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El señor ÁLVAREZ ( Presidente ).-
Tiene la palabra el diputado señor René Manuel García.
El señor GARCÍA (don René Manuel).-
Señor Presidente , todos sabemos que se está desarrollando una gran crisis a nivel mundial.
Si analizamos los discursos que se pronuncian todos los años, comprobaremos que siempre encontramos que los reajustes son insuficientes. Lamento profundamente que se aumente el salario mínimo en sólo 6 mil pesos. Quizás puede ser contraproducente.
La pregunta que permanentemente me formulo cuando discutimos el reajuste del ingreso mínimo es por qué siempre pagan la crisis quienes más necesitan. Entendemos que existe una crisis, pero cabe preguntarse si alguna empresa quebrará porque el salario mínimo aumenta en 6 mil pesos. Todas las bancadas políticas han manifestado que hay que conservar los empleos y que debemos hacer esfuerzos gigantescos para que los trabajadores no queden cesantes. Indudablemente, todos estamos de acuerdo con ese objetivo, pero no se ha considerado que el problema no radica en producir -todo el mundo puede hacerlo-, sino en vender lo que producen las empresas.
Entonces, estamos enfrentados a una gran disyuntiva: ¿qué hacemos ante esta realidad? ¿El aumento debe ser pequeño? ¿Son correctas las explicaciones? Pero lo concreto es que no tenemos mayores alternativas, porque sólo podemos aprobar o rechazar el reajuste o, simplemente, disminuirlo. Obviamente, nadie en esta Sala está pensando en reducirlo.
Considero justo hacer un llamado: cuando el país mejore y se supere la crisis, las empresas -que también han realizado esfuerzos- debieran compensar a los trabajadores. Se habla mucho de la relación que debe existir entre el empleador y el trabajador. Sin duda, es un elemento importante, porque ninguna empresa puede surgir si sus trabajadores no están contentos -ésta es una regla de oro en las empresas-, con sus imposiciones al día, sus asignaciones pagadas, sus remuneraciones sin retrasos, etcétera.
Insisto en que los diputados no podemos hacer mucho, porque no nos queda más que aprobar este proyecto de reajuste del ingreso mínimo que estamos discutiendo.
Por ejemplo, la comuna de Loncoche sufrió una fuerte crisis cuando se cerraron las empresas que había allí, pero hoy vemos, con alegría, que se está inaugurando la planta de Surlat en esa comuna con la presencia de la Presidenta de la República . ¡Cuánto me habría gustado estar presente en ese acto, para entregar mi apoyo a esos trabajadores que tendrán una nueva oferta de trabajo, y para ver cómo Loncoche se empieza a recuperar de esa gran crisis que la afectó! Pero debo estar presente aquí, en la Cámara de Diputados, cumpliendo mi deber, tratando de hacerlo lo mejor posible y apoyando este reajuste que, por lo menos, dará un pequeño alivio.
El proyecto eleva el monto del ingreso mínimo mensual en 6 mil pesos, pues pasa de 159 mil a 165 mil pesos. Si hiciéramos el ejercicio de ilustrar sobre los bienes que se pueden comprar con ese incremento, podríamos considerarlo un chiste de mal gusto, porque una familia podrá comprar, por ejemplo, seis kilos más de pan. ¡Seis kilos! ¡Eso significa el reajuste que se propone!
Me da pena negra que tengamos que aprobar el porcentaje de aumento que se acordó en la negociación, pero desgraciadamente no podemos hacer nada más, porque estamos en un período de crisis mundial. En la Región de La Araucanía existe 13,3 por ciento de cesantía, la más alta del país. Esa región es fundamentalmente agrícola, pero tiene la tasa más alta de cesantía del país.
¿Qué nos está diciendo ese dato? Que cada región -lo he repetido hasta el cansancio en todos mis discursos y en todas las conversaciones sostenidas- tiene que ser analizada en su mérito. Mientras no se active el aspecto agrícola de esta región, no podremos hacer nada para generar empleos y para sacar de la crisis a la región más rica del país, que -¡miren qué contradicción!- también es la más pobre. Posee los mejores campos, es la mejor zona ganadera, tiene lecherías, bosques, es zona turística, etcétera, pero no se entregan incentivos para que se active la actividad económica.
Cuando se habla del ingreso mínimo, es necesario precisar algunas cosas. Como su nombre lo dice, ningún trabajador mayor de 18 años y hasta de 65 años podrá ganar menos de 165 mil pesos. Vale decir, éste es un piso y no un techo. Los trabajadores y los empleadores podrán negociar alguna regalía o beneficio adicional que podría aumentar la remuneración. Por lo tanto, en momentos de crisis, como la que estamos sufriendo, no nos queda otra alternativa que aprobar este reajuste.
Para los trabajadores mayores de 65 años y menores de 18 años, el monto del ingreso mínimo mensual se eleva en menos de 5 mil pesos, de 118.690 a 123.176 pesos.
Lo siento por los trabajadores, que han sido comprensivos y han llegado a un acuerdo de reajuste, que es el que la Cámara de Diputados se ve en la obligación de aprobar. Es un pequeño alivio. Pero como el aumento no ha sido lo que todo el mundo esperaba, hago un llamado a todos los empresarios de Chile para que traten de conservar a sus trabajadores. Una empresa se desangra y retrocede cuando se van sus trabajadores, después de haber recibido capacitación durante años.
Por ello, se debe hacer un último esfuerzo, sobre todo porque el ministro de Hacienda y los economistas nos han señalado que la economía empezará a repuntar el próximo año. Faltan sólo seis meses. Es el último sacrificio que le pedimos a la gente que tiene trabajadores para que los mantenga y no haga economía a cuenta de ellos.
Vamos a apoyar este proyecto -no tenemos otra alternativa-, pero con esa misma fuerza, cuando se activen las economías mundiales y la chilena, esperamos que todos hagamos un esfuerzo para lograr un sueldo un poco más decente para todos los trabajadores.
He dicho.
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