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    • rdf:value = " El señor VALLESPÍN (Presidente en ejercicio).- El tiempo otorgado corresponde a una decisión adoptada por su bancada, la que cuenta con 32 minutos distribuidos entre hoy y mañana. Tiene la palabra el diputado señor Marcelo Schilling. El señor SCHILLING.- Señor Presidente, creo que el ambiente en que se ha ventilado el debate sobre la carrera docente, o la nueva política nacional docente, revela lo acertado de haber iniciado una reforma sobre el conjunto del sistema educacional. Siempre pensé que la reforma tributaria sería el sustento principal de la reforma educacional que pone fin al lucro, al copago y que favorece la inclusión en el sistema educativo. Asimismo, que para que ello ocurriera de manera reflexiva, serena y tranquila -como ha ocurrido-, debía desactivarse la espoleta de la bomba de los intereses económicos. Es cierto que ambas reformas fueron conflictivas, que dieron lugar a empujones y a las situaciones que conocemos; pero este proyecto en particular se ha discutido -de ello pueden dar fe los miembros de la Comisión de Educación y los de Hacienda en un ambiente completamente distinto. Debemos felicitarnos por ello y reconocer al gobierno y al anterior ministro de Educación la perspicacia de haber partido por sacar del medio los intereses económicos. También es justo reconocer que el proyecto de carrera docente tiene un componente importantísimo y enriquecedor. Me refiero a la participación de los profesores. Sé que aquí hay gente que abomina el conflicto de la huelga, los problemas en los centros de trabajo y de estudio. Si dependiera de ellos, ojalá no se moviera una hoja en la sociedad; pero si no hubiese habido conflicto y huelga, lo conseguido no tendría el sabor de dignidad que hoy tiene la carrera docente para la mayoría de los profesores. Recordemos que el gobierno y esta Corporación se abrieron a escuchar y acogieron nueve de las once demandas que fueron planteadas por los profesores. Ciertamente, eso asegura un nuevo compromiso de los docentes con el futuro de la educación chilena, y nos debemos felicitar por ello. También ello nos lleva a pensar que un conflicto no siempre es malo y que, por el contrario, tiene muchas vertientes positivas. No vamos a entrar en la mecánica de la carrera docente, diseñada a propósito del proyecto del gobierno y que fue enriquecida gracias a la participación de los parlamentarios y de los docentes, tal como señalé. Eso está escrito en el proyecto de ley y no es necesario volver a dejar constancia de ello. Quien se interese en conocer el tema puede adentrarse en él. Lo mismo cabe decir respecto de los guarismos. Sabemos -se ha señalado infinitamente que el proyecto de carrera docente cuesta alrededor de 2.400.000.000 de dólares. Abundar sobre la importancia del esfuerzo que hace el país en materia económica para poner a la altura de los nuevos tiempos la formación de nuestros niños, jóvenes, futuras mujeres, hombres y ciudadanos, está bien justificado. Quiero dejar constancia de algunas materias que los socialistas seguiremos estudiando, porque entendemos que no están completamente resueltas en este proyecto, que aprobaremos con entusiasmo. En primer lugar, no estamos contentos con las exigencias a las instituciones de formación de profesores, porque son demasiado blandas, poco exigentes y permiten que se continúen colando instituciones de mala calidad en la formación inicial de nuestros docentes. El proceso de capacitación y perfeccionamiento dentro de la carrera docente, entregado a una institucionalidad que no es pública, como las instituciones colaboradoras en el proceso de capacitación posterior al ingreso de la carrera docente, no nos satisface. Nuevamente se incurre en un error al dejar abierta la participación de instituciones privadas, que sabemos que no están siempre animadas por fines altruistas, desinteresados y por la vocación de participar en lo que es la educación en Chile. Por lo tanto, seguiremos bregando por que en ese ámbito prime la institucionalidad pública. Eso se informó al antiguo ministro de Educación la primera vez que se reunió a conversar con la bancada socialista. También queremos que se establezca por ley la disminución del número de alumnos por sala de clases. Es un requisito indispensable para mejorar la calidad de la educación. Equilibrar las horas lectivas y no lectivas es un avance, pero no es suficiente. Queremos llegar al 50 por ciento de equilibrio entre ambas horas pedagógicas. Respecto del bono de retiro, entendemos perfectamente la situación económica por la que pasa el país; por lo tanto, no seguiremos insistiendo sobre ese asunto. Sí queremos que se tome en consideración la idea propuesta por los socialistas -que, además, fue respaldada prácticamente por todas las bancadas-, en el sentido de que la ley vigente favorece el retiro a través de un bono. De acuerdo con nuestra información, se ha ocupado un tercio de las 10.000 vacantes disponibles. Si las no utilizadas se suplen con unas pocas más, se puede prolongar la medida por los menos hasta 2018. Así al menos lo manifestó el ministro de Hacienda. Además, quiero recordar que en la Comisión de Hacienda los representantes del gremio de los profesores nos dijeron que los retiros se cursaban a razón de mil por año y que eran los profesores quienes demandaban salir del sistema. En resumen, apoyamos con entusiasmo este proyecto de ley, así como el conjunto de la reforma educacional; pero hay un asunto que requiere ser abordado con urgencia, que dice relación con los contenidos y el sentido de la formación. A raíz del cariz que ha tomado el desarrollo de la humanidad, de la preeminencia que han adquirido las cuestiones económicas, tales como el dinero, el capital y la búsqueda insaciable de las ganancias, todo se ha distorsionado. Se pone énfasis en formar máquinas para la producción. Por eso tanta majadería con las matemáticas, el inglés y otras técnicas que supuestamente son duras, cuando realmente lo duro es formar buenas personas, buenos ciudadanos, actuar sobre la emocionalidad de la humanidad y preocuparse de que exista respeto y solidaridad. Eso debe pasar también en el aula, no solo en la casa. Esa falsificación de la formación que se hace en Chile a través de la exigencia de las famosas pruebas Simce y, posteriormente, de la de selección universitaria va en la dirección exactamente contraria al propósito consignado. Cuando se reclama respeto de la ciudadanía, es necesario poner ojo en la formación, la que ha estado completamente ajena al desarrollo emocional, a la relación respetuosa con los pares, al establecimiento de lazos de solidaridad. Señora ministra, queremos que su ministerio y todo el gobierno se aboquen a este asunto. He dicho. "
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