-
http://datos.bcn.cl/recurso/cl/documento/639680/seccion/akn639680-ds3-ds4
- bcnres:tieneTipoParticipacion = bcnres:Intervencion
- bcnres:tieneEmisor = http://datos.bcn.cl/recurso/persona/1667
- rdf:type = bcnres:SeccionRecurso
- rdf:type = bcnres:Participacion
- bcnres:tieneCalidad = http://datos.bcn.cl/recurso/cl/cargo/1
- rdf:value = "
El señor MONTES.- Señora Presidenta, voy hablar en nombre de la Democracia Cristiana, del PPD, del Partido Socialista y del Partido Radical.
La Oposición solicitó que se convocara a esta sesión y se citara al ministro de Educación , señor Joaquín Lavín , por razones muy profundas.
Estamos convencidos de que la Operación Semáforo Educacional es un gran error, que no aportará a mejorar la calidad y la equidad en la educación y que, por el contrario, puede ahondar los problemas. Ésta es también la opinión de amplios sectores, como de casi todas las facultades de educación del país, de la FIDE, de los principales intelectuales en educación; incluso, de parte importante del equipo Simce del Ministerio de Educación. Es la opinión de profesores, de directores y de los sostenedores, pero, hasta el momento, no hemos escuchado opiniones a favor.
En esta sesión queremos proponer cuatro cosas.
1) Que el Ministerio de Educación articule una reflexión profunda sobre evaluación con expertos nacionales y extranjeros. Es importante una visión que concite a diversos sectores. Recién estuvo Martin Carnoy , de la OCDE, quien hizo una fuerte crítica a este planteamiento y también podría ayudar al respecto.
2) Que el Ministerio de Educación, con la firma del Presidente y del ministro de la cartera, suspenda la distribución de los mapas con semáforos. Ello no es adecuado y desvía los esfuerzos.
3) Que la Cámara de Diputados constituya una instancia especial para profundizar en las causas y significado de fondo del estancamiento relativo al puntaje en lenguaje y matemática, que es lo que mide el Simce, y, escuchando a los especialistas, actores y estudiando el informe del Consejo Asesor creado por la Presidenta Bachelet, además, del debate internacional, proponga alternativas para mejorar la calidad y equidad en nuestro sistema educacional.
4) En esta sesión vamos a proponer que el Gobierno desarrolle un conjunto de apoyos a los colegios que estén en rojo y a toda la educación pública. Que el énfasis se dé en lo positivo, en sacar adelante, en generar nuevas dinámicas y energías, lo que significa, entre otras cosas, disminución del número de alumnos por curso, que haya más horas no lectivas para que los profesores puedan preparar las clases, más deportes, más cultura, etcétera.
No queremos que esta sesión se transformara en una lucha verbal inconducente.
Proponemos a los parlamentarios de Gobierno -a los de la UDI y de Renovación Nacional- buscar entendimiento en el marco de esta propuesta que estamos haciendo para un proyecto común. La educación es una cuestión central en la construcción social, por lo que queremos mejorarla y no transformarla en el campo principal de confrontación dentro de nuestra sociedad.
No queremos caer en la crítica destemplada como la actitud agresiva que hemos visto de autoridades del Ministerio de Educación en dos hojas de El Mercurio. Eso nos parece que hace daño al debate sobre educación.
¿En qué consiste la operación semáforo educacional? Contempla, a lo menos, seis acciones:
1) Clasificar a los colegios a partir de los resultados del último Simce, pero por una sola prueba.
2) Elaborar mapas comunales con los colegios y clasificarlos por colores.
3) Distribuir estos mapas por Internet directamente a los colegios y apoderados. Mapas con la firma del Presidente y del ministro de Educación.
4) Estimular a través de los medios de comunicación una opinión negativa de la sociedad hacia los colegios en rojo.
5) Promover en los padres y apoderados una actitud favorable al cambio de los alumnos que estudian en los colegios en rojo hacia otros colegios. La consigna parece ser: “Arrancar de los colegios en rojo”.
6) Suponer y sostener que esto generará una dinámica virtuosa, donde los colegios de menores puntajes quedarán sin alumnos si no avanzan y que los colegios en verde serán premiados con más alumnos; además podrán cobrar más caro y tendrán mayores rentabilidades.
La operación semáforo parte de la base de que la actividad educacional tiene una falla de mercado: las asimetrías de información, es decir, que no hay suficiente información y supone que, al aumentarla, se tomarán mejores decisiones. Este enfoque es tremendamente ideológico y no se aplica con éxito en ninguna parte del mundo.
En el debate académico internacional Chile es muy importante en educación, porque es el caso extremo del modelo de mercado que no ha tenido éxito en educación.
¿Cuáles son las principales críticas a esta operación semáforo educacional?
Hemos recurrido y estudiado a Cristián Bellei , Abelardo Castro , Juan Eduardo García-Huidobro , Javier Corvalán , Harald Beyer , Gregory Elacqua , José Joaquín Brunner . Observamos un conjunto de críticas muy profundas a las que el ministro Joaquín Lavín no ha respondido. Más bien, ha sido parte de esta entrega de información de medias verdades, que descalifican todo lo acumulado en estos años y a las antiguas autoridades.
Señora Presidenta , por su intermedio, pedimos al ministro señor Joaquín Lavín respuestas serias a críticas serias.
Primera crítica. El mapa de semáforos tiene graves errores técnicos. Utilizar el promedio Simce de una sola medición genera resultados muy distorsionados. Promedio significa que siempre habrá una distribución rojo, amarillo y verde relativamente similares. Otra cosa sería hacerlo en relación con determinado nivel de logros.
Los promedios impiden apreciar que hay colegios que avanzan de manera notoria en puntajes, pero igual quedan en rojo; mientras que otros caen fuertemente, pero no están en rojo. Además, cuando los alumnos son pocos, los promedios no son cifras estadísticamente válidas. ¡Para qué vamos a mencionar el absurdo de considerar los colegios especiales, como el Tannenbaum, de Viña!
Segunda crítica. El Simce es manipulable. Muchos colegios tienden a centrar su trabajo en la preparación del Simce, a desarrollar una especie de adiestramiento de los alumnos, a ensayar las pruebas sicométricas, lo que empobrece la experiencia educativa. En vez de educar y enseñar mejor, se preparan para pruebas específicas.
La mejor manera de manipularlas es seleccionando alumnos, que no estén en esos establecimientos aquellos que les hagan correr riesgos en el resultado, se les expulsa o suspende la matrícula a fines de tercero y de séptimo.
Hay un estudio de la comuna de Conchalí que demuestra que un porcentaje alto de alumnos de cuarto y de octavo venían de colegios particulares que no los querían en esos niveles porque les bajaban los puntajes.
¡Para qué hablar del error de Peñalolén, donde incluso hay un juicio en contra del Ministerio de Educación!
Tercera crítica. No toma en cuenta las diferencias sociofamiliares. El 90 por ciento de las escuelas en rojo atiende a niños de nivel socioeconómico bajo. Las diferencias de resultado se explican en gran medida por esa situación, como dicen todos los expertos. La clasificación de las escuelas en relación a promedio Simce no asume las realidades de los estudiantes y de las escuelas. Se termina responsabilizando a los alumnos, a los profesores y a las escuelas, sin tomar en cuenta las características segregadoras de nuestra sociedad, de nuestras ciudades y de nuestro sistema educativo.
Cuarta crítica. El Simce es un indicador limitado de los logros educativos y de la calidad de las escuelas.
La OCDE señala que tiene serias dudas sobre la adecuación del Simce para evaluar el progreso escolar y estimular el mejoramiento de la enseñanza-aprendizaje.
Calidad no es puntaje. Se limita a lenguaje y a matemáticas; por lo tanto, no es todo. Es sicométrico, es decir, no incluye razonamiento. Sólo una parte de la experiencia educativa puede ser medida por tests estandarizados.
Los propósitos fundamentales de la educación y de la calidad de las escuelas quedan fuera. El Simce no permite saber cuál escuela es mejor que otra. Tampoco proporciona elementos para mejorar el aprendizaje de los alumnos. Es una referencia muy insuficiente y así hay que tomarla.
Quinta crítica. La información y la divulgación del mapa no sirven para mejorar la calidad de la educación y de la escuela.
¿Qué hacen los padres y los niños con esa información? ¿Cómo reaccionan los padres y los niños con esa información?
En Chile, entre 1990 y 2010, se han hecho sesenta mediciones de esta misma naturaleza. La información ha llegado de diversas maneras a las escuelas, a los profesores, a los apoderados y a los alumnos lo que no ha generado por sí misma los comportamientos virtuosos que se supone.
Con esta Operación Semáforo Educacional se lleva al extremo esta visión. Se clasifica a los colegios sin que esto tenga necesariamente un sentido de mejoramiento de la calidad real. Se supone que a partir del rojo habrá competencia, se moverán los alumnos, se generará una cierta dinámica. Se busca que los padres presionen con cambiar a sus hijos y que eso sería virtuoso para el mejoramiento de la educación.
La ideología de la competencia en el mercado escolar no tiene ningún sustento científico en Chile ni en el mundo. No tiene bases serias el supuesto de que los padres trasladarán a sus hijos de escuela. Es absurdo pensar que se irán para comprar Simce . No es un mercado de productos. En muchas ocasiones, no existen colegios alternativos. A veces hay otros, pero debido al financiamiento compartido, están fuera de sus posibilidades económicas. Además, los padres consideran varios otros factores. Por ejemplo, El Mercurio de hoy dice que sólo al 14,5 por ciento de los padres les preocupa el Simce; a otros, los valores, la cercanía de la casa, la seguridad y el trato.
La información de los mapas puede llevar a decisiones equivocadas, más todavía si es una sola medición, lo que produce grandes distorsiones. Puede terminar generando retrocesos en calidad y en equidad. Para mejorar la calidad hay que actuar sobre los procesos de enseñanza y aprendizaje en el aula.
Sexta crítica. Es una operación antieducación pública, hoy administrada por los municipios. La organización del sistema educacional ha terminado concentrando a los alumnos más vulnerables, con familias de menor capital cultural y autoestima más baja en los colegios públicos administrados por municipios.
El tipo de medición Simce refleja la realidad de los colegios, la segregación social y académica.
La clasificación y el color rojo pasan a ser las características predominantes en los colegios municipales. Si esos mapas lograran lo que pretenden sus autores, es decir, que haya un masivo movimiento, terminarían por destruir la educación pública, cuya matrícula ha bajado del 80 al 45 por ciento. Creemos que el desafío es fortalecer esos colegios y no terminar de deteriorarlos. Está equivocado quien piense que hay que destruir la educación pública para mejorar la educación en Chile. Hay que fortalecer la educación pública, que hoy tiene el 45 por ciento de alumnos, muy por debajo del resto de los países.
Séptima crítica. Estigmatiza y falta el respeto a los estudiantes, a los profesores y a las escuelas.
¿Qué es el respeto? Como dice Sennet , “La falta de respeto, aunque menos agresiva que un insulto directo, puede adoptar una forma igualmente hiriente”. Con la falta de respeto no se insulta a otra persona, pero tampoco se le concede reconocimiento. Simplemente, no se le ve como un ser humano integral, cuya presencia importa”. Mostrar con el dedo a niñas y niños que no han podido rendir más en una muy discutible prueba del Simce y que poco tiene que ver con su responsabilidad, realmente es una manera de falta de respeto.
En relación con los profesores de dichas escuelas que se están clasificando con rojo, desafío al señor ministro , por intermedio de la señora Presidenta , a que haga diariamente la actividad que desarrolla un profesor de una escuela, como Los Navíos, de La Florida. Vaya diariamente a ver lo que ocurre y el esfuerzo que hacen los docentes. En verdad, la autoestima debería fortalecerse en vez de debilitarse.
Para mejorar la calidad de la educación de nuestros niños y niñas, pareciera que primero hay que humillarlos a ellos y a sus profesores para que reaccionen. Ése no es el método adecuado para gobernar. Esto es inhumano. Hopenhayn dice que a veces existe como un placer de humillar.
¿Sabe usted, señor ministro , por intermedio de la señora Presidenta , que el desafío de la autoevaluación es un eje clave de la educación? El niño que no se autovalora o la educación que no logra que los niños se autovaloren indican que la educación está fallando en lo fundamental. La manera en que se ha planteado esta operación afectará la autoestima de todos, del colegio, de los profesores, y, también, la identidad con los esfuerzos del colegio. Todos los análisis de educación dicen que hay que fortalecer la identidad de los componentes de la escuela y del liceo para que funcionen mejor; pero en nada ayuda estigmatizarlos.
Estas son nuestras siete críticas fundamentales, a partir de un estudio de todas las diferentes opiniones, de nuestras visiones y de nuestra propia aproximación.
Para terminar, queremos adelantar algunas ideas para construir una alternativa a la Operación Semáforo Educacional, que es una mala alternativa, un error.
En primer lugar, asumimos que los padres deben tener más elementos sobre lo que ocurre en las escuelas y liceos. Para eso surgieron los consejos escolares. Hay que hacer mediciones para ver cómo se van informando más.
En segundo lugar, usemos el Simce, por limitado que sea, como indicador de los logros educacionales en matemáticas y en lenguaje, pero reconociendo sus limitaciones: que no refleja la calidad de la escuela, ni el conjunto de aportes y desarrollo del establecimiento, ni tiene mayor significado para su calidad. Una escuela puede tener malos resultados en el Simce desde el punto de vista del promedio, pero ser una gran escuela respecto de las características de sus alumnos. Esto está hecho sobre los promedios, lo que produce una gran distorsión. Podría dar muchos ejemplos de esto.
En tercer lugar, abramos un espacio de reflexión y de propuestas a nivel de cursos y de escuela, donde los profesores, los apoderados, el Ministerio o quien sea conversen los problemas y avances que muestra el Simce y otros aspectos de la realidad de los colegios, sobre lo que está ocurriendo en ellos. Analicemos las causas de esa situación. Que propongan alternativas a nivel de curso y de escuela. Generemos un compromiso de los actores de las escuelas para que salgan adelante, en vez de una operación mediática para difundir una determinada manera de hacer las cosas.
En cuarto lugar, proponemos trabajar con un concepto amplio de calidad de la educación, no sólo en relación con el Simce -pruebas sicométricas-, sino que con otros elementos. Por ejemplo, la deserción escolar es tremendamente importante como indicadora de lo que está pasando en una escuela, con el clima escolar, con su situación educacional.
La literatura muestra, a diferencia de lo que se piensa, que la calidad de los procesos educativos depende de lo que ocurra en el aula. El Estado y el Mineduc deben asumir con otro rol la importancia fundamental de los indicadores de procesos. No sólo informar y entregar incentivos o aplicar castigos a los actores, sino transmitir la confianza de que mediante esfuerzos, apoyos y cambios se pueden lograr avances trascendentales. Debe actuarse con los docentes y no contra ellos. Los nuevos profesores que se quiere formar recién empezarán a estar en el sistema en cuatro, cinco o seis años más.
Insistimos, en el corto plazo debe bajarse el número de alumnos por curso. Los cubanos forman los cursos con 18 alumnos, por eso tienen los rendimientos en educación que todos conocen; en cambio, en Chile hay 38 alumnos por curso.
Los profesores requieren más tiempo para preparar las clases, hay que tener gente que apoye a los directores en la administración del colegio, además, se requiere más deporte, cultura, etcétera.
En el mediano y largo plazo está claro que es básico mejor formación para los profesores, nuevos sistemas de evaluación con valor agregado y no el Simce con este tipo de pruebas, preparar directores, en fin.
En un proyecto que se discute en la Comisión de Hacienda, el Ministerio de Educación comete una gran inconsistencia. Plantea que los fondos destinados a la Subvención Preferencial Escolar sean destinados a la reconstrucción, recursos que fueron fijados en el Congreso Nacional para fortalecer a los niños que más requerían educación. Necesitamos reforzar el plan de mejoramiento de los colegios con subvención preferencial. Es absurdo sacarle recursos y castigar a los colegios y a los municipios que han hecho las cosas bien. Los niños más vulnerables no pueden estar pagando la reconstrucción, los municipios deben recibir recursos de otros lados y no de la subvención preferencial.
Tenemos que mejorar la SEP y no destruirla.
Reitero, los acuerdos que propondremos al final de la sesión:
Solicitamos que una comisión de expertos nacionales e internacionales diga qué opina sobre esta Operación Educacional Semáforo, si ayuda o no. Me impresionaron mucho las críticas de Martín Carnoy, de la OCDE, a este planteamiento.
Creemos que hay que suspender la entrega de esos mapas. Hacen daño.
En el Parlamento debemos comprometernos con una instancia especial que estudie más a fondo por qué no mejora el aprendizaje y qué habría que hacer para enfrentar los problemas que lo impiden.
Finalmente, proponemos un nuevo rol para el Ministerio de Educación, que tenga una batería de apoyo para fortalecer desde ahora la educación pública.
Repito, disminuyamos el tamaño de los cursos, que los profesores tengan más tiempo para preparar las clases, que haya apoyo de administración, más deporte y cultura, ahora y no mañana; que se destinen recursos para que los colegios en rojo superen su situación y tengan una mejor dinámica educacional.
Lo expresamos con la convicción de que es muy importante el humanismo en educación, preocuparnos de los niños, del desarrollo de los seres humanos y no de nuevas experiencias que la vida ha demostrado que no funcionan. Ya se han hecho muchas mediciones; desde el 2000 llevamos sesenta mediciones. Ahora esperamos que la cuestión vaya al punto central, qué es lo que ocurre en el aula, en los procesos de aprendizaje, de enseñanza y no irrumpamos con este tipo de operaciones -de semáforos- que en nada ayudan a mejorar la educación.
Agradezco a los diputados de la Concertación que me hayan concedido parte de su tiempo para hacer uso de la palabra.
He dicho.
-Aplausos.
"
- bcnres:esParteDe = http://datos.bcn.cl/recurso/cl/documento/639680
- bcnres:esParteDe = http://datos.bcn.cl/recurso/cl/documento/639680/seccion/akn639680-ds1-ds2