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- rdf:value = " El señor ARAYA (Vicepresidente).- Tiene la palabra el diputado señor Alfonso de Urresti.
El señor DE URRESTI.- Señor Presidente , de la discusión que hemos escuchado en esta Sala, comenzamos a vislumbrar algunas luces al final del camino. Señor Presidente , por su intermedio deseo expresar que me parece bien que el diputado Eluchans , quien ha trabajado de manera rigurosa el tema, sostenga -no sólo lo dijo hoy, sino que lo ha señalado en algunos foros en que hemos coincidido- que hay que modificar el actual sistema electoral, que mantiene un empate político perfecto entre oficialismo y oposición, independientemente del gobierno de turno.
El inciso final del artículo 51 de nuestra Constitución Política establece que “En ningún caso procederán elecciones complementarias”. Esta norma, que está sacralizada en la Carta Fundamental, denota que quienes la redactaron -sin la participación democrática y popular de todos los sectores de esta sociedad- miraban con suspicacia y preocupación la posibilidad de tener que consultar al soberano ante una vacancia parlamentaria por muerte o inhabilidad sobreviniente, es decir, tener que llamar a elección complementaria para llenar ese cupo. Por eso, establecieron un sistema electoral binominal, el cual, salvo mayoría contundente que permita a la lista más votada doblar el porcentaje de votos de la segunda con mayores preferencias, elige un candidato del bloque de gobierno y otro del bloque opositor.
Con dicha norma constitucional borraron el sistema de elecciones complementarias existente en la Constitución de 1925, que permitía, además de llenar la vacante, medir el apoyo ciudadano al respectivo conglomerado político. Repito, con la consagración de ese inciso final, lo que hicieron fue simplemente sustraer de los ciudadanos la posibilidad de elegir a sus representantes. Por eso, hoy en el Congreso Nacional existe la paradoja de que senadores de la República fueron elegidos pese a no haber recibido ni un solo voto en su vida. Igual situación se repite en la Cámara.
Entonces, es completamente válido preguntarse cómo se le explica, por ejemplo, a la ciudadanía de la Región de Los Ríos la razón por la cual tiene un senador que jamás ha sido votado, que jamás ha participado en elección alguna en esa circunscripción y que ni siquiera está inscrito en ella.
También es importante señalar que otros se mantienen gracias a la existencia de un sistema electoral que posibilita el blindaje, lo que les permite correr solos. Este sistema permite la protección absoluta, porque los partidos políticos determinan quién será elegido. Es cierto, la ciudadanía concurre a votar, pero la suerte ya está echada.
Comparto lo expresado por el diputado Eluchans en el sentido de que hay que modificar el sistema electoral. Pero, a mi juicio, este es el momento de reponer la elección complementaria, no en el marco de una eventual reforma al sistema del binominal. La ciudadanía debe elegir con quién llena la vacante de un parlamentario y no la dirigencia de algún partido político o el diputado o senador que opta por renunciar a su cargo para integrar el Ejecutivo . No son estos los llamados a asegurar esa representación; no son los llamados a designar a otro para mejor resolver sus intereses partidistas, escamoteando a la ciudadanía la posibilidad de elegir entre tal o cual candidato. Tenemos que recuperar este ejercicio. Tenemos que modificar el actual sistema para que los ciudadanos, en cada territorio, distrito o circunscripción, elijan a sus candidatos y tengan la posibilidad de optar entre varios, no como ocurre hasta hoy, que las directivas de los partidos determinan el reemplazante.
De no cambiar el sistema, muchos se presentarán como candidatos y, en caso de ser elegidos, dejarán pasar un plazo de, por ejemplo, cinco meses, para optar por integrar el Ejecutivo , dejando a miles de ciudadanos sin representación.
Entonces, avancemos y modifiquemos nuestro sistema electoral, creemos un sistema proporcional mayoritario, repongamos las elecciones complementarias y modifiquemos el sistema de inscripción electoral. Entendamos que si a la restricción del binominal y a esta facultad que tienen las cúpulas de los partidos para reemplazar a los parlamentarios en caso de vacancia, le sumamos que hasta el día de hoy no tenemos inscripción automática, estaremos excluyendo y dejando sin participación no sólo a esos cuatro millones de chilenos y de chilenas que no están inscritos en los registros electorales, sino también a todos esos ciudadanos que, entre gallos y medianoche, quedaron sin senador o diputado .
Eso atenta contra la calidad de la democracia, contra la representación popular y contra el derecho que tiene todo ciudadano de elegir democráticamente y con su voto a quien lo va a representar.
A mi juicio, hay que establecer que las vacantes de diputados que se produjeren dentro de los tres primeros años del período legislativo, debieran proveerse mediante elección complementaria. Ahora bien, si restare menos de un año, sea que la vacante se produjere por muerte, por inhabilidad sobreviniente o por asumir otros cargos, la vacante no debiera proveerse. Con todo, es fundamental establecer, como principio básico, en la norma constitucional y en las leyes orgánicas constitucionales sobre votaciones populares y escrutinios y de los partidos políticos, la posibilidad cierta de las elecciones complementarias, disposición que estaba consagrada en la Constitución de 1925.
No le tengamos miedo a la competencia. En estos días, muchos están preocupados y quieren que los partidos les aseguren sus cupos, que no les pongan competencia. Hay autoridades que tienen temor a la elección ciudadana, a pasar por las urnas, a la competencia. Temen que vengan otros liderazgos. No podemos seguir amparando eso.
Repito, avancemos en una reforma y establezcamos la elección complementaria como principio fundamental del ejercicio democrático. Ojalá que la opinión de todos los parlamentarios que se han manifestado a favor, se traduzca en inscripción automática y modificación profunda del sistema binominal.
Por último, vamos a votar favorablemente el proyecto.
He dicho.
"
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