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- rdf:value = " La señora ALLENDE.- Señor Presidente, parto señalando que, efectivamente, es en el actual Gobierno cuando vamos a aprobar el proyecto sobre el aumento del posnatal.
Pero esta materia tiene su historia.
Que la crianza de los niños sea compartida por el padre y la madre es un tema cultural. Por desgracia, pocas veces vimos en nuestra sociedad una actitud tendiente a considerar eso un bien superior. Se ha cargado sustantivamente la responsabilidad a las mujeres, quienes siempre deben responder por el posnatal, por la maternidad, por llevar a los niños al consultorio cuando estos enferman. En fin, siempre ha sido igual.
Me acuerdo que hace muchos años varios parlamentarios empezaron a hablar en la Cámara de Diputados acerca de la necesidad de extender el posnatal.
Al respecto, debo reconocer que el Senador señor Ruiz-Esquide bastante tiempo atrás se refirió a la idea de que el posnatal fuera de 6 meses y a los beneficios que ello reportaba.
Muchas veces en esa rama del Parlamento firmamos proyectos de acuerdo mediante los cuales se solicitaba el envío de una iniciativa para ampliar a 6 meses el posnatal por el bienestar del niño y por los beneficios involucrados, que, como son ampliamente conocidos, no es necesario repetir.
Pese a ello, me dolía ver que no avanzábamos en cambiar el hecho de que la maternidad siempre se les cargaba a las mujeres.
Si bien lamento sinceramente no poder decir: "Esta ley la hicimos en nuestro Gobierno", sí quiero destacar que durante la Administración de la Presidenta Bachelet se invirtió en salas cunas y en jardines infantiles como no lo ha hecho ningún Gobierno hasta ahora; menos el actual, que incluso redujo el presupuesto para dichos establecimientos, en circunstancias de que estos son la piedra angular del inicio de la socialización de un niño. Y todos sabemos las consecuencias que podría acarrear no contar con ellos.
Es más: nuestro país siempre ha tenido una de las más bajas tasas de empleo de mujeres, entre otros motivos, porque existen muy pocas salas cunas y jardines infantiles.
Y si yo me alegro del Gobierno de la Presidenta Bachelet , fue por el énfasis que puso en la educación preescolar, así como en una reforma previsional que no ha tenido parangón en la historia del país y que, en términos presupuestarios, representa diez veces más de lo que involucra la ampliación del posnatal. Y ello, además, sin hacer distinción alguna. Porque no solo se llegó a abarcar al 60 por ciento de las mujeres con menos recursos, sino que no se discriminó entre mujer trabajadora, independiente o dueña de casa, a la cual pocas veces se le hace un reconocimiento.
Que me hubiese gustado coronar toda esa mirada de apoyo a la mujer con un proyecto como el que ahora estamos aprobando, por cierto que sí. Pero no por eso dejaré de reconocer el avance que aquello significó y la historia que existe detrás.
Aquí se nos señalaba que hay que decir la verdad. ¡Sí! Y ahora estamos manifestando una verdad bien clara: este proyecto entró de una manera y salió de otra, gracias al Senado, en primer lugar, y después, al acuerdo alcanzado en la Cámara de Diputados luego de muchos meses.
Fue en nuestra Corporación donde se introdujeron las primeras modificaciones, pues, aunque les dolió, les duela y les dolerá, la "letra chica" con que venía la iniciativa era francamente inaceptable. Lo insólito era que el texto original, pese a proponer un bien que todos deseamos (un posnatal ampliado), quitaba beneficios. Y esto no se podía tolerar.
Esa era la realidad, como aquí se ha recordado.
La cobertura inicial llegaba al 20 por ciento -¡20 por ciento!-, lo cual era absolutamente mezquino. La Concertación planteó que fuera universal, para toda madre trabajadora. Nunca logramos ese propósito, pero por lo menos conseguimos ampliarlo al 60 por ciento.
En todo caso, lamentamos que haya un tipo de mujeres a las cuales no se les reconoce el beneficio. Porque en este país existen las trabajadoras autónomas o por cuenta propia, quienes a veces hasta inician actividades, aun cuando no cotizan. Ojalá pudiéramos estimular -tal idea formaba parte de los objetivos de la reforma previsional impulsada por la Presidenta Bachelet - que estas mujeres de alguna manera empezaran a imponer para que el día de mañana también tuvieran la posibilidad de jubilación.
Quiero hacer un reconocimiento, fundamentalmente, a la Senadora Rincón y al Senador Rossi , como Presidentes de las Comisiones de Trabajo y de Salud, quienes, junto a otros colegas, llevaron adelante la tarea de hacer la crítica y de señalar las razones por las cuales no se podía aceptar el texto original.
Fuimos denostados, descalificados; se nos dijo de todo, porque supuestamente solo pretendíamos perjudicar. Pero ha llegado la hora de decir las cosas como son.
El señor LETELIER ( Vicepresidente ).- Concluyó su tiempo, señora Senadora.
Le concederé un minuto adicional para que termine.
La señora ALLENDE.- Gracias, señor Presidente.
Es un hecho que hoy contamos con un proyecto radicalmente distinto del original.
Sin embargo, deseo formular algunas breves observaciones.
En el artículo 2°, numeral 4), referido a los beneficios de la Ley de Accidentes del Trabajo, se presentan dudas respecto a la base de cálculo del subsidio en caso de declaración de invalidez, parcial o total, o de muerte, cuando se trate de media jornada laboral, con relación a las indemnizaciones y pensiones a que dichas contingencias dan lugar. Sería bueno tener claridad en ese ámbito.
En cuanto al artículo 6°, me sumo a lo que ya se ha señalado. Y por eso lo rechazo. Me parece una pequeñez.
Pero no es lo único.
Quiero decir, a las personas que nos acompañan y que nos acompañaron durante toda la tramitación del proyecto, que las empleadas públicas no serán beneficiarias del subsidio, toda vez que el empleador (el Estado) les mantiene su remuneración. Y este se recupera, evidentemente, cobrando los subsidios en forma directa a los entes pagadores.
Por otra parte, el tope de 66 UF perjudica a una categoría de empleadas públicas: a las que exceden dicho límite. Si recordamos la historia, veremos que ese tope al principio era de 35 UF. Hubo que pelear este punto durante cuatro meses para subirlo. Incluso, se tuvo la pequeñez de llevarlo al Tribunal Constitucional. Se detuvo el proyecto para luego volver a su fase inicial. Comparto que eso no habla muy bien de la forma como ha sido gestionada la iniciativa.
En consecuencia, levanto mi voz en defensa de las empleadas públicas. Porque, si bien el posnatal parental es un nuevo derecho -no estaba contemplado-, la verdad es que resulta doloroso que ellas, que no tenían tope, hoy sí lo tengan. En general, las que superar las 66 UF son mujeres profesionales a las que les ha costado mucho llegar a su actual nivel de remuneración y empleo.
Levanto mi voz por ellas. Me parece lamentable que se las perjudique. El artículo 6º muestra una cierta pequeñez. No debió haber sido así.
Por lo tanto, señor Presidente, manteniendo mis observaciones y expresando mi apoyo al resto del proyecto, voto en contra del referido artículo.
"
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