( Presidente ).- Aprobada.
-Votaron por la afirmativa los siguientes señores diputados:
Álvarez-Salamanca Ramírez Pedro Pablo; Arenas Hödar Gonzalo; Baltolu Rasera Nino; Barros Montero Ramón; Bauer Jouanne Eugenio; Becker Alvear Germán; Bertolino Rendic Mario; Bobadilla Muñoz Sergio; Browne Urrejola Pedro; Cardemil Herrera Alberto; Cristi Marfil María Angélica; Edwards Silva José Manuel; Eluchans Urenda Edmundo; Estay Peñaloza Enrique; García García René Manuel; García-Huidobro Sanfuentes Alejandro; Godoy Ibáñez Joaquín; Gutiérrez Pino Romilio; Hasbún Selume Gustavo; Hernández Hernández Javier; Hoffmann Opazo María José; Kast Rist José Antonio; Rosales Guzmán Joel; Macaya Danús Javier; Martínez Labbé Rosauro; Melero Abaroa Patricio; Molina Oliva Andrea; Monckeberg Bruner Cristián; Monckeberg Díaz Nicolás; Morales Muñoz Celso; Moreira Barros Iván; Nogueira Fernández Claudia; Norambuena Farías Iván; Pérez Lahsen Leopoldo; Recondo Lavanderos Carlos; Rivas Sánchez Gaspar; Rojas Molina Manuel; Rubilar Barahona Karla; Sabat Fernández Marcela; Salaberry Soto Felipe; Sandoval Plaza David; Sauerbaum Muñoz Frank; Schilling Rodríguez Marcelo; Sepúlveda Orbenes Alejandra; Silva Méndez Ernesto; Squella Ovalle Arturo; Turres Figueroa Marisol; Ulloa Aguillón Jorge; Letelier Aguilar Cristian; Urrutia Bonilla Ignacio; Van Rysselberghe Herrera Enrique; Velásquez Seguel Pedro; Verdugo Soto Germán; Vilches Guzmán Carlos; Von Mühlenbrock Zamora Gastón; Ward Edwards Felipe; Zalaquett Said Mónica.
-Votaron por la negativa los siguientes señores diputados:
Aguiló Melo Sergio; Ascencio Mansilla Gabriel; Carmona Soto Lautaro; Cornejo González Aldo; Chahín Valenzuela Fuad; Espinosa Monardes Marcos; Goic Boroevic Carolina; Gutiérrez Gálvez Hugo; Jarpa Wevar Carlos Abel; Latorre Carmona Juan Carlos; León Ramírez Roberto; Marinovic Solo De Zaldívar Miodrag; Monsalve Benavides Manuel; Ojeda Uribe Sergio; Ortiz Novoa José Miguel; Rincón González Ricardo; Robles Pantoja Alberto; Saffirio Espinoza René; Silber Romo Gabriel; Teillier Del Valle Guillermo; Torres Jeldes Víctor; Vallespín López Patricio; Venegas Cárdenas Mario.
-Se abstuvieron los diputados señores:
Accorsi Opazo Enrique; Andrade Lara Osvaldo; Auth Stewart Pepe; Campos Jara Cristián; Castro González Juan Luis; De Urresti Longton Alfonso; Díaz Díaz Marcelo; Espinoza Sandoval Fidel; Farías Ponce Ramón; González Torres Rodrigo; Hales Dib Patricio; Jaramillo Becker Enrique; Jiménez Fuentes Tucapel; Lemus Aracena Luis; Montes Cisternas Carlos; Muñoz D’Albora Adriana; Núñez Lozano Marco Antonio; Pacheco Rivas Clemira; Saa Díaz María Antonieta; Tarud Daccarett Jorge; Tuma Zedan Joaquín; Vargas Pizarro Orlando; Vidal Lázaro Ximena; Walker Prieto Matías.
El señor MELERO (Presidente).- Despachado el proyecto.
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