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El señor CASTRO.-
Señor Presidente, saludo a la ministra de Salud, al subsecretario de Salud Pública, al director del ISP y a la directora subrogante de la Cenabast.
Esta es una sesión muy importante, porque vamos a abordar un problema sanitario de nuestro país. A pesar de todos los esfuerzos realizados durante los últimos años, todavía existe una dificultad real de la población para acceder a los medicamentos. Para entender esta situación es necesario decir que hay un mundo de diferencias entre el mercado público de medicamentos y el privado.
El Congreso Nacional discutió, durante más de dos años, la ley N° 20.724, de fármacos, que fue promulgada en enero de 2014 y que, en su extensa tramitación, estableció mejores condiciones para que la gente acceda a medicamentos en Chile, en el sector público y en el privado.
Hizo una profunda revisión y castigó los incentivos perversos a los que los laboratorios, farmacias, médicos y demás agentes del mercado se veían irregularmente incentivados por la industria. Además, establece con claridad los puntos de venta y, lo que es un paso muy importante, la regulación de los medicamentos bioequivalentes en Chile bajo condiciones estables y seguras.
¿Qué ocurrió? Por distintas razones, los reglamentos de esa ley -lo consulté con el señor subsecretario están en la Contraloría; es decir, aún no están en plena vigencia. Por lo tanto, tenemos una dificultad objetiva para hacer realidad la ley que el Congreso Nacional despachó hace casi dos años.
En el mercado público, la Central de Abastecimiento (Cenabast) compra los productos a través de licitaciones públicas en las que fija el precio por comprimido. Es de conocimiento común que el precio al que licita la Cenabast es sustancialmente menor al que los mismos laboratorios venden después al mercado privado. Y los privados, sean grandes o pequeños, negocian directamente con los laboratorios y, si bien el laboratorio está obligado a publicar sus precios, también coloca condiciones de venta en que realiza rebajas asociadas a volúmenes de compra. En este punto se produce la primera discriminación con los actores más pequeños del mercado, es decir, con las denominadas farmacias independientes o de barrio.
Durante los años en que se trabajó en la ley de fármacos -que, en la práctica, no está operando-, el único tema que ha avanzado hasta ahora -en buena hora es el de los medicamentos bioequivalentes. Sin embargo, la gente sabe que aunque hay más de trescientos productos en esa condición, han aumentado sus precios en los puntos de venta. Es decir, las farmacias y los laboratorios se han aprovechado y han subido esos precios; por lo tanto, los medicamentos del Formulario Nacional, que antes eran más baratos que los de marcas, hoy aparecen con una distancia menor en cuanto a sus precios, con lo cual el beneficio original se diluye.
Este año aprobamos la “ley Ricarte Soto ”, que busca, en otro aspecto de la adquisición de medicamentos, llegar a aquellos de alto costo para determinadas enfermedades. Fue dictada para once enfermedades a contar de este mes.
Últimamente, surgió la idea de una farmacia comunal con el propósito de buscar que la población acceda a medicamentos a precios mínimos o de costo, lo que nos parece razonable y atractivo; pero queremos entender si se trata efectivamente de una farmacia o de una cooperativa asociada a una farmacia. Por ello, la Comisión de Salud -lo digo con total claridad invitó al alcalde de la comuna de Recoleta, por unanimidad, para que el 17 de noviembre nos informe y de cuenta de esa experiencia piloto. Lamento que no se haya dado la unanimidad para que hubiese explicado en la Sala las características de esa farmacia.
Sin embargo, los medicamentos que hoy se deben entregar a la población en venta, obviamente, no pueden ser aquellos que el AUGE o el Fondo de Farmacias contempla gratuitamente para la población. El Enalapril, el Glafornil y todos los remedios que pertenecen al Plan AUGE deben seguir siendo gratuitos para la gente y no descontinuados por problemas de provisión.
Ayer, en un periódico, el gerente de esta farmacia comunal afirmó que, en la medida en que se inscriben los vecinos, se hace una lista de necesidades, se junta un volumen y se encargan los medicamentos a la Central de Abastecimiento, lo que debiera hacerse en tiempos breves. Hoy, el presidente de las farmacias independientes solicitó que la Central de Abastecimiento les venda a las farmacias independientes los productos a menores precios.
Estamos en un escenario dinámico, en que hay conciencia ciudadana de que debemos lograr bajar los precios de los medicamentos a la población. Hoy existen diferencias de hasta veinte veces en los valores de los medicamentos y, sin embargo, las respuestas de las farmacias y del mundo privado no tienen asidero ni coherencia. No es posible que el mercado privado opere con márgenes de 25 por ciento o más para vender esos productos.
Se ha dicho que Chile tiene los precios más bajos de medicamentos en Latinoamérica, pero la población no lo percibe así. El gasto de un adulto mayor -que de por sí tiene una gran carga de enfermedades habla de porcentajes superiores al 50 por ciento de sus pensiones destinados a medicamentos de uso permanente o crónico.
Por otro lado, hay gente que va a comprar medicamentos a Argentina, porque tienen un menor valor; sin embargo, hay requisitos sanitarios que se exigen en Chile para ingresar un producto importado.
Por lo tanto, ahora que están presentes las máximas autoridades en la materia, necesitamos desarrollar una reflexión concreta. La gente clama por poder disponer de medicamentos de buena calidad, que actualmente son de costo muy oneroso, y la ley correspondiente no ha entrado en vigencia plena. Se han planteado iniciativas innovadoras y tenemos el deber de marcar un camino de solución en el mundo de los medicamentos en nuestro país.
Algunas personas compran los medicamentos en la feria, en las calles o en cualquier lugar, sin garantías de calidad ni de las fechas de vencimiento, mientras otras hacen negocio con los medicamentos en Chile, sin regulación alguna. Además, tenemos una ley que todavía está esperando, pasivamente, una solución.
Por eso, en esta sesión especial, desde el Partido Socialista, creemos fundamental que la autoridad, junto con la Cámara de Diputados, marque un camino de acceso real a los medicamentos en nuestro país.
He dicho.
"
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