
-
http://datos.bcn.cl/recurso/cl/documento/640623/seccion/akn640623-po1-ds17-ds28
- bcnres:esParteDe = http://datos.bcn.cl/recurso/cl/documento/640623/seccion/akn640623-po1-ds17
- bcnres:esParteDe = http://datos.bcn.cl/recurso/cl/documento/640623
- bcnres:tieneCalidad = http://datos.bcn.cl/recurso/cl/cargo/1
- bcnres:tieneEmisor = http://datos.bcn.cl/recurso/persona/862
- rdf:value = "
El señor ÁLVAREZ (Presidente).- Tiene la palabra el diputado Felipe Harboe.
El señor HARBOE.- Señor Presidente, hoy estamos discutiendo un proyecto que busca evitar la perpetuidad en los cargos de elección popular.
En particular, la moción se refiere solo a cargos parlamentarios. Echo de menos los municipales. Por eso, junto con otros diputados, formulé una indicación para que se les incluya, porque no se trata de cualquier proyecto.
Debemos ser capaces de entender el contexto en que se da la discusión, que deviene en medio de un creciente proceso de desprestigio de la actividad política. Hoy por hoy, los ciudadanos carecen de información necesaria para conocer la función legislativa en plenitud.
Hoy resulta más fácil denostar la actividad política y a quienes se dedican a temas colectivos que cuestionar a aquellos que prefieren el bienestar personal por sobre el colectivo.
Estamos en medio de una profunda crisis de legitimidad de la actividad pública. Pero esto no es casual ni propio sólo de nuestro país.
En parte, es cierto, es nuestra responsabilidad, pero también debemos tomar conciencia de que ésta es una situación que enfrenta el mundo. Baste observar el creciente desprestigio y la escasa participación electoral en las principales democracias del mundo, salvo casos excepcionales.
Estamos en medio de un enfrentamiento entre dos visiones de la sociedad.
Por una parte, aquellos que creen que el crecimiento y el desarrollo son consecuencia exclusiva de esfuerzos individuales y que es el mercado, sólo él, el encargado de autorregular las ganancias y su distribución; aquellos que valoran y resaltan a quien logre romper record de consumo y producción, por sobre los que privilegian lo colectivo; aquellos que se preocupan, de manera exclusiva, del tener por sobre el saber; aquellos que denostan con liviandad lo solidario, lo simple y la actividad pública como forma de desprestigiar el quehacer en pos de la comunidad y así evitar las necesarias regulaciones en el sistema redistributivo y de equidad como forma de progreso social.
Frente a ellos están quienes creen que la política es una actividad necesaria para el desarrollo de los pueblos, también aquellos que privilegian la preocupación por lo público, por lo colectivo y lo social por sobre lo individual; los que creen que la dedicación a construir sociedades más justas es una de las más nobles actividades del ser humano, dirigentes vecinales, sociales, voluntarios y miles de personas que en forma anónima restan tiempo a su vida personal y familiar en pos del mejoramiento de las condiciones sociales de nuestros pueblos; gente que cree que el desarrollo es un verbo que incluye conceptos de solidaridad, equidad e inclusión social; en fin, aquellos que asumimos nuestros proyectos individuales en pos de proyectos colectivos. Esa es la verdadera batalla. Hoy enfrentamos al poder del individualismo, al miedo, a la codicia y a la avaricia.
Este proyecto, sin duda, va a constituir un aporte para integrar nuevas personas a la actividad de la política. Es necesario. El límite a la reelección indefinida de los cargos parlamentarios va a aportar al proceso de renovación de la política, pero, junto con ello, debemos dar espacio a aquellos que quieren y que no pueden.
Por ello apoyo este proyecto, pero es mi deber también, en responsabilidad, hacer presente que por sí solo no mejorará necesariamente la calidad de la política. Este proyecto debe ser parte de un cúmulo de iniciativas que se hagan cargo, por ejemplo, de la derogación del sistema binominal, que al poner tantas limitaciones a la voluntad popular, la distorsiona.
Hace un momento, el diputado Cardemil exhibía algunas cifras para justificar la existencia del sistema binominal, que reflejaban que la Concertación y la Alianza habían sido privilegiadas por el sistema. Pero olvidan que hay una gran mayoría de chilenos que no están ni en una ni en otra coalición, que son independientes y que producto de este sistema tienen escasas posibilidades de resultar electos.
En segundo lugar, eliminar la prohibición que hoy rige de postular como candidatos al Congreso Nacional a dirigentes sociales y vecinales. Hoy pueden postular otros dirigentes gremiales, pero no ellos, lo que no parece justo para reformar la política del pos Bicentenario, que es sumar e incluir y no excluir ni marginar.
Otro aspecto relevante que debería integrar este proceso de reforma a la política es el límite al gasto electoral, a fin de evitar la inmoral y creciente influencia del dinero en la política y en lo determinante y excluyente que se transforma una postulación para un independiente, sin los contactos para conseguir los recursos necesarios.
La inscripción automática y el voto voluntario deben ser el piso para saber de verdad y con sinceridad cuál es la representación de la política en el país. Debemos esforzarnos para aumentar las bases de participación y apoyo por motivación y no por sanción.
Una profunda reforma a la ley de Partidos Políticos para democratizar las estructuras internas.
Una ley de primarias para la determinación de los candidatos a cargos de elección popular, incluida la Presidencia de la República.
La modificación del sistema de reemplazo de las vacancias parlamentarias por elecciones complementarias, prontamente ingresaré al Congreso Nacional una iniciativa sobre la materia.
En fin, si tomamos conciencia de que estamos frente a una de las más duras batallas para derrotar el individualismo y la descalificación fácil de la política y de lo colectivo, debemos ser capaces de crear un engranaje que permita el ingreso de nuevos aires a la actividad política para enfrentar con tranquilidad los desafíos del Chile del pos Bicentenario, donde las nuevas generaciones y aquellas que el sistema no acoge puedan participar en la toma de decisiones de los destinos de Chile y de su pueblo.
Por ello, comprometo mi voto a favor del proyecto.
He dicho.
"
- bcnres:tieneTipoParticipacion = bcnres:Intervencion
- rdf:type = bcnres:SeccionRecurso
- rdf:type = bcnres:Participacion