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El señor VARGAS (Vicepresidente).-
Corresponde tratar las modificaciones introducidas por el Senado al proyecto de ley, iniciado en mensaje, que crea un subsidio nacional para el transporte público remunerado de pasajeros.
Diputado informante de las Comisiones Unidas de Hacienda y de Obras Públicas, Transportes y Telecomunicaciones es el señor Patricio Hales.
Antecedentes:
-Informe de las comisiones Unidas de Hacienda y de Obras Públicas, Transportes y Telecomunicaciones, boletín N° 5849-15. Documentos de la Cuenta Nº 3 de este boletín de sesiones.
El señor VARGAS (Vicepresidente).-
Tiene la palabra el diputado informante.
El señor HALES (de pie).-
Señor Presidente , al iniciar este informe, quiero enfatizar que éste se hizo sobre la base de la decisión que tomó la Cámara en la sesión 67ª, de fecha 18 de agosto de 2009, en el sentido de remitir el proyecto a las Comisiones Unidas de Hacienda y de Obras Públicas, Transportes y Telecomunicaciones, aun cuando se trataba de un tercer trámite constitucional.
Hago presente que las modificaciones del Senado conservan la sustancia fundamental del proyecto aprobado por la Cámara, con excepción de un artículo transitorio que figura en la parte final del informe.
En el informe de las Comisiones Unidas se señala que la iniciativa propone modificar la cifra original y aumentar a 230 mil millones de pesos el subsidio permanente para la Región Metropolitana y para todo el país, cantidad que se repartirá por la mitad entre aquélla y las demás regiones.
Los 230 mil millones de pesos están destinados a compensar el menor pago que hacen los estudiantes por concepto de pasaje. De esta manera, no serán los pasajeros adultos quienes subsidiarán el pasaje escolar, sino el Estado.
El monto del subsidio permanente para las regiones equivale a la cifra de 115 mil millones de pesos anuales, que se distribuirá de acuerdo con una fórmula que figura en la minuta entregada a los señores diputados.
Según lo que se manifestó en las Comisiones Unidas, los estudiantes de la Región Metropolitana pagan un tercio del pasaje adulto. Sin embargo, en regiones se produce la injusticia de que los estudiantes pagan, en algunos lugares, el 40 por ciento y en otros, el 50 por ciento de la tarifa de los adultos.
De aprobarse esta iniciativa, se introducirá un cambio sustancial, pues se uniformará y se hará justicia al emparejar el porcentaje del pasaje escolar, fijándolo en 33 por ciento del monto del pasaje adulto en todo el país.
Asimismo, se dispone que el Estado pagará ese beneficio y no los usuarios.
Estos subsidios se canalizan de la siguiente manera:
En las ciudades donde existen tarifas licitadas, se entregará un subsidio al operador para que baje la tarifa.
En las ciudades no licitadas se subsidiará y se canalizará el subsidio de acuerdo con cuatro modalidades, que los colegas podrán ver en detalle en el texto comparado.
1º. En las ciudades no licitadas el subsidio va al usuario con un vale que se podrá destinar a cualquier tipo de transporte público y se repartirá sobre la base del cálculo que se utiliza para la entrega de otros subsidios, al 40 por ciento más pobre de la población. Por lo tanto, ese vale para transporte lo recibirá ese segmento de la población;
2º. El subsidio se canaliza también en un apoyo a zonas aisladas;
3º. Hay una canalización de subsidio especial para fortalecer financieramente el transporte escolar, y
4º. Finalmente existe una canalización que se refiere a un financiamiento a la infraestructura para transporte.
Por lo tanto, podemos decir que tras las modificaciones del Senado se mantiene una estructura semejante a la que aprobamos en la Cámara de Diputados en el primer trámite constitucional.
En las zonas del resto del país se destinan los recursos en la forma que hemos señalado.
En este informe, que terminamos anoche, se indica que los montos de los recursos para las regiones se distribuyen entre ellas, de acuerdo con la misma regla de distribución que rige para el FNDR. Las regiones tendrán plazo hasta después de 2014 para gastar estos recursos.
Por otra parte, el proyecto de ley contempla la creación de un Panel de Expertos, que tendrá como mandato determinar la tarifa del sistema de transporte público en la ciudad de Santiago, para mantener el valor real de las tarifas; garantizar que el déficit del sistema sea financiable con los subsidios permanente y transitorios definidos por la futura ley, informar sobre los procesos de licitación de vías en otras ciudades del país y asesorar al ministro de Transportes y Telecomunicaciones en temas relacionados con su cartera.
El proyecto faculta al Ministerio de Transportes para encomendar a los organismos técnicos del Estado la ejecución de infraestructuras de transportes previamente definidas en un plan maestro de infraestructura de transporte público aprobado por los ministros de Hacienda, de Obras Públicas, de Vivienda, de Planificación , de Transportes y Telecomunicaciones y, además, los intendentes.
El proyecto faculta al Ministerio de Transportes para construir y mantener obras públicas menores, tales como paraderos, terminales, zonas pagas, etcétera.
Las licitaciones de uso de vías para los servicios de transporte público deberán contar con estudios previos, uno de los cuales deberá ser realizado por una universidad reconocida por el Estado o por una organización privada. Además, las licitaciones deberán contemplar un proceso de consulta pública de las bases de al menos 45 días, entre otros cambios.
Para Santiago se establece, desde el 2009 hasta el 2014, un subsidio transitorio de 550 mil millones de pesos, el cual irá decreciendo, hasta extinguirse en 2015.
Para regiones se crea un subsidio transitorio por un monto equivalente al que se entregará a favor de Santiago. Es decir, ellas dispondrán, además del subsidio permanente de 115 mil millones de pesos -la mitad del subsidio permanente de 230 mil millones de pesos- de un subsidio transitorio de aproximadamente 550 mil millones de pesos hasta el 2014. ¿Para qué? Para renovación de buses en un área e inversión en infraestructura.
El proyecto señala, además, que el Gobierno se comprometerá a dar cuenta en forma trimestral al Congreso Nacional.
Todas estas materias se discutieron en el Senado, en la búsqueda de un acuerdo de carácter político. Finalmente, se llegó a un acuerdo, con la excepción de un artículo transitorio, nuevo, respecto de deudas contraídas por falta de financiamiento. El proyecto de ley contempla la novación de la deuda del BID y Banco Estado, sustituyendo al fisco como deudor de estos créditos. Luego, estos créditos serían prepagados antes del término del primer bimestre de 2010.
El ministro dio respuesta a todas las consultas formuladas por los señores diputados en las Comisiones Unidas.
La Comisión no tenía facultad alguna para formular indicaciones a las modificaciones del Senado. Por lo tanto, lo único que se hizo fue solicitar votación separada del artículo primero transitorio, que fue aprobado por mayoría de votos. Las demás modificaciones fueron aprobadas por la unanimidad de los señores diputados presentes.
En consecuencia, las Comisiones Unidas de Hacienda y de Transportes proponen a la Sala prestar su aprobación a las modificaciones del honorable Senado.
Es cuanto puedo informar.
He dicho.
El señor VARGAS (Vicepresidente).-
En discusión el proyecto.
Tiene la palabra el diputado señor Alejandro García-Huidobro.
El señor GARCÍA-HUIDOBRO.-
Señor Presidente , como este tema se arrastra desde hace bastante tiempo, habría sido mejor no calificar la iniciativa con discusión inmediata. En efecto, un proyecto de ley de tal envergadura para el transporte público, no sólo de la Región Metropolitana, sino del resto el país, con los correspondientes subsidios que existirán, requiere, sin duda, un análisis más profundo al que se podría realizar en este instante.
Ayer, concurrí a las Comisiones Unidas de Hacienda y de Obras Públicas y Transportes y Telecomunicaciones. Sin duda, al existir un acuerdo político, algunos temas deberían replantearse -ayer se lo hice presente ministro - y, de ser necesario, ser estudiados en Comisión Mixta, con el fin de lograr equidad y justicia para las regiones.
Valoro el apoyo que se pretende entregar al transporte público de regiones, fundamentalmente para que mejore la situación de los escolares.
Sin embargo, algunos puntos han quedado afuera.
En el caso de la Sexta Región, no hay universidades. Por lo tanto, los alumnos universitarios de esa zona deben viajar todos los días a Santiago en micros interregionales o en el metro, de manera de asistir a clases.
Al señor ministro le consulté por el subsidio que recibirán los estudiantes universitarios o de institutos profesionales que deben viajar todos los días ida y vuelta de una región a otra. La situación descrita es compleja, y posiblemente se repite en otras regiones. En tal sentido, cabe señalar que no se contempla un subsidio para el transporte interregional en favor de estudiantes y de muchos trabajadores.
Por un lado, se implementará un subsidio permanente para los usuarios de la Región Metropolitana; en cambio, la situación de las regiones es bastante compleja, por cuanto las medidas serán difíciles de aplicar, tal como se manifestó en la Comisión.
Quienes representamos a regiones estamos preocupados por el hecho de que, a pesar de que en muchas de ellas taxis y taxis colectivos representan el medio de transporte público más importante, no se contempla ninguna medida de apoyo a ese sector. A quienes trabajan en el transporte mayor se les entrega la posibilidad de renovar sus buses, lo que no ocurre en el sector a que me refiero. Se trata de un tema que debería estudiarse -se lo solicito formalmente al ministro -, por cuanto resulta fundamental que exista equidad entre lo que recibirá la Región Metropolitana y las regiones.
Asimismo, solicito que se voten en forma separada la letra a) del artículo 4º; la letra a) del artículo 5º y el inciso cuarto, letra a), del artículo tercero transitorio. Hace algunos momentos, el senador señor Orpis me planteó la situación que viven las regiones Primera y Segunda. Por ello, es muy importante que exista equidad y se implemente una solución definitiva en esta materia. En tal sentido -repito- es necesario entregar recursos, que son de todos los chilenos, a los dueños de taxis y de taxis colectivos.
Insisto, estamos de acuerdo en que se apoye al transporte mayor, pero estimamos que los aportes deben ser equitativos. Hay zonas rurales en que los estudiantes acuden a sus colegios en colectivos. ¿Qué beneficios tendrá, por ejemplo, un estudiante que se dirige desde Rengo , Requínoa o San Francisco de Mostazal a Rancagua? ¿Qué beneficios obtendrán las personas que no se encuentran entre el 40 por ciento más vulnerable de la población y que no tendrán derecho al voucher?
Ojalá, el Gobierno quite la urgencia al proyecto y restudie la situación. Legislar a la rápida no es bueno. El subsidio al transporte público es un tema complejo no sólo para la Región Metropolitana, sino para el resto del país. Repito, legislar en forma tan rápida no es positivo. El proyecto ha sido calificado con discusión inmediata, lo que puede llevar a cometer errores. Quiero preguntar al señor ministro si existe voluntad del Ejecutivo para modificar la urgencia del proyecto y examinar con cuidado los alcances de las modificaciones del Senado. Estoy convencido de que todos los diputados que representamos a regiones estamos de acuerdo en que debe existir equidad. La idea es solucionar este problema en una comisión mixta y repartir los dineros en la forma más equitativa posible.
Todos los estudiantes que ocupan el Transantiago son sujetos del mismo beneficio, independientemente de su condición social. En cambio, en nuestras zonas habrá discriminación. Durante todo este período se han entregado miles de millones de pesos al Transantiago. Sin embargo, ¿qué beneficios ha obtenido el sector transporte en nuestras regiones? ¡Ninguno! Sólo se han destinado recursos a los gobiernos regionales a fin de que los inviertan en infraestructura. Repito, no se ha entregado ningún beneficio directo a los responsables del transporte público en nuestras regiones. De aquí en adelante se iniciará ese proceso.
Por último, solicito votación separada respecto del artículo primero transitorio, relativo a las deudas contraídas con el BID, por cuanto ello no figura en el acuerdo político a que se llegó en esta materia. Hago presente que ayer, los parlamentarios de la Alianza votamos en contra de ese artículo en la Comisiones Unidas de Hacienda y de Obras Públicas, Transportes y Telecomunicaciones.
He dicho.
El señor VARGAS (Vicepresidente).-
Tiene la palabra el diputado señor Eugenio Tuma.
El señor TUMA.-
Señor Presidente , la decisión adoptada por el Gobierno, compartida por el Congreso Nacional, tiene que ver con la forma como atendemos, desde el punto de vista estatal, el transporte de las personas. Hasta ahora, siempre se ha entendido en Chile que cada uno se rasca con sus propias uñas. Tal es la consecuencia de haber adoptado un modelo que entrega al mercado la tarea de asignar recursos. Eso es lo que ha ocurrido tanto en Santiago como en regiones. Ahora, en Santiago el Estado entrega un subsidio a través de un crédito que disfraza una medida que debió adoptar desde hace mucho tiempo: subsidiar el trasporte escolar. Por años, los adultos han subsidiado ese transporte al pagar una tarifa que es engañosa.
A partir de la creación del Transantiago, el Estado comienza a subsidiar en forma efectiva el transporte escolar. Sin embargo, persiste la inequidad respecto del resto de la población nacional. El proyecto hace justicia respecto de lo que ocurre en la Región Metropolitana y sincera el rol del Estado en materia de transporte público. En este ámbito, en todos los países el Estado subsidia a los sectores de más bajos ingresos. Este proyecto apunta en esa línea.
Si bien es cierto que la iniciativa se encamina a resolver el problema de fondo, es complejo abordar las diversas realidades de cada región en un proyecto de carácter general. Como ayer señaló el ministro del ramo en las Comisiones Unidas, mediante el o los reglamentos se precisará de qué manera llegará el subsidio a cada uno de los sectores.
La iniciativa considera un subsidio parejo, a fin de que los escolares paguen una tarifa equivalente a un tercio de la tarifa que pagan los adultos. Ése es el subsidio general que beneficia a todas las regiones del país.
Repito, la implementación es compleja, porque cada región presenta particularidades respecto de los medios de transporte y de las distancias que las personas deben recorrer. La pertinencia del proyecto y de los reglamentos que lo acompañen es muy importante para ver la manera de resolver cada situación particular. Existen lugares donde ni siquiera hay buses; en otros funcionan taxis colectivos, y en algunos más extremos, balsas. Repito, los reglamentos deben resolver con equidad y justicia determinados aspectos de la iniciativa, que sincera el rol del Estado en relación con el transporte público.
En las zonas no licitadas se entregarán vouchers, que recibirá el 40 por ciento de la población más vulnerable. Es difícil diseñar el mecanismo por medio del cual se implementará su entrega. El proyecto no lo señala, por cuanto es una materia de reglamento. Ignoro si se entregarán a través de los municipios, del INP o como parte del subsidio único familiar. Se trata de un voucher que se entregará como pago a los transportistas. Quien no lo utilice podrá transferirlo en el mercado o entregarlo, quizá, como aporte a algún bingo de solidaridad. La característica de este voucher es que será transable en el mercado, y lo vamos a ver en muchos sectores que, con legítima razón, lo utilizarán en otra cosa. Así, alguien que tenga locomoción o decida andar a pie, podrá usarlo como subsidio para pagar, por ejemplo, la cuenta de luz o transarlo con quien necesite ese subsidio.
Aprovechando este análisis sobre el rol del Estado en materia de subsidio, quiero dar una mirada a la diferencia que existe entre las áreas licitadas y las no licitadas. Cuando se licita un área, tenemos una tarifa de mercado y competitiva. Cuando no se licita, tenemos prestadores de servicios que, en muchas ocasiones, son únicos y fijan la tarifa que desean. Y no solamente hacen eso, sino que fijan también el horario, el itinerario, el día, la calidad del servicio y, como dije, el precio. Entonces, nos encontramos con que la inmensa mayoría de los ciudadanos que no viven en regiones licitadas, son cautivos del precio que determina el transportista.
No voy a hablar de los caminos respecto de los cuales no existen incentivos, desde el punto de vista del número de ciudadanos, para lograr hacer rentable el negocio de transporte; pero en los que sí es rentable, quien se instala, protege su negocio poniéndose de acuerdo con una o dos empresas -si hay alguna que se atreva a competir con él- o expulsándolas del camino, y en definitiva fija precios abusivos. El voucher, no resolverá el problema de inequidad en el precio y del abuso que cometen el único o los dos empresarios que incurren en colusión.
Entonces, me habría gustado que este proyecto de ley resolviera la forma como el Estado asegura competencia, de manera que existan precios de mercado. En ese sentido, sería bueno asegurar que las personas que recibirán el voucher, pagarán un precio justo y no abusivo. Eso no está resuelto en este proyecto,.
Entonces, necesitamos hacerles justicia a esas personas. Vamos a aprobar este proyecto, pero vamos a quedar en deuda con los sectores que no se sienten bien atendidos.
Parte de este subsidio se destinará a la “chatarrización”, es decir, se comprarán buses nuevos a estos mismos señores que ni siquiera ponen precios justos y se aprovechan de la cautividad de los usuarios, a quienes no les resuelven el problema. Se premiará a esos empresarios con buses nuevos, lo que tampoco soluciona el problema.
Sé que ha sido bastante difícil sacar adelante este proyecto, que en el balance tiene más méritos que deméritos. Por lo tanto, nuestra bancada y quien habla lo vamos a aprobar. Sin embargo, es necesario hacer estas observaciones para ver, en el corto plazo, o ahora que estamos en el gran debate presidencial, qué hará el país en materia de transporte en los próximos cuatro años. Estos son los temas que deberíamos debatir, por ejemplo, cómo licitar, cómo lograr precios justos y competencia en un sector en el que la mayoría de los usuarios carece de ellos. Los caminos son públicos; el Estado tiene el deber de administrarlos. Sin embargo, en forma discrecional se autorizan recorridos a quienes quieren y a quienes pueden. Estos últimos son los que tienen el control de los caminos y de los precios.
Por eso, espero que en el futuro tengamos una legislación que regule de mejor manera la participación, más del Estado que del mercado en esta materia.
En el proyecto figuran inversiones para infraestructura en los caminos más aislados. En relación con esos caminos, me preocupa que se deba cumplir con la RS que exige el Sistema Nacional de Inversiones para hacer rentabilidad social. Si no hay rentabilidad social o si hay poca gente, difícilmente se podrán aprovechar estos recursos.
Me gustaría que el ministro nos dijera si hay metas y plazos para los reglamentos que se definirán respecto de un conjunto de subsidios y beneficios que se contienen en este proyecto.
Señor Presidente, el proyecto es beneficioso. Por lo tanto, nuestra bancada lo respaldará.
He dicho.
El señor VARGAS (Vicepresidente).-
Tiene la palabra el diputado señor Pablo Lorenzini.
El señor LORENZINI.-
Señor Presidente , he escuchado hablar de acuerdos políticos. ¿Alguien no entiende que éste es el Congreso Nacional? Existen acuerdos políticos que se realizan entre cuatro paredes, lo que me parece muy bien; pero en el Congreso Nacional votamos, en un lado, los diputados y en el otro, los senadores. Así ha sido siempre. Por lo tanto, cuando me hablan de acuerdos políticos, aquí estamos viendo que éstos no siempre se respetan, porque cada diputado es soberano para votar.
Vamos hacia la “chatarrización”, como decía el diputado Tuma ; “chatarricemos” el proyecto; votemos línea por línea. Después de un gran esfuerzo, el ministro -aquí presente-, tras todos los embates que ha sufrido, nos trae un proyecto que -diría-, salvo la reforma previsional, es uno de los más impactantes que hemos conocido en los últimos años, por lo menos durante los gobiernos de la Concertación. Estamos hablando de un subsidio permanente de 230 mil millones de pesos por año: 115 mil millones de pesos para Santiago y 115 mil millones de pesos para las regiones. Y estamos hablando, además, de un subsidio transitorio de 550 mil millones de pesos, es decir, 1.000 millones de dólares. Y aquí venimos y decimos: votemos la línea 4, el artículo 14 b), el tema del BID, que es otro, etcétera. Simplemente, venimos a molestar.
Siempre he tratado de ser crítico, por lo cual me he llevado tirones de oreja; incluso, dejé de ser Presidente de la Cámara. Pero también hay que ser justo. Por eso, felicito al ministro .
No más demora para el despacho de este proyecto. Estamos en agosto; se nos viene la elección presidencial -no hemos escuchado a los presidenciables hablar sobre esta materia; pero ésa es otra cosa-; nos quedan tres o cuatro meses de este año. Sólo a los gobiernos regionales debiéramos transferir hasta 35 mil millones de pesos. Hoy, los gobiernos regionales, con los intendentes a la cabeza, deberían tener a su gente desarrollando los proyectos para aprovechar esos 35 mil millones de pesos de aquí a diciembre. ¡Retrasemos este proyecto y perdamos los 157 mil millones de pesos que también se destinarán para subsidios apenas esto funcione!
Sí comparto la opinión de los diputados Tuma y Hales , en cuanto a que si vamos a dilatar a través de un reglamento, entonces dilatemos la discusión. Entiendo que esto es plata para la gente; son casi 200 mil millones de pesos de aquí a diciembre. El Congreso Nacional y el ministerio -debido al reglamento- no tienen derecho a retrasar la entrega de estos recursos. Por lo tanto, tal como los intendentes, deberían estar haciendo proyectos, los del Ministerio deberían estar haciendo el reglamento.
Me parece que en verdad esto no tiene mayor discusión. Votemos por separado lo que quieran, hagan lo que quieran; pero la ciudadanía, sobre todo de regiones, no entenderá.
¿Qué estamos haciendo? Estamos corrigiendo lo que pagan los estudiantes -que, además, toda la vida han sido subsidiados por los adultos de clase media que paga su pasaje; esa clase a la cual, muchas veces, hemos abandonado, porque los ricos o los que más tienen andan en automóvil o en taxi-, que tendrán una tarifa de un tercio del precio del pasaje de los adultos. El Estado se pone con los microbuses, el transporte, el Metro y Ferrocarriles.
Es verdad lo que dijo el diputado García-Huidobro , de Rancagua, respecto de los colectivos; pero eso se compensa con el voucher, que es un vale que se entregará por familia al 40 por ciento más pobre, es decir, a las familias que reciben el Subsidio Único Familiar (SUF) y la asignación familiar, que se encuentran registradas en el Chile Solidario y que recibieron los 40 mil pesos. Este subsidio es permanente, de por vida. Con este vale le podrán decir al conductor del colectivo: “Tome, aquí tiene la diferencia”.
Ojalá que con esto no pase lo que ocurrió con los maletines literarios, pues con mucha pena vimos que a los dos días de entregados, los andaban vendiendo por ahí, en la feria.
Ojalá que ese voucher sirva para sumar dos mil, tres mil o cinco mil pesos para ser usados en transporte por esas familias que necesitan. Por lo tanto, los estudiantes pagarán el tercio de la tarifa normal, sobre todo en regiones, y las familias de menores ingresos obtendrán su voucher o vale utilizable en transporte.
Pero también habrá plata para inversiones menores. Arreglemos los paraderos, porque en el mundo rural, cuando llueve, llueve. Por ahí dicen que todos se mojan; pero algunos no se mojan siempre. No hablemos de las tasas de interés de los bancos, porque alegan. Estos nunca se han mojado ni se van a mojar. Pero este es otro tema, del cual hablaremos en la tarde con el ministro de Hacienda . Sigo: habrá plata para arreglar los terminales de buses, para tener otro tipo de semáforos; es decir, para todo tipo de inversiones menores.
Subsidio permanente, ¡claro! Para los estudiantes, 33 por ciento del precio del pasaje adulto, y subsidio para las personas que utilicen otros medios de transportes, incluyendo Metro, autobuses, colectivos, ferrocarriles de cercanía, buses carriles, ramales, es decir, todo lo que tenga que ver con transporte.
Debo referirme al subsidio transitorio, que es el que más me interesa. Aquí me detengo para felicitar al ministro , que al final incluyó un subsidio transitorio para las regiones, sobre todo para implementar un plan de “chatarrización”; mejoremos los buses, cambiémoslos, pero también habrá que considerar a los colectivos, tema que quedará pendiente para no atrasar el despacho del proyecto.
Hago un llamado a los intendentes y gobiernos regionales. Les estamos pasando una brutalidad de plata para que realicen obras mayores de infraestructura vial. En mi distrito tenemos el único ramal que existe en Sudamérica. Ciento veinte kilómetros que conectan Talca y Constitución. Invito a recorrerlo, porque el viajecito en este bus carril -dos trencitos juntos por una trocha angosta- es espectacular. Espero que en la elección presidencial algunos no tengan la trocha angosta. Los gobiernos regionales recibirán miles de millones de pesos. Para este año, 35 mil millones de pesos y más de 100 mil millones para el próximo año y siguientes. Queremos ver a los intendentes y a los gobiernos regionales trabajando, haciendo su función. Ellos son el parlamento de las regiones y ahora recibirán esa plata.
No entiendo qué estamos protestando, en circunstancias de que estamos entregando un proyecto trabajado con “acuerdo político” y que, en términos prácticos, se traduce en más de 2 mil millones de dólares, cifra que medida en tres o cuatro años es impresionante. Ahora, el “acuerdo político” le puede servir de paraguas al Gobierno, para cuando digan que estamos haciendo política y que esto es intervención electoral. No estamos haciendo distinción entre comunistas, socialistas, o partidarios de la UDI, de la DC, o del PRI. Sólo estamos diciendo a la gente que nos metimos en un sistema, el Transantiago, que fracasó en sus comienzos, y que ahora, a través de este proyecto, estamos corrigiendo los errores. El actual ministro de Transportes ha sabido fortalecer su trabajo, aguantando lo que correspondía asumir a otros gobiernos, y hoy nos presenta con tranquilidad un proyecto breve, claro, y acordado. Por lo tanto, no veo cuáles son los problemas.
Ponerle cortapisas a un proyecto de este tipo es decirle a la ciudadanía que nos gusta el leseo. No nos queda más que aprobarlo rápidamente, porque los temas son claros, los montos son claros; sólo nos resta el reglamento, el que deberá concretarse a la brevedad posible. De lo contrario, estaremos hablando simplemente de papeles muertos.
Señor Presidente , por su intermedio, felicito al Gobierno y al ministro , toda vez que estamos ante un proyecto de esos que marcan a un gobierno. Espero que en los próximos cuatro años mi gobierno tenga la marca de una reforma tributaria integral, que el país la necesita al igual que esta iniciativa.
He dicho.
El señor VARGAS (Vicepresidente).-
Tiene la palabra el diputado señor Alberto Robles.
El señor ROBLES.-
Señor Presidente, hoy esperamos aprobar este proyecto de ley que crea un subsidio nacional para el transporte público remunerado de pasajeros.
Con esta iniciativa, que conocimos en su primer trámite en la Cámara, se soluciona de una vez por todas el problema de financiamiento que afecta al sistema de transporte público de la Región Metropolitana de Santiago.
El acuerdo logrado es extraordinariamente importante toda vez que permitirá que la Presidenta Bachelet solucione los problemas del sistema público de transporte de Santiago, a pesar del tiempo transcurrido y de las trabas que en su momento puso la derecha. El acuerdo demuestra que buscamos solucionar los problemas y no acentuarlos.
Por eso, felicito al ministro René Cortázar , quien nos acompaña en la Sala, por el encomiable esfuerzo que ha realizado. Su trabajo ha sido extraordinariamente fructífero, toda vez que mejora muchísimo las condiciones del Transantiago; además, nos entrega un proyecto que recoge lo que las regiones le pidieron. El ministro entendió que no es justo que los recursos queden sólo para Santiago, sino que hay que entregar los mismos beneficios a las regiones.
Habría preferido que los recursos llegaran a los transportistas de todas las regiones de manera más fácil. Entiendo las dificultades y entiendo que Chile es un país diverso, diversidad de la que se hace cargo el proyecto. En efecto, el Senado, tras recoger algunas opiniones que entregamos en la Cámara, posibilita que parte de los recursos que se entregarán al Transantiago llegue también a regiones, a fin de subsidiar a la gente de menores ingresos que accede al transporte público de pasajeros. Tal es así, que de la totalidad de los recursos que se entregan, la mitad será para el transporte público de la Región Metropolitana y, la otra mitad, para el resto del país.
Lo importante es que cuando se repartan las platas, amén de las consideraciones técnicas, se mantenga la equidad regional en cuanto a los beneficios. Sin ir más lejos, ayer en la Comisión le dije al ministro que en mi Región de Atacama prácticamente no existen líneas de buses de locomoción colectiva. En el “archipiélago” de Atacama, formado por ciudades rodeadas de desierto, la gran mayoría de las personas se traslada en colectivos. Este es el medio de transporte público que mayoritariamente emplean los atacameños. Por eso, al momento de definir se repartirán los recursos, no debería utilizarse como parámetro el número de viajes en transporte público remunerado de pasajeros mediante buses, toda vez que en mi región la cantidad de gente que utiliza este medio de transporte es casi cero.
Cabe señalar que sólo Copiapó y Vallenar recibirían el beneficio, pero el resto de la región quedaría sin subsidio. Por lo tanto, amerita que el Ministerio de Transportes revise las cifras finales y distribuya los recursos de manera justa y con equidad regional, de manera que el subsidio llegue a todas las regiones. Asimismo, es necesario que los guarismos se definan considerando población, pero también las condiciones de aislamiento, toda vez que mi región, por ejemplo, pese a no estar en los extremos, es de las más aisladas del país.
Repito, es muy importante el acuerdo logrado para subsidiar en parte el transporte de pasajeros en colectivo. Entendemos que el voucher, como decía el diputado Lorenzini , es decir, ese vale para transporte, será cobrado sólo por los que participan en la locomoción. Por eso, los colectiveros deberán estar inscritos en los registros del Ministerio de Transportes; sólo la locomoción menor que esté inscrita en el sistema podrá hacer efectivo el voucher.
Es posible que familias que reciban ese documento lo intercambien, pero no le veo problema a eso, ya que se convierte en un objeto de valor. Lo importante es que la gente de la locomoción colectiva cobrará esos recursos al Estado, razón por la cual deben llegarles a todas las comunas rurales que no tienen medios de transporte mayor. Espero que la gente de Caldera pueda pagar con un voucher su traslado en colectivo desde sus poblaciones al consultorio. Es necesario que el Estado subsidie el transporte público de personas de todas partes del país.
Señor Presidente, me parecen sumamente relevantes dos o tres materias que se han incorporado al proyecto.
En primer lugar, que se otorgue a las regiones la posibilidad de decidir el destino de los recursos en el área de transporte. Esto es importante; es necesario definir en términos claros que las regiones tienen que decidir sobre esas inversiones.
En segundo lugar, me parece muy importante que se establezca una cierta descentralización de estas materias. Por lo tanto, considero que el proyecto apunta en el sentido correcto al entregar ese subsidio a todos los rincones del país.
Finalmente, se nos aclaró que los recursos quedarán en la región, aunque exista inoperancia -por ejemplo, porque no existe un buen estudio primario-, y que no volverán al sector público o a otras organizaciones, con el objeto de que el subsidio llegue efectivamente a la gente de cada lugar del país.
Agradecemos que el ministro haya recogido los planteamientos que le hicimos en el primer trámite constitucional, instancia en la que planteamos que no habría equidad si no se establecía este subsidio para los usuarios de los colectivos. De lo contrario, el proyecto sólo solucionaría el problema de Santiago, sin avanzar en el resto del país.
Muchos parlamentarios que representamos a provincias dijimos al señor ministro que el transporte mayor es propio de las ciudades grandes, ya que en las ciudades pequeñas es más importante el transporte menor.
También es muy importante subsidiar el transporte rural. Por medio de las secretarías regionales ministeriales se pueden desarrollar programas que otorguen subsidios al transporte rural y a quienes realizan actividades de transporte en las localidades rurales más alejadas del país.
Señor Presidente, me gustaría que el ministro recogiera el tema relacionado con transporte que voy a plantear y lo incluyera en la ley de Presupuestos.
La cantidad de accidentados que hay en las carreteras de mi región es muy importante. El gobierno de la Presidenta Bachelet está haciendo un gran esfuerzo para construir una doble vía entre La Serena y Caldera, lo que permitirá disminuir esa accidentabilidad.
Sin embargo, considero que la actitud preventiva del Ministerio de Transportes no sólo debe quedar centralizada en Santiago, sino que debe descentralizarse a regiones. En consecuencia, me gustaría que en el proyecto de ley de Presupuestos para 2010 se considere el envío de al menos un funcionario de la Conaset a cada una de las regiones, a fin de que se hagan cargo de la función preventiva que realiza la Corporación Nacional de Seguridad de Tránsito.
Aprovecho la presencia del ministro y de que estamos analizando un tema de transporte para plantear el fortalecimiento de las secretarías regionales ministeriales de transporte para que desarrollen mejor su función.
Señor Presidente, anuncio que la bancada del Partido Radical apoyará las modificaciones del Senado.
He dicho.
El señor VARGAS (Vicepresidente).-
Tiene la palabra el diputado señor Patricio Hales.
El señor HALES.-
Señor Presidente , voy a votar a favor del proyecto en su totalidad, incluido el articulado transitorio. Asimismo, llamo a los colegas a respaldarlo, porque estoy convencido de que sería una locura y una barbaridad que, aparte de los problemas que tiene el Transantiago, además quedara sin plata y no se financiara, porque el descalabro sería completo.
Considero que el proyecto debió aprobarse hace muchísimo tiempo; lamento que demorara tanto en llegar este acuerdo, pero lo valoro y lo aprecio, porque es mejor signo que arrojarse los papeles a la cara.
Espero que las platas sirvan para mejorar el servicio. Para ello, el ministro deberá tomar nota en esta sesión respecto de los problemas del usuario común, porque aparte de hablar del BID, quiero dar a conocer la situación de Juana Poblete, de la población Ballesteros ; aparte de hablar de los 550 mil millones de pesos que se entregarán como subsidio transitorio hasta 2014, quiero hablar de las dificultades de Julia González , de la calle San José N° 3521; además de hablar de los 115 mil millones de pesos que se entregarán al transporte de Santiago , quiero hablar de los trabajadores del Transantiago, con quienes me reuní una fría noche del viernes de la semana pasada en Américo Vespucio con Guanaco para escuchar las dificultades que tienen; quiero hablar de Marisol Pacheco, de la calle San Luis ; de Guillermina Munro ; de Sonia Ramírez , de Reina de Chile; de Irene Ibarra, de Mirador Viejo, porque todavía no cambian los recorridos absurdos; de Sonia Lorca , de Reina María , porque la micro no pasa por Barón de Juras Reales.
Señor Presidente, los 550 mil millones de pesos por concepto de subsidio transitorio y los 230 mil millones de pesos correspondientes al subsidio permanente debieran resolver el problema del ciudadano común; porque, al final, el transporte no es para el placer de los financistas, no es para el agrado de los empresarios del transporte, no es para la felicidad de quien tiene el control fiscalizador del sector correspondiente en el ministerio respectivo, sino para satisfacer el movimiento de los ciudadanos en la ciudad, como el de la madre de Carlos Espinoza, en Panamericana, quien necesita que le resuelvan su problema de transporte. Esas platas son para eso.
Señor Presidente , es casi seguro que el ministro nos dirá que aprecia que hayamos aprobado el proyecto en su totalidad, incluidos los créditos, las tarifas, los subsidios y los regalos a provincias, porque esto es un regalo adicional para la gente de regiones, ya que no estaba en la esencia de la necesidad de arreglar el Transantiago. No obstante, solicito al señor ministro , por intermedio del señor Presidente , que repita lo que dijo cuando vino a hablar de la situación de los trabajadores del Transantiago. Me refiero a su preocupación por mejorar los recorridos y las frecuencias. Espero que estos recursos sirvan para mejorar esos problemas.
¿Qué fue de Sonda? Nunca más se supo de esa gigantesca empresa que entregaría toda la tecnología que necesitaba el Transantiago, como un software maravilloso, tipo juego electrónico de playstation, que permitiría controlar el movimiento de los buses desde el ministerio o sentados en Reñaca. Nunca más se supo de ese software maravilloso.
Continúo: Ida Rojas, de Arquitecto O ´Herens , no tiene frecuencias adecuadas; Gabriel , de Diego Silva y Principal -hace un mes envié su carta al señor ministro , acompañada de la firma de ciento y tantos ciudadanos- reclama por el recorrido de Juan Cristóbal . Debió crearlo una persona muy inteligente, ya que si alguien se encuentra en la calle Principal o en Diego Silva y quiere ir a alguno de los hospitales ubicados en Independencia, es decir, hacia el sur, debe salir a Juan Cristóbal para tomar la micro hacia Américo Vespucio con Guanaco , con Pedro Fontova o con Independencia; o sea, si usted quiere ir al sur, primero tiene que ir al norte.
Señor Presidente, por su intermedio pido al ministro que cambie ese recorrido, porque los 230 mil millones de pesos que se otorgan como subsidio permanente deben servir también para que se cambien recorridos, trasbordos, ubicación de paraderos y todo otro problema que dificulte el traslado de las personas.
A Rosita Leiva , de pasaje Aranís , en la Angela Davis , no la mencionan al lado de la palabra BID; no escucho hablar de Luis Ramírez, de Cardenales Oriente. Ellos son los que Neruda cita en “Oda al hombre sencillo” o en “La tierra se llama Juan” . De ellos no hablamos. Aquí se habla mucho del BID y del Banco del Estado; se hacen muchos estudios de cifras, de tasas de interés.
Señor ministro -por su intermedio, señor Presidente -, ayer usted informó de la alegría que producirán esos créditos con avales del Estado. Vamos a tener que pagar intereses más bajos. Enhorabuena para Chile y para los recursos que tendrán los chilenos para la protección social, que tan buenamente crea, impulsa y dirige la Presidenta Bachelet . Pero en el transporte -estoy viendo mi página web mientras hablo-, veo un reclamo de Héctor Zúñiga , de 12 de agosto; otro de Miguel Cáceres Araya , de igual fecha; el 11 de agosto, uno de Marta Arias.
Hablemos de esos nombres. Alguna vez un poeta dijo: la tierra se llama Juan , y habló de Olegario Lazo, de Ramona Parra , de Juana, de Luis, de un palero de Tocopilla. En esta Cámara, cuando hablemos de los millones que tendrá el Transantiago, pongamos los nombres de Teresa Zúñiga, de Miguel Queirolo , de Pedro Donoso , de Luis Morales, de Carlos Bianchi , presidente del Club Deportivo México ; de la gente de Huber Benítez. Puedo dar un listado completo de todos esos ciudadanos. ¿Qué dicen? La línea 101 no funciona. En la 116 los buses vienen pegados. En la 107 se forma un trencito. Se dice por escrito. Se puede visitar la página web www.arreglartransantiago.cl.
Felizmente, el Ministerio de Transportes y su ministro contestan cada uno de esos reclamos. Por lo menos, existe acogida, y un ministro que escucha, que recibe los reclamos y que ordena responderlos. Pero no basta con que sean escuchados; me gustaría ver la transformación real.
En un reconocimiento poco frecuente, el ministro dijo que todavía están en deuda con la zona norte de Santiago.
Señor ministro , eso fue hace tiempo. Ana Belén dice: la B-12 está discontinuada. Margarita Rodríguez dice: problemas con el paradero mal ubicado en la 223, en Diego Silva , en la zona de Guanaco.
Escuché a un diputado de la zona norte de Chile referirse al valor de esos subsidios. Es maravilloso. En la Región Metropolitana tenemos problemas y falta de plata. Me lo confirma el diputado Silber , quien conoce muy bien la zona de Quilicura. Hemos estado trabajando juntos para los trabajadores del Gran Santiago. Los diputados de regiones están felices, porque lo único que deben hacer es reclamar y abrir las arcas regionales para recibir el subsidio permanente de 115 mil millones de pesos permanentes y el subsidio transitorio de 550 mil millones de pesos que se van a repartir.
Termino diciendo que, para ellos, esa felicidad que les llegó repentinamente tiene que ser también para los ciudadanos de Santiago, de manera que tengamos la felicidad de aprobar un proyecto de ley para financiar el Transantiago, a fin de que dé mejor servicio, y no tener que decir a los ciudadanos que hemos aprobado los recursos para financiar un mal transporte, porque eso ya sería el colmo. Exijo mejoramiento del servicio.
He dicho.
El señor VARGAS (Vicepresidente).-
Tiene la palabra el diputado señor Carlos Montes.
El señor MONTES.-
Señor Presidente , en primer lugar, quiero dejar en claro que voy a votar a favor del sistema de subsidios planteado y del artículo primero transitorio, relativo al crédito BID.
Voy a hacer una breve referencia al problema de fondo.
Aquí se ha dicho mucho sobre el Transantiago; pero los que formamos parte de la comisión investigadora llegamos a la conclusión -así lo dice el informe- de que uno de los principales errores respecto del Transantiago fue no haber diseñado el sistema desde un comienzo con un subsidio. No se trataba de enmendar por la vía de la flota, que es lo que ocurrió. En efecto, para mantener la tarifa se disminuyó la flota a 4 mil y tantos buses, con lo cual se provocó la crisis.
Ese no es el único problema del Transantiago, pero es muy determinante, por la forma en que se hicieron los ajustes de los troncales, de los alimentadores, de los paraderos, de muchas cosas y, en general, del conjunto del sistema.
Es importante reconocer eso, porque cuando se han destinado recursos con posterioridad, el problema no es que haya pérdidas, sino que no se gastaron de la manera más racional desde el comienzo. Entonces, hubo que ir parchando distintos inconvenientes, como cambiar los sistemas de incentivos; en fin, fue necesario hacer distintas cosas para corregir lo que no se hizo de manera adecuada desde un comienzo. Repito, no fue pérdida, sino la destinación de recursos necesarios para el Transantiago, a fin de hacer una modificación estructural. Es verdad que la manera en que se hizo ha generado distorsiones bastante grandes.
El modelo de subsidio que propone el Senado me parece tremendamente imperfecto. Sin embargo, voy a votar a favor porque es consecuencia de un acuerdo.
En cualquier área económica, los subsidios no se establecen de ese modo. Lo que se buscaba era un modelo que asegurara dos cosas: en primer lugar, un incentivo a la innovación permanente, por el modelo de subsidio. En segundo lugar, cubrir en forma gradual los déficit en un plazo de cinco o diez años. No sé la cantidad de tiempo que se requerirá para que, en el caso de Santiago, adquiera la eficiencia y las condiciones que esperamos.
Se crea un modelo de subsidio permanente por la vía de la tarifa escolar, lo que me parece muy bien; es un costo que existía. Pero, ¿qué tiene que ver eso con la evolución del sistema de transporte? Hay que cubrir el déficit en el punto de equilibrio y, a su vez, asegurar la innovación y el avance.
Llamo la atención sobre esto, porque -tal como dijo el diputado Hales - me parece que respecto de Santiago será necesario seguir reflexionando. Estamos resolviendo un problema y dando tiempo para trabajar más a fondo un conjunto de situaciones que tenemos por delante.
Mientras no haya un administrador regional del sistema, un administrador metropolitano, difícilmente vamos a tener una capacidad de gestión de todos los problemas específicos que mencionan la señora Rosita Leiva y otras personas.
En la actualidad, tenemos una autoridad regional de transportes que debe revisar los temas muy indirectamente y negociar con mucha gente para acomodar los recorridos.
Hay que repensar el subsidio para que tenga más desarrollo, más eficacia y un plazo mayor que el previsto en el proyecto.
Hay que asegurar que en los alimentadores existan más competencia, y en los troncales, más lógica pública, independientemente de la propiedad, de manera que encontrar buses en los períodos de baja, de manera que en los fines de semana no sea tremendamente difícil acudir a ellos, como ocurre en la actualidad.
Hay falta de competencia en los alimentadores. Pensar que responder aún por la asignación de cuotas de buses no ha dado el resultado que se quiere.
Tengo claro que el Transantiago ha mejorado mucho; está en condiciones muy superiores. Creo que este proyecto de ley permitirá tener más tiempo y estabilidad para repensar los problemas de fondo, tanto de la organización del transporte como de los sistemas de subsidio.
En las regiones no se ve la relación que hay entre lo que estamos acordando aquí y la modernización del transporte, en ciudades como Concepción y Valparaíso. Se está estudiando la manera de captar recursos para tener mayor inversión, pero no que esto sea coherente con que en el país se tienda a mejorar los sistemas de transporte en una perspectiva de largo plazo en ciudades que tienen especificidades distintas de las de Santiago.
Es verdad que se están repartiendo recursos. Entiendo que las regiones estén contentas por eso; pero, desde el punto de vista de la lógica de país, tendríamos que pensar en subsidios para regiones, pero asegurando que con eso se construirá una red de transporte más eficiente en el largo plazo.
Las regiones aprovecharán los errores de Santiago para captar recursos en forma legítima, pero eso no significa que se orientarán necesariamente, de la mejor manera para construir sistemas de transporte más adecuados.
Quería hacer esta reflexión, porque el proyecto fue consecuencia de una negociación. El Gobierno necesitaba contar con recursos y un tiempo para que el sistema madurara; pero ese tiempo hay que aprovecharlo para discutir problemas estructurales, como un sistema más racional para el largo plazo, el administrador del transporte en la Región Metropolitana y el sistema para articular troncales con alimentadores.
Respecto de echar abajo el artículo primero transitorio, que tiene que ver con el crédito BID, habría preferido mil veces que eso hubiese sido incluido dentro del acuerdo. ¿Para qué mantener un problema que, posteriormente, habrá que resolver por la vía de las tarifas u otras? Porque aquí hay una deuda, es decir, la necesidad de cubrir algo que surgió como consecuencia de la manera en que se enfrentó este tema.
No voy a entrar en esto, porque ayer, en las Comisiones Unidas, el ministro explicó de manera consistente cómo la actitud de los presidentes de ambos partidos de Oposición obligó al Gobierno a buscar una alternativa, y se llegó a ésta que, sin lugar a dudas, no es la óptima. Entonces, no corresponde que hoy se busque echar toda la culpa a una forma distorsionada de tomar decisiones por parte del Ejecutivo, en circunstancia de que la Contraloría estuvo en la base de esta decisión.
Me parece que debemos aprobar el artículo primero transitorio. Por lo tanto, llamo a la Oposición a reflexionar más al respecto. ¿Todavía pretenden usar esto como un tema de campaña para decirle a la gente de Santiago y del resto del país que se están perdiendo los recursos del Estado? Esto fue consecuencia de una coyuntura, porque había que resolver un problema y el sistema debía funcionar.
Claro, la Oposición quería que la primera vez se utilizara el 2 por ciento constitucional, pero el Gobierno optó por esta vía administrativa que ella planteó como una fórmula para resolver el problema.
Debemos aprobar el artículo primero transitorio. Por eso, llamo a la Oposición a no caer en este juego electorero. Lo que el país quiere es unidad para resolver los problemas. Está muy bien lo del subsidio, pero también debemos incorporar la forma de resolver el crédito BID.
Por otra parte, no me gusta el informe financiero. Se ha convertido en un hábito del Ministerio de Hacienda hacer informes financieros muy opacos. Aquí deberíamos tener un informe financiero que claramente determinara los factores que componen las cifras: por un lado, los 49 millones y, por otro, los recursos que tienen que ver con el aporte para las regiones. Sólo tenemos cifras globales. Hay un informe técnico complementario -lo hemos pedido- que no es parte del informe financiero.
Cuando la Comisión de Hacienda resuelve sobre este tipo de materias, debe contar con una descomposición de los datos para ver de dónde se generan, sobre todo cuando se establecerá un panel de expertos que deberá tomar decisiones en el camino.
Espero que en el reglamento se establezca el tema de los taxis y la forma en que se distribuirá el subsidio, que no se conviertan en factores que nos lleven a atrasar más esto.
Reitero que el proyecto es un gran avance, pues entregará un respiro. Sin embargo, es necesario que el Gobierno no crea que los problemas quedan resueltos. Por el contrario, se otorga un tiempo para analizar ciertos problemas de fondo más estructurales -lo dijo muy bien el diputado Hales -, de administración y de diseño de las redes, y también para estudiar la forma de modernizar el transporte en las regiones.
El problema de las regiones no se resuelve sólo con la captación de mayores recursos. Es necesario mirar a diez años plazo qué sucederá, por ejemplo, en Concepción o en Valparaíso, en el sentido de modernizar el sistema. Con este proyecto se está ganando tiempo.
Si se rechazara el artículo primero transitorio, como quiere la Derecha, se hará un daño, pues seguiremos pegados a cosas que ya ocurrieron y no se mirará hacia adelante, que es lo que quiere todo el país.
He dicho.
El señor ÁLVAREZ (Presidente).-
Tiene la palabra el diputado señor Carlos Olivares.
El señor OLIVARES.-
Señor Presidente, por su intermedio deseo expresar al señor ministro que no me gusta este proyecto.
En primer lugar -ya se planteó-, la forma en que se entregarán los subsidios no es la mejor.
En segundo lugar, no resuelve los problemas más importantes del Transantiago. En verdad, esta ingente cantidad de dinero que se entregará a los operadores sólo se destinará al financiamiento de los mismos, pero en el proyecto no hay una coma ni una línea que nos diga de qué forma se mejorará el servicio a los usuarios.
Señor Presidente , por su intermedio quiero preguntar al ministro cuáles son las transformaciones profundas que, a partir de este proyecto de ley, se harán al mal diseño del Transantiago, No veo ninguna. Me gustaría saber si hay algo previsto en el futuro.
El diputado Hales mencionó, con nombres y apellidos, a vecinos que padecen las consecuencias de este sistema. En verdad, ellos se multiplican en Cerro Navia, Quinta Normal y Lo Prado. Para esas personas, que están sufriendo con este mal servicio, no veo respuesta alguna en este proyecto de ley.
Por todos es conocido que el diseño de la malla de recorridos es uno de los principales problemas; pero al respecto no se dice palabra alguna. No se habla de mejorar las frecuencias ni de descongestionar el Metro. En el fondo, esta tremenda cantidad de dinero que se entregará es sólo para financiar el sistema, es decir, para que pueda seguir funcionando, en circunstancias de que técnicamente está quebrado.
Señor Presidente , por su intermedio, me gustaría que el ministro me respondiera qué se prevé a futuro, porque aquí no hay ni un solo peso para indemnizar a los pequeños y medianos empresarios que fueron expulsados de esta actividad. Me gustaría saber cuántos pequeños y medianos empresarios, que tienen rostro, nombre y apellido, quebraron. Ahora, muchos de ellos, son prófugos de la justicia o se han suicidado, y sus bienes han sido rematados.
Me gustaría saber si el ministro tiene un catastro de los pequeños y medianos empresarios que quebraron; si se considera indemnizarlos en el futuro, porque la acción del Estado los dejó fuera de una actividad que llevaron adelante por más de ochenta años. Me gustaría saber si hay algo de eso en perspectiva.
Señor Presidente , por su intermedio quiero preguntar al señor ministro si tiene una lista de los trabajadores que quedaron sin indemnizaciones tras la pérdida de sus fuentes laborales como consecuencia de la implementación de este plan. En este proyecto de ley no se destinará ni un solo peso para esos trabajadores que han sufrido tanto.
Reitero, me gustaría saber si el señor ministro posee información sobre la cantidad de trabajadores que sufrieron con esta reforma, con nombres y apellidos, y si conoce los montos de las indemnizaciones que dejaron de percibir porque sus patrones quebraron. Me gustaría saber si existe algo en perspectiva para entregarles sus indemnizaciones.
Este proyecto de ley no es bueno. Aquí se ha hablado mucho, pero no se ha apuntado al grano, a la esencia. Quienes me antecedieron en el uso de la palabra se refirieron a la existencia de un acuerdo político, pero no han dicho que este proyecto no considera mejorías para los usuarios.
En verdad, una vez más aquí tenemos un acuerdo político hecho a espaldas de la ciudadanía, por cuanto no le cupo participación en él.
El diputado Hales dio a conocer nombres de usuarios que han sufrido. Yo también tengo muchos nombres; todos los parlamentarios tenemos nombres de personas que están sufriendo día a día a causa del Transantiago.
Por eso, señor Presidente , por su intermedio deseo que el señor ministro responda si a esas personas que sufren día a día tras la implementación del Transantiago, se les consultó respecto de este proyecto de ley y de este acuerdo político, hecho en algunas oficinas. Quiero saber si a esas personas, que sufren todos los días el hacinamiento en el Metro y particulares problemas en sus poblaciones, se les preguntó si es necesario entregar este subsidio.
Entonces, resulta que aquí tenemos un acuerdo político firmado entre cuatro paredes, que eternizará el problema de la gente.
Para qué seguir si, en verdad, este proyecto no sirve. Basta tomar uno que otro ejemplo para darse cuenta de que las cosas no se están haciendo bien, sino con apresuramiento.
¿Cuántas personas pertenecientes al 40 por ciento de la población socioeconómicamente más vulnerable, ocupan a diario la locomoción colectiva? Me gustaría saber si el señor ministro tiene esa cifra.
Una cuestión bien planteada sería entregar ese vale al ciento por ciento de los usuarios del transporte público ¿Por qué no? Si alguna persona utiliza el transporte público es por necesidad, porque no tiene las condiciones económicas para resolver sus necesidades de transporte de otra manera.
Por lo tanto, de ese 40 por ciento socioeconómicamente más vulnerable ¿quiénes realmente usan el transporte público?
Nos vamos a encontrar con sorpresas, porque existen muchas personas que no salen de sus casas, como los adultos mayores; también están los cesantes y las personas con problemas estructurales de pobreza, que, obviamente, no utilizan el transporte público todos los días.
Entonces, hablar de ese 40 por ciento es referirse a una cifra demasiado elevada en relación con la prestación de este servicio.
Señor Presidente , para terminar, anuncio mi voto en contra. No me queda más que votar en contra todas las modificaciones del Senado. Lo hago por una cuestión de consecuencia, por cuanto esta solución implica continuar con un transporte público de mala calidad, que la gente en la calle repudia.
De eso vamos a tener algún dato en las próximas elecciones.
Señor Presidente, espero que, en un acto de consecuencia, la Cámara esté con la gente y rechace las modificaciones del Senado.
Gracias, señor Presidente.
He dicho.
El señor ÁLVAREZ ( Presidente ).-
Cito a reunión de Comités sin suspender la sesión.
Tiene la palabra el diputado señor Cristián Monckeberg.
El señor MONCKEBERG (don Cristián).-
Señor Presidente, nuevamente nos encontramos en esta Sala para tratar los problemas del Transantiago.
En innumerables ocasiones nos hemos referido a ellos: en sesiones especiales, en interpelaciones -una a un ex ministro del Interior y otra sobre el crédito BID- en dos comisiones investigadoras, sobre el Transantiago y sobre el crédito BID. Al final, al cabo de casi tres años, llegamos a la conclusión de que nunca se ha llevado adelante una política pública tan mal diseñada, tan mal implementada y tan mal ejecutada como la del Transantiago.
Lo peor de todo es que se hizo de espaldas a la gente. Hay que resaltarlo y no olvidarlo, por cuanto para aprender de los errores se debe hacer el intento por no olvidarlos. Para mirar hacia el futuro se debe tener claro qué se ha hecho mal.
El Transantiago es la peor política pública diseñada por los gobiernos de la Concertación. No lo digo yo -no es una frase original-, sino de personeros de la Concertación. Esto debe servir para sacar conclusiones, pues se generó un sistema de transporte público en la ciudad de Santiago, pero no se preguntó nada a la gente, a los usuarios. Esto grafica lo que ocurre cuando se trabaja con técnicos fuera de todo control y de toda conexión con la realidad.
Este sistema se hizo entre cuatro paredes, supuestamente por genios, y se pretendió llevarlo adelante de un día para otro.
Todavía recuerdo cuando se decía que en febrero o marzo de ese fatídico año esto iba a cambiar, y que, de un día para otro, tendríamos un sistema nuevo. Recuerdo que nos dormimos con los microbuses amarillos y despertamos con los famosos microbuses del Transantiago.
Ése fue uno de los mayores errores. Ningún sistema de transporte público que tenga por objeto modificar el transporte de una ciudad, se hace de un día para otro. Normalmente, estas transformaciones duran años. Primero, se empiezan por alguna comuna o sector; y luego, se corrige, y así, sucesivamente, se agregan nuevos sectores, hasta llegar a la total transformación del sistema de transporte público de alguna ciudad.
Pues bien, ahí estuvo el error garrafal que todavía estamos pagando mediante la ley de Presupuestos, el 2 por ciento constitucional, etcétera, a lo que se suma la cantidad de créditos pedidos. Pero resulta que también lo está pagando la gente que más ha sufrido con este sistema, la que lo ha pasado más mal. Sin embargo, como el tema dejó de ser noticia en los diarios y dejó de ser portada de los noticiarios, se cree que la situación mejoró de la noche a la mañana.
Reconozco que se ha hecho un esfuerzo, que el ministro se ha esforzado por sacar adelante el Transantiago y que por empeño no se ha quedado. Pero no es lo que se vendió, lo que se prometió y lo que se dijo. Recordemos que se anunció que este sistema se autofinanciaría. Recuerdo haber escuchado a Nicolás Eyzaguirre , ministro de Hacienda en la época, quien dijo que esto funcionaría tiqui-taca; que sin necesidad de modificar la tarifa, con los alimentadores y el sistema de troncal, esto caminaría sin ningún problema y que, además, generaría un mejor sistema de transporte público a la ciudad.
También lo escribió y lo dijo el actual ministro de Hacienda , Andrés Velasco , quien contaba con informes de los cuales tomamos conocimiento en la comisión investigadora. Pero el famoso tiqui-taca no fue tal. De hecho, el ministro Cortázar llegó a esa cartera por el desastre del tiqui-taca, es decir, para solucionar los errores cometidos.
No podemos olvidarlo. Cuando se cometen errores de tal magnitud, que afectan con tal fuerza a la ciudadanía, no se pueden olvidar. No se trata de ser majadero, sino de no olvidar la historia para no volver a cometer esos errores.
Hay mucha gente que la pasó mal, sobre todo adultos mayores, quienes se vieron impedidos de salir y tomar el famoso micro amarillo, porque cambió el sistema. Hoy no se atreven a salir, no quieren salir, porque no conocen los recorridos, tienen temor de que el microbús les sea incómodo o que puedan caer y sufrir accidentes.
Además, hasta el día de hoy en el colectivo quedó instalada la idea de que el sistema no funciona bien y no es seguro.
Espero que de aquí en adelante esto empiece a cambiar en forma radical. Hemos hecho importantes esfuerzos, no sólo para criticar -rol importante de la Oposición-, sino también para mejorar este sistema. El ministro puede dar fe de que en la Cámara de Diputados hemos hecho esfuerzos para solucionar un problema que afecta a la ciudadanía.
A mi juicio, en la Cámara de Diputados existieron bases para alcanzar un acuerdo, pero no se logró. No voy a analizar las causas, pero hubo intenciones, ganas y esfuerzos para sacar adelante un acuerdo, el cual hoy está llegando en tercer trámite constitucional, como consecuencia del trabajo que se llevó adelante en la Comisión de Transportes del Senado. En ese sentido, en mi opinión es necesario apoyar las modificaciones del Senado, sobre todo en lo que dice relación con el cambio institucional que se producirá en materia de transporte urbano. Al respecto, cabe recordar que una de las conclusiones más importantes de la comisión investigadora es la falta de una institucionalidad acorde para enfrentar el sistema de transporte público en la ciudad y la falta de una autoridad que pudiera coordinar eso.
Ello llevó a que tanto el ministro como el subsecretario de la época se vieran muy complicados y enredados porque no tenían las facultades ni las herramientas para enfrentar este problema. Así, por ejemplo, el que un troncal deba cruzar una parte de la ciudad no es decisión de una autoridad, se requieren muchas autoridades para lograr que el troncal se construya.
El problema mayor es que las vías exclusivas o segregadas donde funcionan los troncales debieran haber estado listas hace ya bastante tiempo, pero lo estarán en su totalidad recién en 2014, porque las autoridades no tenían las facultades necesarias para tomar una decisión al respecto y tampoco existía una institucionalidad fuerte. Eso representa un importante avance. El ministerio traspasará ciertas facultades a la autoridad metropolitana de transportes.
Se trata de una materia muy importante que debemos sacar adelante. Hoy se encuentra radicada en la Comisión de Transportes de la Cámara de Diputados. La hemos analizado en algún momento, pero se ha detenido su estudio a la espera, precisamente, del surgimiento de este acuerdo.
Por tanto, el Gobierno, en lo poco que le resta de su mandato, debe abocarse a sacar adelante esto por la importancia que reviste.
También es relevante lo que dice relación con el panel de expertos y las tarifas. Pienso que no es bueno ni positivo que las tarifas dependan de una decisión política. Debemos reconocer que para ninguna autoridad es agradable dar a conocer alzas de tarifas. Por eso, esas alzas se deben analizar desde un punto de vista absolutamente técnico, aun cuando reconozco que hoy eso se está abordando bien, incluso, el que la variación tarifaria no pueda exceder del 5 por ciento del valor de la tarifa de cada mes y una serie de otros principios. Creo que ese tema está bien abordado y complementado.
En cuanto al rediseño del Transantiago, mucho se discutió al respecto, sobre todo en lo que dice relación con la ausencia de competencia. Ahí sí debo reconocer que estamos muy mal, porque ese es el germen de uno de los tantos problemas que se produjeron con el Transantiago.
Por eso, a partir de la renegociación de los contratos -que parte ahora en agosto de 2009-, ojalá se fomente la competencia a través de las famosas zonas exclusivas que hoy existen, lo que necesariamente mejorará el nivel del servicio. Si se introduce competencia a los alimentadores, éstos se esforzarán por ir a buscar pasajeros; pero hoy el sistema es absolutamente al revés, porque no existe ningún incentivo, ninguna zanahoria -por decirlo en forma gráfica- para que los empresarios de micros salgan a buscar pasajeros y presten un buen servicio. Si se premia con mejores tarifas a un empresario por el buen servicio que presta se esforzará necesariamente por dar un mejor servicio a la ciudadanía y a los usuarios del sistema de transportes, buscará los recorridos útiles que le permitan prestar un mejor servicio a los usuarios.
Creo que el rediseño del Transantiago y el rediseño en general de la estructura de alimentador y troncal está en entregar una mayor posibilidad de competencia y de liberalización de esas parcelas, esos estancos que existen, sin eliminar completamente el concepto de compensación, pero sí entre los alimentadores, aunque quede entre alimentador y troncal. Creo que es una buena señal.
Ese tema se conversó largamente y fue una de las conclusiones de la Comisión Investigadora del Transantiago y del panel de expertos que convocó el ministro hace ya bastante tiempo, en uno de los tantos veranos que pasó trabajando.
Lo concerniente al crédito BID -como dijo el diputado Montes- no es una majadería. No queremos dejarlo afuera porque sí. Lo que sucede es que se saltó el Congreso Nacional y las normas legales, y al ser un crédito entre privados, necesariamente es mucho más caro. Entonces, si se rechaza la respectiva disposición -como queremos-, eso permitirá que de alguna manera se renegocie en forma distinta por el Ejecutivo con el fin de permitir que el costo no sea tan alto para el Estado.
He dicho.
El señor ÁLVAREZ (Presidente).-
Tiene la palabra el diputado señor Manuel Rojas.
El señor ROJAS.-
Señor Presidente , si bien las modificaciones del Senado son consecuencia de un acuerdo político, se debe dejar en claro que dicho acuerdo no refleja realmente los problemas que puede ocasionar a las regiones. Digo esto por lo que ha sucedido en mi región, específicamente en la ciudad de Antofagasta, donde se encuentra licitado el tránsito mayor. Ahí no se necesitó un ministro para solucionar el problema, sino que el seremi, en conjunto con nosotros, somos quienes en parte lo hemos logrado.
Por ello, creo que en esta materia debemos poner los puntos sobres las íes, porque con este acuerdo se producirán algunas dificultades en las regiones donde sí se está trabajando de buena manera lo que dice relación con el transporte público licitado.
En las modificaciones del Senado hemos visto los requerimientos que se hacen respecto de licitaciones futuras y podemos ver que hay complejidades para quienes ya están licitados, como es el caso de Antofagasta, donde el seremi está tratando de adelantar la licitación. Por eso, no parece justo no asegurar a personas que en un momento determinado hicieron una gran inversión, que podrán rescatar esa inversión como corresponde, porque se reduce el plazo y nadie les asegura que en esta nueva licitación serán ellos los adjudicatarios.
Por lo tanto, en el caso de Antofagasta tenemos dos posibilidades: o se negocia positivamente para que la gente pueda continuar con el proceso de entrega de lo que hoy están desarrollando, o no se adelanta la licitación y se espera el próximo año. Efectivamente, cuando se pierden algunas instancias en la licitación, a los que ya están licitados se les produce una cierta incomodidad, porque ya han cumplido en una primera etapa, cuando se les exigieron todos los requisitos e hicieron el máximo de esfuerzos económicos. Y lo decía el diputado Olivares hace un rato. ¡Cuánta gente tuvo que cambiar su pequeña micro para optar al beneficio de entrar a la licitación!
Aun cuando reconozco que con estas modificaciones del Senado se busca una solución desde un punto de vista subsidiario, no me parece correcto que le llegue plata a las regiones porque le ha ido mal al Tran-santiago. Sin duda, ese es un problema que tenemos que analizar, porque si sólo se tratara de enviar plata a las regiones usando el expediente al que me he referido, todos desearíamos que los proyectos que implemente la Concertación resulten malos.
A mi juicio, debemos analizar lo que está sucediendo.
Por otra parte, se le entregan aportes a las regiones para obras de infraestructura. En Antofagasta, se está produciendo una discusión mayor en cuanto a hacer carreteras con el objeto de mejorar la conectividad interior de la región y para el uso del tránsito interurbano. Sin duda, con el peaje, se encarecerá la tarifa.
En las modificaciones del Senado no se advierte ni se clarifica que se vayan a solucionar los temas regionales, lo que dificulta su aprobación porque, insisto, puede haber un acuerdo, pero en él no se refleja lo que está sucediendo en las regiones.
Aquí tiene que señalarse claramente por qué no se han sincerado las tarifas en Santiago y por qué tenemos que hacerlo en regiones. ¿Por qué en regiones deben pagar lo que corresponde, mientras que en Santiago se ocultan y no se sinceran los valores del pasaje en el Metro o específicamente en el famoso Transantiago?
Lamentablemente, aquí sólo ha habido conveniencia política; ¡ello echa a perder lo que estamos buscando: el subsidio al transporte público!, el cual debe ser transparente y como corresponde sin tapar lo ocurrido, sincerando las tarifas que se deben cobrar en Santiago.
Por lo anterior, voy a votar en contra de las modificaciones del Senado, manteniendo mis convicciones, que es lo que he hecho desde el primer momento y hasta hoy. Todo lo que huele a Transantiago ha sido nefasto, especialmente para las regiones.
He dicho.
El señor ÁLVAREZ ( Presidente ).-
Informo a la Sala los acuerdos adoptados por los Comités sobre la tramitación de este proyecto.
Primero, suspender el tratamiento de los proyectos de acuerdo, con el objeto de disponer de más tiempo, porque hay más de 40 diputados inscritos.
Segundo, citar a una sesión especial para la tarde, de 18 a 20 horas, y votar las modificaciones del Senado a las 20 horas.
Finalmente, para su discusión, otorgar un tiempo máximo de cinco minutos por diputado, a partir de este momento.
Tiene la palabra el diputado señor José Miguel Ortiz.
El señor ORTIZ.-
Señor Presidente , me alegra el acuerdo político a que se llegó, por el bien del país y por lo que significa nuestra Región Metropolitana. Quienes somos de regiones, también debemos entender que, definitivamente, la capital debía buscar una definición en este tema.
Quiero hacer un reconocimiento al ministro René Cortázar , porque tuvo la valentía y la entereza para enfrentar este problema, al cual se entregó por completo. Espero que las modificaciones del Senado sean aprobadas en esta sesión, a fin de que el proyecto se convierta en ley de la República.
Como sólo dispongo de cinco minutos, voy a plantear dos cuestiones.
En primer lugar, el tema de fondo -es bueno que lo sepan las personas que están viendo el Canal de la Cámara- se relaciona con una realidad: los escolares pagan sólo una fracción del pasaje de los adultos. ¿Cómo se financia este beneficio? La respuesta es muy simple: con las tarifas más altas que deben pagar los adultos que usan el sistema de transporte público. Sin embargo, esta forma de financiar el beneficio, tiene dos efectos muy negativos. Primero, se encarece artificialmente el servicio de transporte público, que tiene beneficios sociales en muchos aspectos: menor contaminación y congestión y mejor utilización de las vías públicas. Segundo, se obliga, injustamente, a los usuarios del sistema de transporte público que, en su gran mayoría, pertenecen a los sectores de ingresos medios y bajos, a financiar a los estudiantes de todos los estratos sociales, incluidos los universitarios y de sectores acomodados. Se establece un subsidio permanente de 230 mil millones de pesos anuales para financiar la tarifa estudiantil y rebajar el pasaje de la locomoción colectiva.
En segundo lugar, hay un tema que aquí no se ha tocado y que sólo quiero recordar. Hemos aprobado dos proyectos relacionados con el Transantiago. A los parlamentarios de regiones se nos criticó cuando planteamos el peso a peso, medida que surtió efecto. Eso no es algo menor porque, en mi Región del Biobío, la primera parte, que no se devolvía, llegó a casi 10 mil millones de pesos. En el caso que estamos tratando hoy, de aprobarse el artículo primero transitorio, no tendrán que devolverse 15 mil millones de pesos. Estos casi 25 mil millones de pesos para la Región del Biobío significaron, en la práctica, más de doscientos proyectos de mejoramiento de aceras y pavimentos, construcción de sedes y otras obras que contribuirán a una mejor calidad de vida de todas las personas. Pero eso no se recuerda. Dijeron que era demagogia, populismo, que la plata no llegaría nunca; pero llegó y los parlamentarios, con mucha generosidad, propusimos que esos recursos ingresaran al Fondo Nacional de Desarrollo Regional (FNDR), para que se concretaran los proyectos pendientes en todos los municipios.
En el caso de la Región del Biobío, la inmensa mayoría de esos recursos fueron a municipios controlados por la Alianza. Pero, así es la ley; tenemos que legislar para todo el país, no para determinadas regiones. Ésa es la realidad. Me alegro muchísimo de que la idea del peso a peso haya nacido en la Comisión de Hacienda de nuestra Corporación. En este momento, están presentes, por lo menos, siete u ocho diputados de regiones: Enrique Jaramillo , Pablo Lorenzini , Raúl Súnico , Alberto Robles y algunos colegas de la Alianza que nos plantearon que nosotros debíamos aprobar recursos para las regiones.
Por lo tanto, espero un gesto de grandeza y no sólo un acuerdo político relacionado con el subsidio; también debe significar el apoyo del artículo primero transitorio. De lo contrario, los gobiernos regionales tendrían que devolver, 90 mil millones de pesos, los responsables de ello serían quienes voten en contra del artículo primero transitorio.
Para terminar, en nombre de la bancada democratacristiana, anuncio que vamos a votar a favor todas las modificaciones del Senado.
He dicho.
El señor ÁLVAREZ ( Presidente ).-
Tiene la palabra el diputado señor Raúl Súnico.
El señor SÚNICO.-
Señor Presidente , diría que estamos viviendo un momento histórico, por cuanto podremos contar con un subsidio al transporte público a nivel nacional, razón por la cual cabría esperar el respaldo masivo de la Sala a esta iniciativa, porque permitirá rebajar las tarifas del transporte público en todas las zonas licitadas y, por lo tanto, la gente tendría una economía en el uso de dicho medio de transporte.
Pero, éste es sólo un paso, porque lo que se requiere es un plan nacional de modernización del transporte público, para que, en las distintas ciudades, las personas tengan un sistema de transporte público eficiente y moderno, no sólo en relación con las tarifas que hoy estamos discutiendo, sino respecto de la calidad del servicio, del tipo de buses utilizados, de la frecuencia con que operan, de la integración de las distintas formas de transporte. Pero, todo esto debe ir acompañado de un plan de infraestructura que genere corredores de transporte público en las diferentes regiones, de manera que este servicio tenga los privilegios que necesita porque es el más eficiente.
En el caso de Concepción, se han construido corredores para el transporte público muy significativos: Paicaví y Manuel Rodríguez , en Chiguayante; Pedro Aguirre Cerda , en San Pedro, y Nueva Prat -o Padre Hurtado , como se le llama-, en Concepción. Esos corredores han permitido un uso más eficiente de las vías. Asimismo, estamos a la espera de que se inicie la construcción del que unirá Talcahuano con Concepción en el eje Colón-21 de Mayo, cuya primera etapa se iniciará en los próximos meses. Todos estos planes de infraestructura son vitales para asegurar el buen funcionamiento de los sistemas de transporte público.
Por eso, queremos plantear que, independientemente de que vamos aprobar el subsidio porque consideramos que es un paso muy significativo que la ciudadanía asuma que no sólo la vivienda, la salud y la educación requieren la preocupación del Estado, sino que también el transporte público es una necesidad básica que debe contar con un subsidio estatal. Al respecto, debe implementarse una política nacional de transporte público en infraestructura y modernización, no sólo en Santiago, sino que en todo el país.
Considero bastante mezquino no otorgar los recursos que permitan cubrir la deuda que mantiene el Transantiago con el Banco Interamericano de Desarrollo, porque con ello sólo se busca generar otros espacios de crítica política en medio de una campaña electoral. Durante la discusión de esta materia, siempre sostuvimos que este crédito era entre privados, pero el Tribunal Constitucional la transformó en una deuda pública, y hoy el Estado debe hacerse cargo de ella. Esa no era la intención al solicitarse el crédito; pero terminó siendo así, debido a una resolución del Tribunal Constitucional.
Por último, quiero que el ministro nos entregue su apreciación sobre lo que señalaré. En gran medida estamos resolviendo el problema del transporte mayor; sin embargo, subsiste el problema de los taxis colectivos que circulan en las ciudades y compiten con el transporte público mayor.
Al respecto, necesitamos un compromiso del Gobierno en cuanto a articular una política que integre al taxi colectivo al proceso de modernización del transporte público. Eso tiene que contar, en lo posible, con capacitación; con una mesa de trabajo, en la cual la gente de ese otro medio de transporte también se sienta parte de ese proceso.
Por otro lado, también quiero ser muy claro sobre el tema tributario. Sería bueno que el ministro también se refiriera a él, porque no es menor.
El subsidio se pagará a los concesionarios; es decir, a quienes administren la concesión de un sistema licitado, quienes deberán realizar su traspaso completo al operador, real dueño del taxibus. Para ello, debe existir un mecanismo que garantice que los recursos llegarán a quien presta el servicio. Eso debe quedar garantizado en los reglamentos que dicte el Ministerio de Transportes y Telecomunicaciones con posterioridad, lo que es clave para que el sistema funcione y tengamos la reducción de tarifas que se requiere.
He dicho.
El señor ÁLVAREZ ( Presidente ).-
Tiene la palabra el diputado señor Roberto Sepúlveda.
El señor SEPÚLVEDA (don Roberto).-
Señor Presidente , obviamente hay consenso en que el Transantiago se ha constituido en la peor política pública de los gobiernos de la Concertación.
Es un sistema mal diseñado, que no consideró la opinión de quienes lo conocían ni de quienes lo usarían; todo eso, unido a los contratos que carecían de incentivos para otorgar un buen servicio, generó un sistema ineficiente y caro.
Los errores de diseño y puesta en marcha han afectado en mayor medida a los chilenos más modestos, que no tienen otra alternativa de movilización que el transporte público.
El Transantiago -sistema que no se ajusta aún a sus necesidades- los ha obligado a destinar más tiempo a su movilización, en desmedro de otras actividades, de la familia y del trabajo.
Pero vamos al tema que nos convoca. Quiero partir por aclarar que el acuerdo político alcanzado en torno al financiamiento del Transantiago será respetado en todos sus puntos centrales. Sin embargo, algunos aspectos de la propuesta del Ejecutivo no formaron parte de dicho acuerdo y merecen especial atención. Me refiero específicamente al crédito otorgado por el Banco Interamericano del Desarrollo.
Durante todo el proceso de negociación del crédito del BID se dio a entender que se trataba de un préstamo entre privados. Con posterioridad, supimos que el Estado de Chile era aval, a través de la Corfo, del 80 por ciento del crédito.
Los compromisos adquiridos entre los ministros de Transportes y de Hacienda y el presidente del BID hoy son públicos y pueden dar cuenta de ello.
Todo esto puede parecer una irregularidad formal, un detalle sin consecuencia que puede soslayarse con un poco de buena voluntad. Lamentablemente, no es así. El costo del préstamo, es decir, la tasa de interés que cobra el BID, es muy distinto cuando es solicitado por un Estado o por un privado.
Este intento fallido por cubrir la verdadera naturaleza del préstamo obligó a todos los contribuyentes a pagar un costo adicional altísimo. ¿A cuánto asciende la pérdida? A cerca de 6 mil millones de pesos.
Podría parecer poco, en el marco de un sistema de transporte público que nos ha acostumbrado a escuchar pérdidas del orden de los 25 mil millones de pesos mensuales. Para que los telespectadores se formen una idea, eso corresponde a más de un tercio de lo recaudado por la Teletón en 2008.
El BID, por su parte, deberá asumir la responsabilidad que le cabe por haber otorgado un préstamo cuando existía un requerimiento constitucional de por medio. No es razonable desconocer toda esta realidad y exigir sin más el pago, de acuerdo con las condiciones originales, a costa de todos los ciudadanos.
Es innecesario aclarar que no se trata de desconocer las obligaciones que nos atañen como país. No será el actuar improcedente de unos pocos el que nos haga desviar el curso de un país confiable y honesto.
Eso no quiere decir que no importa la manera cómo se renegocia dicha obligación. No nos vengan a decir que no hay alternativa de renegociación, porque las hay. Es posible pagar la totalidad de lo adeudado de una sola vez, como lo señala el texto en discusión.
Pero no se debería avanzar en ello sin antes renegociar lo que corresponde. No se puede pasar por alto que de los 4 millones de dólares que pagamos por concepto del 1 por ciento del traspaso de dinero, corresponde pagar 2,88 millones, porque el banco sólo giró 288 millones, más un millón de dólares por otro concepto.
También es posible novar la obligación, tal como hace algún tiempo el mismo BID le ofreció al Gobierno. Esto quiere decir que abre la puerta para modificar los intereses futuros. No todo está tallado en piedra, como se nos quiere hacer creer.
Aún hay espacio para aminorar el forado que ha dejado esta sucesión de equivocaciones que se llama Transantiago. No sería la primera vez que se hace; por el contrario, ello es parte de la dinámica habitual del mundo bancario, incluido el BID.
Por supuesto, resulta mucho más sencillo y cómodo evitar esta posición ingrata y pagar sin más lo que se escribió en los contratos originales. Al parecer, el ministro Cortázar cree que al alero del acuerdo político deja de ser necesario dar esta batalla. Sin embargo, es su deber hacer todo lo posible para resarcir el daño que provocó.
No se trata de generar un trato especial, sino tan sólo de reformular el acuerdo en los términos que siempre debió estar. Esto, de no mediar el intento de encubrimiento de su parte. Por eso, hoy rechazamos la indicación al artículo primero transitorio.
Pero el problema no termina acá. Cuando votamos el proyecto original, la Cámara aprobó un subsidio permanente de 197 mil millones y uno transitorio de 190 mil millones. Pero el que votaremos hoy eleva el subsidio transitorio a 550 mil millones de pesos.
Vamos a apoyar y respetar nuestro compromiso, pero queremos que el ministro Cortázar asuma su responsabilidad en esta danza de despilfarro.
He dicho.
El señor ÁLVAREZ (Presidente).-
Tiene la palabra el diputado señor Guillermo Ceroni.
El señor CERONI.-
Señor Presidente , a nadie le cabe duda de que este proyecto tiene gran significación social. El transporte público es fundamental para la ciudadanía, para su calidad de vida, con clara incidencia en la economía familiar.
Sería inaceptable oponerse a él, sabiendo que es necesario y que permitirá mejorar el transporte en la Región Metropolitana. De igual manera, beneficiará a las regiones. En ese sentido, tiene un claro sentido de justicia, pues favorecerá a todos los chilenos, sin distinción alguna.
Parte del subsidio permanente de 230 mil millones de pesos permitirá al Estado financiar la menor tarifa estudiantil y terminar con la injusticia que sea de cargo de los adultos, de las personas comunes y corrientes; incluso, sectores medios y bajos que pagan la menor tarifa de algunos hijos de familias acomodadas.
Asimismo, permitirá que la gente de las regiones reciban de aquellos que no tienen licitadas todas sus líneas un voucher o vale para movilizarse en la locomoción pública y enfrentar los costos de las tarifas.
En cuanto a los 550 mil millones de pesos restantes del subsidio transitorio para Santiago, podrán manejarse en forma adecuada para mejorar el transporte, la infraestructura y, por ende, la calidad de vida de la gente.
Hay que resaltar que este proyecto beneficia a la gran masa ciudadana. Por eso, tiene esa suerte de brindar justicia social, porque la gente de más altos ingresos no requiere de transporte público.
También se debe destacar el papel del Estado en el transporte público. Aquí es donde uno ve la importancia de su presencia, de su accionar en esta y en otras materias, sobre todo si dispone de recursos. Estos subsidios ayudan a disminuir las desigualdades.
¿Cómo no va a ser importante para la Región Metropolitana mejorar su transporte? ¿Cómo no va a ser importante este subsidio para las regiones?
Como diputado del distrito Nº 40, representante de las comunas de Parral, Cauquenes , Longaví , Retiro, Chanco y Pelluhue, ¿cómo no va a ser importante destacar que mucha gente, que pertenecen al 40 por ciento más pobre, va a recibir ese vale de transporte, y que se va a financiar el transporte escolar? ¿Cómo no va a ser importante disminuir el valor de las tarifas y financiar muchas obras de infraestructura de gran significación?
¿Quién podría rechazar un proyecto como éste, que tiene un gran sentido de justicia social?
Por eso, anuncio que daré mi apoyo al proyecto.
He dicho.
El señor ÁLVAREZ (Presidente).-
Tiene la palabra el diputado señor Julio Dittborn.
El señor DITTBORN.-
Señor Presidente , sólo quiero hacer dos comentarios respecto del desastre del Transantiago.
Llama la atención escuchar a diputados hablar de justicia social y de beneficios. En verdad, resulta muy difícil explicar a la gente que la Alianza firmó un acuerdo político y que va a apoyar el proyecto.
¿Qué lo explica? Dos cosas. Primero, la nobleza de la Oposición. Hay que decirlo abiertamente. Esto desmiente ese eslogan, que se repite, de que la Oposición es destructiva; que sólo ambiciona destruir y no a construir.
Después de habernos opuesto desde el comienzo a este sistema tan negativo para los santiaguinos, resulta difícil explicar que ahora vamos a votar a favor de este proyecto de ley.
Se explica, como dije, por nuestra nobleza. Además, por un reconocimiento práctico: existe un sistema y no queremos cometer el error de la Concertación, que borró, como en un pizarrón, el sistema antiguo de transportes de la capital, que tenía muchos defectos, pero también muchas virtudes, e impuso, como buenos socialistas, desde el escritorio, un sistema nuevo.
No queremos cometer ese mismo error, no queremos borrar del pizarrón el sistema que hoy existe y que, a nuestro juicio, ha mejorado desde que se implantó, pero al cual todavía le falta. Por lo tanto, queremos corregir lo que hay.
Eso es lo que nos lleva a apoyar este proyecto de ley.
Pero hay que tener presente que la iniciativa no representa el fin de los problemas del Transantiago, como se puede deducir de algunos discursos, sino que debemos prepararnos porque va haber muchas secuelas.
Desde ya, el proyecto, trata a las regiones de forma distinta, según tengan sistemas licitados de transportes o no.
También trata a los chilenos de forma distinta: si pertenecen al 40 por ciento de menores ingresos, los cataloga de una manera; si no, los trata de otra.
Hay muchos chilenos que no pertenecen al 40 por ciento de la población más pobre que vive en regiones, donde no hay sistemas licitados, y que, probablemente, van a quedar al margen de muchos de los beneficios que otorga la iniciativa.
En consecuencia, el proyecto tiene el germen de muchas inequidades que se van a producir en el futuro, en su aplicación práctica, porque dice poco, y se señala que un reglamento específico dispondrá cómo va a beneficiar a cada uno de los chilenos.
Respecto de los números que menciona el proyecto, no debemos creer mucho, porque el ministro Cortázar se ha equivocado demasiado al respecto.
Cuando el proyecto fue despachado por la Cámara, el ministro sostenía que el subsidio permanente tenía que ser de 359 millones de dólares. Ahora vamos en 418 millones de dólares. En algunas semanas o meses, el ministro se equivocó.
Cuando el proyecto fue despachado por la Cámara, el ministro dijo que el subsidio transitorio tenía que ser de 346 millones de dólares. ¿Saben en cuánto quedó luego de tratarlo el Senado? En mil millones de dólares entre 2009 y 2014.
Por lo tanto, al ministro Cortázar le creemos poco respecto de las cifras.
El segundo tema difícil de explicar se refiere al endoso que se hace al Estado de una deuda que el Gobierno argumentó que se contraía entre privados. Usó la argucia de la cuenta especial de reembolso con un solo objetivo: saltarse al Congreso. Por eso inventaron la cuenta especial de reembolso: para no tener que venir aquí a pedir los recursos, porque les podía pasar lo que les ocurrió con la ley de Presupuestos, cuando le aprobamos sólo mil pesos al ítem respectivo.
No corresponde a un Gobierno, que dice respetar a las instituciones democráticas, saltarse la voluntad popular. Es decir, al Congreso e inventar una fórmula compleja para conseguir dinero. Ahora quieren nuestras firmas y votos para que pase a ser una deuda pública.
En consecuencia, pedimos votación separada para el artículo primero transitorio.
Tal como algunos diputados de la Alianza, voy a votar en contra.
He dicho.
El señor ÁLVAREZ (Presidente).-
Tiene la palabra el diputado señor Gonzalo Duarte.
El señor DUARTE.-
Señor Presidente , estamos poniendo fin a un largo y doloroso debate. No ha sido bueno para la democracia el proceso enfrentado a propósito del Transantiago, ya que los costos han sido múltiples y en ámbitos muy variados. Algunos colegas han destacado los personales de muchos santiaguinos.
Es bueno recordar lo anterior para valorar, en toda su dimensión, lo que vamos a aprobar, espero, la tarde de hoy.
El Transantiago fue una reforma equivocada. Así lo hemos reconocido, como también lo ha hecho la Presidenta de la República . Esto lo hemos asumido con mucha energía. Nadie quedó contento con lo que pasó.
Este plan de transporte ha sufrido una profunda modificación en su diseño original. Además, se comprobaron errores de origen.
Este proyecto de ley establece un sistema de subsidio al transporte público. Por lo tanto, pone fin a toda una era de desarrollo de la política pública en materia de transportes. Éramos casi el único país del mundo que no subsidiaba el transporte público.
Se contempla, también, un instrumento que contribuirá a la modernización del transporte en regiones y, además, a superar ciertas situaciones de inequidad que presenta el sistema.
Me alegro de que se haya logrado en un marco de consenso. Prestigia a las instituciones la concreción de acuerdos para resolver problemas de políticas públicas.
Además, quiero valorar y destacar la tarea que muchos de los presentes han realizado para tal efecto. Incluso, en las iniciativas que han fracasado.
Recuerdo lo cercano que estuvimos de lograr un acuerdo en la Comisión de Obras Públicas, Transportes y Telecomunicaciones hace casi un año. En líneas generales, se trataba de algo muy similar al acuerdo que se logró en el Senado. En definitiva, no hay que lamentar ponerse de acuerdo. Los grandes acuerdos de Estado hablan bien de la política pública.
En tal sentido, lo que hoy puede generar controversia, como las responsabilidades del Estado con el Banco Interamericano de Desarrollo, debería ser respaldado por todos.
Quise intervenir para valorar el proyecto. Normalmente se habla para destacar las discrepancias y diferencias, muchas veces, para denostar o atacar; sin embargo, ahora quiero valorar lo que en conjunto hemos sido capaces de construir.
Hago un llamado a todos para que este acuerdo cuente con un respaldo unánime. Me parece que ése es el camino que prestigia a la democracia chilena y que permite superar los problemas de la ciudadanía para garantizar una mejor calidad de vida a los chilenos y chilenas.
He dicho.
El señor ÁLVAREZ ( Presidente ).-
Tiene la palabra el diputado señor Germán Verdugo.
El señor VERDUGO.-
Señor Presidente , ya se ha dicho que éste fue un mal proyecto y lo tenemos asumido. Con él se pretende resolver un problema real que reviste gravedad. Apoyaré la iniciativa, pero no sin dejar de manifestar algunas dudas, en especial respecto de los taxis colectivos, a lo que varios colegas se han referido.
Cuando se implementó el Transantiago, desgraciadamente desaparecieron alrededor de 3 mil microempresarios. Nadie se acuerda de ellos. Las consecuencias más graves de la implementación de este sistema de transporte se relacionan con el drama de esa inmensa cantidad de personas que perdieron su fuente de trabajo.
El proyecto en debate puede producir consecuencias mucho más graves, ya que no hablamos de 3 mil, sino que de más de 60 mil microempresarios que podrían verse afectados, pues la iniciativa no los considera. Me refiero particularmente a quienes trabajan a bordo de taxis colectivos. Conozco el trabajo que esas personas realizan. Como se sabe, mueven una importante cantidad de mano de obra directa e indirecta.
Repito, el proyecto no los considera. Ignoro si el reglamento que dictará el ministerio del ramo resolverá esta situación. Como se ha dicho, la iniciativa contiene el germen de muchas inequidades. Una de las más graves es la que eventualmente puede afectar a estos pequeños empresarios que mueven gran parte de la economía de muchas localidades. Pequeños talleres, vulcanizaciones y bombas de bencina son algunos de los comercios que se benefician con su actividad que, repito, el proyecto no considera para nada. Se trata de los grandes olvidados que, probablemente, sufrirán las consecuencias de una competencia que puede darse en términos muy complejos.
Estamos de acuerdo con los subsidios que se otorgarán y con los recursos que llegarán a las regiones. Sin embargo, esperamos sinceramente que el ministro del ramo se haga cargo de estas observaciones y dudas, ya que este problema traerá consecuencias muy graves a muchos microempresarios que, por lo demás, dan trabajo a muchas personas.
He dicho.
El señor ÁLVAREZ (Presidente).-
Tiene la palabra el señor Fulvio Rossi.
El señor ROSSI.-
Señor Presidente , es evidente que los problemas deben solucionarse. En tal sentido, era necesario resolver todos los generados por la puesta en marcha e implementación del Transantiago. Así como ello es evidente, también lo es que para tener un transporte público moderno, eficiente, limpio, no contaminante y seguro, la única alternativa es que el Estado implemente un subsidio. Si así no fuere, las tarifas serían tan elevadas que quedarían fuera del alcance de la mayoría de las chilenas y chilenos.
Esto es válido para todo el mundo. En muchos países, los empleadores, junto con el Estado, aportan un subsidio, pues entienden que el transporte público moviliza a las personas a sus lugares de trabajo. Existen muchas fórmulas, pero lo importante es que para conservar tarifas razonables y un transporte público moderno, seguro, eficiente y limpio, se requiere -repito- que el Estado entregue un subsidio.
Ahora bien, ese aporte también debe entregarse a las regiones. Estamos contentos de que el proyecto así lo considere. Sin embargo, la realidad de las regiones es totalmente distinta a la de la Región Metropolitana. Incluso, se observan diferencias entre ellas: hay unas predominantemente rurales y otras urbanas.
En las regiones de Tarapacá y Arica y Parinacota el transporte público se encuentra comprendido por el transporte público mayor, o taxibuses -en Iquique fue licitado; en Arica, no-, y los taxis colectivos y básicos, que, desde el punto de vista social, cumplen un rol fundamental en el transporte de pasajeros. En el norte, los taxistas transportan a personas de todos los grupos socioeconómicos y no a una élite, como sucede en Santiago.
Por lo tanto, cuando se habla de subsidiar al transporte público en regiones, necesariamente se debe incluir a los taxis colectivos y básicos. Este punto es muy importante para aprobar el proyecto -de hecho, viene llegando el presidente de los taxistas de Chile para discutir el problema-; sin embargo, el mismo entraña una complicación que espero se resuelva: en los lugares donde el transporte no está licitado habrá un subsidio a la demanda que beneficiará a todo el transporte público, sin discriminación ni exclusión, como en Arica, pero no así en regiones como Tarapacá, en donde existe licitación. En ellas se discriminaría a los taxistas, pues no percibirían el subsidio que será otorgado en otros lugares del país.
Antes de que se sancione el proyecto -de ello depende mi voto-, espero que se establezca un protocolo de acuerdo con el ministro de Transportes , a fin de que el subsidio al transporte público de regiones, tan importante para su modernización y la economía de sus habitantes, se conceda sin ningún tipo de exclusión o discriminación.
He dicho.
El señor ÁLVAREZ (Presidente).-
Tiene la palabra el diputado señor Pedro Araya.
El señor ARAYA.-
Señor Presidente, una vez más debemos debatir el proyecto de financiamiento del Transantiago.
En primer lugar, valoro el gran esfuerzo desplegado por el ministro de Transportes y Telecomunicaciones, don René Cortázar , quien es la cara visible de la peor política pública conocida en los últimos 40 años.
A nuestro juicio, una vez más el proyecto contiene errores -varios diputados que me han antecedido en el uso de la palabra lo han señalado- y no se hace cargo de la cuestión de fondo: el cambio de recorridos, problema que ha perjudicado a muchas familias en la Región Metropolitana.
Tampoco se explica qué pasó con los miles de microempresarios dueños de las micros amarillas, quienes quedaron cesantes. Ni siquiera se diseñó un proceso de reconversión laboral a fin de que continuaran ligados al sector.
El proyecto se ha transformado en una verdadera daga para las regiones, pues se ha condicionado el apoyo al transporte público en ellas a la aprobación de recursos para la Región Metropolitana. Ello nos parece inaceptable y ofensivo para las regiones. Si hay convicción de que es necesario financiar el transporte público, desde el primer momento debió plantearse en forma independiente.
Por otra parte, no ha existido transparencia ni claridad en relación con los dineros. El Transantiago ha mantenido durante todo este tiempo una tarifa fija, lo que no ha ocurrido en regiones, las que, por el contrario, han debido soportar constantes alzas. Cuando se ha pedido estabilizar las tarifas, se nos ha dado un portazo y se ha señalado que mientras no se resuelvan los recursos asociados con el Transantiago no se beneficiará a las regiones. Con una verdadera política regional habríamos discutido proyectos enfocados particularmente a las regiones, cuyas realidades son distintas a la de la Región Metropolitana.
Los parlamentarios de regiones que me han antecedido en el uso de la palabra han señalado los principales problemas que deberemos enfrentar y que se relacionan con esta materia. Por otra parte, a nuestro juicio persiste la inequidad. Se ha dicho que por cada peso que se invierta en Santiago, se invertirá otro en regiones. Ello no es tan así. El otro día, con el diputado Eduardo Díaz sacábamos la cuenta y la proporción no es real. Prácticamente, por cada 1.000 que se inviertan en Santiago, se van a invertir 500 pesos en la Segunda Región y 500 pesos en la Novena Región. Entonces, hay cifras que, a nuestro juicio, están distorsionadas respecto de qué es lo que va a pasar con los dineros que se inyecten de acuerdo con lo que dispone este proyecto de ley.
En cuanto al financiamiento, se buscaron distintas fórmulas y, en algún momento, trataron de saltarse el Congreso. Ahora se plantea la autorización al fisco por el préstamo BID. En la Contraloría y en el Tribunal Constitucional se pronunciaron sobre esta materia y, hoy, se quiere plantear una fórmula que, a nuestro juicio, no satisface las necesidades, porque, en primer lugar, no se asume la responsabilidad. Aquí, seguimos diciendo que el Transantiago fracasó, pero siguen pagando los chilenos por esta mala política pública y las autoridades que la diseñaron, repito, no han asumido su responsabilidad.
De una vez por todas, hay que avanzar en un sistema distinto y no seguir pensando en que con financiamiento vamos a mantener el que, en la práctica, ha demostrado ser ineficiente.
Admiro cómo los ministros cuentan con recursos para financiar el Transantiago.
En Antofagasta existe un problema serio de conectividad y el Ministerio de Obras Públicas nos quiere imponer un sistema de concesión de carreteras para financiar los mejoramientos viales en la Segunda Región, lo que nos parece inaceptable. El ministro argumenta que el Estado no cuenta con los recursos necesarios para asumir el costo de la construcción de carreteras en esa región; sin embargo, hoy, los recursos sobran para el Transantiago, además, mes a mes, se han pedido aproximadamente 40 millones de dólares. Eso no corresponde.
Por último, la bancada PRI-Independientes va a votar en contra de este proyecto. Seguimos pensando en que mientras no haya un rediseño completo del sistema, en cuanto a mallas de recorrido, a una solución global para aquellas personas que perdieron su trabajo como consecuencia de su implementación y, asimismo, a que se asuman responsabilidades al respecto, tanto del sector público como del privado, vamos por el camino errado.
He dicho.
El señor ÁLVAREZ (Presidente).-
Tiene la palabra el diputado señor Jaime Quintana.
El señor QUINTANA.-
Señor Presidente , éste es un momento esperado por la Región Metropolitana, por las otras regiones y por el transporte público en general. Habríamos querido llegar a esto mucho antes. Han sido dos años y medio de debate respecto a cómo mejorar el sistema de transporte capitalino, y durante mucho tiempo no existió voluntad en ese sentido. Si nos fijamos en la estructura del proyecto, no hay gran diferencia entre lo que hoy vamos a aprobar y lo que se debatió en su momento, con la disposición de apoyar a los diputados Cristián Monckeberg y Gonzalo Uriarte , hasta que se les dijo no, que consideraran este tema con una mirada más política. Eso significó postergar la solución que debió haber llegado mucho antes al sistema de transporte capitalino. Pero, además, quienes somos de regiones nos alegramos, porque la solución llega y va de la mano de un efecto de homologación hacia las regiones por cada peso que va a mejorar el deficitario sistema de la capital.
Soy de La Araucanía y veo permanentemente los problemas de la gente, por ello, valoro este proyecto. Por eso, hoy, por ejemplo, no sumarse al artículo primero transitorio, relacionado con el préstamo del BID, es darse un gustito después de dos años y medio de algo que no ha funcionado, cuando lo único que quieren los chilenos es que, de una vez por todas, si hay un acuerdo político, lo resolvamos de buena forma.
Valoro el esfuerzo del ministro Cortázar ; me sumo a lo que se ha señalado. Creo que el concepto contenido en este proyecto de ley es el mismo con el cual el ministro Cortázar entra en el sistema, al señalar la necesidad de mayor equidad y que, al igual que otras materias tan sensibles como la educación y la salud, necesita ser subsidiado, porque importa a los chilenos. En la mayoría de los países del mundo, el transporte público recibe subsidios estatales. El ministro arranca en el debate, hace más de un año, en la Comisión de Transportes y Telecomunicaciones de la Cámara, con la afirmación de que, en la actualidad, los escolares pagan sólo una fracción del pasaje adulto, beneficio que existe desde hace mucho tiempo, pero que nunca el Estado ha absorbido ese diferencial. Eso es lo que hoy se hace. Con esa premisa se empieza a resolver este problema.
Insisto en que lo importante acá es que vamos a ser capaces de innovar en la solución. A los gobiernos regionales se les van a transferir recursos -para lo que se denomina “chatarrización”-, de manera de incentivar la renovación de los buses. Muchas veces, mandan a las regiones los buses antiguos, los amarillos. Sin duda, ello mejorará también la seguridad de las personas transportadas, que debe ser la preocupación de todos. Asimismo, van a mejorar las tarifas.
Por eso, aspectos de este proyecto me parecen absolutamente relevantes, por ejemplo, expandir el sistema de subsidios para las zonas aisladas. Eso es muy relevante cuando se licita un subsidio, cuando se entrega una cantidad de recursos a quien se adjudica la licitación. Normalmente, son transportistas pequeños, los cuales, a cambio, se comprometen a tener en buenas condiciones la máquina, a ofrecer condiciones de seguridad en el transporte y -lo más importante- a bajar la tarifa.
Eso se va a extender y va a beneficiar a muchas zonas rurales.
Este voucher, sobre el cual se ha comentado mucho, es lo más innovador del proyecto, porque significa que la familia dispondrá de un bono portable para utilizar el sistema de transporte que exista en cada zona. En La Araucanía, por ejemplo, en comunas como Victoria, Angol , Collipulli, Lautaro y Traiguén que, básicamente, tienen estructurado su sistema de transporte urbano mediante líneas de taxis colectivos, esto va a ser de tremenda ayuda. En Traiguén, particularmente, hemos logrado, hace dos meses, con la Seremi de Transportes, las juntas de vecinos y las dos líneas de taxis colectivos que existen, extender en una variante y cubrir a la mayor parte de la ciudad que no era atendida por el sistema de transporte.
Con este beneficio se hará justicia a la gente de Traiguén, de Vilcún, de Curacautín, en La Araucanía, y también de la capital regional, ya que el transporte público será más equitativo, además, va a llegar en un buen momento, porque todavía no hemos superado la crisis y, seguramente, cuando esté en pleno funcionamiento en regiones, los primeros meses del próximo año, va a significar un importante alivio para el bolsillo.
Habrá que poner especial cuidado en la manera cómo se va a otorgar este voucher. Se hará sobre la base de la Ficha de Protección Social, pero ello no puede prestarse para ningún tipo de discriminación que no sea el corte en el puntaje.
He dicho.
El señor ÁLVAREZ (Presidente).-
Tiene la palabra el diputado Ignacio Urrutia.
El señor URRUTIA.-
Señor Presidente , a mi modo de ver, este proyecto de ley fue hecho a la medida, pero para los santiaguinos, y un verdadero desastre para las regiones. Cuando oigo hablar a diputados, especialmente del frente y de regiones, sobre las maravillas del proyecto, no lo puedo creer. ¿Cómo lo pueden encontrar bueno, si es realmente aberrante para nuestra gente? Es lo peor que se ha inventado. No hay ninguna razón que justifique decir que estamos ante un buen proyecto. Lamentablemente, fueron senadores de la Alianza quienes negociaron esto con el Ejecutivo , lo que nos tiene con los brazos medio amarrados. No nos gusta estar como estamos.
En regiones, en provincias, en las comunas rurales, cada vez se usan menos las micros y más los taxis colectivos. Micros casi no quedan; funciona todo sobre la base de taxis colectivos. El 40 por ciento más pobre de la gente de nuestra zona va a tener derecho a un voucher o vale para transportarse en los medios que hay en sus ciudades; pero, ¿por qué a los santiaguinos no se les entregará voucher o vale? Todos tienen el mismo derecho. En Santiago no se discrimina. No importa la categoría, todos tienen exactamente el mismo derecho a desplazarse por la ciudad; pero en provincia ¡no, pues! Esto es lo que dice el proyecto. En provincia no se puede, tiene que ser distinto. En provincia, sólo el 40 por ciento más pobre tiene acceso al beneficio, siempre y cuando no lo hayan discriminado en la Ficha de Protección Social. Y este es el otro tema, esa ficha es realmente mala. Pocas veces he visto un instrumento de esta naturaleza, tan malo. En la Séptima Región, los encuestadores se equivocaron, lo hicieron mal. ¿Imaginan qué determinó la autoridad? Rebajó mil puntos por parejo, nada de cuentos, en lugar de revisar caso por caso, porque el costo era muy alto. ¿Acaso una persona que tiene 3 mil puntos no tiene derecho al programa Puente? ¡Claro que sí! Pero hay mucha gente que tiene 3 mil puntos y que no está ni en el programa Puente ni en el Chile Solidario, no está en nada. ¡Están afuera, porque nadie entiende cómo flauta opera esto!
No es posible que la gente de Santiago tenga una categoría y la de provincia, otra. Ministro , por su intermedio, señor Presidente , ¿qué diferencia tenemos los de provincia con los santiaguinos? ¿Por qué tenemos que ser tratados de manera distinta? Si todos somos chilenos y tenemos los mismos derechos, ¿por qué tanta preferencia para el santiaguino, en desmedro del provinciano? ¡Esa es una injusticia gigantesca! Con este tipo de ventajas, en lugar de mejorar y favorecer a las regiones, sólo hacen más fuerte el centralismo. Todo debería ser exactamente al revés: en Santiago, para el 40 por ciento más pobre, y en las provincias, subsidio para el ciento por ciento de la población.
¿Dónde quedó el discurso del candidato presidencial de la Concertación para la clase media? ¿Dónde está? Habla de los pobres y de la clase media, que ahora se va a preocupar de la clase media. Aquí está la primera respuesta a la preocupación por la clase media. ¡Cero preocupación por la clase media, solamente por la gente más pobre! Y hasta por ahí no más, porque también se la discrimina. ¡No me vengan con cuentos!
Aunque mis senadores, a quienes estimo y quiero mucho, se pronunciaron a favor del proyecto, yo lo votaré en contra.
He dicho.
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