. . . . . " \nEl se\u00F1or GAZMURI.- Se\u00F1or Presidente, solo quiero dejar estampados en este debate -por eso ped\u00ED hablar ahora- los motivos por los cuales voy a votar a favor de la reforma constitucional que nos ocupa y las observaciones que tengo acerca de ella. \nComo dispongo de muy breve tiempo, ser\u00E9 lo m\u00E1s sucinto que pueda. \nMe pronunciar\u00E9 favorablemente, porque por primera vez en nuestra historia republicana se presenta una iniciativa para reconocer a nivel constitucional el car\u00E1cter multicultural y multi\u00E9tnico de la naci\u00F3n chilena. \nEn general, en toda la historia republicana del pa\u00EDs, casi por unanimidad en el siglo XIX y con un gran debate en el siglo XX, las fuerzas m\u00E1s conservadoras de nuestra sociedad siempre negaron el car\u00E1cter multicultural y multi\u00E9tnico de la sociedad chilena. Incluso, hay textos oficiales en los que se habla de la \"raza chilena\", con lo que se ha efectuado una gran mistificaci\u00F3n hist\u00F3rica, porque desde nuestros or\u00EDgenes hemos conformado una sociedad multicultural y multi\u00E9tnica. \nPor tanto, la pretendida unidad racial del pa\u00EDs ha sido el fundamento sobre el cual se ha construido una pol\u00EDtica sistem\u00E1tica de exclusi\u00F3n de los pueblos originarios, de su cultura, de su lenguaje, de sus formas tradicionales de concebir el mundo y de vivir. \nA lo largo de nuestra historia, se han llevado a cabo campa\u00F1as de chilenizaci\u00F3n -entre comillas- que pretend\u00EDan que se olvidaran los or\u00EDgenes ancestrales de los pueblos que habitaron el territorio antes del arribo de los conquistadores espa\u00F1oles. Incluso, en tiempos recientes, en Isla de Pascua se prohibi\u00F3 -al igual que en la Espa\u00F1a franquista, con el idioma vasco- el uso del rapanui tanto en ceremonias oficiales cuanto en la vida cotidiana.\n \nEn consecuencia, el que hayamos alcanzado este acuerdo, y que \u00E9l concite el respaldo pr\u00E1cticamente de todas las fuerzas representadas en el Parlamento, significa un avance cultural y pol\u00EDtico de la mayor trascendencia para nuestra historia republicana. \nEs obvio que una reforma de la Carta no resuelve los problemas econ\u00F3micos y sociales de siglos de exclusi\u00F3n, pero, por lo menos, da una se\u00F1al potente a nivel constitucional para que la autoridad y el Estado consideren en sus pol\u00EDticas nuestra realidad multi\u00E9tnica y multicultural.\n \nTengo observaciones al texto presentado -ya las plante\u00F3 el Senador se\u00F1or Letelier -, pero ahora solo nos encontramos en su discusi\u00F3n en general.\n \nAntes de terminar, debo manifestar mi preocupaci\u00F3n porque la reforma constitucional que reci\u00E9n inicia su debate no cuenta con el respaldo -que yo sepa- de ninguna organizaci\u00F3n sustantiva de la etnia principal del pa\u00EDs: el pueblo mapuche, el cual, sin duda, es parte fundante de la naci\u00F3n chilena, e, incluso, anterior a su origen. \nPor tanto, en el debate particular voy a sujetar mi aprobaci\u00F3n final del proyecto al establecimiento efectivo de un di\u00E1logo en el Congreso, de manera que si vamos a realizar una reforma constitucional hist\u00F3rica, ella disponga del acuerdo, si no de la unanimidad de los pueblos originarios -lo cual es dif\u00EDcil de alcanzar en una sociedad democr\u00E1tica-, por lo menos de sus sectores m\u00E1s representativos.\n \nPor tales fundamentos, anuncio mi voto a favor. \n " . . .