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El señor ULLOA (Presidente accidental).-
Tiene la palabra la diputada señora Isabel Allende.
La señora ALLENDE (doña Isabel).-
Señor Presidente, este proyecto es muy importante, pero insuficiente.
Quiero aprovechar la presencia en esta sesión del subsecretario de Obras Públicas y del director general de Aguas para señalar que uno de los casos más dramáticos es la gravísima crisis del recurso hídrico que sufre la Región de Atacama. Lo expresó de manera textual el ministro de Obras Públicas , quien me señaló que probablemente Copiapó es la comuna que presenta la mayor gravedad de todo el país en términos de la escasez del recurso hídrico.
En el informe se establece que en Copiapó se constituyeron derechos por diecinueve metros cúbicos de agua por segundo, en circunstancias de que la capacidad de aguas subterráneas no va más allá de cinco a seis metros cúbicos por segundo, lo que indica la absoluta irracionalidad con que se ha actuado y la crisis que tenemos ad portas.
Se han presentado trescientas sesenta y cuatro solicitudes, de las cuales solamente dos corresponderían a agricultores de Indap y ninguna a indígenas de la Conadi, que es uno de los objetivos que tenía el proyecto.
Hoy la situación es crítica y se ha constituido un mercado del agua. En efecto, el último precio de transacción del litro por segundo alcanzó los 180 millones de pesos, lo que demuestra que no se ha cumplido en absoluto el objetivo de regularizar la situación de campesinos o de población indígena. Por el contrario, lo que ha habido aquí es especulación, porque se han comprado o se han concedido de por vida derechos de agua que después son transados o vendidos. En la regiones llevarán a cabo, a lo menos, ocho a diez grandes proyectos mineros de aquí al 2.020. La pregunta elemental es cómo se asegurará o garantizará el agua que ocuparán estos grandes proyectos mineros.
Debo reconocer que no se ha cumplido con el objetivo. Por eso, quiero aprovechar la presencia de las autoridades respectivas para señalar que la situación de Atacama es crítica. Se debe modificar el Código de Aguas y se necesita una ley de cuencas o de recursos hídricos por región, dependiendo de su especificidad, ya que lo que ocurre con el recurso hídrico en el desierto de Atacama no es igual a lo que sucede, por ejemplo, en la Región de Aisén. Es más, la provincia de Copiapó vive una situación muy particular, porque se entregó la concesión a una empresa privada, llamada Aguas Chañar , que, según se señaló, era la empresa privada más eficiente para gestionar el tan escaso recurso hídrico.
Llevamos mucho tiempo levantando la voz para decir que ni la Dirección General de Aguas ni la Superintendencia de Servicios Sanitarios están cumpliendo a cabalidad su rol fiscalizador y evaluador, porque la calidad del servicio que entrega Aguas Chañar es más que deficiente, con constantes interrupciones de suministro, que después no son descontadas a los consumidores, las que pueden durar hasta dos días. Además, hay sectores en la comuna de Copiapó que no reciben agua.
El marco regulatorio establece que el servicio de agua potable sólo se puede interrumpir con previo aviso y cuando lo justifique un plan de inversiones. Éste no es el caso, ya que muchas veces se ha interrumpido el servicio sin aviso previo.
Por lo anterior, quiero hacer presente a las autoridades que hoy nos acompañan que los organismos competentes no están cumpliendo a cabalidad su rol fiscalizador y evaluador. Específicamente en el caso de Aguas Chañar, ni la Dirección General de Aguas ni la Superintendencia cumplen con su rol fiscalizador como debiera ser. Difícilmente podremos encontrar un agua de más mala calidad que la que recibe la comuna de Copiapó, que es la misma que reciben los habitantes de Caldera y de Chañaral. Por eso es una vergüenza que los servicios de salud sostengan que es inocua para la salud humana. Al respecto, los usuarios tienen serias dudas. Si alguno de ustedes viera el tipo de agua de que se trata, tendría legítimamente el derecho a preguntarse cómo lo hacen los habitantes de la comuna de Copiapó; si ello es sostenible; si pueden seguir consumiendo agua de esa calidad, que contiene elementos pesados que tiñen las llaves de color verde y con un sarro y un mal gusto indescriptible. Eso obliga a la gente que puede hacerlo a consumir agua envasada en forma permanente.
Por lo tanto, quiero dejar constancia de mi reclamo, que he hecho presente varias veces, porque los servicios correspondientes no cumplen con su rol fiscalizador.
Si bien es cierto que la Presidenta de la República ha hablado de la reforma constitucional que declarará el agua como un bien de uso público, lo primero que se debe hacer es asegurar el consumo humano en su integridad y con calidad. Es la primera protesta que formulo acá, porque en la Región de Atacama no se cumple con eso.
El agua es un elemento muy escaso. Sin embargo, la irracionalidad ha hecho que se otorguen concesiones mayores a la capacidad de reposición. El consumo de agua prioritario o mayor está en la agricultura, luego viene el de la minería y mucho más abajo el humano.
A mi juicio, se deben establecer medidas de emergencia. En la región se constituyó una mesa público-privada presidida por la intendenta, en la cual participan distintos actores; pero es absolutamente insuficiente por la lentitud con que se ha abordado la solución a este gravísimo problema. Se ha dicho que de no existir medidas concretas, extraordinarias, profundas y reales, de aquí a tres años entraremos en una crisis profunda. Además, se ha señalado que ya no existe capacidad para sustentar la agricultura en el valle del Huasco y en la provincia de Copiapó.
Por tanto, la pregunta que hay que hacerse es cuánto más tendremos que esperar. ¿Por qué no se ha exigido una mayor inversión a la empresa que tiene la concesión, dado que la calidad de su servicio es totalmente insuficiente? Se deben instalar plantas desalinizadoras en Caldera y en Chañaral, pues, de lo contrario, no será posible el abastecimiento de agua.
Por otra parte, los proyectos mineros que están en carpeta, que representan inversiones superiores a los 8.500 millones de dólares, sólo pueden ser bienvenidos mientras justifiquen de dónde sacarán el agua, repongan la que ocuparán y devuelvan la que no utilizarán.
Hoy estamos en presencia de un mercado especulativo del agua. Hay mucha gente que está vendiendo el litro de agua por segundo a precios absolutamente increíbles porque se está aprovechando de la situación actual, de la falta de regulación, de la incapacidad para modificar el Código de Aguas y de que no existe una ley específica para los acuíferos por región, ya que la realidad en cada una de ellas es muy diferente.
Hace algún tiempo, en la Primera Región se hizo una inversión para una planta desalinizadora. Sin embargo, en la Región de Atacama no ha ocurrido lo mismo, en circunstancias de que es imposible que una región pueda desarrollarse en plenitud y potenciarse gracias a la minería, la agricultura y el turismo, si no cuenta con el recurso hídrico que es lo más elemental.
También quiero insistir en algo que ha sido abordado en este debate en relación con el agua potable rural. Creo que debemos ser más efectivos y dar una solución a eso.
La situación que se vive en la región es de tal gravedad que ya no resiste más. Más que declaraciones o mesas, se necesitan acciones concretas que garanticen a los ciudadanos de la Región de Atacama, en particular a los de la provincia de Copiapó, el derecho a contar con recursos hídricos razonables.
He dicho.
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