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El señor SÚNICO (Vicepresidente).-
Tiene la palabra el honorable diputado don Jaime Mulet .
El señor MULET.-
Señor Presidente, quiero referirme fundamentalmente a dos aspectos del proyecto, lo que ya hicieron otros colegas, pero, como representante de la Región de Atacama, donde, por lo demás, está la División El Salvador de Codelco, me interesa fijar muy bien mi postura en esta materia, tal como lo hice con mucha claridad durante la discusión en primer trámite constitucional.
En primer lugar, no estoy de acuerdo con disminuir las facultades fiscalizadoras de esta Cámara. Quiero ser muy preciso y claro en esto.
Creo que, por esencia, la Cámara de Diputados debe fiscalizar a las empresas públicas. Desde hace mucho tiempo, algunas administraciones de Codelco han intentado evadirla. Una empresa con tal grado de importancia en las finanzas públicas debe ser fiscalizada por la Cámara de Diputados. Esa fiscalización no puede constreñirse. Por el contrario, la tendencia y el interés por transparentar apuntan a que seamos buenos fiscalizadores de las empresas públicas y también a que la ciudadanía nos fiscalice a nosotros y a otros órganos del Estado, como ocurre en la actualidad con la ley de transparencia. Pero el proyecto va en sentido contrario.
Es cierto que puede haber información comercial o de carácter reservado -que es el argumento que siempre se da-, pero no es razón suficiente. Habrá que buscar la manera de no perjudicar a la empresa en ese tipo de situaciones o de informaciones, pero creo que corresponde que el Congreso fiscalice. De lo contrario, vamos a llegar a una monarquía en este país. Hay que respetar la antigua división de poderes, desde la época de Montesquieu, pero muchas veces uno ve que el tremendo poder que tiene el presidencialismo se ve acrecentado con ese tipo de medidas. No estoy disponible para eso. Voy por el camino contrario, para que tengamos una efectiva división de poderes. En ese sentido, el rol fiscalizador del Congreso es insustituible.
En segundo lugar, quiero ser muy preciso en el tema de los dos directores elegidos por los trabajadores de la empresa. Si mal no recuerdo, con el diputado Valenzuela fuimos los únicos que nos opusimos hasta el final, con indicaciones, y terminamos votando en contra de la norma que se aprobó en primera instancia en la Cámara de Diputados y que estableció sólo un director elegido por los trabajadores de la empresa. Mantuvimos esa coherencia hasta el final y votamos en contra. Voy a insistir en eso. Los dos directores elegidos por los trabajadores que se han logrado en el Senado es un paso importante, pero es fundamental que quede establecido en la propia ley -no en el reglamento- que uno de ellos debe ser representante de los supervisores y otro del resto de los trabajadores, como ha sido hasta ahora.
Creo que es injusto e indebido que los supervisores, que son un soporte fundamental y cuya participación en el directorio de Codelco ha dado resultado -por lo menos, es lo que hemos sabido-, no estén representados en el directorio, al igual que el resto de los trabajadores que hoy están representados por un director que, según tengo entendido, lleva más de 20 años en ese cargo -por eso me alegro que sea por elección-.
Es necesario que se distingan los dos estamentos. Los supervisores son los profesionales chilenos que, de alguna manera, han estado en todo el proceso histórico desde la chilenización del cobre, su posterior nacionalización y la consolidación de Codelco durante los últimos 30 años como una empresa del Estado. Incluso, se respetaron sus características especiales durante la dictadura. El rol de los supervisores es insustituible y han demostrado que, frente a los vaivenes de orden político, que ocurren ahora cada cuatro años en nuestro país, son los que le dan la estabilidad. Los supervisores son trabajadores de planta, permanentes y profesionales que desarrollan, mantienen y quieren a la empresa. Por supuesto, también debe estar representado el resto de los trabajadores, porque, de lo contrario, entramos en los vaivenes de orden político de las administraciones nombradas por el Ejecutivo, aunque eso se atenúa de alguna manera con la modificación de la conformación del directorio. Sin embargo, tengo el temor de que este directorio sea más bien, según la forma en que se está dando el equilibrio, netamente político, partidario, de coaliciones. Confío en el trabajo que pueden aportar, en esta materia, los supervisores y los trabajadores.
Por eso, quiero que este artículo vaya a Comisión Mixta, para que quede establecido de esta manera.
He dicho.
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