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El señor QUINTANA.- Señor Presidente, en primer lugar, destaco lo propuesto en esta reforma constitucional, principalmente porque establece derechos y no restricciones. Este es un tema no menor. La tendencia de la Constitución originada en 1980, como todos sabemos, era limitar derechos.
Vale reconocer esto hoy día, cuando se están discutiendo otros proyectos de ley, como el relativo al voto de chilenos en el exterior. La tendencia normal, cuando se pasa de un régimen autoritario a uno democrático, es ir otorgando derechos en favor de los ciudadanos y no más restricciones. En ese sentido, se da un gran paso.
Por eso valoro la proposición planteada por los Senadores señores Hernán Larraín , Letelier y Sabag , entre otros autores de la moción. No solamente han percibido la necesidad de conceder el derecho a negociación colectiva en el sector público y terminar con las restricciones constitucionales y legales que limitaban su ejercicio, sino que también están prestando oídos -en hora buena que ello ocurra- a un Convenio internacional ratificado por Chile: el número 151 de la OIT, que -como se ha dicho- busca generar condiciones para la negociación colectiva.
Quiero agregar otra cosa, señor Presidente: lo que es de hecho, que sea de Derecho. A mi juicio, tal premisa es un tercer principio inspirador de la reforma. Y por eso destaco a los autores.
Nadie puede afirmar -menos asustarse por lo que estamos legislando- que tal negociación no sucede. Ocurre en Chile con organismos de la Administración Pública, por ejemplo, cuando se negocia con la ANEF el reajuste fiscal. Hace poco vimos incluso una movilización de los jueces de garantía. ¡Hubo un paro de los tribunales de garantía!
Por lo tanto, pese a que algunos hoy día insisten en que la situación está radicada solo en los trabajadores de la Administración del Estado, obviamente dejando fuera a las policías, a las Fuerzas Armadas y a quienes se desempeñan en cargos directivos -me parece muy coherente ese planteamiento, pues se trata de puestos de confianza (mal podrían movilizarse en contra de sus jefes)-, yo no descartaría que, una vez dictada y promulgada la ley orgánica respectiva y que tengamos una mayor amplitud, la aplicación de la normativa se extendiera, como señaló el Senador señor Sabag , a los funcionarios municipales, a los del Congreso y a los del Poder Judicial .
Entonces, me parece que esta es una gran iniciativa, que se anticipa a los hechos, aunque cabe recordar que ya ha habido varios planteamientos de la OIT en el sentido de que Chile debe normar esta materia.
Además, el Convenio 151 de la OIT es bastante completo en cuanto a establecer la aplicación de sus disposiciones y las condiciones en las cuales se lleva adelante. Incluso, en los artículos 7 y 8 se habla de "medidas adecuadas" para el proceso de negociación colectiva y de cómo estas "deben ir asociadas a mecanismos de solución de conflictos".
A mi juicio, las modificaciones propuestas al artículo 19, numeral 16°, de la Carta Fundamental, relativo a la protección de la libertad de trabajo, en sus incisos quinto y sexto, donde se habla de la negociación colectiva, van en la línea correcta. Considero absolutamente necesario terminar con esa restricción. Constituye un derecho para los trabajadores del Estado, quienes cumplen una gran labor, como lo destacamos esta mañana a raíz de una reforma muy importante al sistema de educación.
Por último, señor Presidente , cabe resaltar que el Convenio 151 de la OIT insiste en algo que caracteriza a dicho organismo y de lo que a veces nos escandalizamos un poco en Chile. Dicho instrumento internacional, que estamos refrendando mediante esta iniciativa de origen parlamentario, hace presente "la importancia que debe atribuirse a la celebración de consultas francas y exhaustivas sobre cualquier cuestión o legislación proyectada que afecte los derechos sindicales".
Según lo anterior, cuando se estudie la ley orgánica que se deriva de este proyecto, será de gran importancia escuchar a los trabajadores, a fin de ver si el alcance de esta reforma es lo que se requiere.
Al respecto, no puedo dejar de hacer la comparación con lo ocurrido en relación con la consulta a los pueblos indígenas. En este caso tengo la impresión de que nos hemos hecho un poquito los lesos como sociedad, como Estado.
Con todo, en esta materia los organismos pertinentes reclaman de nosotros una actitud mucho más proactiva.
Por todo lo dicho, señor Presidente, voto a favor.
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