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El señor ULLOA (Vicepresidente).-
Tiene la palabra el diputado señor Patricio Hales .
El señor HALES.-
Señor Presidente, la razón para votar a favor este tratado nace, en primer lugar, de la necesidad de fortalecer la identidad sudamericana.
Nuestros países tienen dificultades para fortalecer institucionalmente su identidad y sus relaciones, mientras Europa , que ha enfrentado guerras hace sólo 60 años, ha llegado a tener mercado, moneda y tratados en común e intercambio en todos los aspectos.
Incluso, desde el punto de vista de la defensa, han ocurrido situaciones increíbles: Francia le vende helicópteros artillados a Alemania. Construye un avión con el esfuerzo de traer la cola desde España, las alas desde Inglaterra , el aparato eléctrico desde Alemania y su armado y cabina se hace en la fábrica francesa. Han construido carreteras sólo para demostrar la necesidad del esfuerzo en común.
Nuestra región ha tenido la ilusión de que basta el desarrollo de la economía para que exista integración. No es así. Votar a favor de este tratado significa avanzar en la integración y el fortalecimiento de nuestra identidad. La crisis de identidad se expresa en distintos aspectos. Somos países relativamente nuevos. Por eso, quizás nos cuesta comprender el camino en común que tenemos por delante en Sudamérica.
Además, existe un ámbito que se hace extraordinariamente fuerte si se desarrolla Unasur. Se ha pensado en la creación de un Consejo de Defensa Suramericano. Eso se resolvió en la reunión preparatoria inicial de junio de 2008.
Me gustaría que el canciller se refiriera a esas tareas en su comentario final, que nos dijera qué valor tiene la creación de un Consejo de Defensa Suramericano.
Soy un convencido de que esto tiene una perspectiva completamente inédita que, además, calza muy bien con los nuevos conceptos que se están aplicando. Si revisamos los documentos de Chile, del Libro de la Defensa, sobre los conceptos de la defensa, veremos que una de las particularidades más distintivas de la evolución política de la defensa nacional ha sido justamente abandonar la exclusividad conceptual de la defensa en torno a la disuasión, y entender que al lado de ella, como concepción estratégica, debe asignársele ahora una importancia también a la cooperación internacional.
Esto último es nuevo, de los últimos años; o sea, se insta a tener armas para evitar conflictos y, al mismo tiempo, a desarrollar amistad. Ésta es una mirada nueva, muy fuerte, aplicada a la política de defensa. Si lleváramos eso a la Unasur podríamos avanzar, como deben hacerlo los países civilizados.
Votar en contra este proyecto, significa negarse a fortalecer la identidad sudamericana y a la posibilidad de tener miradas conjuntas de defensa hacia la cooperación internacional.
Sólo hemos avanzado entre Chile y Argentina en los esfuerzos conjuntos, a través de Cruz del Sur, en esta notable novedad de que fusileros chilenos sean comandados por oficiales argentinos, participando en operaciones de paz en otros lugares del mundo. ¡Cómo no va a ser bueno avanzar en esa línea con el resto de las fuerzas de defensa de nuestro subcontinente!
En ese sentido, no puedo dejar de destacar que el Consejo Suramericano de Defensa podría ser una oportunidad para poner énfasis en el diálogo de políticas de defensa, cuyas decisiones no tendrían por qué ser vinculantes. Se podrían tratar temas propios de defensa, más que cualquier definición difusa sobre seguridad regional, y con el principio de preeminencia de la autoridad civil, de la autoridad democráticamente elegida.
La formación de un Consejo Suramericano de Defensa permitiría crear una identidad sudamericana en materia de defensa, de manera que nuestras políticas de defensa obedecieran también al diálogo. Una vez que Unasur impulsara bien este consejo, podría constituirse en un espacio relevante para planificar la participación de futuras operaciones de paz.
Me gustaría que primero se recurriera a las fuerzas de paz de esta entidad y, en última instancia, a las de las Naciones Unidas.
Se podría avanzar hacia esquemas más integrados. Habría que imaginar lo que sucedería desde el punto de vista de la economía y las políticas de defensa. Se podrían crear espacios de cooperación entre industrias de defensa, lo que hoy es muy precario en la industria aeronáutica, en naves de entrenamiento. Con Brasil lo único que hemos hecho es la compra de aviones Tucano . Sin embargo, podría haber espacios de cooperación en el área naval, aeroespacial, en la aplicación de nuevas tecnologías de la defensa en el escenario de seguridad sudamericana para resguardar zonas extensas de territorios marítimos, terrestres, etcétera, donde la vigilancia es bastante precaria.
Unasur podría ser un camino, a través del Consejo de Defensa, para avanzar en las medidas de confianza mutua, punto que ya hemos logrado.
El mundo avanza con convicción en la necesidad de la cooperación. Irresponsable sería que el Congreso chileno votara en contra de algo que permitiera avanzar en esas medidas de cooperación.
En el caso de las medidas de confianza mutua, es curioso cómo éstas han avanzado más desde el punto de vista militar que desde el de otro tipo de autoridades. Lo encuentro curioso, porque desde la independencia de nuestros países, en el siglo XIX, las palabras “política de defensa” están asociadas más bien a la desintegración que a la integración.
Entonces, si la idea es integrar también las tareas de defensa, incluyéndolas en la agenda de integración y desarrollo en Sudamérica, lo lógico es no sólo fortalecer la idea en nuestra cabeza sobre el Consejo Suramericano de Defensa, sino aprobar la matriz básica. Eso significa aprobar la materia que nos convoca para el tratado constitutivo de la Unión de Naciones Suramericanas ya suscrito por Chile en Brasilia.
Por lo tanto, votar a favor el tratado significa votar a favor no sólo de la integración en términos abstractos, en el sentido restrictivo de que la integración es sólo comercio y economía, sino también de la ampliación en la relación de políticas de defensa. Me parece que es un elemento que vale la pena destacar en la decisión que hoy se adoptará. Si estamos avanzando en políticas de paz y hemos colocado la idea de la cooperación internacional al lado del concepto de la disuasión, un tratado como el que nos convoca, que contempla la creación de un Consejo Suramericano de Defensa, sólo debería ser aprobado y no rechazado por algún señor diputado.
Por eso, pido a quienes han manifestado su voto en contra, que reflexionen sobre lo que se ha propuesto.
En lo relativo al Consejo Suramericano de Defensa, sólo he escuchado -que me corrija el ministro si estoy equivocadoque Colombia tiene algunas reticencias, ni siquiera la negativa definitiva, sobre la formación de dicho consejo. Todos los demás países lo han apoyado, a propuesta de Brasil.
Por lo tanto, llamo a votar a favor de esa decisión.
He dicho.
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