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El señor GIRARDI ( Presidente ).- Proyecto de ley, en segundo trámite constitucional, que regula la instalación de antenas emisoras y transmisoras de servicios de telecomunicaciones, con segundo informe de la Comisión de Transportes y Telecomunicaciones y urgencia calificada de "suma".
--Los antecedentes sobre el proyecto (4991-15) figuran en los Diarios de Sesiones que se indican:
Proyecto de ley:
En segundo trámite, sesión 22ª, en 1 de junio de 2010.
Informes de Comisión:
Transportes y Telecomunicaciones: sesión 21ª, en 31 de mayo de 2011.
Transportes y Telecomunicaciones (nuevo): sesión 21ª, en 31 de mayo de 2011.
Transportes y Telecomunicaciones (segundo), sesión 44ª, en 16 de agosto de 2011.
Discusión:
Sesión 24ª, en 8 de junio de 2011 (se aprueba en general).
El señor GIRARDI (Presidente).- Tiene la palabra el señor Secretario General.
El señor LABBÉ ( Secretario General ).- El proyecto se aprobó en general en sesión de 8 de junio pasado.
En su segundo informe, la Comisión de Transportes y Telecomunicaciones deja constancia, para los efectos reglamentarios, de que no fueron objeto de indicaciones ni de modificaciones la letra c) del artículo 1°, referida a los derechos municipales por los permisos de instalación de torre soporte de antenas y sistemas radiantes; el numeral 5 del artículo 2°, sobre sanciones a las empresas, y el artículo 3° transitorio, sobre cumplimiento de obligaciones informativas por la Subsecretaría de Telecomunicaciones. Estas tres disposiciones mantienen el mismo texto aprobado en general por el Senado y deben darse por aprobadas, salvo que algún señor Senador, con la unanimidad de los presentes, solicite su discusión y votación.
El señor GIRARDI ( Presidente ).- Si le parece a la Sala, se aprobarán reglamentariamente.
El señor LETELIER.- Pido la palabra.
El señor GIRARDI ( Presidente ).- Puede hacer uso de ella, Su Señoría.
El señor LETELIER.- Señor Presidente , por regla general se procede en la forma indicada. Sin embargo, en esta ocasión vamos a revisar con la Secretaría, por primera vez, el orden correspondiente de los artículos.
Si cualquier Senador pide votación específica de una norma que incluya a alguna de las señaladas por el Secretario General , solicito contar con esa flexibilidad, porque, cuando se despachó el proyecto en la Comisión, no estaba clara la numeración definitiva de los distintos preceptos.
El señor LABBÉ ( Secretario General ).- La Comisión realizó diversas modificaciones al texto aprobado en general, las que fueron acordadas por unanimidad, con excepción de dos, las que deben ser puestas en votación.
Corresponde tener presente que las enmiendas aprobadas por unanimidad deben ser votadas sin debate, salvo que algún señor Senador solicite su discusión o haya indicaciones renovadas.
De las modificaciones aprobadas unánimemente, las recaídas en la letra f) y en el inciso sexto del artículo 116 bis F, contenidos en el artículo 1° del proyecto, tienen carácter de normas orgánicas constitucionales, por lo que requieren para su aprobación el voto de 22 señores Senadores.
El señor GIRARDI (Presidente).- En la discusión particular, tiene la palabra el Honorable señor Prokurica.
El señor PROKURICA.- Señor Presidente , luego de años de anuncios y de tramitación en el Congreso, hoy tenemos la oportunidad de legislar sobre una materia sensible en aspectos esenciales para nuestro país, como el resguardo de la salud de las personas y el acceso a las tecnologías de las telecomunicaciones, ambos derechos actualmente fundamentales para promover el desarrollo social y económico, así como la calidad de vida de los chilenos, y, además, para compensar a los ciudadanos que resulten directamente afectados por la instalación de una infraestructura de esta naturaleza.
La importancia de que el Estado promocione la oportunidad de acceso a las comunicaciones y a la tecnología no solo radica en la responsabilidad de involucrar a la población en la modernización y en la conectividad. Es relevante que al promover el acceso a tales servicios no se vulneren otros derechos de que ya gozan los ciudadanos, tales como el derecho a la propiedad privada, a un ambiente libre de contaminación visual, a la salud y a la prevención en salud de hombres y mujeres por igual, sin ningún sesgo de discriminación económica, social y cultural.
Este proyecto, señor Presidente , ha sido polémico desde sus inicios -por eso mismo se tramitó durante mucho tiempo en la Cámara de Diputados, y fue objeto de una discusión muy importante-, ya que intenta conciliar objetivos que tienen consecuencias contradictorias entre sí.
Por una parte, pretende mitigar los efectos negativos de la instalación invasiva de antenas de telecomunicaciones en barrios consolidados, y también trata de incluir el impacto y la contaminación visual en distintos tipos de ambientes (públicos, privados, patrimoniales, turísticos, naturales, rurales).
No está de más decir que, mientras en las áreas urbanas hoy día nadie quiere una antena cerca de su casa, en el sector rural casi siempre sucede lo contrario: sus habitantes esperan que se levanten torres para contar con servicios de comunicaciones, lo que no siempre es fácil de lograr pues las empresas no tienen interés por instalarlas en esos lugares.
Por otro lado, la iniciativa atiende a la necesidad del desarrollo de las telecomunicaciones (telefonía, Internet, servicios inalámbricos y otros asociados que vendrán en el futuro) a través del aumento de la instalación de torres de gran tamaño y antenas que puedan soportar los sistemas radiantes de varias empresas.
Señor Presidente , la necesidad urgente de contar con un nuevo marco legal se debe en parte a la implementación de nuevos servicios que requieren mayor tecnología. Según los datos entregados por la SUBTEL, será necesario incrementar de 12 mil antenas actuales a cerca de 30 mil, las que no necesariamente deberán ser del mismo porte de las ya levantadas. Por eso el proyecto pretende incentivar la instalación de microceldas y de antenas de menor altura.
Así, establecer un mecanismo de control y uso de instalaciones en forma compartida (colocalización) en un lugar determinado sería posible para no invadir aún más los espacios urbano y rural.
También es de suma importancia conocer que la normativa en análisis busca fomentar el uso de nuevas tecnologías que requieren, como ya dije, microceldas y antenas de menor tamaño.
La iniciativa, además, incorpora por vez primera la opinión de los ciudadanos afectados, directa o indirectamente, en sus derechos a la salud y patrimoniales.
Se les da competencia a las municipalidades, a través del concejo municipal, para pronunciarse a favor de las obras de minimización o mitigación del impacto en la instalación de antenas y, además, se las considera garantes de la realización de tales obras en el plazo de un año. También se le otorga competencia a la Dirección de Obras Municipales respectiva en cuanto al pronunciamiento técnico para autorizar tales instalaciones.
Lo anterior cambia la situación actual, en la cual los vecinos de los barrios donde se levanta una torre no tienen nada que decir al respecto y no reciben compensación alguna, y las autoridades municipales, como el director de obras, ni siquiera son consultadas.
Cabe agregar que, a iniciativa del Honorable señor Chahuán y de otros Senadores que integran la Comisión, se ha establecido un procedimiento en virtud del cual las personas que vivan en un sector donde se instale una torre puedan reclamar una rebaja de sus contribuciones en atención a la disminución del avalúo fiscal, pues el impacto en la plusvalía de la propiedad es uno de los efectos que dicha situación produce.
--(Aplausos en tribunas).
El proyecto que hoy se somete a consideración de la Sala hace uso del principio precautorio: cuando no sea posible determinar con certeza la posibilidad de que las ondas electromagnéticas ocasionan efectos nocivos para la salud o el medioambiente; cuando una evaluación científica preliminar, al tenor de los datos disponibles, no permita establecer con rigor los niveles de riesgo, y cuando no existan evidencias definitivas para afirmar o negar las consecuencias dañinas de tales emisiones, será deber del legislador resguardar a los ciudadanos.
--(Aplausos en tribunas).
A su vez, consideramos el principio de proporcionalidad...
El señor GIRARDI (Presidente).- Ruego a las personas que se encuentran en las tribunas mantener silencio.
Nos parece muy bien que se interesen en esta discusión, pero está prohibido interrumpir al Senador que se encuentra interviniendo.
Puede continuar, Su Señoría.
El señor PROKURICA.- Gracias, señor Presidente.
A su vez, consideramos el principio de proporcionalidad y racionalidad en aras de encontrar un equilibrio entre la libertad y los derechos de los individuos y de la industria, y la necesidad de reducir el riesgo de efectos adversos para el medioambiente y la salud humana, animal y vegetal.
En consecuencia, lograr el equilibrio correcto para que puedan adoptarse medidas proporcionales, no discriminatorias, transparentes y coherentes exige un proceso de toma de decisiones estructurado, el cual, además, ha de tener presente el hecho de que el mercado de las telecomunicaciones debe fluir y funcionar en beneficio de los usuarios.
Por lo tanto, cabe afirmar que la regulación y el control de las emisiones radioeléctricas y la instalación y certificación de las estaciones base competen a diversos organismos vinculados a diferentes campos: telecomunicaciones, salud pública, medioambiente, urbanismo, participación ciudadana -ya la mencioné- y autoridades municipales.
Durante las semanas de debate en la Comisión, tuvimos la oportunidad de buscar el equilibrio entre esos derechos. Por ello, hoy entregamos un proyecto que ha sido elaborado en forma conjunta por Senadores de distintos sectores y cuyo articulado, como se planteó aquí, es producto de enmiendas aprobadas casi en su totalidad de manera unánime.
En cuanto al contenido del proyecto, cabe mencionar las obligaciones de las empresas respecto a los elementos soportantes de las antenas.
Para ello, se define lo que es un área de riesgo y se limita el emplazamiento de antenas (medida de precaución) en lugares como establecimientos educacionales públicos y privados, salas cuna, jardines infantiles, hospitales, clínicas y consultorios.
Por primera vez, se consagra una limitación a la cercanía de una torre de las áreas de riesgo: no podrán emplazarse a una distancia menor a cuatro veces su altura medida desde los deslindes de esos establecimientos, con un mínimo de 50 metros de distancia.
Es necesario, señor Presidente , solicitarle al Ejecutivo que, cuando se extiendan los permisos para levantar antenas, se consignen en ellas mismas, para casos de emergencia, los datos de identificación del responsable de dicha estructura. Digo esto porque hace unos días en Viña del Mar se derrumbó una torre y los vecinos no sabían a quién llamar. Desconocían si pertenecía a la empresa A, B o C, y quién era el encargado de ella. Por lo tanto, resulta importante que tenga una placa que diga: "Esta antena pertenece a la compañía tanto. Llame a tal teléfono". Así, los vecinos sabrán con quién entenderse.
Asimismo, señor Presidente , logramos conciliar la excepción a la norma de instalación para los servicios de utilidad pública. Esta indicación fue presentada por los Senadores señores Bianchi y Horvath y quien habla, con el propósito de excluir de las obligaciones que impone el proyecto a los radioaficionados y a las organizaciones de beneficencia sin fines de lucro (Cruz Roja, hospitales, Carabineros, etcétera), que prestan ayuda en los momentos en que el país enfrenta dificultades.
Cuando la instalación de antenas se realice en áreas de interés turístico y/o patrimonial -esta fue una solicitud formulada por el Senador Horvath-, se determina la aplicación de la Ley de Fomento al Turismo como mecanismo para evitar la contaminación visual de tales lugares.
Se establecen las zonas saturadas de sistemas radiantes en lo que se refiere a las estructuras. Si un sitio urbano ya tiene instaladas dos antenas, una tercera gatillará el sistema de saturación, por lo cual se aplicarán las disposiciones consagradas en esta futura ley para tal efecto. En ese caso, se deberá camuflar la antena; o sea, transformar una estructura fea, de colores llamativos, en otra de mejor impacto visual. En definitiva, cada vez que se levante una tercera torre donde ya existan dos, se aplicará dicho modelo, cualquiera que sea la zona en que ello ocurra.
También se dispone una serie de requisitos para presentar la solicitud de permiso de instalación, tales como planos de cumplimiento, distanciamiento mínimo, estudio del lugar donde se emplazará la torre, memoria explicativa que indique cómo minimizar el impacto urbanístico y arquitectónico de la antena.
Señor Presidente , no sé si me puede dar algo más de tiempo. Me asignaron solo 10 minutos. Yo entiendo que son 15 para cada intervención.
El señor NOVOA .- ¡No corresponde intervenir, señor Presidente!
El señor GIRARDI (Presidente).- En realidad, al que debiera concederle la palabra es al Presidente de la Comisión.
El señor PROKURICA.- ¡Bueno, désela también!
El señor GIRARDI ( Presidente ).- Estoy esperando que usted termine para hacerlo.
El señor PROKURICA.- Concluyo de inmediato, señor Presidente.
Creo que este proyecto de ley concilia distintos intereses: principalmente, la cobertura de las comunicaciones, resguardando la salud de los ciudadanos; el valor de los barrios; la compensación por la pérdida de plusvalía de las propiedades, y el buen funcionamiento del sistema de comunicaciones que todos necesitamos.
He dicho.
El señor GIRARDI (Presidente).- El problema que tenemos es que las enmiendas aprobadas por unanimidad en la Comisión se votan sin debate.
Le daré la palabra el Senador señor Novoa, Presidente de la Comisión de Transportes y Telecomunicaciones, y después abriremos la votación.
El señor NOVOA .- Señor Presidente , yo no voy a intervenir.
Solo quiero que actuemos de acuerdo al Reglamento.
En esta materia se presentaron más de 170 indicaciones. La Comisión trabajó en forma ardua. Recibimos a todas las personas interesadas. Y todas las modificaciones, salvo dos, fueron aprobadas por unanimidad. Reglamentariamente, procedería votarlas sin debate.
Por supuesto, todos los Senadores tienen derecho a expresar su opinión al momento de fundar el voto.
Hay dos enmiendas que fueron objeto de votación dividida y una indicación renovada, que habrá que votar con posterioridad.
Por lo tanto, ahora debieran ponerse en votación las modificaciones acogidas por la unanimidad de la Comisión.
El señor GIRARDI ( Presidente ).- Solicito autorización para abrir la votación respecto de las enmiendas unánimes. Como cada Senador puede fundamentar su voto, quienes quieran intervenir lo podrán hacer.
¿Les parece?
El señor NOVOA.- ¡Hay un reglamento, señor Presidente!
El señor GIRARDI (Presidente).- Tiene la palabra el Senador señor Horvath.
El señor HORVATH.- Señor Presidente , antes de votar, quisiera tener claridad respecto de muchas indicaciones que fueron aprobadas con modificaciones. De las que yo presenté, están en esa situación las signadas con los números 17, 23, 38, 47, 59, 68, 114, 126, 132, 136, 141, 149 y 154.
Me gustaría saber si en esas enmiendas efectivamente se interpreta y se acoge el espíritu de cada indicación.
Por ejemplo, como señaló el Senador señor Prokurica , se propone agregar al inciso cuarto del artículo 116 bis E la siguiente frase: "En caso de zonas declaradas de interés turístico conforme al N° 7 del artículo 8° de la ley N° 20.423 se aplicará el régimen establecido en los artículos siguientes según corresponda.". Y si uno revisa los artículos que vienen a continuación, no queda muy claro el asunto.
Un segundo ejemplo guarda relación con mi indicación número 23.
Entre paréntesis, debo señalar que todas las indicaciones que presenté fueron trabajadas -hay que dar los créditos- con la arquitecto Bérengére Piquemal y el ingeniero electrónico Stéphane Heintz , quienes se dedican a estas materias, sobre todo a buscar medidas para evitar la contaminación electromagnética.
Pues bien, dicha indicación plantea: "Respecto a las zonas saturadas se revisarán periódicamente los límites de exposición, según lo establezca el Reglamento.". Estamos claros en ello.
"Se considerarán en la Ordenanza de la Ley General de Urbanismo y Construcciones, zonas territoriales urbanas y rurales en donde los límites de exposición sean los mínimos" -y se indica el valor pertinente- "para velar por la salud de aquellas personas que realmente no pueden vivir en ambientes electromagnéticamente contaminados" -el señor Presidente es médico- "(patología denominada EHS: ElectromagneticHyperSensitivity). Estas zonas se denominarán Zonas Blancas.".
Entonces, si uno revisa ahora el proyecto de ley, dice: "Tampoco podrán emplazarse torres soporte de antenas y sistemas radiantes de transmisión de telecomunicaciones dentro de establecimientos", etcétera, "u otras áreas sensibles de protección así definidas por la Subsecretaría de Telecomunicaciones".
Bueno, yo entiendo que el espíritu de la indicación ha sido acogido. Pero me gustaría, señor Presidente , tener una señal clara y precisa en este sentido.
Gracias.
El señor GIRARDI (Presidente).- Tiene la palabra el señor Secretario.
El señor LABBÉ ( Secretario General ).- Señores Senadores, tal como se explicó en la relación, las situaciones a considerar en la discusión particular son las siguientes.
Las normas que no han sido objeto de indicaciones en la discusión general ni de modificaciones en el segundo informe deben darse por aprobadas, salvo que un señor Senador, con la venia de la unanimidad de los Senadores presentes, pida la discusión y votación de alguna de ellas.
En cuanto a las enmiendas aprobadas unánimemente por la Comisión, corresponde votarlas sin debate. De ellas, hay dos disposiciones que requieren quórum de ley orgánica constitucional, las que fueron precisadas en la relación.
Además, deberán votarse aparte, primero, las modificaciones acogidas por mayoría en el órgano técnico, y segundo, las indicaciones que se han renovado en la Sala.
Esas son las cuatro situaciones que se dan en la discusión particular.
El señor PIZARRO.- ¿Me permite, señor Presidente?
El señor GIRARDI ( Presidente ).- Solicito que abramos la votación respecto de las enmiendas que se aprobaron en forma unánime en la Comisión, incluidas las de quórum especial. Quienes deseen intervenir lo podrán hacer al fundar el voto.
¿Les parece?
En votación.
--(Durante la votación).
El señor GIRARDI (Presidente).- Tiene la palabra el Senador señor Pizarro.
El señor PIZARRO.- Señor Presidente , entiendo que reglamentariamente usted está sometiendo a votación todas las modificaciones aprobadas de común acuerdo.
El señor NOVOA.- Las unánimes.
El señor PIZARRO.- El problema es que todo el texto significó una búsqueda prácticamente unánime para lograr acuerdos y fijar criterios.
Por lo tanto, a mi juicio, lo razonable era proceder como trató de hacerlo el Senador Prokurica: explicar por qué llegamos al texto propuesto. Y eso no lo vamos a poder hacer porque no discutiremos artículo por artículo.
Me parecía fundamental al menos poder explicar el criterio que usamos para regular esta materia, pues el equilibrio que se trata de buscar en la legislación...
El señor GIRARDI ( Presidente ).- Perdón, señor Senador.
Si hay unanimidad, no veo ningún problema para proceder de esa manera. Y si se quiere explicar...
El señor NOVOA.- Amplíe el tiempo para fundar el voto, señor Presidente.
El señor PIZARRO.- Abra la votación y dé 10 minutos para alcanzar a exponer en términos generales.
El señor GIRARDI (Presidente).- Eso es lo que inicialmente se había propuesto.
El señor PIZARRO.- Pero usted me otorgó solo 5 minutos.
El señor GIRARDI (Presidente).- No hay problema con el tiempo.
Yo soy partidario de que los Senadores, si lo desean, puedan intervenir y fundamentar su voto. Solicito que lo hagan en 5 minutos, pero si alguno requiere 10, por la importancia de este proyecto, se los concederé.
El señor PIZARRO.- ¿Puedo continuar?
El señor GIRARDI (Presidente).- Sí, señor Senador.
El señor PIZARRO.- Gracias, señor Presidente.
Bueno, voy a tratar de reducir al mínimo mi intervención.
Parto de la base de que lo expresado por el Senador Prokurica sobre la necesidad de regular el sector en términos de dar a los municipios un rol mucho más importante en las autorizaciones y en los permisos para la instalación de estas antenas -lo mismo para el Ministerio de Vivienda- constituye un criterio que cruzó todo el trabajo que hizo la Comisión de Transportes, que es bastante complejo.
Otro aspecto fundamental -es el que generará más discusión en esta Sala- consiste en cómo permitir la participación de los vecinos en el proceso de autorización para la implementación de los sistemas de antenas.
Dicho lo anterior, debo manifestar con claridad que es muy difícil lograr un equilibrio que permita, por un lado, garantizar la conectividad a todos los ciudadanos y, por otro, darles a estos la tranquilidad de que la instalación de antenas no afectará su salud, además de contemplar normas mínimas de urbanismo que eviten la contaminación urbana, la instalación arbitraria y abusiva de torres en cualquier lugar, en cualquier establecimiento o en cualquier institución.
Aparte de lo relativo a la participación ciudadana, perseguimos también otro objetivo -en la Cámara se planteó con toda claridad-: ser capaces, a través de esta regulación, de reducir el número de instalaciones, sobre todo las de altura.
Como decía el Senador que me antecedió en el uso de la palabra, lo que busca este proyecto es generar incentivos e instrumentos, a fin de llevar a los operadores a que el tipo de antenas que instalen sean de baja altura y no produzcan ninguno de los problemas que acabo de mencionar. Asimismo, se pretende que las empresas sean eficientes en cuanto al servicio que prestan en materia de conectividad; que se brinde la cobertura adecuada; que se garantice que dichas estructuras en nada afectan la salud de las personas. Y, además, desde el punto de vista urbanístico, que se mantenga el criterio en orden a evitar la contaminación, que no haya un deterioro en nuestros barrios, en los espacios públicos, en las casas o en los sectores donde ellas son instaladas sin participación alguna de los vecinos.
Y esa ecuación es muy difícil de lograr, porque también se necesita mayor cobertura, más eficacia y competencia por parte de los operadores del sector.
Entonces, conforme a la realidad actual, donde lo que impera es la "ley del más fuerte" o el que coloca mayores recursos, lisa y llanamente, estamos en el peor de los mundos. Y de alguna manera lo que se busca con esta iniciativa legal es corregir esa situación.
Necesitamos más competencia en el área. Para que esto ocurra deberíamos, en teoría, facilitar la instalación de antenas a aquellos operadores que deseen entrar al mercado, porque si se deja solo a los que están en él, en la práctica habrá cuatro grandes empresas cobrando servicios caros, que no siempre son eficientes. Por lo menos, las cifras demuestran que, en promedio, pagamos bastante más que otros países, a pesar de que se supone que aquí existen todos los elementos como para contar con un servicio eficaz y mucho más barato.
Por lo tanto, el objetivo de tratar de reducir el número de antenas mediante la colocalización lo hemos tenido que ir adecuando en este texto legal a una realidad de la cual también tuvimos que hacernos cargo en esta discusión. Y ella es que si obligamos a la colocalización -así pura y simple- a todos los sistemas de antenas que existen hoy día, se corre el riesgo altísimo de que se termine con este tema en los tribunales, de manera judicializada y sin la posibilidad de implementar las nuevas normas de regulación que permitan la participación ciudadana, de los municipios, del Ministerio de Vivienda y, lógicamente, la exigencia de las indemnizaciones y compensaciones que se requieran.
Podríamos haber quedado en el peor de los mundos con este asunto en los tribunales. En la práctica, mientras dure la tramitación de cada uno de los juicios que eventualmente entablen las actuales empresas operadoras del sector, lisa y llanamente no sería posible aplicar las disposiciones que estamos tratando de implementar acá.
Menciono lo anterior porque aquí tenemos una diferencia, tal vez la más sustancial respecto del texto aprobado en la Cámara de Diputados, donde sí figuraba con toda claridad lo relativo a la colocalización como una obligación total y absoluta.
Lo que estamos haciendo acá es establecer una serie de disposiciones que incentiven y obliguen a las empresas a colocalizar. Y eso se hace por dos vías: mediante estímulos, que significa evitar aquello de la colocalización, siempre y cuando las empresas instalen antenas de menor altura y cumplan con las normas, o bien, que ellas puedan ser mimetizadas, no provoquen problemas de contaminación urbana, ni generen un daño importante al patrimonio, ni perjuicio de ningún tipo a los vecinos del lugar donde se sitúen.
En consecuencia, lo que buscamos es tratar de generar una regulación que permita que hoy día participen las instancias a nivel local y municipal, con restricciones desde el punto de vista técnico mucho más estrictas. Se pretende que haya una participación de los vecinos que implique también la toma de decisiones sobre determinado marco y, además, indemnizaciones o compensaciones a cargo de las empresas operadoras; reducir el número de antenas de mayor altura y fomentar la instalación de las de menor tamaño -puede que estas sean más caras para dichas empresas, pero son bastante más eficaces en cuanto a cobertura-; lograr servicios más eficientes y baratos para los usuarios; garantizar asimismo cobertura para los sectores rurales, los cuales, a la inversa de lo que sucede en las zonas urbanas, piden la instalación de antenas. Y, además, se busca asegurar de manera total y absoluta que la colocación de ese tipo de estructura no represente ningún riesgo para la salud de las personas.
Por otro lado, hemos renovado una indicación para establecer un plazo de adecuación de la ley en relación con todas aquellas antenas que se encuentran ubicadas en zonas sensibles. Me refiero a establecimientos educacionales, hospitales, clínicas, etcétera, donde hoy día existe una cantidad enorme de ese tipo de instalaciones. Lo que se procura con la indicación es consagrar una exigencia mucho mayor en el sentido de que los concesionarios no podrán mantener torres o sistemas radiantes de más de 12 metros de altura en áreas como las mencionadas. Y con esa finalidad sugerimos un plazo máximo de 12 meses a objeto de verificar el cumplimiento de las distancias establecidas en la disposición correspondiente.
Señalo lo anterior, señor Presidente , porque en la Comisión no hubo acuerdo -perdimos en la votación- sobre la materia. Y nos parece que aquel elemento es básico, por lo menos, para impedir que en las zonas más sensibles existan antenas que signifiquen una complicación, teniendo en cuenta que ellas hoy día han sido instaladas de manera indiscriminada.
Por último, señor Presidente , a mí me parece fundamental que en el tercer trámite del proyecto, en la Cámara de Diputados, se puedan retomar algunos de los aspectos acerca de los cuales no hubo acuerdo, para luego darles solución en una comisión mixta, porque necesitamos esta legislación ahora. Ya ha transcurrido demasiado tiempo sin haberse discutido aquel. Y mientras no contemos con esta normativa, en la práctica, se seguirán instalando antenas sin ningún tipo de regulación. De manera que puede resultar peor el remedio que la enfermedad.
He dicho.
El señor GIRARDI (Presidente).- Tiene la palabra el Honorable señor Novoa.
El señor NOVOA .- Señor Presidente , después de años de tramitación en la Cámara Baja y prácticamente un año de análisis en el Senado, hemos logrado presentar un proyecto de ley que, por lo menos a juicio de la mayoría de los miembros de la Comisión de Transportes y Telecomunicaciones, viene a solucionar los problemas que afectan a la ciudadanía.
En primer término, nos preocupamos, y en forma absoluta -o sea, sin excepciones-, de cuidar la salud de las personas. Por lo tanto, cuando haya una zona saturada de emisiones, no podrán instalarse ahí nuevas antenas.
Quisiera destacar que esta ha sido una materia muy debatida. No existen antecedentes científicos que demuestren que tales emisiones son dañinas; pero, por cierto, es preciso velar por la tranquilidad de la población. Y como una medida de precaución, para evitar males en el futuro, nos acogimos a los estándares de mayor exigencia. Por lo tanto, Chile deberá dictar normas sobre emisiones iguales o más rigurosas al promedio de los cinco países más exigentes de la OCDE, con lo cual estaremos dentro las cinco naciones más estrictas del mundo en materia de emisiones.
--(Aplausos en tribunas).
Otro punto, que también recoge una aspiración de la ciudadanía, tiene que ver con la reglamentación urbana.
Es preciso señalar que a partir de esta ley en proyecto habrá aquel tipo de reglamentación. Hasta el momento ella no ha existido. Y lo que se busca es la participación de los vecinos, compensación para quienes se vean afectados y normas urbanísticas, de manera de minimizar el impacto que producen las antenas.
Sabemos que aquellas son útiles e indispensables en el mundo de hoy. En Chile, prácticamente todas las personas usan celular y lo necesitan por razones de trabajo o familiares. O sea, pasó a formar parte de nuestra vida.
La televisión, Internet y Wi-Fi requieren antenas. Por lo tanto, tenemos que convivir con ellas, pero debemos hacerlo de manera amigable.
En la Comisión se buscaron tres caminos para que esta convivencia resulte más amistosa.
En primer lugar, estimular la instalación de antenas de menor altura. Bajo tres metros, no se exige prácticamente ningún requisito, salvo dar aviso de su instalación. Entre tres y doce metros, se hallan sometidas a un sistema más simplificado, pero igual precisan la autorización de la Dirección de Obras Municipales. Y sobre los doce metros, las exigencias son mucho más estrictas.
En segundo término, es menester procurar la mimetización. Vale decir, que las antenas que se instalen sean amigables con el entorno urbano.
Y también se debe tener en cuenta la colocalización, a fin de impedir que exista una multitud de antenas e incentivar su emplazamiento en lugares donde dos, tres o cuatro operadores puedan compartir la infraestructura.
Tuvimos que hacernos cargo, además, de dos asuntos.
Hay que considerar que no estamos partiendo de cero: existe una realidad que debemos abordar. En tal sentido, pensamos que desde el punto de vista de la saturación urbana, tenían que aplicarse las disposiciones correspondientes. Y no creemos que vaya a haber un problema jurídico, pues se justifica que las normas urbanas se puedan aplicar a las antenas ya instaladas, cuando exista la declaración de zona saturada.
Con relación a las emisiones o a la instalación de antenas en zonas sensibles, la mayoría de la Comisión aprobó hacer exigible un certificado de emisiones. Hay una indicación renovada mediante la cual se solicita que se retiren, dentro de doce meses, aquellas que se hallen emplazadas en áreas sensibles. Por existir dicha indicación, el punto en cuestión se va a discutir más adelante.
Otro tema sobre el cual tuvimos que hacernos cargo dice relación con que no sería conveniente que a raíz de esta legislación en proyecto se cerrara el mercado a nuevos actores.
Para las empresas que en la actualidad cuentan con antenas instaladas habría sido muy conveniente que las futuras disposiciones fueran muy estrictas, a fin de impedir que alguien entrara a participar en el rubro y que no hubiera competencia. Entonces, de alguna forma hubo que equilibrar, crear una reglamentación que no existía, ser absolutamente exigentes en materia de emisiones y en cuanto a las normas urbanísticas, pero, al mismo tiempo, tuvimos que generar la oportunidad para que nuevas empresas participaran, porque a mayor competencia habrá más posibilidad de que los servicios que se presten -no solo en lo relativo a telefonía celular, sino también a Internet- sean más baratos y se hallen al alcance de todos.
Señor Presidente , agradezco la participación de los Senadores miembros de la Comisión de Transportes y de muchos otros que colaboraron presentando indicaciones. Quiero destacar también que hubo una cooperación muy activa de los asesores de distintos colegas, quienes nos ayudaron a terminar la redacción de un texto que, en mi opinión, representa un adecuado equilibrio para los objetivos que se persiguen.
Finalizo señalando una última cuestión.
Lo mejor es enemigo de lo bueno. Nosotros, probablemente, no tenemos un proyecto de ley perfecto, pero insto a que ojalá se convierta en ley lo antes posible, porque mientras hemos estado discutiéndolo en el Congreso nos hemos llenado de antenas que se instalan sin cumplir con ninguna norma. Y ese es, quizás, el reproche más grande que con razón nos puede hacer la ciudadanía.
Gracias, señor Presidente.
--(Aplausos en tribunas).
El señor GIRARDI (Presidente).- Tiene la palabra el Honorable señor Letelier.
El señor LETELIER.- Señor Presidente , estimados colegas, este proyecto, que busca regular la instalación de antenas, resulta necesario porque la industria es irresponsable. En otros países existe la autorregulación. En el nuestro la industria es irresponsable y ha propiciado el uso de una tecnología extremadamente invasiva. Por ello se generó este debate hace más de una década en el Parlamento.
La iniciativa tiene como propósito reducir la cantidad de antenas, evitar el impacto de estas en la salud de las personas y en el patrimonio de los vecinos.
A mi juicio, la propuesta de la Cámara de Diputados es mucho mejor que el texto que se va a aprobar aquí, en la Sala.
Permítanme formular algunas consideraciones preliminares.
La iniciativa establece un conjunto de obligaciones para los concesionarios de servicios de telecomunicaciones que instalen torres de antenas o sistemas radiantes, para lo cual se modifican la Ley General de Urbanismo y Construcciones y la Ley General de Telecomunicaciones. Dadas las actuaciones de las autoridades urbanas municipales (Dirección de Obras Municipales) y la Secretaría Regional de Vivienda y Urbanismo, y considerando los mecanismos de participación -bastante acotados, como explicaré después- de la ciudadanía para definir ciertas obras de compensación, el proyecto debió haber sido discutido también por la Comisión de Vivienda y Urbanismo del Senado. Sin embargo, ello no ocurrió.
Los principales objetivos de la iniciativa en debate se pueden resumir en la necesidad de contar con una buena conectividad en las telecomunicaciones; posibilitar la instalación de una menor cantidad de antenas; disminuir su tamaño y ajustarlas de mejor forma a la realidad urbana de cada ciudad; generar mecanismos de participación ciudadana para su instalación y viabilizar una adecuada regulación del mercado de las telecomunicaciones para permitir el ingreso de nuevos actores que rompan el oligopolio existente en nuestro país. Es decir, busca permitir que los "chicos" ingresen a competir y que ENTEL y otras empresas grandes no tengan capacidad para mantener barreras que se lo impidan.
Aquí bien se ha dicho que en Chile tenemos un sistema de telecomunicaciones caro y que no es bueno. En otros países es mucho más barato, más eficiente y menos invasivo.
El proyecto presenta algunos aspectos positivos, por cierto. El principal es que regula una materia que actualmente no se encuentra sometida a normativa alguna y que ha permitido un conjunto de abusos, como son la instalación de enormes antenas en zonas urbanas, ya sea en predios públicos o privados, sin ninguna preocupación por el entorno urbano, sin compensación alguna a los vecinos y particularmente concentradas en los sectores más pobres.
Además, la situación actual de la instalación de antenas se ha constituido -como señalé- en una barrera de entrada para nuevos actores en el mercado de las telecomunicaciones, debido a la ausencia de normas que establezcan obligaciones para compartir las infraestructuras existentes (colocalización), de modo tal de propender a un uso más eficiente de estas.
La iniciativa en discusión pretende encontrar un mejor equilibrio entre la necesidad de disponer de conectividad, que es un elemento fundamental para el desarrollo, y los derechos de los vecinos y propietarios del entorno urbano, con el objeto de que la instalación de las antenas se haga en el marco de una relación más armónica que contemple incentivos para evitar posibles daños a los habitantes.
Consideramos como aspecto positivo que la ley en proyecto les imponga a los concesionarios que instalen antenas de más de 12 metros, o sea de sobre 4 pisos -quiero subrayarlo, pues esta es la parte de Gatopardo que tiene la iniciativa; y se lo he representado al Subsecretario en varias ocasiones-, en áreas urbanas (porque al área rural la dejan en la absoluta indefensión -igual que ahora-, sin norma alguna que la proteja) la obligación de compensar con obras de mejoramiento del espacio público y cuyo establecimiento se encuentre sometido a mecanismos de participación ciudadana, incluidos los vecinos del entorno, su junta de vecinos, el municipio y el concejo.
Aquello, que se vincula con las antenas de más de 12 metros, es -según expresé- positivo.
Para las antenas de menos de 12 metros no se consulta a nadie. Si la institución quiere, pueden darle un catálogo de mecanismos de mimetización. Pero la opinión de los vecinos no tiene valor vinculante alguno cuando las torres son de menos de cuatro pisos. Y en las poblaciones de la gran mayoría de las comunas urbanas del país conocemos normalmente antenas de esa altura, que son las generadoras del conflicto.
También reviste importancia la creación de áreas saturadas de instalación de infraestructura de telecomunicaciones, las cuales se definen por el criterio de no emplazar una torre cuando hay dos o más antenas en una zona urbana dentro de un radio de 100 metros a la redonda.
¿Es positivo que se defina la zona saturada? Sí.
También estimamos positivo que mediante la declaración de zona saturada de sistemas radiantes de telecomunicaciones se obligue a los concesionarios que instalan antenas a cumplir un plan de mitigación.
Eso es lo bueno de la ley en proyecto, señor Presidente.
Lo malo de la iniciativa que nos ocupa -y por eso soy más partidario del texto de la Cámara de Diputados que del nuestro, pues este parece (reitero) Gatopardo- no deriva solo de que no resuelve de manera adecuada la situación de las antenas emplazadas actualmente: el efecto retroactivo -lo veremos en las indicaciones que renovamos- es dramático; en términos reales, ¡es mínimo!
Eso es malo.
Esta iniciativa, en efecto, no consigna un mecanismo de participación ciudadana que les permita a los vecinos oponerse a la instalación de una antena. Por el contrario, su rol está confinado a las definiciones de obras de mitigación, de la forma como se mimetizan las antenas.
No se establece -como dije- norma alguna sobre zonas rurales.
En el campo -represento a una zona rural- la gente vive en aires mejores (lo digo con todo respeto). Pero no por eso hay que contaminar Regiones enteras con antenas, pensando que quienes viven en ellas no tienen derecho a cuidar su entorno y su patrimonio ambiental.
La ley en proyecto no se hace cargo de aquel aspecto.
Por otro lado, no se prevé un mecanismo para que los operadores de telecomunicaciones compartan la infraestructura existente; es decir, para derribar ciertas barreras de entrada a los fines de que haya mayor competencia y no se siga privilegiando y protegiendo los intereses, por ejemplo, de Entel.
Eso no se toca de forma seria y responsable.
En consecuencia, estimamos que el proyecto debe considerar dispositivos más fuertes para incentivar la colocalización; no dejar la situación al arbitrio del operador dueño de la infraestructura, y generar mecanismos de mayor regulación que le permitan al actor entrante instalarse en las estructuras existentes.
Sin embargo, lo que nos parece más grave es que el articulado no hace aplicables los distanciamientos a las antenas emplazadas hoy en zonas sensibles -de ahí la indicación que renovaremos sobre la materia-, razón por la cual seguirán en los mismos lugares donde se encuentran, generándose una discriminación entre las antenas instaladas antes de la vigencia de la ley en proyecto y las instaladas después.
En virtud de lo anterior, vamos a reponer una indicación.
Señor Presidente , haré un resumen de mi juicio sobre la normativa que nos ocupa.
La ley en proyecto es Gatopardo: todo cambia para que las estructuras de menos de cuatro pisos de altura sigan con lo mismo que existe hoy.
Para lo que hay actualmente, no existe efecto retroactivo real.
Se establecen normas para lo que ocurra de aquí en adelante. Ahí sí, ciertamente, se fijan ciertos criterios de colocalización.
No está garantizado que haya más competencia en el uso de los espacios.
Por eso, señor Presidente -y traté de plantearlo en varias ocasiones-, compartiendo el juicio expuesto por el Senador Pizarro, nos encontramos en un dilema en este proyecto, porque la industria, que no ha sido responsable, que no ha querido autorregularse, amenaza encima con judicializar cualquier legislación que apruebe el Congreso, pues dice que tiene derechos adquiridos.
En mi concepto, la única posibilidad de tener una ley que nos permita mirar a los ojos a nuestros ciudadanos es la existencia de un tercer trámite constitucional.
Este proyecto, si se mantiene, es muy malo para el Congreso, es peor para los ciudadanos, es una abdicación al oligopolio que existe actualmente en la industria de las telecomunicaciones.
--(Aplausos en tribunas).
El señor GIRARDI (Presidente).- Tiene la palabra el Senador señor Chahuán.
El señor CHAHUÁN.- Señor Presidente , Honorable Sala, este proyecto, que ahora debemos discutir en particular, es emblemático para la Administración del Presidente Piñera, a quien le agradezco por haberle colocado urgencia.
Les expreso mi gratitud, asimismo, al Ministro de Transportes y al Subsecretario de Telecomunicaciones , quienes respondieron a la voluntad ciudadana de legislar respecto a una materia que tenía una normativa completamente difusa y que había facilitado el abuso por parte de la industria.
Después de varios años de tramitación, hoy por fin estamos en condiciones de aprobar en el Senado esta iniciativa, que aborda un tema de indudable interés para toda la ciudadanía, cuyas constantes inquietudes recibí, transmití e impulsé ante las autoridades sectoriales del anterior Gobierno.
Durante su estudio en la Comisión especializada de la Cámara de Diputados, en reiteradas ocasiones el Ejecutivo de la época le ponía urgencia a este proyecto y posteriormente se la retiraba de forma inexplicable, no obstante el gran interés público que había en torno a la necesidad de regular la existencia de las estructuras de que se trata.
Incluso, en aquella rama legislativa se efectuaron sesiones especiales sobre la materia. Se dedicaron muchas reuniones a debatir el más de centenar de indicaciones con que diversos parlamentarios aportamos a la iniciativa, al igual que el Poder Ejecutivo . Más aún, se refundieron todos los proyectos que presentamos. Y, en definitiva, se sacó en la Cámara Baja una legislación adecuada.
Informes científicos de probada solvencia han señalado que la exposición a los campos electromagnéticos emitidos por teléfonos celulares y las antenas de estos sistemas de comunicación podrían tener efectos perjudiciales para la salud, tales como cáncer, reducción de la fecundidad, pérdida de la memoria, cefaleas constantes y cambios negativos en el comportamiento y el desarrollo de los infantes. Tanto es así que, incluso, el 31 de mayo último la OMS publicó nuevos informes donde se acreditan esos efectos nocivos para la salud.
Nosotros pedimos, en tales condiciones, que se legislara, por el principio precautorio, para proteger la salud de la población.
Es por ello que la instalación de estaciones base para telefonía móvil y radioemisoras u otras redes de telecomunicaciones, en la forma como se encuentra establecida actualmente, ha suscitado tan férrea oposición en gran parte de la ciudadanía, dado el temor de que las radiaciones electromagnéticas afecten gravemente la salud, en especial la de los niños. Esto se une a la depreciación comercial que enfrentan las propiedades colindantes a las instalaciones de las torres y se añade al impacto urbanístico que provocan las instalaciones de antenas para telefonía celular.
Como resultado del trabajo realizado al interior de nuestra Comisión de Transportes y Telecomunicaciones, hemos podido incorporar claramente la participación ciudadana, que es la demanda constante de nuestras comunidades, en todo orden de materias.
Tal es el caso de las juntas de vecinos, que deberán dar su autorización en forma previa al emplazamiento de las antenas. Además, como compensación, y previa consulta a los vecinos, el concejo aprobará las obras de mitigación en beneficio de la comunidad.
--(Aplausos en tribunas).
Por otra parte, al introducirse importantes modificaciones a la Ley General de Urbanismo y Construcciones, las municipalidades, a través de sus direcciones de obras, tendrán un rol mucho más activo en la autorización respecto de antenas que por su altura así lo requieran, como asimismo en la evaluación de las especificaciones técnicas que los proyectos de emplazamiento de torres y antenas deberán presentar mediante profesionales competentes.
Tenemos que reconocer el trabajo eficiente que se llevó a cabo en conjunto con el Ejecutivo, porque es a la Subsecretaría de Telecomunicaciones a quien se le entrega un rol fiscalizador relevante e imprescindible para dar cumplimiento a las diversas innovaciones de la normativa en debate.
Hemos obtenido, además, que se incentive la mimetización de las antenas y su colocalización -por medio de una indicación que presentamos en la Cámara de Diputados, que se consignó en el texto evacuado por dicha rama del Poder Legislativo y que hoy se consolida en el proyecto que saldrá finalmente del Senado-, y logramos establecer la retroactividad de la ley respecto a las áreas más sensibles y a las zonas saturadas tanto de emisiones como de estructuras.
También conseguimos una mayor rigurosidad en materia de emisiones electromagnéticas -estaremos en el rango de emisiones de los cinco países más estrictos de la OCDE-, de manera que la salud de las personas quedara plenamente resguardada.
Yo no puedo sino agradecer al equipo integrado por Moisés Pinilla , Arturo Samit , Ingrid Kaempfe , quienes nos permitieron dar una lucha importante en términos de organizar a la sociedad civil en un asunto tan trascendente como este.
Lo anterior posibilitó constituir una red de vecinos de Arica a Punta Arenas.
Hoy, en las tribunas de esta Corporación se encuentran representantes de Los Andes, Aconcagua, Viña del Mar, Coquimbo, Las Condes, San Antonio, El Quisco, Llolleo, Concón y El Tabo.
--(Aplausos en tribunas).
Ellos son parte de una sociedad civil a la que se educó para exigir el respeto a sus derechos y el término de los abusos que cometen muchas compañías de telefonía celular.
En su nombre presentamos más de una centena de recursos de protección, de Arica a Punta Arenas, y conseguimos demoler numerosas antenas construidas o levantadas en forma ilegal por empresas telefónicas.
--(Aplausos en tribunas).
Igualmente, el año 2008 se alcanzaron dos hitos muy significativos.
Junto con la sociedad civil organizada, fuimos a La Moneda, iniciamos una ronda de conversaciones con las autoridades de la época y logramos eliminar la resolución N° 505, de la Subsecretaría de Telecomunicaciones, que fijaba una emisión de 435 microwatts por centímetro cuadrado. Esta disminuyó a 100 en el ámbito general y a 10 en los lugares sensibles, quedando entre las más bajas del mundo. Incluso, con la ley en proyecto se vuelve a levantar el nivel de exigencia, para dejarlo en el promedio de los cinco países más rigurosos de la OCDE.
Además, se logró dictar la resolución N° 403, también de la SUBTEL.
Y todo, gracias a la sociedad civil, que se movilizó, que concurrió a La Moneda, que fue capaz de generar interlocución con los ministros del caso.
Dicha resolución, del mismo año 2008, permitió calificar cada equipo de telefonía celular con la norma SAR, para los efectos de conocer su nivel de contaminación electromagnética.
El señor GIRARDI ( Presidente ).- Perdón, señor Senador, pero terminó su tiempo.
El señor CHAHUÁN.- Le solicito un minuto más, señor Presidente .
El señor GIRARDI (Presidente).- De acuerdo.
El señor CHAHUÁN.- Adicionalmente, la legislación en proyecto genera un punto de equilibrio entre varios elementos: permite nuevos entrantes al mercado; establece una adecuada participación ciudadana; instaura zonas sensibles, lo cual fue una de las cosas que pedimos en la Comisión para bajar las normas de emisión en dichos espacios.
También logramos hacernos cargo de los bosques de antenas y de situaciones como la que se vive en Nueva Aurora (Viña del Mar), el lugar con más antenas de telefonía celular por metro cuadrado en el mundo.
Del mismo modo, pudimos hacernos cargo, a través de esta iniciativa, del incentivo a las microceldas, las cuales permitirán reducir la contaminación electromagnética.
Por tanto, los estímulos están bien puestos.
Pero nada de aquello será posible si no dotamos de los recursos necesarios a la Subsecretaría de Telecomunicaciones.
Este es un aspecto de fondo, señor Presidente.
Mientras se avanza en la Superintendencia, que generará una adecuada fiscalización del cumplimiento de las normas -quiero recordar que se consagran sanciones pecuniarias altísimas para las empresas que infrinjan los niveles máximos de emisión electromagnética-, consideramos absolutamente indispensable entregar mayores aportes a la referida Subsecretaría.
Entonces, por su intermedio, señor Presidente , quiero pedirles al Ministro de Transportes y al Subsecretario de Telecomunicaciones que en la Ley de Presupuestos dotemos a la SUBTEL de todos los recursos necesarios (humanos, técnicos y económicos) para llevar a cabo una adecuada fiscalización.
Tras este extenso debate jurídico...
El señor GIRARDI ( Presidente ).- Se cumplió el minuto adicional, señor Senador.
El señor CHAHUÁN.- Termino en 30 segundos, señor Presidente.
El señor GIRARDI ( Presidente ).- No más que eso, Su Señoría.
El señor CHAHUÁN.- Está bien.
Decía que, tras este extenso debate jurídico y tecnológico, nos encontramos en condiciones de entregar un marco legal coherente con los tiempos actuales, que por ello es indispensable aprobar.
Por consiguiente, les pido a mis colegas que otorguen su voto favorable a esta iniciativa, que ahora debe pasar nuevamente a la Cámara de Diputados para cumplir su tercer trámite constitucional, a fin de que se convierta en ley con la mayor brevedad.
Por último, les solicito al Ministro y al Presidente de la República que mantengan la urgencia actual del proyecto para despacharlo rápidamente, pues constituye una burla para el Congreso que, mientras legisla sobre la instalación de antenas, las peticiones de autorización ante la Subsecretaría de Telecomunicaciones para levantar otras se incrementan en forma exponencial.
Por eso, resulta imperioso dictar un marco legal razonable que permita mayor participación ciudadana y velar por la salud de la población.
--(Aplausos en tribunas).
El señor GIRARDI (Presidente).- Tiene la palabra el Senador señor Uriarte.
El señor URIARTE.- Señor Presidente , en primer término, deseo recordar que este proyecto de ley ingresó al Parlamento en abril de 2007. Es decir, llevamos más de cuatro años discutiendo de qué manera podemos regular esta materia, y hasta el día de hoy -digo "hasta el día de hoy" para no decir "desde que lo discutimos en general en el Senado"- no habíamos logrado llegar a un texto unánime como el que esta tarde nos hallamos discutiendo en la Sala.
Y eso no es por casualidad, señor Presidente , sino porque en esta iniciativa confluyen y se enfrentan distintos intereses, que no solamente son distintos, sino además contrapuestos. Están los intereses de la comunidad, de los vecinos, pero también las legítimas aspiraciones de los usuarios de las diferentes tecnologías a acceder a nuevas formas de conectividad, con mejor nivel de cobertura y calidad de servicio.
Pero no es solo eso lo que se afronta, sino que hay asimismo, obviamente, enfrentamientos comerciales entre diversos actores que forman parte de la industria de las telecomunicaciones.
Nos hemos demorado tanto, pues, por esa razón y porque esto no es fácil de lograr. Porque, en verdad, no resulta sencilla la tarea de dar con una fórmula mágica que deje contentos a todos.
La legítima, sana y necesaria aspiración de los vecinos en orden a tener cada vez mejores niveles de calidad de servicio, de cobertura en las comunicaciones; a acceder a una mayor conectividad, no solo en el radio urbano, sino también fuera de este, en la ruralidad, y a disminuir la brecha digital es algo que el legislador, para los efectos de la historia de la ley, se ha tomado muy en serio.
Hay aquí, en las ideas matrices del proyecto, un objetivo fundamental: avanzar en estas materias.
Obviamente, ello no se hace gratis. Es algo que supone una inversión, un esfuerzo patrimonial, no solo de las empresas, sino también de los usuarios, que tienen que suscribir un plan y pagarlo mensualmente en las condiciones comerciales que pacten o negocien con la compañía.
Pero, además, existen intereses de otro tipo, como el que inspira legítimamente a la sociedad, al barrio, a la comunidad -representada, muchas veces, por el concejo municipal-, en orden a lograr que el impacto ambiental, estético, visual, sea el menor posible. Y es obvio que eso no se ha conseguido hasta ahora. Basta recorrer cualquier sector, en cualquier comuna urbana, para darse cuenta de una contaminación visual notoria y que impacta, con frecuencia, en el valor del metro cuadrado y la calidad de vida de los habitantes.
Por tanto, vemos acá una segunda forma de defender intereses legítimos de la comunidad; de defender el concepto de ciudad. Y esta aspiración solo se puede materializar en la medida en que las tecnologías que se utilicen sean discretas, de baja altura, no invasivas.
Además, surge en el debate, en esta segunda mirada, el inevitable tema de la colocalización. Ello supone contar con infraestructura de mayor envergadura, que impida la instalación de otros soportes que vayan poblando o sobrepoblando el territorio que se quiere cubrir.
Alguien hacía referencia a un aspecto igualmente muy importante en la discusión, que es procurar la eliminación de todo tipo de barreras de entrada. O sea, es preciso permitir -dicho al revés- el libre acceso de nuevos actores que de verdad puedan ofrecer un mismo o mejor servicio. Esa es, también, una legítima aspiración. Y le corresponde al legislador dar las garantías para que tal propósito se pueda cumplir.
Otro gran asunto que cabe considerar, el cual se enfrenta a lo ya expuesto, es el cuidado de la salud humana.
La creencia generalizada es que la radiación electromagnética le causa un daño a la salud. Si bien es algo que no se halla acreditado fehacientemente -hay que decirlo-, el solo hecho de que exista la duda genera inquietud en la comunidad y es también una señal para que el legislador, una vez más, se preocupe de la cuestión y haga lo necesario para darle la tranquilidad mínima de que no resultará afectada en ese sentido.
Conviene consignar que resulta curioso, en todo caso, que la inquietud no se haga extensiva a formas distintas de recepción de la radiodifusión, ante las ondas generadas por otro tipo de aparatos de telecomunicaciones; o a las ondas originadas por el propio teléfono celular, o por su cargador, o por los microondas, o por las pantallas de computador, o por los tubos fluorescentes, que producen realmente una emisión mucho más invasiva y, tal vez, nociva para la salud que las antenas que nos ocupan. Ahí se plantea un tema abierto.
Pero la verdad es que la cuestión se encuentra ya instalada, y nos corresponde hacernos cargo del temor ciudadano, que es preciso tomar muy en serio.
Cabe expresar que la Organización Mundial de la Salud no ha encontrado hasta ahora una evidencia empírica, actual, al respecto, mas eso no significa que la conclusión sea la contraria; que se haya descartado cualquier influencia o injerencia en la salud humana.
La Subsecretaría de Telecomunicaciones -es preciso consignarlo- lleva a cabo lo que más se puede hacer en el ámbito de que se trata: regular a través de una norma, de las más exigentes del mundo en tales materias, y luego fiscalizar el cumplimiento de las emisiones de acuerdo con estos altos estándares.
De ahí, señor Presidente , que bien vale la pena, para hacer justicia, que reconozcamos la correcta y muy apropiada actuación del Ejecutivo, de la Subsecretaría de Telecomunicaciones, porque, cuando se fiscaliza o se norma algo como la actividad en estudio, lo que se está haciendo es velar por los derechos de la comunidad y ante la eventualidad de que se afecte en alguna medida la salud de un ser humano. Eso se halla regulado, a buen recaudo.
Por otra parte, en el proyecto de ley se incentiva la infraestructura de bajo impacto. Y nos parece muy bien. Se están creando de verdad los mecanismos suficientes para que la infraestructura no sea invasiva.
Se promueven las compensaciones por la instalación de una infraestructura de esta clase en la comuna. Es la manera de permitir que la comunidad perciba algún tipo de retribución cuando se levanta una antena y se da cuenta de que no tiene cómo defenderse frente al negocio que un vecino hace con una compañía. Ahora, en la iniciativa, se avanza mucho en la manera de compensar también sus derechos.
Se disminuye, obviamente, la cantidad de antenas.
Asimismo, se regulan las alturas. Como se dijo algo no acertado ni ajustado al texto en discusión, quisiera observar que todas las instalaciones de antenas superiores a tres metros e inferiores a doce que se encuentren mimetizadas se someten a un tratamiento especial que tienen que cumplir. Pero a las no mimetizadas de más de tres metros y menos de doce se les aplica todo el rigor de la ley en proyecto, es decir, se tiene que consultar la opinión de los vecinos, obtener la autorización en la Dirección de Obras Municipales y someterse al régimen de compensaciones, todo ello determinado en el artículo 116 F.
Por todo lo expuesto, vamos a votar a favor.
La iniciativa avanza sustancialmente en la línea que todos queremos, sin perjuicio de lo cual deseo hacer presente, de manera muy breve, que abrigo un par de dudas constitucionales a propósito de la forma en que se utiliza la acepción del término "restricción"; en que se restringen determinadas garantías constitucionales.
La verdad estricta es que me preocupa que ello no lo haga la ley y que se delegue en la autoridad administrativa. Me preocupa que se cumplan todos los requisitos establecidos en la doctrina al momento de limitar una garantía contemplada en la Carta, pero que, finalmente, respecto de la ejecución, el artículo 116 bis E señale solo áreas de riesgo o áreas de protección y no se contemple la descripción que se debiera.
Por esa razón, manifiesto solo una interrogante de carácter constitucional, sin perjuicio de lo cual vamos a votar a favor.
El señor GIRARDI (Presidente).- Tiene la palabra el Senador señor Sabag.
El señor SABAG.- Señor Presidente , el proyecto de ley en examen corresponde a lo que ha sido una inquietud del Congreso durante más de 10 años, expresada a través de diversas indicaciones presentadas, tanto en la Cámara de Diputados como en esta Corporación, por muchos de mis Honorables colegas presentes, pero que se materializó en un texto que absorbió todo, enviado por el Gobierno de la Presidenta Bachelet el 17 de abril de 2007, y que ha registrado una larga tramitación.
Reconozco que la Comisión de Transportes del Senado ha enfrentado un trabajo muy arduo en la materia, con la participación, naturalmente, del Ministro de Transportes , señor Pedro Pablo Errázuriz , y también del señor Subsecretario de Telecomunicaciones .
Lo importante es que estamos llegando al final de la tramitación de la iniciativa, ya que la inexistencia de regulación ha sido motivo de muchos abusos contra la comunidad. Es evidente que la explosión en el desarrollo de las telecomunicaciones llevó también a la instalación de una cantidad enorme de antenas: ya son 12 mil al día de hoy, con la perspectiva de llegar a 30 mil.
Y, sin ninguna normativa, por supuesto que ha regido la "ley de la selva". La gente ha cargado primero contra los alcaldes, contra las municipalidades, y ha ido a reclamarles. Pero, como estos no cuentan con facultad alguna, entonces ha recurrido a los parlamentarios. Nosotros nos hemos dirigido al Ministerio correspondiente, se ha mandado a los técnicos, se han llevado los medios de prueba, se ha explicado que no es tanto el daño de la contaminación electromagnética y nos han entregado una serie de parámetros. Nos han dicho que los microondas contaminan y perjudican a las personas ¡cien veces más!
Sin embargo, no cabe duda de que la ciudadanía ha concluido claramente que la salud de niños y ancianos resulta afectada.
Por eso es tan necesaria una normativa regulatoria.
Naturalmente, las instalaciones son pedidas por todo el mundo en los sectores rurales, porque se quiere contar con acceso a la comunicación.
El señor PROKURICA .- Así es.
El señor SABAG.- Pero, en la parte urbana, es muy distinto que una antena aparezca de la noche a la mañana, ya que resulta muy "beneficiosa" para quien da en arriendo el espacio necesario, que recibe una suculenta renta mensual, mas perjudica a los vecinos, pues el valor de sus propiedades disminuye ostensiblemente.
En consecuencia, valoro el proyecto y espero que terminemos de tratarlo esta tarde. Sabemos que queda otro trámite por cumplir en la Cámara de Diputados y, a lo mejor, uno de Comisión Mixta, pero ya hemos dado un paso fundamental.
Por otra parte, deseo recordar que despachamos hace poco tiempo la ley sobre participación ciudadana, en virtud de la cual todas las organizaciones tienen el derecho de oponerse a cuanto perjudique su entorno, en circunstancias de que antes no las tomaban en cuenta para nada. ¡La ley Nº 20.500 sí exige la participación ciudadana!
La iniciativa que nos ocupa también contempla que sean escuchadas las juntas de vecinos; que sean escuchadas las municipalidades, a través de sus direcciones de Obras. Para antenas de tres metros, seguramente bastará el aviso de instalación; pero, de tres a doce metros, ya se deberá obtener permiso, y sobre 12 metros, conseguir en esas últimas reparticiones el permiso de instalación completo. ¡Ya hay una regulación! Y también se considera una compensación del 30 por ciento del valor de la obra en trabajos de mitigación pedidos por la junta de vecinos, con el acuerdo, por supuesto, del municipio.
Creo que este es un avance sustancial y, por eso, vamos a aprobarlo con mucho agrado.
Brindo un reconocimiento, una vez más, al trabajo de los miembros de la Comisión de Transportes; a la participación del señor Ministro , quien los ha sorprendido a todos, menos al Senador que habla, que lo conoce desde hace mucho tiempo y sabe que es un hombre muy eficiente.
¡Ojalá que, con el mismo éxito que está obteniendo aquí en lo que respecta a las antenas, asunto pendiente durante tantos años y que está sacando adelante, solucione el problema del Transantiago y otros que enfrenta su Ministerio!
El señor PROKURICA .- ¡Dios lo oiga...!
El señor SABAG.- Votaré a favor, señor Presidente .
El señor GIRARDI ( Presidente ).- El Senador señor Chahuán me ha pedido reparar un olvido en que incurrió y saludar al señor Jorge Valdovinos, Alcalde de Concón , presente en las tribunas.
El señor LAGOS.- Me adhiero a ello.
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El señor GIRARDI ( Presidente ).- Pido autorización para que la Comisión de Salud pueda sesionar en forma simultánea con la Sala a partir de las 18.
--Se accede.
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El señor GIRARDI (Presidente).- Tiene la palabra la Honorable señora Allende.
La señora ALLENDE.- Señor Presidente , hasta ahora no hemos contado con una ley que regule la materia, lo que se ha traducido en muchísimos abusos, como ya se ha señalado en el Hemiciclo, en la medida en que no ha existido prácticamente una normativa. En efecto, se han instalado enormes antenas en zonas urbanas, sea en espacios públicos o privados, sin ninguna preocupación por el entorno, desde luego; sin compensación, muchas veces, a los vecinos, y concentradas principalmente, como lo hemos visto también, en los barrios más vulnerables, más pobres.
No cabe ninguna duda de que vivimos en una sociedad muy tecnologizada y de que el desarrollo tecnológico está causando una exposición cada vez mayor de las personas a radiaciones electromagnéticas de diverso tipo.
Los efectos de la denominada "radiación ionizante" sobre los seres vivos son bastante bien conocidos y los métodos para prevenirlos han sido reglamentados en la mayoría de los países. No obstante, los causados en la salud por la radiación electromagnética de menor energía, considerada no ionizante, han sido menos estudiados y, en consecuencia, existe reglamentación insuficiente respecto de las medidas destinadas a disminuir o evitar las posibles consecuencias adversas.
Estoy citando, señor Presidente , un informe sobre el proyecto "La Regulación Jurídica de la Contaminación Electromagnética en Chile". El autor del estudio de los "Efectos de la Radiación Electromagnética sobre la Salud" es el doctor Andrei Tchernitchin , del Laboratorio de Endocrinología Experimental y Patología Ambiental, Instituto de Ciencias Biomédicas, Facultad de Medicina, Universidad de Chile.
El objetivo del texto es analizar los efectos desfavorables para la salud de algunas radiaciones electromagnéticas no ionizantes, con el fin de contribuir al desarrollo de su regulación conforme al principio de acceso a la información.
Si bien el número de casos impide, tal vez, arribar a conclusiones definitivas, tajantes, por no haber transcurrido aún el tiempo suficiente, ha quedado demostrado claramente hoy día que la telefonía celular se traduce en efectos nocivos. Es algo que no somos capaces de medir con total exactitud, pero, ante la duda, haríamos bien -y en el Senado es importante que lo sepamos- en actuar con mucha más prudencia.
Las recomendaciones del análisis concuerdan con las de la Royal Society de Canadá y del Informe del Grupo Experto Independiente en Telefonía Móvil de Inglaterra en el sentido de disminuir el nivel de la exposición ocupacional a radiación a los mismos niveles aceptados para el público, en general; reducir el promedio de la exposición de la población al nivel más bajo posible que resulte compatible con la calidad del servicio; aumentar la investigación de los efectos biológicos y médicos de la exposición a radiofrecuencias, para reducir las incertidumbres, etcétera.
Tales planteamientos, que sugiero leer, nos están señalando de alguna manera un camino que, desde luego, ya empezamos a dejar atrás, en la medida en que por fin somos capaces de comenzar a regular.
Hasta ahora, el no contar con una normativa, como señalaba, ha significado abusos; ha significado la instalación de enormes antenas que afectan el entorno, probablemente la salud, y ocasionan en forma clara, además, un daño patrimonial.
¿Todos queremos una mejor conectividad? Sí.
¿El país registra una de las conectividades más caras -¡más caras!- de la región, en términos de banda ancha? Sí.
Sería bueno, ya que se hallan presentes los señores Ministro y Subsecretario, que se tomaran medidas sobre el particular, porque ¿hasta cuándo tenemos que pagar uno de los servicios más onerosos y "ahí no más" -a lo mejor, de calidad "reguleque", como alguien dijo-, en lo que respecta a dicha transmisión?
Todos tenemos que haber sufrido la saturación en nuestros teléfonos móviles, en los que el servicio se corta y que de repente mueren, y que es preciso cambiar cada vez más seguido.
Cabe hacer un llamado a los operadores a ir mejorando de acuerdo con la investigación, a gastar más para optimizar la tecnología. Porque somos los ciudadanos, en definitiva, quienes pagamos los costos.
Me interesa señalar que, en mi opinión, el texto aprobado por la Cámara de Diputados era mejor. Por lo tanto, espero que en el tercer trámite se llegue a una Comisión Mixta para precisar algunos aspectos que no están claros.
Resulta evidente que tenemos que buscar un equilibrio entre el mayor desarrollo tecnológico, la necesidad de conectividad y la obligación de brindar un buen servicio, ojalá mucho más económico que el actual. Pero también debemos ser capaces de entender que hoy día existe prácticamente un oligopolio; que hay barreras de entrada que impiden la presencia de más competidores, la cual siempre es positiva.
En efecto, cuando se estableció el multicarrier, todos observamos que por lo menos hubo mayor competencia y los costos empezaron a bajar. Hasta antes de ese momento las llamadas de larga distancia internacional y nacional tenían precios elevados. Y, al entrar más actores al sistema, estos disminuyeron y mejoró la oferta.
Nosotros quisiéramos que ocurriera lo mismo con la iniciativa en debate. Quiero ser enfática en este punto -y el Senador García-Huidobro , quien tuvo mucho que ver con ella cuando era Diputado , confirma lo que señalo-; porque deseamos más actores, mayor competencia, mejor servicio, rebaja en los costos y una disminución en la selva de antenas que apreciamos.
Sin embargo, debo decir con claridad que, desgraciadamente, lo que hoy aprobaremos es todavía insuficiente respecto a la colocación de antenas de gran tamaño y al impedimento de su agrupación, conocida como "enjambre".
Es necesario regularizar lo concerniente a las antenas ya instaladas. En el proyecto prácticamente no se menciona nada en este sentido, y el Senador Letelier tenía razón al expresar que aquellas permanecerán tal como se encuentran. Tenemos que regular esa situación instaurando dos cosas: la compensación de los afectados y la mimetización de las antenas.
--(Aplausos en tribunas).
Señor Presidente , queremos incentivar la colocalización y establecer una cierta nivelación entre las comunas con antenas ya instaladas y aquellas que las tendrán con el nuevo sistema. Porque hay municipios con diferente capacidad de presión sobre los operadores. ¡Esa es la verdad!
Entonces, deseamos municipalidades que se la jueguen por sus ciudadanos, que entiendan su derecho a emitir opiniones y que se preocupen por las emisiones electromagnéticas de las antenas; pues -como ya mencioné- en el informe médico aludido existen presunciones fundadas (hoy no es posible asegurarlo con certeza) de que ellas tienen efectos sobre la salud.
Resulta lamentable que no seamos más rigurosos a la hora de fijar la cantidad de metros que debe haber entre las antenas y los jardines infantiles, escuelas, hospitales y otras "áreas sensibles", como se las denomina.
Es cierto que existen grandes operadores del sistema, los cuales, a mi juicio, de alguna manera quieren evitar la colocalización por los costos asociados que tendrían que asumir por la compensación y la mitigación. Pero, si ellos son dueños de la mayoría de las actuales instalaciones, deberán hacerse responsable por ellas.
No podemos dejar las cosas como están y continuar de aquí hacia delante. ¡Eso no sería justo! Porque la instalación de antenas comenzó hace mucho tiempo, cuando la población no era escuchada...
--(Aplausos en tribunas).
...y la tecnología era menos eficiente. Ahora ya podemos exigir nuevas tecnologías y existe disposición para regular el asunto de otro modo.
Por lo tanto, creo que debemos legislar de tal manera de permitir la colocalización no solo en torres de más de 12 metros, sino también en todo tipo de antenas.
Y, con tal fin, he presentado una indicación -tengo claro que requiere la unanimidad de la Sala; espero que exista-; porque lo referido a la altura no es menor. Ojalá se aprobara a los efectos de posibilitar que se compartieran las torres para evitar la instalación de más y más antenas.
La idea es que la alternativa de colocalización minimice la obligación de compensación planteada y desincentive el emplazamiento de nuevas antenas y la creación de enjambres.
Además, pienso que la insuficiente definición de "territorio urbano saturado" es preocupante. Deberíamos aumentar su radio y la regulación pertinente.
Por último, me parecen escasas las compensaciones patrimoniales y de baja efectividad el recálculo del impuesto territorial. Porque, claramente, la persona que efectúa un negocio permitiendo la instalación de una antena perjudica a los vecinos inmediatos al disminuir su patrimonio.
Ello no es menor. Y me gustaría que sobre el particular fuésemos mucho más claros. Porque debe existir el derecho a la compensación no solo por un perjuicio estético, sino también por uno patrimonial, que puede ser excesivo. Debiéramos preocuparnos al respecto.
En consecuencia, señor Presidente , como todavía no hemos logrado llegar al fondo del problema, espero que en el trámite en la Cámara de Diputados -a mi juicio, el texto aprobado por ella era mejor- se pueda conseguir algo que no se ha obtenido: la armonía entre una mayor conectividad y un mejor vivir, que todos buscamos. Porque, si a alguien se lo preguntaran, tendría que decir que siempre hay que considerar como bien superior a la vida humana: su calidad, su menor riesgo, y al derecho de la ciudadanía a que se respete su sentir.
--(Aplausos en tribunas).
El señor GIRARDI (Presidente).- Tiene la palabra el Senador señor Lagos.
El señor LAGOS.- Señor Presidente , quiero aprovechar esta oportunidad para saludar al Alcalde de Concón y a quienes lo acompañan en las tribunas.
Este proyecto de ley fue presentado hace bastante tiempo, en abril del 2007, por la Presidenta Michelle Bachelet y recién aprobado en su primer trámite por la Cámara de Diputados en mayo del año pasado.
Dicha iniciativa buscaba básicamente regular la instalación de antenas de telecomunicaciones, incluidas sus estructuras soportantes, exigiendo a sus titulares someterse a un procedimiento administrativo de autorización ante la Dirección de Obras Municipales, que la otorgaría mediante resolución.
De tal manera se perseguían dos objetivos: por un lado, reducir el impacto urbanístico del emplazamiento de las antenas de telecomunicaciones y sus estructuras soportantes, y por otro, evitar el impacto adverso que podrían generar en la salud de las personas las emisiones electromagnéticas provenientes de aquellas.
En la Comisión de Transportes y Telecomunicaciones del Senado la normativa fue objeto de una serie de modificaciones, considerando que, además de los lineamientos establecidos en la otra rama del Parlamento, era preciso analizar tan delicado problema desde la perspectiva de la competitividad y del necesario desarrollo en el mercado de las telecomunicaciones.
Es decir, salvaguardando lo que planteaba el proyecto original de la Presidenta Bachelet , dicho organismo técnico se abocó a estudiar cómo fomentar una mayor competitividad y redistribuir la ubicación de las antenas ya existentes, así como a definir la reglamentación que regiría en el futuro.
De esa forma, el texto aprobado por la Comisión de Transportes y Telecomunicaciones se hace cargo tanto de la problemática ciudadana que se genera por la instalación inconsulta de infraestructura de antenas como de la necesidad de cautelar el desarrollo del mercado de las telecomunicaciones en condiciones competitivas.
En tal sentido, a diferencia de la iniciativa acordada por la Cámara de Diputados, se plantea la creación de incentivos para el emplazamiento de antenas de menor tamaño, que no implican un impacto urbanístico mayor y que no provocan conflictos con las comunidades, estableciendo que las torres de más de tres y hasta doce metros de altura, mimetizadas, requerirán permisos de instalación del Director de Obras Municipales .
Por otra parte, se dispone un marco normativo con mayor carga regulatoria respecto de las antenas de tamaño superior, sin imposibilitar su emplazamiento, ya que ellas son especialmente requeridas por quienes desean ingresar al mercado de las telecomunicaciones, generando así mayor competencia.
Un punto de especial relevancia radica en la denominada "colocalización", que en lo básico consiste en compartir una misma infraestructura soportante para distintas antenas, obviamente de diversas compañías. Esta obligación tendrá carácter retroactivo en todas las zonas de exclusión de instalación de nuevas torres de infraestructura de más de doce metros, caso en el cual se prevé un período de adecuación a los nuevos estándares.
Otro aspecto asociado al proyecto, de la máxima importancia, es la prohibición de instalar torres de soporte, antenas y sistemas radiantes -es decir, prohibición absoluta- en perímetros de establecimientos educacionales públicos o privados, salas cuna, jardines infantiles, hospitales, clínicas o consultorios, predios urbanos donde existan torres de alta tensión y hogares de ancianos.
Para determinar el perímetro de la prohibición se atiende al tamaño de la torre, de manera que la distancia mínima de localización debe encontrarse a cuatro veces su altura, contado desde los deslindes de esos establecimientos, con un mínimo de 50 metros de distancia.
En ese punto, sin embargo, aún falta por definir un aspecto de la mayor relevancia: si la ley tendrá o no efecto retroactivo, como se dispone en esta misma iniciativa, sin ir más lejos, con la colocalización.
¿Y por qué surge lo anterior?
Porque, a raíz de la larga tramitación del proyecto, las empresas de telefonía celular se han tratado de adelantar a su promulgación y han instalado un número importante de antenas en diversos lugares, con la expectativa de no resultar afectados por aquel.
De ahí que se produjo una discusión intensa. Y, junto con otros Senadores, renovamos una indicación que intenta dar cuenta de la situación descrita, disponiendo un plazo máximo de doce meses para adecuarse a la nueva ley luego de su entrada en vigencia.
En tal virtud, las empresas de telefonía celular no podrán quedar cubiertas por la ausencia de efecto retroactivo, ni siquiera amparándose en criterios de propiedad privada o de meras expectativas, y tendrán que modificar la instalación de dichas antenas.
Con ello no se busca solo hacerse cargo de un problema de especulación. Es obvio que alguien puede decir: "Mejor me adelanto antes de que salga la normativa, porque las leyes generalmente no tienen efecto retroactivo".
Pero en esa afirmación existen varios valores en juego.
En primer término, ciertamente hay una viveza si las empresas de telefonía celular quieren violentar el espíritu de la ley a sabiendas de lo que acá se discute. Porque aquellas -imagino que en este minuto seguirán por televisión el presente debate- conocen lo que estamos discutiendo. En consecuencia, sería impensable plantear que no sabían lo que venía.
Y, si tales empresas no desean violentar el espíritu de la ley, deberían abstenerse de seguir instalando las antenas como lo han venido haciendo en los últimos meses.
Sin embargo, esto responde no solo a un problema de especulación. El hecho de querer o no violentar el espíritu de la ley obedece a entender que este se comparte. Desde ese punto de vista, la salud, aunque no se encuentre completamente demostrada la influencia de las antenas, sigue siendo un valor que el proyecto busca proteger. Y por eso, de aprobarse la indicación, las empresas tendrán un plazo para realizar las modificaciones pertinentes.
Destaco otras materias de la iniciativa, como la excepción de la normativa aplicable a las antenas de telecomunicaciones respecto de los servicios de aficionados, de los cuerpos de bomberos y de organismos que presten servicios de utilidad pública, como bien lo señaló el Senador Prokurica, quien lo detalló en extenso.
Me parece que constituye un avance fundamental que se dote de facultades a la Subsecretaría de Telecomunicaciones para declarar una determinada área geográfica como zona saturada de sistemas radiantes de telecomunicaciones cuando la densidad de potencia exceda los límites que determine la normativa técnica dictada por aquella autoridad, no por cada antena -como planteaba el proyecto original de la Cámara de Diputados-, sino por todas las que en su conjunto operen en una zona. Esto nuevamente establece una diferencia y significa una mayor exigencia.
También deseo resaltar la posibilidad de declarar la saturación de instalación de estructuras de torres soporte de antenas y sistemas radiantes de transmisión de telecomunicaciones cuando haya más de dos de esas estructuras dentro del radio de cien metros a la redonda, medido desde el eje vertical de cualquiera de ellas.
Mediante estas modificaciones se afina el proyecto original al objeto de evitar de nuevo un subterfugio o la acumulación de antenas o solicitudes individuales, que al final burlan la ley.
Finalmente, y respondiendo a una demanda ciudadana relativa a la desvalorización que experimentan los inmuebles con motivo de la cercanía de antenas, constituye un avance significativo que se consagre para los propietarios de los inmuebles emplazados en el radio en que se instale una torre soporte de antena y que sean contribuyentes del impuesto territorial la facultad de solicitar una retasación de su propiedad, como consecuencia del desmejoramiento que la afectará.
En este caso se persigue salvaguardar una situación -se aplicará a las antenas, y no sé si opera también respecto de otras materias urbanísticas-, pues ciertamente la instalación de una antena de telefonía celular de más de doce metros de altura en la vivienda de mi vecino o cuatro casas más allá genera un empeoramiento del entorno visual, y eso provoca un impacto económico. Eso resulta evidente. También lo puede sufrir el que coloca la antena. Y acá se realiza un esfuerzo en orden a intentar compensar ese efecto por la vía de rebajar el avalúo fiscal.
Dejo planteada la inquietud -para ser honesto por lo menos intelectualmente- de que desconozco qué ocurre cuando se cambian los planes reguladores y en un barrio donde no estaba permitido construir en altura se abre dicha posibilidad y alguien levanta un edificio de departamentos contiguo a otra vivienda. No sé si en este caso -alguien me podrá corregir- la legislación dispone el otorgamiento de una compensación a los vecinos.
Entonces, ello se aborda al menos en la materia que nos ocupa. Desconozco si porque se trata de telefonía celular, y esta tiene un impacto muy directo, o por la fealdad de las antenas. Pero hay que considerar -¡ojo!- que cuando se produce un desarrollo inmobiliario el barrio tiende a revalorizarse desde el punto de vista patrimonial, debido a la posibilidad de que se levanten más edificios de departamentos. Alguien podrá no estar de acuerdo en que su barrio termine siendo de edificios de departamentos. Sin embargo, tal vez patrimonialmente no se genera un perjuicio, como sí sucede en el caso de las antenas, porque no todos los vecinos pueden tener una en su propio domicilio.
En virtud de lo señalado, y esperando que algunas de las deficiencias de la ley en proyecto -como la de no regular de mejor manera las antenas de más de doce metros o las rurales- se puedan corregir en el tercer trámite, voy a votar a favor del proyecto, que se inició en abril de 2007 y que verá la luz al final del túnel.
--(Aplausos en tribunas).
El señor GIRARDI ( Presidente ).- Tiene la palabra el Honorable señor García-Huidobro.
El señor GARCÍA-HUIDOBRO .- Señor Presidente , debo recordar que estuvimos más de un año trabajando en el debate de este proyecto en la Comisión de Obras Públicas, Transportes y Telecomunicaciones de la Cámara de Diputados.
En primer lugar -por su intermedio, señor Presidente-, deseo comentarle al Senador Lagos que hubo múltiples iniciativas parlamentarias respecto de la instalación de las antenas, como la que ahora nos ocupa.
Y durante la Administración de la Presidenta Bachelet , efectivamente, el Ejecutivo presentó una indicación sustitutiva.
En ese momento se registró un acuerdo muy amplio en la Comisión en cuanto a la colocalización obligatoria con carácter retroactivo. Pero, por desgracia, el Ministro de la época, René Cortázar , formuló una indicación que anulaba justamente eso.
Ante lo anterior, se presentó una indicación absolutamente transversal -la tengo en mi poder-, que obligaba a todos los actores a colocalizarse en forma retroactiva. Fui uno de los autores de ella, la que fue firmada además por el actual Senador señor Quintana y por los Diputados señores García , Hales , Hernández , Cristián Monckeberg , Sabag , Mario Venegas y Samuel Venegas y la señora Nogueira .
Esa indicación fue aprobada por unanimidad en la Comisión respectiva de la Cámara de Diputados, y después, por más de cien votos en la Sala. Ello constituyó un avance fundamental contra la voluntad del entonces Ministro Cortázar .
Es bueno aclarar que se trata de un trabajo transversal, y que también representa el éxito de la labor de los vecinos. Veo a algunos en las tribunas que durante mucho tiempo estuvieron participando activamente en la Comisión, siendo muy bienvenidos sus comentarios. Y les agradezco que estén presentes ahora en la tramitación del proyecto.
En segundo lugar, quiero manifestar que sería ideal que un tercero fuera el dueño de la infraestructura, para que -como planteó el Subsecretario Atton- quienes compiten en el mercado pudieran acceder a ella en forma libre, sin restricciones.
¿Por qué hay tantas antenas? Porque cada empresa ha ido asumiendo su papel estratégico en cada lugar, en circunstancias de que sería perfectamente posible una colocalización en que a un tercero se le arrendarán los espacios para que se emplazaran allí todas las empresas.
Digo lo anterior porque no nos estamos refiriendo a un negocio entre privados, sino a un servicio público licitado por el Estado. Y queremos que sus beneficiarios -todos los chilenos- cuenten con el mejor servicio y al precio más bajo. Pero según veo hasta el momento los costos seguirán subiendo. Porque cada antena tiene su valor. ¿Y quién lo paga? Quien hace uso de esos servicios.
Lamento profundamente que en el proyecto no se haya mantenido lo que en su momento aprobó la Cámara de Diputados en relación con la colocalización obligatoria y permanente; o sea, que rija en forma retroactiva y hacia adelante.
Porque deseamos un servicio barato y más eficiente para los usuarios, como lo plantearon los Senadores señora Allende y señor Prokurica . Pero en la actualidad su costo es uno de los más caros de América.
¿Y qué se necesita? Un buen Wi-fi; una televisión que llegue en forma nítida especialmente a los sectores del campo, donde todavía no se recibe una buena señal. Debo manifestar que en muchas zonas rurales no es posible la televisión por cable. Por eso es importante que dispongan de telefonía móvil de calidad.
En ese sentido, valoro que se haya dejado fuera del proyecto al sector rural, ya que incluirlo habría significado un nuevo impedimento para que este también tuviera acceso a lo que demanda el resto de la comunidad.
Por otro lado, me siento esperanzado en el resultado de esta iniciativa, por lo cual valoro el buen trabajo del Senado, aunque me surgen dudas, principalmente, sobre la colocalización retroactiva, lo que para mí es fundamental. Sin embargo, pienso que respecto a todo lo demás nuestra Corporación mejoró el proyecto.
Felicito al Senador señor Novoa y a los integrantes de la Comisión de Transportes y Telecomunicaciones, aunque en cuanto a la colocalización me parece que tenemos una diferencia. Espero que en la Cámara de Diputados se insista en incorporarla de manera obligatoria y retroactiva y que se apruebe en la Comisión Mixta.
Desde otra perspectiva, debo recordar que hay un debate sobre si las antenas afectan la salud de las personas. Algunos opinan que sí y otros que no. Y, ante la duda, tenemos que abstenernos. Si no hay certeza de sus efectos -repito-, debemos abstenernos, lo cual significa bajar la cantidad de ondas electromagnéticas de las antenas. En ese sentido, es muy importante el avance que propone el proyecto, porque las reduce al mínimo. De ese modo, creo que estaremos entre los 3 o 4 países de la OCDE más exigentes en relación con esa norma, lo que es muy relevante, pues demuestra que vamos en la dirección correcta.
Tengo algunas inquietudes, sobre todo, cuando se dice que vamos a bajar la altura de muchas antenas. ¡Estupendo, que se haga! ¡Pero, ojo! Al reducir su tamaño, acercamos sus efectos a la comunidad. Así, las antenas más pequeñas y sus ondas quedarán más cerca de las personas.
Por eso, consulto si convienen más las antenas de mayor altura y más lejanas de la gente que las bajas.
--(Aplausos en tribunas).
Esa pregunta la deben responder los expertos en la materia.
Por otro lado, hay que avanzar rápidamente en la aprobación del proyecto. Ocurre que quienes ingresen al mercado se verán más complicados. ¿Por qué? Porque sus costos van a ser muy superiores a los que ya operan.
¿Qué dispone la iniciativa? Obviamente, que los nuevos actores del sistema también serán beneficiados. Los actuales operadores deberán aceptar a los entrantes, así como estos a aquellos. Pero los que ya tienen antenas instaladas no quedarán muy favorecidos. Por lo tanto, es una discriminación en beneficio de los que están ingresando ahora al mercado. Ojalá el máximo de actores entren a futuro.
Señor Presidente , aunque agradezco el trabajo de la Comisión, tengo la impresión de que la Cámara de Diputado va insistir en la indicación que aprobamos en su momento, solucionando el problema, lo cual permitirá tener un servicio más eficiente y saludable para la comunidad. Pero también se requiere un servicio barato y de mayor calidad, que pueda llegar de mejor forma a los usuarios. Y eso implica que debería haber una infraestructura que posibilite la instalación de todas las empresas, a fin de que haya una auténtica competencia.
A mi juicio, hay que avanzar mucho en esta materia.
La tecnología nos está entregando cada día nuevas sorpresas, nuevos cambios. Y, por lo tanto, esta iniciativa legal mira hacia el futuro y no solo a lo que actualmente rige.
Por eso, señor Presidente, en esta oportunidad, voy a votar a favor.
No he participado en la discusión del proyecto en el Senado, porque no estaba integrado a él. .Si lo hubiera hecho, habría presentado una indicación al respecto, insistiendo en lo aprobado por la Cámara de Diputados. Obviamente. Por lo tanto, espero que lo relativo a la colocalización se solucione en la Comisión Mixta.
Valoro el esfuerzo de los miembros de la Comisión y la labor desplegada por los señores Ministro de Transportes y Telecomunicaciones y el Subsecretario.
A mi juicio, debemos avanzar rápidamente en la aprobación del proyecto, para lo cual es necesario mantener la urgencia y no dilatar su despacho, teniendo en cuenta los muchos años que estuvo en la Cámara Baja y el tiempo que lleva en el Senado.
--(Aplausos en tribunas).
El señor LETELIER (Vicepresidente).- Tiene la palabra la Senadora señora Alvear.
La señora ALVEAR.- Señor Presidente, cuando discutimos en general el proyecto en la Sala tuve la oportunidad de expresar mis preocupaciones al respecto.
Por lo demás, dichas inquietudes las he recogido en terreno, en las distintas comunas que represento en la Región Metropolitana, en donde prevalecen situaciones francamente caóticas. Allí hay verdaderos bosques de antenas instaladas al lado de establecimientos educacionales, de jardines infantiles, etcétera. De modo que la saturación en algunas zonas es enorme, lo que debe sumarse al problema de la contaminación y a los propios de la Capital.
Al mismo tiempo, debo recordar que recibí a diversas personas en el Senado, que tuve la oportunidad de contactarme con muchos vecinos de distintas comunas y conocer las situaciones que los afectan. Y vi, con verdadera angustia, cómo el golpear puertas para que no continúe la proliferación de antenas de telefonía móvil era francamente inviable ante la falta de una adecuada regulación.
Señor Presidente, sin duda, desde el momento en que discutimos en general el proyecto en la Sala hasta ahora, cuando lo debatimos en particular, hay un avance.
En ese contexto, desde luego, felicito a la Comisión de Transportes y Telecomunicaciones por el trabajo realizado. También debo valorar la disposición del señor Ministro para escuchar las distintas visiones. Cuando eso ocurre es posible avanzar. Quizás la iniciativa, al dar cuenta de lo anterior, al mismo tiempo entrega una señal clara al Gobierno: es importante trabajar en ese espíritu de diálogo para ir adelante. Y dialogar significa tener la capacidad de escuchar y de ponerse en el lugar del otro.
Sin embargo, debo decir que todavía tengo algunas inquietudes, aun cuando el texto del proyecto se haya mejorado.
Si uno lo mira desde el punto de vista de la ciudadanía, hay tres aspectos que diariamente se nos plantean a los parlamentarios que estamos estrechamente vinculados a la iniciativa: en primer lugar, la menor cantidad de antenas; en segundo término, una mejor cobertura, como lo desea la ciudadanía, y, finalmente, que el precio por el servicio sea más bajo.
Como aquí ya se ha dicho -y no lo voy a repetir-, los costos de la telefonía celular son altísimos para nuestra población. Por eso, hago un llamado de atención a quienes proveen ese servicio público, el cual es de tanta envergadura, por los beneficios que este entrega a la población.
Hay que tener claro que hablar de menos antenas significa disminuir las ya instaladas y no solo reducir el número de las que se levanten. Además, las nuevas deben respetar reglas urbanísticas básicas que en la actualidad no existen.
¡Esto es lo que esperaba la gente! ¡Ese es el horizonte con que debemos seguir trabajando!
El texto aprobado en general -ya lo he señalado- no lograba esos objetivos. Sin embargo, el que tenemos ahora representa un avance.
Menos antenas, mejor cobertura y precios más bajos se consiguen obligando -reitero, y me hago cargo de lo expresado aquí por otros colegas y por la Senadora Allende- a la colocalización, incentivando la entrada de nuevos actores y procurando la igualdad de trato para todos los involucrados.
Eso significa avanzar en los tres principios que he reseñado.
Ello se obtiene también fomentando una mejor competencia y una mayor transparencia en este mercado tan relevante para la vida diaria de los chilenos.
Efectivamente, casi todos hacemos uso de celular e Internet; y, en atención a la masividad de ambos servicios, resulta fundamental entregar igualdad de oportunidades para caminar hacia el desarrollo. Pero este siempre debe compatibilizarse con la preservación de las normas medioambientales, de modo que el progreso no signifique un detrimento de ellas ni de la salud de la población.
Igualmente es importante que en el trámite de la Comisión Mixta que se forme -así espero- se avance en el sentido de que las nuevas cargas que se establezcan sean iguales para todos y no solo para quienes instalen antenas en el futuro.
Me explico: a propósito de las antenas que ya se encuentran instaladas, quizás si, en vez de establecer solo incentivos para colocalizar -lo que ya implica un avance-, debiéramos obligar a eso y, a la vez, mimetizar. Ambas cosas. Porque, a la luz de lo conversado con los vecinos, la mera colocalización es insuficiente.
Asimismo, es necesario preocuparse de las antenas ya instaladas en zonas turísticas, pues el texto aborda únicamente el caso de aquellas que se instalen a futuro en dichos lugares -lo valoro, pues se trata de un adelanto-, pero es imprescindible corregir eso.
De otro lado, en la Comisión Mixta que se constituya, deberemos echar una mirada a la situación de las futuras antenas según las exigencias que aquí se consignan, de modo que las empresas -lo expreso con mucha fuerza, señor Presidente - asuman realmente una responsabilidad.
Además, espero que el Gobierno ponga la respectiva urgencia a este proyecto. Porque -deseo resaltar lo que aquí se ha dicho-, mientras se tramita, se siguen instalando muchas, ¡muchas! antenas, sin que se cumplan los requisitos que contendrá la ley.
Por ende, formulo un llamado a la responsabilidad de las empresas en orden a que aquello no siga ocurriendo.
Reitero mi petición al Ejecutivo de dar urgencia a la iniciativa en los trámites que le restan en el Parlamento, con el objeto de analizarla globalmente con celeridad y de que se transforme pronto en ley, para los efectos de responder a la necesidad de contar con menos antenas, mejor cobertura y más bajos precios por el servicio.
--(Aplausos en tribunas).
El señor LETELIER (Vicepresidente).- Tiene la palabra el Senador señor Tuma.
El señor TUMA.- Señor Presidente , desde el año 2000 muchos parlamentarios hemos sido autores de las más diversas mociones con la finalidad de regular la industria de las telecomunicaciones en materia de instalación de antenas.
Creo que el enfoque dado al proyecto en debate tiene que ver con cómo compatibilizar los intereses de las empresas con los de los vecinos; con cautelar las exigencias urbanísticas, cuando se dice que vamos a mimetizar; con supervigilar las normas de salud, al anunciar que se van a regular las emisiones. ¡Y qué bueno que Chile se acoja a una norma que establece una emisión electromagnética más exigente que la de hoy!
Sin embargo, quiero enfocar el problema y la iniciativa propuesta en lo que el Estado debería haber hecho.
Ya llegamos tarde en cuanto a la regulación de la materia: todas las antenas que se requerían ya están y las que faltan se instalarán antes de promulgarse esta legislación.
Por lo tanto, el proyecto en debate prácticamente no vale nada, porque llegamos tarde; porque no hicimos en forma oportuna lo que correspondía; porque dejamos en la mayor de las orfandades a los vecinos, quienes imploraban que alguien regularizara e impidiera la instalación de esos enormes artefactos en el interior de su población.
En verdad, estamos haciendo un ejercicio en falso, pues esta ley no va a servir para regular nada, por cuanto no quedará antena por instalar en los sectores urbanos. Y donde queden pendientes algunas, el Estado tendrá que aportarles plata a las empresas y pedirles por favor que den cobertura a determinadas zonas rurales.
Aquí actuamos exactamente al revés. Y el modelo imperante ha adoptado el sistema de la autorregulación.
En efecto, cuando se abordó el problema de las empresas de electricidad dijimos que se autorregularan. ¡Observen cómo tienen abandonado al mundo rural! Como no efectúan mantención, basta un viento fuerte o cualquier temporal para que se corten los cables y se interrumpa el suministro de energía eléctrica. ¡Y nadie responde por ese servicio frente al consumidor, que paga la tarifa más cara no solamente de Chile, sino del mundo por el suministro de electricidad!
¿Por qué ocurre eso? Porque en su momento señalamos que las empresas se autorregularan; que ellas iban a competir. Pero ¡no pueden hacerlo, porque el campesino está imposibilitado de elegir a otro proveedor! Insistimos en que ellas harían mantención por su cuenta. No obstante, ¡no la hacen! ¡No realizan esa campaña vasta, concienzuda, territorial de mantención para evitar que las ramas o el crecimiento de los árboles interrumpan el servicio eléctrico, porque les sale menos oneroso pagar la multa que se les aplique!
Se trata de un asunto económico, de intereses, de lucro -ojalá analicemos el proyecto del lucro más adelante-, el cual tiene que ver con la ausencia del Estado. Está bien que las empresas lucren en esta materia y que recuperen sus inversiones. Pero deben prestar un buen servicio, el cual no funciona por autorregulación.
Lo mismo sucede con los bancos. Ayer veíamos por televisión, en el programa "Informe Especial", cómo los bancos abusan con la gente modesta. Y ello, porque el Estado está ausente en la autorregulación. ¡Las Superintendencias cuidan a las empresas y no a la gente ni a los ciudadanos!
Con la presente iniciativa acontecerá algo similar, porque establece una regulación que no les servirá para nada a los vecinos, pues las antenas ya se encuentran instaladas; ni a la ciudadanía, a la cual le preocupa el que esta industria cobre cada vez más caro por el servicio.
Por las razones expuestas, pienso que, en definitiva, la futura ley no servirá ni será eficaz. Seguramente antes habrá una nueva tecnología. En otros países con ciudades modernas, aunque sean pequeñas, no se observa ni una sola antena, porque usan la tecnología que es, por supuesto, más cara. Esperamos que ella también se incorpore a Chile.
Entonces, si regulamos de mejor manera; si exigimos a todas las empresas que cumplan retroactivamente la nueva norma, estoy seguro de que muchas de ellas -que compiten en forma artificial o falsa- se pondrán de acuerdo para traer tecnología para reemplazar esas antenas que crean tantos problemas a la gente.
Como dice el programa radial de Julio César Rodríguez: "Podría ser Peor".
Yo voy a votar favorablemente la iniciativa, insistiendo en que llegamos tarde no solo con las indicaciones, sino con esta legislación, para ayudar a la ciudadanía.
El señor LETELIER (Vicepresidente).- Tiene la palabra el Senador señor Quintana.
El señor QUINTANA.- Señor Presidente, por cierto, no creo que el proyecto sea la panacea, pero tampoco, que el panorama sea tan pesimista como lo plantea el colega Tuma.
Evidentemente, se deben mejorar y corregir algunas cosas en la Comisión Mixta.
El señor NAVARRO.- ¡En esas condiciones estamos!
El señor QUINTANA.- Lo que sí comparto plenamente con el Senador Tuma fue la experiencia como Diputados, cuando participamos en la larga discusión -un debate de años- sobre la materia en la Comisión de Obras Públicas, Transportes y Telecomunicaciones de la Cámara Baja. Ahí vimos el lobby que muchas empresas hicieron durante ese período. Y bien lo sabe el Senador García-Huidobro , también Diputado en aquella época.
La verdad es que, en esos tres a cuatro años de tramitación legislativa, se instaló probablemente el 30 a 40 por ciento -el señor Subsecretario me puede corregir- de las antenas.
El señor TUMA .- Hubo mucho lobby.
El señor QUINTANA.- Claro. El "lobby feroz" que se dio, Senador, buscaba cambiar el proyecto y atenuar una regulación que todavía no existe.
A mi juicio, la iniciativa tiene aspectos positivos, sin lugar a dudas.
En ese sentido, reconozco la disposición que ha tenido el Subsecretario de Telecomunicaciones, don Jorge Atton, para escuchar a la ciudadanía.
Y destaco la labor realizada por Moisés Pinilla, Arturo Samit y la agrupación de defensa de la salud y el medioambiente de Viña del Mar que ellos lideran. Porque este es un problema de salud.
De hecho, este proyecto tal vez abre un tema nuevo en ese ámbito, a pesar de que aún no existan -como se sabe- definiciones muy taxativas de la Organización Mundial de la Salud. En la Cámara de Diputados en su oportunidad escuchamos a Andrei Tchernitchin y a otros expertos, quienes expresaron que, aunque la OMS no se haya pronunciado al respecto -similar a lo que sucede con los transgénicos-, todo indica que las antenas generan problemas a la salud.
Siempre hago presente lo que ocurre en la calle Chorrillos , población Bellavista, de la comuna de Vilcún: mucha gente ha fallecido en un radio de 90 metros en torno a una antena -espero que podamos sacarla- y más del 60 por ciento de esos vecinos están enfermos de cáncer.
Entonces, hay datos. Cosa distinta es que la Organización Mundial de la Salud no los haya podido comprobar todavía. Y -¡claro!- cuando lo haga, ya va a ser tarde. Y ahí comparto lo que dijo el Senador Tuma: nos daremos cuenta de que llegamos tarde a la discusión.
Como sea, creo que el proyecto sirve.
¿En qué sentido?
Las emisiones y la densidad de potencia son aspectos importantes. Y concuerdo con las palabras del Senador Prokurica en orden a que en esta materia nos pondremos a la altura de los países de la OCDE. Ello me parece relevante.
En tal ámbito destaco el rol que ha jugado la Asociación de Ciudadanos para la Defensa de la Salud y el Medio Ambiente de Viña del Mar, que ha representado también a entidades de otras zonas del país, incluidas algunas de la Región de La Araucanía, que represento. Muchas comunas ( Perquenco , Lautaro , Victoria, Angol ) han sido parte de esta agrupación ciudadana. Y estimo que debemos seguir acompañándola, porque -insisto- la Comisión Mixta será una instancia completamente necesaria.
Las exigentes limitaciones que estamos poniendo a las emisiones (2,5 microwatts por centímetro cuadrado) nos sitúan al mismo nivel de Austria, Suecia, Suiza , China, Rusia -en definitiva, los países integrantes de la OCDE-, y no solamente para la densidad de potencia -algo que no se ha dicho-, sino, al mismo tiempo, en lo concerniente al protocolo de las mediciones. Porque el problema fundamental, más que la unidad de medición, es cómo vamos a medir tales emisiones.
El Senador Navarro mueve la cabeza. Está pensando seguramente en el SIMCE, en el semáforo. Es parecido.
En consecuencia, considero sumamente importante determinar cómo se medirán las emisiones, con qué instrumentos, con qué periodicidad. Resulta esencial dejar establecido en el cuerpo legal dicho protocolo, mediante el cual nos comparemos con los países antes señalados.
Desde ese punto de vista, pienso que el proyecto es un paso adelante.
¿Dónde, a mi juicio, no hay avance? En la distancia que deben guardar las antenas respecto de las zonas sensibles. A lo mejor, lo hecho en el Senado es más que lo obrado en la Cámara Baja. Pero seamos claros: en la discusión general llevada a cabo hace un par de meses hablábamos de prohibir la instalación de torres a menos de 300 metros de zonas sensibles (escuelas, espacios públicos, centros de salud, en fin). Sin embargo, hoy la norma plantea exigir como mínimo cuatro veces la altura de la antena. O sea, como el debate se ha centrado en las torres de 12 metros, el rango normal de distancia para permitir la instalación de tales estructuras será de alrededor de 50 metros.
Yo tengo una diferencia con el Senador Letelier, aun cuando comparto su preocupación. Entiendo que respecto de las antenas de entre 3 y 12 metros también hay un grado de restricción. Hoy día no contamos con ninguna: los directores de obras municipales no se pronuncian; simplemente son notificados por los señores que representan a las empresas del rubro y que han desarrollado un arduo trabajo de lobby durante el último tiempo. Ellos solo avisan: "Nos vamos a instalar en tal población, en tal barrio de Collipulli, Lautaro , Melipeuco, Santiago ; donde sea".
Sin embargo, con el proyecto en debate ello ya no sucederá. Los directores de obras y, por tanto, los municipios tendrán que hacerse responsables, y las agrupaciones vecinales deberán ser oídas a la hora de autorizar la instalación de antenas superiores a los 12 metros de altura, y también de las de entre 3 y 12 metros.
Otro asunto relevante es que la gran mayoría de las torres existentes superan con creces esa altura. Las más invasivas hoy día, como muy bien indicó el Senador Letelier, son las de 20 a 30 metros. Estas deben preocuparnos. No digo que las más pequeñas sean inocuas, pero no sé si la instalación de torres inferiores a 12 metros constituirá un proceso masivo a futuro.
Ahí surgirá un problema con la distancia. Me gustaría que ello también se corrigiera en el transcurso de la discusión en la Comisión Mixta.
Asimismo, me preocupan los sectores rurales porque están muy abandonados. Yo represento a vastas zonas rurales. Y en ellas se presentan dos problemas. Se los planteo, por su intermedio, señor Presidente, al señor Subsecretario de Telecomunicaciones.
Algunos dicen que el proceso ya está hecho; otros, que faltan muchas torres por poner. Pero la verdad es que en esos lugares no hay conexión; o sea, faltan servicios de telefonía.
El señor Ministro del ramo y el señor Subsecretario saben -por intermedio de la Mesa aprovecho de saludarlos- que el Senado aprobó por unanimidad hace algunos días el proyecto para que el Fondo de Desarrollo de las Telecomunicaciones -1, 2, 3; no sé en cuál vamos ya-, que fomenta la infraestructura digital, sea de carácter permanente. Considero que ello es un paso importante. Pero ojalá algún día se concrete y llegue a las Regiones. Que no nos pase lo mismo que sucede con la televisión digital, otro tema que tendremos que analizar juntos en los próximos días.
La Comisión de Educación, que presido, y la de Transportes y Telecomunicaciones, unidas, se involucrarán en el debate de ese proyecto pronto -lo hemos conversado con el Senador Novoa-, y se espera que su análisis dure seguramente hasta fin de año. Lo relevante es que saquemos adelante esa iniciativa.
Ahí también veo una preocupación, por cuanto los canales abiertos no se han involucrado en la materia y carecen de incentivos hoy día para hacerlo. Ello, porque la futura normativa sobre televisión digital les va a exigir contar con la misma área de cobertura.
Pienso que algo similar ocurre en este otro ámbito.
Existen pocos incentivos para que el mundo rural se conecte a servicios de telefonía en general. Y los que hay ni siquiera son de calidad. En vastos sectores de la cordillera de Los Andes en la Región que represento -comunas como Lonquimay, Curacautín, Melipeuco, Curarrehue-, tales servicios no están disponibles; mucho menos, los de Internet.
A mi juicio, debemos dar un salto mucho más audaz en materia de infraestructura digital, tal como se hizo en su oportunidad con el Programa de las 900 Escuelas o el denominado "Enlaces", iniciativas bastante visionarias para su época.
Con todo, señor Presidente, votaré a favor de las modificaciones propuestas, pues creo que se avanza.
Pero -insisto- quedan aspectos pendientes, que hacen necesaria la Comisión Mixta.
Termino señalando que en materia de colocalización veo un retroceso. Espero que no utilicemos tal modalidad solo cuando el espectro se halle saturado, sino ante cualquier circunstancia. Es preciso llevar ese punto a la Comisión Mixta.
De todas maneras, la iniciativa avanza en varios aspectos. No es la panacea -reitero-, pero tampoco amerita hacer una huelga de brazos caídos sobre el asunto. Y contiene algo muy importante: la opinión de los vecinos será considerada frente a decisiones relevantes en la materia.
He dicho.
--(Aplausos en tribunas).
El señor LETELIER (Vicepresidente).- Tiene la palabra el Senador señor Navarro.
El señor NAVARRO.- Señor Presidente , hay un solo concepto capaz de definir lo que ha pasado con las antenas celulares en los últimos quince años: lobby, lobby, lobby. ¡Brutal lobby en beneficio de las empresas y en detrimento de los vecinos!
--(Aplausos en tribunas).
Claramente, el retraso de esta iniciativa legal obedece a los múltiples lobbies de que ha sido objeto.
Lo dijo el Senador Tuma . ¿Hace cuánto presentamos los proyectos sobre esta materia? ¿Diez años atrás? ¿Y qué se nos decía cuando pedíamos participación de los vecinos al momento de aprobar la instalación de una antena? ¡Y solicitábamos el retiro de las torres cuando en Chile no había más de 1.500!
En mi página web, www.navarro.cl, publicaré el oficio que me ha llegado de la Subsecretaría de Telecomunicaciones: ¡4.500 antenas en proceso de instalación!
¡Esto es un desastre, señor Presidente!
¡No engañemos a la gente! ¡No le digamos que podrá actuar sobre la instalación de antenas que ya se hallan en proceso de colocación y sobre las cuales nos van a alegar que no hay retroactividad!
¡Aquí están: por comuna y Región!
Yo les pido a los Senadores que se preocupen de ver cuántas torres se van a instalar en sus respectivas Regiones, porque son varios centenares y no una, tres, cuatro, cinco por colocación, como sostuvo el Subsecretario .
¡Esto es lo que hay! ¡Un proceso abierto, duro!
Las empresas lograron dilatar lo suficiente la tramitación del proyecto.
En 2009 yo lo señalé. Entregué un documento de casi 100 páginas que contenía las direcciones de dónde se instalarían las antenas. Me pareció que la gente tenía derecho a saber. Lo repartí en la Región Metropolitana y también en mi Región. "Vecino, le van a poner una antena". La gente reacciona tarde. Les advierto: "¡Aquí está la información! Ya se hizo la solicitud, y la persona que vive en la casa de al lado arrendará el terreno o lo va a vender". Pero las juntas de vecinos están poco articuladas. Y la gente, al final, hasta que no se levanta la antena como callampa, no reacciona.
¡Aquí ha habido mala fe!
Las empresas defraudan la fe pública cuando, para instalar una antena, levantan un galpón y la hacen florecer por el techo una vez construida. ¡Eso es actuar de delincuentes! ¡Eso es actuar en la oscuridad! ¡Y eso es lo que han hecho las empresas de telefonía celular!
--(Aplausos en tribunas).
Por tanto, no nos engañemos.
Aquí no estamos frente a empresas que han actuado de buena fe y que quieren proveer el mejor servicio. ¡Es el peor servicio de América Latina! ¡Las compañías que tienen más reclamos ciudadanos son las de telefonía celular! O sea, son las que cobran más caro y las que más reclamos reciben (en el SERNAC, en la SUBTEL) dentro del sistema de prestación de servicios en Chile.
En definitiva, estamos hablando de un sector que se ha preocupado solo de maximizar sus utilidades, no de mejorar la calidad del servicio.
En consecuencia, señor Presidente, seamos claros: lo que estamos haciendo aquí es intentar regular la situación y mitigar sus efectos, pero sin retroactividad. Ninguna antena mayor de 12 metros va a ser relocalizada. Y se da un plazo de 36 meses a las empresas para adecuarse a las nuevas normas.
Y tampoco hay compensación.
¡Aquí se excluyó la participación vecinal! ¿Qué señala la ley cuando se quiere instalar una botillería? Que se debe preguntar a los vecinos. Y estos tienen la facultad de decir: "No queremos ese negocio, porque daña el entorno".
Respecto de las antenas, se consultará la opinión de la gente, ¡pero no se le permitirá votar! Seamos muy claros: Si las personas dicen que no cuando se les pregunte, ¿se va a descartar la instalación de la torre? ¡No! Se va a levantar de todas maneras.
El tema de la retroactividad y lo relativo a la colocación futura quedan en manos de las direcciones de obras municipales. ¡Como si ellas entregaran alguna certeza...! ¡Si el alcalde está de acuerdo con la antena, se va a instalar! ¡No cabe ninguna duda! Porque, además, cumplir la ley y los requisitos técnicos es una cosa posible.
Señor Presidente , yo esperaba una mínima consideración para reparar el daño a la plusvalía de las casas que se han visto afectadas. ¿Acaso las empresas han ganado poca plata como para no pagar el perjuicio que causaron a las viviendas colindantes, que han visto caer su valor hasta en 40 o 50 por ciento? Díganme: ¿algún Senador se va a comprar una vivienda con una antena de 15 o 30 metros al lado?
--(Manifestaciones en tribunas).
¿Cuántas torres se han construido en los barrios de más alta plusvalía? No se instalan. Y si se hace, se disfrazan. Pero sí se colocan tres o cuatro en sectores populares, frente a los liceos, etcétera. Y ahí no hay pago por la plusvalía perdida.
¿Qué he dicho yo en este punto durante la discusión de la iniciativa? Cuando he tenido que dar la cara -porque se habla de que este Parlamento no funciona; que viene la ley, que viene la ley, como el cuento del lobo, pero no llega-, he señalado que aspirábamos a que hubiera retroactividad: que debía sacarse la antena que se había puesto al frente de la casa de tal o cual persona porque, si no, esa propiedad valdría menos.
Y no estoy hablando de viviendas de 500 millones de pesos, de 1 millón de dólares, sino de casas modestas de 25, 30, 50 millones de pesos, de gente de clase media. Cuando sus dueños quieran venderlas, el mercado las va a castigar con 30 a 40 por ciento. ¡Y ya hay especuladores! Se acercan a los afectados y les dicen: "¿Por qué no vende ahora? Después va a valer menos".
Entonces, el no establecer compensaciones respecto del daño producido, tratándose de una industria que se ha hecho millonaria, que percibe grandes utilidades, no me parece.
Señor Presidente, lo reitero: aquí las empresas han actuado de mala fe.
Ahora mismo hay miles y miles de antenas en proceso de instalación. ¿Este proyecto de ley permite cautelar que ellas se instalen de acuerdo a lo que estamos aprobando? ¡No! Y yo espero que la Comisión Mixta corrija tal situación.
Conozco el esfuerzo que han hecho el Subsecretario y el Ministro. Pero debemos ser claros. Porque lo peor que puede ocurrir es que demos la señal de que este texto remediará la inquietud de la gente y que ello no suceda; que los vecinos piensen que van a ser compensados o que se sacarán las antenas mal instaladas y que ello no pase.
Les quiero leer el artículo 116 bis G, que es de verdad terrible.
La Senadora Alvear hizo un llamado a la responsabilidad de las empresas. Pero, ¡por favor! ¡Si estas han actuado de manera delictual! Porque operan de noche. Lo reitero.
Señor Presidente , aquí no hay participación ciudadana. ¡Yo la demando y reclamo! Cientos de miles de personas exigen hoy día en la calle ser parte de las decisiones de su país. Pues bien, en esta iniciativa no está incluida la participación ciudadana.
Voy a publicar en mi página web www.navarro.cl -repito- el listado de las 1.500 torres en vías de instalación, cada una de las cuales congregará tres o más antenas.
Me habría gustado que me mandaran también las direcciones de los emplazamientos. Hay dos maneras de desinformar: una, mandar siete cajas de documentos para que sea imposible leer todo, y otra, enviar un oficio simple con datos generales, del tipo: "Antofagasta: 28", "Concepción: 20". En definitiva, solo se hace referencia a la comuna. Hay más de 200 antenas proyectadas en la Región del Biobío...
--(Manifestaciones en tribunas).
Pero no se sabe dónde se instalarán. ¿Acaso la gente no tiene derecho a saberlo anticipadamente para obrar ex ante y no ex post?
Señor Presidente , se plantea colocalizar, minimizar y compensar.
Le preguntaba al Senador Prokurica, quien ha tenido una actuación bastante importante en el análisis del proyecto, ¿cuánto vale una antena celular? ¿50 millones de pesos? Si se fija una compensación de alrededor del 30 por ciento, estamos hablando en este caso de unos 15 millones. Pero con eso no se logra pagar ni siquiera la mitad de la desvalorización de la casa que está inmediatamente al lado.
Por lo tanto, tal compensación es absurda, irritante y absolutamente inaceptable.
También se dice que habrá precios más bajos en los servicios. Yo no sé si eso va a ser realidad. Ojalá se materialice pronto la portabilidad numérica. En el Senado tenemos contrato con una compañía de telecomunicaciones. Para los que hablamos harto, nos sale bastante caro el servicio.
Por cierto, no estamos en contra de las antenas. Lo que queremos es que las empresas inviertan en tecnología.
Los Senadores que han viajado por el mundo lo saben: cuando uno llega a las principales ciudades de Europa, se pregunta: "¿Aquí no hay antenas para teléfonos móviles?". ¿No existe telefonía celular en Londres, en Múnich, en Bonn, en París? Claro que la hay. ¡Pero no se ven antenas, menos en los lugares patrimoniales! Y no se aprecian, porque no están puestas en las condiciones en que se instalan hoy día en Chile.
Acá, las 1.500 torres a que hice mención (considerando 3 antenas en cada una, son 4.500 antenas) se van a levantar.
En América Latina, señor Presidente, es posible hacer las cosas mejor.
Tales empresas, que hoy día prestan servicios en el mundo entero, no son chilenas, son internacionales. Y tienen muchas más regulaciones en materia de instalación de antenas que las que estamos aprobando hoy día. Este es el tercer mundo. O sea, en Chile es posible hacer esto.
Yo hubiera esperado que Movistar, Entel o cualquiera de las grandes empresas dijera: "Yo me voy a asimilar a la normativa que me rige en los países de la OCDE, respecto de la localización y de la compensación". Pero eso no ocurre.
También se habló de que se va a fiscalizar.
Señor Presidente , ¡esas son mentiras! El SERNAC y las superintendencias no tienen plata para ello. ¡Eso no se va a hacer! Ese es un desafío para este Gobierno, señor Ministro . Yo confío en su gestión, pero ¿cuánta plata hay para fiscalizar?
Además, el artículo 116 bis G dice que, sin importar la altura, no se va a requerir ninguna autorización. Pido que se publique esta disposición. Porque, en definitiva, establece que se puedan instalar todas las antenas, que no sea posible denegarles el permiso. ¡No será posible denegar el permiso! Y si las direcciones de obras municipales se retrasan en su cometido, aquellas se colocan igual. Se opera por omisión.
Y para los dueños de edificios, no se exige nada, ¡absolutamente nada! Pueden ponerse antenas en postes eléctricos, en paneles de publicidad, en edificios, en toda la infraestructura ya existente, y no someter esa instalación a ninguna regulación -¡a ninguna!- de las normas que aquí estamos aprobando. Y, por favor, pido que los miembros de la Comisión de Transportes me desmientan: no se establecen exigencias para las instalaciones de nuevas antenas en estructuras preexistentes.
Creo que eso es, más bien, una burla.
--(Manifestaciones en tribunas).
Señor Presidente , la norma referida dice, textualmente, en uno de sus incisos: "Tanto a las torres soporte de antenas y sistemas radiantes de transmisión de telecomunicaciones a que se refiere este artículo, que se adosen o adhieran a una edificación preexistente, como a los postes de alumbrado público o eléctrico, elementos publicitarios, señalética o mobiliario urbano en cualquier altura, no les será exigible el permiso que se contempla en el inciso primero del presente artículo, debiendo cumplir sólo con el aviso de instalación establecido en el artículo 116 bis H de esta ley.".
Deberán solo avisar. ¡Por favor!
--(Manifestaciones en tribunas).
Yo siento que estamos faltando a un elemento esencial. Estamos haciendo una exclusión odiosa. Si las antenas se van a instalar sobre edificios, publicidad o cualquier otro elemento vertical, deberán también cumplir las exigencias que aquí se establecen. Si no, estamos dando una excepcionalidad total, y las empresas van a llegar a poner antenas en los edificios, en los postes de luz o en los paneles publicitarios.
¡Patagonia sin represas!
¡Nueva Constitución, ahora!
--(Aplausos y manifestaciones en tribunas).
El señor GIRARDI (Presidente).- Antes de cederle la palabra al Senador señor Patricio Walker, les pido a los asistentes en las tribunas que por favor respeten las intervenciones de los señores Senadores y que guarden silencio.
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El señor QUINTANA.- ¿Me permite, señor Presidente?
El señor GIRARDI (Presidente).- Tiene la palabra Su Señoría.
El señor QUINTANA.- Solicito autorización para que la Comisión de Educación, Cultura, Ciencia y Tecnología sesione paralelamente con la Sala, a partir de las 7 de la tarde.
El señor GIRARDI ( Presidente ).- Si no hubiere objeción, así se acordaría.
Acordado.
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El señor GIRARDI ( Presidente ).- Tiene la palabra el Honorable señor Patricio Walker.
El señor WALKER (don Patricio).- Señor Presidente , la verdad es que no quiero repetir acá lo señalado por los demás colegas. Pero hay un punto respecto del cual todavía me queda una duda. Y este se halla referido a lo planteado aquí por los Senadores señora Alvear , señores Prokurica , Horvath y varios más, en cuanto a qué pasará con las zonas turísticas donde ya se encuentran instaladas las antenas.
Y por ahí se escuchó decir que efectivamente existe solución en el proyecto de ley; pero la Senadora Alvear señala que no la hay.
Concretamente, en el texto comparado se agrega una norma que expresa: "En caso de zonas declaradas de interés turístico conforme al N° 7 del artículo 8° de la ley N° 20.423 se aplicará el régimen establecido en los artículos siguientes según corresponda.". La redacción es bastante vaga.
Dicho numeral se refiere al Comité de Ministros del Turismo, el que puede declarar las zonas de interés turístico. Esta parte se halla resuelta en la normativa a que se hizo mención. Sin embargo, no me queda claro de qué modo se procederá en lugares como playas, sectores de belleza escénica donde se encuentran instaladas antenas que afectan el patrimonio urbanístico, turístico, de esos parajes.
¿Qué se hace sobre el particular? Algunos me dicen que se puede recolocalizar en un año; otros, que se deben mimetizar las instalaciones. Pero eso no lo veo en el articulado. Tal vez figura en las disposiciones transitorias, a las que aún no he llegado.
Por eso, señor Presidente , por su intermedio, quiero pedir al Ministro o al Subsecretario si nos pueden orientar, ilustrar, acerca de cómo se resuelve aquello en la iniciativa legal. Porque la verdad es que no logro comprender cuál es la solución.
He dicho.
El señor GIRARDI (Presidente).- Tiene la palabra el Honorable señor García.
El señor GARCÍA .- Señor Presidente , en primer lugar, deseo expresar que este es un proyecto de ley muy sentido por la comunidad, que por años ha sido solicitado por diversos dirigentes sociales. Porque claramente la ausencia de regulación en la instalación de antenas de celulares -así las conocemos comúnmente- ha significado que muchos vecinos pierdan el valor de sus viviendas; enormes disputas entre ellos, porque basta que alguien arriende su sitio con tal propósito para que, obviamente, se gane la enemistad de toda la gente del barrio. Esto ha traído grandes problemas de convivencia.
Y si bien es cierto que esta iniciativa regula la instalación de esas estructuras hacia delante, creo que constituye una clara preocupación de nosotros, los legisladores, por terminar con la actual desregulación y que el emplazamiento de antenas esté sometido a procedimientos y a organismos técnicos que señalen la pertinencia o no de ello; que exista participación de los propios vecinos afectados, como también de las municipalidades, a través de sus concejos, de las direcciones de obras.
Por lo tanto, desde esos puntos de vista, sin duda que el proyecto que nos ocupa representa un avance, y lo voy a votar favorablemente.
Sin embargo, señor Presidente , como yo no integro la Comisión de Transportes y Telecomunicaciones, me voy a permitir, por su intermedio, hacerle una pregunta al señor Ministro o al señor Subsecretario , porque a mí me hace mucha fuerza lo que señaló aquí hace poco el Senador Tuma , y que también acaba de expresar el Senador Navarro. Si existen las tecnologías para evitar la proliferación de antenas celulares, ¿no sería mucho más razonable que exigiéramos incorporarlas?
--(Aplausos en tribunas).
Ahora bien, puede ser que esas tecnologías sean demasiado onerosas.
Porque tengo claro que debemos compatibilizar dos aspectos: uno positivo, y otro, negativo.
El primero de ellos tiene que ver con que nuestra sociedad cada día usa más los teléfonos celulares -entiendo que existe ya una cifra cercana a los 20 millones de aparatos-, e Internet. Incluso en las comunidades rurales nosotros, como parlamentarios, estamos siendo permanentemente demandados para que dicho medio llegue a todos los rincones de nuestro país.
Esa es la cara buena de toda esta tecnología.
El lado negativo ha sido, obviamente, la proliferación de las antenas y la desregulación que hay hasta este momento respecto de su instalación.
Por eso, señor Presidente , deseo pedirle al Ministro que nos informe si existen esas tecnologías, cuál es su costo. Porque yo no quisiera que nuestro país se fuera quedando atrás en estas materias, ni tampoco que estuviéramos legislando sobre cosas que probablemente, desde el punto de vista tecnológico, ya están obsoletas.
Considero que Chile, desde hace mucho tiempo, ha venido dando ejemplo de modernidad, como también de integración al mundo, y hace poco más de un año nos incorporamos a la OCDE. Entonces, parece razonable que deseemos contar con las tecnologías más modernas, más desarrolladas, sobre todo si se asegura que su utilización no provocará daño alguno a la salud de la población.
Probablemente, el Ministro y el Subsecretario han dado tales explicaciones en el seno de la Comisión de Transportes y Telecomunicaciones. Pero como no formo parte de ella, a mí me gustaría conocer su opinión sobre el particular.
Repito: si se cuenta con esas tecnologías, nuestras exigencias debieran apuntar hacia allá. A lo mejor, no de la noche a la mañana; quizás debemos darnos un plazo en la medida en que sus costos sean muy excesivos. Porque tampoco se trata de que privemos a parte importante de la población del uso de celulares o de Internet obligándola a utilizar tecnologías cuyo costo finalmente se traspasará a las tarifas, las que pueden resultar demasiado altas, lo que significaría dejar a mucha gente al margen de aquellas por cuanto no podrían pagar su valor. Eso está lejos de mi ánimo y creo que también del de todos quienes integran esta Sala.
No obstante, si hay tecnologías que impliquen un costo razonable, incluso menor que el de la instalación de antenas, me parece que nuestras exigencias y la legislación debieran estar orientadas en ese sentido, más que a una regulación para el emplazamiento de antenas futuras. Porque, como bien se ha expresado en otras intervenciones, es muy probable que estemos quedando absolutamente desfasados respecto de la modernidad y de las nuevas tecnologías.
Gracias.
El señor GIRARDI ( Presidente ).- Estamos en votación. Así que primero intervendrá el Senador señor Rossi y más adelante podrá hacerlo el señor Ministro .
Tiene la palabra Su Señoría.
El señor ROSSI.- Señor Presidente , solo deseo saber cuándo votaremos el proyecto que figura en el segundo lugar de la tabla, relacionado con el lucro en la educación, que es un tema importante.
¿Lo votaremos a primera hora en la sesión de mañana?
La señora ALLENDE.- ¡Que se vote a primera hora mañana!
El señor COLOMA.- Hay que seguir el Orden del Día.
El señor LARRAÍN.- Aplique el Reglamento, señor Presidente.
El señor GIRARDI ( Presidente ).- Se va a votar mañana, Su Señoría.
Tiene la palabra el Senador señor Orpis.
El señor ORPIS.- Señor Presidente , Honorable Senado, quiero ir con mi argumentación en una línea distinta de lo que se ha planteado en la discusión de esta tarde.
He escuchado con mucha atención encendidos debates sobre el proyecto de ley en análisis y las dificultades que presenta. Pero lo que no he oído es que en parte los culpables somos nosotros.
La verdad, señor Presidente , es que la tecnología celular -según recuerdo- comenzó a principios de la década de los 90. Muchos éramos parlamentarios en aquella época y recibimos los primeros teléfonos celulares. Y era evidente que estos aparatos debían funcionar con antenas y que la tecnología que iba a permitir que se masificaran -porque esa era la tendencia- requeriría tales estructuras.
Durante el transcurso del debate de esta tarde he podido constatar que nos ocurre lo mismo con muchas otras materias, en el sentido de que numerosas veces actuamos sobre la base de hechos consumados y las cosas avanzan a tal punto que cuesta bastante ordenarlas.
Eso es lo que ha acontecido, señor Presidente, en cuanto a las antenas celulares.
Esta tecnología nace y se empieza a masificar a principios de la década de los 90, y se expande cada vez más. Aquí mismo se ha sostenido que en Chile hay cerca de 20 millones de teléfonos celulares.
¡Cuántos reportajes vimos donde se mostraba que esta tecnología progresaba a pasos vertiginosos! ¡Cómo se acercaba a la gente!
Era evidente, señor Presidente, que había que regular la materia, porque, en caso contrario, iba a provocar los estragos que hoy día afectan a la comunidad, en especial por el uso de las antenas.
En mi concepto, la discusión llevada a cabo ahora nos debería servir para anticiparnos -como sector político, como Gobierno- a ciertos procesos que pueden traer grandes beneficios a la población y no tener que debatir acerca de los perjuicios que puedan ocasionar.
Ordenar no es fácil. Cuesta hacerlo cuando se avanza en los términos en que se ha prosperado hoy, particularmente en lo que respecta a la masificación de las antenas.
Sin duda, con todos los defectos, el proyecto constituye un adelanto con relación a lo que existe, pues prácticamente no hay ninguna regulación. Y ojalá se perfeccione lo más posible durante el tercer trámite, en una eventual Comisión Mixta.
Simplemente quiero dejar establecido que seamos capaces, como actores políticos, como líderes, de anticiparnos a los procesos y no solo funcionar en pos de la coyuntura.
En cuanto a la materia que nos ocupa se habían presentado mociones -tal como se ha señalado aquí- en los años 2006, 2007. Pero han pasado prácticamente cinco, seis o siete años, y recién ahora, a finales del 2011, estamos terminando la tramitación de un proyecto, cuando lo más probable es que ya existan nuevas tecnologías y estos procedimientos se hallen obsoletos.
Espero que no ocurra lo mismo con la televisi��n digital. Ha sucedido con el tema educacional que se encuentra en debate: por no adelantarnos a los procesos estos terminan explotando en la forma que muchas veces hemos visto.
Hago un llamado a acelerar lo más posible la tramitación de esta iniciativa. Ella significa un avance, aunque se trata de ordenamientos que no son fáciles cuando se llega a límites como a los que se ha arribado hoy.
He dicho.
--(Aplausos en tribunas).
El señor GIRARDI (Presidente).- Tiene la palabra el Honorable señor Coloma.
El señor COLOMA.- Señor Presidente , recuerdo que hace algunos años tuve, en un mismo día, una visión un poco surrealista de lo que ocurre en esta materia. Me acuerdo que fui a Empedrado, una localidad rural donde el principal requerimiento ciudadano era contar con una conexión a un teléfono celular, pues ello haría la diferencia entre estar comunicado con el mundo -como decían sus habitantes- o quedar aislados, en un lugar al que cuesta acceder -queda a 40 kilómetros de Constitución- y en que, obviamente, existía un solo teléfono público, que era municipal.
Y digo lo anterior porque esa misma tarde me tocó asistir a una reunión en Talca, donde la principal exigencia ciudadana era terminar con la enorme cantidad de antenas de teléfonos celulares que generaban una dificultad visual -teóricamente no sabemos bien cuáles son los efectos en el ser humano-, razón por la cual dicha demanda constituía la primera prioridad para la zona.
Y eso marca un poco las distintas visiones con que uno puede analizar un mismo proyecto.
En el fondo, entiendo que se busca establecer una normativa que acoja la problemática ciudadana respecto a la instalación de estas infraestructuras, de estas antenas. Pero también existe la necesidad de cautelar el mercado en condiciones competitivas, particularmente con la finalidad de asegurar espacios especiales en aquellas zonas que no los tienen o que carecen de ellos para instalar antenas de telefonía móvil.
Hace dos semanas, por esas cosas de la vida, volví a los mismos lugares que mencioné y nuevamente el principal requerimiento ciudadano del mundo rural apuntaba a satisfacer la necesidad de contar con un teléfono móvil. Por su parte, en Talca había muchas más antenas que antes, porque no existe una legislación que instaure de manera precisa las reglas del juego, que podrían ser obligatorias, para este tipo de actividades que presentan esta curiosa mezcla de ser muy necesarias -en la actualidad es difícil imaginar un mundo sin celulares: no sé si alguien no tiene, pero, obviamente, quienes estamos aquí, en la Sala, y la gente en las tribunas contamos con uno- versus el efecto visual o de salud que genera el impacto de las torres.
Y la verdad es que después de cuatro años, habiendo sido presentadas varias mociones y existiendo mayoría en los sectores políticos -en este caso de la Oposición-, más allá de las buenas intenciones no se logró alcanzar ningún acuerdo respecto de normas básicas para mirar con visión de futuro este tema propio de la modernidad.
Por eso, parto señalando que me parece un avance significativo que por lo menos haya habido un acuerdo sustancial en materias que son relevantes para los tiempos venideros.
En primer lugar, quiero destacar lo importante que es tener reglas claras -es probable que en cinco años más esta legislación se encuentre caduca, cosa que no descarto- como son los requisitos para instalar todo tipo de antenas y la prohibición de emplazar estas estructuras en zonas declaradas saturadas de emisiones electromagnéticas, o en aquellas áreas sensibles como colegios, hogares de ancianos, etcétera.
Parece increíble que a estas alturas no hayamos definido un criterio. Muchas veces dijimos: "No pueden haber antenas a tantos metros de distancia". Los mismos vecinos argumentaban sobre los peligros que en uno u otro caso podría involucrar. Por ello, considero sabio que la Comisión haya adoptado el criterio de los efectos electromagnéticos para precisar dónde se podían instalar las antenas y señalar que existían zonas saturadas, sin capacidad para colocar nuevas torres. Y se entenderá que un área está saturada cuando en un mismo espacio físico existan dos o más antenas y un tercero quiera instalar otra dentro del radio de cien metros a la redonda medido desde el eje vertical de cualquiera de las estructuras preexistentes.
A mi juicio, era muy importante precisarlo porque conozco sitios donde hay tres o cuatro antenas a una distancia de 50 metros. Eso, obviamente, genera un mal escenario para los vecinos, un problema visual y mucha angustia sobre los efectos que podría reportarles esta sucesión de antenas en un mismo lugar, sin que haya reglas de ninguna naturaleza.
En mi opinión, esto es superrelevante y va directo a la vena de las preocupaciones ciudadanas.
En segundo término, hay un artículo nuevo que regula la instalación de antenas de más de 12 metros.
Ese era el otro tema sensible: qué altitud podrían tener las antenas.
Cuando no hay reglas o cuando existen pocas regulaciones, uno ve florecer aquellos aparatos. Porque su velocidad de crecimiento es impresionante: de una semana a otra cambia el paisaje.
Reviste importancia, pues, la existencia de reglas.
Es relevante, primero, que se deba obtener un permiso de instalación otorgado por la dirección de obras respectiva, requisito que parece demasiado obvio, pero que en la actualidad no existe.
En seguida, aunque precario, se fija un esquema de información ciudadana en términos de que quienes vivan a determinada distancia del futuro emplazamiento sean informados a fin de que, en ejercicio de su derecho a participación, propongan alternativas respecto tanto al diseño como a las obras de mitigación. Es lo que muchas juntas de vecinos nos han planteado a todos una y otra vez: "Por qué esto, que está acá, no puede instalarse un poco más allá o de forma distinta, para no afectar la vida de los ciudadanos".
De otro lado, me parece clave la obligación de mimetizar la torre de acuerdo al entorno urbano donde se ubique. Esto puede ser la gran transformación que este tipo de legislación genere en el cuadro visual de muchas ciudades de Chile.
Todos hemos visto que, donde existe espacio para mimetizar, el efecto visual es completamente distinto del que se produce en los lugares en que se instalan unas cosas raras, con forma muy poco grata y que afectan la vida de quienes viven cerca de ellas.
Además, habrá un catálogo. Días atrás le pedí al Ministerio una gama de distintas alternativas, las cuales cambian mucho el cuadro visual.
Y, por último, se realizarán obras de mitigación a favor de la comunidad hasta por 30 por ciento del valor de la torre...
El señor PROKURICA.- De la inversión.
El señor COLOMA.- Perdón: de la inversión.
Se podrá decir que la norma pertinente es buena o mala. Sin embargo, no existía nada de esto: ni la obligación de mimetizar ni la de mitigar; ni el requisito del permiso de la dirección de obras municipales; ni la obligación de informar.
Entonces, señor Presidente, estimo que esta iniciativa constituye un avance muy significativo. Y no comparto las frases que se dicen al vuelo en el sentido de que no sirve para nada. Creo que sirve y que genera un efecto ciudadano que va a ser valorado.
Me hago cargo ahora de los planteamientos de los Senadores García y Orpis sobre las futuras tecnologías.
En mi concepto, el Ministerio es el primer interesado en captar las nuevas realidades que se puedan dar, a los efectos de incorporarlas en la legislación.
Pero, sin duda, aquí podemos hablar de un antes y un después. Y la ley en proyecto debe significar un antes y un después en cuanto a un tema ciudadano que quizás nadie imaginó hace diez años.
Es cierto: estamos atrasados una década. Habrá que preguntarse, entonces, por qué no se actuó antes.
En todo caso, es menester valorar el esfuerzo realizado de manera transversal por el Gobierno y la Comisión de Transportes y Telecomunicaciones.
Más de una vez pasé casualmente por aquella. Me consta, entonces, cuánto trabajaban, como asimismo sus esmeros por llegar a acuerdos, arte mucho más difícil que el fácil de discrepar y decir "No hay solución".
Estimo que, en tal sentido, dicho órgano técnico merece un reconocimiento especial.
Por último, la idea específica de incentivar la instalación de antenas en edificios de altura apunta exactamente en una dirección correcta, porque genera mucho menor impacto y bastantes menores complicaciones para el ciudadano, que, al final, es lo que de verdad importa.
Es cierto, señor Presidente , que podemos discutir 50 veces sobre la oportunidad. Pero esta llegó, se dio. Y espero que a partir de hoy se empiece a marcar el antes y el después de este crudo asunto de las antenas para telefonía celular.
El señor LABBÉ ( Secretario General ).- ¿Algún señor Senador no ha emitido su voto?
El señor GIRARDI ( Presidente ).- Terminada la votación.
--Se aprueban las normas que no fueron objeto de modificaciones ni de indicaciones y las enmiendas acogidas en forma unánime por la Comisión, incluidas las que requieren quórum especial (34 votos a favor y 2 abstenciones), dejándose constancia de que se reunió el quórum constitucional exigido.
Votaron por la afirmativa las señoras Allende, Alvear, Pérez (doña Lily), Rincón y Von Baer y los señores Bianchi, Cantero, Chahuán, Coloma, Escalona, Espina, Frei (don Eduardo), García, García-Huidobro, Girardi, Gómez, Horvath, Lagos, Larraín (don Hernán), Muñoz Aburto, Novoa, Orpis, Pérez Varela, Pizarro, Prokurica, Quintana, Rossi, Ruiz-Esquide, Sabag, Tuma, Uriarte, Walker (don Ignacio), Walker (don Patricio) y Zaldívar (don Andrés).
Se abstuvieron los señores Letelier y Navarro.
El señor GIRARDI ( Presidente ).- A continuación, tiene la palabra el señor Ministro de Transportes , quien hará una proposición relacionada con las zonas de interés turístico.
El señor ERRÁZURIZ ( Ministro de Transportes y Telecomunicaciones).- Señor Presidente , antes de entrar en el detalle de algunos puntos, y a propósito del comentario del Senador Patricio Walker , quiero proponer la introducción de una pequeña enmienda, porque tanto la Comisión como el Ejecutivo pretenden que la mimetización de las antenas ubicadas en zonas turísticas sea obligatoria no solo para las instalaciones futuras sino también para las antenas ya emplazadas.
Por ello, señor Presidente, solicito que se recabe el asentimiento unánime de la Sala a los fines de modificar el texto pertinente.
La idea sería que dijera: "pretendan emplazar o están emplazadas en zonas declaradas de interés turístico".
El señor LETELIER.- ¿Y por qué no en todas?
El señor WALKER (don Patricio) .- Porque no lo van a aceptar.
El señor ERRÁZURIZ ( Ministro de Transportes y Telecomunicaciones).- Se estaba discutiendo si se podía reglamentariamente...
El señor GIRARDI ( Presidente ).- Perdón, señor Ministro .
Se ha formulado una petición que requiere la unanimidad de la Sala.
El señor LETELIER .- Una indicación.
El señor GIRARDI (Presidente).- Démosla por aceptada, para poder avanzar.
La señora ALLENDE.- Sí.
El señor LARRAÍN .- De acuerdo.
El señor GIRARDI (Presidente).- Tiene la palabra el Senador señor Novoa.
El señor NOVOA .- Señor Presidente , me parece que ese aspecto se puede solucionar perfectamente. Y quiero agradecer que haya unanimidad al respecto.
Ahora, si Su Señoría me lo permite, deseo realizar dos o tres comentarios, porque se han hecho algunas afirmaciones que no corresponden exactamente...
La señora ALLENDE .- No hay acuerdo.
El señor WALKER (don Patricio).- Resolvamos primero lo de la enmienda.
El señor NOVOA.- Eso está acordado.
¿O no, señor Presidente?
El señor GIRARDI (Presidente).- Hay unanimidad de la Sala.
Entonces, se halla acordado.
El señor PIZARRO.- Está solucionado entonces.
El señor GIRARDI (Presidente).- Pido, sí, que la enmienda propuesta por el Ministro de Transportes se haga llegar por escrito a la Mesa.
El señor NOVOA.- Que se le entregue al señor Secretario.
El señor GIRARDI (Presidente).- Tiene la palabra el Senador señor Zaldívar, quien ha esperado pacientemente.
El señor ZALDÍVAR (don Andrés).- Señor Presidente , no quiero repetir toda la argumentación con que he concordado desde el inicio de la tramitación de este proyecto.
Sí, deseo hacer una reflexión y formular una petición al Ejecutivo , y también a nosotros, como parlamentarios.
Desde que comenzó a tramitarse esta iniciativa se han instalado más o menos 6 mil antenas.
El señor LETELIER .- Sí.
El señor ZALDÍVAR (don Andrés).- Si hubiéramos regulado esta materia en su momento -es algo en lo que todo el país (incluidos nosotros) tiene responsabilidad-, seguramente no estaríamos en esta discusión.
Ahora bien, como todavía queda bastante camino por recorrer (tercer trámite constitucional, Comisión Mixta, etcétera), quiero realizar una petición, para evitar que debamos seguir lamentándonos.
Ojalá que en un futuro próximo -porque, efectivamente, está avanzando la tecnología en materia de telecomunicaciones- se reemplacen las torres en comento.
Así como en un tiempo nació la fibra óptica, que evitó significativamente el uso de cablería y otros elementos, se ha visto ya en Europa, por ejemplo, que se instalan implementos de índole diversa para efectuar las transmisiones pertinentes.
Espero que en esta ocasión ocurra lo propio, para que con el retiro de las famosas torres se limpie el panorama de nuestras ciudades.
Empero, si no legislamos con cierta urgencia, se van a instalar cientos de antenas más.
Yo creo que de todas maneras el proyecto va a ayudar.
Entonces, le pido al Ejecutivo , a pesar de que se trata de una obligación que nos podríamos autoimponer, que le coloque "discusión inmediata" al proyecto en todos los trámites que sigan, al objeto de que ojalá no tengamos que continuar discutiendo esta materia más allá del próximo mes.
Mi solicitud obedece a que considero necesario legislar sobre el particular.
Muchas gracias.
--(Aplausos en tribunas).
El señor GIRARDI (Presidente).- Tiene la palabra el Senador señor Novoa.
La señora ALLENDE.- ¡Cómo es la cuestión!
El señor NOVOA .- Señor Presidente , solo quiero referirme a dos o tres cosas que se han planteado en el debate y que me parece apropiado aclarar a fin de reflejar el espíritu de la Comisión.
Un señor Senador preguntó por qué en Europa no se ven antenas. Ello se debe a que en ese continente las ciudades tienen edificaciones en altura y las antenas se instalan arriba de ellas.
Por lo tanto, lo coherente acá sería liberar de requisitos la instalación en edificios, pues de esa forma se impacta menos el medioambiente.
De otra parte, se dice que hay antenas solo en los sectores populares y no en los acomodados.
Eso es falso. El sistema de telefonía celular las exige en todas partes. Lo que pasa es que en los sectores populares no las mimetizan y no se cumplen las normas.
Por eso ahora le dimos importancia a la mimetización, para que no se produzca impacto en ninguno de los dos sectores.
En tercer lugar, aquí se habla de la colocalización como si fuera la panacea. Pero la realidad es que para colocalizar se necesitan antenas de más de 30 metros.
Por consiguiente, la idea de volver al texto de la Cámara puede constituir un gran error.
Finalmente, deseo clarificar que la ley en proyecto tendrá efecto retroactivo,...
--(Aplausos en tribunas).
... por cuanto en todo lugar donde haya más de dos antenas en un radio de 100 metros se deberán cumplir las disposiciones legales pertinentes.
Por ende, que no quede la sensación de que no habrá efecto retroactivo, pues existirá retroactividad. Y quienes están planeando instalar antenas hoy día deben tener mucho cuidado, pues a lo mejor pasado mañana van a tener que sacarlas.
Gracias, señor Presidente.
--(Aplausos en tribunas).
El señor GIRARDI (Presidente).- Tiene la palabra el Senador señor Escalona.
El señor ESCALONA.- Señor Presidente , apelando al énfasis puesto aquí en la necesidad de apurar la tramitación de esta iniciativa, debo recordar que aún resta por votar las indicaciones, en particular una que me permití reponer, con el apoyo de diez colegas, relativa a la participación ciudadana en el proceso.
Ahora, como, según me informó el señor Secretario General , quedan solo dos minutos para el término del Orden del Día, deseo apelar a la unanimidad de la Sala para realizar las cuatro votaciones pendientes.
--(Aplausos en tribunas).
El señor GIRARDI ( Presidente ).- ¿Hay acuerdo?
El señor NOVOA.- Señor Presidente...
El señor LARRAÍN .- ¡No están todos los Senadores! ¡Se encuentra sesionando la Comisión de Educación!
El señor GIRARDI ( Presidente ).- ¿Existe unanimidad para acoger la solicitud formulada por el Honorable señor Escalona?
Tiene la palabra el Senador señor Hernán Larraín.
El señor LARRAÍN .- Señor Presidente , únicamente quiero plantear una cuestión de orden práctico.
Si queda un minuto para el término del Orden del Día y hay Comisiones funcionando, le sugiero a Su Señoría que ponga este proyecto en el primer lugar de la tabla de la sesión ordinaria de mañana exclusivamente para votar las indicaciones pendientes. Porque tengo la impresión de que entre que se llame a los Senadores ausentes y estos lleguen a votar se nos va a ir todo el tiempo disponible.
Por eso, tal vez sea más práctico continuar mañana, poniendo la iniciativa en el primer lugar del Orden del Día solamente para los efectos de pronunciarse sobre las indicaciones y sin más intervenciones que las correspondientes a la fundamentación de voto.
--(Manifestaciones en tribunas).
El señor GIRARDI (Presidente).- Les pido a los presentes en las tribunas guardar silencio.
Tiene la palabra la Senadora señora Allende.
La señora ALLENDE .- Señor Presidente , en mi opinión, debiéramos votar hoy. Usted mismo dijo que en el primer lugar de la tabla de mañana está el proyecto relativo al lucro en las universidades, cuyo despacho no queremos seguir postergando.
Por eso, votemos las indicaciones ahora y llame por cinco minutos a los colegas que están trabajando en Comisiones.
--(Aplausos en tribunas).
El señor GIRARDI (Presidente).- Entonces, para no discutir más, en votación...
El señor NOVOA .- ¡Son cuatro votaciones, señor Presidente!
El señor ROSSI.- ¡No votar ahora sería una falta de respeto para con la gente que vino al Senado!
El señor GIRARDI (Presidente).- Senador señor Novoa, tiene la palabra.
El señor NOVOA .- Señor Presidente , hay que efectuar cuatro votaciones distintas, pues se trata de cuatro materias diferentes: dos artículos que no fueron aprobados por unanimidad en la Comisión; una indicación renovada del Senador Escalona -abarca una página completa-, y una indicación renovada del colega Letelier .
Por lo tanto, no se puede efectuar una sola votación, pues cada tema es distinto del otro.
De acuerdo al Reglamento, debemos seguir la discusión particular mañana, votando en el orden que corresponde.
El señor ROSSI .- ¡Ahora!
El señor NOVOA .- ¡No! Para lo contrario se requiere unanimidad, y no la hay.
El señor COLOMA .- ¡Terminó el Orden del Día, señor Presidente!
El señor GIRARDI (Presidente).- Tiene la palabra el Senador señor Rossi.
El señor ROSSI.- Todos sabemos, señor Presidente, que algunos parlamentarios y ciertos ministros quieren prolongar este debate con el objeto de que no se vea mañana el proyecto relativo al lucro en las universidades.
Entonces, por respeto a la gente que nos acompaña desde las tribunas -viene de Coquimbo, de varias Regiones-, yo le pediría que trabajáramos un poco más y sacáramos el proyecto ahora.
El señor COLOMA .- ¡No sea demagogo! ¡Cuántos años estuvimos esperando esta votación!
--(Manifestaciones en tribunas).
El señor GIRARDI (Presidente).- Quiero reiterarles a los presentes en las tribunas que no pueden interrumpir. De lo contrario, y aunque no lo desee, deberé pedir su desalojo.
Tiene la palabra el Senador señor Pizarro.
El señor PIZARRO.- Señor Presidente , el proyecto que estamos discutiendo es extraordinariamente importante y muy complejo. Lo que debemos hacer es legislar bien y, con buena voluntad, buscar acuerdos máximos que puedan sustentarse en el tercer trámite constitucional y, después, en una eventual Comisión Mixta.
Nosotros cambiamos prácticamente el texto entero. El nuestro es muy distinto del que llegó de la Cámara de Diputados. Y al menos quienes participamos en la Comisión, trabajando muchos días, queremos que del Senado salga un proyecto bien articulado.
Yo soy autor de una indicación que repusimos, referente a un tema donde todavía existen diferencias.
Sin embargo, no es cuestión de llegar y votar las indicaciones renovadas.
La que repuso el Senador Escalona, también con mi firma (ojalá cuente con respaldo mayoritario), plantea una alternativa bastante distinta en lo concerniente al proceso de participación ciudadana y tiene repercusión en toda la iniciativa. Entonces, no podemos votarla así como así, sin conocerla y sin debatirla.
Lo mismo ocurre con nuestra indicación, que en el hecho, si se aprobara, significaría una modificación tremenda, pues habría que eliminar todas las antenas instaladas hoy en lugares públicos como colegios, hospitales, etcétera. Entonces, debemos discutirla asimismo con calma, pues hay problemas de orden práctico que a lo mejor algunos colegas no han evaluado como tales.
En consecuencia, señor Presidente, debemos saber exactamente sobre qué nos estamos pronunciando. No se trata de llegar y votar.
Así las cosas, si no podemos llevar a cabo un debate a fondo, con plena conciencia de todos -porque ahora se encuentra funcionando la Comisión de Educación, en la cual están participando varios colegas-, yo le pido, señor Presidente , si les parece a los Senadores de Gobierno, fijar un Orden del Día...
¿Me puede prestar atención, señor Presidente?
El señor GIRARDI (Presidente).- Lo estoy escuchando, Su Señoría.
Prosiga.
El señor PIZARRO.- No. ¡Atienda primero al Senador Tuma!
El señor GIRARDI ( Presidente ).- El Honorable señor Tuma me está planteando varias cosas.
El señor PIZARRO.- Yo sé que usted es capaz de hacer varias cosas al mismo tiempo. ¡Pero no siempre se nota...!
El señor GIRARDI (Presidente).- ¡Es un problema de edad...!
El señor PIZARRO.- Señor Presidente , le decía que, con miras a poder trabajar con toda tranquilidad y seriedad, determinemos un tiempo para discutir y votar la materia en el Orden del Día de la sesión de mañana.
Después continuaríamos con el proyecto sobre las "sociedades espejo", respecto del cual no alcanzamos a pronunciarnos hoy.
Creo que esta proposición puede contar con el acuerdo de la Sala.
Y no me cabe duda de que la gente en las tribunas vendrá también a escuchar el debate.
En esa forma despacharemos los dos asuntos como corresponde.
El señor GIRARDI ( Presidente ).- Puede intervenir la Honorable señora Allende , quien tiene una petición que formular.
La señora ALLENDE .- Señor Presidente , todos coincidimos en que la iniciativa es muy trascendente y en que es importante legislar. No tengo inconveniente, entonces, si vamos a discutirla bien, en proseguir mañana, pero solo le pido que mantenga su palabra. En efecto, Su Señoría expresó en la Sala que el primer proyecto que se tratará en esa oportunidad es el relativo al lucro. Pido que lo hagamos así, luego de lo cual no habrá ningún problema para abocarnos al que quedará pendiente ahora.
El señor COLOMA .- Procedamos conforme al Reglamento.
La señora ALLENDE .- Señor Presidente , el acuerdo es para que ambas iniciativas se vean mañana -no tengo objeciones al respecto-, pero con la condición de que se discutan y voten.
Es la propuesta que hago, como Comité Socialista.
El señor COLOMA.- No, señor Presidente.
El señor GIRARDI ( Presidente ).- Tiene la palabra el Senador señor Hernán Larraín .
El señor LARRAÍN .- Señor Presidente , tanto por lo expresado desde este sector como por otros, ante la seriedad de la materia en discusión, creo que usted debería hacer algo muy simple: aplicar el Reglamento.
Porque todas estas normativas son importantes. La que se está debatiendo en la Comisión de Educación lo es en grado sumo. Entonces, ¿vamos a llamar a sus miembros? No.
Hagamos, por lo tanto, lo que corresponde. Cíñase a dicho texto, señor Presidente , y convoque para mañana, conforme a sus disposiciones, a sesión ordinaria, con el Orden del Día pertinente.
La señora ALLENDE .- Está claro.
El señor GIRARDI (Presidente).- Lo que pasa es que, conforme al Reglamento, los proyectos con votación pendiente se deben ver en primer lugar.
El señor COLOMA .- ¡Lo vemos en primer lugar!
El señor ROSSI .- ¡Si no quieren tratar el otro, díganlo...!
El señor GIRARDI ( Presidente ).- Ruego a Sus Señorías mantener la calma.
Tiene la palabra el Honorable señor Escalona.
El señor ESCALONA.- Señor Presidente, el proyecto de ley que regula la instalación de antenas emisoras ha sido calificado con "suma" urgencia.
En consecuencia, le propongo, de acuerdo con sus atribuciones, que cite a sesión extraordinaria para mañana, de 15 a 16, de manera que sea posible aprobarlo y que no se siga dilatando, de manera inexplicable -entre comillas-, el relativo al lucro.
El señor ROSSI .- ¡Muy bien!
El señor GIRARDI ( Presidente ).- Se citará a sesión extraordinaria para mañana, entonces, de 15:15 a 16.
Si le parece a la Sala, los proyectos de acuerdo también se votarán en esa oportunidad.
--Así se acuerda.
--Queda pendiente la discusión particular del proyecto.
"
- rdf:value = " REGULACIÓN PARA INSTALACIÓN DE ANTENAS EMISORAS Y TRANSMISORAS DE SERVICIOS DE TELECOMUNICACIONES
El señor GIRARDI ( Presidente ).-
Proyecto de ley, en segundo trámite constitucional, que regula la instalación de antenas emisoras y transmisoras de servicios de telecomunicaciones, con segundo informe de la Comisión de Transportes y Telecomunicaciones y urgencia calificada de "suma".
--Los antecedentes sobre el proyecto (4991-15) figuran en los Diarios de Sesiones que se indican:
Proyecto de ley:
En segundo trámite, sesión 22ª, en 1 de junio de 2010.
Informes de Comisión:
Transportes y Telecomunicaciones: sesión 21ª, en 31 de mayo de 2011.
Transportes y Telecomunicaciones (nuevo): sesión 21ª, en 31 de mayo de 2011.
Transportes y Telecomunicaciones (segundo), sesión 44ª, en 16 de agosto de 2011.
Discusión:
Sesión 24ª, en 8 de junio de 2011 (se aprueba en general).
El señor GIRARDI (Presidente).-
Tiene la palabra el señor Secretario General.
El señor LABBÉ ( Secretario General ).-
El proyecto se aprobó en general en sesión de 8 de junio pasado.
En su segundo informe, la Comisión de Transportes y Telecomunicaciones deja constancia, para los efectos reglamentarios, de que no fueron objeto de indicaciones ni de modificaciones la letra c) del artículo 1°, referida a los derechos municipales por los permisos de instalación de torre soporte de antenas y sistemas radiantes; el numeral 5 del artículo 2°, sobre sanciones a las empresas, y el artículo 3° transitorio, sobre cumplimiento de obligaciones informativas por la Subsecretaría de Telecomunicaciones. Estas tres disposiciones mantienen el mismo texto aprobado en general por el Senado y deben darse por aprobadas, salvo que algún señor Senador, con la unanimidad de los presentes, solicite su discusión y votación.
El señor GIRARDI ( Presidente ).-
Si le parece a la Sala, se aprobarán reglamentariamente.
El señor LETELIER.- Pido la palabra.
El señor GIRARDI ( Presidente ).-
Puede hacer uso de ella, Su Señoría.
El señor LETELIER.-
Señor Presidente , por regla general se procede en la forma indicada. Sin embargo, en esta ocasión vamos a revisar con la Secretaría, por primera vez, el orden correspondiente de los artículos.
Si cualquier Senador pide votación específica de una norma que incluya a alguna de las señaladas por el Secretario General , solicito contar con esa flexibilidad, porque, cuando se despachó el proyecto en la Comisión, no estaba clara la numeración definitiva de los distintos preceptos.
El señor LABBÉ ( Secretario General ).-
La Comisión realizó diversas modificaciones al texto aprobado en general, las que fueron acordadas por unanimidad, con excepción de dos, las que deben ser puestas en votación.
Corresponde tener presente que las enmiendas aprobadas por unanimidad deben ser votadas sin debate, salvo que algún señor Senador solicite su discusión o haya indicaciones renovadas.
De las modificaciones aprobadas unánimemente, las recaídas en la letra f) y en el inciso sexto del artículo 116 bis F, contenidos en el artículo 1° del proyecto, tienen carácter de normas orgánicas constitucionales, por lo que requieren para su aprobación el voto de 22 señores Senadores.
El señor GIRARDI (Presidente).- En la discusión particular, tiene la palabra el Honorable señor Prokurica.
El señor PROKURICA.- Señor Presidente , luego de años de anuncios y de tramitación en el Congreso, hoy tenemos la oportunidad de legislar sobre una materia sensible en aspectos esenciales para nuestro país, como el resguardo de la salud de las personas y el acceso a las tecnologías de las telecomunicaciones, ambos derechos actualmente fundamentales para promover el desarrollo social y económico, así como la calidad de vida de los chilenos, y, además, para compensar a los ciudadanos que resulten directamente afectados por la instalación de una infraestructura de esta naturaleza.
La importancia de que el Estado promocione la oportunidad de acceso a las comunicaciones y a la tecnología no solo radica en la responsabilidad de involucrar a la población en la modernización y en la conectividad. Es relevante que al promover el acceso a tales servicios no se vulneren otros derechos de que ya gozan los ciudadanos, tales como el derecho a la propiedad privada, a un ambiente libre de contaminación visual, a la salud y a la prevención en salud de hombres y mujeres por igual, sin ningún sesgo de discriminación económica, social y cultural.
Este proyecto, señor Presidente , ha sido polémico desde sus inicios -por eso mismo se tramitó durante mucho tiempo en la Cámara de Diputados, y fue objeto de una discusión muy importante-, ya que intenta conciliar objetivos que tienen consecuencias contradictorias entre sí.
Por una parte, pretende mitigar los efectos negativos de la instalación invasiva de antenas de telecomunicaciones en barrios consolidados, y también trata de incluir el impacto y la contaminación visual en distintos tipos de ambientes (públicos, privados, patrimoniales, turísticos, naturales, rurales).
No está de más decir que, mientras en las áreas urbanas hoy día nadie quiere una antena cerca de su casa, en el sector rural casi siempre sucede lo contrario: sus habitantes esperan que se levanten torres para contar con servicios de comunicaciones, lo que no siempre es fácil de lograr pues las empresas no tienen interés por instalarlas en esos lugares.
Por otro lado, la iniciativa atiende a la necesidad del desarrollo de las telecomunicaciones (telefonía, Internet, servicios inalámbricos y otros asociados que vendrán en el futuro) a través del aumento de la instalación de torres de gran tamaño y antenas que puedan soportar los sistemas radiantes de varias empresas.
Señor Presidente , la necesidad urgente de contar con un nuevo marco legal se debe en parte a la implementación de nuevos servicios que requieren mayor tecnología. Según los datos entregados por la SUBTEL, será necesario incrementar de 12 mil antenas actuales a cerca de 30 mil, las que no necesariamente deberán ser del mismo porte de las ya levantadas. Por eso el proyecto pretende incentivar la instalación de microceldas y de antenas de menor altura.
Así, establecer un mecanismo de control y uso de instalaciones en forma compartida (colocalización) en un lugar determinado sería posible para no invadir aún más los espacios urbano y rural.
También es de suma importancia conocer que la normativa en análisis busca fomentar el uso de nuevas tecnologías que requieren, como ya dije, microceldas y antenas de menor tamaño.
La iniciativa, además, incorpora por vez primera la opinión de los ciudadanos afectados, directa o indirectamente, en sus derechos a la salud y patrimoniales.
Se les da competencia a las municipalidades, a través del concejo municipal, para pronunciarse a favor de las obras de minimización o mitigación del impacto en la instalación de antenas y, además, se las considera garantes de la realización de tales obras en el plazo de un año. También se le otorga competencia a la Dirección de Obras Municipales respectiva en cuanto al pronunciamiento técnico para autorizar tales instalaciones.
Lo anterior cambia la situación actual, en la cual los vecinos de los barrios donde se levanta una torre no tienen nada que decir al respecto y no reciben compensación alguna, y las autoridades municipales, como el director de obras, ni siquiera son consultadas.
Cabe agregar que, a iniciativa del Honorable señor Chahuán y de otros Senadores que integran la Comisión, se ha establecido un procedimiento en virtud del cual las personas que vivan en un sector donde se instale una torre puedan reclamar una rebaja de sus contribuciones en atención a la disminución del avalúo fiscal, pues el impacto en la plusvalía de la propiedad es uno de los efectos que dicha situación produce.
--(Aplausos en tribunas).
El proyecto que hoy se somete a consideración de la Sala hace uso del principio precautorio: cuando no sea posible determinar con certeza la posibilidad de que las ondas electromagnéticas ocasionan efectos nocivos para la salud o el medioambiente; cuando una evaluación científica preliminar, al tenor de los datos disponibles, no permita establecer con rigor los niveles de riesgo, y cuando no existan evidencias definitivas para afirmar o negar las consecuencias dañinas de tales emisiones, será deber del legislador resguardar a los ciudadanos.
--(Aplausos en tribunas).
A su vez, consideramos el principio de proporcionalidad...
El señor GIRARDI (Presidente).- Ruego a las personas que se encuentran en las tribunas mantener silencio.
Nos parece muy bien que se interesen en esta discusión, pero está prohibido interrumpir al Senador que se encuentra interviniendo.
Puede continuar, Su Señoría.
El señor PROKURICA.- Gracias, señor Presidente.
A su vez, consideramos el principio de proporcionalidad y racionalidad en aras de encontrar un equilibrio entre la libertad y los derechos de los individuos y de la industria, y la necesidad de reducir el riesgo de efectos adversos para el medioambiente y la salud humana, animal y vegetal.
En consecuencia, lograr el equilibrio correcto para que puedan adoptarse medidas proporcionales, no discriminatorias, transparentes y coherentes exige un proceso de toma de decisiones estructurado, el cual, además, ha de tener presente el hecho de que el mercado de las telecomunicaciones debe fluir y funcionar en beneficio de los usuarios.
Por lo tanto, cabe afirmar que la regulación y el control de las emisiones radioeléctricas y la instalación y certificación de las estaciones base competen a diversos organismos vinculados a diferentes campos: telecomunicaciones, salud pública, medioambiente, urbanismo, participación ciudadana -ya la mencioné- y autoridades municipales.
Durante las semanas de debate en la Comisión, tuvimos la oportunidad de buscar el equilibrio entre esos derechos. Por ello, hoy entregamos un proyecto que ha sido elaborado en forma conjunta por Senadores de distintos sectores y cuyo articulado, como se planteó aquí, es producto de enmiendas aprobadas casi en su totalidad de manera unánime.
En cuanto al contenido del proyecto, cabe mencionar las obligaciones de las empresas respecto a los elementos soportantes de las antenas.
Para ello, se define lo que es un área de riesgo y se limita el emplazamiento de antenas (medida de precaución) en lugares como establecimientos educacionales públicos y privados, salas cuna, jardines infantiles, hospitales, clínicas y consultorios.
Por primera vez, se consagra una limitación a la cercanía de una torre de las áreas de riesgo: no podrán emplazarse a una distancia menor a cuatro veces su altura medida desde los deslindes de esos establecimientos, con un mínimo de 50 metros de distancia.
Es necesario, señor Presidente , solicitarle al Ejecutivo que, cuando se extiendan los permisos para levantar antenas, se consignen en ellas mismas, para casos de emergencia, los datos de identificación del responsable de dicha estructura. Digo esto porque hace unos días en Viña del Mar se derrumbó una torre y los vecinos no sabían a quién llamar. Desconocían si pertenecía a la empresa A, B o C, y quién era el encargado de ella. Por lo tanto, resulta importante que tenga una placa que diga: "Esta antena pertenece a la compañía tanto. Llame a tal teléfono". Así, los vecinos sabrán con quién entenderse.
Asimismo, señor Presidente , logramos conciliar la excepción a la norma de instalación para los servicios de utilidad pública. Esta indicación fue presentada por los Senadores señores Bianchi y Horvath y quien habla, con el propósito de excluir de las obligaciones que impone el proyecto a los radioaficionados y a las organizaciones de beneficencia sin fines de lucro (Cruz Roja, hospitales, Carabineros, etcétera), que prestan ayuda en los momentos en que el país enfrenta dificultades.
Cuando la instalación de antenas se realice en áreas de interés turístico y/o patrimonial -esta fue una solicitud formulada por el Senador Horvath-, se determina la aplicación de la Ley de Fomento al Turismo como mecanismo para evitar la contaminación visual de tales lugares.
Se establecen las zonas saturadas de sistemas radiantes en lo que se refiere a las estructuras. Si un sitio urbano ya tiene instaladas dos antenas, una tercera gatillará el sistema de saturación, por lo cual se aplicarán las disposiciones consagradas en esta futura ley para tal efecto. En ese caso, se deberá camuflar la antena; o sea, transformar una estructura fea, de colores llamativos, en otra de mejor impacto visual. En definitiva, cada vez que se levante una tercera torre donde ya existan dos, se aplicará dicho modelo, cualquiera que sea la zona en que ello ocurra.
También se dispone una serie de requisitos para presentar la solicitud de permiso de instalación, tales como planos de cumplimiento, distanciamiento mínimo, estudio del lugar donde se emplazará la torre, memoria explicativa que indique cómo minimizar el impacto urbanístico y arquitectónico de la antena.
Señor Presidente , no sé si me puede dar algo más de tiempo. Me asignaron solo 10 minutos. Yo entiendo que son 15 para cada intervención.
El señor NOVOA .- ¡No corresponde intervenir, señor Presidente!
El señor GIRARDI (Presidente).- En realidad, al que debiera concederle la palabra es al Presidente de la Comisión.
El señor PROKURICA.- ¡Bueno, désela también!
El señor GIRARDI ( Presidente ).- Estoy esperando que usted termine para hacerlo.
El señor PROKURICA.- Concluyo de inmediato, señor Presidente.
Creo que este proyecto de ley concilia distintos intereses: principalmente, la cobertura de las comunicaciones, resguardando la salud de los ciudadanos; el valor de los barrios; la compensación por la pérdida de plusvalía de las propiedades, y el buen funcionamiento del sistema de comunicaciones que todos necesitamos.
He dicho.
El señor GIRARDI (Presidente).- El problema que tenemos es que las enmiendas aprobadas por unanimidad en la Comisión se votan sin debate.
Le daré la palabra el Senador señor Novoa, Presidente de la Comisión de Transportes y Telecomunicaciones, y después abriremos la votación.
El señor NOVOA .- Señor Presidente , yo no voy a intervenir.
Solo quiero que actuemos de acuerdo al Reglamento.
En esta materia se presentaron más de 170 indicaciones. La Comisión trabajó en forma ardua. Recibimos a todas las personas interesadas. Y todas las modificaciones, salvo dos, fueron aprobadas por unanimidad. Reglamentariamente, procedería votarlas sin debate.
Por supuesto, todos los Senadores tienen derecho a expresar su opinión al momento de fundar el voto.
Hay dos enmiendas que fueron objeto de votación dividida y una indicación renovada, que habrá que votar con posterioridad.
Por lo tanto, ahora debieran ponerse en votación las modificaciones acogidas por la unanimidad de la Comisión.
El señor GIRARDI ( Presidente ).- Solicito autorización para abrir la votación respecto de las enmiendas unánimes. Como cada Senador puede fundamentar su voto, quienes quieran intervenir lo podrán hacer.
¿Les parece?
El señor NOVOA.- ¡Hay un reglamento, señor Presidente!
El señor GIRARDI (Presidente).- Tiene la palabra el Senador señor Horvath.
El señor HORVATH.- Señor Presidente , antes de votar, quisiera tener claridad respecto de muchas indicaciones que fueron aprobadas con modificaciones. De las que yo presenté, están en esa situación las signadas con los números 17, 23, 38, 47, 59, 68, 114, 126, 132, 136, 141, 149 y 154.
Me gustaría saber si en esas enmiendas efectivamente se interpreta y se acoge el espíritu de cada indicación.
Por ejemplo, como señaló el Senador señor Prokurica , se propone agregar al inciso cuarto del artículo 116 bis E la siguiente frase: "En caso de zonas declaradas de interés turístico conforme al N° 7 del artículo 8° de la ley N° 20.423 se aplicará el régimen establecido en los artículos siguientes según corresponda.". Y si uno revisa los artículos que vienen a continuación, no queda muy claro el asunto.
Un segundo ejemplo guarda relación con mi indicación número 23.
Entre paréntesis, debo señalar que todas las indicaciones que presenté fueron trabajadas -hay que dar los créditos- con la arquitecto Bérengére Piquemal y el ingeniero electrónico Stéphane Heintz , quienes se dedican a estas materias, sobre todo a buscar medidas para evitar la contaminación electromagnética.
Pues bien, dicha indicación plantea: "Respecto a las zonas saturadas se revisarán periódicamente los límites de exposición, según lo establezca el Reglamento.". Estamos claros en ello.
"Se considerarán en la Ordenanza de la Ley General de Urbanismo y Construcciones, zonas territoriales urbanas y rurales en donde los límites de exposición sean los mínimos" -y se indica el valor pertinente- "para velar por la salud de aquellas personas que realmente no pueden vivir en ambientes electromagnéticamente contaminados" -el señor Presidente es médico- "(patología denominada EHS: ElectromagneticHyperSensitivity). Estas zonas se denominarán Zonas Blancas.".
Entonces, si uno revisa ahora el proyecto de ley, dice: "Tampoco podrán emplazarse torres soporte de antenas y sistemas radiantes de transmisión de telecomunicaciones dentro de establecimientos", etcétera, "u otras áreas sensibles de protección así definidas por la Subsecretaría de Telecomunicaciones".
Bueno, yo entiendo que el espíritu de la indicación ha sido acogido. Pero me gustaría, señor Presidente , tener una señal clara y precisa en este sentido.
Gracias.
El señor GIRARDI (Presidente).- Tiene la palabra el señor Secretario.
El señor LABBÉ ( Secretario General ).- Señores Senadores, tal como se explicó en la relación, las situaciones a considerar en la discusión particular son las siguientes.
Las normas que no han sido objeto de indicaciones en la discusión general ni de modificaciones en el segundo informe deben darse por aprobadas, salvo que un señor Senador, con la venia de la unanimidad de los Senadores presentes, pida la discusión y votación de alguna de ellas.
En cuanto a las enmiendas aprobadas unánimemente por la Comisión, corresponde votarlas sin debate. De ellas, hay dos disposiciones que requieren quórum de ley orgánica constitucional, las que fueron precisadas en la relación.
Además, deberán votarse aparte, primero, las modificaciones acogidas por mayoría en el órgano técnico, y segundo, las indicaciones que se han renovado en la Sala.
Esas son las cuatro situaciones que se dan en la discusión particular.
El señor PIZARRO.- ¿Me permite, señor Presidente?
El señor GIRARDI ( Presidente ).- Solicito que abramos la votación respecto de las enmiendas que se aprobaron en forma unánime en la Comisión, incluidas las de quórum especial. Quienes deseen intervenir lo podrán hacer al fundar el voto.
¿Les parece?
En votación.
--(Durante la votación).
El señor GIRARDI (Presidente).- Tiene la palabra el Senador señor Pizarro.
El señor PIZARRO.-
Señor Presidente , entiendo que reglamentariamente usted está sometiendo a votación todas las modificaciones aprobadas de común acuerdo.
El señor NOVOA.- Las unánimes.
El señor PIZARRO.-
El problema es que todo el texto significó una búsqueda prácticamente unánime para lograr acuerdos y fijar criterios.
Por lo tanto, a mi juicio, lo razonable era proceder como trató de hacerlo el Senador Prokurica: explicar por qué llegamos al texto propuesto. Y eso no lo vamos a poder hacer porque no discutiremos artículo por artículo.
Me parecía fundamental al menos poder explicar el criterio que usamos para regular esta materia, pues el equilibrio que se trata de buscar en la legislación...
El señor GIRARDI ( Presidente ).-
Perdón, señor Senador.
Si hay unanimidad, no veo ningún problema para proceder de esa manera. Y si se quiere explicar...
El señor NOVOA.-
Amplíe el tiempo para fundar el voto, señor Presidente.
El señor PIZARRO.-
Abra la votación y dé 10 minutos para alcanzar a exponer en términos generales.
El señor GIRARDI (Presidente).-
Eso es lo que inicialmente se había propuesto.
El señor PIZARRO.-
Pero usted me otorgó solo 5 minutos.
El señor GIRARDI (Presidente).-
No hay problema con el tiempo.
Yo soy partidario de que los Senadores, si lo desean, puedan intervenir y fundamentar su voto. Solicito que lo hagan en 5 minutos, pero si alguno requiere 10, por la importancia de este proyecto, se los concederé.
El señor PIZARRO.-
¿Puedo continuar?
El señor GIRARDI (Presidente).-
Sí, señor Senador.
El señor PIZARRO.-
Gracias, señor Presidente.
Bueno, voy a tratar de reducir al mínimo mi intervención.
Parto de la base de que lo expresado por el Senador Prokurica sobre la necesidad de regular el sector en términos de dar a los municipios un rol mucho más importante en las autorizaciones y en los permisos para la instalación de estas antenas -lo mismo para el Ministerio de Vivienda- constituye un criterio que cruzó todo el trabajo que hizo la Comisión de Transportes, que es bastante complejo.
Otro aspecto fundamental -es el que generará más discusión en esta Sala- consiste en cómo permitir la participación de los vecinos en el proceso de autorización para la implementación de los sistemas de antenas.
Dicho lo anterior, debo manifestar con claridad que es muy difícil lograr un equilibrio que permita, por un lado, garantizar la conectividad a todos los ciudadanos y, por otro, darles a estos la tranquilidad de que la instalación de antenas no afectará su salud, además de contemplar normas mínimas de urbanismo que eviten la contaminación urbana, la instalación arbitraria y abusiva de torres en cualquier lugar, en cualquier establecimiento o en cualquier institución.
Aparte de lo relativo a la participación ciudadana, perseguimos también otro objetivo -en la Cámara se planteó con toda claridad-: ser capaces, a través de esta regulación, de reducir el número de instalaciones, sobre todo las de altura.
Como decía el Senador que me antecedió en el uso de la palabra, lo que busca este proyecto es generar incentivos e instrumentos, a fin de llevar a los operadores a que el tipo de antenas que instalen sean de baja altura y no produzcan ninguno de los problemas que acabo de mencionar. Asimismo, se pretende que las empresas sean eficientes en cuanto al servicio que prestan en materia de conectividad; que se brinde la cobertura adecuada; que se garantice que dichas estructuras en nada afectan la salud de las personas. Y, además, desde el punto de vista urbanístico, que se mantenga el criterio en orden a evitar la contaminación, que no haya un deterioro en nuestros barrios, en los espacios públicos, en las casas o en los sectores donde ellas son instaladas sin participación alguna de los vecinos.
Y esa ecuación es muy difícil de lograr, porque también se necesita mayor cobertura, más eficacia y competencia por parte de los operadores del sector.
Entonces, conforme a la realidad actual, donde lo que impera es la "ley del más fuerte" o el que coloca mayores recursos, lisa y llanamente, estamos en el peor de los mundos. Y de alguna manera lo que se busca con esta iniciativa legal es corregir esa situación.
Necesitamos más competencia en el área. Para que esto ocurra deberíamos, en teoría, facilitar la instalación de antenas a aquellos operadores que deseen entrar al mercado, porque si se deja solo a los que están en él, en la práctica habrá cuatro grandes empresas cobrando servicios caros, que no siempre son eficientes. Por lo menos, las cifras demuestran que, en promedio, pagamos bastante más que otros países, a pesar de que se supone que aquí existen todos los elementos como para contar con un servicio eficaz y mucho más barato.
Por lo tanto, el objetivo de tratar de reducir el número de antenas mediante la colocalización lo hemos tenido que ir adecuando en este texto legal a una realidad de la cual también tuvimos que hacernos cargo en esta discusión. Y ella es que si obligamos a la colocalización -así pura y simple- a todos los sistemas de antenas que existen hoy día, se corre el riesgo altísimo de que se termine con este tema en los tribunales, de manera judicializada y sin la posibilidad de implementar las nuevas normas de regulación que permitan la participación ciudadana, de los municipios, del Ministerio de Vivienda y, lógicamente, la exigencia de las indemnizaciones y compensaciones que se requieran.
Podríamos haber quedado en el peor de los mundos con este asunto en los tribunales. En la práctica, mientras dure la tramitación de cada uno de los juicios que eventualmente entablen las actuales empresas operadoras del sector, lisa y llanamente no sería posible aplicar las disposiciones que estamos tratando de implementar acá.
Menciono lo anterior porque aquí tenemos una diferencia, tal vez la más sustancial respecto del texto aprobado en la Cámara de Diputados, donde sí figuraba con toda claridad lo relativo a la colocalización como una obligación total y absoluta.
Lo que estamos haciendo acá es establecer una serie de disposiciones que incentiven y obliguen a las empresas a colocalizar. Y eso se hace por dos vías: mediante estímulos, que significa evitar aquello de la colocalización, siempre y cuando las empresas instalen antenas de menor altura y cumplan con las normas, o bien, que ellas puedan ser mimetizadas, no provoquen problemas de contaminación urbana, ni generen un daño importante al patrimonio, ni perjuicio de ningún tipo a los vecinos del lugar donde se sitúen.
En consecuencia, lo que buscamos es tratar de generar una regulación que permita que hoy día participen las instancias a nivel local y municipal, con restricciones desde el punto de vista técnico mucho más estrictas. Se pretende que haya una participación de los vecinos que implique también la toma de decisiones sobre determinado marco y, además, indemnizaciones o compensaciones a cargo de las empresas operadoras; reducir el número de antenas de mayor altura y fomentar la instalación de las de menor tamaño -puede que estas sean más caras para dichas empresas, pero son bastante más eficaces en cuanto a cobertura-; lograr servicios más eficientes y baratos para los usuarios; garantizar asimismo cobertura para los sectores rurales, los cuales, a la inversa de lo que sucede en las zonas urbanas, piden la instalación de antenas. Y, además, se busca asegurar de manera total y absoluta que la colocación de ese tipo de estructura no represente ningún riesgo para la salud de las personas.
Por otro lado, hemos renovado una indicación para establecer un plazo de adecuación de la ley en relación con todas aquellas antenas que se encuentran ubicadas en zonas sensibles. Me refiero a establecimientos educacionales, hospitales, clínicas, etcétera, donde hoy día existe una cantidad enorme de ese tipo de instalaciones. Lo que se procura con la indicación es consagrar una exigencia mucho mayor en el sentido de que los concesionarios no podrán mantener torres o sistemas radiantes de más de 12 metros de altura en áreas como las mencionadas. Y con esa finalidad sugerimos un plazo máximo de 12 meses a objeto de verificar el cumplimiento de las distancias establecidas en la disposición correspondiente.
Señalo lo anterior, señor Presidente , porque en la Comisión no hubo acuerdo -perdimos en la votación- sobre la materia. Y nos parece que aquel elemento es básico, por lo menos, para impedir que en las zonas más sensibles existan antenas que signifiquen una complicación, teniendo en cuenta que ellas hoy día han sido instaladas de manera indiscriminada.
Por último, señor Presidente , a mí me parece fundamental que en el tercer trámite del proyecto, en la Cámara de Diputados, se puedan retomar algunos de los aspectos acerca de los cuales no hubo acuerdo, para luego darles solución en una comisión mixta, porque necesitamos esta legislación ahora. Ya ha transcurrido demasiado tiempo sin haberse discutido aquel. Y mientras no contemos con esta normativa, en la práctica, se seguirán instalando antenas sin ningún tipo de regulación. De manera que puede resultar peor el remedio que la enfermedad.
He dicho.
El señor GIRARDI (Presidente).-
Tiene la palabra el Honorable señor Novoa.
El señor NOVOA .- Señor Presidente , después de años de tramitación en la Cámara Baja y prácticamente un año de análisis en el Senado, hemos logrado presentar un proyecto de ley que, por lo menos a juicio de la mayoría de los miembros de la Comisión de Transportes y Telecomunicaciones, viene a solucionar los problemas que afectan a la ciudadanía.
En primer término, nos preocupamos, y en forma absoluta -o sea, sin excepciones-, de cuidar la salud de las personas. Por lo tanto, cuando haya una zona saturada de emisiones, no podrán instalarse ahí nuevas antenas.
Quisiera destacar que esta ha sido una materia muy debatida. No existen antecedentes científicos que demuestren que tales emisiones son dañinas; pero, por cierto, es preciso velar por la tranquilidad de la población. Y como una medida de precaución, para evitar males en el futuro, nos acogimos a los estándares de mayor exigencia. Por lo tanto, Chile deberá dictar normas sobre emisiones iguales o más rigurosas al promedio de los cinco países más exigentes de la OCDE, con lo cual estaremos dentro las cinco naciones más estrictas del mundo en materia de emisiones.
--(Aplausos en tribunas).
Otro punto, que también recoge una aspiración de la ciudadanía, tiene que ver con la reglamentación urbana.
Es preciso señalar que a partir de esta ley en proyecto habrá aquel tipo de reglamentación. Hasta el momento ella no ha existido. Y lo que se busca es la participación de los vecinos, compensación para quienes se vean afectados y normas urbanísticas, de manera de minimizar el impacto que producen las antenas.
Sabemos que aquellas son útiles e indispensables en el mundo de hoy. En Chile, prácticamente todas las personas usan celular y lo necesitan por razones de trabajo o familiares. O sea, pasó a formar parte de nuestra vida.
La televisión, Internet y Wi-Fi requieren antenas. Por lo tanto, tenemos que convivir con ellas, pero debemos hacerlo de manera amigable.
En la Comisión se buscaron tres caminos para que esta convivencia resulte más amistosa.
En primer lugar, estimular la instalación de antenas de menor altura. Bajo tres metros, no se exige prácticamente ningún requisito, salvo dar aviso de su instalación. Entre tres y doce metros, se hallan sometidas a un sistema más simplificado, pero igual precisan la autorización de la Dirección de Obras Municipales. Y sobre los doce metros, las exigencias son mucho más estrictas.
En segundo término, es menester procurar la mimetización. Vale decir, que las antenas que se instalen sean amigables con el entorno urbano.
Y también se debe tener en cuenta la colocalización, a fin de impedir que exista una multitud de antenas e incentivar su emplazamiento en lugares donde dos, tres o cuatro operadores puedan compartir la infraestructura.
Tuvimos que hacernos cargo, además, de dos asuntos.
Hay que considerar que no estamos partiendo de cero: existe una realidad que debemos abordar. En tal sentido, pensamos que desde el punto de vista de la saturación urbana, tenían que aplicarse las disposiciones correspondientes. Y no creemos que vaya a haber un problema jurídico, pues se justifica que las normas urbanas se puedan aplicar a las antenas ya instaladas, cuando exista la declaración de zona saturada.
Con relación a las emisiones o a la instalación de antenas en zonas sensibles, la mayoría de la Comisión aprobó hacer exigible un certificado de emisiones. Hay una indicación renovada mediante la cual se solicita que se retiren, dentro de doce meses, aquellas que se hallen emplazadas en áreas sensibles. Por existir dicha indicación, el punto en cuestión se va a discutir más adelante.
Otro tema sobre el cual tuvimos que hacernos cargo dice relación con que no sería conveniente que a raíz de esta legislación en proyecto se cerrara el mercado a nuevos actores.
Para las empresas que en la actualidad cuentan con antenas instaladas habría sido muy conveniente que las futuras disposiciones fueran muy estrictas, a fin de impedir que alguien entrara a participar en el rubro y que no hubiera competencia. Entonces, de alguna forma hubo que equilibrar, crear una reglamentación que no existía, ser absolutamente exigentes en materia de emisiones y en cuanto a las normas urbanísticas, pero, al mismo tiempo, tuvimos que generar la oportunidad para que nuevas empresas participaran, porque a mayor competencia habrá más posibilidad de que los servicios que se presten -no solo en lo relativo a telefonía celular, sino también a Internet- sean más baratos y se hallen al alcance de todos.
Señor Presidente , agradezco la participación de los Senadores miembros de la Comisión de Transportes y de muchos otros que colaboraron presentando indicaciones. Quiero destacar también que hubo una cooperación muy activa de los asesores de distintos colegas, quienes nos ayudaron a terminar la redacción de un texto que, en mi opinión, representa un adecuado equilibrio para los objetivos que se persiguen.
Finalizo señalando una última cuestión.
Lo mejor es enemigo de lo bueno. Nosotros, probablemente, no tenemos un proyecto de ley perfecto, pero insto a que ojalá se convierta en ley lo antes posible, porque mientras hemos estado discutiéndolo en el Congreso nos hemos llenado de antenas que se instalan sin cumplir con ninguna norma. Y ese es, quizás, el reproche más grande que con razón nos puede hacer la ciudadanía.
Gracias, señor Presidente.
--(Aplausos en tribunas).
El señor GIRARDI (Presidente).- Tiene la palabra el Honorable señor Letelier.
El señor LETELIER.- Señor Presidente , estimados colegas, este proyecto, que busca regular la instalación de antenas, resulta necesario porque la industria es irresponsable. En otros países existe la autorregulación. En el nuestro la industria es irresponsable y ha propiciado el uso de una tecnología extremadamente invasiva. Por ello se generó este debate hace más de una década en el Parlamento.
La iniciativa tiene como propósito reducir la cantidad de antenas, evitar el impacto de estas en la salud de las personas y en el patrimonio de los vecinos.
A mi juicio, la propuesta de la Cámara de Diputados es mucho mejor que el texto que se va a aprobar aquí, en la Sala.
Permítanme formular algunas consideraciones preliminares.
La iniciativa establece un conjunto de obligaciones para los concesionarios de servicios de telecomunicaciones que instalen torres de antenas o sistemas radiantes, para lo cual se modifican la Ley General de Urbanismo y Construcciones y la Ley General de Telecomunicaciones. Dadas las actuaciones de las autoridades urbanas municipales (Dirección de Obras Municipales) y la Secretaría Regional de Vivienda y Urbanismo, y considerando los mecanismos de participación -bastante acotados, como explicaré después- de la ciudadanía para definir ciertas obras de compensación, el proyecto debió haber sido discutido también por la Comisión de Vivienda y Urbanismo del Senado. Sin embargo, ello no ocurrió.
Los principales objetivos de la iniciativa en debate se pueden resumir en la necesidad de contar con una buena conectividad en las telecomunicaciones; posibilitar la instalación de una menor cantidad de antenas; disminuir su tamaño y ajustarlas de mejor forma a la realidad urbana de cada ciudad; generar mecanismos de participación ciudadana para su instalación y viabilizar una adecuada regulación del mercado de las telecomunicaciones para permitir el ingreso de nuevos actores que rompan el oligopolio existente en nuestro país. Es decir, busca permitir que los "chicos" ingresen a competir y que ENTEL y otras empresas grandes no tengan capacidad para mantener barreras que se lo impidan.
Aquí bien se ha dicho que en Chile tenemos un sistema de telecomunicaciones caro y que no es bueno. En otros países es mucho más barato, más eficiente y menos invasivo.
El proyecto presenta algunos aspectos positivos, por cierto. El principal es que regula una materia que actualmente no se encuentra sometida a normativa alguna y que ha permitido un conjunto de abusos, como son la instalación de enormes antenas en zonas urbanas, ya sea en predios públicos o privados, sin ninguna preocupación por el entorno urbano, sin compensación alguna a los vecinos y particularmente concentradas en los sectores más pobres.
Además, la situación actual de la instalación de antenas se ha constituido -como señalé- en una barrera de entrada para nuevos actores en el mercado de las telecomunicaciones, debido a la ausencia de normas que establezcan obligaciones para compartir las infraestructuras existentes (colocalización), de modo tal de propender a un uso más eficiente de estas.
La iniciativa en discusión pretende encontrar un mejor equilibrio entre la necesidad de disponer de conectividad, que es un elemento fundamental para el desarrollo, y los derechos de los vecinos y propietarios del entorno urbano, con el objeto de que la instalación de las antenas se haga en el marco de una relación más armónica que contemple incentivos para evitar posibles daños a los habitantes.
Consideramos como aspecto positivo que la ley en proyecto les imponga a los concesionarios que instalen antenas de más de 12 metros, o sea de sobre 4 pisos -quiero subrayarlo, pues esta es la parte de Gatopardo que tiene la iniciativa; y se lo he representado al Subsecretario en varias ocasiones-, en áreas urbanas (porque al área rural la dejan en la absoluta indefensión -igual que ahora-, sin norma alguna que la proteja) la obligación de compensar con obras de mejoramiento del espacio público y cuyo establecimiento se encuentre sometido a mecanismos de participación ciudadana, incluidos los vecinos del entorno, su junta de vecinos, el municipio y el concejo.
Aquello, que se vincula con las antenas de más de 12 metros, es -según expresé- positivo.
Para las antenas de menos de 12 metros no se consulta a nadie. Si la institución quiere, pueden darle un catálogo de mecanismos de mimetización. Pero la opinión de los vecinos no tiene valor vinculante alguno cuando las torres son de menos de cuatro pisos. Y en las poblaciones de la gran mayoría de las comunas urbanas del país conocemos normalmente antenas de esa altura, que son las generadoras del conflicto.
También reviste importancia la creación de áreas saturadas de instalación de infraestructura de telecomunicaciones, las cuales se definen por el criterio de no emplazar una torre cuando hay dos o más antenas en una zona urbana dentro de un radio de 100 metros a la redonda.
¿Es positivo que se defina la zona saturada? Sí.
También estimamos positivo que mediante la declaración de zona saturada de sistemas radiantes de telecomunicaciones se obligue a los concesionarios que instalan antenas a cumplir un plan de mitigación.
Eso es lo bueno de la ley en proyecto, señor Presidente.
Lo malo de la iniciativa que nos ocupa -y por eso soy más partidario del texto de la Cámara de Diputados que del nuestro, pues este parece (reitero) Gatopardo- no deriva solo de que no resuelve de manera adecuada la situación de las antenas emplazadas actualmente: el efecto retroactivo -lo veremos en las indicaciones que renovamos- es dramático; en términos reales, ¡es mínimo!
Eso es malo.
Esta iniciativa, en efecto, no consigna un mecanismo de participación ciudadana que les permita a los vecinos oponerse a la instalación de una antena. Por el contrario, su rol está confinado a las definiciones de obras de mitigación, de la forma como se mimetizan las antenas.
No se establece -como dije- norma alguna sobre zonas rurales.
En el campo -represento a una zona rural- la gente vive en aires mejores (lo digo con todo respeto). Pero no por eso hay que contaminar Regiones enteras con antenas, pensando que quienes viven en ellas no tienen derecho a cuidar su entorno y su patrimonio ambiental.
La ley en proyecto no se hace cargo de aquel aspecto.
Por otro lado, no se prevé un mecanismo para que los operadores de telecomunicaciones compartan la infraestructura existente; es decir, para derribar ciertas barreras de entrada a los fines de que haya mayor competencia y no se siga privilegiando y protegiendo los intereses, por ejemplo, de Entel.
Eso no se toca de forma seria y responsable.
En consecuencia, estimamos que el proyecto debe considerar dispositivos más fuertes para incentivar la colocalización; no dejar la situación al arbitrio del operador dueño de la infraestructura, y generar mecanismos de mayor regulación que le permitan al actor entrante instalarse en las estructuras existentes.
Sin embargo, lo que nos parece más grave es que el articulado no hace aplicables los distanciamientos a las antenas emplazadas hoy en zonas sensibles -de ahí la indicación que renovaremos sobre la materia-, razón por la cual seguirán en los mismos lugares donde se encuentran, generándose una discriminación entre las antenas instaladas antes de la vigencia de la ley en proyecto y las instaladas después.
En virtud de lo anterior, vamos a reponer una indicación.
Señor Presidente , haré un resumen de mi juicio sobre la normativa que nos ocupa.
La ley en proyecto es Gatopardo: todo cambia para que las estructuras de menos de cuatro pisos de altura sigan con lo mismo que existe hoy.
Para lo que hay actualmente, no existe efecto retroactivo real.
Se establecen normas para lo que ocurra de aquí en adelante. Ahí sí, ciertamente, se fijan ciertos criterios de colocalización.
No está garantizado que haya más competencia en el uso de los espacios.
Por eso, señor Presidente -y traté de plantearlo en varias ocasiones-, compartiendo el juicio expuesto por el Senador Pizarro, nos encontramos en un dilema en este proyecto, porque la industria, que no ha sido responsable, que no ha querido autorregularse, amenaza encima con judicializar cualquier legislación que apruebe el Congreso, pues dice que tiene derechos adquiridos.
En mi concepto, la única posibilidad de tener una ley que nos permita mirar a los ojos a nuestros ciudadanos es la existencia de un tercer trámite constitucional.
Este proyecto, si se mantiene, es muy malo para el Congreso, es peor para los ciudadanos, es una abdicación al oligopolio que existe actualmente en la industria de las telecomunicaciones.
--(Aplausos en tribunas).
El señor GIRARDI (Presidente).- Tiene la palabra el Senador señor Chahuán.
El señor CHAHUÁN.- Señor Presidente , Honorable Sala, este proyecto, que ahora debemos discutir en particular, es emblemático para la Administración del Presidente Piñera, a quien le agradezco por haberle colocado urgencia.
Les expreso mi gratitud, asimismo, al Ministro de Transportes y al Subsecretario de Telecomunicaciones , quienes respondieron a la voluntad ciudadana de legislar respecto a una materia que tenía una normativa completamente difusa y que había facilitado el abuso por parte de la industria.
Después de varios años de tramitación, hoy por fin estamos en condiciones de aprobar en el Senado esta iniciativa, que aborda un tema de indudable interés para toda la ciudadanía, cuyas constantes inquietudes recibí, transmití e impulsé ante las autoridades sectoriales del anterior Gobierno.
Durante su estudio en la Comisión especializada de la Cámara de Diputados, en reiteradas ocasiones el Ejecutivo de la época le ponía urgencia a este proyecto y posteriormente se la retiraba de forma inexplicable, no obstante el gran interés público que había en torno a la necesidad de regular la existencia de las estructuras de que se trata.
Incluso, en aquella rama legislativa se efectuaron sesiones especiales sobre la materia. Se dedicaron muchas reuniones a debatir el más de centenar de indicaciones con que diversos parlamentarios aportamos a la iniciativa, al igual que el Poder Ejecutivo . Más aún, se refundieron todos los proyectos que presentamos. Y, en definitiva, se sacó en la Cámara Baja una legislación adecuada.
Informes científicos de probada solvencia han señalado que la exposición a los campos electromagnéticos emitidos por teléfonos celulares y las antenas de estos sistemas de comunicación podrían tener efectos perjudiciales para la salud, tales como cáncer, reducción de la fecundidad, pérdida de la memoria, cefaleas constantes y cambios negativos en el comportamiento y el desarrollo de los infantes. Tanto es así que, incluso, el 31 de mayo último la OMS publicó nuevos informes donde se acreditan esos efectos nocivos para la salud.
Nosotros pedimos, en tales condiciones, que se legislara, por el principio precautorio, para proteger la salud de la población.
Es por ello que la instalación de estaciones base para telefonía móvil y radioemisoras u otras redes de telecomunicaciones, en la forma como se encuentra establecida actualmente, ha suscitado tan férrea oposición en gran parte de la ciudadanía, dado el temor de que las radiaciones electromagnéticas afecten gravemente la salud, en especial la de los niños. Esto se une a la depreciación comercial que enfrentan las propiedades colindantes a las instalaciones de las torres y se añade al impacto urbanístico que provocan las instalaciones de antenas para telefonía celular.
Como resultado del trabajo realizado al interior de nuestra Comisión de Transportes y Telecomunicaciones, hemos podido incorporar claramente la participación ciudadana, que es la demanda constante de nuestras comunidades, en todo orden de materias.
Tal es el caso de las juntas de vecinos, que deberán dar su autorización en forma previa al emplazamiento de las antenas. Además, como compensación, y previa consulta a los vecinos, el concejo aprobará las obras de mitigación en beneficio de la comunidad.
--(Aplausos en tribunas).
Por otra parte, al introducirse importantes modificaciones a la Ley General de Urbanismo y Construcciones, las municipalidades, a través de sus direcciones de obras, tendrán un rol mucho más activo en la autorización respecto de antenas que por su altura así lo requieran, como asimismo en la evaluación de las especificaciones técnicas que los proyectos de emplazamiento de torres y antenas deberán presentar mediante profesionales competentes.
Tenemos que reconocer el trabajo eficiente que se llevó a cabo en conjunto con el Ejecutivo, porque es a la Subsecretaría de Telecomunicaciones a quien se le entrega un rol fiscalizador relevante e imprescindible para dar cumplimiento a las diversas innovaciones de la normativa en debate.
Hemos obtenido, además, que se incentive la mimetización de las antenas y su colocalización -por medio de una indicación que presentamos en la Cámara de Diputados, que se consignó en el texto evacuado por dicha rama del Poder Legislativo y que hoy se consolida en el proyecto que saldrá finalmente del Senado-, y logramos establecer la retroactividad de la ley respecto a las áreas más sensibles y a las zonas saturadas tanto de emisiones como de estructuras.
También conseguimos una mayor rigurosidad en materia de emisiones electromagnéticas -estaremos en el rango de emisiones de los cinco países más estrictos de la OCDE-, de manera que la salud de las personas quedara plenamente resguardada.
Yo no puedo sino agradecer al equipo integrado por Moisés Pinilla , Arturo Samit , Ingrid Kaempfe , quienes nos permitieron dar una lucha importante en términos de organizar a la sociedad civil en un asunto tan trascendente como este.
Lo anterior posibilitó constituir una red de vecinos de Arica a Punta Arenas.
Hoy, en las tribunas de esta Corporación se encuentran representantes de Los Andes, Aconcagua, Viña del Mar, Coquimbo, Las Condes, San Antonio, El Quisco, Llolleo, Concón y El Tabo.
--(Aplausos en tribunas).
Ellos son parte de una sociedad civil a la que se educó para exigir el respeto a sus derechos y el término de los abusos que cometen muchas compañías de telefonía celular.
En su nombre presentamos más de una centena de recursos de protección, de Arica a Punta Arenas, y conseguimos demoler numerosas antenas construidas o levantadas en forma ilegal por empresas telefónicas.
--(Aplausos en tribunas).
Igualmente, el año 2008 se alcanzaron dos hitos muy significativos.
Junto con la sociedad civil organizada, fuimos a La Moneda, iniciamos una ronda de conversaciones con las autoridades de la época y logramos eliminar la resolución N° 505, de la Subsecretaría de Telecomunicaciones, que fijaba una emisión de 435 microwatts por centímetro cuadrado. Esta disminuyó a 100 en el ámbito general y a 10 en los lugares sensibles, quedando entre las más bajas del mundo. Incluso, con la ley en proyecto se vuelve a levantar el nivel de exigencia, para dejarlo en el promedio de los cinco países más rigurosos de la OCDE.
Además, se logró dictar la resolución N° 403, también de la SUBTEL.
Y todo, gracias a la sociedad civil, que se movilizó, que concurrió a La Moneda, que fue capaz de generar interlocución con los ministros del caso.
Dicha resolución, del mismo año 2008, permitió calificar cada equipo de telefonía celular con la norma SAR, para los efectos de conocer su nivel de contaminación electromagnética.
El señor GIRARDI ( Presidente ).- Perdón, señor Senador, pero terminó su tiempo.
El señor CHAHUÁN.- Le solicito un minuto más, señor Presidente .
El señor GIRARDI (Presidente).- De acuerdo.
El señor CHAHUÁN.- Adicionalmente, la legislación en proyecto genera un punto de equilibrio entre varios elementos: permite nuevos entrantes al mercado; establece una adecuada participación ciudadana; instaura zonas sensibles, lo cual fue una de las cosas que pedimos en la Comisión para bajar las normas de emisión en dichos espacios.
También logramos hacernos cargo de los bosques de antenas y de situaciones como la que se vive en Nueva Aurora (Viña del Mar), el lugar con más antenas de telefonía celular por metro cuadrado en el mundo.
Del mismo modo, pudimos hacernos cargo, a través de esta iniciativa, del incentivo a las microceldas, las cuales permitirán reducir la contaminación electromagnética.
Por tanto, los estímulos están bien puestos.
Pero nada de aquello será posible si no dotamos de los recursos necesarios a la Subsecretaría de Telecomunicaciones.
Este es un aspecto de fondo, señor Presidente.
Mientras se avanza en la Superintendencia, que generará una adecuada fiscalización del cumplimiento de las normas -quiero recordar que se consagran sanciones pecuniarias altísimas para las empresas que infrinjan los niveles máximos de emisión electromagnética-, consideramos absolutamente indispensable entregar mayores aportes a la referida Subsecretaría.
Entonces, por su intermedio, señor Presidente , quiero pedirles al Ministro de Transportes y al Subsecretario de Telecomunicaciones que en la Ley de Presupuestos dotemos a la SUBTEL de todos los recursos necesarios (humanos, técnicos y económicos) para llevar a cabo una adecuada fiscalización.
Tras este extenso debate jurídico...
El señor GIRARDI ( Presidente ).- Se cumplió el minuto adicional, señor Senador.
El señor CHAHUÁN.- Termino en 30 segundos, señor Presidente.
El señor GIRARDI ( Presidente ).- No más que eso, Su Señoría.
El señor CHAHUÁN.- Está bien.
Decía que, tras este extenso debate jurídico y tecnológico, nos encontramos en condiciones de entregar un marco legal coherente con los tiempos actuales, que por ello es indispensable aprobar.
Por consiguiente, les pido a mis colegas que otorguen su voto favorable a esta iniciativa, que ahora debe pasar nuevamente a la Cámara de Diputados para cumplir su tercer trámite constitucional, a fin de que se convierta en ley con la mayor brevedad.
Por último, les solicito al Ministro y al Presidente de la República que mantengan la urgencia actual del proyecto para despacharlo rápidamente, pues constituye una burla para el Congreso que, mientras legisla sobre la instalación de antenas, las peticiones de autorización ante la Subsecretaría de Telecomunicaciones para levantar otras se incrementan en forma exponencial.
Por eso, resulta imperioso dictar un marco legal razonable que permita mayor participación ciudadana y velar por la salud de la población.
--(Aplausos en tribunas).
El señor GIRARDI (Presidente).- Tiene la palabra el Senador señor Uriarte.
El señor URIARTE.- Señor Presidente , en primer término, deseo recordar que este proyecto de ley ingresó al Parlamento en abril de 2007. Es decir, llevamos más de cuatro años discutiendo de qué manera podemos regular esta materia, y hasta el día de hoy -digo "hasta el día de hoy" para no decir "desde que lo discutimos en general en el Senado"- no habíamos logrado llegar a un texto unánime como el que esta tarde nos hallamos discutiendo en la Sala.
Y eso no es por casualidad, señor Presidente , sino porque en esta iniciativa confluyen y se enfrentan distintos intereses, que no solamente son distintos, sino además contrapuestos. Están los intereses de la comunidad, de los vecinos, pero también las legítimas aspiraciones de los usuarios de las diferentes tecnologías a acceder a nuevas formas de conectividad, con mejor nivel de cobertura y calidad de servicio.
Pero no es solo eso lo que se afronta, sino que hay asimismo, obviamente, enfrentamientos comerciales entre diversos actores que forman parte de la industria de las telecomunicaciones.
Nos hemos demorado tanto, pues, por esa razón y porque esto no es fácil de lograr. Porque, en verdad, no resulta sencilla la tarea de dar con una fórmula mágica que deje contentos a todos.
La legítima, sana y necesaria aspiración de los vecinos en orden a tener cada vez mejores niveles de calidad de servicio, de cobertura en las comunicaciones; a acceder a una mayor conectividad, no solo en el radio urbano, sino también fuera de este, en la ruralidad, y a disminuir la brecha digital es algo que el legislador, para los efectos de la historia de la ley, se ha tomado muy en serio.
Hay aquí, en las ideas matrices del proyecto, un objetivo fundamental: avanzar en estas materias.
Obviamente, ello no se hace gratis. Es algo que supone una inversión, un esfuerzo patrimonial, no solo de las empresas, sino también de los usuarios, que tienen que suscribir un plan y pagarlo mensualmente en las condiciones comerciales que pacten o negocien con la compañía.
Pero, además, existen intereses de otro tipo, como el que inspira legítimamente a la sociedad, al barrio, a la comunidad -representada, muchas veces, por el concejo municipal-, en orden a lograr que el impacto ambiental, estético, visual, sea el menor posible. Y es obvio que eso no se ha conseguido hasta ahora. Basta recorrer cualquier sector, en cualquier comuna urbana, para darse cuenta de una contaminación visual notoria y que impacta, con frecuencia, en el valor del metro cuadrado y la calidad de vida de los habitantes.
Por tanto, vemos acá una segunda forma de defender intereses legítimos de la comunidad; de defender el concepto de ciudad. Y esta aspiración solo se puede materializar en la medida en que las tecnologías que se utilicen sean discretas, de baja altura, no invasivas.
Además, surge en el debate, en esta segunda mirada, el inevitable tema de la colocalización. Ello supone contar con infraestructura de mayor envergadura, que impida la instalación de otros soportes que vayan poblando o sobrepoblando el territorio que se quiere cubrir.
Alguien hacía referencia a un aspecto igualmente muy importante en la discusión, que es procurar la eliminación de todo tipo de barreras de entrada. O sea, es preciso permitir -dicho al revés- el libre acceso de nuevos actores que de verdad puedan ofrecer un mismo o mejor servicio. Esa es, también, una legítima aspiración. Y le corresponde al legislador dar las garantías para que tal propósito se pueda cumplir.
Otro gran asunto que cabe considerar, el cual se enfrenta a lo ya expuesto, es el cuidado de la salud humana.
La creencia generalizada es que la radiación electromagnética le causa un daño a la salud. Si bien es algo que no se halla acreditado fehacientemente -hay que decirlo-, el solo hecho de que exista la duda genera inquietud en la comunidad y es también una señal para que el legislador, una vez más, se preocupe de la cuestión y haga lo necesario para darle la tranquilidad mínima de que no resultará afectada en ese sentido.
Conviene consignar que resulta curioso, en todo caso, que la inquietud no se haga extensiva a formas distintas de recepción de la radiodifusión, ante las ondas generadas por otro tipo de aparatos de telecomunicaciones; o a las ondas originadas por el propio teléfono celular, o por su cargador, o por los microondas, o por las pantallas de computador, o por los tubos fluorescentes, que producen realmente una emisión mucho más invasiva y, tal vez, nociva para la salud que las antenas que nos ocupan. Ahí se plantea un tema abierto.
Pero la verdad es que la cuestión se encuentra ya instalada, y nos corresponde hacernos cargo del temor ciudadano, que es preciso tomar muy en serio.
Cabe expresar que la Organización Mundial de la Salud no ha encontrado hasta ahora una evidencia empírica, actual, al respecto, mas eso no significa que la conclusión sea la contraria; que se haya descartado cualquier influencia o injerencia en la salud humana.
La Subsecretaría de Telecomunicaciones -es preciso consignarlo- lleva a cabo lo que más se puede hacer en el ámbito de que se trata: regular a través de una norma, de las más exigentes del mundo en tales materias, y luego fiscalizar el cumplimiento de las emisiones de acuerdo con estos altos estándares.
De ahí, señor Presidente , que bien vale la pena, para hacer justicia, que reconozcamos la correcta y muy apropiada actuación del Ejecutivo, de la Subsecretaría de Telecomunicaciones, porque, cuando se fiscaliza o se norma algo como la actividad en estudio, lo que se está haciendo es velar por los derechos de la comunidad y ante la eventualidad de que se afecte en alguna medida la salud de un ser humano. Eso se halla regulado, a buen recaudo.
Por otra parte, en el proyecto de ley se incentiva la infraestructura de bajo impacto. Y nos parece muy bien. Se están creando de verdad los mecanismos suficientes para que la infraestructura no sea invasiva.
Se promueven las compensaciones por la instalación de una infraestructura de esta clase en la comuna. Es la manera de permitir que la comunidad perciba algún tipo de retribución cuando se levanta una antena y se da cuenta de que no tiene cómo defenderse frente al negocio que un vecino hace con una compañía. Ahora, en la iniciativa, se avanza mucho en la manera de compensar también sus derechos.
Se disminuye, obviamente, la cantidad de antenas.
Asimismo, se regulan las alturas. Como se dijo algo no acertado ni ajustado al texto en discusión, quisiera observar que todas las instalaciones de antenas superiores a tres metros e inferiores a doce que se encuentren mimetizadas se someten a un tratamiento especial que tienen que cumplir. Pero a las no mimetizadas de más de tres metros y menos de doce se les aplica todo el rigor de la ley en proyecto, es decir, se tiene que consultar la opinión de los vecinos, obtener la autorización en la Dirección de Obras Municipales y someterse al régimen de compensaciones, todo ello determinado en el artículo 116 F.
Por todo lo expuesto, vamos a votar a favor.
La iniciativa avanza sustancialmente en la línea que todos queremos, sin perjuicio de lo cual deseo hacer presente, de manera muy breve, que abrigo un par de dudas constitucionales a propósito de la forma en que se utiliza la acepción del término "restricción"; en que se restringen determinadas garantías constitucionales.
La verdad estricta es que me preocupa que ello no lo haga la ley y que se delegue en la autoridad administrativa. Me preocupa que se cumplan todos los requisitos establecidos en la doctrina al momento de limitar una garantía contemplada en la Carta, pero que, finalmente, respecto de la ejecución, el artículo 116 bis E señale solo áreas de riesgo o áreas de protección y no se contemple la descripción que se debiera.
Por esa razón, manifiesto solo una interrogante de carácter constitucional, sin perjuicio de lo cual vamos a votar a favor.
El señor GIRARDI (Presidente).- Tiene la palabra el Senador señor Sabag.
El señor SABAG.- Señor Presidente , el proyecto de ley en examen corresponde a lo que ha sido una inquietud del Congreso durante más de 10 años, expresada a través de diversas indicaciones presentadas, tanto en la Cámara de Diputados como en esta Corporación, por muchos de mis Honorables colegas presentes, pero que se materializó en un texto que absorbió todo, enviado por el Gobierno de la Presidenta Bachelet el 17 de abril de 2007, y que ha registrado una larga tramitación.
Reconozco que la Comisión de Transportes del Senado ha enfrentado un trabajo muy arduo en la materia, con la participación, naturalmente, del Ministro de Transportes , señor Pedro Pablo Errázuriz , y también del señor Subsecretario de Telecomunicaciones .
Lo importante es que estamos llegando al final de la tramitación de la iniciativa, ya que la inexistencia de regulación ha sido motivo de muchos abusos contra la comunidad. Es evidente que la explosión en el desarrollo de las telecomunicaciones llevó también a la instalación de una cantidad enorme de antenas: ya son 12 mil al día de hoy, con la perspectiva de llegar a 30 mil.
Y, sin ninguna normativa, por supuesto que ha regido la "ley de la selva". La gente ha cargado primero contra los alcaldes, contra las municipalidades, y ha ido a reclamarles. Pero, como estos no cuentan con facultad alguna, entonces ha recurrido a los parlamentarios. Nosotros nos hemos dirigido al Ministerio correspondiente, se ha mandado a los técnicos, se han llevado los medios de prueba, se ha explicado que no es tanto el daño de la contaminación electromagnética y nos han entregado una serie de parámetros. Nos han dicho que los microondas contaminan y perjudican a las personas ¡cien veces más!
Sin embargo, no cabe duda de que la ciudadanía ha concluido claramente que la salud de niños y ancianos resulta afectada.
Por eso es tan necesaria una normativa regulatoria.
Naturalmente, las instalaciones son pedidas por todo el mundo en los sectores rurales, porque se quiere contar con acceso a la comunicación.
El señor PROKURICA .- Así es.
El señor SABAG.- Pero, en la parte urbana, es muy distinto que una antena aparezca de la noche a la mañana, ya que resulta muy "beneficiosa" para quien da en arriendo el espacio necesario, que recibe una suculenta renta mensual, mas perjudica a los vecinos, pues el valor de sus propiedades disminuye ostensiblemente.
En consecuencia, valoro el proyecto y espero que terminemos de tratarlo esta tarde. Sabemos que queda otro trámite por cumplir en la Cámara de Diputados y, a lo mejor, uno de Comisión Mixta, pero ya hemos dado un paso fundamental.
Por otra parte, deseo recordar que despachamos hace poco tiempo la ley sobre participación ciudadana, en virtud de la cual todas las organizaciones tienen el derecho de oponerse a cuanto perjudique su entorno, en circunstancias de que antes no las tomaban en cuenta para nada. ¡La ley Nº 20.500 sí exige la participación ciudadana!
La iniciativa que nos ocupa también contempla que sean escuchadas las juntas de vecinos; que sean escuchadas las municipalidades, a través de sus direcciones de Obras. Para antenas de tres metros, seguramente bastará el aviso de instalación; pero, de tres a doce metros, ya se deberá obtener permiso, y sobre 12 metros, conseguir en esas últimas reparticiones el permiso de instalación completo. ¡Ya hay una regulación! Y también se considera una compensación del 30 por ciento del valor de la obra en trabajos de mitigación pedidos por la junta de vecinos, con el acuerdo, por supuesto, del municipio.
Creo que este es un avance sustancial y, por eso, vamos a aprobarlo con mucho agrado.
Brindo un reconocimiento, una vez más, al trabajo de los miembros de la Comisión de Transportes; a la participación del señor Ministro , quien los ha sorprendido a todos, menos al Senador que habla, que lo conoce desde hace mucho tiempo y sabe que es un hombre muy eficiente.
¡Ojalá que, con el mismo éxito que está obteniendo aquí en lo que respecta a las antenas, asunto pendiente durante tantos años y que está sacando adelante, solucione el problema del Transantiago y otros que enfrenta su Ministerio!
El señor PROKURICA .- ¡Dios lo oiga...!
El señor SABAG.- Votaré a favor, señor Presidente .
El señor GIRARDI ( Presidente ).- El Senador señor Chahuán me ha pedido reparar un olvido en que incurrió y saludar al señor Jorge Valdovinos, Alcalde de Concón , presente en las tribunas.
El señor LAGOS.- Me adhiero a ello.
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El señor GIRARDI ( Presidente ).- Pido autorización para que la Comisión de Salud pueda sesionar en forma simultánea con la Sala a partir de las 18.
--Se accede.
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El señor GIRARDI (Presidente).- Tiene la palabra la Honorable señora Allende.
La señora ALLENDE.- Señor Presidente , hasta ahora no hemos contado con una ley que regule la materia, lo que se ha traducido en muchísimos abusos, como ya se ha señalado en el Hemiciclo, en la medida en que no ha existido prácticamente una normativa. En efecto, se han instalado enormes antenas en zonas urbanas, sea en espacios públicos o privados, sin ninguna preocupación por el entorno, desde luego; sin compensación, muchas veces, a los vecinos, y concentradas principalmente, como lo hemos visto también, en los barrios más vulnerables, más pobres.
No cabe ninguna duda de que vivimos en una sociedad muy tecnologizada y de que el desarrollo tecnológico está causando una exposición cada vez mayor de las personas a radiaciones electromagnéticas de diverso tipo.
Los efectos de la denominada "radiación ionizante" sobre los seres vivos son bastante bien conocidos y los métodos para prevenirlos han sido reglamentados en la mayoría de los países. No obstante, los causados en la salud por la radiación electromagnética de menor energía, considerada no ionizante, han sido menos estudiados y, en consecuencia, existe reglamentación insuficiente respecto de las medidas destinadas a disminuir o evitar las posibles consecuencias adversas.
Estoy citando, señor Presidente , un informe sobre el proyecto "La Regulación Jurídica de la Contaminación Electromagnética en Chile". El autor del estudio de los "Efectos de la Radiación Electromagnética sobre la Salud" es el doctor Andrei Tchernitchin , del Laboratorio de Endocrinología Experimental y Patología Ambiental, Instituto de Ciencias Biomédicas, Facultad de Medicina, Universidad de Chile.
El objetivo del texto es analizar los efectos desfavorables para la salud de algunas radiaciones electromagnéticas no ionizantes, con el fin de contribuir al desarrollo de su regulación conforme al principio de acceso a la información.
Si bien el número de casos impide, tal vez, arribar a conclusiones definitivas, tajantes, por no haber transcurrido aún el tiempo suficiente, ha quedado demostrado claramente hoy día que la telefonía celular se traduce en efectos nocivos. Es algo que no somos capaces de medir con total exactitud, pero, ante la duda, haríamos bien -y en el Senado es importante que lo sepamos- en actuar con mucha más prudencia.
Las recomendaciones del análisis concuerdan con las de la Royal Society de Canadá y del Informe del Grupo Experto Independiente en Telefonía Móvil de Inglaterra en el sentido de disminuir el nivel de la exposición ocupacional a radiación a los mismos niveles aceptados para el público, en general; reducir el promedio de la exposición de la población al nivel más bajo posible que resulte compatible con la calidad del servicio; aumentar la investigación de los efectos biológicos y médicos de la exposición a radiofrecuencias, para reducir las incertidumbres, etcétera.
Tales planteamientos, que sugiero leer, nos están señalando de alguna manera un camino que, desde luego, ya empezamos a dejar atrás, en la medida en que por fin somos capaces de comenzar a regular.
Hasta ahora, el no contar con una normativa, como señalaba, ha significado abusos; ha significado la instalación de enormes antenas que afectan el entorno, probablemente la salud, y ocasionan en forma clara, además, un daño patrimonial.
¿Todos queremos una mejor conectividad? Sí.
¿El país registra una de las conectividades más caras -¡más caras!- de la región, en términos de banda ancha? Sí.
Sería bueno, ya que se hallan presentes los señores Ministro y Subsecretario, que se tomaran medidas sobre el particular, porque ¿hasta cuándo tenemos que pagar uno de los servicios más onerosos y "ahí no más" -a lo mejor, de calidad "reguleque", como alguien dijo-, en lo que respecta a dicha transmisión?
Todos tenemos que haber sufrido la saturación en nuestros teléfonos móviles, en los que el servicio se corta y que de repente mueren, y que es preciso cambiar cada vez más seguido.
Cabe hacer un llamado a los operadores a ir mejorando de acuerdo con la investigación, a gastar más para optimizar la tecnología. Porque somos los ciudadanos, en definitiva, quienes pagamos los costos.
Me interesa señalar que, en mi opinión, el texto aprobado por la Cámara de Diputados era mejor. Por lo tanto, espero que en el tercer trámite se llegue a una Comisión Mixta para precisar algunos aspectos que no están claros.
Resulta evidente que tenemos que buscar un equilibrio entre el mayor desarrollo tecnológico, la necesidad de conectividad y la obligación de brindar un buen servicio, ojalá mucho más económico que el actual. Pero también debemos ser capaces de entender que hoy día existe prácticamente un oligopolio; que hay barreras de entrada que impiden la presencia de más competidores, la cual siempre es positiva.
En efecto, cuando se estableció el multicarrier, todos observamos que por lo menos hubo mayor competencia y los costos empezaron a bajar. Hasta antes de ese momento las llamadas de larga distancia internacional y nacional tenían precios elevados. Y, al entrar más actores al sistema, estos disminuyeron y mejoró la oferta.
Nosotros quisiéramos que ocurriera lo mismo con la iniciativa en debate. Quiero ser enfática en este punto -y el Senador García-Huidobro , quien tuvo mucho que ver con ella cuando era Diputado , confirma lo que señalo-; porque deseamos más actores, mayor competencia, mejor servicio, rebaja en los costos y una disminución en la selva de antenas que apreciamos.
Sin embargo, debo decir con claridad que, desgraciadamente, lo que hoy aprobaremos es todavía insuficiente respecto a la colocación de antenas de gran tamaño y al impedimento de su agrupación, conocida como "enjambre".
Es necesario regularizar lo concerniente a las antenas ya instaladas. En el proyecto prácticamente no se menciona nada en este sentido, y el Senador Letelier tenía razón al expresar que aquellas permanecerán tal como se encuentran. Tenemos que regular esa situación instaurando dos cosas: la compensación de los afectados y la mimetización de las antenas.
--(Aplausos en tribunas).
Señor Presidente , queremos incentivar la colocalización y establecer una cierta nivelación entre las comunas con antenas ya instaladas y aquellas que las tendrán con el nuevo sistema. Porque hay municipios con diferente capacidad de presión sobre los operadores. ¡Esa es la verdad!
Entonces, deseamos municipalidades que se la jueguen por sus ciudadanos, que entiendan su derecho a emitir opiniones y que se preocupen por las emisiones electromagnéticas de las antenas; pues -como ya mencioné- en el informe médico aludido existen presunciones fundadas (hoy no es posible asegurarlo con certeza) de que ellas tienen efectos sobre la salud.
Resulta lamentable que no seamos más rigurosos a la hora de fijar la cantidad de metros que debe haber entre las antenas y los jardines infantiles, escuelas, hospitales y otras "áreas sensibles", como se las denomina.
Es cierto que existen grandes operadores del sistema, los cuales, a mi juicio, de alguna manera quieren evitar la colocalización por los costos asociados que tendrían que asumir por la compensación y la mitigación. Pero, si ellos son dueños de la mayoría de las actuales instalaciones, deberán hacerse responsable por ellas.
No podemos dejar las cosas como están y continuar de aquí hacia delante. ¡Eso no sería justo! Porque la instalación de antenas comenzó hace mucho tiempo, cuando la población no era escuchada...
--(Aplausos en tribunas).
...y la tecnología era menos eficiente. Ahora ya podemos exigir nuevas tecnologías y existe disposición para regular el asunto de otro modo.
Por lo tanto, creo que debemos legislar de tal manera de permitir la colocalización no solo en torres de más de 12 metros, sino también en todo tipo de antenas.
Y, con tal fin, he presentado una indicación -tengo claro que requiere la unanimidad de la Sala; espero que exista-; porque lo referido a la altura no es menor. Ojalá se aprobara a los efectos de posibilitar que se compartieran las torres para evitar la instalación de más y más antenas.
La idea es que la alternativa de colocalización minimice la obligación de compensación planteada y desincentive el emplazamiento de nuevas antenas y la creación de enjambres.
Además, pienso que la insuficiente definición de "territorio urbano saturado" es preocupante. Deberíamos aumentar su radio y la regulación pertinente.
Por último, me parecen escasas las compensaciones patrimoniales y de baja efectividad el recálculo del impuesto territorial. Porque, claramente, la persona que efectúa un negocio permitiendo la instalación de una antena perjudica a los vecinos inmediatos al disminuir su patrimonio.
Ello no es menor. Y me gustaría que sobre el particular fuésemos mucho más claros. Porque debe existir el derecho a la compensación no solo por un perjuicio estético, sino también por uno patrimonial, que puede ser excesivo. Debiéramos preocuparnos al respecto.
En consecuencia, señor Presidente , como todavía no hemos logrado llegar al fondo del problema, espero que en el trámite en la Cámara de Diputados -a mi juicio, el texto aprobado por ella era mejor- se pueda conseguir algo que no se ha obtenido: la armonía entre una mayor conectividad y un mejor vivir, que todos buscamos. Porque, si a alguien se lo preguntaran, tendría que decir que siempre hay que considerar como bien superior a la vida humana: su calidad, su menor riesgo, y al derecho de la ciudadanía a que se respete su sentir.
--(Aplausos en tribunas).
El señor GIRARDI (Presidente).- Tiene la palabra el Senador señor Lagos.
El señor LAGOS.- Señor Presidente , quiero aprovechar esta oportunidad para saludar al Alcalde de Concón y a quienes lo acompañan en las tribunas.
Este proyecto de ley fue presentado hace bastante tiempo, en abril del 2007, por la Presidenta Michelle Bachelet y recién aprobado en su primer trámite por la Cámara de Diputados en mayo del año pasado.
Dicha iniciativa buscaba básicamente regular la instalación de antenas de telecomunicaciones, incluidas sus estructuras soportantes, exigiendo a sus titulares someterse a un procedimiento administrativo de autorización ante la Dirección de Obras Municipales, que la otorgaría mediante resolución.
De tal manera se perseguían dos objetivos: por un lado, reducir el impacto urbanístico del emplazamiento de las antenas de telecomunicaciones y sus estructuras soportantes, y por otro, evitar el impacto adverso que podrían generar en la salud de las personas las emisiones electromagnéticas provenientes de aquellas.
En la Comisión de Transportes y Telecomunicaciones del Senado la normativa fue objeto de una serie de modificaciones, considerando que, además de los lineamientos establecidos en la otra rama del Parlamento, era preciso analizar tan delicado problema desde la perspectiva de la competitividad y del necesario desarrollo en el mercado de las telecomunicaciones.
Es decir, salvaguardando lo que planteaba el proyecto original de la Presidenta Bachelet , dicho organismo técnico se abocó a estudiar cómo fomentar una mayor competitividad y redistribuir la ubicación de las antenas ya existentes, así como a definir la reglamentación que regiría en el futuro.
De esa forma, el texto aprobado por la Comisión de Transportes y Telecomunicaciones se hace cargo tanto de la problemática ciudadana que se genera por la instalación inconsulta de infraestructura de antenas como de la necesidad de cautelar el desarrollo del mercado de las telecomunicaciones en condiciones competitivas.
En tal sentido, a diferencia de la iniciativa acordada por la Cámara de Diputados, se plantea la creación de incentivos para el emplazamiento de antenas de menor tamaño, que no implican un impacto urbanístico mayor y que no provocan conflictos con las comunidades, estableciendo que las torres de más de tres y hasta doce metros de altura, mimetizadas, requerirán permisos de instalación del Director de Obras Municipales .
Por otra parte, se dispone un marco normativo con mayor carga regulatoria respecto de las antenas de tamaño superior, sin imposibilitar su emplazamiento, ya que ellas son especialmente requeridas por quienes desean ingresar al mercado de las telecomunicaciones, generando así mayor competencia.
Un punto de especial relevancia radica en la denominada "colocalización", que en lo básico consiste en compartir una misma infraestructura soportante para distintas antenas, obviamente de diversas compañías. Esta obligación tendrá carácter retroactivo en todas las zonas de exclusión de instalación de nuevas torres de infraestructura de más de doce metros, caso en el cual se prevé un período de adecuación a los nuevos estándares.
Otro aspecto asociado al proyecto, de la máxima importancia, es la prohibición de instalar torres de soporte, antenas y sistemas radiantes -es decir, prohibición absoluta- en perímetros de establecimientos educacionales públicos o privados, salas cuna, jardines infantiles, hospitales, clínicas o consultorios, predios urbanos donde existan torres de alta tensión y hogares de ancianos.
Para determinar el perímetro de la prohibición se atiende al tamaño de la torre, de manera que la distancia mínima de localización debe encontrarse a cuatro veces su altura, contado desde los deslindes de esos establecimientos, con un mínimo de 50 metros de distancia.
En ese punto, sin embargo, aún falta por definir un aspecto de la mayor relevancia: si la ley tendrá o no efecto retroactivo, como se dispone en esta misma iniciativa, sin ir más lejos, con la colocalización.
¿Y por qué surge lo anterior?
Porque, a raíz de la larga tramitación del proyecto, las empresas de telefonía celular se han tratado de adelantar a su promulgación y han instalado un número importante de antenas en diversos lugares, con la expectativa de no resultar afectados por aquel.
De ahí que se produjo una discusión intensa. Y, junto con otros Senadores, renovamos una indicación que intenta dar cuenta de la situación descrita, disponiendo un plazo máximo de doce meses para adecuarse a la nueva ley luego de su entrada en vigencia.
En tal virtud, las empresas de telefonía celular no podrán quedar cubiertas por la ausencia de efecto retroactivo, ni siquiera amparándose en criterios de propiedad privada o de meras expectativas, y tendrán que modificar la instalación de dichas antenas.
Con ello no se busca solo hacerse cargo de un problema de especulación. Es obvio que alguien puede decir: "Mejor me adelanto antes de que salga la normativa, porque las leyes generalmente no tienen efecto retroactivo".
Pero en esa afirmación existen varios valores en juego.
En primer término, ciertamente hay una viveza si las empresas de telefonía celular quieren violentar el espíritu de la ley a sabiendas de lo que acá se discute. Porque aquellas -imagino que en este minuto seguirán por televisión el presente debate- conocen lo que estamos discutiendo. En consecuencia, sería impensable plantear que no sabían lo que venía.
Y, si tales empresas no desean violentar el espíritu de la ley, deberían abstenerse de seguir instalando las antenas como lo han venido haciendo en los últimos meses.
Sin embargo, esto responde no solo a un problema de especulación. El hecho de querer o no violentar el espíritu de la ley obedece a entender que este se comparte. Desde ese punto de vista, la salud, aunque no se encuentre completamente demostrada la influencia de las antenas, sigue siendo un valor que el proyecto busca proteger. Y por eso, de aprobarse la indicación, las empresas tendrán un plazo para realizar las modificaciones pertinentes.
Destaco otras materias de la iniciativa, como la excepción de la normativa aplicable a las antenas de telecomunicaciones respecto de los servicios de aficionados, de los cuerpos de bomberos y de organismos que presten servicios de utilidad pública, como bien lo señaló el Senador Prokurica, quien lo detalló en extenso.
Me parece que constituye un avance fundamental que se dote de facultades a la Subsecretaría de Telecomunicaciones para declarar una determinada área geográfica como zona saturada de sistemas radiantes de telecomunicaciones cuando la densidad de potencia exceda los límites que determine la normativa técnica dictada por aquella autoridad, no por cada antena -como planteaba el proyecto original de la Cámara de Diputados-, sino por todas las que en su conjunto operen en una zona. Esto nuevamente establece una diferencia y significa una mayor exigencia.
También deseo resaltar la posibilidad de declarar la saturación de instalación de estructuras de torres soporte de antenas y sistemas radiantes de transmisión de telecomunicaciones cuando haya más de dos de esas estructuras dentro del radio de cien metros a la redonda, medido desde el eje vertical de cualquiera de ellas.
Mediante estas modificaciones se afina el proyecto original al objeto de evitar de nuevo un subterfugio o la acumulación de antenas o solicitudes individuales, que al final burlan la ley.
Finalmente, y respondiendo a una demanda ciudadana relativa a la desvalorización que experimentan los inmuebles con motivo de la cercanía de antenas, constituye un avance significativo que se consagre para los propietarios de los inmuebles emplazados en el radio en que se instale una torre soporte de antena y que sean contribuyentes del impuesto territorial la facultad de solicitar una retasación de su propiedad, como consecuencia del desmejoramiento que la afectará.
En este caso se persigue salvaguardar una situación -se aplicará a las antenas, y no sé si opera también respecto de otras materias urbanísticas-, pues ciertamente la instalación de una antena de telefonía celular de más de doce metros de altura en la vivienda de mi vecino o cuatro casas más allá genera un empeoramiento del entorno visual, y eso provoca un impacto económico. Eso resulta evidente. También lo puede sufrir el que coloca la antena. Y acá se realiza un esfuerzo en orden a intentar compensar ese efecto por la vía de rebajar el avalúo fiscal.
Dejo planteada la inquietud -para ser honesto por lo menos intelectualmente- de que desconozco qué ocurre cuando se cambian los planes reguladores y en un barrio donde no estaba permitido construir en altura se abre dicha posibilidad y alguien levanta un edificio de departamentos contiguo a otra vivienda. No sé si en este caso -alguien me podrá corregir- la legislación dispone el otorgamiento de una compensación a los vecinos.
Entonces, ello se aborda al menos en la materia que nos ocupa. Desconozco si porque se trata de telefonía celular, y esta tiene un impacto muy directo, o por la fealdad de las antenas. Pero hay que considerar -¡ojo!- que cuando se produce un desarrollo inmobiliario el barrio tiende a revalorizarse desde el punto de vista patrimonial, debido a la posibilidad de que se levanten más edificios de departamentos. Alguien podrá no estar de acuerdo en que su barrio termine siendo de edificios de departamentos. Sin embargo, tal vez patrimonialmente no se genera un perjuicio, como sí sucede en el caso de las antenas, porque no todos los vecinos pueden tener una en su propio domicilio.
En virtud de lo señalado, y esperando que algunas de las deficiencias de la ley en proyecto -como la de no regular de mejor manera las antenas de más de doce metros o las rurales- se puedan corregir en el tercer trámite, voy a votar a favor del proyecto, que se inició en abril de 2007 y que verá la luz al final del túnel.
--(Aplausos en tribunas).
El señor GIRARDI ( Presidente ).- Tiene la palabra el Honorable señor García-Huidobro.
El señor GARCÍA-HUIDOBRO .- Señor Presidente , debo recordar que estuvimos más de un año trabajando en el debate de este proyecto en la Comisión de Obras Públicas, Transportes y Telecomunicaciones de la Cámara de Diputados.
En primer lugar -por su intermedio, señor Presidente-, deseo comentarle al Senador Lagos que hubo múltiples iniciativas parlamentarias respecto de la instalación de las antenas, como la que ahora nos ocupa.
Y durante la Administración de la Presidenta Bachelet , efectivamente, el Ejecutivo presentó una indicación sustitutiva.
En ese momento se registró un acuerdo muy amplio en la Comisión en cuanto a la colocalización obligatoria con carácter retroactivo. Pero, por desgracia, el Ministro de la época, René Cortázar , formuló una indicación que anulaba justamente eso.
Ante lo anterior, se presentó una indicación absolutamente transversal -la tengo en mi poder-, que obligaba a todos los actores a colocalizarse en forma retroactiva. Fui uno de los autores de ella, la que fue firmada además por el actual Senador señor Quintana y por los Diputados señores García , Hales , Hernández , Cristián Monckeberg , Sabag , Mario Venegas y Samuel Venegas y la señora Nogueira .
Esa indicación fue aprobada por unanimidad en la Comisión respectiva de la Cámara de Diputados, y después, por más de cien votos en la Sala. Ello constituyó un avance fundamental contra la voluntad del entonces Ministro Cortázar .
Es bueno aclarar que se trata de un trabajo transversal, y que también representa el éxito de la labor de los vecinos. Veo a algunos en las tribunas que durante mucho tiempo estuvieron participando activamente en la Comisión, siendo muy bienvenidos sus comentarios. Y les agradezco que estén presentes ahora en la tramitación del proyecto.
En segundo lugar, quiero manifestar que sería ideal que un tercero fuera el dueño de la infraestructura, para que -como planteó el Subsecretario Atton- quienes compiten en el mercado pudieran acceder a ella en forma libre, sin restricciones.
¿Por qué hay tantas antenas? Porque cada empresa ha ido asumiendo su papel estratégico en cada lugar, en circunstancias de que sería perfectamente posible una colocalización en que a un tercero se le arrendarán los espacios para que se emplazaran allí todas las empresas.
Digo lo anterior porque no nos estamos refiriendo a un negocio entre privados, sino a un servicio público licitado por el Estado. Y queremos que sus beneficiarios -todos los chilenos- cuenten con el mejor servicio y al precio más bajo. Pero según veo hasta el momento los costos seguirán subiendo. Porque cada antena tiene su valor. ¿Y quién lo paga? Quien hace uso de esos servicios.
Lamento profundamente que en el proyecto no se haya mantenido lo que en su momento aprobó la Cámara de Diputados en relación con la colocalización obligatoria y permanente; o sea, que rija en forma retroactiva y hacia adelante.
Porque deseamos un servicio barato y más eficiente para los usuarios, como lo plantearon los Senadores señora Allende y señor Prokurica . Pero en la actualidad su costo es uno de los más caros de América.
¿Y qué se necesita? Un buen Wi-fi; una televisión que llegue en forma nítida especialmente a los sectores del campo, donde todavía no se recibe una buena señal. Debo manifestar que en muchas zonas rurales no es posible la televisión por cable. Por eso es importante que dispongan de telefonía móvil de calidad.
En ese sentido, valoro que se haya dejado fuera del proyecto al sector rural, ya que incluirlo habría significado un nuevo impedimento para que este también tuviera acceso a lo que demanda el resto de la comunidad.
Por otro lado, me siento esperanzado en el resultado de esta iniciativa, por lo cual valoro el buen trabajo del Senado, aunque me surgen dudas, principalmente, sobre la colocalización retroactiva, lo que para mí es fundamental. Sin embargo, pienso que respecto a todo lo demás nuestra Corporación mejoró el proyecto.
Felicito al Senador señor Novoa y a los integrantes de la Comisión de Transportes y Telecomunicaciones, aunque en cuanto a la colocalización me parece que tenemos una diferencia. Espero que en la Cámara de Diputados se insista en incorporarla de manera obligatoria y retroactiva y que se apruebe en la Comisión Mixta.
Desde otra perspectiva, debo recordar que hay un debate sobre si las antenas afectan la salud de las personas. Algunos opinan que sí y otros que no. Y, ante la duda, tenemos que abstenernos. Si no hay certeza de sus efectos -repito-, debemos abstenernos, lo cual significa bajar la cantidad de ondas electromagnéticas de las antenas. En ese sentido, es muy importante el avance que propone el proyecto, porque las reduce al mínimo. De ese modo, creo que estaremos entre los 3 o 4 países de la OCDE más exigentes en relación con esa norma, lo que es muy relevante, pues demuestra que vamos en la dirección correcta.
Tengo algunas inquietudes, sobre todo, cuando se dice que vamos a bajar la altura de muchas antenas. ¡Estupendo, que se haga! ¡Pero, ojo! Al reducir su tamaño, acercamos sus efectos a la comunidad. Así, las antenas más pequeñas y sus ondas quedarán más cerca de las personas.
Por eso, consulto si convienen más las antenas de mayor altura y más lejanas de la gente que las bajas.
--(Aplausos en tribunas).
Esa pregunta la deben responder los expertos en la materia.
Por otro lado, hay que avanzar rápidamente en la aprobación del proyecto. Ocurre que quienes ingresen al mercado se verán más complicados. ¿Por qué? Porque sus costos van a ser muy superiores a los que ya operan.
¿Qué dispone la iniciativa? Obviamente, que los nuevos actores del sistema también serán beneficiados. Los actuales operadores deberán aceptar a los entrantes, así como estos a aquellos. Pero los que ya tienen antenas instaladas no quedarán muy favorecidos. Por lo tanto, es una discriminación en beneficio de los que están ingresando ahora al mercado. Ojalá el máximo de actores entren a futuro.
Señor Presidente , aunque agradezco el trabajo de la Comisión, tengo la impresión de que la Cámara de Diputado va insistir en la indicación que aprobamos en su momento, solucionando el problema, lo cual permitirá tener un servicio más eficiente y saludable para la comunidad. Pero también se requiere un servicio barato y de mayor calidad, que pueda llegar de mejor forma a los usuarios. Y eso implica que debería haber una infraestructura que posibilite la instalación de todas las empresas, a fin de que haya una auténtica competencia.
A mi juicio, hay que avanzar mucho en esta materia.
La tecnología nos está entregando cada día nuevas sorpresas, nuevos cambios. Y, por lo tanto, esta iniciativa legal mira hacia el futuro y no solo a lo que actualmente rige.
Por eso, señor Presidente, en esta oportunidad, voy a votar a favor.
No he participado en la discusión del proyecto en el Senado, porque no estaba integrado a él. .Si lo hubiera hecho, habría presentado una indicación al respecto, insistiendo en lo aprobado por la Cámara de Diputados. Obviamente. Por lo tanto, espero que lo relativo a la colocalización se solucione en la Comisión Mixta.
Valoro el esfuerzo de los miembros de la Comisión y la labor desplegada por los señores Ministro de Transportes y Telecomunicaciones y el Subsecretario.
A mi juicio, debemos avanzar rápidamente en la aprobación del proyecto, para lo cual es necesario mantener la urgencia y no dilatar su despacho, teniendo en cuenta los muchos años que estuvo en la Cámara Baja y el tiempo que lleva en el Senado.
--(Aplausos en tribunas).
El señor LETELIER (Vicepresidente).- Tiene la palabra la Senadora señora Alvear.
La señora ALVEAR.- Señor Presidente, cuando discutimos en general el proyecto en la Sala tuve la oportunidad de expresar mis preocupaciones al respecto.
Por lo demás, dichas inquietudes las he recogido en terreno, en las distintas comunas que represento en la Región Metropolitana, en donde prevalecen situaciones francamente caóticas. Allí hay verdaderos bosques de antenas instaladas al lado de establecimientos educacionales, de jardines infantiles, etcétera. De modo que la saturación en algunas zonas es enorme, lo que debe sumarse al problema de la contaminación y a los propios de la Capital.
Al mismo tiempo, debo recordar que recibí a diversas personas en el Senado, que tuve la oportunidad de contactarme con muchos vecinos de distintas comunas y conocer las situaciones que los afectan. Y vi, con verdadera angustia, cómo el golpear puertas para que no continúe la proliferación de antenas de telefonía móvil era francamente inviable ante la falta de una adecuada regulación.
Señor Presidente, sin duda, desde el momento en que discutimos en general el proyecto en la Sala hasta ahora, cuando lo debatimos en particular, hay un avance.
En ese contexto, desde luego, felicito a la Comisión de Transportes y Telecomunicaciones por el trabajo realizado. También debo valorar la disposición del señor Ministro para escuchar las distintas visiones. Cuando eso ocurre es posible avanzar. Quizás la iniciativa, al dar cuenta de lo anterior, al mismo tiempo entrega una señal clara al Gobierno: es importante trabajar en ese espíritu de diálogo para ir adelante. Y dialogar significa tener la capacidad de escuchar y de ponerse en el lugar del otro.
Sin embargo, debo decir que todavía tengo algunas inquietudes, aun cuando el texto del proyecto se haya mejorado.
Si uno lo mira desde el punto de vista de la ciudadanía, hay tres aspectos que diariamente se nos plantean a los parlamentarios que estamos estrechamente vinculados a la iniciativa: en primer lugar, la menor cantidad de antenas; en segundo término, una mejor cobertura, como lo desea la ciudadanía, y, finalmente, que el precio por el servicio sea más bajo.
Como aquí ya se ha dicho -y no lo voy a repetir-, los costos de la telefonía celular son altísimos para nuestra población. Por eso, hago un llamado de atención a quienes proveen ese servicio público, el cual es de tanta envergadura, por los beneficios que este entrega a la población.
Hay que tener claro que hablar de menos antenas significa disminuir las ya instaladas y no solo reducir el número de las que se levanten. Además, las nuevas deben respetar reglas urbanísticas básicas que en la actualidad no existen.
¡Esto es lo que esperaba la gente! ¡Ese es el horizonte con que debemos seguir trabajando!
El texto aprobado en general -ya lo he señalado- no lograba esos objetivos. Sin embargo, el que tenemos ahora representa un avance.
Menos antenas, mejor cobertura y precios más bajos se consiguen obligando -reitero, y me hago cargo de lo expresado aquí por otros colegas y por la Senadora Allende- a la colocalización, incentivando la entrada de nuevos actores y procurando la igualdad de trato para todos los involucrados.
Eso significa avanzar en los tres principios que he reseñado.
Ello se obtiene también fomentando una mejor competencia y una mayor transparencia en este mercado tan relevante para la vida diaria de los chilenos.
Efectivamente, casi todos hacemos uso de celular e Internet; y, en atención a la masividad de ambos servicios, resulta fundamental entregar igualdad de oportunidades para caminar hacia el desarrollo. Pero este siempre debe compatibilizarse con la preservación de las normas medioambientales, de modo que el progreso no signifique un detrimento de ellas ni de la salud de la población.
Igualmente es importante que en el trámite de la Comisión Mixta que se forme -así espero- se avance en el sentido de que las nuevas cargas que se establezcan sean iguales para todos y no solo para quienes instalen antenas en el futuro.
Me explico: a propósito de las antenas que ya se encuentran instaladas, quizás si, en vez de establecer solo incentivos para colocalizar -lo que ya implica un avance-, debiéramos obligar a eso y, a la vez, mimetizar. Ambas cosas. Porque, a la luz de lo conversado con los vecinos, la mera colocalización es insuficiente.
Asimismo, es necesario preocuparse de las antenas ya instaladas en zonas turísticas, pues el texto aborda únicamente el caso de aquellas que se instalen a futuro en dichos lugares -lo valoro, pues se trata de un adelanto-, pero es imprescindible corregir eso.
De otro lado, en la Comisión Mixta que se constituya, deberemos echar una mirada a la situación de las futuras antenas según las exigencias que aquí se consignan, de modo que las empresas -lo expreso con mucha fuerza, señor Presidente - asuman realmente una responsabilidad.
Además, espero que el Gobierno ponga la respectiva urgencia a este proyecto. Porque -deseo resaltar lo que aquí se ha dicho-, mientras se tramita, se siguen instalando muchas, ¡muchas! antenas, sin que se cumplan los requisitos que contendrá la ley.
Por ende, formulo un llamado a la responsabilidad de las empresas en orden a que aquello no siga ocurriendo.
Reitero mi petición al Ejecutivo de dar urgencia a la iniciativa en los trámites que le restan en el Parlamento, con el objeto de analizarla globalmente con celeridad y de que se transforme pronto en ley, para los efectos de responder a la necesidad de contar con menos antenas, mejor cobertura y más bajos precios por el servicio.
--(Aplausos en tribunas).
El señor LETELIER (Vicepresidente).- Tiene la palabra el Senador señor Tuma.
El señor TUMA.- Señor Presidente , desde el año 2000 muchos parlamentarios hemos sido autores de las más diversas mociones con la finalidad de regular la industria de las telecomunicaciones en materia de instalación de antenas.
Creo que el enfoque dado al proyecto en debate tiene que ver con cómo compatibilizar los intereses de las empresas con los de los vecinos; con cautelar las exigencias urbanísticas, cuando se dice que vamos a mimetizar; con supervigilar las normas de salud, al anunciar que se van a regular las emisiones. ¡Y qué bueno que Chile se acoja a una norma que establece una emisión electromagnética más exigente que la de hoy!
Sin embargo, quiero enfocar el problema y la iniciativa propuesta en lo que el Estado debería haber hecho.
Ya llegamos tarde en cuanto a la regulación de la materia: todas las antenas que se requerían ya están y las que faltan se instalarán antes de promulgarse esta legislación.
Por lo tanto, el proyecto en debate prácticamente no vale nada, porque llegamos tarde; porque no hicimos en forma oportuna lo que correspondía; porque dejamos en la mayor de las orfandades a los vecinos, quienes imploraban que alguien regularizara e impidiera la instalación de esos enormes artefactos en el interior de su población.
En verdad, estamos haciendo un ejercicio en falso, pues esta ley no va a servir para regular nada, por cuanto no quedará antena por instalar en los sectores urbanos. Y donde queden pendientes algunas, el Estado tendrá que aportarles plata a las empresas y pedirles por favor que den cobertura a determinadas zonas rurales.
Aquí actuamos exactamente al revés. Y el modelo imperante ha adoptado el sistema de la autorregulación.
En efecto, cuando se abordó el problema de las empresas de electricidad dijimos que se autorregularan. ¡Observen cómo tienen abandonado al mundo rural! Como no efectúan mantención, basta un viento fuerte o cualquier temporal para que se corten los cables y se interrumpa el suministro de energía eléctrica. ¡Y nadie responde por ese servicio frente al consumidor, que paga la tarifa más cara no solamente de Chile, sino del mundo por el suministro de electricidad!
¿Por qué ocurre eso? Porque en su momento señalamos que las empresas se autorregularan; que ellas iban a competir. Pero ¡no pueden hacerlo, porque el campesino está imposibilitado de elegir a otro proveedor! Insistimos en que ellas harían mantención por su cuenta. No obstante, ¡no la hacen! ¡No realizan esa campaña vasta, concienzuda, territorial de mantención para evitar que las ramas o el crecimiento de los árboles interrumpan el servicio eléctrico, porque les sale menos oneroso pagar la multa que se les aplique!
Se trata de un asunto económico, de intereses, de lucro -ojalá analicemos el proyecto del lucro más adelante-, el cual tiene que ver con la ausencia del Estado. Está bien que las empresas lucren en esta materia y que recuperen sus inversiones. Pero deben prestar un buen servicio, el cual no funciona por autorregulación.
Lo mismo sucede con los bancos. Ayer veíamos por televisión, en el programa "Informe Especial", cómo los bancos abusan con la gente modesta. Y ello, porque el Estado está ausente en la autorregulación. ¡Las Superintendencias cuidan a las empresas y no a la gente ni a los ciudadanos!
Con la presente iniciativa acontecerá algo similar, porque establece una regulación que no les servirá para nada a los vecinos, pues las antenas ya se encuentran instaladas; ni a la ciudadanía, a la cual le preocupa el que esta industria cobre cada vez más caro por el servicio.
Por las razones expuestas, pienso que, en definitiva, la futura ley no servirá ni será eficaz. Seguramente antes habrá una nueva tecnología. En otros países con ciudades modernas, aunque sean pequeñas, no se observa ni una sola antena, porque usan la tecnología que es, por supuesto, más cara. Esperamos que ella también se incorpore a Chile.
Entonces, si regulamos de mejor manera; si exigimos a todas las empresas que cumplan retroactivamente la nueva norma, estoy seguro de que muchas de ellas -que compiten en forma artificial o falsa- se pondrán de acuerdo para traer tecnología para reemplazar esas antenas que crean tantos problemas a la gente.
Como dice el programa radial de Julio César Rodríguez: "Podría ser Peor".
Yo voy a votar favorablemente la iniciativa, insistiendo en que llegamos tarde no solo con las indicaciones, sino con esta legislación, para ayudar a la ciudadanía.
El señor LETELIER (Vicepresidente).- Tiene la palabra el Senador señor Quintana.
El señor QUINTANA.- Señor Presidente, por cierto, no creo que el proyecto sea la panacea, pero tampoco, que el panorama sea tan pesimista como lo plantea el colega Tuma.
Evidentemente, se deben mejorar y corregir algunas cosas en la Comisión Mixta.
El señor NAVARRO.- ¡En esas condiciones estamos!
El señor QUINTANA.- Lo que sí comparto plenamente con el Senador Tuma fue la experiencia como Diputados, cuando participamos en la larga discusión -un debate de años- sobre la materia en la Comisión de Obras Públicas, Transportes y Telecomunicaciones de la Cámara Baja. Ahí vimos el lobby que muchas empresas hicieron durante ese período. Y bien lo sabe el Senador García-Huidobro , también Diputado en aquella época.
La verdad es que, en esos tres a cuatro años de tramitación legislativa, se instaló probablemente el 30 a 40 por ciento -el señor Subsecretario me puede corregir- de las antenas.
El señor TUMA .- Hubo mucho lobby.
El señor QUINTANA.- Claro. El "lobby feroz" que se dio, Senador, buscaba cambiar el proyecto y atenuar una regulación que todavía no existe.
A mi juicio, la iniciativa tiene aspectos positivos, sin lugar a dudas.
En ese sentido, reconozco la disposición que ha tenido el Subsecretario de Telecomunicaciones, don Jorge Atton, para escuchar a la ciudadanía.
Y destaco la labor realizada por Moisés Pinilla, Arturo Samit y la agrupación de defensa de la salud y el medioambiente de Viña del Mar que ellos lideran. Porque este es un problema de salud.
De hecho, este proyecto tal vez abre un tema nuevo en ese ámbito, a pesar de que aún no existan -como se sabe- definiciones muy taxativas de la Organización Mundial de la Salud. En la Cámara de Diputados en su oportunidad escuchamos a Andrei Tchernitchin y a otros expertos, quienes expresaron que, aunque la OMS no se haya pronunciado al respecto -similar a lo que sucede con los transgénicos-, todo indica que las antenas generan problemas a la salud.
Siempre hago presente lo que ocurre en la calle Chorrillos , población Bellavista, de la comuna de Vilcún: mucha gente ha fallecido en un radio de 90 metros en torno a una antena -espero que podamos sacarla- y más del 60 por ciento de esos vecinos están enfermos de cáncer.
Entonces, hay datos. Cosa distinta es que la Organización Mundial de la Salud no los haya podido comprobar todavía. Y -¡claro!- cuando lo haga, ya va a ser tarde. Y ahí comparto lo que dijo el Senador Tuma: nos daremos cuenta de que llegamos tarde a la discusión.
Como sea, creo que el proyecto sirve.
¿En qué sentido?
Las emisiones y la densidad de potencia son aspectos importantes. Y concuerdo con las palabras del Senador Prokurica en orden a que en esta materia nos pondremos a la altura de los países de la OCDE. Ello me parece relevante.
En tal ámbito destaco el rol que ha jugado la Asociación de Ciudadanos para la Defensa de la Salud y el Medio Ambiente de Viña del Mar, que ha representado también a entidades de otras zonas del país, incluidas algunas de la Región de La Araucanía, que represento. Muchas comunas ( Perquenco , Lautaro , Victoria, Angol ) han sido parte de esta agrupación ciudadana. Y estimo que debemos seguir acompañándola, porque -insisto- la Comisión Mixta será una instancia completamente necesaria.
Las exigentes limitaciones que estamos poniendo a las emisiones (2,5 microwatts por centímetro cuadrado) nos sitúan al mismo nivel de Austria, Suecia, Suiza , China, Rusia -en definitiva, los países integrantes de la OCDE-, y no solamente para la densidad de potencia -algo que no se ha dicho-, sino, al mismo tiempo, en lo concerniente al protocolo de las mediciones. Porque el problema fundamental, más que la unidad de medición, es cómo vamos a medir tales emisiones.
El Senador Navarro mueve la cabeza. Está pensando seguramente en el SIMCE, en el semáforo. Es parecido.
En consecuencia, considero sumamente importante determinar cómo se medirán las emisiones, con qué instrumentos, con qué periodicidad. Resulta esencial dejar establecido en el cuerpo legal dicho protocolo, mediante el cual nos comparemos con los países antes señalados.
Desde ese punto de vista, pienso que el proyecto es un paso adelante.
¿Dónde, a mi juicio, no hay avance? En la distancia que deben guardar las antenas respecto de las zonas sensibles. A lo mejor, lo hecho en el Senado es más que lo obrado en la Cámara Baja. Pero seamos claros: en la discusión general llevada a cabo hace un par de meses hablábamos de prohibir la instalación de torres a menos de 300 metros de zonas sensibles (escuelas, espacios públicos, centros de salud, en fin). Sin embargo, hoy la norma plantea exigir como mínimo cuatro veces la altura de la antena. O sea, como el debate se ha centrado en las torres de 12 metros, el rango normal de distancia para permitir la instalación de tales estructuras será de alrededor de 50 metros.
Yo tengo una diferencia con el Senador Letelier, aun cuando comparto su preocupación. Entiendo que respecto de las antenas de entre 3 y 12 metros también hay un grado de restricción. Hoy día no contamos con ninguna: los directores de obras municipales no se pronuncian; simplemente son notificados por los señores que representan a las empresas del rubro y que han desarrollado un arduo trabajo de lobby durante el último tiempo. Ellos solo avisan: "Nos vamos a instalar en tal población, en tal barrio de Collipulli, Lautaro , Melipeuco, Santiago ; donde sea".
Sin embargo, con el proyecto en debate ello ya no sucederá. Los directores de obras y, por tanto, los municipios tendrán que hacerse responsables, y las agrupaciones vecinales deberán ser oídas a la hora de autorizar la instalación de antenas superiores a los 12 metros de altura, y también de las de entre 3 y 12 metros.
Otro asunto relevante es que la gran mayoría de las torres existentes superan con creces esa altura. Las más invasivas hoy día, como muy bien indicó el Senador Letelier, son las de 20 a 30 metros. Estas deben preocuparnos. No digo que las más pequeñas sean inocuas, pero no sé si la instalación de torres inferiores a 12 metros constituirá un proceso masivo a futuro.
Ahí surgirá un problema con la distancia. Me gustaría que ello también se corrigiera en el transcurso de la discusión en la Comisión Mixta.
Asimismo, me preocupan los sectores rurales porque están muy abandonados. Yo represento a vastas zonas rurales. Y en ellas se presentan dos problemas. Se los planteo, por su intermedio, señor Presidente, al señor Subsecretario de Telecomunicaciones.
Algunos dicen que el proceso ya está hecho; otros, que faltan muchas torres por poner. Pero la verdad es que en esos lugares no hay conexión; o sea, faltan servicios de telefonía.
El señor Ministro del ramo y el señor Subsecretario saben -por intermedio de la Mesa aprovecho de saludarlos- que el Senado aprobó por unanimidad hace algunos días el proyecto para que el Fondo de Desarrollo de las Telecomunicaciones -1, 2, 3; no sé en cuál vamos ya-, que fomenta la infraestructura digital, sea de carácter permanente. Considero que ello es un paso importante. Pero ojalá algún día se concrete y llegue a las Regiones. Que no nos pase lo mismo que sucede con la televisión digital, otro tema que tendremos que analizar juntos en los próximos días.
La Comisión de Educación, que presido, y la de Transportes y Telecomunicaciones, unidas, se involucrarán en el debate de ese proyecto pronto -lo hemos conversado con el Senador Novoa-, y se espera que su análisis dure seguramente hasta fin de año. Lo relevante es que saquemos adelante esa iniciativa.
Ahí también veo una preocupación, por cuanto los canales abiertos no se han involucrado en la materia y carecen de incentivos hoy día para hacerlo. Ello, porque la futura normativa sobre televisión digital les va a exigir contar con la misma área de cobertura.
Pienso que algo similar ocurre en este otro ámbito.
Existen pocos incentivos para que el mundo rural se conecte a servicios de telefonía en general. Y los que hay ni siquiera son de calidad. En vastos sectores de la cordillera de Los Andes en la Región que represento -comunas como Lonquimay, Curacautín, Melipeuco, Curarrehue-, tales servicios no están disponibles; mucho menos, los de Internet.
A mi juicio, debemos dar un salto mucho más audaz en materia de infraestructura digital, tal como se hizo en su oportunidad con el Programa de las 900 Escuelas o el denominado "Enlaces", iniciativas bastante visionarias para su época.
Con todo, señor Presidente, votaré a favor de las modificaciones propuestas, pues creo que se avanza.
Pero -insisto- quedan aspectos pendientes, que hacen necesaria la Comisión Mixta.
Termino señalando que en materia de colocalización veo un retroceso. Espero que no utilicemos tal modalidad solo cuando el espectro se halle saturado, sino ante cualquier circunstancia. Es preciso llevar ese punto a la Comisión Mixta.
De todas maneras, la iniciativa avanza en varios aspectos. No es la panacea -reitero-, pero tampoco amerita hacer una huelga de brazos caídos sobre el asunto. Y contiene algo muy importante: la opinión de los vecinos será considerada frente a decisiones relevantes en la materia.
He dicho.
--(Aplausos en tribunas).
El señor LETELIER (Vicepresidente).- Tiene la palabra el Senador señor Navarro.
El señor NAVARRO.- Señor Presidente , hay un solo concepto capaz de definir lo que ha pasado con las antenas celulares en los últimos quince años: lobby, lobby, lobby. ¡Brutal lobby en beneficio de las empresas y en detrimento de los vecinos!
--(Aplausos en tribunas).
Claramente, el retraso de esta iniciativa legal obedece a los múltiples lobbies de que ha sido objeto.
Lo dijo el Senador Tuma . ¿Hace cuánto presentamos los proyectos sobre esta materia? ¿Diez años atrás? ¿Y qué se nos decía cuando pedíamos participación de los vecinos al momento de aprobar la instalación de una antena? ¡Y solicitábamos el retiro de las torres cuando en Chile no había más de 1.500!
En mi página web, www.navarro.cl, publicaré el oficio que me ha llegado de la Subsecretaría de Telecomunicaciones: ¡4.500 antenas en proceso de instalación!
¡Esto es un desastre, señor Presidente!
¡No engañemos a la gente! ¡No le digamos que podrá actuar sobre la instalación de antenas que ya se hallan en proceso de colocación y sobre las cuales nos van a alegar que no hay retroactividad!
¡Aquí están: por comuna y Región!
Yo les pido a los Senadores que se preocupen de ver cuántas torres se van a instalar en sus respectivas Regiones, porque son varios centenares y no una, tres, cuatro, cinco por colocación, como sostuvo el Subsecretario .
¡Esto es lo que hay! ¡Un proceso abierto, duro!
Las empresas lograron dilatar lo suficiente la tramitación del proyecto.
En 2009 yo lo señalé. Entregué un documento de casi 100 páginas que contenía las direcciones de dónde se instalarían las antenas. Me pareció que la gente tenía derecho a saber. Lo repartí en la Región Metropolitana y también en mi Región. "Vecino, le van a poner una antena". La gente reacciona tarde. Les advierto: "¡Aquí está la información! Ya se hizo la solicitud, y la persona que vive en la casa de al lado arrendará el terreno o lo va a vender". Pero las juntas de vecinos están poco articuladas. Y la gente, al final, hasta que no se levanta la antena como callampa, no reacciona.
¡Aquí ha habido mala fe!
Las empresas defraudan la fe pública cuando, para instalar una antena, levantan un galpón y la hacen florecer por el techo una vez construida. ¡Eso es actuar de delincuentes! ¡Eso es actuar en la oscuridad! ¡Y eso es lo que han hecho las empresas de telefonía celular!
--(Aplausos en tribunas).
Por tanto, no nos engañemos.
Aquí no estamos frente a empresas que han actuado de buena fe y que quieren proveer el mejor servicio. ¡Es el peor servicio de América Latina! ¡Las compañías que tienen más reclamos ciudadanos son las de telefonía celular! O sea, son las que cobran más caro y las que más reclamos reciben (en el SERNAC, en la SUBTEL) dentro del sistema de prestación de servicios en Chile.
En definitiva, estamos hablando de un sector que se ha preocupado solo de maximizar sus utilidades, no de mejorar la calidad del servicio.
En consecuencia, señor Presidente, seamos claros: lo que estamos haciendo aquí es intentar regular la situación y mitigar sus efectos, pero sin retroactividad. Ninguna antena mayor de 12 metros va a ser relocalizada. Y se da un plazo de 36 meses a las empresas para adecuarse a las nuevas normas.
Y tampoco hay compensación.
¡Aquí se excluyó la participación vecinal! ¿Qué señala la ley cuando se quiere instalar una botillería? Que se debe preguntar a los vecinos. Y estos tienen la facultad de decir: "No queremos ese negocio, porque daña el entorno".
Respecto de las antenas, se consultará la opinión de la gente, ¡pero no se le permitirá votar! Seamos muy claros: Si las personas dicen que no cuando se les pregunte, ¿se va a descartar la instalación de la torre? ¡No! Se va a levantar de todas maneras.
El tema de la retroactividad y lo relativo a la colocación futura quedan en manos de las direcciones de obras municipales. ¡Como si ellas entregaran alguna certeza...! ¡Si el alcalde está de acuerdo con la antena, se va a instalar! ¡No cabe ninguna duda! Porque, además, cumplir la ley y los requisitos técnicos es una cosa posible.
Señor Presidente , yo esperaba una mínima consideración para reparar el daño a la plusvalía de las casas que se han visto afectadas. ¿Acaso las empresas han ganado poca plata como para no pagar el perjuicio que causaron a las viviendas colindantes, que han visto caer su valor hasta en 40 o 50 por ciento? Díganme: ¿algún Senador se va a comprar una vivienda con una antena de 15 o 30 metros al lado?
--(Manifestaciones en tribunas).
¿Cuántas torres se han construido en los barrios de más alta plusvalía? No se instalan. Y si se hace, se disfrazan. Pero sí se colocan tres o cuatro en sectores populares, frente a los liceos, etcétera. Y ahí no hay pago por la plusvalía perdida.
¿Qué he dicho yo en este punto durante la discusión de la iniciativa? Cuando he tenido que dar la cara -porque se habla de que este Parlamento no funciona; que viene la ley, que viene la ley, como el cuento del lobo, pero no llega-, he señalado que aspirábamos a que hubiera retroactividad: que debía sacarse la antena que se había puesto al frente de la casa de tal o cual persona porque, si no, esa propiedad valdría menos.
Y no estoy hablando de viviendas de 500 millones de pesos, de 1 millón de dólares, sino de casas modestas de 25, 30, 50 millones de pesos, de gente de clase media. Cuando sus dueños quieran venderlas, el mercado las va a castigar con 30 a 40 por ciento. ¡Y ya hay especuladores! Se acercan a los afectados y les dicen: "¿Por qué no vende ahora? Después va a valer menos".
Entonces, el no establecer compensaciones respecto del daño producido, tratándose de una industria que se ha hecho millonaria, que percibe grandes utilidades, no me parece.
Señor Presidente, lo reitero: aquí las empresas han actuado de mala fe.
Ahora mismo hay miles y miles de antenas en proceso de instalación. ¿Este proyecto de ley permite cautelar que ellas se instalen de acuerdo a lo que estamos aprobando? ¡No! Y yo espero que la Comisión Mixta corrija tal situación.
Conozco el esfuerzo que han hecho el Subsecretario y el Ministro. Pero debemos ser claros. Porque lo peor que puede ocurrir es que demos la señal de que este texto remediará la inquietud de la gente y que ello no suceda; que los vecinos piensen que van a ser compensados o que se sacarán las antenas mal instaladas y que ello no pase.
Les quiero leer el artículo 116 bis G, que es de verdad terrible.
La Senadora Alvear hizo un llamado a la responsabilidad de las empresas. Pero, ¡por favor! ¡Si estas han actuado de manera delictual! Porque operan de noche. Lo reitero.
Señor Presidente , aquí no hay participación ciudadana. ¡Yo la demando y reclamo! Cientos de miles de personas exigen hoy día en la calle ser parte de las decisiones de su país. Pues bien, en esta iniciativa no está incluida la participación ciudadana.
Voy a publicar en mi página web www.navarro.cl -repito- el listado de las 1.500 torres en vías de instalación, cada una de las cuales congregará tres o más antenas.
Me habría gustado que me mandaran también las direcciones de los emplazamientos. Hay dos maneras de desinformar: una, mandar siete cajas de documentos para que sea imposible leer todo, y otra, enviar un oficio simple con datos generales, del tipo: "Antofagasta: 28", "Concepción: 20". En definitiva, solo se hace referencia a la comuna. Hay más de 200 antenas proyectadas en la Región del Biobío...
--(Manifestaciones en tribunas).
Pero no se sabe dónde se instalarán. ¿Acaso la gente no tiene derecho a saberlo anticipadamente para obrar ex ante y no ex post?
Señor Presidente , se plantea colocalizar, minimizar y compensar.
Le preguntaba al Senador Prokurica, quien ha tenido una actuación bastante importante en el análisis del proyecto, ¿cuánto vale una antena celular? ¿50 millones de pesos? Si se fija una compensación de alrededor del 30 por ciento, estamos hablando en este caso de unos 15 millones. Pero con eso no se logra pagar ni siquiera la mitad de la desvalorización de la casa que está inmediatamente al lado.
Por lo tanto, tal compensación es absurda, irritante y absolutamente inaceptable.
También se dice que habrá precios más bajos en los servicios. Yo no sé si eso va a ser realidad. Ojalá se materialice pronto la portabilidad numérica. En el Senado tenemos contrato con una compañía de telecomunicaciones. Para los que hablamos harto, nos sale bastante caro el servicio.
Por cierto, no estamos en contra de las antenas. Lo que queremos es que las empresas inviertan en tecnología.
Los Senadores que han viajado por el mundo lo saben: cuando uno llega a las principales ciudades de Europa, se pregunta: "¿Aquí no hay antenas para teléfonos móviles?". ¿No existe telefonía celular en Londres, en Múnich, en Bonn, en París? Claro que la hay. ¡Pero no se ven antenas, menos en los lugares patrimoniales! Y no se aprecian, porque no están puestas en las condiciones en que se instalan hoy día en Chile.
Acá, las 1.500 torres a que hice mención (considerando 3 antenas en cada una, son 4.500 antenas) se van a levantar.
En América Latina, señor Presidente, es posible hacer las cosas mejor.
Tales empresas, que hoy día prestan servicios en el mundo entero, no son chilenas, son internacionales. Y tienen muchas más regulaciones en materia de instalación de antenas que las que estamos aprobando hoy día. Este es el tercer mundo. O sea, en Chile es posible hacer esto.
Yo hubiera esperado que Movistar, Entel o cualquiera de las grandes empresas dijera: "Yo me voy a asimilar a la normativa que me rige en los países de la OCDE, respecto de la localización y de la compensación". Pero eso no ocurre.
También se habló de que se va a fiscalizar.
Señor Presidente , ¡esas son mentiras! El SERNAC y las superintendencias no tienen plata para ello. ¡Eso no se va a hacer! Ese es un desafío para este Gobierno, señor Ministro . Yo confío en su gestión, pero ¿cuánta plata hay para fiscalizar?
Además, el artículo 116 bis G dice que, sin importar la altura, no se va a requerir ninguna autorización. Pido que se publique esta disposición. Porque, en definitiva, establece que se puedan instalar todas las antenas, que no sea posible denegarles el permiso. ¡No será posible denegar el permiso! Y si las direcciones de obras municipales se retrasan en su cometido, aquellas se colocan igual. Se opera por omisión.
Y para los dueños de edificios, no se exige nada, ¡absolutamente nada! Pueden ponerse antenas en postes eléctricos, en paneles de publicidad, en edificios, en toda la infraestructura ya existente, y no someter esa instalación a ninguna regulación -¡a ninguna!- de las normas que aquí estamos aprobando. Y, por favor, pido que los miembros de la Comisión de Transportes me desmientan: no se establecen exigencias para las instalaciones de nuevas antenas en estructuras preexistentes.
Creo que eso es, más bien, una burla.
--(Manifestaciones en tribunas).
Señor Presidente , la norma referida dice, textualmente, en uno de sus incisos: "Tanto a las torres soporte de antenas y sistemas radiantes de transmisión de telecomunicaciones a que se refiere este artículo, que se adosen o adhieran a una edificación preexistente, como a los postes de alumbrado público o eléctrico, elementos publicitarios, señalética o mobiliario urbano en cualquier altura, no les será exigible el permiso que se contempla en el inciso primero del presente artículo, debiendo cumplir sólo con el aviso de instalación establecido en el artículo 116 bis H de esta ley.".
Deberán solo avisar. ¡Por favor!
--(Manifestaciones en tribunas).
Yo siento que estamos faltando a un elemento esencial. Estamos haciendo una exclusión odiosa. Si las antenas se van a instalar sobre edificios, publicidad o cualquier otro elemento vertical, deberán también cumplir las exigencias que aquí se establecen. Si no, estamos dando una excepcionalidad total, y las empresas van a llegar a poner antenas en los edificios, en los postes de luz o en los paneles publicitarios.
¡Patagonia sin represas!
¡Nueva Constitución, ahora!
--(Aplausos y manifestaciones en tribunas).
El señor GIRARDI (Presidente).- Antes de cederle la palabra al Senador señor Patricio Walker, les pido a los asistentes en las tribunas que por favor respeten las intervenciones de los señores Senadores y que guarden silencio.
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El señor QUINTANA.- ¿Me permite, señor Presidente?
El señor GIRARDI (Presidente).- Tiene la palabra Su Señoría.
El señor QUINTANA.- Solicito autorización para que la Comisión de Educación, Cultura, Ciencia y Tecnología sesione paralelamente con la Sala, a partir de las 7 de la tarde.
El señor GIRARDI ( Presidente ).- Si no hubiere objeción, así se acordaría.
Acordado.
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El señor GIRARDI ( Presidente ).- Tiene la palabra el Honorable señor Patricio Walker.
El señor WALKER (don Patricio).- Señor Presidente , la verdad es que no quiero repetir acá lo señalado por los demás colegas. Pero hay un punto respecto del cual todavía me queda una duda. Y este se halla referido a lo planteado aquí por los Senadores señora Alvear , señores Prokurica , Horvath y varios más, en cuanto a qué pasará con las zonas turísticas donde ya se encuentran instaladas las antenas.
Y por ahí se escuchó decir que efectivamente existe solución en el proyecto de ley; pero la Senadora Alvear señala que no la hay.
Concretamente, en el texto comparado se agrega una norma que expresa: "En caso de zonas declaradas de interés turístico conforme al N° 7 del artículo 8° de la ley N° 20.423 se aplicará el régimen establecido en los artículos siguientes según corresponda.". La redacción es bastante vaga.
Dicho numeral se refiere al Comité de Ministros del Turismo, el que puede declarar las zonas de interés turístico. Esta parte se halla resuelta en la normativa a que se hizo mención. Sin embargo, no me queda claro de qué modo se procederá en lugares como playas, sectores de belleza escénica donde se encuentran instaladas antenas que afectan el patrimonio urbanístico, turístico, de esos parajes.
¿Qué se hace sobre el particular? Algunos me dicen que se puede recolocalizar en un año; otros, que se deben mimetizar las instalaciones. Pero eso no lo veo en el articulado. Tal vez figura en las disposiciones transitorias, a las que aún no he llegado.
Por eso, señor Presidente , por su intermedio, quiero pedir al Ministro o al Subsecretario si nos pueden orientar, ilustrar, acerca de cómo se resuelve aquello en la iniciativa legal. Porque la verdad es que no logro comprender cuál es la solución.
He dicho.
El señor GIRARDI (Presidente).- Tiene la palabra el Honorable señor García.
El señor GARCÍA .- Señor Presidente , en primer lugar, deseo expresar que este es un proyecto de ley muy sentido por la comunidad, que por años ha sido solicitado por diversos dirigentes sociales. Porque claramente la ausencia de regulación en la instalación de antenas de celulares -así las conocemos comúnmente- ha significado que muchos vecinos pierdan el valor de sus viviendas; enormes disputas entre ellos, porque basta que alguien arriende su sitio con tal propósito para que, obviamente, se gane la enemistad de toda la gente del barrio. Esto ha traído grandes problemas de convivencia.
Y si bien es cierto que esta iniciativa regula la instalación de esas estructuras hacia delante, creo que constituye una clara preocupaci��n de nosotros, los legisladores, por terminar con la actual desregulación y que el emplazamiento de antenas esté sometido a procedimientos y a organismos técnicos que señalen la pertinencia o no de ello; que exista participación de los propios vecinos afectados, como también de las municipalidades, a través de sus concejos, de las direcciones de obras.
Por lo tanto, desde esos puntos de vista, sin duda que el proyecto que nos ocupa representa un avance, y lo voy a votar favorablemente.
Sin embargo, señor Presidente , como yo no integro la Comisión de Transportes y Telecomunicaciones, me voy a permitir, por su intermedio, hacerle una pregunta al señor Ministro o al señor Subsecretario , porque a mí me hace mucha fuerza lo que señaló aquí hace poco el Senador Tuma , y que también acaba de expresar el Senador Navarro. Si existen las tecnologías para evitar la proliferación de antenas celulares, ¿no sería mucho más razonable que exigiéramos incorporarlas?
--(Aplausos en tribunas).
Ahora bien, puede ser que esas tecnologías sean demasiado onerosas.
Porque tengo claro que debemos compatibilizar dos aspectos: uno positivo, y otro, negativo.
El primero de ellos tiene que ver con que nuestra sociedad cada día usa más los teléfonos celulares -entiendo que existe ya una cifra cercana a los 20 millones de aparatos-, e Internet. Incluso en las comunidades rurales nosotros, como parlamentarios, estamos siendo permanentemente demandados para que dicho medio llegue a todos los rincones de nuestro país.
Esa es la cara buena de toda esta tecnología.
El lado negativo ha sido, obviamente, la proliferación de las antenas y la desregulación que hay hasta este momento respecto de su instalación.
Por eso, señor Presidente , deseo pedirle al Ministro que nos informe si existen esas tecnologías, cuál es su costo. Porque yo no quisiera que nuestro país se fuera quedando atrás en estas materias, ni tampoco que estuviéramos legislando sobre cosas que probablemente, desde el punto de vista tecnológico, ya están obsoletas.
Considero que Chile, desde hace mucho tiempo, ha venido dando ejemplo de modernidad, como también de integración al mundo, y hace poco más de un año nos incorporamos a la OCDE. Entonces, parece razonable que deseemos contar con las tecnologías más modernas, más desarrolladas, sobre todo si se asegura que su utilización no provocará daño alguno a la salud de la población.
Probablemente, el Ministro y el Subsecretario han dado tales explicaciones en el seno de la Comisión de Transportes y Telecomunicaciones. Pero como no formo parte de ella, a mí me gustaría conocer su opinión sobre el particular.
Repito: si se cuenta con esas tecnologías, nuestras exigencias debieran apuntar hacia allá. A lo mejor, no de la noche a la mañana; quizás debemos darnos un plazo en la medida en que sus costos sean muy excesivos. Porque tampoco se trata de que privemos a parte importante de la población del uso de celulares o de Internet obligándola a utilizar tecnologías cuyo costo finalmente se traspasará a las tarifas, las que pueden resultar demasiado altas, lo que significaría dejar a mucha gente al margen de aquellas por cuanto no podrían pagar su valor. Eso está lejos de mi ánimo y creo que también del de todos quienes integran esta Sala.
No obstante, si hay tecnologías que impliquen un costo razonable, incluso menor que el de la instalación de antenas, me parece que nuestras exigencias y la legislación debieran estar orientadas en ese sentido, más que a una regulación para el emplazamiento de antenas futuras. Porque, como bien se ha expresado en otras intervenciones, es muy probable que estemos quedando absolutamente desfasados respecto de la modernidad y de las nuevas tecnologías.
Gracias.
El señor GIRARDI ( Presidente ).- Estamos en votación. Así que primero intervendrá el Senador señor Rossi y más adelante podrá hacerlo el señor Ministro .
Tiene la palabra Su Señoría.
El señor ROSSI.- Señor Presidente , solo deseo saber cuándo votaremos el proyecto que figura en el segundo lugar de la tabla, relacionado con el lucro en la educación, que es un tema importante.
¿Lo votaremos a primera hora en la sesión de mañana?
La señora ALLENDE.- ¡Que se vote a primera hora mañana!
El señor COLOMA.- Hay que seguir el Orden del Día.
El señor LARRAÍN.- Aplique el Reglamento, señor Presidente.
El señor GIRARDI ( Presidente ).- Se va a votar mañana, Su Señoría.
Tiene la palabra el Senador señor Orpis.
El señor ORPIS.- Señor Presidente , Honorable Senado, quiero ir con mi argumentación en una línea distinta de lo que se ha planteado en la discusión de esta tarde.
He escuchado con mucha atención encendidos debates sobre el proyecto de ley en análisis y las dificultades que presenta. Pero lo que no he oído es que en parte los culpables somos nosotros.
La verdad, señor Presidente , es que la tecnología celular -según recuerdo- comenzó a principios de la década de los 90. Muchos éramos parlamentarios en aquella época y recibimos los primeros teléfonos celulares. Y era evidente que estos aparatos debían funcionar con antenas y que la tecnología que iba a permitir que se masificaran -porque esa era la tendencia- requeriría tales estructuras.
Durante el transcurso del debate de esta tarde he podido constatar que nos ocurre lo mismo con muchas otras materias, en el sentido de que numerosas veces actuamos sobre la base de hechos consumados y las cosas avanzan a tal punto que cuesta bastante ordenarlas.
Eso es lo que ha acontecido, señor Presidente, en cuanto a las antenas celulares.
Esta tecnología nace y se empieza a masificar a principios de la década de los 90, y se expande cada vez más. Aquí mismo se ha sostenido que en Chile hay cerca de 20 millones de teléfonos celulares.
¡Cuántos reportajes vimos donde se mostraba que esta tecnología progresaba a pasos vertiginosos! ¡Cómo se acercaba a la gente!
Era evidente, señor Presidente, que había que regular la materia, porque, en caso contrario, iba a provocar los estragos que hoy día afectan a la comunidad, en especial por el uso de las antenas.
En mi concepto, la discusión llevada a cabo ahora nos debería servir para anticiparnos -como sector político, como Gobierno- a ciertos procesos que pueden traer grandes beneficios a la población y no tener que debatir acerca de los perjuicios que puedan ocasionar.
Ordenar no es fácil. Cuesta hacerlo cuando se avanza en los términos en que se ha prosperado hoy, particularmente en lo que respecta a la masificación de las antenas.
Sin duda, con todos los defectos, el proyecto constituye un adelanto con relación a lo que existe, pues prácticamente no hay ninguna regulación. Y ojalá se perfeccione lo más posible durante el tercer trámite, en una eventual Comisión Mixta.
Simplemente quiero dejar establecido que seamos capaces, como actores políticos, como líderes, de anticiparnos a los procesos y no solo funcionar en pos de la coyuntura.
En cuanto a la materia que nos ocupa se habían presentado mociones -tal como se ha señalado aquí- en los años 2006, 2007. Pero han pasado prácticamente cinco, seis o siete años, y recién ahora, a finales del 2011, estamos terminando la tramitación de un proyecto, cuando lo más probable es que ya existan nuevas tecnologías y estos procedimientos se hallen obsoletos.
Espero que no ocurra lo mismo con la televisión digital. Ha sucedido con el tema educacional que se encuentra en debate: por no adelantarnos a los procesos estos terminan explotando en la forma que muchas veces hemos visto.
Hago un llamado a acelerar lo más posible la tramitación de esta iniciativa. Ella significa un avance, aunque se trata de ordenamientos que no son fáciles cuando se llega a límites como a los que se ha arribado hoy.
He dicho.
--(Aplausos en tribunas).
El señor GIRARDI (Presidente).- Tiene la palabra el Honorable señor Coloma.
El señor COLOMA.- Señor Presidente , recuerdo que hace algunos años tuve, en un mismo día, una visión un poco surrealista de lo que ocurre en esta materia. Me acuerdo que fui a Empedrado, una localidad rural donde el principal requerimiento ciudadano era contar con una conexión a un teléfono celular, pues ello haría la diferencia entre estar comunicado con el mundo -como decían sus habitantes- o quedar aislados, en un lugar al que cuesta acceder -queda a 40 kilómetros de Constitución- y en que, obviamente, existía un solo teléfono público, que era municipal.
Y digo lo anterior porque esa misma tarde me tocó asistir a una reunión en Talca, donde la principal exigencia ciudadana era terminar con la enorme cantidad de antenas de teléfonos celulares que generaban una dificultad visual -teóricamente no sabemos bien cuáles son los efectos en el ser humano-, razón por la cual dicha demanda constituía la primera prioridad para la zona.
Y eso marca un poco las distintas visiones con que uno puede analizar un mismo proyecto.
En el fondo, entiendo que se busca establecer una normativa que acoja la problemática ciudadana respecto a la instalación de estas infraestructuras, de estas antenas. Pero también existe la necesidad de cautelar el mercado en condiciones competitivas, particularmente con la finalidad de asegurar espacios especiales en aquellas zonas que no los tienen o que carecen de ellos para instalar antenas de telefonía móvil.
Hace dos semanas, por esas cosas de la vida, volví a los mismos lugares que mencioné y nuevamente el principal requerimiento ciudadano del mundo rural apuntaba a satisfacer la necesidad de contar con un teléfono móvil. Por su parte, en Talca había muchas más antenas que antes, porque no existe una legislación que instaure de manera precisa las reglas del juego, que podrían ser obligatorias, para este tipo de actividades que presentan esta curiosa mezcla de ser muy necesarias -en la actualidad es difícil imaginar un mundo sin celulares: no sé si alguien no tiene, pero, obviamente, quienes estamos aquí, en la Sala, y la gente en las tribunas contamos con uno- versus el efecto visual o de salud que genera el impacto de las torres.
Y la verdad es que después de cuatro años, habiendo sido presentadas varias mociones y existiendo mayoría en los sectores políticos -en este caso de la Oposición-, más allá de las buenas intenciones no se logró alcanzar ningún acuerdo respecto de normas básicas para mirar con visión de futuro este tema propio de la modernidad.
Por eso, parto señalando que me parece un avance significativo que por lo menos haya habido un acuerdo sustancial en materias que son relevantes para los tiempos venideros.
En primer lugar, quiero destacar lo importante que es tener reglas claras -es probable que en cinco años más esta legislación se encuentre caduca, cosa que no descarto- como son los requisitos para instalar todo tipo de antenas y la prohibición de emplazar estas estructuras en zonas declaradas saturadas de emisiones electromagnéticas, o en aquellas áreas sensibles como colegios, hogares de ancianos, etcétera.
Parece increíble que a estas alturas no hayamos definido un criterio. Muchas veces dijimos: "No pueden haber antenas a tantos metros de distancia". Los mismos vecinos argumentaban sobre los peligros que en uno u otro caso podría involucrar. Por ello, considero sabio que la Comisión haya adoptado el criterio de los efectos electromagnéticos para precisar dónde se podían instalar las antenas y señalar que existían zonas saturadas, sin capacidad para colocar nuevas torres. Y se entenderá que un área está saturada cuando en un mismo espacio físico existan dos o más antenas y un tercero quiera instalar otra dentro del radio de cien metros a la redonda medido desde el eje vertical de cualquiera de las estructuras preexistentes.
A mi juicio, era muy importante precisarlo porque conozco sitios donde hay tres o cuatro antenas a una distancia de 50 metros. Eso, obviamente, genera un mal escenario para los vecinos, un problema visual y mucha angustia sobre los efectos que podría reportarles esta sucesión de antenas en un mismo lugar, sin que haya reglas de ninguna naturaleza.
En mi opinión, esto es superrelevante y va directo a la vena de las preocupaciones ciudadanas.
En segundo término, hay un artículo nuevo que regula la instalación de antenas de más de 12 metros.
Ese era el otro tema sensible: qué altitud podrían tener las antenas.
Cuando no hay reglas o cuando existen pocas regulaciones, uno ve florecer aquellos aparatos. Porque su velocidad de crecimiento es impresionante: de una semana a otra cambia el paisaje.
Reviste importancia, pues, la existencia de reglas.
Es relevante, primero, que se deba obtener un permiso de instalación otorgado por la dirección de obras respectiva, requisito que parece demasiado obvio, pero que en la actualidad no existe.
En seguida, aunque precario, se fija un esquema de información ciudadana en términos de que quienes vivan a determinada distancia del futuro emplazamiento sean informados a fin de que, en ejercicio de su derecho a participación, propongan alternativas respecto tanto al diseño como a las obras de mitigación. Es lo que muchas juntas de vecinos nos han planteado a todos una y otra vez: "Por qué esto, que está acá, no puede instalarse un poco más allá o de forma distinta, para no afectar la vida de los ciudadanos".
De otro lado, me parece clave la obligación de mimetizar la torre de acuerdo al entorno urbano donde se ubique. Esto puede ser la gran transformación que este tipo de legislación genere en el cuadro visual de muchas ciudades de Chile.
Todos hemos visto que, donde existe espacio para mimetizar, el efecto visual es completamente distinto del que se produce en los lugares en que se instalan unas cosas raras, con forma muy poco grata y que afectan la vida de quienes viven cerca de ellas.
Además, habrá un catálogo. Días atrás le pedí al Ministerio una gama de distintas alternativas, las cuales cambian mucho el cuadro visual.
Y, por último, se realizarán obras de mitigación a favor de la comunidad hasta por 30 por ciento del valor de la torre...
El señor PROKURICA.- De la inversión.
El señor COLOMA.- Perdón: de la inversión.
Se podrá decir que la norma pertinente es buena o mala. Sin embargo, no existía nada de esto: ni la obligación de mimetizar ni la de mitigar; ni el requisito del permiso de la dirección de obras municipales; ni la obligación de informar.
Entonces, señor Presidente, estimo que esta iniciativa constituye un avance muy significativo. Y no comparto las frases que se dicen al vuelo en el sentido de que no sirve para nada. Creo que sirve y que genera un efecto ciudadano que va a ser valorado.
Me hago cargo ahora de los planteamientos de los Senadores García y Orpis sobre las futuras tecnologías.
En mi concepto, el Ministerio es el primer interesado en captar las nuevas realidades que se puedan dar, a los efectos de incorporarlas en la legislación.
Pero, sin duda, aquí podemos hablar de un antes y un después. Y la ley en proyecto debe significar un antes y un después en cuanto a un tema ciudadano que quizás nadie imaginó hace diez años.
Es cierto: estamos atrasados una década. Habrá que preguntarse, entonces, por qué no se actuó antes.
En todo caso, es menester valorar el esfuerzo realizado de manera transversal por el Gobierno y la Comisión de Transportes y Telecomunicaciones.
Más de una vez pasé casualmente por aquella. Me consta, entonces, cuánto trabajaban, como asimismo sus esmeros por llegar a acuerdos, arte mucho más difícil que el fácil de discrepar y decir "No hay solución".
Estimo que, en tal sentido, dicho órgano técnico merece un reconocimiento especial.
Por último, la idea específica de incentivar la instalación de antenas en edificios de altura apunta exactamente en una dirección correcta, porque genera mucho menor impacto y bastantes menores complicaciones para el ciudadano, que, al final, es lo que de verdad importa.
Es cierto, señor Presidente , que podemos discutir 50 veces sobre la oportunidad. Pero esta llegó, se dio. Y espero que a partir de hoy se empiece a marcar el antes y el después de este crudo asunto de las antenas para telefonía celular.
El señor LABBÉ ( Secretario General ).- ¿Algún señor Senador no ha emitido su voto?
El señor GIRARDI ( Presidente ).- Terminada la votación.
--Se aprueban las normas que no fueron objeto de modificaciones ni de indicaciones y las enmiendas acogidas en forma unánime por la Comisión, incluidas las que requieren quórum especial (34 votos a favor y 2 abstenciones), dejándose constancia de que se reunió el quórum constitucional exigido.
Votaron por la afirmativa las señoras Allende, Alvear, Pérez (doña Lily), Rincón y Von Baer y los señores Bianchi, Cantero, Chahuán, Coloma, Escalona, Espina, Frei (don Eduardo), García, García-Huidobro, Girardi, Gómez, Horvath, Lagos, Larraín (don Hernán), Muñoz Aburto, Novoa, Orpis, Pérez Varela, Pizarro, Prokurica, Quintana, Rossi, Ruiz-Esquide, Sabag, Tuma, Uriarte, Walker (don Ignacio), Walker (don Patricio) y Zaldívar (don Andrés).
Se abstuvieron los señores Letelier y Navarro.
El señor GIRARDI ( Presidente ).- A continuación, tiene la palabra el señor Ministro de Transportes , quien hará una proposición relacionada con las zonas de interés turístico.
El señor ERRÁZURIZ ( Ministro de Transportes y Telecomunicaciones).- Señor Presidente , antes de entrar en el detalle de algunos puntos, y a propósito del comentario del Senador Patricio Walker , quiero proponer la introducción de una pequeña enmienda, porque tanto la Comisión como el Ejecutivo pretenden que la mimetización de las antenas ubicadas en zonas turísticas sea obligatoria no solo para las instalaciones futuras sino también para las antenas ya emplazadas.
Por ello, señor Presidente, solicito que se recabe el asentimiento unánime de la Sala a los fines de modificar el texto pertinente.
La idea sería que dijera: "pretendan emplazar o están emplazadas en zonas declaradas de interés turístico".
El señor LETELIER.- ¿Y por qué no en todas?
El señor WALKER (don Patricio) .- Porque no lo van a aceptar.
El señor ERRÁZURIZ ( Ministro de Transportes y Telecomunicaciones).- Se estaba discutiendo si se podía reglamentariamente...
El señor GIRARDI ( Presidente ).- Perdón, señor Ministro .
Se ha formulado una petición que requiere la unanimidad de la Sala.
El señor LETELIER .- Una indicación.
El señor GIRARDI (Presidente).- Démosla por aceptada, para poder avanzar.
La señora ALLENDE.- Sí.
El señor LARRAÍN .- De acuerdo.
El señor GIRARDI (Presidente).- Tiene la palabra el Senador señor Novoa.
El señor NOVOA .- Señor Presidente , me parece que ese aspecto se puede solucionar perfectamente. Y quiero agradecer que haya unanimidad al respecto.
Ahora, si Su Señoría me lo permite, deseo realizar dos o tres comentarios, porque se han hecho algunas afirmaciones que no corresponden exactamente...
La señora ALLENDE .- No hay acuerdo.
El señor WALKER (don Patricio).- Resolvamos primero lo de la enmienda.
El señor NOVOA.- Eso está acordado.
¿O no, señor Presidente?
El señor GIRARDI (Presidente).- Hay unanimidad de la Sala.
Entonces, se halla acordado.
El señor PIZARRO.- Está solucionado entonces.
El señor GIRARDI (Presidente).- Pido, sí, que la enmienda propuesta por el Ministro de Transportes se haga llegar por escrito a la Mesa.
El señor NOVOA.- Que se le entregue al señor Secretario.
El señor GIRARDI (Presidente).- Tiene la palabra el Senador señor Zaldívar, quien ha esperado pacientemente.
El señor ZALDÍVAR (don Andrés).- Señor Presidente , no quiero repetir toda la argumentación con que he concordado desde el inicio de la tramitación de este proyecto.
Sí, deseo hacer una reflexión y formular una petición al Ejecutivo , y también a nosotros, como parlamentarios.
Desde que comenzó a tramitarse esta iniciativa se han instalado más o menos 6 mil antenas.
El señor LETELIER .- Sí.
El señor ZALDÍVAR (don Andrés).- Si hubiéramos regulado esta materia en su momento -es algo en lo que todo el país (incluidos nosotros) tiene responsabilidad-, seguramente no estaríamos en esta discusión.
Ahora bien, como todavía queda bastante camino por recorrer (tercer trámite constitucional, Comisión Mixta, etcétera), quiero realizar una petición, para evitar que debamos seguir lamentándonos.
Ojalá que en un futuro próximo -porque, efectivamente, está avanzando la tecnología en materia de telecomunicaciones- se reemplacen las torres en comento.
Así como en un tiempo nació la fibra óptica, que evitó significativamente el uso de cablería y otros elementos, se ha visto ya en Europa, por ejemplo, que se instalan implementos de índole diversa para efectuar las transmisiones pertinentes.
Espero que en esta ocasión ocurra lo propio, para que con el retiro de las famosas torres se limpie el panorama de nuestras ciudades.
Empero, si no legislamos con cierta urgencia, se van a instalar cientos de antenas más.
Yo creo que de todas maneras el proyecto va a ayudar.
Entonces, le pido al Ejecutivo , a pesar de que se trata de una obligación que nos podríamos autoimponer, que le coloque "discusión inmediata" al proyecto en todos los trámites que sigan, al objeto de que ojalá no tengamos que continuar discutiendo esta materia más allá del próximo mes.
Mi solicitud obedece a que considero necesario legislar sobre el particular.
Muchas gracias.
--(Aplausos en tribunas).
El señor GIRARDI (Presidente).- Tiene la palabra el Senador señor Novoa.
La señora ALLENDE.- ¡Cómo es la cuestión!
El señor NOVOA .- Señor Presidente , solo quiero referirme a dos o tres cosas que se han planteado en el debate y que me parece apropiado aclarar a fin de reflejar el espíritu de la Comisión.
Un señor Senador preguntó por qué en Europa no se ven antenas. Ello se debe a que en ese continente las ciudades tienen edificaciones en altura y las antenas se instalan arriba de ellas.
Por lo tanto, lo coherente acá sería liberar de requisitos la instalación en edificios, pues de esa forma se impacta menos el medioambiente.
De otra parte, se dice que hay antenas solo en los sectores populares y no en los acomodados.
Eso es falso. El sistema de telefonía celular las exige en todas partes. Lo que pasa es que en los sectores populares no las mimetizan y no se cumplen las normas.
Por eso ahora le dimos importancia a la mimetización, para que no se produzca impacto en ninguno de los dos sectores.
En tercer lugar, aquí se habla de la colocalización como si fuera la panacea. Pero la realidad es que para colocalizar se necesitan antenas de más de 30 metros.
Por consiguiente, la idea de volver al texto de la Cámara puede constituir un gran error.
Finalmente, deseo clarificar que la ley en proyecto tendrá efecto retroactivo,...
--(Aplausos en tribunas).
... por cuanto en todo lugar donde haya más de dos antenas en un radio de 100 metros se deberán cumplir las disposiciones legales pertinentes.
Por ende, que no quede la sensación de que no habrá efecto retroactivo, pues existirá retroactividad. Y quienes están planeando instalar antenas hoy día deben tener mucho cuidado, pues a lo mejor pasado mañana van a tener que sacarlas.
Gracias, señor Presidente.
--(Aplausos en tribunas).
El señor GIRARDI (Presidente).- Tiene la palabra el Senador señor Escalona.
El señor ESCALONA.- Señor Presidente , apelando al énfasis puesto aquí en la necesidad de apurar la tramitación de esta iniciativa, debo recordar que aún resta por votar las indicaciones, en particular una que me permití reponer, con el apoyo de diez colegas, relativa a la participación ciudadana en el proceso.
Ahora, como, según me informó el señor Secretario General , quedan solo dos minutos para el término del Orden del Día, deseo apelar a la unanimidad de la Sala para realizar las cuatro votaciones pendientes.
--(Aplausos en tribunas).
El señor GIRARDI ( Presidente ).- ¿Hay acuerdo?
El señor NOVOA.- Señor Presidente...
El señor LARRAÍN .- ¡No están todos los Senadores! ¡Se encuentra sesionando la Comisión de Educación!
El señor GIRARDI ( Presidente ).- ¿Existe unanimidad para acoger la solicitud formulada por el Honorable señor Escalona?
Tiene la palabra el Senador señor Hernán Larraín.
El señor LARRAÍN .- Señor Presidente , únicamente quiero plantear una cuestión de orden práctico.
Si queda un minuto para el término del Orden del Día y hay Comisiones funcionando, le sugiero a Su Señoría que ponga este proyecto en el primer lugar de la tabla de la sesión ordinaria de mañana exclusivamente para votar las indicaciones pendientes. Porque tengo la impresión de que entre que se llame a los Senadores ausentes y estos lleguen a votar se nos va a ir todo el tiempo disponible.
Por eso, tal vez sea más práctico continuar mañana, poniendo la iniciativa en el primer lugar del Orden del Día solamente para los efectos de pronunciarse sobre las indicaciones y sin más intervenciones que las correspondientes a la fundamentación de voto.
--(Manifestaciones en tribunas).
El señor GIRARDI (Presidente).- Les pido a los presentes en las tribunas guardar silencio.
Tiene la palabra la Senadora señora Allende.
La señora ALLENDE .- Señor Presidente , en mi opinión, debiéramos votar hoy. Usted mismo dijo que en el primer lugar de la tabla de mañana está el proyecto relativo al lucro en las universidades, cuyo despacho no queremos seguir postergando.
Por eso, votemos las indicaciones ahora y llame por cinco minutos a los colegas que están trabajando en Comisiones.
--(Aplausos en tribunas).
El señor GIRARDI (Presidente).- Entonces, para no discutir más, en votación...
El señor NOVOA .- ¡Son cuatro votaciones, señor Presidente!
El señor ROSSI.- ¡No votar ahora sería una falta de respeto para con la gente que vino al Senado!
El señor GIRARDI (Presidente).- Senador señor Novoa, tiene la palabra.
El señor NOVOA .- Señor Presidente , hay que efectuar cuatro votaciones distintas, pues se trata de cuatro materias diferentes: dos artículos que no fueron aprobados por unanimidad en la Comisión; una indicación renovada del Senador Escalona -abarca una página completa-, y una indicación renovada del colega Letelier .
Por lo tanto, no se puede efectuar una sola votación, pues cada tema es distinto del otro.
De acuerdo al Reglamento, debemos seguir la discusión particular mañana, votando en el orden que corresponde.
El señor ROSSI .- ¡Ahora!
El señor NOVOA .- ¡No! Para lo contrario se requiere unanimidad, y no la hay.
El señor COLOMA .- ¡Terminó el Orden del Día, señor Presidente!
El señor GIRARDI (Presidente).- Tiene la palabra el Senador señor Rossi.
El señor ROSSI.- Todos sabemos, señor Presidente, que algunos parlamentarios y ciertos ministros quieren prolongar este debate con el objeto de que no se vea mañana el proyecto relativo al lucro en las universidades.
Entonces, por respeto a la gente que nos acompaña desde las tribunas -viene de Coquimbo, de varias Regiones-, yo le pediría que trabajáramos un poco más y sacáramos el proyecto ahora.
El señor COLOMA .- ¡No sea demagogo! ¡Cuántos años estuvimos esperando esta votación!
--(Manifestaciones en tribunas).
El señor GIRARDI (Presidente).- Quiero reiterarles a los presentes en las tribunas que no pueden interrumpir. De lo contrario, y aunque no lo desee, deberé pedir su desalojo.
Tiene la palabra el Senador señor Pizarro.
El señor PIZARRO.- Señor Presidente , el proyecto que estamos discutiendo es extraordinariamente importante y muy complejo. Lo que debemos hacer es legislar bien y, con buena voluntad, buscar acuerdos máximos que puedan sustentarse en el tercer trámite constitucional y, después, en una eventual Comisión Mixta.
Nosotros cambiamos prácticamente el texto entero. El nuestro es muy distinto del que llegó de la Cámara de Diputados. Y al menos quienes participamos en la Comisión, trabajando muchos días, queremos que del Senado salga un proyecto bien articulado.
Yo soy autor de una indicación que repusimos, referente a un tema donde todavía existen diferencias.
Sin embargo, no es cuestión de llegar y votar las indicaciones renovadas.
La que repuso el Senador Escalona, también con mi firma (ojalá cuente con respaldo mayoritario), plantea una alternativa bastante distinta en lo concerniente al proceso de participación ciudadana y tiene repercusión en toda la iniciativa. Entonces, no podemos votarla así como así, sin conocerla y sin debatirla.
Lo mismo ocurre con nuestra indicación, que en el hecho, si se aprobara, significaría una modificación tremenda, pues habría que eliminar todas las antenas instaladas hoy en lugares públicos como colegios, hospitales, etcétera. Entonces, debemos discutirla asimismo con calma, pues hay problemas de orden práctico que a lo mejor algunos colegas no han evaluado como tales.
En consecuencia, señor Presidente, debemos saber exactamente sobre qué nos estamos pronunciando. No se trata de llegar y votar.
Así las cosas, si no podemos llevar a cabo un debate a fondo, con plena conciencia de todos -porque ahora se encuentra funcionando la Comisión de Educación, en la cual están participando varios colegas-, yo le pido, señor Presidente , si les parece a los Senadores de Gobierno, fijar un Orden del Día...
¿Me puede prestar atención, señor Presidente?
El señor GIRARDI (Presidente).- Lo estoy escuchando, Su Señoría.
Prosiga.
El señor PIZARRO.- No. ¡Atienda primero al Senador Tuma!
El señor GIRARDI ( Presidente ).- El Honorable señor Tuma me está planteando varias cosas.
El señor PIZARRO.- Yo sé que usted es capaz de hacer varias cosas al mismo tiempo. ¡Pero no siempre se nota...!
El señor GIRARDI (Presidente).- ¡Es un problema de edad...!
El señor PIZARRO.- Señor Presidente , le decía que, con miras a poder trabajar con toda tranquilidad y seriedad, determinemos un tiempo para discutir y votar la materia en el Orden del Día de la sesión de mañana.
Después continuaríamos con el proyecto sobre las "sociedades espejo", respecto del cual no alcanzamos a pronunciarnos hoy.
Creo que esta proposición puede contar con el acuerdo de la Sala.
Y no me cabe duda de que la gente en las tribunas vendrá también a escuchar el debate.
En esa forma despacharemos los dos asuntos como corresponde.
El señor GIRARDI ( Presidente ).- Puede intervenir la Honorable señora Allende , quien tiene una petición que formular.
La señora ALLENDE .- Señor Presidente , todos coincidimos en que la iniciativa es muy trascendente y en que es importante legislar. No tengo inconveniente, entonces, si vamos a discutirla bien, en proseguir mañana, pero solo le pido que mantenga su palabra. En efecto, Su Señoría expresó en la Sala que el primer proyecto que se tratará en esa oportunidad es el relativo al lucro. Pido que lo hagamos así, luego de lo cual no habrá ningún problema para abocarnos al que quedará pendiente ahora.
El señor COLOMA .- Procedamos conforme al Reglamento.
La señora ALLENDE .- Señor Presidente , el acuerdo es para que ambas iniciativas se vean mañana -no tengo objeciones al respecto-, pero con la condición de que se discutan y voten.
Es la propuesta que hago, como Comité Socialista.
El señor COLOMA.- No, señor Presidente.
El señor GIRARDI ( Presidente ).- Tiene la palabra el Senador señor Hernán Larraín .
El señor LARRAÍN .- Señor Presidente , tanto por lo expresado desde este sector como por otros, ante la seriedad de la materia en discusión, creo que usted debería hacer algo muy simple: aplicar el Reglamento.
Porque todas estas normativas son importantes. La que se está debatiendo en la Comisión de Educación lo es en grado sumo. Entonces, ¿vamos a llamar a sus miembros? No.
Hagamos, por lo tanto, lo que corresponde. Cíñase a dicho texto, señor Presidente , y convoque para mañana, conforme a sus disposiciones, a sesión ordinaria, con el Orden del Día pertinente.
La señora ALLENDE .- Está claro.
El señor GIRARDI (Presidente).- Lo que pasa es que, conforme al Reglamento, los proyectos con votación pendiente se deben ver en primer lugar.
El señor COLOMA .- ¡Lo vemos en primer lugar!
El señor ROSSI .- ¡Si no quieren tratar el otro, díganlo...!
El señor GIRARDI ( Presidente ).- Ruego a Sus Señorías mantener la calma.
Tiene la palabra el Honorable señor Escalona.
El señor ESCALONA.- Señor Presidente, el proyecto de ley que regula la instalación de antenas emisoras ha sido calificado con "suma" urgencia.
En consecuencia, le propongo, de acuerdo con sus atribuciones, que cite a sesión extraordinaria para mañana, de 15 a 16, de manera que sea posible aprobarlo y que no se siga dilatando, de manera inexplicable -entre comillas-, el relativo al lucro.
El señor ROSSI .- ¡Muy bien!
El señor GIRARDI ( Presidente ).- Se citará a sesión extraordinaria para mañana, entonces, de 15:15 a 16.
Si le parece a la Sala, los proyectos de acuerdo también se votarán en esa oportunidad.
--Así se acuerda.
--Queda pendiente la discusión particular del proyecto.
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- bcnres:tieneProyectoDeLey = http://datos.bcn.cl/recurso/cl/proyecto-de-ley/4991-15