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- rdf:value = " TRANSFORMACIÓN DE CASA DE MONEDA EN SOCIEDAD ANÓNIMA
El señor ZALDÍVAR, don Adolfo ( Presidente ).-
Proyecto de ley, en segundo trámite constitucional, que transforma la Casa de Moneda en sociedad anónima, con informe de la Comisión de Hacienda y urgencia calificada de "suma".
--(Aplausos en tribunas).
El señor ZALDÍVAR, don Adolfo (Presidente).-
Hago presente a los asistentes a las tribunas que están prohibidas las manifestaciones.
--Los antecedentes sobre el proyecto (2949-05) figuran en los Diarios de Sesiones que se indican:
Proyecto de ley:
En segundo trámite, sesión 8ª, en 8 de abril de 2008.
Informe de Comisión:
Hacienda, sesión 27ª, en 17 de junio de 2008.
El señor ZALDÍVAR, don Adolfo (Presidente).-
Tiene la palabra el señor Secretario.
El señor HOFFMANN ( Secretario General ).-
El objetivo del proyecto es transformar el servicio público Casa de Moneda de Chile en una sociedad anónima, posibilitando su mejor competitividad en el cumplimiento del rol que le asigne la ley.
La Comisión de Hacienda discutió esta iniciativa solamente en general, y aprobó la idea de legislar por tres votos a favor (Honorables señores Escalona, Frei y Ominami) y dos abstenciones (Senadores señora Matthei y señor García), en los mismos términos en que lo hizo la Cámara de Diputados.
El texto pertinente se transcribe en el informe de la Comisión.
Cabe tener presente que el artículo 1° del proyecto de ley tiene el carácter de norma de quórum calificado, por lo que su aprobación requiere el voto conforme de 19 señores Senadores.
El señor ZALDÍVAR, don Adolfo ( Presidente ).-
En discusión general el proyecto.
El señor ÁVILA.-
¿Me permite, señor Presidente?
El señor ZALDÍVAR, don Adolfo ( Presidente ).-
Tiene la palabra, Su Señoría.
El señor ÁVILA.-
Señor Presidente, solo un sesgo ideológico impulsa a la privatización de la Casa de Moneda.
Ni la cuantía del giro comercial ni la relativamente reducida planta funcionaria lo justifica.
INTERPOL aconseja acuñar monedas y valores en instituciones de naturaleza pública.
Modificar la estructura jurídica de la Casa de Moneda equivale a premiar y reconocer la gestión de directores que trabajaron precisamente para lograr este objetivo.
Para evitar rigideces y controlar la gestión no es necesario privatizar empresas públicas. Basta aplicar sana administración y comprometer voluntad política contra la corrupción.
El proceso privatizador en Chile ha sido negativo. No ha traído nuevos capitales; no ha mejorado la oferta de servicios, salvo en aquellas áreas y segmentos que les aseguran mayor rentabilidad.
Los chilenos pagan precios por servicios básicos que se encuentran entre los más altos del mundo. La pretendida mayor eficiencia solo es percibida por los usuarios en los implacables sistemas de cobro.
El primer paso para el propósito que encarna el proyecto fue una decisión administrativa que proclamó la obsolescencia, la ineficacia y la ineptitud de la estructura prevaleciente en esa empresa.
Determinó, así, la necesidad de incorporar nuevo capital y modernizar -entre comillas- la gestión de la empresa a privatizar.
Se generó, entonces, un cambio en su estructura de propiedad a través del paso intermedio para convertirla en sociedad anónima. Todo con capital mayoritario en poder de la CORFO, la cual no tardó en completar la tarea subastándola en el mercado.
Ese ha sido el modus operandi que ha prevalecido respecto de diferentes empresas públicas.
En el caso que nos ocupa esta tarde, una vez más, los trabajadores, los empleados, no han sido tomados en cuenta para adoptar una decisión absolutamente trascendental.
Considero que es preciso ahondar más en este tema, examinar mejor toda la complejidad que involucra tomar esta decisión y tratar de evitar cometer un error que puede traer consecuencias funestas para los intereses del Estado de Chile.
Por el momento, y mientras esta situación no se aclare en forma adecuada, anticipo mi voto en contra al proyecto en debate.
He dicho.
--(Manifestaciones en tribunas).
El señor ZALDÍVAR, don Adolfo ( Presidente ).-
Reitero al público presente que están prohibidas las manifestaciones.
Tiene la palabra el Senador señor Frei.
El señor FREI.-
Señor Presidente, la Comisión de Hacienda aprobó en general el proyecto, para, posteriormente, discutirlo en particular sobre la base de las indicaciones que se presenten.
El debate fue extenso. Se escuchó a las autoridades de Gobierno y también a los representantes de los diferentes sectores de los trabajadores de la Casa de Moneda.
Quiero ir a la cuestión de fondo.
Aquí, en ningún momento se ha hablado de privatización. La Casa de Moneda es una institución importante de Chile, como también lo son en otros lugares del mundo. El punto es que, en el último tiempo, la principal empresa a la que abastece es al Banco Central.
Tal como lo expresaron las autoridades del Instituto Emisor, en los últimos años la carga de la Casa de Moneda ha ido disminuyendo, dado que aquel cotiza las monedas en otros países, con otras tecnologías. De modo que hoy día no más allá del 50 por ciento del trabajo de la Casa de Moneda está destinado a proveer al Banco Central.
De acuerdo con las proyecciones que entregó este último organismo es muy posible que haya otros billetes y otras monedas que se sigan haciendo en el extranjero, con lo cual continuará decreciendo la carga de trabajo de la Casa de Moneda, colocándola en una difícil situación.
Por lo tanto, este es un problema de país.
Revisamos lo que ocurre con las casas de monedas en otros países; vimos cuáles son las empresas internacionales -ya sea casa de monedas estatales o empresas mixtas- que se han ido construyendo en asociación público-privada y que hoy son las más competitivas conforme a la tecnología que están utilizando.
Nos parece que el proyecto tiene que dar una solución integral. ¿Por qué? Porque para que la Casa de Moneda tenga futuro, para que las propuestas contenidas en la iniciativa respecto de la totalidad de su personal, de sus trabajadores, puedan concretarse, es necesario que el Gobierno tome la decisión de invertir en ella. Ello, porque todos sabemos que en esta iniciativa no se contempla plata para realizar inversiones. Y si realmente queremos una Casa de Moneda competitiva, que sea capaz de prestar servicios de primer nivel internacional, no solo al Banco Central, sino a otros países, como lo ha hecho muchas veces, se requiere inversión.
El proyecto, tal cual lo planteamos en la Comisión, queda en el camino del medio.
Sabemos que es una oportunidad, que existen posibilidades, pero es preciso tomar decisiones en materias relativas a la Casa de Moneda. Y nuestro deseo es que el Ejecutivo las adopte.
Tal como está, la iniciativa solo constituye una solución de parche y no de largo plazo. Aquí no se está yendo al fondo del problema. Y si queremos realmente tener una Casa de Moneda estatal, ¡digámoslo!; pero el Estado debe efectuar las inversiones. En caso contrario, en dos o tres años más vamos a estar en la misma situación.
¿Cuántos recursos habrá que invertir para alcanzar el nivel tecnológico que ostentan otras casas de moneda en el mundo y que en su momento tuvo la de nuestro país?
Hay soluciones alternativas como las que han implementado muchas naciones.
No obstante, lo peor que se puede hacer es no definir claramente cuál es el objetivo central.
Yo sé que los trabajadores tienen gran interés en que votemos a favor del proyecto. Nosotros lo aprobamos en general, pero queremos que el Ejecutivo tome una decisión, una opción, toda vez que la materia que nos ocupa está quedando en tierra de nadie. Se da una solución que durará poco tiempo, que no es de largo plazo, y no se adopta una determinación acerca de la forma como se van a realizar las inversiones. Y, por lo tanto, estamos condenando a la Casa de Moneda a que en pocos años más deba enviarse nuevamente una iniciativa al Parlamento, o a acudir a otras instancias del Ejecutivo , para solicitar recursos y seguir sosteniendo su actividad.
Por eso, aprobamos la idea de legislar con el compromiso del Ejecutivo de introducir las modificaciones e indicaciones que permitan que la iniciativa represente una oportunidad para la Casa de Moneda. Pero es menester tomar decisiones y opciones. A mi juicio, el proyecto no las toma y nos quedamos en el camino del medio. Y eso no es bueno para la Casa de Moneda.
Si queremos fortalecerla, hagámoslo, pero tomemos una opción.
Reitero: No dejemos esto en el camino del medio porque ello a nada conduce.
Ese es nuestro predicamento y lo discutimos largamente en la Comisión de Hacienda. Por ello, apoyamos la idea de legislar en espera de que el Ejecutivo presente indicaciones durante los próximos días, con el objeto de contar con una buena ley.
En mi concepto, esta normativa no es suficiente en muchos aspectos.
Todos quienes trabajan en la Casa de Moneda -yo la he visitado varias veces- son personas especializadas que tuvieron un mejor pasado. Sin embargo, ocurrió lo mismo que en otras empresas públicas. No quiero hablar de ellas, pero cuando el Estado retira las utilidades no las deja sobrevivir y no hace las inversiones que requieren.
En definitiva, debemos adoptar una determinación.
Aquí no se está tomando una opción clara. Y ese ha sido el predicamento que he manifestado con transparencia ante las autoridades de Hacienda en la Comisión.
Espero que en la discusión en particular del proyecto podamos, definitivamente, dar viabilidad -como a todos nos interesa- a la Casa de Moneda para que realice sus inversiones y pueda competir a nivel mundial. Es menester observar la experiencia de otros países para saber cómo lo han hecho y así contar con un proyecto que represente una solución definitiva de largo plazo, que no sea una aspirina que dure poco tiempo.
)-----------(
El señor PROKURICA ( Vicepresidente ).-
Solicito la autorización del Senado para que ingrese a la Sala la señora María Olivia Recart, Subsecretaria de Hacienda .
--Se accede.
)-----------(
El señor PROKURICA ( Vicepresidente ).-
Tiene la palabra el Honorable señor Zaldívar.
El señor ZALDÍVAR (don Adolfo) .-
Señor Presidente, creo que esta iniciativa va a actualizar a una institución que cumplió, pero que hoy día no se encuentra en condiciones de entregar un servicio en la forma en que las necesidades actuales lo exigen.
Es necesario aprobar el proyecto para abrir la posibilidad real de que la Casa de Moneda lleve a cabo el servicio que se requiere y pueda competir y actuar como corresponde. Hoy, incluso, no le es posible suscribir contratos en el exterior, pues no está en condiciones de hacerlo.
En consecuencia, tenemos una empresa que, de acuerdo con las exigencias actuales, no cumple con los requisitos mínimos para operar.
Además, por si lo anterior fuera poco, sus trabajadores, que han brindado un servicio profesional de alta competencia y que se han distinguido por su probidad, por su capacidad, por su entrega, no reciben la justa retribución que merecen.
Por eso, debemos aprobar en general la iniciativa. Ella entrega a la Casa de Moneda una nueva institucionalidad que le otorgará una posibilidad real para competir y, asimismo, sus trabajadores van a obtener, tal como corresponde, la debida y justa retribución por sus servicios.
Manifiesto desde ya que soy partidario de aprobar el proyecto.
Se podrá perfeccionar, complementar, pero lo importante es que hoy la Casa de Moneda no se halla en condiciones de seguir actuando con eficacia, con competencia, en un mundo cada vez más exigente.
Conforme a lo recién señalado, señor Presidente , votaré a favor de la idea de legislar. Esta iniciativa dotará a la Casa de Moneda de una institucionalidad que le permitirá ser realmente competitiva. Además, se abrirá -como corresponde- un espacio para que sus trabajadores tengan una situación laboral segura, estable, y reciban la retribución que en justicia les pertenece, por la calidad de su labor durante tantos años.
El señor PROKURICA (Vicepresidente).-
Tiene la palabra el Honorable señor García.
El señor GARCÍA .-
Señor Presidente, concuerdo con la intervención del Senador señor Frei , en el sentido de que este proyecto de ley, lamentablemente, no va al problema de fondo y deja a un número importante de trabajadores en una situación bastante incierta.
¿Por qué digo esto? Porque aquí lo que se busca es transformar la Casa de Moneda en una sociedad anónima. Pero no se entregan los recursos para que esta última pueda invertir en nueva maquinaria, la cual es indispensable para competir con las mejores casas de moneda del mundo. Y sin esa competencia nuestra Casa de Moneda seguirá quedando atrás y continuaremos teniendo problemas en un plazo mediato.
Por lo tanto, dejamos a los trabajadores actuales y futuros en una condición de absoluta inestabilidad.
El proyecto tampoco hace lo contrario, en el sentido de ratificar que la Casa de Moneda de Chile sea un servicio público y como tal se le entreguen los medios para hacer las inversiones y comprar la maquinaria moderna, con el objeto de que sea competitivo.
Señor Presidente , me voy a permitir leer algunos párrafos de los comentarios que hicieron en la Comisión los representantes del Banco Central al ser consultados respecto de la posibilidad de que la Casa de Moneda, ya sea como servicio público o como sociedad anónima, continuara entregando su importante servicio.
Dichos personeros dijeron: "Al respecto, cabe señalar que en materia de impresión de billetes, el proceso de licitación ha considerado la participación de las empresas de mayor prestigio y reconocimiento internacional, y que corresponden a De La Rue de Inglaterra, Giessecke and Devrient de Alemania, Francois Charles Oberthure de Francia, Fábrica Nacional de Moneda y Timbre de España y Canadian Bank Note de Canadá, entre otras, y en cuanto a monedas, se ha invitado a participar a South Africa Mint de Sudáfrica , Fábrica Nacional de Moneda y Timbre de España y Royal Canadian Mint de Canadá.
"Paralelamente y para el desarrollo tecnológico del sustrato de polímero que se utiliza con éxito en otros países, a contar del año 2004, el Consejo determinó que la impresión de los billetes de la denominación de $2.000 se hiciera exclusivamente en ese sustrato, de manera de poder comprobar sus beneficios técnicos, económicos y de seguridad. La impresión de dichos billetes se efectúa directamente por Note Printing Australia de Australia, empresa dependiente del Banco de la Reserva de ese país, luego de haberse realizado un proceso de licitación que no prosperó por razones de índole económica.
"El resultado de las decisiones adoptadas por el Consejo, implica que parte de la emisión haya sido impresa o acuñada en los siguientes países: Alemania, Australia, Canadá , Francia, Inglaterra y Sudáfrica , y que en el programa correspondiente a los años 2008 y 2009, los billetes de las denominaciones de $20.000, $5.000 y $1.000, lo que corresponde aproximadamente al 50% de dicho programa sean impresos por Casa de Moneda de Chile y el resto, en cuanto a la denominación de $10.000 se encuentre a cargo de Giesecke and Devrient, de Alemania y el de $2.000 por Note Printing Australia, de Australia.".
Finalmente, los integrantes del Banco Central señalaron: "En lo referente a la posibilidad de que Casa de Moneda de Chile pueda seguir participando en los procesos asociados al diseño y suministro de billetes correspondientes a los nuevos diseños que se tiene previsto que entren en circulación en los años 2010 y 2011, cabe señalar que dicha empresa" -Casa de Moneda- "por Oficio Reservado Nº 162 de fecha 7 de diciembre de 2007, informó al Banco Central de Chile, sobre la imposibilidad que le asiste de dar cumplimiento a las exigencias técnicas de la nueva serie de billetes chilenos, razón por la cual desistió de su participación en el proceso de licitación nacional e internacional al que fuera invitada para la impresión de los nuevos billetes a que convocó el Banco, limitando su concurrencia exclusivamente al proceso de diseño de dichos billetes.".
En definitiva, señor Presidente, el Banco Central de Chile, que debiera ser el principal generador de ingresos para la Casa de Moneda, nos señala que, por razones técnicas, no puede encargarle la confección de los billetes nacionales.
Pienso que un país debe tener una casa de moneda, entidad que ha de estar a la altura de la más alta tecnología. Cualquier otra cosa significa engaño a la ciudadanía -por la posibilidad de fraude con los billetes- y a los trabajadores.
Más que transformar la Casa de Moneda en sociedad anónima, es del caso otorgarle recursos suficientes para que realice las inversiones en maquinaria, que se calculan en unos 70 millones de dólares. Esa sería una verdadera solución. Y si se convierte en sociedad anónima, igualmente se le deben entregar fondos de inversión.
De prosperar el proyecto en análisis, la Casa de Moneda se transformará en sociedad anónima. Sin embargo, poco a poco irá endeudándose. Porque, como no tendrá dinero que le permita realizar las inversiones necesarias para ser competitiva, deberá recurrir a créditos. Si no le resulta factible servirlos por no ganar licitaciones, los reprogramará, asumiendo nuevas obligaciones a ese respecto. Y, así, podremos vernos envueltos en una situación tan penosa como la que hoy vive la Empresa de los Ferrocarriles del Estado. Pero no queremos eso para la Casa de Moneda de Chile.
Señor Presidente , comparto la intervención del Senador señor Frei en cuanto a que la iniciativa en debate no resuelve los problemas de fondo, pues al final no se va ni por el camino A ni por el B, sino por el tortuoso camino del medio: probaremos qué pasa con la transformación en sociedad anónima: vamos a experimentar. Y yo creo que todos estamos cansados de experimentos.
Por lo expuesto -y hablo a título personal-, me abstendré.
El señor ZALDÍVAR, don Adolfo (Presidente).-
Tiene la palabra el Senador señor Ominami.
El señor OMINAMI.-
Señor Presidente, voté a favor del proyecto en la Comisión, y así lo haré en la Sala, porque lo estimo necesario.
Soy de las personas que piensan que un país como el nuestro debe tener una casa de moneda. Y esa es, en mi concepto, la discusión de fondo.
Hay quienes -incluso lo plantearon derechamente en la Comisión- no creen aquello, sino que la Casa de Moneda debiera cerrarse; que el mejor proyecto sería transformarla en un buen y bonito museo del billete chileno, y que habría que licitar en el extranjero todos los servicios de impresión de billetes y de especies valoradas.
No comparto ese punto de vista, no tengo la visión de país implícita en tal idea.
Por esa razón, considero necesario dar a la Casa de Moneda una oportunidad para que pueda enfrentar en mejores condiciones la situación de extraordinaria competitividad existente hoy.
Así como Australia provee de billetes a Chile, nuestro país hace lo propio con naciones -si no me equivoco- de Centroamérica, con Bolivia, en fin.
Existe, pues, un alto nivel de competencia en este ámbito.
Ahora, no se trata de ir por el tortuoso camino del medio, sino de enfrentar una situación difícil: reconocer que se registra una pérdida progresiva de competitividad y que el Banco Central de Chile, principal cliente de la Casa de Moneda, está haciendo en el exterior sus compras esenciales en el rubro.
Sin embargo, la constatación de ese hecho no puede llevar a concluir que ha de cerrarse la Casa de Moneda.
La solución, en mi concepto, debe discurrir sobre la base de modernizar la institución y no privatizar.
La iniciativa plantea la constitución de una sociedad anónima cien por ciento pública: 99 por ciento del Fisco y 1 por ciento de la CORFO. Por tanto, no se trata de un proyecto de privatización.
Lo que sí hay es una puesta al día, una modificación jurídica que permita a la Casa de Moneda competir en mejores condiciones.
En tal sentido, no puede caber ninguna duda de que a una empresa pública constituida como sociedad anónima le resulta factible competir de mejor manera que un servicio público. Si hay que jugarse fuertemente en materia de competencia; si se debe salir al mundo a buscar nuevos mercados, un servicio público no se encuentra en condiciones de hacerlo.
Entonces, considero incoherente el planteamiento consistente en potenciar la Casa de Moneda pero manteniéndola como servicio público, conforme a las disposiciones de un decreto con fuerza de ley de 1960, es decir, de hace casi cincuenta años.
La Carta Fundamental establece con mucha claridad que la forma más adecuada para que las entidades públicas compitan es justamente su constitución como sociedades anónimas. Los servicios públicos no pueden competir.
Desde ese punto de vista, opino que la transformación de la Casa de Moneda en sociedad anónima puede mejorar las condiciones para ejercer la supervisión.
Confío en que aquello se incorpore también al proyecto sobre modernización de los gobiernos corporativos. Porque lo ocurrido en EFE -se acaba de citar- tiene que ver fundamentalmente con un mal gobierno corporativo. Y ese es un problema que debemos resolver.
Espero que la futura Casa de Moneda, con la estructura jurídica prevista en el proyecto, cuente también con un gobierno corporativo de buena calidad, que evite abusos como los que, por falta de fiscalización, se han cometido en otras empresas. Pero para ello es menester entregarle los instrumentos jurídicos indispensables. Y me parece que la primera condición es convertirla en sociedad anónima.
Señor Presidente, se ha planteado que no se consideró el punto de vista de los trabajadores.
Al respecto, quiero hacer una corrección.
Entiendo que entre aquellos hay debate sobre la materia; y considero legítimo que así ocurra. Pero debo manifestar que en la Comisión de Hacienda escuchamos en más de una ocasión a representantes de los trabajadores -probablemente no del cien por ciento-, quienes nos pidieron la tramitación acelerada de este proyecto, porque se dieron cuenta de que la Casa de Moneda no puede seguir funcionando como lo hace hoy. Para ellos, el tiempo es fundamental, existe un gran sentido de urgencia en la transformación jurídica propuesta.
Quiero decir, por último, que convengo en que no basta con definir una nueva forma jurídica. A partir de ella, también hay que entregar al ente que se crea los recursos indispensables para competir.
La sociedad anónima pertinente requerirá capital, un financiamiento significativo.
Aquí se entregó una estimación de cuánto necesitaría la Casa de Moneda para recuperar competitividad: una inversión del orden de 70 millones de dólares. Pero, a mi entender, la única manera de que tal recuperación ocurra es la transformación de aquella en una sociedad anónima cien por ciento pública.
Por lo expuesto -reitero-, votaré a favor.
El señor ZALDÍVAR, don Adolfo (Presidente).-
Tiene la palabra el Honorable señor Longueira.
El señor LONGUEIRA.-
Señor Presidente, soy un convencido de que la situación de la Casa de Moneda descrita aquí es fruto de no haber despachado hace mucho tiempo este proyecto, que debe de llevar en el Congreso Nacional por lo menos 8 años.
La señora RECART ( Subsecretaria de Hacienda ).-
¡Diez!
El señor LONGUEIRA.-
Diez años, me dice la señora Subsecretaria de Hacienda.
Lamento sinceramente que no haya existido voluntad política para despachar esta iniciativa, pues cuanto está ocurriendo ahora lo que señalaban los trabajadores de la institución en comento, principalmente.
He visitado en reiteradas ocasiones la Casa de Moneda, donde existe, como en pocas empresas del país, un capital humano muy especializado. Se trata de personas con 40 a 50 años de servicios que han adquirido una experiencia bastante difícil de lograr. Y ellas ven con preocupación que no se produzca en dicho ente el cambio de naturaleza jurídica que le permitiría competir.
Hoy día -tal como se expresó recién-, es inviable competir como servicio público en las licitaciones convocadas por los bancos centrales de diversos países. Y eso deriva en que empiecen a emerger empresas que, en el mundo globalizado, terminan adjudicándose, a pesar del costo del transporte, la fabricación de nuestros billetes y la acuñación de nuestras monedas.
La Casa de Moneda de Chile -es importante que se sepa- ha ganado licitaciones vinculadas a monedas extranjeras. Por lo tanto, tiene capacidad. Se requiere, sí, modernizarla; mejorar su gestión; procurar su manejo eficaz, y evitar que sea como aquellos servicios públicos -hay que decirlo con honestidad- que se llenan de gente a honorarios que llega por paleteadas políticas y que al final incorpora un costo adicional innecesario.
Por consiguiente, creo que el paso que se está dando resulta fundamental para la existencia de la Casa de Moneda de Chile.
La situación descrita aquí es fruto precisamente de que esa institución continuó por un tiempo largo como servicio público.
Debo connotar, sí, que su director actual -lo conozco; fue elegido mediante el sistema de Alta Dirección Pública- ya introdujo un cambio de gestión no menor.
En todo caso, estimo que hay que dar este paso, a mi juicio esencial.
Ahora, quiero corregir lo recién manifestado en cuanto a que en la futura sociedad anónima el Fisco tendrá 99 por ciento de participación y la CORFO 1 por ciento. Es al revés: la CORFO se quedará con el porcentaje mayor y el Fisco con el menor.
Por lo tanto, aquí no está en discusión la propiedad; esta sigue siendo fiscal. Vamos a introducir un cambio que permitirá mayor eficiencia; la institución quedará bajo la supervisión de la Superintendencia de Valores y Seguros, en fin.
Entonces, estamos dando un salto que -reitero- debiéramos haber dado hace mucho tiempo para que la Casa de Moneda no llegara a la situación actual.
De otro lado, es relevante que se sepa que los trabajadores están de acuerdo con el cambio propuesto. Porque, entre otras cosas, se prevé la entrega de un bono, adicional a los existentes en la Administración Pública, para posibilitar una salida más digna a personas que han dedicado gran parte de su existencia a la institución en comento y que esperan desde hace muchos años retirarse y vivir con dignidad los años de vida que les quedan. Varios han fallecido aguardando la aprobación de este proyecto de ley, que tanto ha demorado.
Como ya señalé, el promedio de edad de muchos trabajadores de la Casa de Moneda es muy alto justamente porque se trata de un servicio que ha tenido el mismo defecto registrado en toda la Administración Pública: la tasa de reemplazo es tan baja, que en definitiva nadie jubila.
Señor Presidente , no deseo ahondar en más detalles. Según expresé, se trata de un salto muy significativo, que el Parlamento debería haber posibilitado hace muchos años.
Espero sinceramente que en la discusión particular sea factible perfeccionar el proyecto, pero ojalá actuando con la mayor brevedad, para que la Casa de Moneda se convierta cuanto antes en sociedad anónima y sea capaz de competir en el mundo globalizado. El resto me parece una ilusión.
Si se posterga la aprobación de esta iniciativa, todos estaremos contribuyendo a la desaparición de un servicio histórico que ha realizado un trabajo extraordinario en materia de fabricación de billetes y acuñación de monedas.
En consecuencia, votaremos a favor.
El señor ZALDÍVAR, don Adolfo ( Presidente ).-
Tiene la palabra el Senador señor Vásquez.
El señor VÁSQUEZ.-
Señor Presidente, también me pronunciaré a favor, porque entiendo que la administración de una empresa pública es muy distinta de la gestión de una sociedad anónima del sector público. Esta última posee flexibilidad en su manejo; queda regida por las normas de la Superintendencia de Valores y Seguros, bajo su supervigilancia y control; tiene, en general, la facilidad de poder competir en el exterior.
Seamos francos, señor Presidente.
Estudié con mucho cuidado el artículo 3º del proyecto, y me parece que queda por completo salvaguardada la posibilidad de competencia desleal con relación a las empresas privadas. Y, en general, la iniciativa me satisface porque, además, concede beneficios que, con sobrada razón, esperan trabajadores especializados que por bastantes años se han dedicado a un rubro tan especializado como el de la impresión de billetes y fabricación de monedas.
Sin embargo, quiero señalar con mucha franqueza y claridad que yo, de no haber logrado un acuerdo específico -y está presente quien se comprometió conmigo-, habría votado en contra. Ello, porque no existe en la iniciativa una disposición expresa en cuanto a que la Casa de Moneda no pueda ser privatizada, a que la CORFO o el Fisco no puedan vender sus acciones.
Se entiende, por la vía de que el artículo 1º autoriza al Estado para desarrollar actividades empresariales en determinadas materias, que dicha norma es de aquellas reguladas en el número 21º del artículo 19 de la Constitución y, por lo tanto, requiere quórum calificado.
Empero, tengo dudas en cuanto a que, realizada la transformación, aquella consecuencia, que solo deriva de una interpretación, no pueda ser modificada; se vendan las acciones; el Tribunal Constitucional señale que tal interpretación no es válida, y, por lo tanto, se entre en un proceso de privatización.
Lo digo muy claramente: conversé con la señora Subsecretaria de Hacienda ; le manifesté que iba a votar a favor, y ella se comprometió a agregar al artículo 1º o al 4º -según proceda, donde lo consideremos mejor- un párrafo adicional en el cual quede expresamente contemplado que la enajenación de cualquier participación en la sociedad anónima que se cree deberá ser necesariamente autorizada por ley de quórum calificado.
Si esa es la interpretación que se da hoy, digámoslo claramente; no lo establezcamos en forma ambigua, ni mucho menos de modo que quede abierta la posibilidad de que sea cambiada mediante una resolución del Tribunal Constitucional.
En virtud de los beneficios que se conceden a los trabajadores; en virtud de que estoy convencido, por una parte, de que con la transformación en sociedad anónima la gestión empresarial será más ágil, más fácil y mucho más lógica, y por otra, de que el control por la Superintendencia de Valores y Seguros será bastante más efectivo que en otros casos, y, fundamentalmente, en virtud del compromiso contraído por el Ejecutivo en cuanto a impedir, mediante el párrafo que se agregue, que la Casa de Moneda se privatice, aunque sea en 0,01 por ciento, voy a votar a favor, señor Presidente .
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El señor GÓMEZ.-
¿Me permite, señor Presidente?
El señor ZALDÍVAR, don Adolfo (Presidente).-
Con todo gusto, señor Senador.
El señor GÓMEZ.-
Solicito a la Mesa recabar la autorización para que la Comisión de Legislación pueda sesionar paralelamente con la Sala, puesto que debe reunirse la Comisión Mixta formada para estudiar el proyecto que modifica la Ley Orgánica Constitucional del Tribunal Constitucional y han sido invitados el Presidente de este último y otras autoridades.
El señor ZALDÍVAR, don Adolfo ( Presidente ).-
¿Habría acuerdo para ello?
Acordado.
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El señor CANTERO.-
¿Por qué no se abre la votación, señor Presidente?
El señor ZALDÍVAR, don Adolfo ( Presidente ).-
La Mesa iba a proponerlo, señor Senador, pero quiso tener la prudencia de escuchar a Su Señoría.
El señor CANTERO.-
Muchas gracias.
El señor ZALDÍVAR, don Adolfo (Presidente).-
En votación el proyecto.
--(Durante el fundamento de voto).
El señor ZALDÍVAR, don Adolfo (Presidente).-
Tiene la palabra el Honorable señor Navarro.
El señor NAVARRO.-
Señor Presidente, frente a la pregunta de por qué ha mediado una demora de seis años en la tramitación de la iniciativa que nos ocupa -porque se observa una tardanza sustantiva-, se desprende del informe que existía una diferencia radical respecto del tratamiento a los trabajadores de la Casa de Moneda, al cambiar su razón de funcionarios públicos a la de empleados de una sociedad anónima, y que los beneficios en 2002 no eran, ni con mucho, los que hoy contempla el proyecto. Por lo tanto, había una maximización de los objetivos del Estado y de la sociedad anónima y un descuido inaceptable de la situación del sector laboral.
Tengo entendido que ello queda salvado y que se logró un avance sustantivo. En efecto, para una parte de los 90 funcionarios de planta se contempla una planta adscrita y los contratados a honorarios con una antigüedad igual o superior a diez años podrán jubilar.
Y, al parecer, existe un matiz de diferencia entre la Asociación de Funcionarios Unión del Personal, presidida por el señor Patricio Véliz , y la Asociación encabezada por el señor Oscar Miñones .
Es normal que así ocurra al interior de procesos duros, porque lo que estamos diciendo, en definitiva, es que cambiará radicalmente la administración de la Casa de Moneda, no así el dueño. Pero, por la experiencia que se advierte en las sociedades anónimas, diría que el asunto es bien complejo, porque el Estado va a seguir sacándole plata igual.
Así ocurrió con ESSBIO, una empresa altamente rentable y cuya utilidad anual llegaba a 21 mil millones de pesos, pero que igual se privatizó. Se podrán encontrar razones en que el Estado no destinaba recursos para mejorar el saneamiento de las aguas servidas. Pero el directorio, integrado totalmente por personas designadas por el Presidente de la República -es decir, gente de la Concertación-, presentó un proyecto que significaba efectuar la misma inversión en ocho años, y pedir créditos y endeudarse.
Cabe recordar que estas sociedades anónimas enfrentan múltiples restricciones: no se les deja crecer, se limita su inversión y su endeudamiento, y el dueño no les permite hacer las cosas que no desea.
Por lo tanto, la pregunta es crucial: ¿el Estado va a permitir que siga la Casa de Moneda o este es un mero trámite para privatizarla?
Porque, si no se le otorgan recursos -los Honorables señores Frei y García fueron categóricos al respecto-, la verdad es que uno empieza a captar que el Senado sigue aprobando leyes a medias, que no solucionan los problemas, que son insuficientes. Entonces, ¡para qué legislamos si hay coincidencia en ese sentido!
Algunos dirán: "Porque es necesario resolver el problema". Entonces, les consulto a los miembros de la Comisión: ¿la iniciativa lo resuelve? ¿Va a sobrevivir la Casa de Moneda? ¿Con el cambio de estatus, de administración, se superará la situación? ¿Se podrá competir con Australia? ¿Se podrán fabricar billetes de polímero, de manera que sea posible que el Banco Central compre el producto?
Lo anterior pasa por una decisión política. Y ese tipo de decisiones las toman los dueños. El dueño es el Estado, pero el que administra es el Gobierno. Mi pregunta es qué pasa si cambia el Gobierno. ¿El próximo tendrá el mismo criterio que el actual?
La señora Subsecretaria ya no ocupará su cargo. ¡Es posible que la tengamos de Ministra , si continúa la Concertación...! Comparto plenamente las aprensiones del Senador señor Vásquez . No basta con el compromiso contraído por ella. Porque si la ley queda con una ventana abierta, el administrador de turno podrá tomar las decisiones. ¡Y quien administraba ESBBIO tomó la decisión de privatizar la empresa! Por consiguiente, es posible la privatización. ¡Seamos francos!
En esto quiero ser categórico. Claramente, lo que enfrentamos es un proceso en el que todo indica que la Casa de Moneda podría ser privatizada si no es rentable. Y el Banco Central ha sido la primera señal.
Si existiera la voluntad de defender de manera estratégica la Casa de Moneda, por fabricarse billetes para varios países de América Latina, entre ellos Venezuela y Bolivia, se hubiera invertido en modernizarla y hacerla competitiva. ¡Ese es el punto! Y se habría procurado dotarla de la tecnología suficiente.
Por otro lado, el informe destaca también la preocupación de la industria gráfica. Porque el proyecto permitirá a la Casa de Moneda, en su nuevo estatus de administración, competir con el resto de las empresas. En consecuencia, 10 mil talleres o microtalleres y pequeñas y medianas empresas experimentan aprensiones acerca de las condiciones en que ello tendrá lugar.
Sin embargo, lo que más llama la atención es que la iniciativa, como manifestó el Director de la institución, "autoriza al sector privado a realizar las mismas actividades que hoy efectúa en exclusiva Casa de Moneda".
Además, observó que existe la equivocada idea de que esta última sería subsidiada, lo cual se traduciría en una competencia desleal. Mas del informe se desprende que ello no es efectivo.
Pero si el sector privado podrá ejercer las mismas funciones que la Casa de Moneda y será posible que otras industrias fabriquen billetes porque la ley en proyecto así lo autoriza, se entra en otro ámbito de definiciones. Y, por consiguiente, quisiera preguntar al Ejecutivo , a través de la señora Subsecretaria de Hacienda , si efectivamente la iniciativa autorizará que empresas del sector privado realicen una tarea que es exclusiva de aquella entidad.
Por último, señor Presidente , me alegra que haya acuerdo en materia de protección a los trabajadores. Pero también me parece que el conjunto de vacíos que genera la normativa debe ser revisado, porque la tramitación demoró por la situación del sector laboral, mas también por la consideración de qué se hacía con la Casa de Moneda y de si el Estado fabricaba o no billetes.
Me parece que se requiere una definición franca, directa, sobre el particular, porque se debe reconocer que existen dos visiones. En el seno de la Comisión hay quienes piensan -y así lo planteó el Senador señor Ominami - que esta no es una actividad esencial del Estado y que pueden realizarla otras entidades. Y el proyecto establece que la llevará a cabo una sociedad anónima cuya propiedad es del Estado, pero deja la ventana abierta para una eventual privatización.
La verdad es que, sin ser ortodoxo o estatista, cabe estimar que todas estas funciones esenciales deberían ser rentables, porque nadie está por sostener una Casa de Moneda que arroje pérdidas, sino por una institución que genere utilidades, que se autofinancie, que compita en el primer nivel pero que se le permita hacerlo con el debido financiamiento. Porque si en tres o cuatro años más se transforma en una sociedad anónima deficitaria, el gobierno de turno querrá resolver en consecuencia y los Senadores que votan hoy a favor tendrán el derecho, por cierto, a pronunciarse en contra de la privatización.
En consecuencia, como todo indica que para apoyar a los trabajadores se debe votar a favor del proyecto, ya que por lo menos representa una posibilidad de salvar a la Casa de Moneda -si no, el augurio es que desaparecerá antes de 2010, que se caerá por sí sola-, será preciso respaldarlo.
Sin perjuicio del compromiso que el Honorable señor Vásquez ha pedido a la señora Subsecretaria, deseo expresar que también tengo la disposición de votar favorablemente la iniciativa, pero es necesario clarificar -entiendo que se fijará un plazo para presentar indicaciones- los aspectos planteados. Y como el proyecto volverá a ser tratado por la Sala, ya se habrán despejado las dudas que hoy nos asisten, que surgen de un debate rico e interesante y de aprensiones manifestadas por otros señores Senadores.
Me pronunciaré, entonces, a favor del proyecto en general. Y espero que con motivo del análisis de las indicaciones que se presenten se puedan abordar las temáticas señaladas, para ratificar o no este voto afirmativo. Porque, después de recibir el mensaje de quienes participaron ampliamente en la discusión, en el sentido de que la normativa es insuficiente y no resuelve el problema, apuesto a que el Senado será capaz de mejorarla, para solucionar la situación de la Casa de Moneda y de sus trabajadores.
El señor HOFFMANN ( Secretario General ).-
¿Algún señor Senador no ha emitido su voto?
El señor ZALDÍVAR, don Adolfo ( Presidente ).-
Terminada la votación.
--Se aprueba en general el proyecto por 24 votos a favor y 5 abstenciones, dejándose constancia de que se cumplió con el quórum constitucional exigido.
Votaron por la afirmativa la señora Matthei y los señores Arancibia, Bianchi, Cantero, Escalona, Espina, Flores, Frei, Gazmuri, Girardi, Kuschel, Larraín, Letelier, Longueira, Muñoz Barra, Navarro, Novoa, Ominami, Orpis, Pérez Varela, Prokurica, Sabag, Vásquez y Zaldívar.
Se abstuvieron los señores Allamand, Ávila, García, Gómez y Horvath.
--(Aplausos en tribunas).
El señor ZALDÍVAR, don Adolfo (Presidente).-
Corresponde fijar un término para presentar indicaciones.
El señor VÁSQUEZ.-
Un mes, señor Presidente, para estudiarlas bien.
El señor ZALDÍVAR, don Adolfo (Presidente).-
Si le parece a la Sala, el plazo será el lunes 4 de agosto, a las 12.
--Acordado.
El señor ZALDÍVAR, don Adolfo (Presidente).-
Tiene la palabra la señora Subsecretaria de Hacienda.
La señora RECART ( Subsecretaria de Hacienda ).-
Señor Presidente, agradezco la posibilidad de haber ingresado a la Sala y de ejercer un derecho democrático para expresar algo muy breve.
El proyecto sobre la Casa de Moneda implica, en efecto, dar una oportunidad a un servicio público que actúa como una entidad productiva. Tales organismos no cuentan hoy con estatutos ni con jurisprudencia para operar así. Por lo tanto, se recogen muy bien las opiniones de los Honorables señores Navarro , Longueira y varios otros Senadores en el sentido de darle a la institución la posibilidad de revertir la tendencia que ha presentado durante los últimos tiempos. Además, se constata, por la vía jurídica, el hecho de que se lleva a cabo una actividad productiva, lo cual permitirá a sus trabajadores obtener los bonos y la situación laboral que les corresponden.
Quiero contestar, en seguida, las preguntas formuladas por los Honorables señores Navarro y Vásquez.
En cuanto a estructura jurídica, el artículo 1° del proyecto dispone que la propiedad de la futura empresa será cien por ciento estatal. Y cualquier modificación sobre este aspecto requiere una ley de quórum calificado, por lo que tendría que pasar por el Congreso toda iniciativa de alguna Administración posterior que quisiera privatizarla.
Nuestra intención, como expresó el Senador señor Ominami , es mantener a la Casa de Moneda como una actividad estratégica del Estado y que no solo crezca en Chile, sino que también pueda hacer ofertas a otros países del mundo para la fabricación de monedas y billetes.
Reitero mis agradecimientos, señor Presidente, por el resultado de la votación.
--(Aplausos en tribunas).
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- bcnres:tieneProyectoDeLey = http://datos.bcn.cl/recurso/cl/proyecto-de-ley/2949-05