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El señor LONGUEIRA.-
Señor Presidente , no sé si ocuparé los 15 minutos, pero, al escuchar una discusión como esta, la verdad es que me pongo cada vez más presidencialista. Y me alegro de que la atribución del Primer Mandatario no recaiga en el Congreso.
Creo que la iniciativa que nos ocupa siempre ha permitido escuchar a los que hacen demagogia, a los que le hablan a la galería, a los que, siendo parte del Gobierno, se dan el lujo de criticarlo. Año a año, ella hace posible comprobar si algunos han creado alguna vez una empresa o generado un empleo. Pienso que pocas ocasiones como la presente proporcionan una radiografía de la demagogia y el populismo que se practican en nuestro país.
No me he referido a nadie en particular. ¡Algunos, que ya se han puesto nerviosos, se aprestan a interrumpir¿!
El señor ROMERO .-
¡Los estamos mirando!
El señor LONGUEIRA.-
Pero la verdad es que no solo les estamos dando hoy día trabajo a los chilenos. También muchos peruanos y bolivianos, fruto de otros populismos, vienen a ganar el sueldo mínimo a Chile. Tal vez, uno de los problemas que deberemos enfrentar es precisamente la inmigración de personas que se radican en nuestro país con ese objetivo.
Hace tres años, señor Presidente , propuse establecer el sueldo ético. Nadie me hizo mucho caso hasta que Monseñor Goic asimismo lo hizo presente, días después de leer una carta que envié a "El Mercurio" de Santiago .
El planteamiento respecto de un proyecto de ley sobre el particular se refería, obviamente, a una prestación de carácter voluntario. Constituía una definición que quería que se contemplara en el Código del Trabajo, para señalar que la obtención de un ingreso menor, de acuerdo con nuestros parámetros, significaba hallarse bajo la línea de la pobreza.
Obviamente, se trataba de algo muy distinto que el sueldo mínimo, que fijamos por ley, porque el efecto es completamente diferente. Era una referencia a la sociedad, con el objeto de que todos hiciéramos un esfuerzo tendiente a que el sueldo de una persona que trabaja durante un mes no la ubicase finalmente en una situación inferior a dicho límite.
Porque encuentro que eso es lo dramático en nuestro país: que no logremos que el ingreso fruto del esfuerzo de chilenos que trabajan el mes completo les permita ponerse sobre la línea de la pobreza.
Por eso, se trataba de una definición, de una señal a la sociedad.
Lamentablemente, el proyecto fue declarado inadmisible -no comparto los argumentos que se esgrimieron-, y el Ejecutivo se comprometió a prestarle patrocinio para que fuera debatido. Ello no ha ocurrido hasta la fecha.
Pero, conociendo a todos los señores Senadores, no sé de alguien que quisiera que el sueldo mínimo fuese mucho más de lo que es. Lo que me preocupa es que una legislación como esta sea utilizada y no actuemos con seriedad. Creo que si algo tiene que distinguir a una Corporación como la nuestra es precisamente la responsabilidad con la que discute iniciativas tan trascendentales. Por eso, me alegro -y tal vez resulte feo que un parlamentario lo reconozca- de que no tengamos atribución en la materia.
Porque, finalmente, al fijar un salario mínimo que no es el que corresponde de acuerdo con la inflación y la productividad de las personas, lo que generamos es que algunos ganen cero. ¡Si ese es el ingreso mínimo de un país: el no tener trabajo, no el que determinamos aquí!
Se ha dicho que las pymes generan 80 por ciento del empleo en el país. ¡Si muchos pequeños y medianos empresarios son pobres o de clase media -y ganan incluso ellos mismos el sueldo mínimo- y dan empleo y pagan sueldos mínimos a otras personas!
Entonces, resulta muy fácil, con motivo de un proyecto como el que discutimos, hablarle a la galería, como estamos acostumbrados. Afortunadamente, a estos que le hablan a la galería les va bastante mal en las encuestas, por ofrecer un sindicalismo y un estatismo trasnochados.
No me refiero a nadie en particular, señor Presidente . Veo que usted se ríe.
¡Pero qué bueno saber que en Chile existe una cultura mayor para distinguir al demagogo, al populista, al que le habla a la galería!
Es mucho más difícil actuar con rectitud y seriedad y pronunciarse a favor del proyecto. Para nosotros, como opositores, resultaría mucho más cómodo abstenernos o decidir cómo votar cuando vayamos a hacerlo. ¡Porque encuentro que esto último sí que es lo más original que he escuchado en la Sala! En consecuencia, reclamo un poquito más de seriedad, ya que estamos apuntando precisamente a las familias más pobres del país.
Por desgracia, 10 por ciento de la fuerza laboral formal recibe el ingreso mínimo. ¿Se quiere aumentar la fuerza laboral o la que sale del mundo del empleo con cero remuneración?
Deseo preguntar a estos populistas qué es más justo: ¿contratar a una persona por 300 mil pesos o que existan dos familias con el sueldo mínimo? Lo más probable es que para estos demagogos lo es el empresario que paga 300 mil pesos y emplea a uno solo. Por mi parte, considero que lo es el que da trabajo a dos por el sueldo mínimo, ya que ello permite al menos que dos familias cuenten con un ingreso, y no que una obtenga 300 mil pesos y la otra cero.
Eso es lo que estamos definiendo aquí.
¿O alguien en la Sala disfruta con el salario mínimo vigente? ¿O alguno de los presentes no quisiera que lo aumentáramos en 10 por ciento?
Entonces, no hagamos demagogia. La verdad es que eso es lo que ha destruido a los países, señor Presidente . Y es lo que ha provocado que ahora se encuentren en Chile -vayan Sus Señorías al norte- miles de peruanos, bolivianos, ecuatorianos y venezolanos.
Por fortuna, el chileno tiene hoy más cultura cívica, más información, y se da cuenta de cómo es esa gente. Sabe que si la siguiera, tampoco le proporcionaría mejores ingresos, sino que le repartiría miseria, como lo están haciendo en muchas naciones latinoamericanas.
Siendo opositor, señor Presidente , celebro que un Gobierno tenga la seriedad de decir que no se puede dar más que lo propuesto. Obviamente, todos quisiéramos otorgar mucho más. Pero es bueno que el país vea a estos demagogos, a estos neopopulistas, que se levantan reclamando por los problemas de la gente y son incapaces de exponer soluciones serias.
Este es un proyecto que nos permite distinguirnos como Institución. Y, por ello, voy a votar a favor, ya que creo que tenemos que actuar con seriedad en la política.
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