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- rdf:value = " CONSECUENCIAS ECONÓMICAS EN EL SECTOR EXPORTADOR POR VARIACIÓN NEGATIVA DEL TIPO DE CAMBIO. Proyecto de acuerdo.El señor VARGAS ( Presidente en ejercicio).- Esta sesión ha sido citada a petición escrita de 42 honorables diputadas y diputados, con el objeto de “analizar las serias consecuencias económicas que ha producido al sector exportador nacional, entre otros elementos, la variación negativa del tipo de cambio de la divisa estadounidense, a fin de que las autoridades respectivas puedan entregar su visión en esta materia y en conjunto consensuar bases de arreglo para mitigar el daño producido a este sector”.
Han sido citados a la sesión los ministros de Hacienda , señor Andrés Velasco Brañes, y de Economía, señor Hugo Lavados Montes.
Está presente el ministro de Economía , quien nos ha informado que el ministro de Hacienda concurrirá a la sesión más tarde.
El tiempo previo de quince minutos, contemplado en el artículo 74 del Reglamento, corresponde al Comité de la Unión Demócrata Independiente.
Tiene la palabra el diputado señor Alejandro García-Huidobro.
El señor GARCÍA-HUIDOBRO.- Señor Presidente , sería muy conveniente contar desde ya con la presencia del ministro de Hacienda para que, tanto él como el ministro de Economía , escuchen las consultas y las exposiciones que realizarán las distintas bancadas sobre la evolución experimentada por el tipo de cambio, situación que está afectando la competitividad de nuestro país y, en particular, al sector exportador.
Por eso, antes de iniciar mi intervención, consulto a la Mesa si es posible saber a qué hora llegará el ministro de Hacienda , porque es importante que escuche directamente nuestras consultas, sin esperar que termine la discusión del proyecto sobre gobiernos corporativos en el Senado.
Me gustaría saberlo antes de iniciar mi intervención, porque sería conveniente que ambos ministros y los diputados analizáramos en conjunto los problemas que está causando el tipo de cambio.
Gracias, señor Presidente.
El señor VARGAS ( Presidente en ejercicio).- Señor diputado , el ministro de Economía nos explicó que el ministro de Hacienda se encuentra en el Senado participando en la discusión de un proyecto.
Ahora bien, esta sesión fue solicitada por los diputados de la UDI y su señoría decidirá si ocupa o no el tiempo previo de 15 minutos.
El señor GARCÍA-HUIDOBRO.- Señor Presidente , ése no es el punto. Efectivamente pedimos la realización de esta sesión y que se citara al ministro de Hacienda porque consideramos fundamental que esté presente. Ahora, si no es posible, le pido que suspenda la sesión hasta que el ministro pueda concurrir a la Sala.
El señor JARAMILLO.- Pido la palabra.
El señor VARGAS (Presidente en ejercicio).- Tiene la palabra el diputado señor Enrique Jaramillo.
El señor JARAMILLO.- Señor Presidente , sin perjuicio de que tal vez le interese mi opinión al diputado García-Huidobro , podría ser pertinente que el ministro de Economía , debido a que está en antecedentes del tema que trataremos y de las preguntas que le formularemos, exponga sobre el comportamiento de la divisa estadounidense en el sector exportador, principalmente.
El señor VARGAS ( Presidente en ejercicio).- Señores diputados, voy aprovechar de informar que recibimos una comunicación del presidente del Banco Central , quien está fuera del país. Él no fue citado, sino invitado a esta sesión, además, con muy poca antelación.
Por lo tanto, su ausencia la damos por absolutamente superada. Lo conversamos con los Comités de su bancada, diputado García-Huidobro.
El ministro de Hacienda, que fue citado a esta sesión, como se ha dicho está en el Senado. Al respecto, puedo suspender la sesión hasta por 15 minutos para intentar que venga a esta Sala.
Si dentro de ese lapso no llega, la alternativa es seguir adelante con la sesión o levantarla, con el acuerdo unánime de los señores diputados.
En consecuencia, voy a suspender la sesión por 15 minutos.
-Transcurrido el tiempo de suspensión:
El señor VARGAS (Presidente en ejercicio).- Continúa la sesión.
Tiene la palabra el diputado señor Urrutia.
El señor URRUTIA.- Señor Presidente , pido que cite a reunión de Comités.
El señor VARGAS ( Vicepresidente ).- Cito a reunión de Comités.
Se suspende la sesión.
Transcurrido el tiempo de suspensión:
El señor VARGAS (Vicepresidente).- Continúa la sesión.
Tiene la palabra el diputado señor Alejandro García-Huidobro.
El señor GARCÍA-HUIDOBRO.- Señor Presidente , al parecer hubo un error en la agenda del ministro de Hacienda , quien pensó que la sesión comenzaría a las 16.30. Entendemos perfectamente la situación, por lo que damos por superado el impasse.
Esta sesión, motivada en una presentación de 42 diputados, tiene por objeto analizar la situación de competitividad del país, en particular en relación con la posición adoptada por Chile de ser una potencia agroalimentaria y un país desarrollado que mira al mundo.
Nuestra economía es abierta, competitiva e integrada al resto del mundo. Sin embargo, la política cambiaria no acompaña las decisiones adoptadas por el país. En los últimos cinco años las tendencias han sido claras: el ritmo de crecimiento en los sectores transables ha ido sistemáticamente a la baja, desde prácticamente el 7 por ciento anual, a fines de 2004, hasta una tasa negativa de casi 1 por ciento en 2008, todo ello a pesar de las excepcionales condiciones de la economía mundial y del boom del precio del cobre en los años previos a la crisis.
Por su parte, los sectores no transables -el comercio, la energía, la construcción, la banca, los servicios básicos- han crecido en torno al 5 por ciento.
En los últimos cuatro años el tipo de cambio real ha caído sistemáticamente a un ritmo similar al del producto interno bruto de los sectores transables. El cuarto trimestre de 2008 el dólar quebró su tendencia y recuperó en algo su valor. Sin embargo, la venta de dólares para financiar el déficit fiscal vuelve a botar el tipo de cambio desde el primer trimestre del presente año. Considerando las proyecciones sobre la inflación y el tipo de cambio realizadas por expertos para el resto del año, da la impresión de que esta tendencia se podría acentuar.
Si queremos un país que retome su crecimiento económico, es imprescindible que el tipo de cambio retome, cuanto antes, su valor de equilibrio, sobre todo en el largo plazo.
Distintos economistas han planteado que este valor no podría estar bajo los 600 pesos. Es cuestión de observar que la economía creció a tasas promedio en alrededor del 8 por ciento en el período 1987-1996, cuando el tipo de cambio real, calculado por el Banco Central, se acomodó en valores promedio de 100 puntos. Durante la década siguiente la situación fue muy distinta: el promedio de crecimiento cayó a menos del 4 por ciento, con un índice de cambio real cercano a 90 puntos, mientras la economía del mundo mostraban las tasas de crecimiento más altas del último tiempo.
Nuestra historia es bastante especial. En los años 30, durante el gobierno del general Ibáñez, Chile fue el último país en abandonar el patrón oro, lo que se tradujo en una caída record del producto geográfico bruto: 45 por ciento. Luego, tuvimos la crisis del año 82, alimentada por una fuerte presi��n política interna y como el país había resuelto conquistar los mercados internacionales, fijó un tipo de cambio que afectó a muchas empresas hasta el día de hoy. ¡Y qué decir de lo que fue la crisis asiática!
En todos los casos que se adoptaron decisiones perjudiciales para el sector exportador, los resultados fueron menos empleo y menos posibilidades para convertir al país en potencia agroalimentaria. Al final, se optó por bajar la inflación, pero los platos rotos, como siempre, los pagaron los sectores exportadores.
En cualquier situación, las miradas deben ser de largo plazo. El sector exportador es fundamental para el desarrollo, pero si no cuenta con un tipo de cambio que le permita ser competitivo, será difícil y demoroso continuar en la senda de conquistar los mercados internacionales.
Por su intermedio, señor Presidente , pregunto a los ministros de Hacienda y de Economía , ¿somos un país comprometido con el sector y el desarrollo exportador? ¿Entre el Banco Central y el Ministerio de Hacienda existe coordinación y acuerdo para que nuestro país se comprometa con el sector exportador?
Hay que tener presente lo que ocurre con cualquier venta relevante de dólares. El mismo día que el Ejecutivo anunció la venta de 4 mil millones de dólares, bajó el valor del dólar entre veinte y cuarenta pesos.
El Banco Central no debe considerar como su único objetivo el control de la inflación, sino que también debe incorporar el desarrollo armónico y el empleo.
Todo eso ha contribuido a profundizar las expectativas negativas del sector exportador nacional y a debilitar las posibilidades de ser una potencia alimentaria.
Se habla del promedio histórico del dólar, pero las cifras sirven para todo. Depende de los años que se consideren para determinarlo, diez, cinco o cuatro. Lo claro es que la tendencia del tipo de cambio es a la baja, ello significa que nuestro país posterga su potencial de desarrollo y lleva a cientos, posiblemente a miles de pequeños y medianas y, a lo mejor, también a grandes empresas a cerrar sus puertas, ocasionando mayor desempleo, como sucede en la actualidad.
Por eso, lo importante es definir qué queremos: un país que siga conquistando los mercados del mundo, con un tipo de cambio que incentive nuestras exportaciones, o un país mediocre, sin afán de conquista, lo que significa entregar a otros países esos mercados que todos los chilenos, con mucho esfuerzo, añoramos conquistar.
Espero que la mayor cantidad de diputados exprese sus inquietudes. Anuncio que diputados de las distintas tendencias políticas hemos presentado un proyecto de acuerdo para que el Gobierno tome cartas en el asunto, a fin de que el tipo de cambio sea esa palanca de desarrollo que requiere nuestro país para conquistar los mercados del mundo lo que desde hace mucho tiempo espera. Ello le permitirá salir de la pobreza y del subdesarrollo.
He dicho.
El señor VARGAS (Presidente en ejercicio).- En el resto del tiempo previo, tiene la palabra el diputado señor Javier Hernández.
El señor HERNÁNDEZ.- Señor Presidente , esta es una buena ocasión para hablar con los ministros que manejan nuestra hacienda pública y la economía, sobre todo para quienes representamos sectores, como los del sur del país, que no tienen oportunidad de conversar cara a cara con las autoridades económicas.
Hace un tiempo señalé en esta Corporación que la crisis económica mundial acarrearía particulares y desastrosas consecuencias para la agricultura nacional; lamentablemente ha sido así y la situación, que permanece en el tiempo, se agrava, sobre todo con la baja del precio del dólar, lo que es simplemente devastador para el sector exportador.
Dicho eso, quiero aprovechar esta sesión para exponer sobre la situación de los productores de leche.
La Comisión de Agricultura de la Cámara de Diputados acordó apoyar oficialmente la aplicación de salvaguardas provisionales y definitivas que presentará Fedeleche en un par de semanas, en representación de los productores de leche de Chile, en contra de la importación de leches con ventajas arancelarias motivadas en subsidios directos y específicos que distorsionan el comercio internacional. Nos referimos a Uruguay, Argentina, Brasil y, recientemente, Estados Unidos, que están otorgando subsidios directo a sus productores de leche y los nuestros están quedando en la indefensión.
Para primavera se prevé una crisis mucho más profunda, con consecuencias de características de irreversibles para el sector lechero nacional. Esto, sumado a la intervención del Banco Central, que redundó en la baja del valor del dólar, a los desafíos e incertidumbres que empiezan a pender sobre nuestras cabezas, es indicativo de un problema atroz para el sur de Chile.
Por eso, pido a las autoridades económicas que nos acompañan que tengan especial preocupación por toda la agricultura de nuestro sur y particularmente por el sector lechero nacional, que está empezando a correr la misma suerte de los exportadores de carne, fruta y salmón.
He dicho.
El señor VARGAS (Presidente en ejercicio).- Tiene la palabra el diputado señor Sergio Correa.
El señor CORREA .- Señor Presidente , en muchas ocasiones hemos contado con la presencia del ministro de Hacienda en esta Sala y siempre lo hemos felicitado por el acierto de ahorrar en épocas de vacas gordas para tiempos de vacas flacas, lo que ha permitido paliar los efectos de la actual crisis económica. Sin duda, es un tremendo mérito del ministro de Hacienda .
Sin embargo, al sector exportador le preocupa el camino escogido por el Gobierno para financiar la red de protección social que implementó: licitar 4 mil millones de dólares para hacer frente a ese gasto extraordinario, que aunque absolutamente necesario, puede redundar en un importante aumento de la cesantía; es decir, se opta por el camino de desvestir a un santo para vestir a otro.
Sin duda, esta medida incide fuertemente en la valorización de nuestra moneda, es decir, en la caída del dólar, que hoy se cotiza entre 550 y 548 pesos, lo que está afectando mucho nuestras exportaciones, algo que, por la crisis, también sucede con el valor de nuestros productos frutícolas especialmente, que ha sufrido una baja del 30 ó 40 por ciento en comparación con el precio de un año normal.
Todo ello ya se nota en los índices de cesantía de la zona central. En la provincia de Curicó, en el trimestre febrero-abril, el de-sempleo aumentó de 6 por ciento a 10,2 por ciento; es decir, más de 4 puntos. No me cabe la menor duda de que ese índice de cesantía bordeará el 15 por ciento en el trimestre que vivimos.
Investigadores del Banco Mundial estiman que Chile ocupa el undécimo lugar en un ranking de crecimiento del ingreso entre 1980 y 2007, con un aumento de 144 por ciento; es decir, Chile se ubica dentro de los países emergentes más exitosos, como China, Corea , Tailandia, India , Indonesia , Malasia , que si mantienen su ritmo de crecimiento, lograrán ser desarrollados en breve plazo.
Pues bien, el dinamismo que ha demostrado Chile durante todos estos años lo ha dado principalmente el sector exportador y, entre ellos, el frutícola. Hasta fines de los 70 y principios de los 80, hablar de agricultura era sinónimo de cultivos, ahora denominados tradicionales, como cereales, leche carne. Las frutas y las hortalizas eran producidas para el consumo interno. Se produjo un quiebre al mirar la fruta como un producto exportable. A partir de allí, como el señor ministro lo sabe, los campos de la zona central se cubrieron de manzanas, kiwis, cerezos, parronales, se introdujo alta tecnología y se optimizaron los rendimientos de fruta, la que se comenzó a exportar a Estados Unidos y Europa, y luego, con los tratados de libre comercio, a todo el mundo.
Cada vez que se firma un nuevo tratado de libre comercio, los diputados y el Ejecutivo hablan mucho de la posibilidad cierta de que Chile se convierta en una potencia agroalimentaria; pero para que ello ocurra, es absolutamente imprescindible que el gobierno tenga una política cambiaria que permita exportar a un precio que cubra los costos.
He dicho.
El señor VARGAS (Presidente en ejercicio).- Tiene la palabra el diputado señor Pablo Lorenzini.
El señor LORENZINI.- Señor Presidente , en esta sesión se pretende caminar en términos políticos, pero también en términos técnicos, lo que es bastante complicado, porque a veces metemos todo en el mismo saco, pero la verdad es que hay que desmenuzar un poco la situación para arribar a los efectos reales que produce el tipo de cambio y las medidas que debemos adoptar.
Al observar un cuadro que contiene el tipo de cambio nominal en los últimos diez años, podremos comprobar que el precio del dólar en junio de 1999 era de 500 pesos y que ahora fluctúa entre 542 y 543 pesos; que en 2002 y 2003 se produjeron alzas que llevaron el precio del dólar hasta 750 pesos, y el peak del año pasado fue 560 pesos. O sea, en general, uno podría decir que el tipo de cambio nominal no ha tenido una gran variación en diez años.
Si analizamos las cifras relacionadas con el tipo de cambio real y también consideramos el yen, el euro y a otras monedas que tienen importancia para nuestro comercio, concluiremos que tampoco se advierte una gran variación en diez años. Incluso, mis datos indican que el tipo de cambio real es mayor hoy que antes de la crisis, es decir, del año pasado.
Por otra parte, las cifras relacionadas con el tipo de cambio promedio histórico son muy parecidos a los que hemos tenido en los últimos diez años.
Por lo tanto, desde un punto de vista formal, los tres tipos de cambio, real, nominal y promedio histórico, muestran cifras más o menos parecidas, con sólo algunas variaciones intermedias.
Por lo tanto, ¿de dónde viene el problema? De la inestabilidad de este tipo de cambio, de la variación interanual, no del promedio, no del largo plazo, sino que de las variaciones coyunturales, que, evidentemente, tienen un efecto negativo en algunos sectores económicos de nuestro país.
Por lo tanto, esto mismo me lleva a pensar que no tiene mucho sentido hablar de cifras globales de las diferentes áreas económicas en relación con el tipo de cambio, sea real, nominal o promedio histórico. Lo que debemos hacer es comparar tipos de cambio con sectores afectados. Entonces, uno comenzará a preguntarse si se ven sectores afectados por el tipo de cambio. La respuesta es que no se ven en la minería ni en la celulosa-forestal; pero sí en algunos de la agricultura, por ejemplo, en la fruticultura y otras producciones.
Alguien me dijo en una conversación que sostuve ayer que si disminuyen las inversiones en el sistema subsectorial metalmecánico, éste no podrá producir; pero ello se debe más bien al efecto que produce de la baja en la producción.
Entonces, si uno sigue analizando la situación de esa manera, se empieza a enredar, ya que no se puede decir que el precio del dólar impacta en todo el sector económico. Es efectivo que el tipo de cambio, más que el dólar, tiene efectos globales, ya que coincide en todos los sistemas; pero no podemos aplicar medidas generales, porque también causa efectos positivos, pues un tipo de cambio, ya sea con un peso alto o débil, favorece a algunos sectores y perjudica a otros. En consecuencia, me parece que no corresponde hablar de que el tipo de cambio produce efectos globales.
Al respecto, debemos hacer un ejercicio mucho más técnico. El Gobierno, a través de su ministro de Hacienda , nos podría ilustrar el efecto del tipo de cambio por sectores y subsectores. Incluso más, no sé si tenemos las cifras, pero me gustaría ver ese impacto por regiones, ya que por el tipo de cambio que estamos utilizando, algunas sufren más consecuencias que otras. Además, habría que considerar las exportaciones tradicionales y las no tradicionales, que también sufren efectos diferentes, según el tipo de cambio aplicado.
Reitero, es bastante complejo hablar en términos generales. Comparto lo dicho por el diputado Correa de que debemos tener una visualización futura de la política de tipo de cambio que tenemos que adoptar, tal como lo hicimos con el superávit estructural, el cual se estableció en 1 por ciento, después de un estudio, bajó por ley en medio punto y alguien podría pensar que la ley de Presupuestos para el próximo año lo llevaremos a cero, lo que impacta en las actividades que se están desarrollando en los ministerios y lleva a preguntarse sobre el Presupuesto que tendremos para 2010. Unos dicen que debemos tener un presupuesto equilibrado, un poco más relajado que el de 2009. Esto, obviamente, contempla la tasa de tipo de cambio respecto de esas proyecciones. Además, el presupuesto en dólares es bastante potente también, ya que tenemos todo lo relacionado con la minería.
En ese sentido, sería bueno tener una visión del Gobierno, el que, aun cuando está terminando, al menos dejaría esas políticas para el próximo año, porque estas situaciones van más allá de un gobierno; son temas estructurales que tienen que ver con nuestra empresa o actividad nacional. Debemos tener la visualización del gobierno sobre las políticas del tipo de cambio hacia el futuro y saber si está dispuesto a adoptar alguna acción. Pero eso escapa a las medidas de Hacienda.
Tengo aquí el último reporte del Banco Central, del 9 de julio, que dice que “las perspectivas de crecimiento global para este año se han estabilizado”, que “los indicadores financieros dan cuenta de una mayor incertidumbre” y que, por lo tanto, va a fijar algunas políticas; el nivel más bajo de la tasa de interés, la TPM, de medio punto, que no se conocía en la historia. El reporte agrega que, además, hacia futuro, la entidad va a establecer “una facilidad de liquidez a Plazo” para la banca, va a ajustar “el plan de emisiones de Pagarés Descontables del Banco Central” y, lo que para mí es más importante, va a suspender por el resto del año 2009, “la emisión de títulos de deuda a plazo iguales o superiores a un año,”. Incluso, uno podría proyectar hasta dos años. O sea, el Banco Central da un piso y establece reglas a mediano y largo plazo.
Creo que en eso le estamos fallando a las pymes, que no tienen las características de las multinacionales, que pueden contratar un seguro de cambio o tener analistas y asesores de alto nivel. Quizás, un ex parlamentario o un futuro parlamentario estén asesorando. Evidentemente, no es el know how que tiene la pequeña empresa exportadora, la pyme agrícola.
Una política y una visualización a largo plazo, ¿va a permitir a las pequeñas empresas, si bien no acceder a esos seguros, porque no tienen financiamiento, buscar paliativos? Aquí es donde el Gobierno puede adoptar otro tipo de medidas. ¿Qué va a pasar con las pymes? Las que no exportan compiten con las importadoras, lo que implica valores que significan menos productividad, menos venta y menos empleo. Se complican. Y si no conocen las técnicas proyectivas ni tienen una visión genérica que las conduzca, no pueden hacer evaluaciones a futuro. Entonces, se van manejando día a día, mes a mes; por último, trimestre a trimestre, con el riesgo de que el precio del dólar suba o baje. Ése es el impacto que provocó el anuncio de la venta de dólares, con lo que el pequeño empresario se asusta, porque no tiene los parámetros ni los asesores que poseen otras empresas. Se ve al descubierto y se provoca una pequeña corrida, como ha pasado en la historia del país con esos anuncios, ya que el dólar tiende a bajar fuertemente.
En la práctica, corregido aquello, y si el Gobierno tiene las facilidades para explicar lo que está haciendo, clarificar sus políticas de mediano y largo plazo en lenguaje común, evidentemente, el dólar va a recuperar su tendencia normal.
¿Dónde estamos fallando? Tal vez, en las políticas que tienen que ver con el tipo de cambio. En parte, el Banco Central ha hecho su trabajo. Pero ¿cómo estamos con el acceso al crédito? Por más que el Banco Central baje sus tasas, la banca no lo hace; la banca sigue prestando a aquellos que no presentan riesgo, pero con las pymes no arriesga ni siquiera el Banco del Estado. Ante tal situación, uno dice que tal vez el tipo de cambio complica, salvo a algunos sectores específicos. Pero podemos entrar y lo hacemos en términos genéricos. El Banco Central coopera.
Habría que citar a la banca a una sesión especial para que nos informe cuál es el monto de sus utilidades en los últimos seis meses, cómo están subiendo en la bolsa por efecto de que esos créditos baratos, con una tasa asegurada a dos años -la más baja de la historia del país-, lo que no va a impactar a la pequeña y mediana empresa. No está el crédito. Al respecto, hay que tomar medidas adicionales.
¿Qué pasa con el acceso a mercados? Hay que ayudar a la pequeña empresa agrícola para superar las diferencias coyunturales del tipo de cambio. Por supuesto, en Latinoamérica hay países bastante proteccionistas y muy cercanos.
Una buena pregunta es dónde está el tipo de cambio de equilibrio. Si se autoriza al Ejecutivo a emitir 2.500 millones de dólares, entiendo que afuera, luego, ¿qué vamos a hacer aquí adentro?
A veces, ser demasiado pragmático en las acciones, tal vez con razón desde el punto de vista técnico-teórico, impacta en ciertos mundos, básicamente en algunos sectores agrícolas, lo que hace que se produzcan movimientos, porque la economía -no sólo las finanzas- no es sólo la suma y resta de uno más y uno menos; en economía y en finanzas lo que ocurre son los efectos de demostración, lo que la gente percibe, así sucede con el pequeño que no tiene conocimiento.
Cuando uno conversa con gente de la Asexma, o con el mismo señor Bown , se da cuenta de que hay visiones distintas; desde afuera, una visión clara de futuro, que es lo que nos gustaría pedir, pero, más que nada, medidas adicionales en créditos, en financiamiento, en know how, en acceso a mercados, en precaver competitividad externa o proteccionismo de otros países. Eso podría ayudar a tener una salida, y ojalá el próximo año se corrijan los valores y entremos a un mayor desarrollo, espero que sobre 3 por ciento.
He dicho.
El señor VARGAS ( Presidente en ejercicio).- Tiene la palabra el diputado señor René Manuel García.
El señor GARCÍA (don René Manuel).- Señor Presidente , cuando uno escucha a los colegas y a los exportadores, hay que preguntar, sobre todo ahora que están los ministros de Economía y de Hacienda: ¿queremos ser un país importador o exportador? Con el valor actual del dólar, es mucho más negocio que los agricultores no continúen la explotación de los campos y usen su dinero para importar. Es mucho más barato.
En consecuencia, con eso liquidamos al sector agrícola. Si el ministro analiza en profundidad, confirmará que las zonas con más cesantía, por extraña coincidencia, son aquellas respecto de las cuales el Gobierno se ha empeñado en decir que son nuestra potencia alimentaria, o sea, las agrícolas. Es decir, con la política del Gobierno, son las más perjudicadas.
Si el ministro es más suspicaz y me dice que no es así, le afirmo que la zona con más cesantía es la Quinta Región. Claramente, Valparaíso y San Antonio son puertos dedicados a mandar al exterior los productos de nuestros agricultores. Eso refleja que aquellos que exportan, no tienen ninguna rentabilidad para seguir manteniendo sus empresas.
Señor Presidente , por su intermedio, les digo a los señores ministros que cuando asumimos esa preocupación de los exportadores por el precio del dólar, en el fondo estamos defendiendo el trabajo y a la gente que quiere producir, a la que está dando su vida para sacar adelante el país. En la actualidad no podemos competir con la gente que importa, porque tal vez es mucho más barato traer productos desde el extranjero, lo que significa, lisa y llanamente, dar trabajo a los agricultores de Argentina, Paraguay, Uruguay , Brasil, que exportan carne a Chile, y no a nuestra gente.
Por lo tanto, cuando se está peleando por algo que aparentemente no es tan complicado, como defender un precio razonable para el dólar, estamos defendiendo el trabajo de miles de chilenos que en la actualidad no tienen ninguna posibilidad de exportar.
Hace algunos días, conversábamos con diputados de zonas agrícolas de todos los colores políticos. El problema no es producir, porque los exportadores saben hacerlo; lo que ocurre es que, reitero, lo que venden no les genera la rentabilidad suficiente para sustentar a sus empresas. Ése es el problema de fondo.
En consecuencia, la pregunta que debemos hacer es si los ministros de Hacienda y de Economía tienen un plan concreto para salvar a los sectores que dan más trabajo.
Estamos frente a una tremenda crisis debido a la situación cambiaria.
El ministro tiene la misión de resguardar el IPC y si le pregunto, no a él -tal vez no va al supermercado-, sino a la dueña de casa, si nota la baja del IPC cuando compra en el supermercado -de 0,3 por ciento, de 0 por ciento, o de menos 2 por ciento-, sin duda, su respuesta será negativa.
Por lo tanto, tener un dólar bajo hace mucho más ricos a los que importan que a los que generan empleos. Podemos hablar todo el día respecto de la agricultura y la gente que produce, pero no vamos a llegar a ninguna conclusión sobre el problema que les afecta si el ministro de Hacienda no nos da la solución. No entendemos qué quiere hacer el Banco Central. ¡Ésos son los problemas!
Por ejemplo, aquí se habló del sector lechero. Hoy día, los molinos no están comprando el trigo. No es que no queramos venderlo, simplemente no lo están comprando. Entonces, de qué potencia alimentaria me hablan, si estamos trayendo los productos del exterior y descuidando nuestras fuentes de trabajo. No sé qué habrá que hacer aquí para que tengan un precio razonable. Por extraña coincidencia, las zonas peak de las cosechas fueron las con más cesantía. ¿Qué significa eso? Que salía mucho más barato dejar que la fruta o algunos productos se pudrieran a cosecharlos. Ahí está clara la incidencia de lo que estamos tratando hoy día.
Por otra parte, la ministra Tohá no ha dejado al ministro escuchar lo que hemos debatido hoy. Es difícil hablar a oídos sordos. De ello se puede desprender que el ministro de Hacienda traía las respuestas antes de entrar a la sesión. Eso demuestra lo que ya he dicho, en el sentido de que el Gobierno no tiene ningún interés en mejorar el valor del dólar, en analizar la situación de la agricultura y en sacar adelante a la gente de trabajo, porque, a lo mejor, son más importantes las iniciativas sobre la píldora del día después o respecto del sistema binominal, que exista uno o dos millones de cesantes con esta política.
Antes de seguir hablando, haciendo planteamientos y gastar horas en esto, le pido al ministro de Hacienda , muy respetuosamente, por su intermedio, señor Presidente , que nos explique cuál es la política cambiaria del Gobierno respecto de los exportadores y el dólar, después podemos continuar este debate.
Voy a suspender mi discurso, para que el ministro, si lo tiene a bien, nos conteste y, luego, en un par de minutos, seguir el debate y terminar la sesión con la solidez necesaria, para que los exportadores puedan tener algún respiro.
He dicho.
El señor VARGAS (Presidente en ejercicio).- De acuerdo con el Reglamento, los ministros hacen uso de la palabra cuando lo estimen pertinente.
Tiene la palabra el diputado señor Ignacio Urrutia.
El señor URRUTIA.- Señor Presidente , si el ministro señor Velasco no quiere hablar, no queda otra alternativa que hacerle los planteamientos. Tomará nota y después nos contestará.
No es la primera vez que estamos en una sesión especial de Sala o de comisiones, tanto en la Cámara como en el Senado para tratar el mismo tema. ¡Ni hablar cuando su valor estuvo a 440 ó 430 pesos, pues ahí sí que el grito en el cielo que pegamos fue caballuno! Por lo menos, hoy, su precio no es tan bajo, pero, sin lugar a dudas, estamos ante un problema.
Tal vez, uno de los mayores problemas que tenemos con el dólar es la fluctuación de este tipo de cambio. Variaciones tan grandes provocan una incertidumbre gigantesca. En un momento dado, su precio llegó a 680 pesos, hoy está en 547,50. El año pasado bajó a 430 pesos. Es decir, en el último año y medio, ha variado desde los 430 pesos hasta los 680 pesos. ¿Quién puede invertir en un país con esa variación del precio del dólar? Esto es absolutamente insólito. Chile es el único país donde pasa una cosa así.
Salvo en el caso de algunos berries, el resto de las inversiones en la agricultura comienzan a producir en cuatro años o más.
¿En qué momento tomar la decisión con una variación del dólar tan gigantesca? Me parece que, para el problema de la fluctuación del dólar, habría que buscar algún mecanismo que signifique que el dólar se mueva en un rango menor al que lo hace hoy. También me parece importante que el ministro nos informe cuál es el dólar ideal para el Gobierno. ¿430, 550 ó 600 pesos? Me imagino que debe haber un dólar ideal. De lo contrario, esto no tendría razón de ser.
Señor Presidente , por su intermedio, quiero decirle al ministro que, por versiones de prensa, tengo entendido que cuando anunció la venta de los 4 mil millones de dólares, le pidió al Banco Central que se los comprara -ahí se nota que hay un esfuerzo de su parte por tratar de que estos dólares no salieran al mercado- y que el Banco Central le había dicho que no podía intervenir en esa materia, que respetaba su autonomía, y no los habría comprado. Pero en el caso de los cuarenta millones de dólares que se están vendiendo diariamente en el mercado, el Banco Central podría salir a comprar -no en forma directa-la misma cantidad o una parecida en el mercado, de manera de no provocar este exceso de dólares y así mantener el tipo de cambio más alto de lo que está hoy.
En mi opinión, el precio del dólar no debería ser menor a 600 pesos y tener una fluctuación entre 580 y 620 pesos, no más allá, para la seguridad de las inversiones futuras.
De repente el señor ministro nos ha dicho: “Cuando el dólar está alto, lo que tienen que hacer los exportadores es tomar un seguro.” No es nada fácil tomar un seguro. Quizá, los agricultores más grandes tengan mayor facilidad para hacerlo, porque, además, tienen un costo. Para un pequeño agricultor que hoy está exportando, contratar un seguro es lo más complicado que hay. No sabe ni siquiera por dónde partir para tomar un seguro. Se dice: “Por qué se quejan tanto, si en esta época no hay fruta, no se está exportando nada.” Resulta que, en esta época, llegan los retornos de lo que se vendió en la temporada pasada, y no llegan en euros ni yenes, sino en dólares. Se dice: “Pero si ustedes le están vendiendo a la Unión Europea en euros y a los países asiáticos en yenes.” No, pues, a todos los agricultores les pagan los retornos en dólares. Por lo tanto, no sirve de nada venderle a la Unión Europea o a los países asiáticos, porque les pagan exactamente igual en dólares. Reitero, hoy, precisamente se están recibiendo esos retornos y liquidando en el mercado a un precio mucho más bajo del que tenía el dólar hace tres meses, cuando se determinaron los costos. Es decir, se está perdiendo plata.
Las consecuencias no las vamos a ver este año y, tal vez, ni siquiera el próximo. Un dólar bajo significa menos inversión y, reitero, las consecuencias no las veremos ahora, sino en dos o tres años más.
Por eso, ministro , póngase la mano en el corazón y busquemos algún mecanismo que ayude, no sólo a los exportadores, sino también a los que sustituyen exportaciones.
He dicho.
El señor VARGAS (Presidente en ejercicio).- Tiene la palabra el diputado señor Eduardo Díaz.
El señor DÍAZ (don Eduardo).- Señor Presidente , con mi intervención quiero darle una perspectiva distinta a este debate y plantear unas preguntas generales relacionadas con la visión del ministro del rol subsidiario del Estado, en cuanto a las prioridades. Esto viene marcado por un movimiento social, campesino, se ha originado en la Araucanía en el último año, denominado “la mesa del trigo”. En verdad, me parece muy bien que los parlamentarios de zonas fruteras, exportadoras, planteen sus inquietudes; corresponde, dado el rol de representatividad que desempeñan.
En mi distrito, la mayoría de los campesinos complicados por el problema económico producen trigo, no exportan; por eso, piden ayudas prioritarias, como un bono de recuperación de suelos mínimo para poder sembrar, cosechar y, en definitiva, comer. Hoy solicitan medidas realmente urgentes.
Empezaron organizándose, porque se les dijo que la asociatividad sería premiada. Hace un año eran 18, hoy ya suman 18 mil personas.
La semana pasada marcharon 2.500 de ellos, pacíficamente, por las calles de Temuco provenientes de la costa, desde Toltén hasta Curarrehue, en la cordillera. Lo hicieron con mucho esfuerzo, pero, lamentablemente, no fueron recibidos en la Intendencia. Entiendo que en el Ministerio de Agricultura se ha escuchado a algunos.
Nuestra región registra una cesantía brutal. Sin embargo, vemos demasiado ímpetu a la hora de plantear formas de ayuda para aquellos sectores que, si bien se han visto complicados, no están en la situación que atraviesan los pequeños campesinos trigueros de la Región de La Araucanía.
En los sectores urbanos la cesantía, como dije, es brutal, y en los campos la gente ya no siembra. Antes sembraba una o dos hectáreas, hoy, media hectárea o, simplemente, nada, razón por la cual están migrando hacia los grandes centros urbanos.
Por otra parte, en Chile la gran empresa forestal es subsidiada por la vía de la bonificación a cada eucalipto y pino plantado gracias al decreto ley correspondiente, y ha crecido enormemente. Esto ha provocado un fenómeno social de magnitud.
En consecuencia, si no se toman medidas relacionadas con el tipo cambiario, inteligentemente, se podría terminar beneficiando sólo a algunos sectores. Con razón algunos fruteros buscan ayuda para solucionar esta situación complicada.
Por eso, me preocupa que se termine tendiendo la mano, con la plata de los impuestos de todos los chilenos, a los grandes, como las forestales, que han crecido desmesuradamente en la región. Me refiero al gran plantador de eucaliptos, que ha secado nuestra tierra y provocado problemas ecológicos y sociales, que le ha comprando su terruño al pequeño campesino, al pequeño productor de trigo.
Señor ministro, lamento que no escuche.
En verdad, lo que sucede es dramático, porque les está generando problemas, costos que después tendrá que asumir el fisco, con todas las dificultades de eficiencia que conlleva.
Atenderlos en los campos, antes de que los abandonen, le saldrá mucho más económico que pagarles subsidios de vivienda en las ciudades, o recogerlos en la pobreza dura, debajo de los puentes, de Temuco o de Santiago, donde terminan migrando.
Se ha generado un proceso social y económico a punta de incentivos estatales a los grandes -repito-, a los cuales usted, señor ministro , siempre les ha tenido las puertas abiertas, no así a los pequeños.
En definitiva, en los últimos diez años, se ha provocado un cambio en el panorama social de La Araucanía. Probablemente, empezó antes, pero se ha manteniendo en el tiempo, y ha generado un problema que amenaza la paz social. Al respecto, uno se pregunta por qué gente pacífica, que ha planteado sus problemas y ha pedido bonos de recuperación de suelos para sembrar y bajar el costo de los insumos agrícolas, no es escuchada ni atendida.
Enfrentan un problema agudo, pero han marchado pacíficamente por Temuco. Pareciera que hay que esperar acciones violentas, que incendien las ciudades, para que recién se den cuenta de lo que están generando con estas medidas.
No es a los grandes a quienes se debe ayudar con medidas de este tipo; los eucaliptos no van a resolver el problema. Es a los pequeños agricultores de la región a quienes se debe socorrer.
He dicho.
El señor SÚNICO (Vicepresidente).- Tiene la palabra el ministro de Hacienda.
El señor VELASCO, don Andrés ( ministro de Hacienda ).- Señor Presidente , en primer lugar, debo afirmar, sin ninguna duda, que la competitividad de la economía y el tipo de cambio son materias muy importantes.
Chile es un país pequeño: tenemos 16 millones de habitantes y un PIB de 150 mil millones de dólares. Por lo tanto, nuestro destino es exportar; además, las exportaciones nos han hecho crecer. Indudablemente, un país más abierto y que exporta más, es más próspero.
¿Cuál es el gran golpe que ha sufrido la economía chilena en los últimos doce meses? La caída del valor de nuestras exportaciones, no por razones de política nacional ni por decisiones que hayamos tomado en Chile, sino por la sencilla razón de que la economía mundial está en una contracción feroz. Si comparamos el primer semestre de este año con el del año pasado, ha caído 38,1 por ciento, pero no en función del dólar ni de ninguna decisión nacional, sino, básicamente, por la evolución de la economía mundial.
De tal evolución, es bien notable constatar que de los 38 o casi 39 puntos de reducción, 37 es precio y menos de 2 es cantidad.
Dicho de otro modo, es bastante notable observar cómo, a pesar de la recesión internacional, a pesar de la menor demanda y de las fluctuaciones en todo tipo de precios -de venta, de insumos y otros-, las exportaciones chilenas, en volumen, se han mantenido casi constantes durante esta crisis, historia que no pueden contar muchos países del mundo.
En segundo lugar, me preguntan cuál es la política de tipo de cambio de Chile.
Entre paréntesis, la facultad en cuanto a políticas de tipo de cambio, en Chile, es del Banco Central, no del Ejecutivo, y ha sido muy sencilla: el tipo de cambio flota, fluctúa. Lo mismo ocurre con los precios, porque somos una economía en que, básicamente, los determina el mercado.
Lo que hace la política monetaria, la política financiera y la política fiscal es fijar ciertos fundamentos, dentro de los cuales se mueve el tipo de cambio.
Indudablemente, en los últimos cuatro años los fundamentos de política fiscal han estado orientados hacia la competitividad.
Digámoslo así: si el Gobierno hubiese hecho caso a lo que muchos le decían, y el 2006, el 2007 o el 2008 hubiera gastado todos los ingresos del cobre, les aseguro que en ese momento el tipo de cambio en el mercado no habría sido bueno para los exportadores, ni habría sido celebrado por los señores diputados.
Por lo tanto, la competitividad de la economía chilena en los años recientes ha tenido mucho que ver, precisa y exactamente, con las políticas fiscales que el país ha seguido y que nos han permitido ahorrar en el extranjero.
Ahora, fluctúa el tipo de cambio en Chile más o menos igual que en otras economías que flotan.
Recién se decía aquí que el grado de movimiento en el tipo de cambio chileno no tiene parangón. Los invito a revisar las cifras y pueden ver que no es muy difícil encontrar otras economías cuyo tipo de cambio flota. Por ejemplo, en Perú, Colombia, Brasil, México, Gran Bretaña, Suecia, Canadá, Australia, Nueva Zelandia y en muchas otras, si comparamos la volatilidad de la moneda de esos países, la del peso chileno en términos nominales y reales es bastante acotada. Es decir, la volatilidad nominal del peso chileno no es mayor y en muchos casos es menor que la de buena parte de las monedas que en el mundo se mueven libremente de acuerdo con los dictados del mercado.
Ahora, ¿cómo ha evolucionado el tipo de cambio en tiempos recientes?
El dato básico que no hay que perder de vista es que hace poco más de un año el tipo de cambio nominal en su punto más bajo alcanzó los 430 pesos por dólar y hoy se mueve un peso o un par de pesos todos los días. La semana pasada cerró en 551 pesos y esta mañana se movía en torno a los 548 ó 549 pesos. Es decir, el tipo de cambio, el valor del dólar está casi 120 pesos más arriba de su punto más bajo, antes de que se desatara la crisis, alrededor de marzo del año 2008.
Más aún, si uno hace el cálculo tomando en cuenta lo que ha pasado con el IPC de Chile y el de nuestros socios comerciales, Estados Unidos y otros países, hoy el tipo de cambio real es prácticamente igual al que ha primado en promedio en la última década. Por lo tanto, si hoy el tipo de cambio real es más o menos competitivo, la pregunta que habría que hacerse sería ¿comparado con qué? Hay muchas medidas, pero si lo comparamos con el tipo de cambio que ha primado en Chile en promedio durante la última década, observamos que uno y otro son prácticamente idénticos.
Por lo tanto, a juicio nuestro es imprescindible seguir muy de cerca la evolución de las diversas variables que inciden en el tipo de cambio y, quizás, la principal es la política monetaria de Chile. La semana pasada el Banco Central recortó la tasa de interés a niveles nunca vistos: 0,5 por ciento la tasa nominal de corto plazo y, además, tomó medidas que van a contribuir a la baja de todas las tasas de interés en horizontes de menos de dos años, y ya bajaron; además, eso también tiene un efecto sobre el dólar, y ya lo tuvo; desde la adopción de esas medidas por el Banco Central, el dólar se ha preciado aproximadamente 5 por ciento.
Por lo tanto, por un lado, corresponde seguir muy de cerca lo que ocurre en los mercados financieros y así lo ha hecho el Gobierno y lo va a continuar haciendo. Pero, por otro lado, es importante recordar que la competitividad de la economía depende de muchos otros factores; asimismo, la competitividad de las exportaciones y de la agricultura también responde a muchos otros factores. Voy a destacar al menos tres.
Primero, el acceso al crédito. El ministro de Economía va a detallar los esfuerzos que hemos hecho desde antes de la crisis y especialmente durante ella para dar acceso al crédito a los exportadores. Algo que se pudo haber resentido seriamente y que en muchos países colapsó, en Chile se ha ido restableciendo a tasas de interés mucho más bajas que las que había antes de la crisis.
Segundo, programas de infraestructura y de equipamiento que permitan bajar los costos a los productores. Este año, así como el anterior, en Chile estamos en medio de un plan de infraestructura, como construcción de caminos, mejoramiento de vías de acceso, pavimentación y mejoras de puertos y aeropuertos que benefician a muchos usuarios, a las familias, a las personas y más, sin duda alguna, a los exportadores.
Tercero, es importante tomar en cuenta una gama muy amplia de programas de apoyo concreto a la competitividad de distintos sectores exportadores, materia a la cual, no me cabe ninguna duda, se va a referir el ministro de Economía .
Por lo tanto, reitero las ideas centrales.
Primero, en Chile, hace más de una década que por decisión de las autoridades monetarias el tipo de cambio flota.
Segundo, dentro de esa flotación, la volatilidad observada en años recientes no es mayor y en muchos casos es menor que la que se observa en otros países cuyo tipo de cambio flota.
Tercero, hoy el tipo de cambio nominal es 120 pesos más alto que lo que fue en marzo de 2008, antes de la crisis.
Cuarto, hoy el tipo de cambio real no difiere mucho -cuando digo no difiere mucho es porque cambia todos los días- de los promedios históricos.
A pesar de todo eso, o sumándose a todo eso, el Gobierno ha hecho y va a seguir haciendo esfuerzos de competitividad por la vía del apoyo directo, del crédito y de la construcción de infraestructura que le permita a los exportadores tener menores costos y, por lo tanto, acceder de mejor manera a los mercados internacionales.
Muchas gracias.
El señor SÚNICO ( Vicepresidente ).- Tiene la palabra el diputado Marcelo Forni.
El señor FORNI.- Señor Presidente , uno siempre queda más tranquilo después de la intervención del ministro de Hacienda , porque es una persona muy versada en los temas económicos y así lo valoramos Gobierno y Oposición.
Más allá de eso, tenemos que entender que el potencial productivo de muchas regiones del país depende del sector exportador. Por tanto, no basta con decir que el precio y el tipo de cambio es una sola de las variables.
El valor de las exportaciones chilenas -lo señaló el ministro de Hacienda- ha caído en un 38 por ciento. El 37 por ciento corresponde a precios y el 2 por ciento a volumen, con lo cual no se ha visto afectado el volumen exportado.
La pregunta que haría a los exportadores y a los pequeños productores es si ellos prefieren mantener el volumen o mejorar el precio, porque puedo aumentar el volumen exportado, lo que es muy fácil, ya que es cosa de bajar los precios a un nivel inferior al costo. La gracia de mantener el volumen es que sea al mismo costo, con iguales ganancias y utilidades, de manera de que se estimule la inversión y el empleo, que es lo que a todos nos interesa.
¿Qué es lo que nos preocupa? Que hoy aquellas comunas que tienen mayor potencial agrícola son las más afectadas por el desempleo. En la Quinta Región , Quillota , 19 por ciento de desempleo; Petorca , algo similar; y también ciudades como Cabildo, que tienen la mayor capacidad de exportación de paltas.
Por eso, creo que hay que tomar más en serio el tipo de cambio y tener un trabajo permanente al respecto. Por de pronto -lástima que se haya ido el ministro de Hacienda , pero lo hago a través del ministro de Economía aquí presente-, debemos decidir la posibilidad de recibir a los representantes de las asociaciones de exportadores y tener un diálogo permanente con ellos sobre este tipo de materias.
Es verdad que hoy el tipo de cambio es una de las variables, pero algunas podemos manejarlas nosotros. Probablemente, no lo podemos hacer con los precios internacionales, pero sí con el tipo de cambio y otras variables que influyen sobre nuestra política exportadora. Tenemos que tener una política exportadora más profunda y amplia, donde se aborden las distintas variables que influyen sobre los costos del sector y, por cierto, sobre la inversión y el empleo. Una de esas variables es la que hoy estamos discutiendo, que es el tipo de cambio, pero también está el precio internacional de los productos, que no manejamos; los costos laborales, producto de las interpretaciones muchas veces antojadizas de la Dirección del Trabajo; las exigencias medioambientales, el clima, el cuidado del patrimonio fitozoosanitario, nuestra capacidad para abrir y mantener mercados, lo que supone fortalecer las estrategias de promoción y comercialización a nivel mundial. ¿Cuánto le ha costado al sector privado la falta de una adecuada política de protección del patrimonio fitozoosanitario?
La región a la que pertenece el distrito que represento ha sido afectada, simultáneamente, por la mosca de la fruta y por la lobesia botrana. ¿Cuánto le cuesta esto al Estado? ¿Cuánto le cuesta al sector privado? ¿Cuánto significa esto, al final, en inversión? ¿Cuánto cuesta en empleo? No nos equivoquemos; estos problemas no afectan sólo al sector exportador de cada región, sino a toda la economía regional.
Por eso, es muy importante que tomemos en serio este problema. Es cierto que la competitividad depende de muchos factores: del acceso al crédito -como decía el ministro -; de infraestructura; de equipamiento, que permita bajar los costos; de apoyo a la competitividad, etcétera. Un solo ejemplo: falta de inversión en obras de riego. ¿Cuánto ha afectado nuestra competitividad, en particular, de la Quinta Región, la falta de inversión en obras de riego?
El 21 de Mayo, la Presidenta de la República dijo que se habían embalsado miles de millones de metros cúbicos. En la Quinta Región no se ha embalsado ni un solo metro cúbico, ni una gota de agua. Hoy, se nos dice que, por fin, se construirá el embalse Chacrilla , de Putaendo. Ahora, cuando uno pregunta por el subsidio del Estado, se nos dice que será de 75 por ciento. Se trata de un embalse que va a beneficiar al 97 por ciento de parceleros que tienen menos de 10 hectáreas.
Entonces, cuando hablamos de competitividad y de que habrá una mejor infraestructura, tratemos de hacer un esfuerzo mayor, porque creo que el que ha hecho el sector privado está a la vista. El sector exportador agrícola ha realizado un esfuerzo muy importante para incorporar riego tecnificado por goteo y por microaspersión, ha cultivado en terrazas, ha logrado avances en biotecnología, ha invertido en tecnologías limpias, etcétera. Dificulto que exista un sector que haya realizado una mayor inversión en estas áreas y que genere más empleo.
Entonces, quiero pedirle al ministro de Economía que, más allá del proyecto de acuerdo que aprobemos esta tarde, tratemos de generar una instancia de diálogo permanente con el sector exportador, en particular, con el agrícola, porque de él depende no sólo un importante número de empleos en cada una de nuestras regiones, sino también mantener nuestras tradiciones, nuestra agricultura y nuestro campo.
He dicho.
El señor SÚNICO (Vicepresidente).- Tiene la palabra el diputado señor Enrique Jaramillo.
El señor JARAMILLO.- Señor Presidente , habría preferido que no se hubiera efectuado esta sesión especial, destinada a analizar un asunto, respecto del cual diversos economistas y especialistas en tipo de cambio han dicho que no tienen mayor información ni que pueden hacer predicciones sobre el comportamiento que tendrá el precio del dólar dentro de unos días, semanas o meses.
En realidad, no podemos dejar de reconocer que estamos viviendo una crisis mundial, contingencia que, tal vez, ha llevado a algunos colegas a solicitar la realización de esta sesión especial.
El modelo que Chile se ha fijado como meta es ser un país exportador. Los esfuerzos desplegados han permitido que nos encontremos en una situación expectable, la que nos crea los problemas que vemos reflejados hoy en la contingencia del precio del dólar. Son muchas las empresas individuales, sociedades colectivas y anónimas y cooperativas que se han ido creando. Conviene mirar hacia atrás porque antes no había nada; pero hoy tenemos mucho. Por eso, hay que tener cuidado y saber dirigir la economía del país, tarea que se está enfrentando con mucha fuerza y decisión, porque la crisis económica que estamos viviendo es global y sabemos que ha golpeado fuertemente a todos los sectores.
Para tal efecto, se han implementado importantes medidas económicas, cuya finalidad consiste en mejorar la competitividad de nuestros trabajadores. Son medidas que tienen que ver, entre otras, con créditos; con reducción de la carga impositiva, por cierto, de algunos contribuyentes, no de todos; con otorgamiento de bonos que van en directo beneficio de los sectores más desposeídos y que aumentan la demanda interna; con entrega de becas, con adelantamiento y aumento de la cobertura de las pensiones establecidas en la reforma previsional, etcétera. No debemos olvidar que el mundo está viviendo una crisis económica.
En otros países han tomado medidas similares, pero no debemos olvidar que, a diferencia de lo que ocurre allende las fronteras, nuestro país es acreedor neto y no deficitario, como ocurre con países desarrollados que están viviendo graves problemas: Estados Unidos, Gran Bretaña , España, etcétera. Sin embargo, la adopción de muchas de estas medidas, para lo cual el país había ahorrado ingentes recursos, en pocos casos, requiere echar mano a nuestros ahorros en dólares y convertirlos en pesos, como una forma de financiarlos. De ahí las interrogantes y las complicaciones.
Según datos proporcionados por el Ministerio de Hacienda, gran parte del financiamiento requerido por estos planes -cerca de 4 mil millones de dólares de estímulo- se conseguirá de esta forma; es decir, mediante la venta directa de dólares en el mercado interno, lo que agudizará el problema del fortalecimiento de nuestra divisa e impactará negativamente, por supuesto, al sector exportador que depende, en gran medida, de fundamentos cambiarios sólidos para proyectar y ejecutar sus negocios. Si a esto agregamos la reducción internacional de la demanda de nuestros bienes, el panorama no es alentador.
Pero, personalmente, creo que el itinerario planteado por el Ministerio de Hacienda es el adecuado. El ministro manifestó hace unos minutos que teníamos un dólar a 540 pesos y hoy está en 548; estuvo en 560 y llegó a 520, en fin. Pero, no ha llegado al mínimo que provocaría una debacle, especialmente, para nuestros sectores agrícolas, que están viviendo una situación difícil. Sin embargo, ello se debe más bien a situaciones subsidiarias provocadas por otros países, que al precio del dólar propiamente tal. Los 40 millones de dólares diarios que se distribuyen en el mercado para completar el financiamiento de todos los programas que han permitido reformar la previsión y entregar bonos, ha sido una medida realmente espectacular. El diputado que habla pensaba que esto conduciría a una debacle del precio del dólar. En una conversación que tuvimos hace algunos meses, el ministro me decía que no me preocupara, que esto no iba a ocurrir. ¡Cuánto me alegro de haber sido yo el equivocado!
El Ministerio de Hacienda ha argumentado que sería ilógico no utilizar estos ahorros en períodos de vacas flacas, con lo que estoy totalmente de acuerdo. Sin embargo, considero de gran importancia ponderar los efectos en el sector exportador de esta inyección de dólares al mercado.
Así, se ha consultado una parte no menor del financiamiento de estas medidas mediante el endeudamiento: 1.700 millones de dólares. No parece descabellada la idea de aumentar esta proporción en favor de esta última modalidad, es decir, mediante la suscripción de pagarés en pesos de la Tesorería General de la República. Digo esto porque buscamos fórmulas para evitar que el dólar se nos vaya abajo, porque eso crearía más conflictos e interrogantes.
Voy a ceder el resto de mi tiempo al colega Lobos. Por lo tanto, voy a terminar mi intervención diciendo solamente que esperamos que las cifras de hoy, por decir lo menos, se mantengan. Otros ministerios deben preocuparse del problema subsidiario, en ellos debe recaer la mayor preocupación y las salvaguardias que complican un poco los quehaceres relacionados con las importaciones y las exportaciones.
El colega René Manuel García decía que el mundo agrícola no está satisfecho; pero ello se debe más a problemas internos que a la cuestión cambiaria.
Han sido interesantes los comentarios de los distintos diputados que han intervenido. Debemos buscar un equilibrio entre las legítimas aspiraciones de apoyar la demanda interna y la reactivación del sector exportador que es tan importante para nuestro desarrollo. Muchas veces este objetivo es pasado por alto, por cuanto sus frutos se ven en el mediano plazo, frente a la inmediatez del primero.
Por ello, no nos debemos cegar; al contrario, hay que mirar el lado bueno y el que está flaqueando, a fin de decidir cómo lo reforzaremos. Todos deberíamos sentirnos parte de este sector tan importante y prestarle nuestro apoyo, pues las actividades económicas nos llevan a un buen pasar.
He dicho.
El señor SÚNICO ( Vicepresidente ).- Tiene la palabra el diputado señor René Aedo.
El señor AEDO.- Señor Presidente , hay un problema importante con la caída del dólar que el Gobierno, por lo que he escuchado, no quiere enfrentar.
La caída de esa divisa no se da por un proceso natural, por la flotación libre del tipo de cambio. No se produce por el aumento de las exportaciones o de los retornos, que sería la forma natural para que bajara, sino por una acción específica del Estado, absolutamente artificial y forzada, como es la inyección de 4 mil millones de ahorros de otras épocas.
Esto provoca problemas en la mayoría de los sectores. Por ejemplo, la producción industrial de abril cayó en 14 por ciento y en mayo, en 15 por ciento. Las ventas físicas retrocedieron 8,5 por ciento.
En el sector agrícola, las exportaciones frutícolas que se habían mantenido, se verán afectadas en el futuro. Sus representantes han dicho que se podrían perder alrededor de cien mil empleos.
He llegado a pensar que es una medida más política, preeleccionaria, con la intención de aumentar artificialmente el poder adquisitivo con el manejo del tipo de cambio. No obedece al rol que le compete al Estado, en cuanto a generar políticas que apunten al crecimiento del país. Éste y el aumento del empleo deberían ser los asuntos más importantes para el Gobierno.
Sin duda, el alto desempleo actual afecta a los más pobres. La acción del Estado no sólo debería limitarse a la entrega de bonos, que pueden ser muy beneficiosos, pero que tienen un efecto de muy corto plazo.
Para lograr esas metas habría que mejorar las condiciones para incrementar el crecimiento, otorgar mayor acceso al crédito, bajar las tasas -en ese sentido el Banco Central ha cumplido-, inyectar liquidez al sistema y no bajar el dólar de manera artificial, pues su tendencia natural debe ser al alza para aumentar los retornos de los exportadores.
Por otra parte, el Imacec retrocedió un 4,4 por ciento y el IPC de junio fue de sólo un 0,3 por ciento, con lo cual se llega a una variación negativa de 0,8 por ciento. Es decir, no puedo argumentar que se estén incubando cuestiones inflacionarias -lo cual es totalmente falso-, porque los datos indican todo lo contrario.
La última encuesta de expectativas del Banco Central señala que el Producto Interno Bruto, PIB, caerá en un 1,5 por ciento. En consecuencia, es muy necesario tomar acciones para estimular el crecimiento, aumentar el PIB y el empleo.
Como representante de un distrito del norte, creo que también sería beneficioso para la minería y Codelco , porque para esta entidad, que tiene un alto costo de producción, cercano al precio del cobre, un dólar bajo es muy negativo, ya que le significa en forma relativa un aumento real de los costos. Para los pequeños mineros también es muy negativo, porque se traduce en una disminución de los retornos, precisamente ahora que su situación es tan ajustada y crítica.
Me asiste el convencimiento de que el Gobierno no está escuchando. Al parecer, el ministro de Hacienda tampoco escuchó a nadie de quienes hablamos aquí a favor de las exportaciones, del crecimiento y del empleo. Está haciendo prevalecer intereses políticos, incluso, me atrevería a decir, preeleccionarios, porque está interviniendo la libre flotación del dólar con medidas forzadas con la inyección de esa gran cantidad de recursos, que no son naturales en el mercado.
He dicho.
El señor SÚNICO ( Vicepresidente ).- Tiene la palabra el diputado señor Ramón Barros.
El señor BARROS.- Señor Presidente , no sé cuántas reuniones hemos tenido con los ministros para tratar la situación del dólar. Recuerdo que en 2005, en la Comisión de Agricultura del Senado planteamos la torpeza que cometíamos como país al desmantelar el sistema agroexportador chileno por un precio coyuntural del cobre, que en algún momento va a caer. Ahí quiero ver la crisis que se va a desencadenar.
Es una gran torpeza desmantelar un sistema exportador que ha garantizado eficiencia. Es obvio que habría que hacerle muchos cambios para mejorar su competitividad, incluso, su trato con los trabajadores.
Este fin de semana me tocó ver a una pequeña pyme que en vez de procesar sus productos, prefiere importarlos. Tuvo que despedir a su gente. De esa manera, no hay nuevos empleos.
Esa situación también se refleja en las comunas de las distintas regiones, en particular en las agrícolas. A partir de la década del 80, el país creció. Lo vivieron varios gobiernos de la Concertación. De la mano de la tasa de cambio del dólar alta había una alta correlación con el crecimiento del empleo, de las exportaciones y del país en general.
Tengo la sensación de que el precio del cobre ha provocado los efectos de una suerte de droga. Si bien es cierto se acumularon esos recursos en el exterior; cuando pudo haberse adoptado un mecanismo distinto, deprimimos el dólar hasta llevarlo a una situación que se traduce en poco empuje, falta “punch”, porque no hay ilusión y no le creemos al Gobierno.
En cambio, pensamos que se está estableciendo un Estado bienestar, como bien lo sostiene el economista José Ramón Valente. Dicho ente asegura que de aquí a diciembre hay que dejar que la televisión a color cueste barata, porque estamos en año electoral, y mientras más bonos se repartan, mejor. Aclaro que no estoy en contra de los bonos. El punto es que eso no puede ser a costa del empleo, porque sería como hacernos trampa en El Solitario.
Por lo tanto, siguiendo a Sebastián Edwards desde 2005, el país debería adoptar una política cambiaria independiente de la coyuntura y proyectarla a más largo plazo, sin influencias circunstanciales. De manera que pueda recuperarse esa empresa que con tanto dolor se desarmó el día sábado. Lo digo con dolor, porque era de mi mujer. Allí hubo ilusión, empleo y trabajo.
¿Cuántas pymes ven con desilusión el reparto de bonos, lo que es legítimo y bueno, porque estamos en crisis?
Pero, la crisis internacional no es responsable de todo, porque se pueden hacer mejor las cosas.
Si en Chile adoptamos las políticas correctas para ser potencia exportadora, también se necesitará un tipo de cambio alto.
No existe un país del nivel de Chile, pobre todavía, en que resulte más fácil, por el tipo de cambio, viajar al extranjero que hacerlo internamente.
Reflexionemos, porque hay cosas y elementos que no cuadran. Por lo tanto, apelo a que gente inteligente, como la tiene el Gobierno, asuma que el precio del cobre en algún momento va a caer y no tiene ningún sentido desmantelar el sistema agroexportador, con otras implicancias, como el alza del costo de la energía al incluir el mes de abril en los horarios punta.
He dicho.
El señor SÚNICO ( Vicepresidente ).- Tiene la palabra el diputado señor Gastón Von Mühlenbrock.
El señor VON MÜHLENBROCK.- Señor Presidente , en los escasos minutos que restan, quiero señalar que este tema ha sido recurrente en el trabajo de comisiones y en intervenciones en el hemiciclo.
Chile tiene una menor recaudación fiscal, porque crece menos. Eso se nos ha olvidado. Las bajas tasas de crecimiento agudizan la crisis internacional.
Pareciera que respecto del déficit de menos 4,1 por ciento, no hay mejor manera de financiarlo que a costa de la agricultura, como lo han dicho los gremios.
El Ministerio de Hacienda inunda el mercado con 4 mil millones de dólares para financiar el gasto público no cubierto por la ley de Presupuestos.
La agricultura ha debido tomar decisiones por muchos años, pero se le cambian las reglas del juego, como lo acabamos de ver, con una inundación de dólares en el mercado.
¿Cómo hoy puede vivir la agricultura? ¿Qué decisiones pueden adoptar con el cambio de las reglas del juego? ¿Qué pasa con la quimera “Chile, potencia alimentaria”? ¿En qué quedó? ¿Qué está pasando? En este sector se va a llegar a los 100 mil desempleados. ¿Cuál es el costo que deberá pagar el país?
¿Qué va a pasar con la importación de productos subsidiados, como la leche?
Por último, espero que, de una vez por todas, tengamos una buena política pública hacia nuestra agricultura.
No vamos a pedir protección a la agricultura, sino algo que siempre han reclamado los agricultores: competencia con igualdad de oportunidades. Eso no se ha dado en varias décadas.
Si continúa la baja del tipo de cambio se puede llegar a niveles extremos que impliquen la quiebra de nuestra agricultura. Eso será imperdonable, sobre todo para la gente que conserva con mucho esfuerzo los empleos de quienes viven de la agricultura.
He dicho.
El señor SÚNICO ( Vicepresidente ).- El Partido por la Democracia ha cedido cuatro minutos al diputado señor Juan Lobos.
Tiene la palabra su señoría.
El señor LOBOS.- Señor Presidente, en primer lugar, agradezco a la bancada del Partido por la Democracia por cederme tiempo para intervenir.
El mundo agrícola chileno vive una crisis permanente, aunque debo reconocer que ha tenido cortos períodos de estabilidad.
La causa central de esta situación no es el dólar, ni me gustaría dolarizar el asunto, porque el problema es más profundo.
El diputado Hernández abordó el tema en forma clara, concisa y al hueso. Señaló que debemos luchar por la competencia en condiciones de lealtad. Eso quiero destacar en mi intervención.
Quien considere el mundo agrícola como una actividad productiva, se equivoca. Más que productiva, tiene el acervo de una cultura, de una manera de vivir. Eso se valora en muchos países; por ende, tienen subsidios medio invisibles o cruzados que ayudan a mantenerla.
En Chile, la actividad agrícola vive el peor de los mundos.
Los agricultores están obligados a contar con alta inversión en tecnología y con un rendimiento que debe estar entre los mejores del mundo, lo que se da en cualquier área en que participen: leche, trigo, maíz.
Debemos tener producción de alta calidad. De hecho, cuando nuestros productos llegan a otros mercados son valorados por ello.
Sin embargo, en el mercado interno deben competir con productos subsidiados en el exterior y que no cuentan con el mismo estándar de calidad. Por ejemplo, la leche. El precio que se paga por ella hace que hoy haya falta de liquidez en el medio. Eso nos está ahogando. ¿Dónde va a quedar el capital genético en el que los agricultores han invertido durante décadas hasta lograrlo? Esas vacas no sirven para la parrilla, no tienen suficiente carne; sólo dan leche.
Entonces, tenemos que plantear los verdaderos temas de fondo.
Primero, el acceso al crédito. Para comprar un auto o un departamento, se pide un crédito hipotecario. En cambio al agricultor ¡por Dios que le sale caro el crédito!
Segundo, los alimentos transgénicos.¿Cómo vamos a competir? En otras partes existe el libre acceso a ellos. En Chile, no. Podemos producir las semillas, pero no usarlas. Entonces, ¿en qué mundo vivimos?
Tercero, los subsidios. Siempre se dice que los agricultores somos llorones. No lo somos, pero sí lloramos cuando la competencia es desleal, lloramos cuando tenemos que correr a pata pelada, mientras el resto lo hace con zapatillas.
Por último, la discusión sobre dólar más o dólar menos, no tiene nada que ver. El punto es cómo lograr que la competencia sea leal dentro de Chile y con el resto de las economías. En el mundo global, es completamente irrisorio pretender que aquí vamos a cambiar el destino del dólar.
He dicho.
El señor VARGAS (Vicepresidente).- Tiene la palabra el ministro de Economía.
El señor LAVADOS ( ministro de Economía ).- Señor Presidente , queda claro que a algunos señores diputados les interesaba escuchar al ministro de Hacienda . Sin embargo, quiero señalar dos o tres ideas:
Primero, las cifras son bien interesantes. Se pueden manipular de distinta manera. Sólo quiero señalar los datos.
Nuestras exportaciones, entre enero y mayo de este año, en comparación con el mismo período de 2008, cayeron en 39,9 por ciento.
Sin embargo, las que denominamos exportaciones no tradicionales, que no incluyen los commodities, como cobre, celulosa, harina de pescado, cayeron sólo en 10 por ciento.
Lo anterior significa que la mayor caída, como lo señaló el ministro de Hacienda , está en el precio de algunos de nuestros productos de exportación. Ello se manifiesta a nivel internacional, por ejemplo, en la caída violenta de nuestras exportaciones a Europa -63 por ciento-. Por su parte, las exportaciones de productos no tradicionales descendieron en 18 por ciento. En América, la situación es más o menos semejante al promedio que mencioné.
Como señalé, existe un fuerte énfasis en productos más tradicionales, en particular minerales, entre ellos cobre y minería metálica.
En segundo lugar, respecto de algunas observaciones formuladas por distintos diputados, debo señalar que la opinión del Gobierno es clara: en este momento es imposible hacer planteamientos que se abstraigan del contexto internacional. Cuando el mundo entra en crisis y el valor del dólar cae en prácticamente todos los mercados, uno de los principales problemas que se genera en las exportaciones es que una parte de ellas está relacionada con el dólar de los Estados Unidos de América. Entiendo que para los agricultores puede resultar más difícil enfrentar esa situación. En consecuencia, se impone una tarea para las asociaciones gremiales, a fin de que no todos los contratos se confeccionen considerando esa moneda.
En tercer lugar, respecto de la venta de 4 mil millones de dólares, quiero señalar que esa medida no se encuentra dentro los factores más relevantes en la variación del tipo de cambio nominal ni menos en la variación del tipo de cambio real. Si se plantea que se trata de una medida política artificial con fines electorales, me siento más bien ofendido, por cuanto seríamos bastante tontos al llevar adelante una política de ese tipo, pues, según las mismas personas que han planteado esa idea, ello ha generado una disminución del tipo de cambio, que no es lo que buscamos. El tipo de cambio es una variable que termina siendo bastante independiente de lo que decida hacer la autoridad económica. La acción de los grandes movimientos de capitales internacionales puede ser mucho más fuerte.
Por lo tanto, resulta conveniente escuchar propuestas concretas respecto de cómo enfrentar situaciones difíciles. Es absolutamente comprensible y legítimo -en particular en este período- que cada sector considere que su grupo de votantes es el más importante. Sin embargo, a nivel global, se requiere equilibrar las distintas posiciones. Por ello, es muy necesario dialogar. Las distintas asociaciones empresariales saben que siempre han tenido abiertas las puertas del ministerio de Economía y de otras carteras sectoriales a fin de intercambiar opiniones respecto de estos temas.
En cuarto lugar, tenemos claro que el crecimiento del sector agrícola se debe al emprendimiento y empuje de sus empresarios. No creemos que se trate de un sector que haya estado permanentemente en crisis, como algunos lo han manifestado; tampoco que exista un dólar ideal. Se ha planteado aquí que deberíamos defender un precio razonable para el dólar. Pero ¿cuál es ese precio razonable que satisfaría todas las expectativas? Es claro que existen situaciones que se encuentran fuera del control de la autoridad económica de Gobierno. En esos casos, la política fiscal no es suficiente, por cuanto debe existir correlato entre la política monetaria y un ambiente internacional que permita llevar a cabo acciones que hoy no están permitidas.
Es bastante obvio que si queremos un país que exporte es indispensable que aceptemos la importación. La línea divisoria entre la competencia en condiciones justas y el proteccionismo que nos llevaría a no exportar es más bien tenue. Por eso, nos interesa mucho dialogar sobre esos aspectos.
Reitero, es muy importante el tipo de cambio en la política exportadora; sin embargo, lo que se observa hoy es una gran crisis internacional en que la mayor parte de las variables que afectan nuestro comercio exterior no son posibles de dominar por las autoridades chilenas.
Por último, un factor que no ha sido mencionado a la hora de abordar la problemática del sector agrícola -necesariamente debe incluirse en el análisis- es el conjunto de apoyos de que dispone. Más que nunca, este año ha contado con ellos, los que se han traducido en gran cantidad de recursos. Por otra parte, los programas de acceso al crédito ofrecidos para el sector agrícola por Indap y el Banco Estado han tenido un fuerte incremento. A mi juicio, el apoyo prestado por esta institución financiera no ha sido reconocido en forma suficiente, en particular desde que fue objeto de un incremento de capital, medida aprobada por el Congreso Nacional. En efecto, es el único banco que ha incrementado sus líneas de apoyo a todos los segmentos, esto es a la micro, mediana y gran empresa, incluido el sector agrícola.
Invito a discutir sobre la base de propuestas concretas, pero dejando a un lado planteamientos proteccionistas y voluntaristas.
He dicho.
El señor VARGAS (Presidente en ejercicio).- Tiene la palabra el diputado señor Alberto Robles.
El señor ROBLES.- Señor Presidente , desde hace bastante tiempo el país se encuentra abierto a las economías del mundo y conserva un tipo de cambio variable para el dólar.
Hace algunos días, diputados de la Comisión de Hacienda pertenecientes a todas las bancadas acompañamos al señor ministro a una charla que dictó un experto de la Organización de Comercio y Desarrollo Económico, quien dio a conocer su posición respecto de la crisis. Asimismo, se refirió a cómo la mantención de una tasa fija en el tipo de cambio en China provocó, en términos financieros, un desequilibrio importante en el resto de las economías. Se trató de una charla interesante y muy bien documentada.
Chile ha mantenido un tipo de cambio variable respecto del dólar, lo que, o bien nos beneficia o nos complica, en particular en relación con los ingresos que perciben los exportadores. Así las cosas, además de las políticas económicas privadas llevadas a cabo por los exportadores, es necesario buscar -así lo señaló el ministro de Economía - fórmulas que desarrollen miradas más proactivas en beneficio de ese sector, en particular de las pequeñas y medianas empresas, a fin de que se mantengan vigentes cuando la crisis se produzca y el tipo de cambio disminuya su competitividad. En efecto, debe existir algún mecanismo que permita al Estado recuperar los préstamos entregados cuando el valor del dólar sea favorable a los exportadores.
Lo señalo porque nuestra pequeña y mediana minería del norte vive este tipo de situaciones en forma permanente. Durante muchos años, ha recibido apoyo del Gobierno, créditos de Enami, para paliar la caída del precio del cobre y que cubren la diferencia entre el precio del mineral pagado en los anticipos y el precio real del metal rojo. Hoy, con mejores precios, los mineros han devuelto cada centavo que les facilitó el Gobierno. Por eso, con un poder de compra como el de Enami es posible sustentar su actividad.
Hace pocos días la Presidenta Bachelet firmó un nuevo acuerdo para activar los mecanismos para que la pequeña minería sobreviva con una tarifa razonable de trabajo, cuando el precio del cobre registre una caída muy importante.
Por eso, más allá del tipo de cambio, aunque es relevante que el Gobierno mantenga variables que permita fluctuaciones de acuerdo con las necesidades del mercado, son importantes las políticas de reforzamiento de apoyo a la pequeña y mediana empresa, particularmente a la agrícola, que es la que hoy sufre los embates de la economía. De esta forma, la pequeña y mediana agricultura, en razón de mejores precios futuros, podrá devolver el apoyo que el Estado le brinda. Buen ejemplo de la aplicación de ese mecanismo lo constituyen la Enami y la pequeña minería.
He dicho.
El señor VARGAS (Presidente).- Cerrado el debate.
El señor ORTIZ.- Señor Presidente, solicito que se recabe la unanimidad de la Sala para prorrogar en media hora el inicio de las sesiones de comisiones citadas a las 18.30 horas.
El señor VARGAS ( Presidente en ejercicio).- ¿Habría acuerdo para proceder en la forma solicitada?
No hay acuerdo.
El señor Prosecretario va a dar lectura al proyecto de acuerdo N° 827.
El señor ÁLVAREZ, don Adrián ( Secretario accidental ).- Proyecto de acuerdo N° 827, de los señores Correa, Masferrer, Lorenzini, García, García-Huidobro, Sabag, Hernández, Uriarte, Cardemil, Escobar, Forni, Vargas, Urrutia, Barros, Jaramillo, Von Mühlenbrock, Lobos, Verdugo y Pérez, don José, por el cual la Cámara de Diputados acuerda:
“1) Requerir al Gobierno que defina una verdadera política de Estado en torno al tipo de cambio, una política que permita darle viabilidad al sector exportador y sustituidor de importaciones en el largo plazo y que realmente nos pueda encauzar en el proyecto de convertirnos en una potencia exportadora estable.
2) Solicitar al Ejecutivo que busque con urgencia mecanismos de financiamiento de sus obligaciones que no afecten negativamente al sector exportador y sustituidor de importaciones.
El señor VARGAS (Vicepresidente).- En votación el proyecto de acuerdo.
-Efectuada la votación en forma económica, por el sistema electrónico, dio el siguiente resultado: por la afirmativa, 69 votos; por la negativa, 0 voto. Hubo 3 abstenciones.
El señor VARGAS ( Vicepresidente ).- Aprobado.
-Votaron por la afirmativa los siguientes señores diputados:
Aedo Ormeño René; Aguiló Melo Sergio; Araya Guerrero Pedro; Barros Montero Ramón; Bauer Jouanne Eugenio; Becker Alvear Germán; Bertolino Rendic Mario; Bobadilla Muñoz Sergio; Cardemil Herrera Alberto; Correa De La Cerda Sergio; Cristi Marfil María Angélica; Cubillos Sigall Marcela; Chahuán Chahuán Francisco; De Urresti Longton Alfonso; Delmastro Naso Roberto; Díaz Díaz Marcelo; Dittborn Cordua Julio; Egaña Respaldiza Andrés; Encina Moriamez Francisco; Farías Ponce Ramón; Forni Lobos Marcelo; Galilea Carrillo Pablo; García García René Manuel; García-Huidobro Sanfuentes Alejandro; Girardi Briere Guido; González Torres Rodrigo; Hales Dib Patricio; Hernández Hernández Javier; Jaramillo Becker Enrique; Jarpa Wevar Carlos Abel; Jiménez Fuentes Tucapel; Latorre Carmona Juan Carlos; León Ramírez Roberto; Lobos Krause Juan; Lorenzini Basso Pablo; Masferrer Pellizzari Juan; Melero Abaroa Patricio; Meza Moncada Fernando; Monckeberg Bruner Cristián; Muñoz D’Albora Adriana; Nogueira Fernández Claudia; Ojeda Uribe Sergio; Olivares Zepeda Carlos; Ortiz Novoa José Miguel; Paredes Fierro Iván; Pascal Allende Denise; Pérez Arriagada José; Recondo Lavanderos Carlos; Sabag Villalobos Jorge; Saffirio Suárez Eduardo; Salaberry Soto Felipe; Sepúlveda Orbenes Alejandra; Silber Romo Gabriel; Soto González Laura; Súnico Galdames Raúl; Tarud Daccarett Jorge;
Harboe Bascuñan Felipe; Ulloa Aguillón Jorge; Uriarte Herrera Gonzalo; Urrutia Bonilla Ignacio; Valcarce Becerra Ximena; Valenzuela Van Treek Esteban; Vallespín López Patricio; Venegas Cárdenas Mario; Venegas Rubio Samuel; Verdugo Soto Germán; Von Mühlenbrock Zamora Gastón; Walker Prieto Patricio; Ward Edwards Felipe.
-Se abstuvieron los diputados señores:
Espinosa Monardes Marcos; Robles Pantoja Alberto; Sule Fernández Alejandro.
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