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- rdf:value = " El señor MUSALEM.-
Son demasiado tercos los colegas socialistas, tanto, que en su ceguera no toman en cuenta la voz del pueblo, que se ha ido expresando claramente en tres oportunidades y que les ha dado otros tantos reveses contundentes, lo que debiera llamarlos un poco a la humildad, que no conocen esos Honorables colegas.
El señor BARROS.-
El señor Senador está ofendiendo a San Pedro: es cabeza de piedra también.
El señor MUSALEM.-
El Honorable señor Ampuero quería que yo hubiera ido al sindicato de los obreros de El Salvador; pero sabe cuál es la situación: nunca pudo entrar ahí un parlamentario nuestro. En la huelga pasada, los Senadores señores Noemi y Palma no fueron escuchados, y al salir se les lanzó piedras por la espalda. En esta ocasión, antes de llegar yo...
El señor AMPUERO.-
¿Fue a cobrar la "vendetta"?
El señor MUSALEM.-
...los parlamentarios democratacristianos pidieron ser oídos por la asamblea, pero se les negó la oportunidad.
El señor AMPUERO.-
¿Fueron a cobrar la revancha?
El señor MUSALEM.-
La Corporación del Cobre mandó a un abogado para que explicara a los trabajadores, en la asamblea, el alcance del pliego de peticiones de los mineros de El Teniente, cuál era la posición del Gobierno y cuál, la de los trabajadores. No obstante su insistencia, tampoco se le escuchó.
Tanto en ese mineral como en los demás del cobre, impera una dictadura política total. Así lo hemos repetido en muchas oportunidades. Se oye sólo la versión de un lado: la del FRAP. Y como si el territorio de las minas de cobre no formara parte del de esta República democrática, se niega, se impide el acceso y la palabra a los parlamentarios democratacristianos y a los funcionarios del Gobierno. La posición de los que así actúan aparece muy claramente revelada en el calumnioso ejemplar del diario "Cobre" que enviaron días antes de los sucesos de El Salvador a esa mina y a Potrerillos. Allí se consigna toda clase de injurias, infamias y provocaciones contra el Gobierno, e injurias concretamente a los camaradas parlamentarios democratacristianos que, inclusive -y no es primera vez-, aparecen fotografiados en ese periódico y tratados de camaleones, vendidos al imperialismo, represores de los trabajadores.
Todas esas calumnias, todo ese ambiente que vienen formando desde hace tiempo los parlamentarios del FRAP, son los que crean en los trabajadores animadversión hacia los parlamentarios y dirigentes democratacristianos y los ponen en un estado anímico de alteración que produce, precisamente, los trágicos hechos que el país deplora.
Por eso, señor Presidente, no tiene el Honorable señor Ampuero autoridad moral para venir a darme lecciones o juzgarme. El pueblo, en muchas oportunidades...
El señor AMPUERO.-
¿Qué hizo en El Salvador? ¿Qué fue a hacer a ese mineral? No lo sabe nadie todavía. Y harto ha hablado Su Señoría.
El señor MUSALEM.-
Señor Presidente, he dicho claramente lo que hice.
El señor AMPUERO.-
¡Dormir!
El señor MUSALEM.-
Si no hice más, es sencillamente por haber llegado allí prácticamente a las pocas horas de sucedidos los hechos,...
El señor ALTAMIRANO.-
No hizo nada.
El señor MUSALEM.-
...pero hice todo lo que debía hacer. ..
El señor AMPUERO.-
-¿Qué fue lo que hizo?
El señor MUSALEM.-
...en mi posición de parlamentario de Gobierno. Lo dije ayer.
El señor ALTAMIRANO.-
¿Qué hizo?
El señor MUSALEM.-
Hablé con el jefe de la plaza para que retirara el cordón de tropa alrededor del sindicato.
El señor AMPUERO.-
¿A qué hora fue eso?
El señor MUSALEM.-
Cuando todavía no había terminado el baleo.
Y no voy a aceptar que vengan a hacer de jueces míos aquellos respecto de los cuales tengo conciencia de que son los responsables, los instigadores de las muertes en El Salvador.
"