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El señor GÓMEZ.- Señor Presidente , escuché atentamente los planteamientos del Senador Longueira. Y no diré nada contrario.
En cuanto a lo que Su Señoría menciona, considero razonable que nos sentemos a conversar sobre este tema y a resolverlo de buena forma.
Según parece, es una práctica de todos los Gobiernos ingresar el asunto que nos ocupa en el último minuto y no tener espacio de conversación ni de discusión.
Entonces, se sube mil 500 pesos en la Cámara de Diputados y se plantea incrementar un porcentaje en el Senado. El año pasado fue peor todavía, con un espectáculo en las peores condiciones.
Lo que ha señalado el Senador Longueira es correcto, en cuanto a cómo llegar a un acuerdo para que esto no se transforme en una disputa de todos los años.
Antes la Alianza fue Oposición; ahora lo somos nosotros. Pero lo que debiéramos perseguir es que el ingreso de cada trabajador le alcance para vivir, y no fijar números que, según los cálculos, implican 6 mil o 6 mil 500 pesos diarios.
Entonces, lo planteado por el Senador Longueira es razonable. Lo malo es que en los Gobiernos de la Concertación no se hizo, ni tampoco se ha realizado en este. Porque se presenta el proyecto a último minuto y recién ahí empieza el debate. Y sobre la base de ese concepto, lo que uno dice no es un discurso para la galería, sino, simplemente, la constatación de ciertos hechos.
De acuerdo a las estadísticas nuestras, un porcentaje importante de trabajadores chilenos -511 mil- gana menos del mínimo; 170 mil obtienen el salario mínimo, y de ahí hacia adelante, hasta 3 millones de asalariados, algunos tienen ingresos mayores y otros, menores.
De modo que una cantidad importante de personas percibe el sueldo mínimo. Por lo tanto, debemos encontrar la manera de resolver tal situación. ¿Por qué? Porque en el análisis de las diversas circunstancias, según el Banco Central vamos a crecer entre 6 y 7 por ciento, por lo cual, si la inflación proyectada es de 4 por ciento, sobre esa base, podemos pensar que es posible hacer un esfuerzo mayor.
Incluso el propio Senador Longueira sostuvo que podemos llegar al 6 y tanto por ciento; o sea, a 183 mil pesos, que es más de lo que hoy día propone el Gobierno.
En consecuencia, sería sumamente razonable que en algún minuto tuviéramos el espacio, el tiempo y la decisión para establecer criterios que nos permitan contar con un sueldo o ingreso mínimo razonable, desde el punto de vista de la proyección y de las necesidades de las familias de los trabajadores.
Desgraciadamente, eso no se da.
El planteamiento del Gobierno es que, de acuerdo a las cifras entregadas, no es posible otorgar un ingreso mayor para que se pueda vivir como corresponde; o sea, un reajuste superior al propuesto.
La evolución del ingreso mínimo ha sido, en el tiempo, de diversas magnitudes. En el año 2008, la inflación fue de 8,7 por ciento y el reajuste real de 1,7 por ciento; el 2009, de 5,2 por ciento; el 2010, la inflación fue de 3 por ciento y el reajuste real de 1,2 por ciento. En fin.
En verdad esta discusión tiene un componente muy difícil de explicar a la opinión pública, porque, desde el punto de vista de las cifras, se habla de mil 500, de 2 mil o de 3 mil pesos más.
Cuando se discute esto fuera del contexto global, se argumenta que empiezan los discursos para la galería. Pero a mí no me interesa hablar con esa finalidad, sino efectuar un debate a fondo sobre el ingreso ético familiar, a fin de implementarlo en el tiempo.
Pero en la discusión de hoy día no tenemos otro camino que poner la tranca necesaria para que el Gobierno aumente su oferta. Recordemos que partió con un porcentaje recomendado por su propia comisión; lo incrementó motu propio en la Cámara de Diputados. Y acá, si mantenemos firme nuestra posición, probablemente lo subirá otro poco.
Constituye un error la manera en que este y los Gobiernos anteriores, año a año, discuten lo referente al reajuste del ingreso mínimo.
Tengo claro que el porcentaje que ofrece hace llegar el mínimo a 181.500 pesos. Pero, de acuerdo a las cifras entregadas por el Banco Central, esa cantidad se puede superar con un esfuerzo mayor.
Cuando se habla de que se han aumentado los empleos en 450 mil plazas, el problema es saber de qué calidad son. Porque tal vez en esa cifra están considerados algunos de muy mala calidad. Y eso es lo que hay que aclarar...
El señor BIANCHI .- ¡Son de precariedad!
El señor GÓMEZ.- Exacto, de mala calidad y de precariedad.
Entonces, se debe precisar también si en tal incremento de la fuerza de trabajo se incluyen ingresos superiores al mínimo y si las labores por desarrollar son de la calidad que todos esperamos. Cuando se dice que hay 450 mil nuevos empleos, me preocupa saber de qué tipo son y cuánto se paga a los trabajadores.
No logro entender por qué el aumento del ingreso mínimo va a generar un problema financiero, menos aún de acuerdo a las condiciones que he señalado y conforme a las cifras que entregó el Banco Central, las cuales fueron refrendadas por el señor Ministro de Hacienda . No creo que eso pueda generar un impacto que, eventualmente, termine en una crisis económica en el país.
Es cierto que Chile está creciendo; que tenemos más recursos, y que estamos recibiendo una buena cantidad de ingresos por vía tributaria. Sin embargo, ¿qué piensa la gente y cada familia? Que se habla mucho de crecimiento, pero que nada de él llega, en definitiva, a quienes perciben el ingreso mínimo.
Cabe destacar que 511 mil trabajadores -15,3 por ciento- reciben menos del mínimo, según estadísticas oficiales y no manipuladas, y que a 170 mil se les paga el sueldo mínimo.
Señor Presidente , desgraciadamente -como se ha dicho-, el único mecanismo que hay en este sistema presidencialista -que impide una discusión distinta- es aprobar o rechazar. Y, en este caso particular, por la manera en que se presenta la iniciativa, sin haberla discutido ni haber contado con el tiempo para debatirla como lo planteó el Senador Longueira, y para que el Gobierno realice el esfuerzo que le corresponde, solo nos queda rechazar el articulado propuesto.
La idea de legislar, por supuesto, es otra materia. Nos interesa discutirla. Pero vamos a rechazar el reajuste formulado por el Ejecutivo .
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