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El señor NOVOA ( Presidente ).-
Corresponde proseguir la discusión general del proyecto de ley, en segundo trámite constitucional, que modifica el Estatuto Orgánico de la Corporación Nacional del Cobre de Chile y las normas sobre disposición de sus pertenencias mineras, con informes de las Comisiones de Minería y Energía y de Hacienda y urgencia calificada de "suma".
--Los antecedentes sobre el proyecto (4901-08) figuran en los Diarios de Sesiones que se indican:
Proyecto de ley:
En segundo trámite, sesión 4ª, en 18 de marzo de 2009.
Informes de Comisión:
Minería y Energía, sesión 33ª, en 14 de julio de 2009.
Hacienda, sesión 33ª, en 14 de julio de 2009.
Discusión:
Sesión 33ª, en 14 de julio de 2009 (queda pendiente su discusión general).
El señor NOVOA (Presidente).-
Tiene la palabra el señor Secretario.
El señor HOFFMANN ( Secretario General ).-
Como expresé ayer en la relación, el artículo 8° C, nuevo, que se propone agregar, tiene carácter de norma orgánica constitucional y requiere para su aprobación el voto conforme de 21 señores Senadores.
Cabe recordar que en la sesión anterior se inició la discusión general de la iniciativa y quedaron inscritos para hacer uso de la palabra los Senadores señora Matthei y señores Sabag, Vásquez, Gómez, Ávila, Ominami, Escalona, Girardi y Cantero.
El señor NOVOA (Presidente).-
Continúa la discusión general.
Tiene la palabra el Honorable señor Sabag.
El señor SABAG.-
Señor Presidente , esta tarde discutimos el proyecto de ley destinado a modificar el Estatuto Orgánico de nuestra Corporación del Cobre. Y lo hacemos con especial dedicación, porque se trata de un producto muy arraigado en el ser nacional, en el alma de nuestra nación, muy ligado a nuestro futuro como país.
Me acuerdo de ese gran estadista Eduardo Frei Montalva , quien hace ya casi cinco décadas denominó al metal rojo como "la viga maestra de la economía nacional", "el sueldo de Chile". Es posible que en ese tiempo no se haya prestado suficiente atención a sus palabras, pero hoy, casi 50 años después, no podemos sino reconocer con admiración la gran visión de ese estadista excepcional que fue nuestro recordado camarada.
En la actualidad, el cobre sigue siendo, con creces, todo lo que en esa época anticipó Frei Montalva: la viga maestra de nuestra economía y el sueldo de Chile.
Acabamos de conocer algunas conclusiones alcanzadas en la reunión mundial de productores y consumidores de cobre, celebrada hace poco menos de un mes en Corea del Sur. Millonarios planes fiscales y programas de eficiencia energética y tecnologías limpias que llevan adelante países desarrollados permiten anticipar que su consumo en el planeta se elevará en 2 por ciento en los próximos años.
Frente a la preocupación internacional por el calentamiento global de la Tierra, se están lanzando ingenios innovadores que buscan hacer frente y contrarrestar ese fenómeno, que a todos nos inquieta. Paneles de energía solar, autos híbridos, construcciones verdes, entre otros, requieren la presencia del metal rojo en su desarrollo.
La llamada "construcción verde" usa 5 kilos de cobre por metro cuadrado. Una casa de este tipo -o "casa inteligente", como se la denomina en Australia- utiliza 95 kilos de cobre; una casa normal, 60 kilos.
Para producir 800 megawatts de energía con carbón o diésel se emplean 100 toneladas de cobre. Para igual cantidad de energía eólica son necesarias 160 turbinas y 1.200 toneladas de cobre.
He querido mencionar estos datos, de fecha reciente, que se manejan en el mercado mundial del metal rojo, para recalcar el futuro absolutamente prometedor que él tiene.
Gracias a este sueldo de Chile, viga maestra de nuestra economía, que hoy goza de un precio excepcional, superior a los 2 dólares la libra, nuestro país puede hacer frente en mejores condiciones a los requerimientos y urgencias que le impone la crisis financiera que se vive en el mundo.
De no ser así, y de no haberse sumado a ello un manejo ejemplar de la economía chilena, admirado en todo el orbe, nuestra posición actual sería muy distinta.
Este excelente panorama cuprífero se produce, por feliz coincidencia, en los momentos en que aquí nos hallamos debatiendo el proyecto de ley que busca cambiar la cara y el ritmo de acción de la empresa encargada de administrar la producción y la vida de nuestro cobre, tan vital y clave para el desarrollo de la patria.
Se trata de cambiar el Estatuto Orgánico que ha normado el accionar de esa empresa pública, tan esencial para Chile, por 33 años. Es decir, por muy eficiente que haya sido su operación en estas últimas décadas, necesariamente debemos reconocer que se ha quedado atrás en la evolución de los tiempos.
CODELCO, empresa de todos los chilenos, requiere con urgencia modernizarse, actuar con ritmo ágil y flexible, y no estar sometida a regulaciones que, por la cantidad de organismos facultados para fiscalizarla, llegan a ser excesivas y retardatarias.
¿Puede una empresa comercial como la Corporación del Cobre, en pleno siglo XXI, actuar con el dinamismo, la competitividad y la oportunidad que demandan los grandes mercados mundiales cuando tiene sobre sí el peso de tantos organismos contralores?
Tal interrogante cobra mayor relevancia cuando el cobre, que la empresa debe comercializar, muestra un horizonte de mercado tan favorable y amplio como el que estamos observando.
Por eso, me parece que este proyecto de ley, que modifica el gobierno corporativo de CODELCO y capitaliza a la institución en 1.000 millones de dólares para financiar los planes de desarrollo del presente año, no puede sino contar con la aprobación de todos los Senadores.
El aporte de 1.000 millones de dólares se financiará con recursos del Fondo de Estabilización Económica y Social, que se transferirán a través del Tesoro Público.
Nadie debe tener duda de que la Corporación del Cobre seguirá siendo una empresa pública de todos los chilenos, pero bajo un régimen que le permitirá actuar con mayor expedición y hacer frente a la competencia mundial. Mejorará, por tanto, su competitividad, eficiencia y efectividad, operando como una gran empresa moderna, a la altura de las exigencias de los tiempos y de los mercados internacionales.
Es decir, contará con un directorio profesionalizado y sometido a una regulación moderna, que otorgue garantías de transparencia a todo el país. Y estará sometida a la misma ley que rige a las sociedades anónimas con respecto a la entrega de información y auditorías externas, entre otras exigencias que se imponen a las entidades que actúan bajo dicha normativa.
Quiero recalcar la composición del directorio de CODELCO planteada en el texto. Deberá tratarse de personas independientes, profesionales, técnicas y expertas que designará el Presidente de la República , a propuesta del Consejo de Alta Dirección Pública. De esta manera, el directorio se generará tomando en cuenta solo condiciones de idoneidad profesional y técnica relacionadas con el metal rojo y no consideraciones de carácter político.
La conformación del directorio sobre los parámetros señalados traerá como consecuencia que los Ministros de Minería y de Hacienda, que hoy integran ese cuerpo colegiado, en virtud del nuevo Estatuto Orgánico deberán dar un paso al costado y salir de la organización.
El proyecto propone también la creación de un comité de directores, a la manera de las sociedades anónimas. Este comité, formado por directores independientes, tendrá la responsabilidad de pronunciarse sobre los estados financieros y el balance de la empresa, entre otras materias.
El directorio elegirá un presidente ejecutivo, que también quedará sometido, en el ejercicio de su cargo, a las regulaciones contempladas en la Ley de Sociedades Anónimas, lo mismo que el gerente general en lo que toca a deberes, derechos, prohibiciones, inhabilidades e incompatibilidades.
En consecuencia, está claro que la iniciativa que nos propone el Ejecutivo busca dotar a CODELCO de un gobierno corporativo de excelencia, que lleve a cabo una gestión eficiente y con claras orientaciones comerciales que le permitan a la empresa mantener y consolidar la posición de liderazgo que actualmente ostenta en el mercado cuprífero mundial.
Por otro lado, se busca avanzar en términos de transparencia de la administración de la empresa, lo que se logrará haciendo exigible por ley a la Corporación del Cobre las normas y requerimientos aplicables a las sociedades anónimas abiertas en materia de entrega de información a la entidad reguladora correspondiente, en este caso, la Superintendencia de Valores y Seguros.
CODELCO es el mayor productor de cobre del mundo y cuenta además con las reservas más extensas a nivel mundial, alcanzando un 20 por ciento del total del planeta.
Precisamente, para mantener el liderazgo mundial que posee esta empresa, se ha propuesto que tenga un gobierno a la altura de los tiempos, de la más alta excelencia, capaz de desarrollar una gestión de la mayor eficiencia y calidad. Es decir, cumplir el anhelo de todos los chilenos.
Igualmente, la modernización del régimen de gobierno de CODELCO acoge los planteamientos de la Organización para la Cooperación y el Desarrollo Económico (OCDE), que en su publicación "Guías de Gobiernos Corporativos para Empresas Públicas", de 2005, recomienda aplicar a estas las normas diseñadas para las privadas.
Por otra parte, queda absolutamente claro que este proyecto no abre ni pretende abrir debate en torno a la propiedad de CODELCO.
La iniciativa contempla, además, dotar al Presidente de la República de las facultades que la Ley de Sociedades Anónimas confiere a los accionistas y a las juntas de accionistas, ejerciendo el Primer Mandatario , de esta manera, el control interno de la empresa, propio de los dueños o propietarios de las acciones de una sociedad anónima.
Consideramos que el proyecto es de vital importancia para CODELCO y, en consecuencia, para el desarrollo del país.
Por lo anterior, señor Presidente, todos los Senadores democratacristianos lo votaremos favorablemente.
El señor PROKURICA.-
Deseo plantear una cuestión de reglamento, señor Presidente.
El señor NOVOA (Presidente).-
Tiene la palabra, señor Senador.
El señor PROKURICA.-
Quiero ver la posibilidad de abrir la votación, considerando que varios colegas ya están en Comisiones.
El señor NOVOA (Presidente).-
Si le parece a la Sala, se abrirá la votación, pero respetando los 15 minutos a que tiene derecho cada orador.
Hay cerca de 10 inscritos para intervenir. La última en anotarse fue la Honorable señora Matthei.
Así que, si no hay objeción, se abrirá la votación y quienes se inscriban después solo tendrán 5 minutos para fundamentar su voto.
--Así se acuerda.
El señor NOVOA (Presidente).-
En votación la idea de legislar.
--(Durante la votación).
El señor NOVOA (Presidente).-
Tiene la palabra el Honorable señor Vásquez.
El señor VÁSQUEZ.-
Señor Presidente , obviamente, este es un muy buen proyecto y una muy buena noticia para el país, porque la principal industria de cobre del mundo de carácter estatal, CODELCO, recibe un apoyo que le hacía mucha falta. Por supuesto, estamos bastante contentos de poder apoyarlo con nuestro voto.
Sin embargo, más que una intervención, tengo una consulta que formular. Ocurre que, efectivamente, CODELCO pasa de una administración de carácter político a una muy cercana a la que rige a las sociedades anónimas abiertas, excluyéndose a los Ministros de Minería y de Hacienda.
Su directorio estará compuesto por nueve miembros: un "director laboral", el cual quedará implicado en caso de tratarse beneficios para el personal u otras materias relacionadas con trabajo; cuatro directores nombrados por el Presidente de la República , y otros cuatro designados, en pares, por el Consejo de Alta Dirección Pública, con el voto favorable de cuatro quintas partes de sus integrantes.
Todo ello garantiza la existencia de una real pluralidad y, también, de una debida administración de carácter técnico.
Ya lo escuchamos ayer: las inversiones de las empresas mineras, principalmente las de la gran minería del cobre, son de largo plazo; en consecuencia, van más allá del plazo de un año que establecía la Ley de Presupuestos, pero también van más allá del plazo de tres años que consagra la iniciativa en análisis.
La maduración de un proyecto y la puesta en marcha de una mina importante, como Gaby, Radomiro Tomic o la nueva forma de explotar Chuquicamata y, a lo mejor, El Teniente, involucran inversiones que superan el lapso de tres años y requieren, por tanto, dos cuestiones: primero, una planificación del período respectivo, estimado por el directorio, previos informes técnicos, y segundo, la garantía de que las inversiones no quedarán a mitad de camino.
Sin embargo, el artículo 6° que se plantea dispone:
"Antes del 30 de marzo de cada año, el directorio deberá aprobar el Plan de Negocios y Desarrollo de la Empresa para el próximo trienio. Este Plan deberá incorporar los montos anuales de inversiones y financiamiento y los excedentes anuales que se estima que la Empresa generará durante dicho trienio, debiendo dar conocimiento del mismo a los ministros de Hacienda y de Minería.
"Antes del 30 de junio de cada año, tomando como referencia dicho Plan, teniendo presente el balance de la empresa del año inmediatamente anterior y con miras a asegurar la competitividad de la empresa, se determinará mediante decreto fundado, conjunto y exento de los Ministerios de Minería y Hacienda, las cantidades que la empresa destinará a la formación de fondos de capitalización y reserva.
"Las utilidades líquidas que arroje el balance, previa deducción de las cantidades a que se refiere el inciso anterior, pertenecerán en dominio al Estado e ingresarán a rentas generales de la Nación".
¿Qué significa esto, señor Presidente ? Que, de acuerdo con el concepto contenido en esta disposición, todas las utilidades anuales irán a rentas generales de la nación, y que, con posterioridad, en función del plan de negocios e inversiones que el directorio acepte, los Ministros de Minería y de Hacienda determinarán, mediante decreto fundado, cuánto de ello -el cien por ciento, el 50 por ciento, el 30 por ciento, o nada- se destinará a nuevas inversiones.
Y esto, por lo menos hasta donde mi modesto conocimiento alcanza, se halla expresamente exceptuado en las normas que rigen a las sociedades anónimas, que señalan precisamente que estas deberán repartir al menos el 30 por ciento de las utilidades de cada año. O sea, garantizan una rentabilidad mínima a los accionistas, pero, junto con ello, facultan al directorio para proponer a la junta general de accionistas cuánto del 70 por ciento restante ha de destinarse a nuevas inversiones. Porque no hay ninguna sociedad o empresa, menos aún una que desarrolla negocios de largo plazo, que pueda quedar sin inversiones durante uno, dos o tres años.
Entonces, señor Presidente , de verdad entiendo que aquí estamos al revés de lo que la propia normativa chilena, en función de la práctica -se ha demostrado en todas partes del mundo-, dispone en cuanto a que los proyectos y planes de inversiones son necesarios para una empresa. Aquí hay cero -¡cero!- garantía de que un gobierno determinado permita el desarrollo de CODELCO en adelante. ¡Cero!
En su momento muchos pretendieron privatizar dicha empresa. Y aquí tienen el ejemplo¿
El señor OMINAMI.-
Es evidente.
El señor VÁSQUEZ.-
Porque basta con que se corten las inversiones uno, dos, tres, cuatro o cinco años para que se termine CODELCO.
El señor OMINAMI.-
¡Como pasó con la ENAMI!
El señor VÁSQUEZ.-
Efectivamente.
En consecuencia, señor Presidente
--(Aplausos en tribunas).
El señor NOVOA ( Presidente ).-
Solicito, por favor, a quienes se hallan en las tribunas que guarden silencio. Les agradecería que escucharan con atención todas las intervenciones.
Puede continuar, señor Senador.
El señor VÁSQUEZ.-
¡Perdón, señor Presidente! No estoy buscando el aplauso fácil, sino planteando un problema realmente de fondo.
El señor NOVOA ( Presidente ).-
Me parece perfecto, Su Señoría. Tiene el derecho de exponer su posición con toda energía. Solo estoy pidiendo a quienes están en las tribunas que no realicen manifestaciones.
El señor VÁSQUEZ.-
Le agradezco su acotación, señor Presidente , porque no busco aquello. Solo deseo referirme a un problema de fondo.
El señor NARANJO .-
¡Motiva a las tribunas con sus palabras!
El señor ÁVILA .-
¡No molestan, señor Presidente!
El señor VÁSQUEZ.-
Por lo tanto, deseo señalar que este es, realmente, un problema que no dice relación con ninguna racionalidad económica de una empresa, menos aún con aquella que en su momento se pretendía vender con un tope de 20 mil millones de dólares y que hoy día ha entregado al Estado recursos por sobre esa cifra, permitiendo mantener la regla del superávit del balance estructural.
¿Señor Presidente , habría responsabilidad real de los Senadores si no realizamos un examen de este plan, si no hacemos un análisis acerca de lo que está planteando la normativa?
Quiero consultar al señor Ministro de Hacienda , fundamentalmente, y también al de Minería, si estamos en el camino correcto. Que nos digan cuál es la forma en que entienden la defensa de CODELCO, la principal industria estatal de Chile, una de las más grandes del mundo, a la que se denominó "el sueldo de Chile", a la que se llamó "la viga maestra", la que ha servido para que hoy día la crisis esté pasando de manera un poco menos traumática en el país, gracias al modo en que se administró.
¡Y bienvenido sea como se administró!
¡Y felicitaciones al señor Ministro de Hacienda porque manejó bien los recursos provenientes de los excedentes del cobre con el superávit estructural!
Pero aquí no estamos hablando del pasado, sino del futuro, de riesgos distintos. Porque dicho Secretario de Estado , salvo que el próximo Presidente de la República le solicite continuar, no seguirá en el cargo. Y no se nos darán las mismas garantías.
En consecuencia, me parece tremendamente serio
El señor NARANJO .-
¡Pregúntele eso al " Presidente Frei"!
El señor NAVARRO .- ¡Pregúnteselo!
El señor NOVOA ( Presidente ).-
¡Ruego a Sus Señorías evitar los diálogos!
Puede continuar con su intervención el Honorable señor Vásquez.
El señor VÁSQUEZ.-
Señor Presidente , fuera de bromas, estoy planteando un problema realmente complicado, serio, que, a mi juicio, ha de ser objeto de un profundo estudio por quienes estiman que CODELCO, de una u otra manera, debe seguir funcionando en la forma debida, con las adecuaciones, modernizaciones, innovaciones y rectificaciones que procedan. Pero, en lo conceptual, Chile descansa, en una parte importante de su desarrollo, en lo que ha hecho y lo que hará aquella empresa.
Señor Presidente , por su intermedio, me permito consultar cuál es el criterio empleado, cuál es la razonabilidad, cuál es el trasfondo del artículo 6°, porque, en los términos en que se encuentra, no responde a la racionalidad económica que debe tener dicha empresa, ni siquiera a la racionalidad económica de cualquiera otra entidad. Y así lo demuestra la ley N° 18.046, que regula las sociedades anónimas abiertas.
Esa es la normativa que la Superintendencia de Valores y Seguros aplica, incluso en casos especiales, a las compañías aseguradoras o a las administradoras de fondos de pensiones, exigiéndoles a estas las reservas debidas.
Lo señalado escapa a todos los criterios que hemos conocido.
He planteado tales interrogantes porque creo que la respuesta a ellas será crucial para la actitud que deberá asumir el Senado en relación con el futuro de CODELCO.
Anuncio que, de todas maneras, votaré a favor de la iniciativa.
He dicho.
El señor NOVOA (Presidente).-
Tiene la palabra el Honorable señor Ávila.
El señor ÁVILA.-
Señor Presidente , me voy a eximir de las consideraciones generales del proyecto, para abordar algunos puntos específicos que, en mi concepto, merecen ser resaltados.
Por ejemplo, creo que constituye un retroceso el hecho de disminuir de dos a uno la representación de los trabajadores en el directorio. Siento que si de verdad se desea un compromiso efectivo con relación a todo el potencial técnico que posee CODELCO, habría sido altamente aconsejable generar una mayor integración y vinculación con quienes se desempeñan en dicha corporación y exhiben una trayectoria, una preparación que no es fácil encontrar en el mercado. Y, por lo tanto, habría sido de interés para el país contar con ese activo que la empresa ha ido desarrollando a lo largo del tiempo.
La modificación a la ley N° 13.196, o Ley Reservada del Cobre, que data de 1958, establecía que una parte de las utilidades de las empresas de la Gran Minería debía destinarse a la compra de armas de las Fuerzas Armadas. Pero una enmienda introducida en 1976 dispuso que el 10 por ciento de las ventas de CODELCO -únicamente de esta empresa- debía destinarse a ese fin.
Curiosamente, la existencia de esa normativa ha sido un impedimento eficaz para evitar la privatización de CODELCO, puesto que, con el lastre de tener que entregar el 10 por ciento de sus ventas a las Fuerzas Armadas, es imposible que una empresa extranjera desee comprar aquella entidad, dado que no podría competir con las otras transnacionales mineras.
El ex Presidente Ricardo Lagos se refirió a ese punto en una entrevista en Estados Unidos para la revista "Latin Trade", en mayo de 1999, en plena campaña presidencial. Allí sostuvo: "Es muy importante introducir capital privado en Codelco para que pueda expandirse. Pero para privatizar Codelco tenemos que suspender la entrega del 10% de sus ingresos a las Fuerzas Armadas. No creo que ningún inversionista privado esté interesado en Codelco hasta que superemos este problema.".
Felizmente, aquellas expresiones que vertió en el país del norte no se pusieron en práctica cuando fue Presidente. Este es uno de los pocos casos en que un olvido o una omisión del programa gubernamental resulta tremendamente favorable para los intereses del país.
Es de esperar que el proyecto que deroga la entrega del 10 por ciento de las ventas de CODELCO a las Fuerzas Armadas no sea la antesala de su privatización.
En cuanto a la capitalización, aspecto al que hacía mención en términos muy precisos y fundados el Senador señor Vásquez , cabe señalar que resulta inconveniente, según los trabajadores, que el régimen cambiario y presupuestario de la empresa solo se aborde otorgándole mayores atribuciones al Ministerio de Hacienda.
Ello da cuenta de un sesgo cortoplacista cuya lógica es que CODELCO siga siendo una variable de ajuste para las políticas fiscales anuales y uno de los principales sostenes de la caja presupuestaria del gobierno de turno, cuestión que no condice con las políticas de largo plazo que debieran imperar en una empresa estratégica como esta.
Por ejemplo, para poder cumplir el plan de inversiones previsto para el quinquenio 2009-2013, a un promedio anual de 2 mil 581 millones de dólares, se requiere tomar hoy decisiones que establezcan directrices claras.
Eso era precisamente lo que echaba de menos el Senador que acabo de mencionar, a raíz de que el funcionamiento como sociedad anónima recae, yo diría, en el aspecto más trivial y más superfluo: el concerniente a un modo de fiscalización que no necesariamente condice con la naturaleza pública de esta empresa.
En consecuencia, se hace imprescindible una política de capitalización con una cifra anual para los próximos 4 años que oscile entre los 300 y los 500 millones de dólares.
Volviendo al tema más específico de la fiscalización, cabe recordar que el año pasado Chilevisión, el canal del candidato aquel, denunció las asesorías realizadas a CODELCO por el señor Eduardo Titelman , que a la sazón se desempeñaba como Vicepresidente Ejecutivo de COCHILCO , órgano fiscalizador de CODELCO, ya que por ley ese rol no lo puede cumplir directamente la Contraloría.
Dicha figura equivaldría más o menos a que el Contralor General de la República brindara asesoría a un municipio; luego boleteara, y después lo fiscalizara.
Entonces, aquí hay un punto bien crucial.
Ayer escuchaba largas lamentaciones de algunos colegas por esta especie de encarnizamiento fiscalizador que supuestamente podría producirse en contra de CODELCO. Pero claro que eso sería solo en el papel, porque en el caso de la fiscalización a la que estoy aludiendo, con el ejemplo específico que he citado, en verdad, no habría nada que temer por cuanto ninguna cosa que allí se haga sería sensible a un rigor contralor, ya que, por el tipo de relaciones que en apariencia se producen, se anularía por completo.
Entonces, una empresa como CODELCO, con la importancia estratégica que reviste para el desarrollo del país, debe ser objeto de los controles imprescindibles para velar por el interés público allí comprometido.
Es cierto que se desenvuelve en un limbo entre lo privado y lo público. Para lo privado, algunos se sienten en especial satisfechos por la injerencia que tenga la superintendencia. Pero lo cierto es que se la somete a ese régimen en un aspecto que pudiera ser importante, pero no todo lo trascendente que se requiere en términos de su desarrollo. Si de verdad se desea que experimente un desenvolvimiento sano, resulta imprescindible asegurar los planes de inversión. Pero si estos se deciden en el Ministerio de Hacienda con un criterio que no se halla debidamente establecido, la suerte de la empresa va a quedar sujeta a la sensibilidad del Secretario de Estado que ocupe el cargo, según el tipo y orientación del Gobierno al cual pertenezca.
Señor Presidente , sin duda alguna, esta es una de las iniciativas más trascendentes que nos ha tocado considerar en el Senado durante el último tiempo. Pero, aunque aborda materias de singular importancia, es preciso tener claro que saldrá convertida en una ley con debilidades, con vacíos y con problemas importantes no resueltos o abordados de una manera que no es la más apropiada.
Aun así, y como acontece casi con todo proyecto que llega al Senado, mi voto será favorable, a pesar de que deba seguir digiriéndolo con posterioridad hasta terminar de tragarlo varias horas después.
He dicho.
El señor NOVOA (Presidente).-
Tiene la palabra el Senador señor Ominami.
El señor OMINAMI.-
Señor Presidente, para comenzar, valoro el hecho de que estemos discutiendo acá sobre este tema.
Se trata de modificar el estatuto que rige a la principal empresa productora de cobre en el mundo, a la más importante empresa chilena, a la columna vertebral de las finanzas públicas, y que se promulgó, en las condiciones que todos podrán imaginar, en 1976.
En consecuencia, y creo que es bien importante tenerlo presente, estamos en busca de mejorar una normativa que tiene 33 años. Y probablemente lo que el Congreso resuelva durante este período se convierta en el estatuto de CODELCO por mucho tiempo más.
Por consiguiente, no me parece que deba legislarse bajo presión, con urgencias que, por lo demás, no tienen fundamento.
Decir que es preciso resolver rápido lo relativo al gobierno corporativo de CODELCO para que Chile pueda garantizar su ingreso al Organización para la Cooperación y el Desarrollo Económico no es efectivo.
Si a algo esta condicionado nuestro ingreso a la OCDE -y el Ministro de Hacienda lo sabe- es a la aprobación de otro proyecto, que establece normas que permiten el acceso a la información bancaria por parte de la autoridad tributaria. Y allí se verá qué ocurre.
Desde el punto de vista de la OCDE, basta con que exista acuerdo en el Parlamento para sacar a los Ministros de los directorios de las empresas públicas y con el avance de este proyecto en su tramitación en la Cámara de Diputados para que Chile pueda presentar su caso al análisis que en diciembre del presente año realizará la referida Organización respecto a nuestra solicitud de admisión.
Pero, aunque así fuera, no se puede pretender que el futuro de una empresa tan importante como CODELCO se resuelva en algunos días, máxime si el estatuto que hay que reformar tiene ya 33 años.
Considero que existen avances en esta iniciativa; aquí se han mencionado. Por ejemplo, que se determine el carácter nacional y no puramente gubernamental de CODELCO; que se establezcan directores independientes que puedan representar la pluralidad del país; que se saque del Directorio a los Ministros de Estado, porque resulta evidente que no se encuentran en condiciones de ejercer plenamente como directores.
Sin embargo, digamos las cosas como son: este proyecto no va a resolver ninguno de los principales problemas de CODELCO. Así de claro. Desde ese punto de vista, no creo que la alternativa sea simplemente tomarse una vez más este trago amargo viendo cada cual cómo lo puede digerir.
Aquí, o somos capaces de legislar bien, o lisa y llanamente, en virtud de otras consideraciones, dictamos una legislación que, por último, no solucionará las dificultades esenciales de la empresa en comento.
Quiero señalar fuerte y claramente los dos problemas básicos de la Corporación Nacional del Cobre.
Hoy día, CODELCO es la principal empresa productora de cobre del mundo. Pero su posición se halla seriamente amenazada. En cualquier momento, producto de fusiones entre otras empresas, de una parálisis o de la subinversión que ya la afecta, puede perder esa condición de liderazgo.
En segundo lugar, se ha planteado un debate importante. Y el Senador Gazmuri se refirió ayer a cómo en la comunidad nacional se hicieron manifestaciones, a mi juicio muy significativas, en cuanto a la necesidad de mantener a CODELCO como empresa cien por ciento pública.
Yo comparto esas manifestaciones. Empero, debo decir que este proyecto de ningún modo asegura que aquella Corporación se pueda mantener como empresa cien por ciento pública durante los próximos años.
Esa es la verdad. Y el Senador Vásquez dio buenas razones sobre el punto.
Hay distintas maneras, señor Presidente , de privatizar CODELCO. Una de ellas, quizás la más efectiva, es la más sibilina: la subinversión, vía que se utilizó durante el Régimen militar con la Empresa Nacional de Minería, a la que, simplemente, le retiraron en forma sistemática el cien por ciento de las utilidades. O sea, hacer con esa Corporación lo que no se puede realizar con ninguna sociedad anónima regida por el estatuto de las sociedades anónimas abiertas, como muy bien lo indicó el colega Vásquez.
CODELCO tiene problemas hoy día. No dispongo de tiempo para entrar en los detalles. Sencillamente, mencionaré algunos.
Hay falta de eficiencia; existen verticalismos que inmovilizan la participación y el aporte creativo de los trabajadores; se registran serias dificultades de estancamiento en su estrategia internacional; ha habido problemas en la participación en operaciones de fusión. Habría sido muy importante, señor Presidente , que CODELCO dispusiera de mayor margen de maniobra. También, que hubiera podido comprarle a Exxon la mina Disputada de Las Condes ; con ello habríamos tenido ya, en el país y en la región, el mineral más grande del mundo. Por "maní" -40 a 50 millones de dólares-, esa operación fracasó. Y la pérdida para CODELCO fue gigantesca.
Asimismo, existen dificultades -todos lo sabemos- por el aumento de los costos operacionales; hay envejecimiento de los yacimientos; se han registrado excesos en los procesos de externalización.
Sería largo detallar la lista de problemas que enfrenta nuestra Corporación del Cobre.
En tal sentido, señor Presidente , creo que aquí se está eludiendo el debate de fondo. Este es sumamente simple. Consiste en determinar qué es CODELCO: si será un servicio público o una empresa con un buen gobierno corporativo y un buen directorio, sometida a un sistema de fiscalización eficiente, pero con los instrumentos de los cuales dispone cualquier empresa para poder competir en un mundo extraordinariamente complejo y donde la competencia es en extremo ardua.
Tengo la convicción, señor Presidente, de que el proyecto que nos ocupa no resuelve el problema. Y quiero explicarme.
En primer lugar, no podrá competir exitosamente en el mundo una empresa sometida a cuatro o cinco tipos de fiscalización distintos. Eso no existe. CODELCO no compite con empresas sujetas a esa multiplicidad de mecanismos fiscalizadores.
Lo decía el colega Orpis. Y veo que la Senadora Matthei me hace una sonrisa que, entiendo, es de asentimiento a lo que estoy diciendo. El señor ÁVILA .-
¡Nos salvamos!
El señor OMINAMI.-
No existe en el mundo una empresa que pueda ser número uno si se halla sometida a la fiscalización de la Cámara de Diputados, a la fiscalización de COCHILCO, a la fiscalización de la Contraloría y, en virtud de la ley en proyecto -me parece bien-, a la fiscalización de la Superintendencia de Valores y Seguros.
El señor ORPIS .-
¡Faltó la Cámara de Diputados!
El señor OMINAMI.-
La nombré en primer lugar.
¿Qué sucede con un gobierno de clase mundial? Una cosa elemental: un buen directorio con un buen sistema de fiscalización. Pero un solo sistema, no cuatro.
Me parece muy relevante que la Cámara de Diputados disponga de facultades fiscalizadoras, pero no en esta materia.
He visto con mis propios ojos varios de los oficios de fiscalización solicitados a través de la Cámara Baja. ¡Son simplemente indignos! Porque, mediante ellos, en muchos casos se solicita información cuya entrega hace daño a CODELCO, información que de una manera u otra termina en manos de la competencia. Y eso no es correcto.
El proyecto original del Ejecutivo no hacía referencia a la facultad de la Cámara de Diputados. Y me parece bien. Las facultades fiscalizadoras de esa rama del Parlamento emanan de la Constitución.
En mi concepto, habría que efectuar el debate respecto a cuál es el ámbito de la fiscalización, pues la Cámara Baja dispone de facultades fiscalizadoras en cuanto a los actos de gobierno.
Empero, los de CODELCO no son actos de gobierno. Si lo fueran, estaríamos diciendo que es un servicio público. Y si sostenemos que es un servicio público, estamos matando a dicha Corporación.
Esa es la cuestión.
Sin embargo, tal discusión no está.
Ayer se quería -creo que el Gobierno lo solicitó; y lo lamento- que despacháramos rápidamente este proyecto. Y se inició su discusión sin que estuviera en tabla: ¡acuerdo unánime de Comités!
Ello no me parece correcto, señor Presidente. Y protesto por esa forma de enfrentar el debate. No es la buena discusión. CODELCO merece un mejor trato, pues constituye la espina dorsal, la columna vertebral de nuestras finanzas públicas.
A mi entender, las materias vinculadas con fiscalización deben ser resueltas de otro modo.
Planteamos una indicación -espero renovarla- para eliminar la referencia (redundante, por lo demás) a las facultades fiscalizadoras de la Cámara de Diputados. Porque no nos parece correcto lo que hace en el ejercicio de ellas.
Pero eso no es lo único, señor Presidente.
La iniciativa que nos ocupa no altera algo que ha sido recurrente en la Concertación y también, hoy día, en las propias Fuerzas Armadas: cómo decirle al mundo que tendremos un buen gobierno corporativo en una empresa que debe entregar el 10 por ciento de sus ventas a las Instituciones Castrenses.
Francamente, lamento que un Gobierno de la Concertación no sea capaz de enfrentar aquello.
Me dicen: "Más adelante habrá un compromiso para enfrentarlo". ¿Cuándo? ¿En octubre? ¿En noviembre?
Por desgracia, no se encuentra en la Sala la Senadora Alvear, quien también ha insistido fuertemente en este punto.
Eso no es un buen gobierno corporativo, señor Presidente.
Las Fuerzas Armadas no necesitan un presupuesto de ese tipo, sino -y este es mi tercer punto- exactamente lo mismo que CODELCO: una planificación presupuestaria plurianual; un horizonte para desarrollar sus inversiones, sus equipamientos, en el mediano y largo plazos.
Lo que podíamos haber hecho era garantizar un adecuado plan de negocios para dicha Corporación. Pero, por desgracia, aquí eso no se garantiza.
Francamente, lamento que sea bajo un Ministro del Partido Radical, colectividad que ha hecho del servicio público la defensa del patrimonio fiscal, que se presente este proyecto.
La iniciativa en debate -reitero- no va a solucionar los problemas de gobierno corporativo de CODELCO, ni menos aún garantizará que esta Corporación continúe siendo cien por ciento pública durante los próximos años. Basta con que una Administración quiera incentivar un proceso de privatización para que así ocurra.
Sebastián Piñera dijo -y valoro su franqueza- que él es partidario de que 20 por ciento del capital de la Corporación del Cobre pueda ser ingresado a través de los fondos previsionales.
Esa es una propuesta. Y, para facilitarla, qué se debe hacer: desinvertir en CODELCO.
Se ha logrado un pequeño avance en la discusión. Se presentó una indicación al artículo 6°. Pero esta no establece el más mínimo compromiso. Lo que se dice en ella es que el cien por ciento de las utilidades de CODELCO debe volver al patrimonio público.
El señor GAZMURI .-
¡No!
El señor OMINAMI.-
Así está expresado.
El señor GAZMURI.-
Lea la norma. Antes decía "cien por ciento", no ahora.
El señor OMINAMI.-
Por favor, señor Presidente, descuénteme el tiempo.
Reitero que se trata de un pequeño avance. Pero no hay ninguna garantía.
Nosotros señalamos algo que yo desearía que el Ejecutivo reflexionara y considerara: si CODELCO va a tener un Directorio de verdad, que al menos se halle facultada para proponerle al Gobierno la posibilidad de capitalizar 20 por ciento de las utilidades de cada año al objeto de financiar un adecuado programa de inversiones.
Eso se plantea en una indicación. Ciertamente, no es admisible, pero sí razonable, correcta.
Yo pediría que pudiéramos realizar esa discusión.
Están, en consecuencia, las siguientes materias: la naturaleza de CODELCO (si será servicio público o empresa); la fiscalización vinculada a tal naturaleza; el 10 por ciento de las Fuerzas Armadas; el plan de negocios.
Pero existe otro aspecto: me señalan que este proyecto no se debe discutir mucho porque hay un acuerdo.
Lo digo francamente: no sé entre quiénes. Por lo menos, yo no soy parte de él.
Además, creo que es un acuerdo con algo vergonzoso para el Senado, pues esta Cámara está abdicando de una facultad que debería tener.
Así como finalmente aprobamos aquí a los integrantes del Directorio de Televisión Nacional y a los del Consejo del Banco Central, deberíamos, si queremos que todos los chilenos respalden a CODELCO, aprobar en esta Alta Corporación a sus directores.
¡Cómo me van a decir que la Alta Dirección Pública, constituida por cinco personas, que responde también a equilibrios políticos -dos de sus integrantes son destacadas militantes de la Oposición-, es más representativa que el Senado de la República!
Sinceramente, no lo entiendo.
Algunos colegas me han se��alado su absoluta disponibilidad para avanzar en aquella dirección, pero que no pueden hacerlo por el acuerdo político existente.
Yo pregunto: ¿acuerdo político entre quiénes y para qué?
Última consideración, señor Presidente, en los 20 segundos que me restan.
Se aumentan los miembros del Directorio, de 7 a 9, y se saca a los Ministros de Estado. Me parece bien. Pero no me parece bien incrementar el número de directores y disminuir la representación de los trabajadores, porque con ello se menoscaba la participación laboral en aquella instancia.
Por tales razones, señor Presidente , invito al Senado a debatir en serio y no a hacer una discusión exprés, pues CODELCO merece un mejor trato.
He dicho.
El señor NOVOA ( Presidente ).-
El señor Ministro de Hacienda pidió la palabra, y se la concederé. Pero antes deseo hacer un planteamiento.
Hay muchos Senadores inscritos. Puede ocurrir que cuando termine la votación no exista quórum suficiente en la Sala para tomar acuerdos. El Senador señor Ominami solicitó plazo para presentar indicaciones. Está en su derecho. Por lo demás, es la forma como la Cámara Alta debe debatir los asuntos.
En cuanto a algunos de los puntos expuestos en la Sala por Su Señoría, debo señalar que pudo discutirlos en las Comisiones. El resto de los Senadores que no participamos en ellas no tuvimos esa posibilidad.
Es el momento, probablemente, de que las proposiciones pertinentes sean replanteadas en la Sala y tengamos una discusión, sea sobre modificaciones hechas al proyecto por las Comisiones, sea sobre indicaciones renovadas.
Ahora, quiero sugerir -porque el Gobierno y distintos sectores han pedido despachar este proyecto sin darle una tramitación demasiado larga- el lunes 27 de julio como plazo para presentar indicaciones. De esta forma los Senadores tendrían toda la próxima semana para formular cuantas proposiciones desearan.
Si hay un planteamiento distinto, lo someteré a la consideración de la Sala.
Tiene la palabra el Honorable señor Navarro
El señor NAVARRO.-
Señor Presidente , el panorama para el lunes 27 es complejo, pues también se recibirán las indicaciones al proyecto relativo a la acuicultura, con el cual se busca privatizar el mar.
Ahora estamos tomando determinaciones sobre áreas estratégicas del desarrollo.
Por lo tanto, acumular para el 27 de julio la formulación de indicaciones me parece un exceso.
No sé si los colegas tendrán capacidad de responder ante las iniciativas sobre acuicultura y CODELCO.
Por lo tanto, pido una semana más.
El señor LONGUEIRA .-
¡Hagamos una sesión especial de privatizaciones!
El señor NAVARRO.-
Me parecería bien. ¡Porque ahora vamos en la misma!
El señor NOVOA ( Presidente ).-
El Honorable señor Navarro pide una semana más; o sea, hasta el 3 de agosto.
La señora MATTHEI .-
No, señor Presidente.
Pido la palabra.
El señor NAVARRO.-
También podría ser el 10 de agosto, Día del Minero.
El señor NOVOA (Presidente).-
Tiene la palabra la Honorable señora Matthei.
La señora MATTHEI.-
Señor Presidente , sucede que la mayoría de las indicaciones relacionadas con las distintas materias ya fueron presentadas. De ahí que no veo que haya que trabajar tanto en tal sentido.
No sé si el Senador Navarro tiene algunas muy distintas, si analizó las ya formuladas, en fin.
Mi impresión es que perfectamente podríamos encuadrarnos en una semana.
El señor NAVARRO .- Tenemos otras indicaciones.
La señora MATTHEI.-
¡Ah!
El señor NARANJO .-
¡No todos los Senadores somos tan inteligentes!
El señor NOVOA (Presidente).-
Se propuso el 3 de agosto.
Tiene la palabra el Honorable señor Sabag.
El señor SABAG.- Señor Presidente, el lunes 27 me parece adecuado.
Vimos una gran cantidad de indicaciones, y en su mayoría eran improcedentes.
Es muy poco el margen que tenemos los Senadores para hacer proposiciones sobre la materia.
Sí, pido que en el segundo informe las Comisiones de Hacienda y de Minería funcionen unidas, para que despachemos este proyecto lo más rápidamente posible.
El señor NOVOA (Presidente).-
Reitero que quienes han participado en la discusión de esta iniciativa son los Senadores integrantes de ambas Comisiones. El resto de la Sala no ha intervenido. No conocemos las indicaciones formuladas.
Entonces, si les pareciera a Sus Señorías, podríamos fijar como plazo para presentar indicaciones el viernes 31 de julio, a las 12. De esa manera los Comisiones de Minería y de Hacienda podrían trabajar durante la semana siguiente y analizar por completo el proyecto.
--Así se acuerda.
El señor NOVOA (Presidente).-
Tiene la palabra el señor Ministro de Hacienda.
El señor VELASCO ( Ministro de Hacienda ).-
Señor Presidente , agradezco a la Mesa y a la Sala su disponibilidad para estudiar esta materia y avanzar con ella, porque, como lo han señalado muchos Senadores y Senadoras -y el Ministro de Minería añadirá antecedentes al final del debate-, este proyecto es supremamente importante.
No resulta necesario reiterar aquí lo tremendamente clave que es CODELCO para Chile, para su economía, para su presupuesto, para el financiamiento de la inversión y del gasto social.
Por lo tanto, a todos nos interesa -no solo nos interesa, sino que lo consideramos urgente e imprescindible- darle a CODELCO un mejor gobierno corporativo, que le permita ser cada día más una empresa que compita sin darle ventaja a nadie en las ligas mayores de la minería mundial.
Quiero hacer dos afirmaciones generales que son claves para el posterior debate y ojalá despacho de la iniciativa.
Primero -y aquí quiero ser muy claro-, el proyecto mantiene a CODELCO como empresa estatal. No solo eso: le proporciona la institucionalidad, las reglas del juego, el gobierno corporativo y las exigencias que cumplen hoy las mejores entidades de esa índole en el mundo. Porque toma los más altos estándares -los de las empresas estatales aplicados por los países de la OCDE- y los adapta a la realidad de Chile y, en especial, al caso de CODELCO, con lo cual esta seguirá siendo de propiedad cien por ciento pública y, al mismo tiempo, se va a fortalecer y a contar con instituciones más modernas, más duraderas, más acordes con las exigencias del mundo poscrisis, el cual será cada día más exigente y competitivo.
Segundo, deseo consignar algo que no es materia de la iniciativa en debate -y lo menciono porque algunos señores Senadores también lo han traído a colación-, pero que sí lo será de otra que se enviará en agosto. La Presidenta de la República se ha comprometido a legislar con respecto a la Ley Reservada del Cobre y al financiamiento de las Fuerzas Armadas, asunto que repito que no corresponde al articulado de que se trata, pero que, evidentemente, resulta atingente para la discusión que se da aquí, por lo cual lo señalo.
No vale la pena entrar a detallar los contenidos del texto en examen, porque el informe así lo hizo -y con bastante claridad-, así como también muchos señores Senadores.
Deseo, sencillamente, enfatizar tres puntos comprendidos en sus términos y que me parecen claves.
En primer lugar, la estructura corporativa de CODELCO será moderna y acorde con sus desafíos. Su directorio será profesionalizado, con altas exigencias para integrarlo, e incluirá a independientes, a un representante de los trabajadores y a cuatro directores nombrados por el Presidente de la República. Constituye una fórmula común -de nuevo- en las empresas públicas de los países avanzados y que garantiza lo que varios Senadores han resaltado aquí y que el Ejecutivo comparte: se trata de una empresa del Estado, de todos los chilenos, que se administra conforme a criterios de largo plazo y de acuerdo con altísimos estándares en materia de excelencia. Se persigue el objetivo de que las platas se manejen bien y de que CODELCO crezca y nos dé mayores recursos en el futuro para financiar la inversión y el gasto social.
En segundo término, el proyecto de ley incrementa las obligaciones de transparencia e información de la entidad y le aplica, no exigencias mayores que aquellas a las que se someten las empresas privadas, sino equivalentes, de modo que le responda a la ciudadanía, a sus dueños, que son los chilenos y chilenas, pero, al mismo tiempo, compita en igualdad de condiciones con aquellas extranjeras o nacionales presentes en el sector minero.
En cuanto a la necesidad de dar a conocer los hechos esenciales, los acuerdos del directorio y todas las cuestiones propias de una empresa de este tipo, las obligaciones de información y transparencia quedarán ahora consignadas por ley.
Y tercero -ello resulta muy importante y le da una cuota adicional de urgencia a la normativa-, se contempla aquí una capitalización de mil millones de dólares. ¿Por qué? Porque una cosa ha cambiado en este período de crisis internacional: el financiamiento de otras fuentes, el externo, el que se obtiene por la vía de deuda, es más escaso y difícil de conseguir. Pero lo que no ha cambiado es que los proyectos de inversión de CODELCO siguen siendo rentables en el mediano y el largo plazos.
Corresponde que el dueño, entonces -es decir, la República de Chile-, se ponga con su empresa, efectúe un aporte, financie una parte importante del plan de inversiones de 2009, y que en el presente año, por lo tanto, CODELCO continúe invirtiendo, creando trabajo, dinamizando la actividad, y, a la vez, obtengamos una mayor capacidad productiva en el futuro.
Finalmente, en cuanto al plan de inversiones y al financiamiento futuro de la empresa, fue un asunto que dio lugar a un debate de mucha calidad, muy detallado, bastante extenso, primero en la Cámara de Diputados -recuerdo, entre paréntesis, que el proyecto de ley lleva casi tres años en el Congreso, por lo que ha provocado muchísima discusión en ambas ramas legislativas- y después en esta Corporación, en sus Comisiones de Minería y de Hacienda.
Y fruto de ese análisis, todos los Senadores, de distintas bancadas, recogiendo criterios presentes en indicaciones de otros de sus colegas, también de distintas bancadas, y el Ejecutivo , trabajando en conjunto, plasmamos una idea que vino a enriquecer la iniciativa. En efecto, se establece que CODELCO -para ser precisos, su directorio- determinará un plan trienal de inversiones y que este contendrá la información necesaria para que la empresa cuente con una visión de largo plazo y los ciudadanos, sus dueños, puedan saber qué está haciendo. A su vez, el plan no solo se le propondrá al Ejecutivo , sino que este, representado por los Ministros de Hacienda y de Minería, se pronunciará sobre el particular mediante un decreto fundado. De esa forma, existirá un horizonte de largo plazo, un procedimiento para establecer las inversiones y la obligación del Gobierno de pronunciarse respecto tanto del plan como de su financiamiento.
A nuestro juicio, la indicación pertinente, fruto del debate que se verificó en el Senado, enriquece el proyecto -repito-, y, sumada a los criterios de gobierno corporativo, va configurando un mecanismo para efectuar las inversiones de la empresa que nos parece bueno. Y celebramos que se haya aprobado así en la Comisión de Hacienda.
Termino agradeciendo, una vez más, a esta Corporación por la posibilidad, no solo de discutir el proyecto, sino también de hacerlo con un plazo para indicaciones que puede permitirnos estar en dos semanas más trabajando en las Comisiones y ojalá de vuelta en la Sala. Porque la iniciativa es importante, imprescindible. Todo lo que atañe a CODELCO y a su gobierno corporativo es siempre de la mayor trascendencia y urgencia para Chile.
Pero, además, al Ejecutivo le parece muy relevante -y estimo que también a los señores Senadores- que, en un año de crisis, la empresa cuente con los recursos para seguir invirtiendo, para dar empleo en las Regiones y para jugar el papel de largo plazo que Chile le exige, además de su rol de amortiguador de shock externo.
Muchas gracias.
El señor BIANCHI (Vicepresidente).-
Tiene la palabra el señor Ministro de Minería.
El señor GONZÁLEZ ( Ministro de Minería ).-
Señor Presidente , tal como lo han dicho el señor Ministro de Hacienda y algunos señores Senadores en la presente sesión, no solo es necesario que exista el proyecto de ley sobre gobierno corporativo de CODELCO, sino que también ello debe ocurrir ahora.
Se trata de una iniciativa con varios años de retraso. Si se hubiera aprobado hace tres o cuatro años, la situación de la empresa sería hoy día totalmente distinta.
La realidad en el mercado mundial de la minería ha sufrido cambios de gran envergadura en los últimos años, y en la actualidad no son más de diez las empresas que compiten en ese ámbito y en el del cobre, en especial. Y a CODELCO no le hemos entregado las herramientas para que pueda hacerlo en forma eficiente.
Y si a eso le sumamos que esa entidad es la principal fuente de recursos de nuestro país, nos encontramos doblemente en falta por no haber sacado antes el proyecto. Este fue presentado en el Congreso hace aproximadamente tres años, señor Presidente. O sea, mal podríamos decir que no ha sido discutido, que no ha sido analizado, que no ha sido pensado por los señores parlamentarios. Y creo que este es el momento para despacharlo, para entregarle un instrumento necesario a esta importante empresa de todos los chilenos.
No me voy a referir en detalle al articulado, porque todos ya hemos escuchado las explicaciones proporcionadas y sabemos cuál es la importancia que le otorga al gobierno corporativo. Solo me abocaré a los aspectos que han generado algún tipo de controversia durante la discusión.
No le corresponde al proyecto de ley sobre el gobierno corporativo de CODELCO resolver el tema del 10 por ciento que se otorga a las Fuerzas Armadas. Eso tiene que ver con una iniciativa distinta, que el Gobierno se ha comprometido a enviar al Congreso durante el segundo semestre del año en curso. Obviamente, compartimos que la cuestión le resta competitividad a la empresa, por lo que constituye un aspecto que se debe tratar y que va a ser visto acá.
Tampoco procede resolver en la iniciativa lo atinente a la fiscalización, porque por esta vía malamente cabría quitar a la Contraloría General de la República sus atribuciones para ejercer tal función respecto de las empresas del Estado.
Y mal podríamos privar a la Cámara de Diputados, en virtud de la normativa que nos ocupa, de aquellas que le permiten intervenir en dichas entidades. Se tendría que legislar respecto de todas ellas. Porque, como dicen algunos señores Senadores, si la fiscalización de esa rama del Congreso no se hace bien, de buena forma, ello no solo dice relación a CODELCO, sino que también podría repetirse en todas las empresas. Y no vamos a dejar a la Corporación del Cobre sin gobierno corporativo por esa razón, señor Presidente. Creo que esa sería una falta muy grave.
Existen muchos asuntos pendientes de CODELCO, y, en mi opinión, el proyecto resuelve gran parte de ellos.
Hoy día, esa entidad exhibe un directorio sin atribuciones. Estas las tiene el Presidente Ejecutivo , que es quien la administra. Por lo tanto, se produce una duplicidad de mando al interior que genera problemas y complica la toma de decisiones. La iniciativa entrega al directorio la responsabilidad de administrar la empresa, y, además, no solo lo hace responsable de las determinaciones que toma, sino que también le entrega la obligación de responder con su patrimonio en caso de causarle daño. A nuestro juicio, ese es un gran avance.
En CODELCO es preciso mejorar la productividad, sin lugar a dudas. En este momento trabajan allí 60 mil personas. Es una cuestión que debemos abordar con prioridad.
Tenemos que trabajar en la disminución de los costos. La empresa no puede competir con un dólar cincuenta de costo en el mercado mundial de la minería. Asimismo debemos ocuparnos de ese punto.
Sin embargo, lo más importante de todo -y esto no se ha dicho- es que en este momento CODELCO se encuentra en una situación clave: enfrenta un futuro en el cual tiene que invertir 12 mil millones de dólares en los próximos siete años. ¡12 mil millones de dólares!
Y le garantizo, señor Presidente , que con el gobierno corporativo actual esas inversiones no van a ser optimizadas. ¿Por qué? Porque la empresa se halla en una etapa en que todos sus yacimientos enfrentan problemas de producción, todos han bajado las leyes, todos son explotados en forma deficiente. El de Chuquicamata ya registra mil metros de profundidad. No podemos seguir sacando cobre a ese nivel: tenemos que ir al Chuquicamata subterráneo. Es preciso llevar a cabo las fases I y II de Andina. Además, se requiere materializar el nuevo nivel mina en El Teniente. Con el gobierno corporativo existente, ello se va a dificultar, y nuevamente vamos a perder la oportunidad de instalar a CODELCO como empresa líder en la minería mundial. Ese es nuestro desafío y obligación, porque Chile, como todos sabemos, básicamente depende de la minería.
Creemos que en la empresa contamos con la gente necesaria. Sus trabajadores están jugados por sacarla adelante y lo han demostrado por muchos años. Lo que debemos hacer es entregar los medios para que pueda ser administrada de la mejor forma posible.
Así como el Senador señor Ominami expresó que le molesta que un Ministro radical esté planteando un proyecto de esta envergadura, hago presente que me alegro de que sea un Ministro radical el que esté planteando darle a CODELCO las herramientas para que pueda continuar su avance.
La última vez que se vio una ley de CODELCO fue en 1971, cuando había un Presidente socialista. Queremos ahora seguir progresando y proporcionarle a la empresa los instrumentos para que en cinco años más no estemos otra vez sentados aquí discutiendo acerca de su nuevo gobierno corporativo.
Muchas gracias.
El señor BIANCHI ( Vicepresidente ).-
Antes de darle la palabra a la Honorable señora Matthei , quiero expresarle al señor Ministro lo siguiente.
Para el Senado, la iniciativa también reviste la mayor importancia. Y será el que validará, probablemente con los votos favorables de las distintas bancadas, el articulado que presentó el Ejecutivo.
El señor Ministro hizo presente que el texto lleva tres años esperando ser votado. En honor a la estricta verdad, deseo consignar que ingresó a esta Corporación el 18 de marzo de 2009, es decir, hace casi cuatro meses -y no tres años-, y que ha sido debatido largamente, como le consta, por los señores Senadores.
Y a la Cámara de Diputados entró el 8 de marzo de 2007.
Tiene la palabra la Honorable señora Matthei.
La señora MATTHEI.-
Señor Presidente , la Corporación Nacional del Cobre es, obviamente, la empresa más grande del país y la mayor productora del metal rojo en el mundo, y juega un rol fundamental en nuestras finanzas públicas. Y esperamos que lo siga haciendo, con el objeto de que sea posible costear los programas sociales. Por eso, la forma de asegurarnos de que pueda maximizar su valor económico y hacer lo más eficiente posible su proceso productivo es un tema que debemos abordar con profunda seriedad.
A mi juicio, no hay nadie en la Sala que no esté de acuerdo con que la empresa requiere una reforma profunda de su estructura administrativa. Consideramos que las enmiendas que modifican por completo la forma de nombrar a sus directores y designar y remover al Presidente Ejecutivo son absolutamente necesarias y van en la dirección correcta. Las apoyamos. Estimamos que constituyen una condición indispensable para poder seguir capitalizando CODELCO en el futuro y abrigar la seguridad de que esta última medida va a rendir lo más posible.
El proyecto plantea en primer lugar la excelencia. Queremos que los directores y el Presidente Ejecutivo sean las personas más capacitadas de Chile, independiente de su color político, y que se encuentren profundamente comprometidos con el futuro de la entidad. Por tal razón, la búsqueda de los mejores mediante empresas, de una forma profesionalizada, como lo hacen en general las mayores y mejores empresas estatales en el mundo, nos parece correcta.
Por otra parte, señor Presidente , resulta obvio que de la lógica de que CODELCO es manejada por el Gobierno de turno es preciso pasar a tener una visión de Estado respecto de ella, con representación también de quienes no opinan lo mismo que el Gobierno de turno, porque eso da transparencia, la cual asimismo contribuye al final a la eficiencia. En ese sentido, igualmente nos parece bien lo que el proyecto plantea.
Por último, es evidente que se requiere transparencia absoluta. Sobre esa base, obligar siempre a CODELCO a dar la misma información, como si fuera una sociedad anónima abierta, constituye una medida que va en la dirección correcta. Hoy día CODELCO entrega esa información, pero solo porque ha emitido bonos. Si no lo hubiera hecho, no estaría obligada ni siquiera a ello.
Por lo tanto, todos los principios a los que me referí (de excelencia, de visión de Estado, de transparencia), a nuestro juicio, están bien tratados.
No voy a repetir los contenidos del proyecto, porque han sido ampliamente analizados ayer y hoy. Quiero opinar, sí, sobre los aspectos que han generado más polémica.
En primer lugar, uno no puede dejar de abordar el tema del 10 por ciento de las ventas de CODELCO que se destina a las Fuerzas Armadas. Sobre el particular, he señalado muchas veces que las necesidades de inversión de las Fuerzas Armadas y de seguridad de nuestro país no se mueven al mismo tiempo en que fluctúa el precio del cobre.
En algún momento podemos tener, por un lado, un precio muy bajo de dicho metal y, por otro, necesidades urgentes de inversión en Defensa: en equipamiento, en alistamiento, en personal, etcétera. O al revés, un precio muy alto e inversiones en Fuerzas Armadas ya realizadas, sin que se requiera hacer más gastos.
En ese sentido, separar el precio del cobre del financiamiento de las Fuerzas Armadas me parece correcto.
Sin embargo, también he sido testigo de la demagogia y del populismo más feroz con respecto a las inversiones que precisan las Fuerzas Armadas. Muchas veces he escuchado a señores parlamentarios señalar: "¡Para qué vamos a comprar tal o cual armamento o a hacer tal inversión militar si podemos destinar esos recursos a gasto social!
Tal argumento no es aceptable.
Todo el mundo sabe que cuando una nación exhibe debilidad, sea en su política o en su capacidad de defensa, aumenta la probabilidad de un conflicto armado. Este se produce cuando un país ve que el vecino con el que ha tenido problemas está débil. Por lo tanto, la inversión en las Fuerzas Armadas no apunta solo a beneficiarlas a ellas, sino a cautelar la seguridad externa de la nación. Debido a ello, debe tratarse sin demagogia, sin populismo, con visión de largo plazo y seriedad.
Por eso, señor Presidente , aprobaremos el proyecto solo si se garantiza que nuestra seguridad externa no va a quedar sujeta a una discusión demagógica, populista, de corto plazo.
Si se pueden armonizar ambos objetivos, maravilloso.
Vamos al tema relativo a la fiscalización.
En lo personal, me alegraba de que la Cámara de Diputados y la Contraloría fiscalizaran a CODELCO y a cualquiera de las empresas públicas cuando nadie sabía lo que en realidad pasaba en ellas. Y así era. Todos conocemos el caso de EMPREMAR, que fue llevada a la quiebra por una pésima administración. Ahí la Cámara de Diputados constituyó una Comisión Investigadora -yo la pedí- para determinar lo sucedido, lo que llevó finalmente a la condena de algunos ex ejecutivos.
Sin embargo, en la medida en que tengamos un gobierno corporativo de excelencia, con visión de Estado y con absoluta transparencia, creo que esa fiscalización no corresponde.
Si bien pudieron haberse cometido abusos -de hecho los hubo: recordemos todos los pagos que realizó la misma CODELCO a gente vinculada a la política- cuando los gobiernos corporativos eran del Gobierno de turno y no del Estado, ese tipo de cosas no debiera ocurrir con un gobierno corporativo eficiente, profesional, con visión de Estado, porque habrá un freno interno que lo impida.
En todo caso, así como puede haber abuso en las empresas, es posible que este también se produzca en una fiscalización inadecuada por parte, por ejemplo, de señores políticos, de nosotros mismos. Cabe recordar que ha habido parlamentarios que, usando su cargo, han pedido información que les convenía para sus intereses comerciales. Y eso no corresponde. No quisiera que el día de mañana información respecto del Banco del Estado o de CODELCO, solicitada por un señor Diputado , terminara en manos de la competencia. No puede ser.
Por ello, señor Presidente , no votaré a favor de eliminar la mención que se hace en la iniciativa a la Cámara de Diputados. Porque no hace ninguna diferencia; se trata de una atribución constitucional. Pero sí anuncio que estoy dispuesta a firmar hoy un proyecto de reforma a la Carta para quitarle a esa Corporación la facultad de fiscalizar a las empresas estatales que tengan un gobierno corporativo decente. En ese entendido, estoy totalmente de acuerdo.
No corresponde tal control.
Así como dije que me alegraba de que la Cámara de Diputados fiscalizara cuando había oscuridad, en la medida en que contemos con un gobierno corporativo, con una administración transparente, eficiente y eficaz, esa fiscalización estará fuera de lugar.
Respecto del papel de la Contraloría en esta materia, tengo dudas. La verdad es que necesito leer mucho más para saber efectivamente cuál debiera ser aquí el rol de dicho órgano. No me pronuncio.
Sin embargo, lo relativo a COCHILCO me merece serias dudas.
El Senador señor Ávila mencionaba el caso del señor Titelman. Si es cierto todo lo que nos ha dicho -no tengo por qué ponerlo en duda-, lo que ha ocurrido ahí es un escándalo. Que un señor que debe fiscalizar a CODELCO le haya dado boletas de honorarios a esa empresa me parece inaceptable. ¡Inaceptable! Es lo mismo que si el Fiscal Económico hoy día le diera boletas a una cadena de farmacias.
Por otro lado, sabemos que anteriormente hubo ejecutivos de COCHILCO que dejaron esta institución y que, al poco tiempo, a la semana, estaban trabajando en CODELCO. Ello, obviamente, después de haber aprobado algún proyecto importante.
Si COCHILCO sigue con esas facultades, es evidente que deberemos modificar fuertemente su legislación. Tiene que haber incompatibilidades, un período en que no se pueda pasar de COCHILCO a CODELCO. O sea, es preciso que existan acá las mismas exigencias que se establecen, por ejemplo, respecto de una superintendencia. Y la forma de nombrar a los funcionarios de COCHILCO también debe ser totalmente distinta de la actual.
Ahora, señor Presidente, paso a referirme a lo relativo a las inversiones.
Se discute mucho si CODELCO debe seguir siendo estatal o no. Pero, en la práctica, ya se ha privatizado. En la mayoría de los nuevos emprendimientos de CODELCO, está metida la empresa privada. ¿Por qué? Porque tal Corporación no disponía de capital suficiente para invertir. Así de simple.
Sin embargo, se ha privatizado de la peor forma posible. En vez de poner las acciones en el mercado y de que el Estado obtenga todo el precio que se pueda dar por ellas, se decidió trabajar con determinadas empresas, respecto de las cuales no se sabe por qué se invitó a unas y no a otras, cuáles fueron las condiciones, quién las negoció, cuánto obtuvieron. Se desconoce todo eso. Se ha privatizado de una manera oscura y poco transparente. Esto no es aceptable.
Por eso, señor Presidente , me parece bien lo relativo al plan trienal de inversiones. Para algunos señores Senadores, podrá ser insuficiente. Y preferirían, a lo mejor, un mecanismo automático de capitalización. A mi juicio, el solo hecho de que el directorio se pronuncie en forma pública -eso va a estar en la FECU y en la memoria- y, además, de que los Ministros tengan que decir, de manera fundamentada y por escrito, por qué dan cierta cantidad y no otra, introduce una situación de transparencia que no permitirá que en CODELCO pase lo mismo que sucedió en el pasado en la ENAMI.
Lo ocurrido allí solamente se puede generar en un ambiente de secretismo. Si hubiésemos sabido lo que acontecía en la ENAMI, nosotros mismos le habríamos exigido al Ejecutivo que actuara de otra manera. El secretismo es el peor cuchillo en contra de las empresas públicas.
Pero el plan trienal de inversiones -en realidad, tiene una proyección de 20 años, según nos contaron los señores Ministro de Minería y Presidente Ejecutivo de CODELCO - será conocido por el país. Se va a saber cuánto piden y cuánto dan, y por qué razones.
Ello posibilitará una discusión pública, que evitará la repetición de lo sucedido en el pasado.
En consecuencia, señor Presidente, espero que el proyecto en estudio se apruebe.
Eso sí, muchos puntos quedan pendientes: lo relativo a la fiscalización; al 10 por ciento de las ventas de CODELCO para gastos de las Fuerzas Armadas; a las inversiones ya realizadas, y a cuáles serán los planes de modernización que permitirán lograr mayor eficiencia. Por último, hago presente que muchas de las promesas formuladas por el señor Juan Villarzú resultaron totalmente falsas, así como también lo fueron numerosos de los datos que nos entregó. El señor Villarzú tenía convencido al país de que el costo de producir cobre era de 50 a 60 centavos de dólar; pero no le mencionó a nadie que en esa estimación se rebajaban todos los ingresos obtenidos por el molibdeno. Y, de repente, abrimos los ojos y nos dimos cuenta de que, en realidad, el costo de producción de CODELCO alcanzaba a casi un dólar con 50 centavos.
¡Ese costo es inaceptable! En esas condiciones, si el precio del cobre vuelve a su valor histórico, CODELCO sufrirá pérdidas y, en vez de constituir un puntal de nuestras finanzas, tendremos que inyectarle dinero, como sucedió en el pasado con muchas empresas públicas. Eso es lo que deseamos evitar, y por eso apoyamos el proyecto.
He dicho.
El señor NOVOA (Presidente).-
Tiene la palabra el Honorable señor Escalona.
El señor ESCALONA.-
Señor Presidente, en primer lugar, quiero señalar que esta iniciativa es necesaria.
Al comienzo de la sesión, con relación al proyecto que mejora la Reforma Previsional, dijimos que las finanzas públicas este año atraviesan por un momento delicado, situación que, seguramente, se va a intensificar en el curso de los próximos meses. Por ende, no creo que resulte fácil la discusión del próximo presupuesto, ni la del subsiguiente.
Por lo tanto, es esencial aprobar pronto la iniciativa legal que nos ocupa. No digo que la votemos al término de la sesión, como exageradamente podría pensarse; pero sí que la tramitemos en los plazos que hemos conversado (una semana o diez días para formular indicaciones y el debate particular en agosto), a fin de despacharla en esta fase legislativa.
Porque -seamos francos- quienquiera que encabece el próximo Gobierno -espero que lo haga el Senador señor Frei , que nos acompaña en la sesión- tendrá un desafío mayor para configurar el Presupuesto de la Nación con el nivel de recaudación tributaria que estamos obteniendo. Por ello, urge aprobar pronto todas las medidas propuestas en el proyecto con el propósito de transparentar, de hacer público, de asegurar los mecanismos que le garanticen a la sociedad la inversión de CODELCO a corto plazo.
Desde ese punto de vista, no es posible subvalorar la iniciativa.
En segundo lugar, si deseamos aprobarla ahora, debemos asumir la realidad tal como es.
En mi opinión, el párrafo sobre las atribuciones constitucionales de la Cámara de Diputados es redundante. Pero estoy seguro de que, considerando la relación corporativa existente en el Congreso Nacional -se compone de dos ramas desde su creación-, es completamente imposible pensar que se pueda incluir una enmienda en este proyecto de ley que, en la práctica, reforme la Constitución, al señalar que la Cámara Baja no tendrá facultades fiscalizadoras con relación a CODELCO.
Si pensáramos de esa forma, significaría que no deseamos la aprobación del proyecto. Porque lo anterior resulta simplemente imposible. Por lo tanto, ruego que nos atengamos a la rigurosidad de los hechos. En el Parlamento no existen las condiciones para omitir la cláusula de las atribuciones fiscalizadoras de la Cámara de Diputados.
Seamos claros en ello y no engañemos a la opinión pública.
En cuanto a lo relativo a la capitalización y a la inversión, cabe señalar, para los efectos de la historia fidedigna de la ley, que se incluyó, con el esfuerzo de varios Senadores -en particular, nombro al Honorable señor Núñez , quien representa a una Región minera-, una indicación sobre la materia, que leeré para que la conozca la opinión pública que ha estado observando el debate.
Su texto reemplaza al artículo 6° del decreto ley Nº 1.350, por el siguiente:
"Antes del 30 de marzo de cada año, el directorio deberá aprobar el Plan de Negocios y Desarrollo de la Empresa para el próximo trienio. Este plan deberá incorporar los montos anuales de inversiones y financiamiento y los excedentes anuales que se estima que la Empresa generará durante dicho trienio, debiendo dar conocimiento del mismo a los ministros de Hacienda y Minería.
"Antes del 30 de junio de cada año, tomando como referencia dicho Plan, teniendo presente el balance de la empresa del año inmediatamente anterior y con miras a asegurar la competitividad de la empresa, se determinará mediante decreto fundado, conjunto y exento de los Ministerios de Minería y de Hacienda, las cantidades que la empresa podrá destinar a la formación de fondos de capitalización y reserva.
"Las utilidades líquidas que arroje el balance, previa deducción de las cantidades que se refiere el inciso anterior, pertenecerán en dominio al Estado e ingresarán a rentas generales de la Nación.".
El artículo es explícito, señor Presidente.
No concurre a rentas generales el cien por ciento de las utilidades líquidas, como aquí se afirmó. El texto citado es directo y claro, y no hay posibilidades de confusión. Se excluyen de ir a rentas generales de la nación las cantidades que la empresa destinará a la formación de fondos de capitalización y reserva, mediante decreto fundado, con el fin de asegurar la competitividad de aquella.
Alguien podría decir que eso es letra muerta. Bueno, ello dependerá de los parlamentarios del próximo período.
Yo tengo confianza en la opinión pública. Creo que, salvo excepciones, el Congreso Nacional estará en condiciones de garantizar una representación decente y digna, sea de Gobierno o de Oposición. Confío en que la ciudadanía sabrá elegir un buen Parlamento.
Si no se cumpliera lo dispuesto en el texto antes citado, se estaría vulnerando una atribución jurídica, lo cual, desde el punto de vista constitucional, significaría ejercer una de las facultades consagradas en el artículo 53 de la Carta Fundamental.
En consecuencia, señor Presidente , el no cumplimiento de lo señalado en dicha indicación implicará, desde una perspectiva jurídica, la eventual concurrencia de las causales para la acusación constitucional de los Ministros de Estado comprometidos.
Entonces, si en el próximo Congreso no existen parlamentarios -de Gobierno o de Oposición- interesados en asegurar el respeto de lo aquí preceptuado, si los Parlamentos futuros no cumplen sus responsabilidades, no se puede hacer más. Es imposible que la ley se ponga en todos los casos.
Lo que sí es claro es que en el proyecto se consagra un mecanismo nuevo que garantiza un plan trienal, el cual, de acuerdo con la historia fidedigna de la ley y lo discutido en las Comisiones de Minería y de Hacienda, se enmarca en la perspectiva de 20 años. Es lo que exigen las inversiones mineras con el propósito de asegurar una viabilidad a largo plazo.
O sea, en verdad, me parece difícil o a lo menos inexacto levantar la acusación de que el asunto planteado en la discusión del Congreso Nacional -efectivamente un conjunto de parlamentarios, de Gobierno y de Oposición, representantes de zonas con una fuerte presencia minera, especialmente de la Segunda y Tercera Regiones, lo colocaron en el debate- no haya tenido un reflejo en el resultado de esta iniciativa de ley, porque una indicación establece un hecho nuevo, un instrumento económico y jurídico diferente para garantizar la viabilidad de la empresa a largo plazo.
El otro aspecto, señor Presidente, que me interesa se refiere a la elección del directorio.
Ciertamente, me dio que pensar e incluso miré con simpatía el que el Senado tuviera las atribuciones para nombrar distintos directorios. Pero seamos claros. La opinión pública fue testigo del espectáculo poco edificante en el nombramiento del Contralor General de la República. Tal institución, de la más elevadísima importancia en la Nación, estuvo durante larguísimos meses acéfala, sin posibilidad de designación de quien la dirigiera por hallarse sometido su nombramiento al juego de minorías y mayorías del Senado. Y creo sinceramente que eso debiera darnos una lección. Que en la empresa de la cual depende en gran parte el patrimonio nacional la designación de sus directores recaiga en el juego de corto plazo de la correlación de fuerzas políticas, la verdad es que tal teoría no se valida con la historia reciente.
Aun más. El reblandecimiento de las organizaciones partidistas -lo digo con entero respeto de las personas involucradas, porque voy a aludir a un hecho político, no a uno de carácter personal- y la proliferación de opciones individuales que modifican de manera severa el pronunciamiento de la soberanía popular que elige representantes que luego dejan su pertenencia original, exponen, de forma demasiado dramática, a las contingencias puntuales una designación de importancia estratégica para el país como esta.
Digo esto con mucho respeto a las personas. No es nada personal. Este es un hecho político.
No quisiera que acontecimientos puntuales de contingencia, acuerdos personales de traspaso de una u otra coalición, decisiones de independencia por razones electorales de corto plazo vinieran a decidir¿
El señor LONGUEIRA .-
¡Oriéntenos un poco, señor Senador !
El señor ESCALONA.-
¿quiénes integrarán el directorio de CODELCO.
He sido criticado reiteradamente por mi defensa de las fuerzas políticas y soy coherente con la opinión que siempre he mantenido en la materia.
Por eso, la mejor garantía ante la situación por la que estamos atravesando es que una medida de esa naturaleza no esté expuesta a situaciones demasiado azarosas como las que concurren hoy en la configuración de la actual correlación de fuerzas del Senado.
Tengo una alta estima por CODELCO.
Y dado que nos podemos dar el lujo -como se decía hace poco rato a propósito de la discusión del proyecto anterior en cuanto a que la recaudación tributaria ha caído verticalmente en comparación al año pasado- de aprobar iniciativas legales que no solamente mantienen sino que aumentan el gasto fiscal -objetivo en el cual el cobre y CODELCO han tenido un papel esencial-, voy a respaldar la propuesta del Ejecutivo , pues no deseo que el azar venga a definir quién está o no en el directorio de la principal empresa pública del país.
Como digo, señor Presidente , en mi opinión este es un proyecto necesario, independientemente del ingreso de Chile a la Organización para la Cooperación y el Desarrollo Económico (OCDE). No está en condiciones de resolver todos los problemas mencionados en la discusión.
Es imposible solucionar aquí lo relativo al ejercicio de las atribuciones fiscalizadoras de la Cámara de Diputados establecidas en la Constitución.
Incluso más: poner tal materia en el centro de la discusión no hace sino retardar inconveniente e innecesariamente el trámite del proyecto. Además, con justa razón, creo que desde el punto de vista corporativo dicha rama del Parlamento se puede sentir en situación de menoscabo.
En consecuencia, entendiendo que todavía hay plazo para formular indicaciones y que el proyecto puede ser enriquecido, considero que el interés nacional aconseja abrir paso a su aprobación.
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