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- rdf:value = " El señor MELERO ( Presidente ).- En representación de la bancada del Partido Socialista, rendirá homenaje el diputado señor Juan Luis Castro.
El señor CASTRO (de pie).- Señor Presidente , señores diputados, dirigentes de la Federación de Trabajadores del Cobre, en nombre de la bancada del Partido Socialista, permítanme pronunciar estas sentidas palabras en homenaje a la Federación de Trabajadores del Cobre.
Pocas historias han sido tan memorables como la lucha de los trabajadores del cobre por defender el respeto de sus derechos por parte del Estado. Tengo el orgullo de decir que hoy, 23 de marzo, esta federación cumple 60 años -nada más y nada menos- de lucha y de trabajo por el bien de los trabajadores de nuestro país.
Nací en El Teniente, lugar en el que conocí, trabé amistad y sentí el respaldo de muchos trabajadores del cobre de la ciudad de Rancagua, donde se trazaron sus orígenes y sus objetivos para evitar toda discriminación laboral, defender el carácter estatal de la Corporación Nacional del Cobre y velar por los intereses y el bienestar de los trabajadores, inculcándoles mejores formas de democratización.
Aunque ligada al sector cuprífero, la Confederación siempre comprendió que sus conquistas eran las de todos los movimientos obreros. Por eso, se involucró activamente en la búsqueda de mejores condiciones para todos los trabajadores. De hecho, en 1953 la Confederación fue muy importante para la creación de la Central Única de Trabajadores, presidida por el legendario Clotario Blest . Otro incansable defensor de los derechos de los trabajadores fue el primer presidente de la confederación, don Manuel Ovalle , además de activo militante socialista. De hecho, la Confederación hizo una contribución relevante con el ingreso de sus propios miembros para que la CUT levantara su sede que, en 1973, fue requisada por la dictadura militar.
Fue así como, a poco andar, los trabajadores del cobre tuvieron sus primeros éxitos, como la promulgación de la ley N° 11.828, en 1955, gracias a la cual fue posible mejorar considerablemente hospitales, escuelas, viviendas y sedes sociales y entregar, además, importantes atribuciones a las municipalidades, lo que tuvo impacto, por ejemplo, en El Teniente, donde, hasta ese momento, los beneficios que se concedían dependían de la voluntad de la empresa norteamericana que explotaba los recursos mineros en la zona.
Quiero recalcar que, desde su creación, en 1951, la Confederación abogó por la nacionalización del cobre, lograda sólo 20 años después, en 1971, bajo la presidencia de Salvador Allende Gossens , lo que permitió a Chile dar un salto productivo que agradecemos hasta el día de hoy, aun cuando la privatización se ha instalado fuertemente en la minería.
Pero, la Confederación de Trabajadores del Cobre también ha sido testigo de la violencia del Estado y de la intolerancia de sectores más conservadores, incapaces de comprender las necesidades de los trabajadores y sus familias. Es así como debemos recordar la matanza ocurrida en 1966, en la cual murieron ocho personas en El Salvador, precisamente, porque la Confederación entendía que los problemas de los trabajadores de El Teniente en huelga eran los de todos los trabajadores del país y, por ende, esa terrible experiencia marcaría profundamente a los sindicatos chilenos que seguirían luchando por alcanzar, posteriormente, la anhelada nacionalización del cobre, con el fin de que nunca más los intereses extranjeros se interpusieran a los derechos de los trabajadores chilenos.
Luego de ese importante paso y triunfo histórico del movimiento sindical chileno, la Confederación tuvo que vivir el horror de la represión durante la dictadura militar. Muchos trabajadores murieron a manos de agentes del Estado, como el dirigente Benito Tapia y su ex presidente , Alejandro Rodríguez , ambos asesinados en 1973.
Asimismo, la Confederación fue un bastión de la resistencia y, en 1981, apoyó la huelga más larga de los trabajadores del cobre en aquel período: duró 59 días y sirvió para demostrar al Estado que los trabajadores chilenos todavía eran actores políticos relevantes, por lo cual, incluso, dos años después esta organización y otros sindicatos y movimientos sociales convocaron a la primera protesta nacional que abrió las puertas a la generación de un amplio movimiento por la defensa de los derechos humanos y las elecciones democráticas libres.
Al lograr los chilenos la ansiada democracia, la Confederación siguió adelante como un actor político relevante en pro de los intereses de los trabajadores del cobre y del país.
En 2007, esa organización fue un pilar para la aprobación legislativa del proyecto que se convirtió en la ley de subcontratación, que logró la internalización de casi cinco mil trabajadores subcontratados en Codelco.
A través de la movilización los trabajadores del cobre se hicieron escuchar en una demanda absolutamente legítima que nuestra legislación no era capaz de atender. Gracias a su esfuerzo y capacidad de negociación, cuando las circunstancias lo permitieron, ello se logró y hoy miles de personas han podido acceder a mejores condiciones laborales.
Pero la lucha sigue, porque todavía existen muchas injusticias en el mundo de la minería chilena.
Además, la Confederación se encuentra defendiendo hoy, con justa razón, la creación de un verdadero royalty minero, es decir, un gravamen a las ventas mineras. Hoy, mantener esa posición, constituye una principal causa.
Aprovecho esta oportunidad para rendir un sentido homenaje a quien fuera durante años un incansable luchador por los derechos laborales, el ingeniero, militante socialista, fundador y presidente de la Confederación de Trabajadores del Cobre, el ex diputado Héctor Olivares Solís , quién nos dejó en 2009, a la edad de 84 años.
Hijo de nuestra tierra rancagüina, representó en cuatro períodos la función parlamentaria; aportó a la nacionalización del cobre y cumplió un papel fundamental en la aprobación de distintas leyes que permitieron mejoras laborales.
Vivió la represión, estuvo en la Isla Dawson y en el exilio en Venezuela, desde donde regresó para incorporarse decididamente a la recuperación de la democracia en nuestro país.
Como sabemos, en 2010 quedó en evidencia la necesidad de mejorar las condiciones laborales en las que se desempeña toda la minería en Chile. Y nuestra tarea, como parlamentarios, será la de abrir caminos para que esto se haga en conjunto con los trabajadores.
Más democracia y más participación sindical en las decisiones que afectan a los trabajadores es un desafío; un verdadero royalty minero, una herramienta para el desarrollo de la nación y del país en igualdad de condiciones laborales entre trabajadores contratados y subcontratados, debe ser el norte hacia el cual tenemos que orientar nuestra actividad política a fin de lograr una sociedad más justa.
Por ello, este sentido homenaje del Partido Socialista a la Confederación de Trabajadores del Cobre, recordando su histórica lucha por el bien de Chile y de sus trabajadores.
¡Vivan los trabajadores del cobre, viva Chile!
Muchas gracias.
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