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El señor MOREIRA (Vicepresidente).-
En discusión el proyecto.
Tiene la palabra el diputado señor Víctor Torres .
El señor TORRES.-
Señor Presidente, el proyecto fue discutido en la Comisión de Salud y va en la dirección correcta en cuanto a lo que se requiere en materia legislativa, desde la perspectiva sanitaria de un país que aspira a ser moderno.
Como muy bien lo planteó el diputado informante, la Organización Mundial de la Salud ha realizado una serie de recomendaciones tendientes a combatir una situación compleja, desde el punto de vista sanitario, como la obesidad, fundamentalmente la infantil.
En Chile, la obesidad es una enfermedad crónica determinada como la más prevalente dentro de los grupos de menores, como paso a detallar a continuación.
El 8 por ciento de los menores de seis años tiene obesidad, así como el 17 por ciento de los escolares de 1° básico, el 33 por ciento de las embarazadas y, en los adultos, el 28 por ciento de mujeres y el 23 por ciento de hombres. También es importante considerar que cuando hablamos de enfermedad crónica, como la obesidad, no nos referimos sólo a los efectos de la propia enfermedad, sino también al hecho de que constituye un factor de riesgo para otro tipo de patologías importantes desde el punto de vista de la prevalencia en materia de salud pública en adultos, como la hipercolesterolemia, que tiene una prevalencia de 35 por ciento en la población de adultos; la hipertensión arterial, con un 33 por ciento; la diabetes mellitus tipo 2, con un 4 a 12 por ciento.
También es importante mencionar el cambio del perfil epidemiológico y la presencia de otras enfermedades crónicas asociadas a la obesidad infantil, de acuerdo a estudios nacionales. El 30 por ciento de los niños presenta dislipidemia; el 50 por ciento, hiperinsulinemia; el 10 por ciento, hipertensión arterial, y el 1 ó 2 por ciento, por lo menos, diabetes mellitus tipo 2. Todas son factores condicionantes para el desarrollo de enfermedades cardiovasculares, que son la primera causa de muerte en Chile.
La Organización Mundial de la Salud plantea que los países que aspiran a ser desarrollados desde la perspectiva sanitaria deben garantizar -ése es el sentido de este proyecto- el derecho de los consumidores a recibir una información exacta, estandarizada y comprensible sobre el contenido de los productos alimentarios que les permitan adoptar decisiones saludables.
Por lo tanto, se trata de que la ciudadanía no sólo tenga la posibilidad de consumir lo que quiera, sino también de saber que aquella decisión que está tomando en libertad tiene algún efecto sobre su salud.
Considero fundamental que en la actualidad en Chile, en la perspectiva de la prevención en salud, seamos capaces de generar instancias que nos permitan entregarle a la ciudadanía ese tipo de condiciones.
Por tal razón, celebro la moción presentada por los señores parlamentarios nombrados en el informe. Asimismo, destaco la discusión realizada al interior de nuestra Comisión de Salud.
Sin embargo, hay otros aspectos que quedaron pendientes. Por ejemplo, nos hubiera encantado aprobar la exigencia a las empresas que entregan alimentos llamados “comidas rápidas” la información -también concienzuda- respecto de la cantidad de calorías que se consumen con la ingesta de dichos alimentos. Existe una alta cantidad de productos que hoy se ponen a disposición de la población con un enorme bombardeo comunicacional para estimular su consumo, pero respecto de los cuales no necesariamente se exige la entrega de la información necesaria a los consumidores para que puedan tomar en conciencia la decisión de cómo alimentarse.
Chile es un país que, en materia de nutrición, durante los últimos años, pasó desde la desnutrición hasta la obesidad infantil.
Cuando en las políticas públicas se ha decidido disminuir o controlar las calorías que se entregan a nuestros niños a través de programas como la Junaeb, también es el momento de hacer conciencia en el resto de la ciudadanía de que la obesidad es un factor de riesgo importante en la generación de otro tipo de enfermedades. Y por esa misma razón resulta tan relevante que sean nuestros niños los que hoy día tomen el primer grado de conciencia respecto del asunto.
Si hoy tenemos un niño obeso, lo más probable, en un gran porcentaje, es que en el futuro tengamos un adulto que también lo sea. Y no será tan sólo obeso, sino que
como dije en un principio- también tendrá mayores posibilidades de sufrir patologías como las que ya he mencionado: hipertensión arterial, dislipidemia, etcétera.
Obviamente, ésta no es la solución exclusiva para el problema expuesto, pero viene a ser una condicionante más que el país debe enfrentar, desde la perspectiva de las políticas públicas en salud.
Hay que seguir avanzando.
Hace algunos días, debatimos el proyecto que aumenta a cuatro las horas de educación física en los colegios, porque entendemos que también por esa vía se debe tratar de evitar que esta situación siga ocurriendo.
Insisto en celebrar este proyecto. Espero que la mayoría, si no la totalidad, de los diputados presentes vote favorablemente esta excelente iniciativa.
He dicho.
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