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El señor GARCÍA .- Señor Presidente , el año pasado, cuando se debatía el reajuste del ingreso mínimo, varios señores Senadores de distintas bancadas plantearon la necesidad de que la discusión no se politizara, de que fuera técnica; y se pidió al Gobierno que convocara a un grupo de expertos, que creara una comisión ad hoc, con el objeto de que fijara técnicamente los parámetros para el reajuste del ingreso mínimo.
Así lo hizo, a mi juicio aplicadamente.
Creada la Comisión Asesora Laboral y de Salario Mínimo, esta recomendó la utilización de una fórmula que incorporara expectativas de inflación, expectativas de crecimiento económico y, también, expectativas de encontrar trabajo.
Si se hubiese empleado en la iniciativa que nos ocupa la fórmula propuesta por esa Comisión, integrada por trabajadores, académicos, empresarios, como representativos de todo el sector laboral, el salario mínimo tendría que haberse reajustado en 4,4 por ciento.
Esa fue la recomendación técnica, señor Presidente .
El Gobierno ingresó un proyecto con un reajuste sobre el 5 por ciento.
Luego, en la Cámara de Diputados se incrementó en mil quinientos pesos; y aquí, en el Senado, en otros quinientos.
Creo que esa es una de las dificultades de los Ministros de Hacienda en general respecto a cómo proceder.
También quiero recordar que hubo muchas veces en que el proyecto de salario mínimo ingresaba con una cifra, se aprobaba en la Cámara de Diputados y también en el Senado, y no teníamos ninguna posibilidad de introducirle alguna modificación.
Entonces, en esto se puede aplicar el dicho de "palos porque bogas, palos porque no bogas". Porque, si se obtiene un mayor monto en la Cámara Baja, en el Senado no queremos ser menos. Y finalmente constituye una dificultad para cualquier Gobierno saber cuál debe ser el monto de reajuste del salario mínimo y cuánto más tendrá que ceder en cada una de las ramas del Parlamento.
Creo que aquí lo importante es ser consecuente, señor Presidente.
Me explico. Hace un par de semanas hubo una gran manifestación del sector agrícola, principalmente de los productores de fruta. Ellos protestaban por el bajo valor del dólar, pues les impide ver mayores horizontes y si su actividad la podrán mantener en el futuro. Y, por supuesto, los trabajadores de ese sector también se preguntan lo mismo: si será factible conservar su fuente de trabajo.
Entonces, lo que no resulta coherente es que, por un lado, reclamemos por el bajo valor del dólar y los efectos que esto tiene en la agricultura, en el sector exportador y en el sustituidor de importaciones, y por el otro sostengamos que el reajuste del salario mínimo es muy poco. Porque resulta que por hallarse el precio del dólar sumamente bajo no podemos subirlo más.
El sector agrícola es uno de los que primordialmente -más que eso, en realidad- paga en mayor proporción el salario mínimo. Si lo aumentamos más allá de lo prudente, muchas de sus actividades tendrán que cerrar, lo cual significa miles de trabajadores desempleados.
A mi juicio, esa es la situación más grave que podría generarse en nuestro país.
Además, me parece que no hay mayor dignidad para los trabajadores que disponer de una fuente laboral. Y mientras más empleos haya, más decorosos serán los trabajos y mejores las remuneraciones.
Por eso -esto lo hemos planteado año tras año en todas las discusiones de reajuste del salario mínimo-, en esta materia no hay lugar a la demagogia ni al populismo. Debemos actuar con la mayor seriedad, porque un reajuste técnicamente excesivo lo terminan pagando los propios trabajadores con el desempleo que se produce.
De ahí que nosotros nunca -¡nunca!- votamos en contra de un reajuste del ingreso mínimo, aunque muchas veces lo encontráramos insuficiente. No lo hicimos por un sentido de responsabilidad frente al país; frente a los trabajadores, y frente a las actividades económicas que realizan principalmente las pequeñas empresas, que son por lo general las que solventan el salario mínimo.
Siento que estemos tan divididos y alejados y que, por consideraciones políticas, un proyecto que deberíamos aprobar todos va a terminar siendo acogido solo con los votos de los Senadores de la UDI, de Renovación Nacional y de los independientes.
Señor Presidente , creo que todos aquí -¡sin excepción alguna!- querríamos un mayor aumento. Los Gobiernos y los Presidentes de la República , cada vez que mandaban un mensaje sobre reajuste del salario mínimo, deseaban que este fuera el más alto.
¿Y por qué las cifras propuestas no fueron más elevadas? Simplemente por lo que señalé recién: porque desde el punto de vista técnico y no desde una visión política, obviamente un salario mínimo más allá de lo razonable termina provocando mayor desempleo. Y esa sí que es una pesada carga para las familias chilenas.
En consecuencia, como lo hice durante todos los años como Oposición, votaré a favor del reajuste sugerido ahora que soy de Gobierno.
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