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- rdf:value = " El señor OMINAMI.-
Señor Presidente , seré muy breve.
Creo que, como se ha dicho, se trata de un proyecto importante. En la Comisión de Hacienda lo discutimos en detalle y voy a votarlo favorablemente.
Como también se ha señalado, me parece que este es uno de los pocos gestos -sobran los dedos de las manos para contarlos- que el Estado les ha hecho a sus universidades durante estos años. Pienso que no ha sido un buen dueño: las ha dejado atadas de manos, libradas a una competencia en donde ganan, no quienes imparten la mejor educación, en el sentido amplio, sino, muchas veces, los que tienen más posibilidades de acceder a recursos del sector privado por la vía de franquicias tributarias y otros mecanismos imperantes. Con todo, estimo que esos planteles de enseñanza superior han demostrado un gran vigor. De no haberlo exhibido, habrían sido conducidos, con toda seguridad, a desaparecer, como muchos quisieran.
Estimo que falta bastante para contar con una verdadera política del Estado respecto de esos establecimientos.
Soy de las personas que piensan que las universidades no son lo mismo que un supermercado ni que un conjunto de instituciones o negocios que venden simplemente conocimientos. Son los lugares donde se piensa el país, donde se realiza un debate en altura, al margen de la contingencia o por sobre ella. Y, desde ese punto de vista, juzgo que lo que tenemos hoy día como sistema de educación superior deja muchísimo que desear.
Me parece bien que se haya propuesto la iniciativa, la cual permitirá una renovación de los elencos académicos y no académicos de las universidades estatales.
Me incluyo entre los Senadores que manifestaron dudas, en su momento, respecto del plazo que se establece. Consideraba que 180 días podían ser un término corto.
Concurren al respecto las razones previsionales. Algunas personas piensan que pueden continuar mejorando el retorno de sus fondos de pensión, y ello podría conducir a que eventuales beneficiarios del proyecto decidieran no ejercer la opción que se les abre. Desde ese punto de vista, el universo contemplado se reduciría.
En conversaciones con distintos sectores y, particularmente, con rectores universitarios, se ha manifestado la total seguridad de que dentro de los 180 días será posible que soliciten el beneficio planteado por la normativa más de 2 mil académicos de las universidades estatales, si no me equivoco, lo que significaría una renovación importante.
Ellos conocen más que uno la realidad del mundo universitario. Hago confianza en lo que han dicho. Y, por tal razón, me pareció que también era necesario votar por dicho plazo, el cual estimé corto, reitero, en un primer momento, y que podía poner en riesgo el propósito de que el proyecto provocara todos los efectos que se esperan.
Voto favorablemente.
"
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