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El señor MARTÍNEZ .- Señor Presidente , voy a votar favorablemente el Informe, no porque esté completamente de acuerdo con todos los artículos del proyecto, sino porque no puedo dejar de recordar que estamos ante una iniciativa que es la resultante de un amplio acuerdo político, verificado el año 2008 e impulsado por la administración anterior y, lo más importante, porque es absolutamente necesario para nuestro sistema educacional.
Podemos debatir respecto de aspectos como el Simce, los estándares o la definición conceptual más precisa de calidad de educación. El informe que hemos conocido es muy valioso en eso, pero junto con ello deberíamos coincidir en que el proyecto es relevante, porque de lo que se trata es de la creación de un sistema nacional de aseguramiento de la calidad en todos los niveles, a través de una institucionalidad que incorpora la Superintendencia de Educación y la Agencia de Calidad de la Educación como nuevos órganos y redefine la organización del Ministerio de Educación y del Consejo Nacional de Educación.
¿Puede haber algo más importante para una nación que garantizar la calidad de la educación que reciben sus niños, niñas y jóvenes?
Nuestro país ha hecho enormes esfuerzos económicos para proveer de las condiciones mínimas que requiere nuestro sistema educacional y estoy cierto que es imprescindible seguir incrementando sus recursos, de manera, por ejemplo, de llegar a duplicar la subvención escolar. Pero, ese esfuerzo, para que sea efectivo, necesita de organismos que garanticen su correcta y oportuna utilización y lo hagan de manera objetiva, oportuna y técnicamente sólida. Tenemos que acostumbrarnos a que los recursos públicos sean utilizados en forma eficaz y los responsables de su administración, rendir cuenta pública, tanto respecto de su uso como del impacto que tienen en el rendimiento académico de sus estudiantes. Cada peso que se invierte en educación debe tener su correspondencia en ello. En la actualidad, por ejemplo, tenemos la Subvención Escolar Preferencial, que entrega recursos adicionales para mejorar los aprendizajes vía acciones definidas por las propias escuelas, lo que implica un concepto de descentralización que me parece esencial, pero cuyo desafío más allá de comprobar si están siendo correctamente invertidos, es verificar si generan un mejoramiento objetivo y comprobable en lo esencial, que es el aprendizaje y el desarrollo integral de los niños y niñas.
Veo y lo considero una fortaleza del proyecto, que hay una evolución desde el mero aprendizaje a un concepto de calidad, que estimo debiera ser lo más explícito posible, de forma que incluya claramente el concepto de desarrollo integral establecido en la Constitución Política, artículo 19 N° 10° y en la Ley General de Educación, que en su artículo 2°, establece que las finalidades de la educación son: el desarrollo espiritual, ético, moral, afectivo, intelectual, artístico y físico para conducir su vida en forma plena y para convivir en forma responsable, tolerante, solidaria, democrática y activa”.
Esto me parece esencial, porque estoy cierto que junto con buscar la excelencia en el plano pedagógico, debemos aspirar a formar personas para vivir y convivir en sociedad y para eso, la educación y la institución que educa, tienen un rol esencial, de allí que considere relevante tanto la “rendición de cuentas” como la “rendición de apoyo”, concepto que implica una obligación de ayuda a los establecimientos educacionales que así lo requieran.
Creo que el proyecto tiene muchas bondades, pero también cuestiones que merecen reflexiones de fondo. Tenemos que ser muy cuidadosos para evitar que la estandarización provoque mayores segregaciones que las ya existentes en nuestro sistema educacional.
Comparto las naturales preocupaciones de los funcionarios del Ministerio de Educación, que estimo deben ser atendidas, pero teniendo presente que es necesaria su modernización, lo que evidentemente pasa por un proceso de ineludible reestructuración.
También debe quedar excluida toda injerencia política, de modo que efectivamente predomine aquí el componente técnico.
En definitiva, creo imperioso continuar avanzando, pero con los resguardos que someramente he señalado, porque de lo que se trata es de llegar a una estructura educacional que garantice la calidad en su acepción más global, con responsabilidades claramente establecidas y donde cada uno de los actores rindan cuenta de su cumplimiento.
He dicho.
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