
-
http://datos.bcn.cl/recurso/cl/documento/639843/seccion/akn639843-po1-ds24-ds39
- bcnres:tieneTipoParticipacion = bcnres:Intervencion
- bcnres:tieneEmisor = http://datos.bcn.cl/recurso/persona/1390
- bcnres:tieneCalidad = http://datos.bcn.cl/recurso/cl/cargo/1
- rdf:type = bcnres:Participacion
- rdf:type = bcnres:SeccionRecurso
- bcnres:tieneReferencia = http://datos.bcn.cl/recurso/persona/1390
- bcnres:tieneReferencia = http://datos.bcn.cl/recurso/persona/3449
- bcnres:esParteDe = http://datos.bcn.cl/recurso/cl/documento/639843
- bcnres:esParteDe = http://datos.bcn.cl/recurso/cl/documento/639843/seccion/akn639843-po1-ds24
- rdf:value = "
El señor VALLESPÍN (Presidente en ejercicio).-
Tiene la palabra el diputado señor Pepe Auth .
El señor AUTH.-
Señor Presidente: “¡B-15! ¡B-15! ¡La edad de la señorita!”. Cuántos de nosotros no hemos participado alguna vez en un bingo solidario para apoyar una cantidad inverosímil y de variedad infinita de fines sociales.
Por eso, me extraña que aquí se diga -sobre todo cuando son voces liberales- que el Estado debe sustituir el impulso solidario. Y la verdad es que -compartiendo lo señalado por la diputada Alejandra Sepúlveda - la solidaridad social es un valor; el bingo solidario es parte de la cultura nacional y la expresión más paradigmática de la solidaridad social. De hecho, buena parte de las políticas sociales desplegadas desde el Estado para resolver un conjunto de problemas sociales demandan la participación de la gente en tal esfuerzo, normalmente, de manera individual. Pero la gente responde, desde el fondo de su cultura, de manera colectiva. Es decir, cuando, por ejemplo, desde un comité de vivienda se pide un aporte individual, este resuelve de manera colectiva la búsqueda de los recursos. En tal sentido, uno de los instrumentos más paradigmáticos es el bingo solidario.
Por consiguiente, parece una contradicción flagrante que el Estado pida, incluso exija a los ciudadanos, un esfuerzo personal y colectivo para resolver sus problemas individuales y sociales, y, al mismo tiempo, les restrinja, bloquee o les introduzca un conjunto de cortapisas para que se ejerza dicha solidaridad, con el argumento completamente falaz -y que no corresponde a la realidad- de que se trata de un hecho comercial. ¿Cómo va a ser un hecho de comercio la constitución de comisiones, en una junta de vecinos, para juntar la plata necesaria para el pavimento participativo? ¿Cómo va a ser un hecho de comercio la reunión de personas, con el concurso de grupos folclóricos, de danza, de bailes o de canto, con el objetivo de reunir dinero para comprar un remedio en París, completamente inaccesible desde el punto de vista financiero?
No imagino un mundo, como el que esbozaban algunos diputados, donde esto ya no se necesite, pues es un valor que la gente se organice para resolver sus problemas; es un valor que la gente recurra a la comunidad para encontrar soluciones a sus problemas. Por eso tampoco creo en ese Estado que lo prohíba.
De pronto, escucho decir a algunos diputados de la UDI que llegará el día en que ya no será necesario hacer bingos. Pues bien, reitero, no creo que el Estado pueda reemplazar ese impulso individual, y colectivo a la vez, de buscar solución a sus problemas de manera mancomunada.
Creo en la necesaria autonomía. Por supuesto, el Estado tiene su responsabilidad; pero también debe ser socio de las personas, debe colaborar con las personas, y, sobre todo, debe estimular la organización colectiva de las personas, para que resuelvan sus problemas. De lo contrario, es mejor que los liberales pasen a ser estatistas radicales. La relación entre el mercado, el Estado y la sociedad -la so-cie-dad- es completamente indispensable.
Por lo tanto, espero que siga habiendo bingos solidarios, aun cuando este país haya resuelto, ojalá en menos de una década, los problemas básicos relacionados con el derecho a la salud y a la educación. Imagino un mundo con más bingos solidarios, ojalá con más vinculación social, con más esfuerzo colectivo para ir en solución de sus problemas.
Por eso, anuncio que vamos a apoyar la solución a este problema, generado por una decisión de la Contraloría General de la República.
He dicho.
"