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El señor CHADWICK.- Señor Presidente, deseo fundamentar mi voto y tratar de despejar las sorpresas.
Ante todo, aun cuando no me corresponde, quiero, interpretando al Gobierno, agradecer las palabras de casi todos los Senadores de la Concertación que han intervenido, quienes han señalado que el Ejecutivo ha desarrollado una labor absolutamente destacable, de buena fe, útil, necesaria. Y han manifestado su satisfacción por ello.
Comparto las expresiones de prácticamente todos los señores Senadores que me antecedieron en el uso de la palabra, pues el Gobierno ha hecho todo -¡todo!- lo que está a su alcance, dentro de un Estado de Derecho y del marco de respeto a una democracia, a los efectos de buscar y encontrar una solución al conflicto mapuche.
Lamentablemente, ayer ese diálogo se terminó -ojalá sea una situación superable- después de conocer un planteamiento formulado por los representantes de las personas que están en huelga de hambre que para cualquier Estado democrático -y espero que en el Senado siempre lo tengamos claro- resulta inaceptable.
Pedirle a un Gobierno democrático que concurra a una mesa de negociación con otros poderes públicos que gozan de plena y total independencia y autonomía entre ellos, resulta aquí y en cualquier Estado democrático totalmente inadmisible. Y estoy seguro de que los señores Senadores que hicieron uso de la palabra, de la misma manera como reconocieron la acción del Gobierno, estarán de acuerdo conmigo en rechazar las expresiones formuladas ayer, mediante las cuales se dio término al diálogo que se había iniciado, porque al Estado de Chile no se le va a poner de rodillas, ni por un grupo en huelga de hambre ni por un grupo armado ni por ninguna situación ni circunstancia. Y ello es propio de un Estado que se respeta y que tiene dignidad como tal.
Creo que eso lo compartimos todos.
Señor Presidente, se ha preguntado por el proceso legislativo que se estaba llevando a cabo.
Hay cosas que a veces resultan curiosas. El Gobierno aceptó un planteamiento de la Concertación en cuanto a que el proyecto de ley original enviado al Parlamento se dividiera en dos iniciativas: una la denominamos "ley corta" y la otra, "ley larga".
En el proyecto de "ley corta" se incluyeron los elementos que considerábamos esenciales. Y cuando llegó al Senado se aprobó con el pronunciamiento favorable de la Alianza más el de un Senador de la Concertación. Y todos los demás parlamentarios de esta última votaron en contra de sus principales artículos. ¡Todos!
En el segundo trámite constitucional, en la Cámara de Diputados, el texto despachado por nuestra Corporación no alcanzó ninguna forma de acuerdo ni de mayorías -con esto le contesto al Honorable señor Andrés Zaldívar -, pues nosotros no tenemos todavía la capacidad de manejar en su integridad los votos de la Concertación en esa rama legislativa. Nos fue imposible.
Entonces, algunos colegas se sorprenden de que cuando la iniciativa vuelve al Senado en tercer trámite nosotros digamos: "¿Saben qué? Hasta aquí no más llegamos".
Pregunto: ¿qué sentido tiene continuar un proceso legislativo cuyo resultado hemos conocido, de manera fundamental, en el debate habido en ambas Cámaras? Estoy seguro de que en la Comisión Mixta se repetirá exactamente lo que escuchamos en este Hemiciclo y donde ustedes, los Senadores de la Concertación, intentarán imponer solo los preceptos que a su parecer resuelven el problema, sin importar nuestra opinión de que se debe respetar la integridad de la Ley Antiterrorista.
¡No nos veamos la suerte entre gitanos! Todos quienes hemos participado en las Comisiones respectivas sabemos perfectamente -está escrito desde hace mucho rato- el resultado de ese trámite legislativo.
Por lo tanto, queremos concluir la tramitación del proyecto ahora; no seguir dilatándola con un discurso que genera expectativas que no terminarán siendo realidad, y, además, porque sí se logró algo, que el propio Ministro del Interior , en la exposición que hizo y que ustedes sin duda recuerdan, señaló como lo más importante: se aprobó y será ley de la República el artículo 1°, que modifica el tipo penal del delito terrorista y elimina la presunción que al respecto se establece en la legislación actual.
Repito: eso ya se aprobó. Y, según el Secretario de Estado referido, era de absoluta necesidad para que el Gobierno pudiese buscar, a través de los mecanismos judiciales, las soluciones a los problemas que hoy día aquejan a los comuneros mapuches.
En consecuencia, prolongar más tiempo el proceso legislativo para no obtener ningún resultado carece de sentido. En cambio, sí lo tiene el artículo 1°, ya aprobado y que puede tener eficacia ante los tribunales de justicia, como lo explicitó el propio Ejecutivo desde el origen de la iniciativa.
Lo lamento, Honorables colegas, no es el momento de ser protagonistas nosotros sino de buscar soluciones reales a los problemas de que se trata.
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