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El señor ROSSI.-
Señor Presidente, partí diciendo que este proyecto es insuficiente.
Me gustaba la redacción del texto que analizamos originalmente en la Comisión de Salud. Pero sufrió ciertos tijereteos en la de Agricultura. En mi opinión -lo digo con mucho respeto-, la iniciativa no debió ser vista por este último órgano técnico. ¡Pero, bueno...!
Voy a votar a favor del inciso que nos ocupa, aunque comparto los juicios del colega Letelier: estamos midiendo con una vara distinta dos drogas lícitas pero que provocan tremendo daño a la salud.
En particular, está demostrado -así lo señaló la OMS- que la publicidad es un aspecto crítico en este ámbito.
Los menores de edad, a diferencia de los adultos, están en período de formación de su personalidad y son tremendamente vulnerables, sensibles e influenciables por la publicidad. De hecho, los avisos publicitarios del tabaco y el alcohol, en general, están muy dirigidos a los niños, porque en esa etapa de la vida se adquieren más fácilmente las adicciones que los hábitos.
Era evidente que se debía prohibir que las camisetas de fútbol llevaran estampado el nombre de una marca de bebida alcohólica.
La camiseta de Iván Zamorano , cuando jugaba en Colo-Colo, decía "Cristal". ¿Qué asocia el niño en su mente en este caso? A un deportista exitoso, destacado, triunfador, de esfuerzo, con el consumo de alcohol.
Esa es la razón por la cual siempre planteamos la necesidad de prohibir ese tipo de publicidad en general y, especialmente, en recintos deportivos y donde se realicen espectáculos culturales a los que asistan menores.
Este es el mismo principio que rige para la publicidad de la comida. En efecto, la relación de la cantidad de publicidad para comida chatarra respecto de la que se hace para alimentos saludables es 9 a 1, o incluso más. En tal caso, se aprovechan de la palatalidad del niño.
Reitero que me pronunciaré a favor.
Pero quiero remarcar lo dicho por el Senador Letelier en cuanto a que podríamos haber planteado una propuesta legislativa mucho más dura y eficaz. Sin embargo, como ya dije, hasta aquí nomás se pudo llegar en esta ocasión.
De todas maneras, contar con esta futura ley es cien veces mejor que no tener nada, como ocurre ahora.
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