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- rdf:value = " El señor BECKER ( Vicepresidente ).- Tiene la palabra la diputada señora Claudia Nogueira.
La señora NOGUEIRA (doña Claudia).- Señor Presidente , empiezo mi intervención felicitando a los autores de esta moción, que propone extender un derecho tan merecido a los trabajadores que tienen a su cuidado personas con discapacidad.
Para mí son tremendamente importantes los proyectos que buscan proteger a las personas son discapacidad, porque las comunas que represento, Recoleta e Independencia, y la de San Carlos, que representa el diputado Sabag, son las que reúnen la mayor cantidad de personas con algún grado de discapacidad.
Por lo tanto, con mucha alegría y satisfacción votaré a favor proyectos de este tipo.
La iniciativa fue objeto de una discusión tremendamente enriquecedora en la Comisión de Familia de esta Corporación. Contribuyeron a ella diversos organismos públicos, como el Servicio Nacional de la Discapacidad y el Ministerio del Trabajo y Previsión Social.
En primer término, es necesario entender cabalmente el mecanismo que contempla la norma que estamos modificando a fin de comprender la importancia real de las enmiendas propuestas en esta iniciativa legal.
En efecto, el artículo 199 bis del Código del Trabajo, cuya modificación se propone, considera el derecho que tienen los trabajadores para tomar un permiso de hasta diez jornadas laborales en el lapso de un año calendario, a fin de atender los requerimientos que se deriven de la enfermedad grave de un hijo, o bien de la necesidad de ambos padres para acompañar la hospitalización de un menor.
Este permiso no es pagado por el empleador, sino que el trabajador tiene a su disposición varias alternativas para compensar el tiempo utilizado, como la devolución en diversas jornadas, la imputación a su feriado anual, o bien, mediante descuentos a sus remuneraciones.
El referido derecho se encuentra en armonía con otros que establece nuestra legislación, tales como la licencia médica por enfermedad grave del hijo menor de un año, o el permiso pagado al padre por nacimiento de un hijo.
Es preciso aclarar que la extensión del permiso laboral que hoy tratamos no significa que los padres de menores discapacitados no tuvieran con anterioridad derecho a este mecanismo. Lo que la propuesta hace no es sólo aplicar dicho beneficio en caso de enfermedad grave del menor, sino también permitir, en caso de urgencia, como la falta o la falla ocasional de las personas que tienen el cuidado del menor, que el trabajador pueda asumir dicha tarea con tranquilidad.
Del mismo modo, podemos enfrentarnos al caso de que el trabajador requiera acompañar al menor discapacitado a rehabilitación o a algún tipo de examen, para cuyo traslado haya dificultades, etcétera.
De alguna manera, la norma propuesta viene a suplir esta falta, puesto que las personas con discapacidad necesitan del auxilio que sólo sus padres y cuidadores pueden darles.
Más allá de los contenidos técnicos reseñados, debo decir con satisfacción que este tipo de propuestas avanza inequívocamente en la elevación de los estándares de trabajo decente en nuestra legislación, permitiendo humanizar la relación laboral sin que ello signifique imponer cargas pecuniarias en forma periódica a los empleadores que en su mayoría son pequeños y medianos.
Es evidente que en la relación laboral normal la lógica de negociación continua que inspira el ejercicio de derechos por parte del trabajador, así como la exigencia del cumplimiento de obligaciones por parte del empleador, permiten decir que si un trabajador tiene problemas un día determinado para cuidar a su hijo discapacitado, se podrá llegar a un entendimiento a fin de recuperar esas horas y facilitar así la compatibilización de la jornada laboral con la productividad de la empresa y las obligaciones familiares.
Sin embargo, el mayor valor que significa este acuerdo cotidiano y común, que nadie pensaría que se encuentra al margen de un conflicto, es que la sociedad entera, a través de una ley, envíe señales al mundo del trabajo en orden a indicar que el camino correcto es avanzar en este tipo de entendimientos, para hacer más real la armonización entre la vida familiar y la vida laboral.
En estas consideraciones se encuentra una base fundamental que debe inspirar nuestra legislación laboral y es aquella que apunta a que el trabajador, en el desempeño de su empleo, es una persona que debe ser tratada en forma integral, como un conjunto de facultades intelectuales y sobre todo afectivas, sujeto a tensiones económicas, familiares y sociales.
El trabajador no es divisible ni es propio pedirle que deje afuera de la empresa las angustias de su vida y de su familia. La humanización del trabajo consiste en entender eso y transformarlo en acuerdos y normas que provoquen un avance en cambios culturales que tan urgentemente necesitamos en esta sociedad.
El trabajador no sólo aporta en capacidades al proceso productivo, sino que interviene definitivamente a través de todas sus características. Esa es la diferencia radical entre considerar al trabajador como una persona y no meramente como capital humano.
Sin embargo, es preciso señalar a esta Sala que todos estos avances en el marco de la relación laboral se han ido generando en el tiempo a impulsos irregulares y sin una mayor coordinación y sistematicidad. Somos muchos los parlamentarios que hemos concurrido entusiastamente a suscribir y votar proyectos que amplían los derechos del trabajador en relación con la vida familiar; pero se echa de menos una regulación sistematizada de esta materia que dé cuenta real de las condiciones laborales en que se desempeñan nuestros trabajadores.
Hoy celebramos esta iniciativa, pero nos gustaría que el Gobierno avance en una mejor regulación de un concepto global de humanización de la relación laboral que permita que el trabajador sienta una mayor inclusión social y, a la vez, que no se debiliten las bases de la productividad de las empresas. Se trata de un desafío actual, vigente y urgente, propio de nuestro siglo, en que las personas deben concentrar los esfuerzos de las políticas sociales. Y el Congreso Nacional no puede quedarse al margen de este debate y de las soluciones que sobre ello sean más razonables.
Junto con invitar a los colegas a votar favorablemente esta iniciativa, hago un llamado a avanzar en el logro de mayores estándares laborales en materia familiar. Nuestra bancada entiende que los trabajadores esperan de nosotros una tarea de esta magnitud y seriedad.
He dicho.
"
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