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El señor ARAYA ( Vicepresidente ).- Tiene la palabra la diputada señora Mónica Zalaquett.
La señora ZALAQUETT (doña Mónica).- Señor Presidente , me resulta tan sorprendente ver cómo han aumentado los robos en los cajeros automáticos y cómo los delincuentes buscan cada vez formas más novedosas para delinquir, como el hecho de que en esta Sala no estemos de acuerdo en buscar una solución efectiva a este mal que afecta a todos los chilenos.
Como dijeron los diputados García y Calderón: basta de colores políticos, estamos ante una realidad que necesita una solución urgente y el proyecto apunta en esa dirección.
Según información entregada por la Subsecretaría de Prevención del Delito, el 63 por ciento de los robos a cajeros automáticos se hace utilizando la técnica del vehículo vaquero, mediante la cual se utilizan vehículos para lacear y arrancar cajeros, pudiendo llevarse con ellos hasta 60 millones de pesos.
A través de esta metodología, se cometen dos delitos: el robo del auto a través del cual se arrancará el cajero y el robo del mismo cajero. Esto sucede, en gran parte, porque el costo de hacerlo -es decir, la pena asociada al delito- es demasiado baja.
Desde esa perspectiva, resulta de gran relevancia aumentar la pena asociada al delito. No podemos olvidar que actualmente el servicio que prestan los cajeros automáticos o dispensadores de dinero es muy importante para la población, pues ellos permiten acceso igualitario a recursos financieros de manera expedita, que hasta hoy era segura.
Además, ello permite que los ciudadanos no se vean en la necesidad de andar trayendo consigo grandes sumas de dinero, ni tampoco tenerlo en sus casas. Eso incentivaría aún más el robo domiciliario.
Asimismo, permite tener acceso al dinero sin limitaciones de horario de funcionamiento de los bancos ni por la existencia de una sucursal en la comuna o ciudad.
Finalmente, los cajeros cumplen el objetivo de acercar a los bancos y sus servicios a la gente, lo que debemos cuidar, porque la gente requiere hoy, en pleno siglo XXI, de esos servicios.
Porque es necesario cuidar aquellas cosas que nos facilitan la vida, creo fundamental aumentar la pena a la que se puede exponer el delincuente para desincentivar la comisión de ese delito, el cual no sólo perjudica al dueño del cajero y del dinero allí contenido, sino también a las miles de personas que se sirven de él.
Además, no podemos olvidar que, en algunas ocasiones, esos robos se producen en lugares con concurrencia de público, y aun cuando se realicen de noche, cuando están deshabitados, hay un perjuicio a los trabajadores de esos lugares y al público que concurre a ellos. ¿No debemos protegerlos a ellos también?
Por otra parte, es fundamental que los bancos implementen las medidas necesarias para desincentivar esos delitos; ellos son los primeros responsables en impedir que sucedan, y en esta tarea deben ser proactivos, implementando tecnologías de punta para evitar la comisión de esos ilícitos. Así, una medida que no puede esperar más es el entintado de los billetes, lo que los inutiliza después de cometido el delito.
Los bancos son los principales afectados por estos hechos, al igual que la ciudadanía. Desde esa perspectiva, debiesen ser agentes en evitar que esos robos sigan sucediendo.
Nosotros, como legisladores, debemos velar por proteger a quienes se ven afectados en el día a día por estos delitos: las personas que se sirven de los cajeros automáticos para efectuar giros, depósitos y otros servicios que éstos ofrecen. Sin embargo, junto con el mejoramiento de la legislación vigente, es necesario revisar el actuar del Ministerio Público y de los tribunales de justicia. Hacer más eficaz el combate contra la delincuencia no sólo requiere de leyes mejores y penas más altas, sino también que los demás actores tengan las herramientas para la persecución y sanción del delito.
Finalmente, no podemos seguir permitiendo que estos hechos violentos afecten la tranquilidad de las personas y les impidan acceder de manera segura a los servicios a través de esos dispositivos.
El proyecto da una importante señal de que no vamos a permitir que la delincuencia nos impida realizar nuestra vida con tranquilidad y en normal desarrollo. No vamos a permitir que por figuras delictuales superadas por la realidad algunas personas vean en el delito una oportunidad de obtener ganancias a bajo costo. Estos delitos no se producen sólo contra los bancos, sino también contra todos los que queremos vivir en paz.
He dicho.
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