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El señor JARPA (Presidente accidental).-
Tiene la palabra el diputado señor Jaime Mulet .
El señor MULET.-
Señor Presidente, creo que hoy estamos discutiendo un importante proyecto de ley.
Sin duda, hacía falta sistematizar y organizar en una sola entidad una serie de facultades que estaban distribuidas en distintos organismos y ministerios y que tienen que ver con la energía.
Creo que constituye un avance significativo poder contar con un Ministerio de Energía que coordine y centralice estas labores y que asuma la responsabilidad de proponer políticas, normas legales y reglamentarias y los planes y programas relacionados con la energía.
La forma como estaba operando el sistema, mediante órganos relacionados con el tema en distintos ministerios y en forma descoordinada, sin duda, provocaba deficiencias operativas, de diagnóstico, etcétera. Por eso, dotar al sector energético de un órgano centralizado constituye un avance. Normalmente el Congreso Nacional no es muy partidario -y, en general el mundo político de crear nuevos órganos en la Administración del Estado para no generar más burocracia. Sin embargo, creo que lo que se hace aquí es, precisamente, lo contrario: se ordena un sistema energético constituido por distintos organismos que generan cierto grado de burocracia o de mala organización. De manera que no se está creando un nuevo órgano -aunque mi afirmación no sea precisa-, sino que más bien se está ordenando un sector, y eso es lo importante; se le está cambiando de nombre y dando atribuciones que estaban radicadas en otros organismos. Cabe destacar la actitud demostrada por El ministro Tokman , quien al poco tiempo de asumir su cargo presentó el proyecto de ley que hoy se somete a la consideración de la Sala, lo que es un muy buen paso. De inmediato, se dio cuenta de las deficiencias del sector y propuso la creación del Ministerio de Energía.
Todos los países, particularmente Chile, que en gran medida depende de otros por no tener hidrocarburos requieren tener un órgano que formule las políticas energéticas. Chile es un país tremendamente dependiente; toda la industria y el parque automotor se mueven con diésel, con combustibles o hidrocarburos que provienen del extranjero en un 99 por ciento y que por lo tanto, están sujetos a los vaivenes del mercado. En el último año nos dieron tremendas sorpresas que debimos padecer todos, llegando a precios exorbitantes del orden de los 800 pesos el litro. Por fortuna, como consecuencia de la situación internacional, hoy su precio está bajando.
La energía es parte importante de la economía y vital para el funcionamiento de un país. Varios puntos de la inflación de 2008 fueron producidos por las alzas de los combustibles, y la baja que ha experimentado el último mes -menos 1,2 por cientoes atribuible fundamentalmente a los combustibles.
En estas circunstancias, necesitamos un ente con rango ministerial que coordine las políticas. ¡Para qué hablar de la electricidad, otro componente de la matriz energética nacional! Este sector, durante los últimos tres o cuatro años, también ha vivido problemas gravísimos, a partir de la crisis del gas, del problema de la sequía, etcétera.Por eso, es fundamental aprobar el proyecto, porque es un paso importante para el fortalecimiento de un sector esencial para el país. Un país sin una buena autoridad, dotada de facultades en materia energética, es mucho más difícil de manejar. Necesitamos generar políticas energéticas de largo plazo y contar con una autoridad responsable de las políticas energéticas o de los problemas que se susciten. Tener un ministro con facultades definidas, implica contar con una autoridad que asume la responsabilidad de una mala política pública. Hemos tenido problemas graves en el sector. Se tomaron decisiones como la relativa al gas, que después se revirtió y generó graves problemas en materia energética.
Una autoridad fuerte y bien dotada de atribuciones nos permite enfrentar situaciones de falta de transparencia o, quizás, de mercados poco competitivos que se dan en el ámbito energético, por este triopolio que existe en la generación de electricidad. En los hechos, hay dos o tres grandes empresas que controlan el sector eléctrico de nuestro país y que, en más de una oportunidad, han dado la impresión de que son ellas las que fijan las políticas en materia de generación eléctrica, muchas veces, actuando con importantes grados de prepotencia y tratando de influir en las decisiones que debe adoptar el país, a veces, presionando en forma indebida.
Entonces, es necesario crear un ministerio en la forma que propone el proyecto. No basta con un ministro presidente de una comisión, se necesita un ministro de Energía que ayude a contrarrestar el poder de sectores privados muy poderosos por su envergadura. ¡Y vaya que influyen en nuestro país, en el mundo político y en importantes tomas de decisiones!
Hay otra empresa del Estado, la Enap, que tiene el monopolio de la explotación de los hidrocarburos. En fin, se trata de un sector que amerita la creación de un ministerio. Como diputado miembro de la Comisión de Minería y Energía, por cierto, estoy por aprobar este proyecto que constituye un paso importante en la materia. Aún falta mucho por hacer. Tenemos un sistema -en particular el sistema eléctricoregido por el decreto con fuerza de ley Nº 1, de 1982, que también hay que revisar, por los problemas que se han suscitado y que fueron corregidos en el camino con las leyes cortas Nº 1 y Nº 2, y otras modificaciones legales.
Un ministro de Energía podrá tener una mirada más profunda sobre la materia. La fijación de tarifas a los monopolios de distribución de energía requiere también de una autoridad fuerte, como lo es un ministro de Estado, con todas las facultades que ello implica.
Los chilenos estamos presos por las empresas monopólicas que distribuyen energía, en un sistema que se está discutiendo en un proyecto, pero muchas veces la defensa de los consumidores de energía eléctrica domiciliaria es cuestionada por la fuerza de las empresas distribuidoras relacionadas también con las empresas generadoras. Aquí se necesita un Ministerio de Energía, porque hay muchas cosas que tienen que ver con la vida cotidiana de los chilenos y de las chilenas y que tienen una tremenda incidencia, más allá de lo que uno pueda apreciar cabalmente, en el desarrollo económico del país.
Dada la trascendencia de la iniciativa, no puedo dejar de resaltar, una vez más, la necesidad -como lo han señalado otros diputados que me antecedieron en el uso de la palabra de poner énfasis en la generación de energías renovables no convencionales, fundamentalmente, porque son ciento por ciento chilenas, además de ser ciento por ciento sustentables, desde el punto de vista ambiental.
Una vez creado el ministerio correspondiente, sin perjuicio de lo que se está haciendo ahora, hay que poner énfasis en aquello.
Por eso, con agrado, pero obviamente haciendo el mismo reparo de otros diputados respecto de la necesidad de contar con seremis en todas las regiones del país, cuestión que es ineludible, voy a apoyar con mucha fuerza este proyecto, porque apunta en la dirección correcta.
He dicho.
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