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- rdf:value = " El señor NAVARRO.- Señor Presidente , este debate se "inaugura" cada año. Hay quienes ya llevan 21 años en él, aunque está claro que no permite conseguir ni un peso más: ¡Ni uno solo!
Sin embargo, la ocasión amerita al menos una discusión sobre el tema de fondo: la distribución del ingreso.
¿Cuál es el salario mínimo para que un grupo familiar pueda subsistir? ¿Acaso son 182 mil pesos para una familia de 4,2 personas, en promedio?
La vez anterior le pedimos al Ministro de Hacienda que precisara las compensaciones que recibirían los trabajadores que ganan el sueldo mínimo. Algunos dirán que están en los subsidios: subsidio a la vivienda, subsidio a la discapacidad, el bono (no sé si lo habrá este invierno). Hay elementos que pueden aumentar el ingreso de las familias, pero el punto radica en que Chile tiene una pésima distribución en materia de ingresos. Y, por tanto, la fijación del sueldo mínimo siempre brinda una ocasión para intentar establecer una mayor equidad en ese aspecto.
Hay quienes sostienen que si lo aumentamos la economía se desequilibra (crece la demanda, se encarecen los productos) y los trabajadores, al final, resultan ser los perjudicados.
Muchos de los que están en la Sala tuvieron la oportunidad de escuchar al ex Presidente Lula da Silva , que dejó el Gobierno con 82 por ciento de aprobación. Él logró sacar de la pobreza y poner en un nivel medio a 23 millones de brasileños. En una reflexión simple, como lo fue su Gobierno, aunque profundamente arraigado en la gente, dijo: primero hay que distribuir y luego crecer. ¡Ese es el mensaje: "distribuir y luego crecer"! Es decir, brindar apoyo a los pobres para que puedan consumir, lo cual hace crecer la economía. Así lo explicó en el Foro de Sao Paulo y también en su visita a Chile.
Sin embargo, nosotros tenemos un Gobierno que dice que primero hay que crecer y luego distribuir. Pero sucede que el crecimiento se ha concentrado en unos pocos. Ese es el gran problema: el crecimiento en Chile no es para todos los chilenos; es para una elite muy privilegiada, para el 10 por ciento de mayores recursos que, en definitiva, se acerca bastante al 40 y tanto por ciento del PIB. O sea, tenemos un ingreso pésimamente distribuido, donde los pobres siguen ganando menos y donde los que más tienen, los poderosos, siguen ganando mucho más.
Al igual que el resto de los Senadores, formo parte del 5 por ciento -comillas- "más rico de Chile", ABC1. Pero ¡por favor! Dentro de ese 5 por ciento más rico, ABC1, no es lo mismo aquel que gana uno o dos millones de pesos que otro que posee capitales que suman varios miles de millones de dólares y, por tanto, no forman parte de ese 5 por ciento, que es un 5 por ciento mentiroso.
Señor Presidente , les pregunté al Senador Zaldívar y a quienes forman parte de la Comisión de Hacienda cuánto es, en lucas, lo que significa el incremento ofrecido. Y me dijeron que es 2,31 por ciento real; 5,8 por ciento nominal. Y el 2,31 equivale a 3 mil 600 pesos, tres kilos de pan, porque en mi Región cuesta 1.050 pesos el kilo. O sea, le estamos diciendo a la clase trabajadora, a cerca de un millón de chilenos, que el mayor esfuerzo que puede realizar el Gobierno para aumentar el sueldo mínimo en términos reales, no nominales -no de 172 mil a 182 mil pesos, pues hay que incluir, por cierto, el alza del costo de la vida, el IPC-, equivale a 3 mil 600 pesos, casi tres kilos y medio de pan. ¡Tres kilos y medio de pan! Y una familia chilena de 4,2 personas consume un kilo de pan diario, en promedio.
Entonces, uno piensa: ¿ese es todo el esfuerzo que pudo hacer el Gobierno, con anuncios aparejados que le permitieran decir "esto es lo que podemos dar" -aunque, en definitiva, crecer para distribuir no siempre se cumple-, o es posible ofrecer algo más?
Esta discusión, señor Presidente -ya lo he señalado-, solo sirve para constatar las limitaciones del Congreso, para profundizar la monarquía presidencial. El Parlamento puede debatir, pero no aumentar; puede recortar, rechazar, pero no aprobar.
Los procesos de negociaciones los llevó a cabo el Senador Escalona . Se negoció con el PRI en la Cámara de Diputados, y aquí, teniendo mayoría la Oposición (cuenta con 20 Senadores), no sé por qué no se ha producido una negociación.
El Ministro no conversa con el MAS, sino con la Concertación, que reúne a 19 colegas. ¡Está bien! Pero, al parecer, no hubo acuerdo.
Y la Oposición tiene el deber de fijar un cuadro, de hacer un rayado de cancha, para negociar con el Gobierno. Porque, ¿sabe, señor Ministro ? Aquí -me lo han reprochado cariñosa pero formalmente algunos Senadores-, pudimos haber negociado más.
Me dicen que en la Cámara Baja se aprobaron 181 mil pesos, que en nuestra Corporación quedaron en 182 mil pesos. O sea, subimos mil pesos.
El señor LAGOS.- ¡Quedaron en 181 mil 500 pesos!
El señor NAVARRO.- Me corrige el Senador Lagos. Por lo tanto, subimos 500 pesos, un dólar.
El señor LAGOS.- ¡Nosotros no subimos nada: fue el Ministro!
El señor NAVARRO.- Bueno, el Ministro subió 500 pesos.
O sea, el Senado, cuyo Presidente puede llegar a ser, de acuerdo con la Constitución, Vicepresidente de la República en condiciones extraordinarias, tiene el poder justo y necesario para incrementar el salario mínimo en 500 pesos a través de una negociación donde la Oposición cuenta con una mayoría de 20 Senadores.
Yo siento que ahí tenemos que revisar las cosas.
Porque el "no voto" representa un mero testimonio. El debate, entonces, es lo que podría quedar. ¡Pero este debate no llega a los trabajadores: lo que les llega son los 500 pesos que logramos aumentar!
Señor Presidente , necesitamos una relación más franca con el Ejecutivo en estos dos años que le restan de gobierno, a fin de enfrentar en buena forma el tema del monto del salario mínimo. Por ahora, la discusión solo deja saldo negativo y heridos, pues resulta incomprensible tener que decirle a nuestra clase trabajadora que el debate en esta Corporación, la postergación de dos semanas, los votos de rechazo, todo el esfuerzo de los 38 Senadores -quienes, por cierto, no ganan 182 lucas-, fue para subir 500 pesos.
De verdad, siento que ese esfuerzo -se lo señalo al Senador Bianchi , aunque no esté presente- es paupérrimo, ¡paupérrimo!
Debiéramos contar con un mecanismo previo al debate que nos permitiera decirle al Ministro : "Deje algo para negociar en el Senado". De lo contrario, se obliga a una reacción adversa: a no votar o a abstenerse.
En realidad, si como parlamentario de Oposición estuviera de acuerdo en que esta Corporación negociara 500 pesos, dañaría seriamente la institución de un Poder del Estado , incapaz de negociar con el Ministro de Hacienda un reajuste más alto.
La negociación mayor que este personero realizó fue con el PRI.
¡Está claro que ese partido tiene más poder que los 20 Senadores de Oposición...!
Esa es una decisión que el Gobierno tendrá que asumir. Porque, como siempre, las acciones producen consecuencias. Y si la regla va a ser que la negociación con el PRI se halla por encima de la que se lleva a cabo con la Concertación o la Oposición, nos encontraremos en un escenario donde a nosotros no nos podrán acusar de obstruccionismo legislativo y en el cual el Gobierno toma la decisión de negociar con dos o tres Diputados en la Cámara Baja, traer el paquete hecho al Senado y obligarnos a votar una normativa que establece un aumento de 500 pesos.
Señor Presidente , existe un acuerdo de no votar, que es como un "grito de silencio". Es decir, no votamos porque no estamos de acuerdo -los que se pronuncian a favor sí lo están- con este reajuste paupérrimo, o "ratón", como han señalado algunos.
Siento que los testimonios no sirven mucho. Lo que vale son las monedas, los pesos. Y lamento profundamente que, a pesar de que el propio Presidente -que es un buen empresario y un buen economista- manifiesta que el país va a crecer 7 por ciento y que las perspectivas de crecimiento son positivas, tengamos un debate de este nivel, de esta rasante, y no nos atrevamos a hacer más.
Ahora, como uno es de Oposición y no asesor del Gobierno, no tiene por qué decirle a este las cosas que debe hacer bien. Sus errores tendrá que pagarlos. Y, en política, los errores se pagan.
No sé si el objetivo de este aumento de 500 pesos sea que la popularidad del Presidente siga cayendo al vacío, por debajo de 30 por ciento, en la próxima encuesta Adimark, pero está claro que aquel resulta insuficiente.
Yo no voy a votar -entiendo que ese es el acuerdo en la Concertación-, porque incluso la abstención significa hacerse partícipe de un hecho cuya responsabilidad -digámoslo francamente- no es tan solo de este Gobierno, sino del sistema.
El sistema según el cual se fija el salario mínimo no es el más adecuado. Hagamos un esfuerzo por cambiarlo; lo hemos reiterado todos los años. Cuesta bastante innovar el discurso en cada ocasión porque, en definitiva, los parámetros sobre los cuales debatimos siguen siendo los mismos.
Señor Presidente , voy a omitir mi voto.
¡Patagonia sin represas!
¡Nueva Constitución ahora!
He dicho.
"
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