
-
http://datos.bcn.cl/recurso/cl/documento/640606/seccion/akn640606-po1-ds8-ds20
- bcnres:esParteDe = http://datos.bcn.cl/recurso/cl/documento/640606
- bcnres:esParteDe = http://datos.bcn.cl/recurso/cl/documento/640606/seccion/akn640606-po1-ds8
- bcnres:tieneCalidad = http://datos.bcn.cl/recurso/cl/cargo/1
- bcnres:tieneEmisor = http://datos.bcn.cl/recurso/persona/3494
- rdf:value = " La señora ALLENDE (doña Isabel).-
Señor Presidente , en nombre de nuestra bancada, me sumo al apoyo anunciado a este proyecto de naturaleza acotada. Como ya se ha explicado, su idea fundamental es establecer un incentivo tributario para financiar sistemas solares térmicos que sirvan para abastecer de agua sanitaria, calentada con energía solar, a los hogares de las familias de menores y medianos ingresos.
No sé si se conoce la cantidad exacta de viviendas que van a beneficiarse. Sería interesante conocer ese dato. Aprovecho de saludar al ministro Tokman, presente en esta Sala. Sin embargo, también se debe estudiar la posibilidad de beneficiar a aquellas casas ya construidas y que necesitan reparación. En este momento casi no hay ningún edificio o casa que esté usando energía solar. Se trata de casos muy aislados. Generalmente, es utilizada por gente de altos ingresos y que tiene una segunda casa, pero, reitero, es difícil encontrar esta tecnología en nuestras regiones y en Santiago. Por consiguiente, hay que explorar la posibilidad de establecer algún estímulo para cambiar los sistemas que hoy utilizamos, como leña o petróleo, que son tremendamente contaminantes, y avanzar en la línea de este proyecto.
Por otra parte, coincido con los colegas en que esta iniciativa es relevante por la señal que entregamos como país. Es importante comenzar a invertir cada vez con más seriedad y profundidad, con recursos, investigación, innovación e información en energías renovables no convencionales. Lamentablemente, a partir de la reducción del suministro de gas, nos vimos en la necesidad de autorizar, para contar con energía, el funcionamiento de centrales termoeléctricas, algunas alimentadas con carbón y otras con diésel, las cuales nos han sacado de apuro en un momento extraordinariamente difícil, pero tienen un alto costo para la calidad de vida, por la contaminación que provocan.
Lamento mucho que se haya aprobado la ampliación de la central termoeléctrica Guacolda, que utiliza petcoke, porque seguirá contaminando aún más el valle del Huasco.
Me preocupa -lo he expresado otras veces en esta Sala- que se sigan aprobando proyectos termoeléctricos, con carbón o diésel, pues continúan contaminando zonas que ya están bastante saturadas. Además, en el caso del carbón, se produce otro efecto, la contaminación marítima, porque en los puertos se realiza su carga y descarga y se utiliza el agua para enfriar. Esto tiene inmediata repercusión en nuestra fauna marina, y es una situación lamentable que estamos viviendo en la Región de Atacama.
Pero quiero poner énfasis en la señal que damos, porque si bien hoy este tipo de energía tiene un uso acotado, es interesante. Un país como Chile, que tiene carencia energética y que no es autosuficiente, debe usar la eficiencia energética. En ese sentido, felicitamos la campaña iniciada por la Comisión Nacional de Energía y el Ministerio de Vivienda de entregar en los hogares ampolletas que ahorran energía, que ha tenido un efecto inmediato. Eso nos demuestra que también se debe seguir profundizando en esa línea. Como país, debemos tomar conciencia de lo que significa el ahorro de energía.
Cuando hablo de dar una señal, me refiero a que el país debe avanzar mucho más en el uso de energías renovables no convencionales. No entendemos por qué no se destinan mayores recursos para explorar más a fondo el uso de la energía solar, con paneles fotovoltaicos, en una región como la de Atacama, que registra probablemente el mayor número de días despejados y con sol en el mundo. Por ello, es impensable que no estemos utilizando a fondo ese recurso. Sé que la energía solar aún tiene un costo elevado, en comparación con la hidroeléctrica u otras, pero en el mediano y largo plazo, dicho costo irá bajando y las tecnologías mejorando.
Por su intermedio señor Presidente , concretamente solicito al ministro dar estímulos, entregar recursos y conseguir que se invierta en paneles solares. Me duele que las inversiones en la Región de Atacama tengan que ver con centrales hidroeléctricas o con grandes proyectos mineros de oro o de cobre, que conllevan grados de contaminación y perjuicio para el medio ambiente y constituyen un atentado contra la comunidad y su entorno, porque no siempre las mitigaciones son suficientes y, lo que es más grave, se extrae una riqueza sin siquiera dejar una compensación adecuada. ¡Para qué decir en términos de empleo! El compromiso debería ser de emplear a la gente de la zona, ya que se extrae su riqueza; pero, reitero, ni siquiera eso ocurre.
En concreto, este proyecto, que es acotado, lo vamos a aprobar. Felicitamos al Gobierno, porque nos parece positivo. Sin embargo, queremos que sus beneficios se extiendan a las construcciones ya existentes y que esta iniciativa se transforme en la señal de que este país se toma en serio el tema energético.
Vivimos en una región donde existe desequilibrio energético, pues, por ejemplo, hay países que tienen mucho gas, como Bolivia, pero que, por razones históricas, no podemos abastecernos con él. Con urgencia, Chile requiere un sustento energético, una respuesta adecuada en la materia si pretende mantener los grados de desarrollo que ha tenido antes de la crisis.
Si no somos capaces de asegurar la energía y el recurso hídrico adecuado, las potencialidades de nuestras regiones, particularmente la de Atacama, se vuelven nulas. Espero que esta vez el Gobierno dé más señales, invierta más y comprenda que, aparentemente, el costo de este tipo de energía es más caro, pero termina siendo un ahorro, en salud y calidad de vida. El uso de energías renovables y que son menos contaminantes, nos permitirá tener una mejor calidad de aire. No podemos seguir entregando, como respuesta inmediata, termoeléctricas con carbón o diésel.
Termino diciendo algo que es polémico. El país no puede cerrarse a estudiar, en profundidad, otras alternativas, incluida la energía nuclear.
Debemos estudiar seriamente si es viable, sus consecuencias y beneficios. Es una energía usada por casi todos los países vecinos de la región y el mundo desarrollado. Obviamente, Chile es un país sísmico y requiere estudios más minuciosos, pero no podemos estar cerrados a explorar la posibilidad.
Lo más grave que nos puede ocurrir mañana es no tener respuesta, para el crecimiento, particularmente, para las necesidades de consumo de la población.
He dicho.
"
- bcnres:tieneTipoParticipacion = bcnres:Indicacion
- rdf:type = bcnres:Participacion
- rdf:type = bcnres:SeccionRecurso