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El señor ULLOA (Presidente accidental).-
Tiene la palabra el diputado señor Antonio Leal.
El señor LEAL .-
Señor Presidente , hubiéramos querido un reajuste del ingreso mínimo más significativo. Obviamente, nos habría gustado llegar a un acuerdo con la CUT en relación con los montos planteados por ésta. La CUT actuó con flexibilidad, pero su presidente no es parte de este acuerdo, que fue suscrito por parlamentarios de la Concertación. El proyecto se votó en la Comisión de Hacienda prácticamente por unanimidad, con una abstención.
En suma, hicimos un esfuerzo colectivo para aumentar el 2,5 por ciento inicial con el cual llegó el Ejecutivo a la Cámara de Diputados. Quiero ser muy claro en que la iniciativa no fue suscrita por la CUT, porque pretendía un reajuste mayor.
La bancada del PPD y otras apuntaban a un reajuste de 5 por ciento, lo que habría significado elevar el monto del ingreso mínimo a 167 mil pesos, pero en el marco de las negociaciones con el Gobierno y en virtud de la disposición de éste a abrirse a una fórmula nueva, que contemplara aumentos en las asignaciones familiares, se llegó a un monto de 165 mil pesos, que representa un aumento de 6 mil pesos. Se trata de un reajuste bajo, comparable sólo con el de 2003, que fue de 3,8 por ciento. En todos los demás años los reajustes han sido superiores.
Es importante, en primer lugar, que hayamos derrotado una fuerte presión de sectores del mundo empresarial que planteaban el congelamiento del salario mínimo.
Concuerdo con Arturo Martínez en el sentido de que la canasta básica de un trabajador que gana el salario mínimo es distinta de la de otros sectores, por lo cual esa canasta básica tiene un incremento mayor que el 1,6 por ciento, que es el cálculo del INE en materia de inflación durante los últimos doce meses, incluida la de julio próximo. Sobre dicho índice se basa la formulación de la política financiera del Ministerio de Hacienda en este tema.
Por tanto, un congelamiento del monto del ingreso mínimo habría significado la pérdida del poder adquisitivo. Lo que estamos logrando es recuperar dicha pérdida y avanzar en un incremento real del salario mínimo de 2,1 por ciento. Reitero que derrotamos el congelamiento planteado por algunos sectores empresariales.
El aumento del ingreso mínimo no es un tema banal, en primer lugar, porque compromete los ingresos de 400 mil trabajadores, que son los que menos ganan en la sociedad chilena. Muchas veces no existen otros ingresos en sus hogares. Por tanto, no aumentar, el monto de dicho ingreso significa profundizar la brecha entre riqueza y pobreza. Si no se entrega reajuste o se da uno menor, en materia de capacidad de recuperación habrá sectores de mayores ingresos que resistirán mejor la crisis, pero, a fin de cuentas, la redistribución del ingreso seguirá siendo profundamente negativa en contra de los sectores que reciben los menores ingresos en la sociedad chilena.
El ingreso mínimo tiene este efecto para los 380 mil o 400 mil trabajadores que lo perciben, número que ha aumentado, porque en el Congreso Nacional aprobamos una ley virtuosa, por la cual se igualó el salario base al salario mínimo, lo que significó un aumento de la gente que gana el ingreso mínimo. Cabe recordar que antes había gente que ganaba menos, porque a algunos trabajadores se les pagaba 40 mil pesos más comisiones y, al final, obtenían 80 mil o 90 mil pesos mensuales en distinguidas y conocidas farmacias o en supermercados. Hoy, ellos ganan el salario mínimo.
El aumento de este universo de gente que gana el ingreso mínimo tiene una repercusión respecto del resto de los salarios. Por eso, es importante la dinámica que se crea con el aumento del ingreso mínimo.
Tenemos una diferencia de percepción con el Gobierno respecto de lo que significa este aumento. El Gobierno puso énfasis en el desempleo. Es decir, en la medida en que se aumenta el ingreso mínimo, se coloca en riesgo el empleo o se genera un cuadro de mayor desempleo. Tengo dudas al respecto. La entrega de los bonos de 40 mil pesos por carga -uno en marzo y el otro, en agosto-, significan colocar recursos en la sociedad, particularmente en los más pobres, para que la gente vaya al mercado y reactive la economía. Los créditos, la baja de tasas del Banco Central, que espero que se transmita a los clientes; los bonos y el conjunto de políticas que el Gobierno ha impulsado tienen como objetivo colocar más recursos para fortalecer el crecimiento de la economía y, con ello, el empleo. Si este criterio lo aplicara al ingreso mínimo, en el sentido de que su monto sea un poco mayor -ninguno de nosotros ha planteado un ingreso mínimo desmedido; ni siquiera la CUT, en las últimas conversaciones, planteó una cifra inalcanzable-, tendría un efecto positivo desde el punto de vista de que más chilenos accederían a una mayor cantidad de recursos para entrar en el mercado. Debemos pensar en el efecto positivo de los 40 mil pesos por carga familiar que se entregaron en marzo, dinero con el que muchas mamás pudieron comprar útiles escolares y uniformes, y pagar las matrículas. Es decir, con esos 40 mil pesos fueron al mercado y reactivaron el comercio. Eso se nota cuando se produce un efecto tan masivo, pues se trata de 2 millones de personas.
Vamos a aprobar el proyecto, porque hay un acuerdo en torno de los 165 mil pesos. Tal vez, el elemento más importante que nos lleva a aprobar el reajuste del monto del ingreso mínimo, pese al aumento tan contenido como el que observamos este año, es el aumento significativo de las asignaciones familiar y maternal. Se extiende el universo de trabajadores que las percibirán y habrá un aumento de 11,5 por ciento por carga para quienes ganan hasta 170 mil pesos. Es decir, con el aumento del tramo, hemos aumentado el universo en alrededor de 200 mil trabajadores. Por lo tanto, se pasa de 5.700 a 6.500 pesos. Hay un retoque para el resto de las asignaciones, pero en lo que acabo de señalar se concentra el mayor impacto, lo que fue solicitado con mucha fuerza por la CUT.
Por último, es importante lo señalado por muchos colegas, incluso por los diputados Dittborn y Von Mühlenbrock , en el sentido de que estos trabajadores no tienen capacidad de negociación. Eso nos hace reclamar en esta Sala, en el momento en que vamos a votar el proyecto en estudio, que el Gobierno envíe a tramitación el proyecto de ley para aumentar el número de trabajadores con capacidad de negociación colectiva y que otorgue mayor derecho a la sindicalización. Espero que el Gobierno, a través de la ministra Serrano y del ministro Velasco , envíe el proyecto de negociación colectiva, de manera de reforzar la capacidad de negociación. Hablaríamos en otros términos sobre el monto del ingreso mínimo si se contara con negociación colectiva extendida para todos los trabajadores de Chile.
He dicho.
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