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- rdf:value = " El señor GARCÍA .-
Señor Presidente , todos los años cuando discutimos el reajuste del salario mínimo -o "ingreso mínimo" como se le denomina en la presente iniciativa legal-, comenzamos a discutir si mil pesos más o mil pesos menos, si dos mil pesos más o dos mil pesos menos.
Todos nosotros tratamos de encontrar una cifra mágica que permita a los trabajadores obtener un mayor reajuste del salario mínimo.
No obstante, en realidad esa cifra no existe.
Todos quisiéramos que el salario mínimo fuera más alto. ¿Por qué 175 mil pesos? ¿Por qué no 180 mil o 200 mil pesos?
Lo que pasa, señor Presidente , es que nos topamos siempre con que la economía chilena ha evidenciado durante los últimos años -y hasta el día de hoy- más de 675 mil personas desempleadas. Esta mañana se dio a conocer el resultado de la encuesta de empleo del trimestre móvil marzo-mayo. La desocupación alcanza a 8,8 por ciento. En números redondos, eso significa que 675 mil personas salen a buscar trabajo y no lo encuentran.
Por lo tanto, cuando hablamos del salario mínimo, tenemos que pensar no solo en los que están trabajando, sino también en quienes salen a buscar empleo -y ojalá lo consigan-. Yo reconozco que, en el margen, cuanto más alto sea el ingreso mínimo, en mayor medida se transforma en una barrera para que varios miles de compatriotas encuentren ocupación, se incorporen al mundo laboral, con la doble satisfacción que ello implica: por un lado, contribuir con un ingreso, aunque sea mínimo, al financiamiento del hogar, de las necesidades de la familia; y, por otra parte, sentirse útiles, levantarse en la mañana, salir a cumplir con sus obligaciones y volver luego de haber realizado las tareas, habiendo desplegado su esfuerzo, su capacidad. Y eso tiene un valor espiritual tremendamente importante, en algunos casos más relevante que el valor del propio salario.
Por eso, señor Presidente , esta discusión tiene bastante de teórica. Sin embargo, al mismo tiempo conlleva efectos prácticos. Repito: todos quisiéramos que los trabajadores que hoy reciben el ingreso mínimo pudieran acceder a un salario mayor. No obstante, por la realidad con que nos topamos, deseamos fomentar el empleo, deseamos que más de una persona por grupo familiar se integre al mundo laboral. Porque la mejor manera de superar las situaciones de pobreza en que se encuentran muchas de las familias chilenas es que otro de sus miembros se incorpore al trabajo y pueda recibir otro salario, aunque sea mínimo.
De ahí que, con el mayor respeto y afecto, pido a las señoras Senadoras y señores Senadores de la Concertación no seguir con esta suerte de "gallito" con el Gobierno: que si mil pesos más, mil pesos menos; que si apoyamos el proyecto, que si lo rechazamos.
Quiero recordar que el rechazo de la iniciativa implica dejar sin reajuste del salario mínimo, sin 7 mil pesos...
La señora ALLENDE .-
¡No!
El señor GARCÍA .-
¡Sí, pues!
El señor LAGOS.-
¡No es así!
El señor GARCÍA .-
¡Eso es lo que significa: dejar sin incremento del salario mínimo a los 500 mil trabajadores que lo perciben!
Por eso nosotros, mientras fuimos Oposición, siempre respaldamos la cifra propuesta por el Gobierno. En algunos casos venía con el acuerdo de la Central Unitaria de Trabajadores (CUT); en otros, sin él. Muchas veces el reajuste del salario mínimo planteado en el mensaje era "A", y se aprobaba "A+1". Así que tampoco debe llamarnos la atención que en la Cámara de Diputados se haya aumentado el monto de 170 mil a 172 mil pesos. Eso ha sido frecuente en la tramitación de estos proyectos.
Señor Presidente , cuando el país ha sufrido un terremoto de la gravedad que significó el del 27 de febrero; cuando venimos recién saliendo de una crisis financiera internacional que golpeó duramente a Chile, más que a otras economías latinoamericanas, a raíz de la cual nuestro producto cayó en 1,5 por ciento y el nivel de desempleo subió -según las cifras de desocupación del año pasado- por sobre las 850 mil personas, yo creo que debemos mandar una señal al país en orden a que lo que más nos importa es la creación de nuevos empleos -no ponerle barreras a su generación-, y para eso hay que aprobar el monto de reajuste del salario mínimo que nos propone el Gobierno.
También me alegro de que el Ejecutivo haya resuelto incorporar en el proyecto los incrementos para las asignaciones familiares y, por supuesto, para el subsidio único familiar. Esto significa que aproximadamente 2 millones de causantes del subsidio único familiar y de cargas familiares recibirán el nuevo monto de 6 mil 776 pesos a partir del próximo 1º de julio, y que quienes se encuentran en los tramos siguientes percibirán un reajuste de 1,5 por ciento en su asignación familiar.
Sin embargo, creo que lo relativo a estos dos subsidios debe ser materia de discusión del Ejecutivo y del Parlamento en los próximos meses.
Hay informes que señalan que muchos trabajadores que debieran sacar la asignación familiar a través de su empleador lo están haciendo por medio de la municipalidad, probablemente porque sienten que es más seguro recibirlo a través de esta última o porque existe un número significativo de trabajadores sin previsión. De ser así, eso sería doblemente grave.
¿No resultará conveniente que a estas alturas, cuando ya llevamos tantos años aplicando como subsidio monetario el subsidio único familiar, el valor de la asignación familiar sea más alto que el del SUF, como una forma de estimular que se le efectúen a todos los trabajadores sus imposiciones y que todo aquel que labora de manera estable pueda recibir la asignación familiar en su liquidación mensual de sueldo?
Creo que es una buena pregunta. Debemos fomentar la formalidad, que nuestros trabajadores tengan sus cotizaciones previsionales, y al día. Me temo que muchas veces, por la vía de entregar el subsidio único familiar a través de las municipalidades, se está impidiendo que los trabajadores obtengan beneficios que, por lo demás, son irrenunciables.
Señor Presidente , termino mis palabras haciendo un llamado a votar a favor de este reajuste del ingreso mínimo, no porque nos deje satisfechos a todos, sino porque tenemos que ponernos de acuerdo en una cifra que no signifique, como ya lo he señalado, colocar un dique a la creación de nuevos empleos.
He dicho.
"
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