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La señora PASCAL, doña Denise (Vicepresidenta).-
Tiene la palabra el diputado señor Lautaro Carmona.
El señor CARMONA.-
Señora Presidenta, a mi juicio, la iniciativa que estamos discutiendo es de una tremenda trascendencia, desde los puntos de vista histórico, valórico y democrático.
Establecer una subsecretaría como la que se crea en la estructura del país constituye una referencia, una representación de la importancia que el Estado de Chile da al respeto de los derechos humanos.
Hacía falta una instancia como la que hoy se establece. Pasaron muchos años para que el Estado empezara a representar en su propio funcionamiento, en su propia institucionalidad cuál es el drama que estremeció a Chile y a la humanidad durante diecisiete años.
Comparto muchas de las referencias que hizo el diputado Boric respecto de la historia de Chile y del atropello a los derechos humanos, sin restarle ninguna significación y manteniendo mi posición tomada, toda vez que en cada uno de esos episodios, o en su mayoría, siempre fue víctima algún militante del Partido Comunista.
Sin embargo, creo que no es el interés del diputado Boric relativizar lo que significaron casi diecisiete años consecutivos de una intencionada política de atropello a los derechos humanos mediante el ejercicio del terrorismo de Estado en forma sistemática. Como digo, estamos hablando de casi diecisiete años en que, por la vía del uso de la fuerza, que estaba en manos del Estado, se interrumpió un proceso democrático constitucional y se terminó, por esa misma vía, con el proyecto que encabezaba el Presidente Salvador Allende.
Fueron diecisiete años en que se procedió al exterminio de miles chilenos, período en el cual se hizo uso, como laboratorio de políticas imperiales, de las peores expresiones de destrucción de seres humanos.
Entonces, uno se pregunta por qué y para qué. ¿Había un problema de vecindad? ¿Había un problema de mala relación en el colegio? ¿Cuál fue la razón de ese golpe de Estado y del ejercicio del terrorismo en esa forma? No fue otra sino abortar, por la vía del terror, un proceso que el pueblo de Chile, según su Constitución, se había dado, y luego fundar el peor de los modelos de desarrollo económico, político, ideológico, cultural y militar, que se establece a partir del control de la sociedad chilena por las armas.
Sin ninguna duda, el Estado de Chile tenía que registrar esa experiencia; tenía que recapacitar, reparar y prever que nunca más una situación como esa volviera a ocurrir.
Al intervenir en esta oportunidad, lo hago recordando a muchas y muchos con quienes compartí las tareas políticas en la clandestinidad, luchando contra la dictadura. Me acuerdo de Julián Peña Maltés , de Manuel Guerrero Ceballos, de Rodrigo Rojas de Negri, de Carlos Contreras Maluje , por nombrar a algunos que, en tiempos distintos, fueron detenidos, desaparecidos, quemados vivos, degollados, asesinados por la dictadura.
Creo que esta representación en la jerarquía del Estado de Chile debiera también augurar que en la cátedra, el tema de los derechos humanos será parte del sistema institucional educativo del país. Para llegar a esa formación hace falta más iniciativa desde el punto de vista de la memoria histórica, desde el punto de vista del conocimiento de la sociedad en temas como el que nos ocupa. Nunca más una convivencia de ideas, aunque sea en la peor, en la más extrema de las diferencias, puede resolverse por la vía del uso del terror de Estado, del uso del exterminio.
Por ello es tan fuerte que hoy estemos discutiendo esto, cuando hace pocos días Carmen Gloria Quintana testimonió qué ocurrió con ella y con Rodrigo Rojas de Negri. Justo en ese día nos enteramos de la liberación de Alejandro Sáez Mardones , uno de los responsables de atrocidades cometidas en ese entonces.
Finalmente, con ocasión de la tramitación de esta iniciativa, saludo a la ministra de Justicia, Javiera Blanco, y a la ministra de Trabajo y Previsión social, Ximena Rincón, quien la acompaña.
He dicho.
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