-
http://datos.bcn.cl/recurso/cl/documento/639166/seccion/akn639166-po1-ds8-ds19
- bcnres:tieneTipoParticipacion = bcnres:Intervencion
- bcnres:tieneEmisor = http://datos.bcn.cl/recurso/persona/1745
- rdf:type = bcnres:Participacion
- rdf:type = bcnres:SeccionRecurso
- bcnres:tieneCalidad = http://datos.bcn.cl/recurso/cl/cargo/2
- bcnres:tieneReferencia = http://datos.bcn.cl/recurso/persona/1745
- rdf:value = "
El señor TUMA.- Señor Presidente , varios señores Senadores ya se refirieron al hecho de que venimos haciendo el mismo ejercicio durante varios años y nunca hemos logrado determinar una fórmula que permita automáticamente, sin necesidad de efectuar este debate ni tensionar al Parlamento, al Ejecutivo y a los trabajadores, reajustar el ingreso mínimo considerando no solo la canasta básica o la inflación, sino también factores de equidad, de productividad, de crecimiento y de redistribución del ingreso.
Y en cada oportunidad que discutimos la materia, asoma el cuco del desempleo por incrementarse en demasía el salario mínimo, respecto del cual deben tomarse en cuenta los elementos de reajustabilidad que señalé recién. Sin embargo, particularmente en esta oportunidad, no se ha respetado ni siquiera el alza en los precios de los productos de la canasta básica. Aquí tengo un indicador según el cual los precios de los alimentos de primera necesidad experimentaron un incremento de 7,4 por ciento en los últimos doce meses. En consecuencia, el reajuste propuesto por el Gobierno se halla lejos de ese porcentaje.
Por esa razón, en la Oposición hemos insistido en que se debe aumentar el monto del reajuste. En la Cámara de Diputados no se logró elevarlo suficientemente, así como tampoco en el Senado, por la natural falta de diálogo del Gobierno exhibida durante todo su mandato. El Congreso pareciera ser para aquel elemento dilatador de su voluntad de aprobar determinados proyectos.
El Ejecutivo tiene facultades extraordinarias que no desconocemos. Pero, en mi opinión, también debe ponderar los criterios políticos y técnicos, además, el debate que se produce en un régimen democrático y la opinión del Congreso en la materia.
Y aun cuando nos ajustáramos a elementos meramente técnicos, puedo señalar que el alza de los salarios no necesariamente provoca aumento del desempleo ni tampoco una disminución de ellos genera mayores fuentes de trabajo. Porque si eso fuera cierto, durante la dictadura militar se habría resuelto el problema de la cesantía de una vez por todas. Como se recordará, en esa época se determinó un sueldo mínimo de 70 mil pesos respecto de trabajos que eran prácticamente forzados (el PEM y el POJH) y luego tuvimos más de 30 por ciento de desempleo.
Entonces, cuando se dice que la pyme se verá afectada, no es efectivo. ¡No! La crisis de las pymes no radica en el costo del salario mínimo, sino en la falta de control del mercado; en la carencia de regulaciones para proteger a quienes se mantienen en competencia; en la imposibilidad de recibir créditos pagables desde el punto de vista de las tasas de interés.
Al respecto, en una sesión anterior, vimos cómo el mercado aseguraba una tasa de interés a los bancos que les permitía la más alta rentabilidad. Y nunca escuché argumentar que las pymes perderían plata, o que no tendrían oportunidad de contratar más gente.
El problema básico de nuestra economía es que no contamos con una regulación adecuada para que el medio en que se desarrollan las pymes sea rentable. Lo que ellas necesitan es aumentar sus ventas, incrementar la demanda. ¿Y dónde está el poder comprador de ellas sino en los propios trabajadores?
Al restringir las remuneraciones y el sueldo mínimo, las pymes son las que más sufren las crisis. Estas no se producen por aumentar marginalmente los salarios de los trabajadores, sino porque no tienen venta en un mercado absolutamente falto de competitividad; o no les es factible acceder al crédito, lo cual imposibilita el desarrollo de sus condiciones competitivas.
Por lo tanto, cuando se dice que si aumentan mucho los salarios, el empleador tomará la decisión de reemplazar al trabajador y comprará maquinaria, no necesariamente es así. Yo nunca he visto a un empresario, después de un aumentó marginal en el sueldo mínimo, modernizar su empresa y reemplazar al hombre por máquinas. Ese análisis se hace cuando el ahorro de tal modificación le rinde 2, 3 o 10 veces más que el gasto en mano de obra. Porque de lo contrario sería muy fácil pensar que, al bajar los salarios, el empleador botará a la basura sus máquinas y empezará a contratar personal.
Me parece que enfrentamos equivocadamente el debate.
Yo no creo que sea cierto el cuco de que, si aumentan los salarios mínimos, quebrarán o entrarán en crisis las pymes. Estas no caen en tal situación por el costo de las remuneraciones, sino porque tenemos un mercado no regulado.
Entonces, invito al Ejecutivo , más que a hacer un veto que insiste en un salario mínimo "peor es nada" -y no quiero contribuir con mi voto para que este "peor es nada" sea una realidad para los trabajadores chilenos-, a que llevemos adelante una discusión sobre las condiciones de competencia en la economía.
Podemos revisar, por ejemplo, la situación de los trabajadores, que cotizan en salud y previsión un 20 por ciento de su sueldo, dejando parte de este en las AFP, que prestan plata al retail o a empresas quebradas, las cuales luego dan créditos a los mismos trabajadores con tasas usurarias. En buenas cuentas, se les presta a ellos el propio dinero para hipotecar, embargar sus ingresos por muchos años.
Ese es el debate de fondo, más que si el reajuste permitirá periódicamente una recuperación del nivel de las remuneraciones.
Ciertamente, diez mil pesos más son importantes para los trabajadores, sobre todo para quienes ganan el sueldo mínimo. Pero tan relevante como aumentarlo al menos hasta llegar al costo de la canasta básica -este reajuste no lo logra- es también mirar en qué se ocupa dicho salario. Buena parte va a las AFP y otra buena parte, a las isapres. En este último caso, para garantizar el cuidado de la salud principalmente de los sanos, porque, cuando un trabajador se enferma, surgen problemas para recurrir al seguro de salud.
Además, cabe considerar que más del 70 por ciento de las familias con hijos hoy en la universidad nunca había tenido a uno de sus integrantes en la educación superior. Y los trabajadores de tales familias deben sacrificar más del 30 por ciento de sus ingresos en el pago de la educación.
Entonces, por un lado, las remuneraciones son exiguas, y por otro, gran parte del ahorro se canaliza a un sistema de AFP que no garantiza las pensiones, porque a la hora de jubilarse, un trabajador, después de 30 años de cotizaciones, recibirá 30 o 40 por ciento de la tasa de reemplazo del sueldo en activo. Y luego los ahorros de los mismos trabajadores son dados a sus familias como préstamos con tasas usurarias.
En consecuencia, el asunto de fondo es más global.
Por lo mismo, este "peor es nada" propuesto como reajuste no contará al menos con la contribución de mi voto.
He dicho.
"
- bcnres:esParteDe = http://datos.bcn.cl/recurso/cl/documento/639166/seccion/akn639166-po1-ds8
- bcnres:esParteDe = http://datos.bcn.cl/recurso/cl/documento/639166