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El señor LETELIER.- Señor Presidente , estimados colegas, cuando uno escucha que Chile tiene un ingreso per cápita de 15 mil dólares, siente que eso es bueno. Lo mismo cuando uno escucha hablar de tasas de crecimiento de 6 por ciento. Hace un año, cuando el Ministro de Hacienda nos vino a insinuar que íbamos a crecer a esa tasa el 2010 y que esta iba a ser incluso mayor este año, me contaba entre los que pensaban que eso no iba a ser así. Hoy tenemos los datos del Banco Central: el crecimiento será entre 6 y 7 por ciento.
Si uno hiciera una distribución per cápita, debería concluir que toda familia de chilenos, con cuatro integrantes, tendría un ingreso mensual de 2 millones 350 mil pesos.
¡2 millones 350 mil pesos le correspondería recibir a una familia si los ingresos se repartieran parejos en la sociedad!
La discusión hoy día es para determinar si algunos pueden recibir más de 180 mil pesos (cerca de 190 mil pesos mensuales), cifra a la que aspiramos nosotros.
La reflexión que hace el ciudadano de la calle, quienes viven de este sueldo, es cómo la clase política -dirían ellos-, cómo las autoridades, afirman que el país crece en un 7 por ciento y el salario mínimo aumenta solo en un 5 por ciento.
El país crece al 7 por ciento, pero tenemos inflación. Y esta afecta de manera especial a la gente que destina la mayor parte de sus ingresos a alimentos, combustible. Algunos lo llaman el "IPC de los pobres". El Banco Central espera que no sea tan alto el próximo año.
La reflexión es simple: el país crece a un ritmo de 7 por ciento, pero mis ingresos subirán en 4, 5 o 5,5 por ciento. Es decir, aun con este reajuste que se propone, salgo para atrás; aun con este reajuste, no se empareja la cancha; aun con este reajuste, que representa una señal, yo, que estoy en el ascensor donde también hay otros chilenos, voy a subir de a poco, en tanto que el resto lo hará mucho más rápido.
Señor Presidente , un distinguido colega habló del sueldo ético y otro se refirió a la transferencia que el Estado hace a las personas que ganan el sueldo mínimo. Yo creo que hay que ser un poquito más justo con el uso del lenguaje. Porque los bonos, cuestión que planteó la Concertación, se eliminaron. El bono marzo, como quedó bautizado, significaba una transferencia de ingresos netos, que se hacía una o dos veces al año, a favor de los sectores de ingresos medios o bajos. Era una inyección directa a la vena.
Existe la idea de transferir recursos a algunas familias que pertenecen al Programa Chile Solidario. Pero este beneficio no será para todas ellas, sino para las que tengan menos de tres mil puntos en la Ficha de Protección Social. Ahora, si ganan el sueldo mínimo, estarán sobre ese puntaje.
El debate es si el reajuste del ingreso mínimo incorpora o no el concepto de equidad, más allá del crecimiento y la inflación.
El problema que se presenta en la sociedad chilena es la desigualdad en la repartición de los progresos del país. Chile va a crecer al 7 por ciento y nos piden que aprobemos un reajuste al sueldo mínimo que es inferior a dicho porcentaje, sabiendo que las personas van a tener que vivir un año con él.
Tal situación afecta a las familias a las que el pan les ha subido cerca de mil pesos el kilo; a las familias que destinan no menos de 20 o 25 mil pesos de su ingreso mensual para pagar el consumo de luz; que desembolsan no menos de 20 mil pesos para pagar la cuenta del agua (un poco más si viven en sectores urbanos; un poco menos si residen en zonas rurales); a las familias que nunca tienen posibilidad de aspirar a comprar un balón de gas de 45 kilos -¡por favor!-, pues, además de hacer magia con el sueldo que perciben, no logran comprar más que uno de 15 kilos o, a todo dar, uno y medio al mes.
Señor Presidente, necesitamos incorporar el concepto de equidad en los debates que estamos llevando a cabo.
Un señor Senador dijo que este era el sueldo o el nivel de ingresos de una persona cesante.
No obstante, quienes más reciben el salario mínimo en el país -estoy seguro de esta afirmación- no son las trabajadoras de casas particulares ni la gente que labora en alguna pequeña o microempresa. ¡No! Quienes perciben este ingreso son, principalmente, los trabajadores rurales, las personas que viven en zonas agrícolas, que son temporeras o realizan faenas en el campo. Y donde más se concentra este segmento, que vive con un sueldo mínimo, con una renta muy precaria, es en las Regiones.
Yo entiendo que el llamado que hoy hacemos al señor Ministro de Hacienda -por su intermedio, señor Presidente- es a reflexionar sobre el concepto de equidad, tan necesario en la ecuación del reajuste.
Si hablamos del ingreso per cápita reitero que una familia de cuatro personas en Chile debería recibir cada mes 2 millones 350 mil pesos. Las preguntas que nos harán los chilenos que nos ven o nos escuchan son: ¿Dónde está mi parte? ¿Dónde está la parte que me corresponde a mí como chileno?
A mi juicio, entre los 2 millones 350 mil pesos que le corresponderían a una familia con cuatro integrantes, cuando se habla de ingreso per cápita, y el monto del salario mínimo que estamos discutiendo, hay una distancia muy larga, muy grande. Y deberíamos hacer todos los esfuerzos para mejorar el texto que viene de la Cámara de Diputados.
En tal sentido, hago un llamado al señor Ministro Hacienda -por su intermedio, señor Presidente- para que veamos la forma de incorporar el concepto de equidad en estas ecuaciones que nos han traído para justificar el sueldo que proponen.
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