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El señor ESPINA.-
Señor Presidente , por lo que acaba de señalar la Senadora Allende, entiendo que en una eventual Comisión Mixta ella se pronunciaría a favor del salario mínimo de 172 mil pesos, que es el monto propuesto por el Gobierno.
Si estuviera equivocado, retiraría lo dicho.
La señora ALLENDE .-
Así es.
El señor ESPINA.-
Señor Presidente , francamente, en este tipo de debate uno se da cuenta qué tipo de oposición enfrentará la Administración del Presidente Piñera. Y yo, al menos, he venido insistiendo en que dentro de la Concertación hay, desde hace mucho tiempo, una discusión entre quienes desean realizar una oposición legítima, clara, pero constructiva y responsable, procurando siempre generar entendimientos y acuerdos; y aquellos que quieren negar la sal y el agua al Gobierno.
Estoy realmente sorprendido de cómo la tesis de los partidarios de negar la sal y el agua, más allá de los buenos modos o de las buenas palabras, se está imponiendo cada vez más.
Por eso, me parece notable la actitud del Senador señor Sabag . Y lo felicito: Su Señoría no ha abandonado su rol opositor. Incluso, lo ha mantenido en el debate de diversas materias en el Parlamento. Pero, en la discusión de un asunto tan sensible e importante como el ingreso mínimo mensual ha hecho una exposición en la cual muchos de nosotros nos sentimos representados, por la valentía, el coraje y la claridad de sus conceptos.
Creo que al final de este debate la opinión pública habrá de emitir un juicio. Y no hay que temer -no constituye un chantaje ni una amenaza- a que se sostenga que, en política, cuando uno vota de una manera u otra asume su propia responsabilidad.
Si algunos piensan que en la Comisión Mixta el Gobierno va a cambiar y a regatear unos pesos más o unos pesos menos, significa que no lo conocen, como tampoco al Ministro de Hacienda .
Dicho Secretario de Estado hizo un gran esfuerzo en la Cámara de Diputados para elevar el ingreso mínimo de 170 mil a 172 mil pesos, monto máximo que podía ofrecer, de manera seria y responsable, para evitar que su reajuste produjera dos efectos que serían extraordinariamente graves para el país: primero, que afectara el compromiso que el Presidente contrajo con todos los chilenos -no asumido nunca antes por otro Mandatario- de crear un millón de empleos en el período 2010-2014; y segundo, que impidiera potenciar a la pequeña empresa, que genera el mayor número de puestos de trabajo a nivel nacional.
Algunos preguntan por qué no se sube más el salario mínimo. Me gustaría saber cuántos de los Senadores que realizan ese planteamiento, el día de mañana, si no se consigue aumentar el número de empleos que se requieren -sobre todo en Regiones como la que yo represento, donde se registra la cesantía más alta de Chile- asumirían su responsabilidad ante la ciudadanía por el hecho de que el Gobierno hubiese actuado en forma irresponsable al elevar el salario mínimo más de lo realmente posible.
Señor Presidente , frente a las explicaciones del Ministro de Hacienda , tanto en la reunión de Comités -a la que concurrió también la titular del Trabajo- como en la Sala, no he escuchado ningún argumento de fondo -lo digo con gran respeto, pero con claridad- de parte de los Senadores de la Concertación que justifique el porqué se oponen a un reajuste real de 2,7 por ciento, superior al promedio de 2,2 por ciento en que ellos incrementaron el ingreso mínimo durante diez años de Gobierno, y cuatro veces más alto que el que fijaron en 2009, que fue exactamente de 0,7 por ciento.
Es decir, cuando gobernaba la Concertación no valían los actuales razonamientos de Sus Señorías en cuanto a la necesidad de aumentar el salario mínimo más de lo conveniente. Entonces defendían el 0,7 por ciento, cuatro veces inferior -como expresaron, entre otros, la Senadora Matthei y el colega García - al aumento que hoy propone el Ejecutivo , en un período en que debe enfrentar una tragedia como la del terremoto, a raíz del cual más de 50 mil personas perdieron su fuente de trabajo, por lo que su primera obligación es generar empleo.
Es evidente que, en la medida que el salario mínimo aumente más, el pequeño empresario tendrá mayores dificultades para contratar a una persona. Si ya en muchas Regiones devastadas por el terremoto le es difícil pagar el actual ingreso mínimo -lo señaló el Senador Navarro, quien describió de modo muy claro la realidad de su Región-, ¡imaginen Sus Señorías el problema que se le crearía si se fijara un monto más alto que el que efectivamente puede pagar!
Señor Presidente , espero que se exprese la opinión de los Senadores de la Concertación que no son partidarios de la tesis de negar la sal y el agua al Gobierno. Ellos saben que, en el fondo, el subir más el salario mínimo produciría un efecto negativo para la economía. A todos nos gustaría un monto más alto. Pero quienes integramos esta Corporación y cumplimos una labor responsable, somos conscientes de que en las leyes en proyecto -los ahora opositores estuvieron 20 años en el poder y sin duda comparten este juicio- uno no puede ofrecer ni hacer más si está seguro de que en un tiempo posterior aquello va a traer nefastas consecuencias para el país.
Estimo que los argumentos entregados tanto por el Ministro cuanto por los miembros de la Comisión de Hacienda y otros colegas han sido muy explícitos. Nadie todavía los ha podido rebatir, salvo señalar que en la Cámara de Diputados la propuesta original del Ejecutivo solo se incrementó en 2 mil pesos.
Ese es el peor de los razonamientos. Porque es lógico que un Secretario de Estado intente realizar el máximo esfuerzo, aun a riesgo de pasar el límite, cuando está en un debate legislativo. Pero no demostraría seriedad si ofreciera aumentar de 2 mil a 4 mil pesos dicho ingreso en la Comisión Mixta. Eso implicaría, simplemente, no hacer lo que le corresponde al Ejecutivo y en especial al titular de Hacienda : pensar en las personas que hoy carecen de empleo y necesitan tenerlo.
Resulta indudable, señor Presidente, que el presente debate sirve para ir perfilando, ya a cuatro meses de la nueva Administración, el estilo de oposición que vamos a recibir.
Comprendo que analicemos a fondo distintas materias; pero considero que en un asunto tan sensible para la opinión pública, en que mucha gente puede decir: "Bueno, el aumento de 170 mil a 172 mil significa que me quieren pagar 2 mil pesos más", nosotros debemos actuar con total responsabilidad.
Así ha procedido el Gobierno. Y el Ministro ha dialogado. Sostener que no lo ha hecho implica faltar a la verdad: hoy se reunió por más de 40 minutos con los Comités y contestó todas las preguntas que se le formularon.
Señor Presidente , quiero aclarar un tema adicional.
No es efectivo que al Ministro se le haya olvidado el reajuste de la asignación familiar y del subsidio único familiar -lo explicó meridianamente-: se pretendía incorporar ambos puntos en el sueldo ético familiar. Pero consideró razonable incluirlo ahora en el proyecto y se allanó a ello.
Entonces, señor Presidente , la Concertación tiene que asumir su responsabilidad política, pues el salario mínimo no se va a elevar. Y, si sus Senadores votan en contra del proyecto, 700 mil chilenos, en forma directa, y una cantidad similar de modo indirecto, se quedarán sin reajuste.
Y eso ocurriría por primera vez desde el retorno a la democracia, ya que lamentablemente se ha impuesto una manera de hacer Oposición. Por eso, espero que algunos señores Senadores reflexionen -porque los conozco- y actúen con la responsabilidad que el momento y las circunstancias requieren.
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