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El señor VALLESPÍN (Vicepresidente).-
Señora diputada, el minuto extra que utilizó será descontado de las próximas intervenciones de su bancada.
Tiene la palabra el diputado Cristián Monckeberg .
El señor MONCKEBERG (don Cristián).-
Señor Presidente, la reforma laboral que hoy discutimos y que tramitamos por bastantes meses en la Comisión de Trabajo, apunta a tres ejes fundamentales: fortalecer la negociación colectiva, a través del otorgamiento de facultades exclusivas a los sindicatos; poner fin al reemplazo en la huelga y fortalecer las organizaciones sindicales.
Me parece muy bien y muy legítimo que el gobierno impulse una reforma que trate las materias mencionadas y que, además, tenga magnitud y profundidad, independientemente de que no la compartamos.
Asimismo, sé que los argumentos han sido sólidos en uno y en otro lado. Sin embargo, el hecho de que se recurra a la figura del dictador quiere decir que los argumentos se están cayendo a pedazos, lo cual habla muy mal o no muy bien de quienes quieren defender esta reforma desde un punto de vista argumentativo, para fomentar y proteger los derechos de los trabajadores. Cuando se hace alusión a figuras históricas, independientemente de si son del gusto del orador, claramente no se apunta a defender el fondo o el camino que se pretende establecer a través de la reforma, la cual más que laboral es sindical.
En definitiva, la reforma propuesta por el Ejecutivo, en el afán de satisfacer los requerimientos de las organizaciones sindicales, solo se hace cargo de una parte de lo que queríamos abordar, a saber, el fortalecimiento de la sindicalización, y deja sin respuesta otros aspectos que consideramos muy importantes y que los hicimos presentes en la comisión. Me refiero a incentivar y potenciar el empleo, a mejorar la calidad y la estabilidad de las plazas laborales y a favorecer el ingreso al mundo laboral de miles y miles de personas que en la actualidad han perdido el trabajo o no han accedido a él.
En ese sentido, espero que en la tarde la directora del Instituto Nacional de Estadísticas dé explicaciones relativamente válidas sobre por qué en la realización de la Encuesta Nacional de Empleo se responsabiliza de la tasa de desempleo a las personas que declararon “no tener deseos de trabajar”, lo que al parecer no era así.
Repito, habríamos querido que la reforma recogiera la necesidad de incorporar al mundo del trabajo a miles de personas, principalmente mujeres y jóvenes.
No podemos desconocer que existen bajas tasas de sindicalización. Si ello es culpa del dictador, de José Piñera, de las actuales normativas en el mundo del trabajo o de los veinticinco años de gobiernos de la Concertación, que no fue capaz de afrontar esa realidad, no lo sé. Lo que sí está claro es que existe 15 por ciento de trabajadores sindicalizados y que un porcentaje altísimo no lo está. Algo está pasando. Echarle la culpa exclusivamente a las prácticas antisindicales no me parece adecuado.
También hay un tema de fondo, del cual los sindicatos se tienen que hacer cargo, que dice relación con la calidad y la eficacia de las organizaciones sindicales. Un trabajador que ingresa a una empresa, ¿quiere formar parte de un sindicato? Ahí está la duda. Esos son los temas que hay que evaluar. Desde las tribunas se escucha: “No, porque los echan”. Está bien; puede ser. Hay diferentes razones; pero los trabajadores no quieren formar parte masivamente de las organizaciones sindicales.
A través del proyecto, ¿vamos a lograr obligatoriamente que las personas formen parte de los sindicatos? Al parecer, sí, porque a través de una fórmula jurídica se va a obligar a ello. ¿Es esa la manera en que las personas participen activamente en los sindicatos y estén contentas y conformes con la labor que van a realizar las organizaciones sindicales respecto de la defensa de los derechos de los trabajadores? Tengo mis dudas. No sé a qué atribuirlo todavía. Algunos culpan al dictador o a José Piñera ; otros, como yo, a la gestión de los gobiernos de la Concertación, los que podrían haber corregido esta situación, pero no lo hicieron, pese a que necesitaban solo mayoría simple para aprobar las normas pertinentes para ello.
El debate me parece legítimo, muy justo, pero hay temas que faltan.
Así como se ha planteado fuertemente empoderar a los sindicatos y a los trabajadores, me habría encantado que el gobierno de la Nueva Mayoría, o la Presidenta de la República, hubiera asumido el compromiso -como lo hizo el gobierno anterior- de generar nuevos empleos, lo cual es muy necesario. Esa es la otra mitad de la historia que echamos de menos.
La señora PASCAL, doña Denise (Vicepresidenta).-
Concluyó su tiempo, señor diputado.
El señor MONCKEBERG (don Cristián).-
Señora Presidenta, me restan siete minutos correspondientes a mi bancada, porque el diputado señor Gonzalo Fuenzalida renunció a su tiempo.
Repito, el gobierno desea sacar adelante este proyecto, relacionado con el fortalecimiento de los sindicatos, las organizaciones sindicales y los derechos de los trabajadores. Sin embargo, echo de menos el compromiso con la creación y el fortalecimiento de nuevos puestos de trabajo, mejor mano de obra y mejores remuneraciones, tal como ocurrió durante el gobierno anterior. Ese era el compromiso que echábamos de menos, y era importante que estuviera presente en la discusión.
Según recuerdo, todas las reformas laborales han contado con una gran adhesión ciudadana. Esta, por el contrario, ha contado con la más baja adhesión ciudadana, traducida en 28 o 30 por ciento de respaldo. Algo nos dice que el mundo del trabajo y la ciudadanía no están conformes con esta reforma.
Sería injusto decir que el gobierno no ha hecho su pega: la ha hecho; ha tenido dos ministras empoderadas. Se reconoce su trabajo. Hemos hecho una serie de planteamientos. Muy pocos se recogieron. Eso nos llevó a rechazar la reforma. Hubo muchas normas que votamos a favor, porque consideramos que era importante avanzar en determinadas materias. Pero, en general, el proyecto en su conjunto, como planteamiento para mejorar la calidad de vida de las personas a través de normas laborales, no es el más adecuado.
Renovación Nacional no está conforme con la reforma. Por lo tanto, no está disponible para seguir avanzando en ella.
He dicho.
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