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El señor ÁLVAREZ (Presidente).-
Tiene la palabra el diputado señor Carlos Montes.
El señor MONTES.-
Señor Presidente , en primer lugar, anuncio que la bancada del Partido Socialista votará a favor del proyecto, porque así lo solicitó la Presidenta Michelle Bachelet y porque ayer hubo un acuerdo en torno a las cifras.
El ingreso mínimo es necesario. Eso no siempre es de consenso. Más de alguna vez se ha escuchado a personas decir que no debería existir. Sin embargo, es necesario porque es una protección básica de la sociedad.
La discusión del reajuste no es fácil, porque éste tiene doble perspectiva: por un lado, defender el nivel de ingresos de los sectores de menores ingresos y, por el otro, ser una señal para la economía. En el caso de esta iniciativa, el problema no es el costo, sino la señal, que es de referencia.
Estamos convencidos de que es necesaria la existencia del ingreso mínimo. Muchas veces hemos leído o escuchado que los parlamentarios de las bancadas de enfrente no son partidarios de él. Este nivel de protección debería ser lo más alto posible, lo cual tiene que ver con un concepto de equidad y de sociedad capaz de responder a los niveles básicos de consumo y de vida. Pero esta señal también debe ser compatible con el mercado de trabajo y las posibilidades de generar empleo.
Durante la discusión del monto del ingreso mínimo, también debemos tomar en consideración el contexto en el cual se da este debate y analizar qué está pasando en nuestra economía, por qué durante seis meses ha caído la producción. Esto, a pesar de una fuerte inyección de recursos públicos -proporcionalmente más altos que nunca-, alrededor de 10 mil millones de dólares entre febrero de 2008 y febrero de 2009.
¿Qué pasa que cae de manera tan fuerte la producción a pesar de la fuerte inyección de recursos públicos de esa envergadura? Uno podría decir que es porque la caída internacional ha sido más fuerte de lo esperado y nos ha afectado de manera importante en distintas áreas de nuestra economía. Otro podría agregar que el cobre está subiendo; o sea, el contexto internacional nos afecta, pero habría que ver de qué manera, en qué mercado y qué explica la caída que hemos tenido en la producción y el empleo.
A mi juicio, el problema es que el mercado interno se ha activado menos de lo esperado. Sería bueno averiguar las razones de ello, pese a la fuerte inyección de recursos públicos. De otra manera, se puede decir que ha caído más rápido de lo que esperábamos.
Por lo mismo, ha aumentado mucho el desempleo. Los pronósticos en esta materia son bastante complicados. Hablar de 14 por ciento de desempleo por delante significa que muchas familias enfrentarán condiciones difíciles, porque a eso se debe sumar la caída en los ingresos. Por lo tanto, muchas familias ya están viviendo situaciones difíciles. Todo eso dificultará el pago de créditos hipotecarios, de universidades, de multitiendas, etcétera.
En esta coyuntura es muy importante preguntarse si ha habido enfoques adecuados en relación con los paquetes fiscales; si era necesario que el Estado estableciera un tipo de alianza con el sector privado y hubiera más proyectos de inversión público-privada de los que hemos tenido hasta ahora; si ha operado o no el sistema bancario, en el intento de dar liquidez e incorporar recursos líquidos a la economía, y si lo ha hecho en el sentido que se esperaba. Los bancos han ganado mucho, pero no necesariamente han prestado todo lo que se requería.
En este contexto, también es menester la existencia de una disposición a ciertos proyectos público-privados que permitan contener la caída de los puestos de trabajo.
A la pregunta de si es posible enfrentar la situación de otra manera, respondo que sí. Es un debate que debiéramos realizar en estas circunstancias, porque hablar del monto del ingreso mínimo cuando el desempleo es de 14 por ciento, es algo que debemos tener muy presente por los efectos que tendrá en los distintos tipos de trabajadores.
Insisto en las correcciones. Se debe incentivar y acelerar el ritmo de las inversiones público-privadas. Muchas veces hemos planteado el tema de las pequeñas empresas, donde se da un campo de avance, modernización y movilización. Se está haciendo en muchos países, donde en momentos de crisis la pequeña empresa se moderniza, lo que parece una paradoja. No necesariamente se debe hundir o estar mal, pues en ese momento se presentan potenciales posibilidades de mejorar su stock de tecnología y su capital, pero supone una voluntad público-privada en ese sentido. Si la pequeña empresa entra en una crisis mayor, el desempleo siempre será más grande.
Cuando uno tiene un enfoque de protección social de los trabajadores menos calificados, el tema del ingreso mínimo es una variable muy importante, pero no es la única. Es muy relevante tener presente que la situación de violación de los derechos de los trabajadores con niveles más bajos de ingresos, hoy es más fuerte que nunca. Esto se debe a que no tienen muchas alternativas de empleo, por lo cual las condiciones de trabajo -lo que incluye la extensión de la jornada, en particular en el rubro del retail, son muy malas. A esto hay que sumar la falta de negociación colectiva y de una organización que proteja sus derechos.
Me gustaría que el ministro de Hacienda entendiera que en una coyuntura como ésta es bien importante aumentar las multas a las infracciones. En la actualidad, las multas por la violación de los derechos de los trabajadores son insignificantes. Él no ha estado dispuesto a iniciar un proceso de debate sobre la reforma laboral; pero, por lo menos, debiera disponer que las multas por las infracciones sean mayores, de manera que en muchos lugares de trabajo no hagan lo que quieran. Eso también es una forma de protección. Coincido con el diputado Julio Dittborn en que otra forma de protección, quizás la más importante, es que exista más empleo, que la base económica funcione mejor. Insisto, las iniciativas de inversión público-privadas son muy importantes para velar por la protección, sobre todo en el ámbito de la pequeña empresa.
En 2007, en la ley que reajustó el monto del ingreso mínimo, se estableció un artículo 2º, que no fue cumplido por el Ejecutivo. Voy a leerlo para que todos lo recuerden: “Dentro de los 12 meses siguientes a la publicación del reglamento que regula las condiciones para el otorgamiento del beneficio a que se refiere este artículo, los trabajadores perceptores del ingreso mínimo mensual tendrán derecho a un curso de capacitación laboral. Los desembolsos que demande la referida actividad de capacitación podrán ser compensados por las empresas con las obligaciones tributarias que las afecten de conformidad a lo establecido en los artículos 35 y siguientes de la ley Nº 19.518. Con todo, respecto de las empresas que no puedan impetrar la franquicia tributaria precedentemente aludida, el curso a que se refiere este artículo podrá financiarse con cargo al Fondo Nacional de Capacitación y Empleo. Un decreto supremo expedido por el Ministerio del Trabajo y Previsión Social, suscrito además por el Ministro de Hacienda , regulará todas las condiciones necesarias para el otorgamiento del beneficio a que se refiere este artículo”.
Lamentablemente, hasta donde sé tal decreto no existe y el artículo 2º de la ley Nº 20.204, que reajusta el monto del ingreso mínimo, no se aplicó. No se hizo lo que se estableció, es decir, que la protección fuera por la vía de fortalecer el capital humano.
Traigo a colación este tema porque fue parte del acuerdo político que hubo el 2007 para aprobar la iniciativa de ley. Estamos claros de que en el caso de los trabajadores que ganan el salario mínimo es fundamental plantear una política de desarrollo de su capacidad de trabajo y de sus alternativas laborales.
Todo indica que el desempleo afectará no sólo a los sectores de más bajos ingresos, sino también a los ingresos medios en general. Lamentablemente, hasta hoy no existe ningún programa de capacitación, de empleo de apoyo para los sectores medios. Es una tarea pendiente dentro de lo que estamos haciendo.
Por último, reitero lo que dije al comienzo. La bancada socialista va a votar a favor porque lo pidió la Presidenta Michelle Bachelet y hubo acuerdo respecto de las cifras. Pero en el campo de la protección de los trabajadores menos calificados y de los más afectados por la crisis, todavía es mucho lo que se puede hacer. No se trata de un problema de recursos, sino de contar con una política de protección para los menos calificados. Eso es parte de un modelo global de protección social.
He dicho.
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