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El señor VARGAS ( Vicepresidente ).- En el tiempo del Comité Renovación Nacional, tiene la palabra el diputado señor Joaquín Godoy.
El señor GODOY.- Señor Presidente , como todos sabemos, en el fondo, la colusión es un gran cáncer para el libre mercado, porque destruye los numerosos beneficios que presenta la libre competencia, cuales son, básicamente, dos: mejora la calidad de los productos y, al mismo tiempo, disminución de los precios de estos. Por lo tanto, los más beneficiados son los consumidores, las personas de a pie que consumen día a día.
Con gran tristeza hemos visto como, hoy, la colusión ha profitado de la gente de más escasos recursos, de aquella que va a las farmacias en busca de algo que no puede dejar de consumir, como son los remedios. Si los necesito y no los consumo, simplemente, me enfermo. Por lo tanto, no hay escapatoria.
Por eso, la bancada de Renovación Nacional y la Alianza votó por ampliar y profundizar las facultades del Tribunal de Defensa de la Libre Competencia. Pero no entendemos el doble estándar de los colegas de la Concertación. Ellos plantean las penas del infierno para los que se coludieron; pero votaron porque los cabecillas, quienes idearon la colusión, puedan recurrir a la delación compensada. Colegas de la Concertación han dicho que fue un escándalo el arreglo al cual llegó el Tribunal de Defensa de la Libre Competencia con una cadena de farmacias, pero, insisto, ellos votaron para que los cabecillas, los que crearon la colusión, puedan recurrir a la delación compensada y quedar libres de polvo y paja, como dijo una diputado .
El candidato de mis colegas que están al lado mío, el candidato Eduardo Frei , calificó de “inaceptable” la colusión de las farmacias y pidió “cárcel” para “los que han lucrado con la salud”. Pero resulta que su jefe de contenidos, el señor Eugenio Tironi , hoy representa a Farmacias Salcobrand. Este señor fue contratado por Salcobrand para hacer frente al vendaval que se les viene encima por la colusión de precios. Este si que es doble estándar.
Pero quiero ir más lejos. Otra cadena de farmacias, comprometida en este grave problema que nos atañe a todos los chilenos, contrató al ex ministro Enrique Correa, para que los defienda y les desarrolle una estrategia que les permita mejorar la imagen.
Es decir, estamos en presencia de un doble estándar increíble. Por un lado, atacan y se plantean como los grandes defensores de la ciudadanía y, por otro, defienden a los que participaron en la colusión. Hablo de los concertados que hoy defienden a las empresas supuestamente coludidas.
Pero hay algo más grave. En los últimos 19 años de gobiernos de la Concertación, la concentración de riqueza reviste carácter de gravísima. Hemos escuchado a diputados democratacristianos rasgar vestiduras y plantear que han hecho miles de denuncias en el intento de combatir la concentración de la riqueza. Sin embargo, la realidad de estos 19 años es otra. En 1990, existían 40 bancos; hoy quedan 19, y de las 14 AFP, subsisten 5. Nuestros queridos amigos de la Concertación y sus gobiernos han sido los grandes promotores de la concentración de riqueza. Pero ¿qué hacen? Rasgan vestiduras. Tienen la desfachatez de mirar a los chilenos a la cara y decirles que ellos son los grandes defensores de los ciudadanos. Esto es inaceptable.
Para terminar, quiero contar la experiencia de Valparaíso. Hasta hace poco, los porteños pagábamos, para transitar entre Valparaíso y Viña del Mar, 250 pesos, por un servicio que pasaba cada 5 minutos. Hoy, pagamos más de 500 pesos y el servicio pasa cada 8 minutos. ¿Por qué? Porque los grandes genios que licitaron el transporte público de Valparaíso, borraron con el codo lo escrito con la mano. Dijeron que iban a proteger a los pequeños empresarios del rubro. Una cláusula de la licitación establecía que el 10 por ciento de la propiedad no podía estar en manos de una sola persona. Pues bien, la borraron con el codo y hoy tenemos lo que no se quería. Eliminaron a todos los pequeños empresarios y concentraron el poder del transporte del gran Valparaíso en manos de unos pocos.
Eso se tradujo en tres aspectos negativos: el servicio no es de buena calidad; las tarifas que pagamos son exorbitantes y, los porteños hoy se demoran más en su traslado.
Si lo que se quiere es velar por los inte-reses de nuestros ciudadanos, es menester hablar con la verdad. Para eso estamos algunos aquí y no cesaremos en explorar todas las fórmulas para evitar la práctica de colusión y la concentración del poder en manos de unos pocos.
He dicho.
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